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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Y demás/Música

 

 

La fama según Peter Frampton


Fue una de las más grandes figuras del rock mundial pero su caída fue aun más aparatosa. Hoy, Peter Frampton vive de los recuerdos, se hizo ciudadano estadunidense y en la última elección apoyó a John Kerry

MARZO, 2006. "Era un muchacho delgado, alto, con el cabello rubio como caireles; parecía salido de un cuento de Lewis Carroll", fue como un crítico describió a Peter Frampton. "Otro nuevo producto de exportación de Inglaterra", escribió otro, de la revista Creem, cuando comentaba el álbum Frampton Comes Alive, seguramente sin saber que el músico llevaba entonces casi ocho años de carrera y había visitado Estados Unidos muchas veces con anterioridad.

En lo que coincidían todos es que "aquel muchacho" provocó la mayor reacción en el mundo de la música rock durante 1976, año del Bicentenario norteamericano, y todo gracias a un disco doble grabado en vivo que incluía canciones que, hasta entonces, no habían hecho mella en las listas. Los discos en directo no solían vender mucho de modo que la conmoción para el músico y su compañía discográfica A&M fue total: "Cuando presenté el material [a Herp Alpert y Jerry Moss, por entonces los dueños de la disquera] lo escucharon y dijeron 'tiene calidad, Peter. ¿Pero no crees que le falta algo?' a lo que respondí 'y que lo digan' tras lo cual les mostré el carrete con la otra parte. Desde entonces ya lo concebía como un trabajo doble".

"Qué el Frampton Comes Alive es el primer lugar en las listas? ¡Deben mejorar sus bromas!", recordó Alpert entre carcajadas el haber exclamado eso cuando le comunicaron la noticia. "La verdad no lo esperábamos, pero era la recompensa para Peter... había trabajado duro para ganárselo", agregó el también trompetista. Y de qué modo, pues al terminar el año Frampton se había embolsado 70 millones de dólares. Mucho, mucho más de lo que soñó cuando vio a los Beatles por TV y decidió convertirse en músico de rock.

                                        
A ver si esto funciona...

Frampton nació en una familia de clase media en un suburbio de Kent, cercano a Londres. Cuando sus padres le regalaron una pequeña guitarra encontró, según dijo, a su alma gemela. Pasaba horas encerrado en su cuarto practicando con las cuerdas los éxitos de Buddy Holly, Chuck Berry e incluso de country, música que había encontrado en Gran Bretaña una insospechada veta de seguidores. Lejos de desanimarlo sus padres decidieron inscribirlo en un concurso de talentos donde se ganó al público. "En vista que les gustó mi canción", dijo, "creo que voy a tocar una más", y se escucharon las carcajadas.

El éxito de los Beatles terminó por convencerlo. "Las chicas que gritaban y perseguían a los cuatro, era increíble", recordó Frampton. "A ratos pensaba que también podría ser yo pero luego aterrizaba en la realidad". No era el único adolescente con las mismas ambiciones, por supuesto. Luego de platicar del tema con Steve Marriott, otro preparatoriano, decidieron formar un grupo. "A mí me gustaban los Beatles y a él los Stones, ¡qué originalísima combinación! pensamos, sin caer en la cuenta que había miles de chicos por toda Inglaterra con la misma idea en sus cabezas". Como sea, Frampton y Marriott fundaron The Herd, grupo "donde hacíamos lo posible para que nos salieran las barbas aunque todavía éramos unos imberbes".

The Herd tuvo trascendencia muy limitada pues en la mayoría de los clubes sólo se permitía la entrada a jóvenes mayores de 18 años, edad que ellos aún no alcanzaban. Así pues y mientras perfeccionaban su estilo The Herd desapareció y dio lugar a Humble Pie, nombre que en Gran Bretaña se da a los adolescentes "tiernos". Ya con mayoría de edad --y con un estilo más rústico e inclinado hacia los Stones, lo cual recalcaba el liderazgo de Marriott-- Humble Pie consiguió un contrato discográfico con la subsidiaria de A&M. 

El resultado fue "Natural Born Woman" con un estribillo muy semejante al de "Revolution" de los Beatles. "Por meses sentíamos la angustia en el estómago de que los Beatles nos demandarían", reconoció luego Frampton, "pero creo que adelante de nosotros había muchísimos otros posibles demandados pues no éramos los únicos".

