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La Constitución Moral, una advertencia velada de López Obrador
Se mantiene arriba en las encuestas, con lo cual la preocupación continúa latente, máxime porque en un reciente discurso, el tabasqueño se perfila como un político mesiánico empeñado en construir su propio país amoroso, gústele a quien le guste
Desconfía
de todo aquel político que te ofrezca la felicidad.
Confía en el político que no se entromete en la
búsqueda de tu propia felicidad
Mark Twain
FEBRERO, 2018.
Es preocupante cuando un candidato a la presidencia
de la República, en vez de ofrecer propuestas
concretas, opta por abrir un menú lleno de
abstractas utopías. Bien sabemos que ese tipo de
ofertas suenan muy bonito al oído, aunque con
frecuencia solemos olvidar que provienen de
políticos mesiánicos, ansiosos de obtener esa
grandeza que según ellos, el destino les ha negado.
Por ello, políticos como Andrés López Obrador
ofrecen este menú abstracto donde, seguros de ser el
conductor designado, harán que todo el país deje
atrás la corrupción, las transas, el comportamiento
egoísta de unos cuantos. A cambio, el supermenú de
este político nos dará un mundo de bienestar,
progreso e integridad moral.
El discurso de López donde los partidos morralla
Encuentro Social y PT se unieron a Morena para darle
su apoyo como candidato presidencial, ofrece ese
pastel de preocupantes maravillas, valga la
perogrullada, todo esto como parte de la coalición
Vamos Haciendo Historia.
Hay dos tópicos que, por lo menos, levantan la ceja. Uno, la propuesta de López para crear una "Constitución Moral", sea lo que sea que eso signifique. Segundo, la idea de convertir a México en una "República Amorosa" (ídem con lo anterior) en la cual, suponemos, todos viviremos cantando, intercambiando palmaditas y cantando a la víbora víbora de la mar.
Repasemos algunos extractos del discurso pejeísta, tomados de la página cuadratin.com.mx., de clara tendencia lopezobradorista:
Según el artículo,
"el líder de la oposición llamó a hombres y mujeres
de buena voluntad para la elaboración de este código
donde participarán especialistas, filósofos,
psicólogos (...) Una vez completada esta
constitución moral [López] pidió el compromiso a
fomentarla con los valores por todos los medios
posibles con el propósito no solo de frenar la
corrupción política (...) sino establecer las bases
para una convivencia futura sustentada en el amor y
el hacer el bien para alcanzar la verdadera
felicidad".
En primer lugar ¿es realmente una propuesta de
carácter político pedirnos ser felices a los
ciudadanos? Son diversos los casos de populismo que
enarbolan lograr la tan ansiada felicidad. Los casos más
recientes los tenemos con Evo Morales en Bolivia
quien propuso a "la felicidad" como propósito
esencial de su gobierno. Otro caso fue el del ex
presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien en
desesperada búsqueda de la "felicidad" cambió la
Constitución para durar más tiempo en el poder.
(Correa, por cierto, nunca se vio muy feliz que
digamos: siempre estaba de mal humor e incluso se
lío a trompadas con sus enemigos políticos).
Creo que ahí se ubica una de las primeras trampas de
esta propuesta. Generalmente los políticos que se
asumen como redentores en búsqueda de la felicidad
no logran su cometido durante su primera gestión,
algo que por supuesto, nunca conseguirían de ningún
modo, de ahí su objetivo de alargar su permanencia en el poder
como lo hicieron Evo Morales, Correa y Danny
Ortega, el dictadorcito del que hoy se habla muy
poco pero quien igualmente en el pasado llegó a
armar un amoroso "Partido Rosa" en Nicaragua donde sus
militantes estaban obligados a vestir indumentarias
de ese color.
Por otro lado ¿quién escogerá a esos "especialistas" que redactarán una "Constitución Moral"? Obviamente, el candidato de Morena en caso de ganar la Presidencia. Y segundo, ¿por qué "moral"? ¿Que acaso la actual Carta Magna es "inmoral" o qué?
La solución no está
en andar cambiando constituciones en aras de
conseguir el "amor" o la "felicidad", sino en hacer
que se cumpla la que está vigente. Por eso los
países que han tenido nuevas constituyentes en
fechas recientes, llámense Ecuador, Colombia,
Bolivia o Argentina, siguen igual de emproblemados.
Continuemos con este mar de felicidad
lopezobradorista: (siempre citando el texto de
cuadratin.com.mx:
El candidato "aseguró que su inspiración está en tres principios fundamentales. Conseguir la justicia, que haya honestidad y que los mexicanos se reconcilien mediante el amor".
