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Imperativo, recordar a Alexandr Solzhenitsyn a un siglo de su nacimiento
DICIEMBRE, 2019.
A la distancia del tiempo es difícil calcular el tamaño del
agujero que Archipiélago Gulag de
Igualmente increíble es que hasta antes de la aparición del
Archipiélago, buena parte de la opinión pública en
Occidente desconociera la existencia de estos campos de
concentración. ¿Cómo iba a ser eso posible si la URSS había
convertido a Rusia en un país no solo potencia mundial sino
un sitio donde la explotación de los dueños del capital y la
propiedad privada habían sido abolidas? Al hablar de campos
de concentración se pensaba en Auschwitz, en Treblinka, no
en uno de los países que había ayudado decisivamente a
destruir al gobierno nazi.
La comunidad intelectual mundial, incondicional aliada de
toda la propaganda que eructaba Moscú, igualmente se negaba
a aceptar, en lo mínimo, que alguien se atreviera a
"mancillar" la experiencia comunista en Rusia. La periodista
española Nuria Richart da cuenta que cuando
Curiosamente, y si se trataba de un "escritorcillo
insignificante y mentiroso", como llegó a decir el
intelectual Jean Benet ¿por qué entonces les había provocado
tanta furia e indignación?
Como hoy se sabe ampliamente, Archipiélago Gulag fue
la recopilación, más de 500 página, sobre los testimonios no
solo del autor sino de otros prisioneros cuya mayor falta
fue haber criticado al padrecito Stalin, no en un diario, no
en un medio electrónico, sino mediante intercambio de
correspondencia cuyo contenido, se suponía, era inviolable y
privado. Buena parte de esos textos fueron recopilados y
sacados de la Unión Soviética de 1967 a 1973.
Archipiélago Gulag se convirtió en un éxito editorial
inmediato aunque, algo que no debiera sorprendernos, ningún
estudio de Hollywood se echó a cuestas la aventura de filmar
una película. Curiosamente, la obra había tenido su origen
en la "desestalinización" ordenada por Nikita Kruschev tras
la muerte del dictador georgiano. Cuando Kruschev fue
destituido por el Politburó, a su sucesor Leonid Brezhnev no
le hizo gracia que hubiera escritores empeñados en escarbar
sobre el pasado reciente soviético y presionó para que la
Unión de Escritores de la URSS --en realidad, un gremio
servil del Kremlin-- determinara expulsar a
Pese a las protestas de algunos autores de Occidente,
incluso de izquierda, para que la Unión de Escritores
pensara mejor la expulsión, ésta finalmente se consumó, Este
factor fue decisivo para que la Academia le otorgara el
Nóbel de Literatura en octubre de 1970. (Por cierto y para
acallar las voces de la intelectualidad procomunista
occidental, al año siguiente la Academia entregó el galardón
al chileno Pablo Neruda, abierto simpatizante de la URSS y,
más específicamente, del mostachudo Stalin).
Solo hasta 1974 pudo
Durante una conferencia que ofreció en Harvard en 1978,
Tras la caída de la URSS en 1991, los gúlags fueron rápidamente
destruidos. No hubo homenaje alguno contra los caídos, casi no hay
documentales sobre las condiciones de vida de los prisioneros ni tampoco
se preservó uno de estos campos, como Auschwitz, como muestra de hasta
donde puede llegar el ser humano cuando la ideología radicalizada se
convierte en desprecio por la vida humana de quienes piensan diferente.
Los nazis lo hicieron pero, como escribió la periodista norteamericana
Anne Applebaum, "existía una clara consigna para no dejar huella de los
gúlags en la historia humana... y en occidente nadie hizo nada para
impedirlo".
Por ello, libros como Archipiélago
Gulag y la memoria de Alexandr
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