En 1970 el rumor se materializó. Los Beatles se separaban lo cual hacía inminente la grabación de proyectos solistas. Frampton admiraba a los cuatro, en especial a Harrison, con quien se identificaba más. Cierta tarde de ese año sus amigos Klaus Voorman y Billy Preston lo invitaron a conocer al autor de "Something" y luego de platicar un rato --y al hecho que había escuchado "Natural Bon Woman"-- Harrison le ofreció participar en un disco. "Ahí estaba yo, rodeado de leyendas y esperando el momento en que me dijeran 'muchas gracias, muchacho, puedes irte', pero no fue así. Cuando acabamos las sesiones Harrison se acercó, me abrazó y dijo '¡eres bueno, viejo!' Nunca como entonces supe que había hecho la decisión correcta".

Por si hiciera falta recalcarlo, el álbum en cuestión es el All Things Must Pass, aparecido en 1971.

Ante tremendo espaldarazo Frampton no dudó en pedir a los otros músicos su colaboración en un disco suyo. "Fue una decisión de muchos cojones", resaltó el músico. Así pues, continuó su carrera con su nuevo grupo Camel luego de ciertas complicaciones legales con otro grupo llamado Soapwith Camel. Para el efecto contrató a músicos de sesión que más tarde se unieron formalmente. Por primera vez Frampton navegaba solo y desconocía el destino. La A&M Records estaba decidida a apoyarlo --Alpert, como músico, sabía que las cosas precisan de tiempo para madurar-- pese a que sus primeros tres discos se vendieron pobremente. Sin embargo todos notaron algo: a sus conciertos iba más y más gente, un fenómeno que también se veía en grupos como The Grateful Dead. Era algo gratificante para el artista, aunque no mucho para su disquera.

A principios de 1975 Frampton y su mánager Dee Anthony tuvieron una idea. Si la mayoría de la gente iba a los conciertos y no compraba los discos de estudio, ¿qué tal si A&M lanzaba un album grabado en directo?

"Qué el Frampton Comes Alive es el primer lugar en las listas? ¡Deben mejorar sus bromas!", recordó Herb Alpert entre carcajadas el haber exclamado eso cuando le comunicaron la noticia. "La verdad no lo esperábamos, pero era la recompensa para Peter... había trabajado duro para ganárselo".

La idea gustó a todos de modo que en el verano de 1975 el álbum doble salió a la venta. "Recuerdo haber pensado entonces 'bueno, a ver hasta dónde llega esto'", dijo Frampton.

                                            Abajo-arriba-abajo

A partir de ese momento las cosas comenzaron a suceder de prisa. "Mi mánager habló para decir que los boletos de un concierto se habían agotado, luego otro, y otro, sólo que ahora también ya estaba vendiendo discos", refiere Frampton. Y es que la sorpresa era mayúscula: a las dos semanas de su aparición Frampton Comes Alive ya había vendido dos millones de copias; canciones como "Baby I Love Your Way" ("Me encanta cómo eres") "Show me the way" ("Muéstrame el camino"), "Something's Happening" ("Algo está sucediendo") y "Do you feel like we do" ("¿Te sientes como nosotros"?) la cual tiene una duración de 17 minutos, se escuchaban constantemente en la radio. "En verdad yo no lo creía", añade Frampton, "y sólo hasta que vi las listas del Billboard me convencí".

Los siguientes 10 meses fueron de intensa actividad; giras entrevistas, conciertos y sesiones fotográficas. "No había días de descanso; era fácil perder la dimensión del tiempo y visitábamos las ciudades sin conocerlas. Era increíble sentir cómo el público te adoraba pero tienes que dar mucho, a veces todo, a cambio de esa fama", dice hoy Frampton. Como sea, el Frampton Comes Alive seguía vendiéndose y los conciertos agotaban su boletaje en un par de horas.

El más grande error de aquellos años, refiere el cantante, fue haber dicho sí a todo lo que le pedían. "Pensaba que, de negar algo, todos creyeran que la fama se me había subido y que era un pedante así que opté por asentir a todo con tal de ser aceptado. De haber dicho no un par de veces me habría evitado muchas jaquecas".

Una de ellas y que marcaría el inicio de la decadencia ocurrió cuando Frampton acudió a tomarse unas fotos para un artículo de Rolling Stone. El fotógrafo Dan Scavuto le tomó varias placas para después preguntar al cantante si le podría tomar una sin la camisa puesta. "Seguro", respondió Frampton, quien no imaginaba que esa foto aparecería en la portada. "Es algo de lo cual no estaba muy contento", recalca.

Previsiblemente, su imagen dejó de ser la de un músico entregado a su arte para convertirse en un teen idol como David Cassidy. "De repente los críticos me vieron como un ídolo de las adolescentes, algo en lo que hasta entonces había evitado hacer", dice Frampton. "Pero las cosas pasaban tan rápido que no podía asimilarlas, y en ello mi credibilidad también se estaba resquebrajando". Por si fuera poco su contrato lo obligaba a grabar un nuevo disco aunque ni Frampton ni su grupo estaban listos. La presión era cada vez mayor y sufrió un bloqueo mental. Para colmo, en un viaje a Las Bahamas sufrió un accidente automovilístico.

