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Leo Sayer, una remembranza

 

Fue una de las figuras más importantes de la música pop de los setenta. Parecía estar en el semiolvido pero la versión remix de muchos hits suyos lo ha revivido. El siguiente paso es el regreso aunque se ve, aún, muy distante

JUNIO, 2006. A manera de broma, el periódico inglés The Sun lanzó una campaña donde consideraba "héroe nacional" a Leo Sayer y pedía a los lectores "rescatar su legado". Por supuesto que la intención era mofarse del cantante, pero al final las cosas resultaron distintas pues la repentina fama hizo que Sayer volviera a los escenarios y que retornara de un virtual retiro en Australia. 

Asimismo, los editores de The Sun comprobaron que, lejos de haber sido olvidada, la música de este inglés era frecuentemente utilizada por los DJs para incluirla en algunas versiones remix y por los raperos británicos, en especial "You Make Me Feel Like Dancin'", uno de los más grandes hits de Sayer. Como homenaje adicional, Rod Stewart grabó hace poco "When I Need You" y cuya versión original compitió con "You're in my Heart" en 1976.

Sin embargo y pese a tal revalorización, Leo Sayer no ha conseguido hasta ahora un contrato con una disquera grande. "Tengo escritas más de 40 canciones y estoy listo para un regreso", dijo Sayer a The Sun. Lo irónico del asunto es que hay intérpretes de hip hop que han conseguido la fama a través de samplear las canciones de Sayer, así como un reciente remix de "Thunder in my heart" que se fue al Top Ten británico. Sin embargo los ejecutivos discográficos consideran que el músico "ya está más que maduro" (58 años) para las nuevas generaciones.

Lo que ocurre, según Sayer, e que la reticencia va dirigida contra los artistas que fueron famosos en los setenta: "Creen que si firman a artistas de esa década van a espantar al público", dice en esa misma entrevista, "pero francamente considero que son meros prejuicios".

Algo de razón asiste a Sayer: en febrero de este año un álbum de Barry Manilow, contemporáneo suyo, hizo a un lado a los grupos de hip hop que se habían adueñado de las cimas del Billboard durante bastante tiempo. Chrysalis, su antigua disquera, fue adquirida hace algunos años por Universal mientras que las demás compañías no mostraron interés alguno. Sin embargo ello no angustia gran cosa a a Sayer. "En un tiempo demostré lo que era capaz de hacer. No niego que es una inquietud porque eres un cantante el resto de tu vida aunque ya no grabes discos. Pero tampoco es una cuestión vital como lo fue en los años setenta. Mientras mis canciones se sigan escuchando y gusten a la gente es suficiente".

Gerald Hugh Sayer nació en una familia de clase media en Sussex, Inglaterra. Desde chico le interesó el presentarse en público. "Recuerdo que mi padre tenía unas películas en súper 8 con bailarines y coreógrafías. Desde ese momento supe que yo quería hacer algo igual". La adolescencia de Sayer transcurrió entre el hippismo y la música de los Beatles; el futuro cantante encontró el ambiente adecuado para materializar su sueño. 

En 1968 se trasladó a Londres en la escena bohemia donde por un tiempo, recordó, "vivíamos en un departamento donde a veces sólo había frijoles para comer". Por esos años conoció a David Courtney, quien sería su comparsa dentro de Patches, su primer grupo. "Los dos teníamos ganas de sobresalir así que nos pusimos a componer canciones de las que sólo sobrevivió un puñado".

Pese a que Patches tuvo cierto éxito local, las cosas no se daban como ellos esperaban. En 1971, y ya desesperado, Sayer compuso una canción titulada "Throwing it all away". Tanto Sayer como Courtney sabían que poseía calidad para convertirse en hit, pero aún así nadie se interesaba en el todavía llamado Hugh Sayer.

