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En este momento, el cambio de sedes en dependencias federales no es ni prioritario ni necesario
Primero ya le prometió un jugoso hueso a alguien que como priísta fue un represor de la libertad de expresión, y ahora, dentro de su Plan de Desarrollo, hay un plan que incluye potenciales jaquecas y un gastadero de recursos de lo que, se dice, será un gobierno austero. Dos controversias y el señor aún no jura como presidente...
AGOSTO, 2018.
Todavía no asume la Presidencia y ya vemos cómo
Andrés López está provocando controversias. Hace
unos días se anunció que Manuel Bartlett,
actualmente senador del PT, tomará las riendas de la
Comisión Federal de Electricidad a partir del
próximo diciembre. El ex candidato de Morena había
dicho que él no tenía "nada qué ver" y que tampoco
era parte de la "mafia en el poder" y sin embargo
ubicará en uno de las paraestatales más importantes
del país a quien fuera secretario de Gobernación de
Miguel de la Madrid. ¿Será tan ingenuo López Obrador
que nunca le han contado lo que hizo ese señor?
En tal caso, sería bueno
recordarle al tabasqueño que cuando Bartlett era
secretario de Gobernación ocurrió el asesinato del
periodista Manuel Buendía, en el 84, que ordenó
cerrar varias revistas incómodas al régimen de De la
Madrid, que mandó reprimir las protestas en
Chihuahua y Piedras Negras contra la imposición de
un alcalde y un gobernador priístas,
respectivamente. Pero, aparentemente, como todo
aquello lo hizo como priísta, ahora que ya no lo es,
por lo visto Manuel Bartlett se ha convertido en
alma caritativa.
La segunda controversia tiene qué ver con el plan,
absolutamente innecesario, de
"descentralizar" las secretarías de Estado
distribuyéndolas por todo el país. Debemos
enfatizar lo de absolutamente innecesario:
ante otros problemas urgentes en el país, sobre todo la escalada de violencia y la pérdida de
dinamismo
en la actividad productiva, el enviar a la
Secretaría de Turismo de la ciudad de México a
Quintana Roo no representa necesariamente una
prioridad nacional.
"Este plan de López Obrador es totalmente inviable,
traerá consigo gigantescos problemas de logística y
al final le saldrá carísimo al gobierno federal
¿Dónde quedó la promesa ésa del gobierno de la
austeridad?", se pregunta José Alberto de la Parra,
analista político.
Enumera algunas de las dificultades: "Estamos
hablando aquí de cambiar de residencia a por lo
menos cuatro millones de burócratas federales, y eso
implica conseguirles un nuevo lugar de residencia, y
ese es un problema mínimo: ¿ya pensó López Obrador
en otras complicaciones como el cambio de escuela
donde estudian los hijos de esos burócratas? ¿qué va
a pasar con las esposas de esos funcionarios y que
tienen otro empleo? Y dado que los burócratas solo
trabajan hasta media tarde, muchos de ellos tienen
otra ocupación por la tarde noche. ¿Cómo se va a
enfrentar y a solucionar este problema?"
Según el diario Reforma, el plan de
descentralización de López Obrador es parte de su
Proyecto de Nación 2018-2024 se prevé que tendrá un costo
de 125 mil millones de pesos para "la construcción,
mudanza, equipos., sistemas, mobiliario y mudanza, y
22,805 mdp para evaluaciones, estudios de viabilidad
y costo del traslado"
Y es aquí donde brota, como
liebrecilla en el inmenso territorio nacional, la pregunta que
igualmente ha surgido en torno a otras promesas lopezobradoristas: ¿De dónde saldrá ese dinero? Aparentemente
--y aunque es algo que aún se maneja a nivel
oficial-- los recursos provendrán del despido masivo
de esos empleados de confianza sobrantes. "Aplaudo
que se reduzca la nómina de esos empleados de sobra
pero ni despidiendo a todos los trabajadores de
confianza se conseguiría la mitad del dinero para
descentralizar a tanta secretaría de Estado", dice
De la Parra. "Además ya quiero ver a López Obrador
cuando anuncie los recortes o bajarle los sueldos a
esos burócratas... los bloqueos que hasta hoy hemos visto en la ciudad
de México serán un chascarrillo en comparación..."
Las complicaciones provenientes de ese plan se
antojan infinitas: "Supongamos que un provinciano
que viajaba a la capital a hacer dos trámites en dos
secretarías se topa con que ahora una de éstas se
encuentra en Tabasco y la otra en Sonora. Al final
ese pobre sujeto tendrá que gastar más tiempo y
recursos para trasladarse de un lugar a otro".
Asimismo, recalca De la Parra, "alrededor de cada
una de los edificios de estas secretarías existe un microcosmos con
vendedores de antojitos, farmacias, restaurantes, taxistas, joyería, y
toda serie de artículos y cuya subsistencia depende de esos empleados
federales. Cuando esas dependencias se vayan a otro lado habrá un cierre
de negocios que pudiera tener catastróficas consecuencias. ¿Ya pensaron
en ello quienes han planeado este cambio de sede?"
Una más: "La mayoría de estas
dependencias ya tienen oficinas generales en provincia. Pongamos un
caso, el de Sagarpa, y supongamos que ésta es trasladada a Zacatecas.
¿Qué va a suceder con los empleados de Sagarpa a nivel, sus funciones se
van a juntas con los que lleguen de fuera, con cuántos casos de
duplicación de funciones no nos vamos a topar?"
De hecho la estrategia pareciera tener el propósito
del gobierno federal para que estas secretarías
sirvan como detonantes en regiones económicamente
deprimidas, lo cual, dice De la Parra, "es una
estrategia equivocada, de tufillo totalmente
keynesiano, pues el impulso a una economía local se debe dar mediante la creación de empleos por parte
del sector productivo privado y no mediante
detonantes artificiales que al final nos llevan a
espirales inflacionarias. Si este fenómeno
inflacionario no se registra en la capital de la
República es porque ahí la economía se encuentra
altamente subsidiada".
El texto de Reforma señala que muchos de los
trámites que realizan estas secretarías son de forma
electrónica o por Internet, "lo cual entonces nos
lleva a pensar de la conveniencia o el sentido de cambiar sus sedes. Si
la mayoría de sus trámites
se pueden hacer en línea qué caso tiene tener
tantos empleados atiborrados en sus oficinas y que
son absolutamente prescindibles?"
Concluye: "Yo entiendo que la descentralización es importante pero no tiene porqué ser una prioridad, máxime si se estima que podría durar todo el sexenio. Es un asunto que pinta mal, y eso que el señor todavía no llega a la Presidencia..."
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