Pese a todo el público seguía adorándolo, tanto así que ya había dos millones de copias vendidas de su siguiente disco aun antes que grabara una nota. Ya no podía utilizar el mismo método de grabar material en vivo; tenía que ser en estudio, y Frampton recordaba cómo los álbumes previos al Alive parecían estas vacunados para que alguien los comprara. Sin embargo, luego de jornadas extenuantes y con mucha presión --es distinto grabar las cosas por gusto que por obligación contractual-- en 1977 salió a la venta I'm In You, disco que, efectivamente, se vendió mucho por un par de semanas, pero luego comenzó el descenso.

"Tanto la gente como yo sabíamos que algo andaba mal", recuerda Frampton. "Todos se preguntaban '¿por qué este material no es tan bueno?'". Los críticos la catalogaron como una obra mediocre donde poco o nada se percibía del Alive. I'm In You tuvo tres hits, el que da nombre al disco, "Signed, Sealed Delivered", un cover de Stevie Wonder, así como "I Can't Take It No More", traducida como "Ya no lo sporto" y que bien podría referirse al momento por el cual atravesaba el rubio guitarrista.

Mientras se encontraba en una suite de Las Vegas, Frampton llamó a su mánager y le confesó que estaba desesperado y quería irse a casa. Después de un rato lograron convencerlo para que continuara. "Sólo un día más, un día más y un día más, y ya no pude regresar", agrega. Pero hubo otro aspecto que le hizo revivir su optimismo tras recibir una llamada de Robert Stigwood, por entonces mánager de los Bee Gees y dueño de RSO Records.

                                                    Ultimo clavo

La razón era que Stigwood deseaba filmar Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band donde aparte de los Bee Gees participarían Billy Preston, Tina Turner, Aerosmith y, sobre todo, Paul McCartney, ello sin contar que la música sería producida por George Martin. "Sólo que al llegar ahí me contestaron 'cuál Paul"", dice Frampton, aunque sí se involucró Martin. 

La filmación tampoco fue muy buena: su ego chocó con el de los Bee Gees para ver quiénes irían primero en los créditos. "Reconozco que por entonces pasaba por una etapa donde por miedo a perder estatus traté de imponerme sobre los demás. Ahora veo que era absurdo pues ellos ya eran exitosos cuando yo apenas buscaba un contrato discográfico".

Tanto la película como la banda sonora fueron un fiasco comercial. Los críticos le destrozaron y el público simplemente volteó hacia el otro lado. Pero hay algo que Frampton lamentaba más. "Me metí con los Beatles, algo que había jurado no hacer, pero fue una medida desesperada". Para entonces el efecto del álbum Alive ya se había disipado y en su lugar entraban los ritmos discotequeros. Por su parte Camel ya se había desintegrado y la A&M, de donde fue artista consentido, prescindió de sus servicios en 1980. "Era hora de empezar de nuevo", refirió Frampton, "aquél fue el último clavo".

Durante los 80 el músico no perdió la esperanza de volver a ser figura aunque sin conseguirlo. En el 86 el sello Atlantic puso a la venta su disco Premonition aunque los resultados fueron modestos. Poco después su amigo David Bowie lo invitó a participar en su gira por Estados Unidos, actuó en algunos programas de televisión-- ya lo había hecho antes en Los Tigres Voladores y La Isla de la Fantasía-- y comprobó que su disco doble seguía siendo de los más vendidos en Estados Unidos.

Al cumplirse el vigésimo aniversario del Alive, A&M (recientemente vendida a Polygram) lanzó una remasterización del DC con dos temas extra. Al mismo tiempo Frampton preparaba algo que había prometido no hacer, esto es, la segunda parte de su multicitado álbum. Pero la expectación se difuminó rápidamente ¡La razón? era un disco bastante malo. "Al escucharlo es como si Spinal Tap jamás hubiera ocurrido", escribió el crítico J.D. Considine en Rolling Stone. Al final Alive II vendió unas 25 mil copias, cifra que contrastaba dolorosamente con los casi 2 millones vendidos por la edición especial de su antecesor. Para entonces Frampton ya tenía en trámite su residencia en Estados Unidos.

En el 2002 colaboró como "verificador" en la cinta Almost Famous de Cameron Crowe y aunque con frecuencia ofrece conciertos, no ha lanzado nuevo material. Al año siguiente se naturalizó norteamericano y fue de los principales promotores del voto a favor de John Kerry entre los cantantes y compositores. También hoy escribe su biografía.

   

 

 

 

 

 

 

 

 

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