Entonces sucedió un golpe de suerte. En el mismo estudio de grabación se encontraba Roger Daltrey, el vocalista de The Who. "Al grupo de Daltrey se le suele identificar del mismo lado de los Rolling Stones, aunque ellos fueron parte de la primera invasión británica, un fenómeno 100 por ciento pop", refiere Sayer. "Obviamente cuando a él le interesa esta canción que nada tiene que ver con lo que conocemos de The Who te preguntas si te quieren tomar el pelo".

Efectivamente, las inclinaciones de Daltrey eran mucho más pop, de modo que "Throwin' It All Away" le pareció excelente y le dijo a Sayer que deseaba grabarla. "Es una canción triste, melancólica, como una tarde lluviosa en Londres", dice Sayer, "y es totalmente inglesa; por eso creo que a le gustó tanto a Daltrey". El tema llegó al primer sitio de las listas inglesas en 1971 y entró al Top 100 de Estados Unidos.

Pierrot y disco

Luego de cambiarse el nombre a Leo Sayer debido a su alborotada cabellera que le hacía parecer un león, el cantante sufrió una depresión nerviosa y un temor a actuar en público. Luego de varias sesiones de terapia Sayer encontró la solución en el disfeaz de payaso, un "Pierrot" de mirada triste y otro, la canción "The Show Must Go On", de ritmo circense y que iba muy bien con la figura del payaso. "Con el maquillaje me transformaba completamente, era otra persona", recordó, "eso me dio la fuerza para seguir adelante. Y aunque pensaba que el maquillaje era algo que había descubierto yo, en Estados Unidos Kiss utilizaba el mismo procedimiento, supongo que por las mismas razones".

La carrera de Sayer tomó un nuevo impulso cuando Three Dog Night lanzó su propia versión de "The Show Must Go On" y que entró al Top Ten de las listas norteamericanas en 1974. "En Gran Bretaña ya era conocida pero del otro lado del Atlántico sirvió para popularizarme aunque todos pensaban que era de Three Dog Night", composición que, por cierto, no convencío mucho a Sayer: "Ellos le agregaron el tradicional estribillo de los circos, algo que yo quise evitar cuando la compuse, pues eso me parecía demasiado obvio", dice entre risas. "No es una canción feliz, es incluso trágica pero a muchos les sigue pareciendo festiva".

Sin embargo el "vuelito" le permitió un contrato formal con Warner y Chrysalis de donde salieron su propia versión de ese tema así como "Long Tall Glasses (I Can Dance)" que narra la historia de un vagabundo dispuesto a bailar para ganarse un plato de comida. A este hit se sumaron "One Man Band" y "Raining in My heart". Para entonces Sayer ya se había despojado del disfraz de payaso, luego obtuvo una visa temporal para ir a California a trabajar en su siguiente disco.

Endless Flight (1976) el LP esencial de Leo Sayer

"Los primeros años habían sido tan duros que la grabación de mi álbum ya con una carrera cimentada me emocionaba muchísimo", dice Sayer, "los días de estrechez económica quedaban atrás para dar paso a modernos equipos de grabación". Las sesiones comenzaron en septiembre de 1975 y finalizaron em marzo del año siguiente. El resultado fue un álbum ecléctico con un par de covers e incluso arreglos clásicos. Aunque Leo Sayer aún no lo imaginaba, aquel disco, de nombre Endless Flight, habría de convertirse en un clásico del pop de los setenta.

El disco también llegó en el momento justo pues incluía ritmos disco e incluso funk, como era la ultrafunky "You Make me Feel Like Dancin'", "Magdalena", "Hold on To Your Love", "Reflections" --la misma de The Supremes que Rolling Stone, en su crítica del álbum, afirmó "suena mejor que la original"-- "How Much love" y, por supuesto, "When I Need You", el hit más grande en la carrera de Sayer y que llegó al primer sitio en ambos continentes.

Por un momento Sayer alcanzó el estatus de superestrella de otros contemporáneos suyos, como Peter Frampton y Rod Stewart, quienes tenían una audiencia parecida a la suya. En todo ello el respaldo del disco contó mucho; "You make Me Feel Like Dancin'", entraba en ese formato lo mismo que a las listas pop, y además se coló a las listas de música negra, algo inédito, más aún para un inglés.

