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Starbucks recibe una sopa de su propio café moka
Por años considerada una empresa moralmente comprometida con las causas progresistas, ante el aumento al salario mínimo en ciudades dominadas por la izquierda, Starbucks cerrará cientos de establecimientos ahí y ahora quiere expandirse al sur norteamericano donde hay mayor libertad económica y ambiente para los negocios. Más hipócrita no se puede ser, la verdad...
JUNIO, 2018. Hace poco más de dos meses la cadena Starbucks se vio en una controversia luego que dos afroamericanos fueron o obligados a salir de uno de sus establecimientos en Boston pues no estaban consumiendo y, alegaron "estar esperando a alguien". A las pocas horas esa sucursal se llenó de "activistas" que denunciaban el racismo" de la empresa la cual alegó en principio que uno de esos sujetos quería usar el baño sin ser cliente. Eso exacerbó más a los "activistas" por lo que la empresa tuvo que ofrecer disculpas y agregó que "corregiría la situación", de modo que el 29 de mayo, por unas horas Starbucks cerró sus 8 mil puntos de venta en Estados Unidos para "ilustrar" (aunque lo más certero aquí sería "adoctrinar") a su personal sobre cómo evitar caer en prejuicios raciales y la forma de tratar a todos los clientes que pertenezcan a minorías raciales. Otro aviso de Starbucks fue que en adelante, permitiría a toda aquella persona que deseara utilizar sus sanitarios hacer uso de ellos, se sea cliente o no: hasta entonces los consumidores recibían junto con su password de Wi-Fi, un chip para poder accesar a sus baños.
Como se sabe, Starbucks es una empresa
que se jacta de ser "progresista", esto es, que si bien se mueve dentro
de esquemas determinados por la ley de oferta y demanda, no
necesariamente se siente obligada a defender esos principios y, por el
contrario, promueve temas como la diversidad, la inclusión y el respeto
a las minorías raciales, esto con tal de ganarse a un sector de la
población de los llamados guerreros por la justicia social, o SJWs, por
sus siglas en inglés. Es una postura claramente incongruente e hipócrita
que asimismo manejan Ben and Jerry's, cadena que vende helados de
sabores, y ya ni se diga de los gigantes de la tecnología como Google y
Facebook, los cuales jamás habrían alcanzado su poderío a no ser por el
espíritu de libertad económica que (todavía) existe en Norteamérica.
Porqué, ¿dónde están los equivalentes de éxito empresarial en las redes
sociales de
Mark Zuckerberg en Venezuela, Argentina
o México?
Esta curiosa combinación donde yo vivo y subsisto en privado de lo que
ataco en público parecía estar funcionando hasta hace unos días cuando
Starbucks anunció que cerrará 150 de sus establecimientos en Estados
Unidos luego de anunciar que las expectativas de crecimiento han sido
las peores en nueve años. Según la página bloomberg.com, la
megafranquicia agregó que el cierre se dará sobre todo en aquellas
ciudades donde fue aprobado un aumento desproporcionado al salario
mínimo, básicamente Los Ángeles, San Francisco, Portland, Oregon y
Seattle, por cierto cuna de Starbucks
El aumento en ventas fue apenas de un punto porcentual, muy por arriba
del 2.9 por ciento esperado, según el informe de Bloomberg.
El nuevo gerente de Starbucks, un tipo
llamado Kevin Johnson y quien no ha desaprovechado oportunidad alguna
para presumir de sus referencias progres, apuntó que "nuestro
crecimiento se ha detenido un poco. Creo que nuestros accionistas
merecen mejores resultados y estamos decididos a conseguirlos", dijo
Johnson en una rueda de prensa. Y a respuesta de un reportero, el
progremagnate reconoció que el aumento al salario mínimo de hasta 10
dólares la hora en varias ciudades "contribuyó a tomar esta decisión".
Ello indica que los primeros cierres comenzarán a darse en ciudades como
San Diego, Los Ángeles, San Francisco y Seattle, donde la izquierda
presionó y consiguió que se decretara el aumento a los mínimos.
"Los cierres ocurrirán en su mayoría en áreas metropolitanas donde las
regulaciones que incluyen el aumento a los mínimos nos dejan con un
escaso margen de ganancia", agregó, "nuestra intención ahora es
incursionar en el sur de los Estados Unidos y el Medio Oeste pues ahí se
presentan oportunidades de crecimiento".
Es decir, para evitar hundirse y seguir promoviendo políticas
progresistas que paradójicamente están matando sus negocios en esas
ciudades progres, Johnson piensa expandirse a lugares donde el
desmesurado aumento a los mínimos no aplica, como son Texas, Florida,
Kansas y otros más y donde las regulaciones son más amistosas para abrir
negocios. Si el socialismo, que por un lado presiona a aumentar los
mínimos y por el otro satura de trámites la creación de empleo al punto
de hacerla imposible, es una maravilla ¿por qué entonces Starbucks desea
irse al sur donde se supone habitan esos monstruos retrógradas,
racistas, iletrados, ignorantes y profundamente estúpidos que votaron
por Donald Trump, como alega la izquierda de California o de Nueva York?
La hipocresía, la incongruencia y la
doble moral de Starbucks requieren de un medicamento que evite el vómito
pues mientras por un lado sus gerentes y sus altos mandos fuerzan a sus
empleados a tomar cursos de "tolerancia" e "inclusividad", al mismo
tiempo se van de las ciudades que han puesto en marcha todas esas casas
que Starbucks dice apoyar. (La página frontpagemag.com entrevistó a uno
de esos empleados quien dijo que el "curso de tolerancia" fue más bien
un ataque sistemático a las "prácticas brutales de la policía" en las
grandes ciudades").
Para fortuna de Starbucks --y en extraña coincidencia con Hollywood--
las cosas marchan mejor en el mercado externo; la venta de café en los
Starbucks fuera de Estados Unidos va a la alza, lo cual no debiera
extrañar. Por ejemplo, en China se planea abrir un nuevo local de
Starbucks cada 15 horas de aquí hasta el año 2022.
Si Starbucks en realidad se asume como
una empresa progre, debería asumir las consecuencias de lo que
promueve. Pero como decía el ranchero: "Si le quitan las vacas a mi
compadre, me vale madre, pero que no me las quieran quitar a mí, porque
ai sí son mías..."
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