En la madrugada del 7 de junio de 1843, asistido por la familia del carpintero Zimmer, en cuya casa de Tubinga se alojó durante los casi cuarenta últimos años a partir de su perturbación mental, expiró mansamente Friedrich Hölderlin... Desde un punto de vista histórico-literario, no puede
dudarse que Hölderlin es el poeta instalado en la cumbre del Parnaso alemán. Nadie como él ha surcado ... un aire más puro, más desarraigado de lo que consideramos una realidad terrena. Su habitat está transitado por los dioses de Grecia, no obstante su viraje a un cristianismo muy particular, por los ideales que definen a una humanidad exaltada en sus virtudes más sublimes, por la exigente convicción de la posibilidad de recuperar, aun en una “época mezquina”, a través del amor y de la libertad del espíritu, esa esencia de lo divino que impregna la naturaleza de cada ser, al que su poesía proporcionó una verdad indeleble y permanente. Y en él, como en los escasos elegidos, se da esa calidad de poeta (”Dichter”) que el idioma alemán distingue cuidadosamente del escritor, (”Schriftsteller”)...La simbiosis entre la actitud personal y el ademán poético es en Hölderlin perfecta.... Aparte de los poemas iniciales, apoyados en Klopstock, Schubart y Schiller, ya en su período maduro, el de los grandes himnos, odas y elegías, que incluye también la novela de la libertad Hyperión, como las versiones de Sófocles y Píndaro, los ensayos poéticos, y hasta la poesía producida durante la larga noche de su alienación, que atribuye a la autoría de un tal “Scardanelli”, la poesía es para Hölderlin vocación y misión, medio y fin de la existencia...Hermoso como Apolo, según sus condiscípulos, forzado a la ganapanería humillante de servir como preceptor en casas ricas, víctima de un amor imposible, el único, en verdad, de su vida, abierto a la amistad , destruído en el espíritu a poco de haber cumplido treinta años, insistió en la salvación a través de la poesía, actitud que dudosamente compartan sus colegas de ahora, y síntoma revelador de la radical transformación de las ideas acerca de los portadores del arte entre alguien que nació en 1770 y nosotros... Porque, debe reconocerse, los Friedrich Hölderlin no son ya de este mundo.

Rodolfo Modern, “La Nación, 1993

 

Hölderlin y la esencia de la poesía es un pequeño ensayo de Martín Heidegger, cuyo propósito es encontrar la “esencia esencial” de la poesía en cinco fragmentos en los que Hölderlin poetiza sobre la poesía:

1. Poetizar: la más inocente de todas las ocupaciones.
2. Y se le ha dado al hombre el más peligroso de los bienes, el lenguaje...para que muestre lo que es...
3. El hombre ha experimentado mucho./ Nombrado a muchos celestes,/ desde que somos un diálogo/ y podemos oir unos de otros.
4. Pero lo que permanece, lo instauran los poetas.
5. Pleno de méritos, pero poéticamente habita el hombre esta tierra.
ARRIBA Y ABAJO
a Hölderlin

Arriba nada ha cambiado en todos estos años:
la luna sobre el álamo,
la cresta de los techos,
el altillo donde el señor Scardanelli
reverencia cada día a sus huéspedes.

Abajo crecieron y tuvieron hijos,
van y vienen por vituallas y noticias,
o vuelven como ahora de enterrar algún muerto
y saludan de paso al carpintero vecino
que tiene como inquilino a un dios.

Horacio Castillo

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