La gira que realizó Sayer en Estados Unidos fue sumamente exitosa. "Ya tenía bastante material y además el mío era un show donde la gente se la pasaba bien", refiere. Sin embargo al finalizar el 79 los artistas relacionados con lo disco empezaron a sufrir bajas en sus ventas; era el inicio del backlash (reepresalia) de los consumidores que, hartos de la música disco, despotricaron contra ella y la enviaron al ostracismo.

En ese tiempo el primer matrimonio de Sayer también comenzó a naufragar de modo que ya no pudo concentrarse igual en su carrera. Sin embargo Chrysalis le exigió la grabación de nuevo material enfocado a un público más MOR (1); para el efecto Sayer recordó un antiguo hit de Bobby Dee y sugirió regrabarlo. Se trataba de ""More than I Can Say", la cual fue includia en Living in a Fantasy, álbum lanzado en 1980 y que pasaría a ser su segundo número uno en las listas. El disco no era tan bueno como el Endless Flight pero tenía sus cualidades; para Sayer ésta venía a ser su entrada a la nueva década.

Sin embargo las tendencias musicales cambiaron drásticamente a los pocos meses, primero con el tecno pop, luego con el hard rock y otros géneros que de repente dejaron a cantantes como sayer fuera de lugar. Su siguiente disco, aparecido en 1985, apenas y entró al Billboard para salir de ahí a las pocas semanas. Una razón radicaba en la renuencia de Sayer a grabar vídeos y también al hecho que las prioridades de Chryalis Records estaban ya más enfocadas a artistas como Pat Benatar, Billy Idol y Huey Lewis. Luego de su fracaso discográfico Sayer salió de Chrysalis. "Siento que aún tenía mucho que dar con ellos, pero al fin lo que resultó fue una colección de grandes éxitos", dice.

Vegas y resignación

A los pocos meses comenzó la historia del declive: los medios se referían a Sayer como "era un cantante famoso", además que su nombre saltó de nuevo cuando un periódico amarillista inglés publicó unas fotos de él donde se besaba con una chica de 17 años. Lejos de arrepentirse, Sayer dijo a The Sun, "esa fue una de las mejores cosas que me ha pasado y si alguien tuviera la oportunidad de conquistar a una muchacha de esa edad le recomendaría que no dudara en hacerlo".

Poco después Sayer conoció a Donatella, una chica de origen italiano, y a los pocos meses se casó con ella, con lo cual, afirma, "mi obsesión por volver a ser famoso fue desplazándose a un segundo plano". Más tarde se le invitó a dar conciertos en Las Vegas pero a los pocos meses se aburrió y decidió intentar otras cosas. "Es fabuloso, te pagan bien y cada vez que llenas el lugar compruebas que el público aún te recuerda. Pero adelante de todo aquello estaba el cómo terminaron los días de Elvis Presley".

Luego llegó la campaña de The Sun para rehabilitar" a Leo Sayer, quien para entonces ya pasaba la mayor parte de su tiempo en Australia, cansado del fisco inglés. "En los setenta, cuando estaba en plena fama, me cobraban altísimos impuestos que aceptaba pagar porque estaba recibiendo buenas sumas de dinero. Pero que 30 años después todavía te requieran por las cosas que hiciste entonces no es algo que me ponga muy contento", señala.

Como muestra del recuerdo que le tiene la gente, quien teclee su nombre en Google encontrará cientos de sitios, homenajes y páginas que lo mencionan, aunque él no está directamente involucrado con su página oficial. Sin embargo no descarta un regreso: "Un buen productor, una disquera arriesgada y un par de buenas canciones pueden obrar el milagro", dice, "pero más que nada por curiosidad. Ya probé lo que puedo hacer y no caería en la depresión si las cosas no resultan. Eso ya no me provoca insomnio".

 

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(1) Music Oriented Radio, formato radiofónico de rock suave popular en los ochenta, Entre sus artistas más conocidos están James Taylor, Hall and Oates, Barry Manilow y Elton John, entre otros.