De nuevo, la justicia
y la honestidad se consiguen respetando y haciendo
respetar las leyes; la reconciliación mediante el
amor se da entre parejas pero difícilmente puede ser
un hecho cuando se trata de facciones políticas
discordantes (asumiendo, sin olvidar, que estamos
hablando de un político que aspira a la
presidencia). Jugar con la baraja de un término tan
abstracto como el amor, se puede prestar a
jugarretas totalitarias al más puro estilo aquél del
"te pego porque te quiero", donde un político
decidirá lo que es mejor y lo más "amoroso" para el
resto de la sociedad. Esto es peligrosísimo, máxime
si proviene de un político que, hasta el momento,
lleva la ventaja en las preferencias electorales.
Hay más, por supuesto:
"(López) enfatizó que el amor es fundamental para la
regeneración del país, pues la crisis actual se debe
no solo a la falta de bienes materiales sino también
a la pérdida de valores. De ahí que sea necesario e
indispensable auspiciar una nueva corriente de
pensamiento para promover un paradigma moral a la
familia, al prójimo, a la naturaleza ya la patria".
¿Pero a cuál "corriente de pensamiento" se referirá
López Obrador que promueva un "paradigma moral" (?) que restaure esos valores?
¿Por qué no presenta esa "corriente de pensamiento"
a la opinión pública?
Sigamos leyendo:
"La descomposición social así como los males que aquejan al país deben contrarrestarse con desarrollo y bienestar". Hasta aquí de acuerdo y en concordancia con el discurso de un político tradicional. Pero más adelante López dice: "Si la regeneración moral no se pone en el centro de la discusión y el debate, no iremos al fondo del problema. Debemos convencer de la necesidad de impulsar cambios políticos para transformar a México", suponemos que sin coerción ni obligación.
Más adelante López denunció la "mancha negra del
individualismo": "La codicia y el odio que ha
llevado a la degradación progresiva como sociedad y
como nación. A las voces que piensan que este tema
no corresponde a la política, olvidan que la meta
última de la ideología es lograr el amor y hacer el
bien".
Dos puntos aquí. Primero ¿qué tiene de malo el
individualismo, por qué es una "mancha negra" para
el lopezobradorismo? ¿Dónde quedó ese amor hacia
todos, esa república incluyente? El individualismo
marca el ansia de progreso de los seres humanos, el
destacar sobre el resto. López Obrador está
denunciando de antemano a los pequeños propietarios, a los
emprendedores... a todos ellos el tabasqueño los considera una "mancha
negra".
¿Acaso el colectivismo ha dado mejores resultados?
Sería bueno que algún periodista encarara a López
Obrador y le preguntara por ejemplos específicos
donde la "mancha negra" del individualismo ha
resultado peor que la toma colectiva de decisiones.
Contradictoriamente, López Obrador denuncia esta
"mancha negra" pero él se asume como líder único,
individualista, de una revolución que traerá la
felicidad a todos los mexicanos.
Segundo punto; la última meta de la ideología no
es lograr el amor y hacer el bien, tanto así que
no sabemos de ideología política alguna enfocada en el amor
o en la felicidad, y si existe sería bueno que el
tabasqueño aludiera directamente a ella. Esas son trampas políticas que
López y sus asesores le están tendiendo a los
votantes.
Otro de los puntos de López Obrador se enfocó en la creación de una "Secretaría de la Honestidad" ¡Más burocracia, como si no tuviéramos suficiente con la veintena de secretarias de las cuales la mitad son absolutamente prescindibles! Y peor aún, con una nueva secretaría que apestaría a populismo puro.
El virtual candidato presidencial remató: "Para muchos, Cristo es amor". ¿Y quién está proponiendo el amor como remedio a los males de México? ¡López Obrador! para cerrar con la ya muy conocida frase "Jesús fue muy claro, fue el primero que expresó a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César".
En efecto, la frase,
por más manida que esté, es ciertísima. ¿Pero
entonces porqué López Obrador propone rescatar a
México mediante el amor, un tema donde el César no
es precisamente un especialista? ¿Acaso denunciar la
"mancha negra del individualismo" no representa
meterse en terrenos que también son del César?
Este discurso, como se ve --aunque redactado por
alguien más, como se dará cuenta quien siga con
regularidad el léxico que suele usar en la palestra--
perfila el ánimo totalitario, innegable, y
mesiánico, del candidato por Morena a la
presidencia. El señor no está ocultando sus barajas.
Solo les ha dado una embadurnadita mediante la
argucia del "amor".
México no necesita una "Constitución Moral" ni una "República Amorosa". Los problemas nacionales no se resolverán con dosis de amor utópico sino con el respeto a las leyes y la aplicación de la justicia sin discreciones ni distinciones. El querer llevar a un país a un camino "amoroso" donde el "amor" termina cuando no se está de acuerdo conduce directamente a una dictadura. México aún está a tiempo de escapar de un destino de pesadilla atiborrado de "amorosas" intenciones.
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