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Bruce Jenner: tolerancia a mi conveniencia, segunda parte

Ex atleta olímpico y padre adoptivo de una célebre socialité, Bruce Jenner reconoció su anhelo por convertirse en mujer y le aplaudieron hasta el agotamiento. Pero luego dijo ser republicano y pasó a ser, de héroe para la comunidad gay, en un mero oportunista. La maquinaria políticamente correcta muestra de nuevo que no es lo mismo ser celebridad progresista, que celebridad a secas

MAYO,2015. Héroe olímpico en los juegos de Montreal en 1976, ganador de una medalla de oro y un personaje que resurgió hace algunos años al convertirse en padrastro de las hermanitas Kardashian, Bruce Jenner afirmó hace un par de años no sentirse satisfecho con su vida hasta que en cierto momento descubrió la razón: "Cuando era niño me atraían las muñecas y los jueguitos de trastes pero pronto descubrí que eso no causaba entusiasmo en mi familia. Pasé muchos años escondiendo esa inclinación pero al verme en el espejo no hace mucho, el pasado golpeó mi mente: quería convertirme en mujer".

Desde entonces, Bruce Jenner ha atravesado por un proceso que pronto espera cambiarlo de sexo. Es una decisión personal y absolutamente respetable. Si se dejó alaciar y crecer el cabello, se aplica maquillaje, se pone vestidos y piensa que así será un ser humano más satisfecho con su vida, este ex atleta tiene todo el derecho a hacer lo que le plazca.

Una vez que hizo público su deseo, los principales medios comenzaron a perseguir a Jenner con igual o mayor entusiasmo que sus famosas hijastras, aparte de felicitarlo por "tan valiente decisión" pese a que los transgéneros son hoy más comunes que en cualquier otro momento de la historia moderna. Newsweek y TIME se apresuraron a entrevistarlo al tiempo que Jenner se convertía en una celebridad del twitter. La sociedad, pues, parecía estar aceptando el hecho que un hombre que en su momento fue ejemplo de incuestionable virilidad --su imagen apareció lo mismo en cajas de cereales que en publicidad de gimnasios-- difundiera al mundo que se asumía como mujer.

El hecho que no hubiera manifestaciones de desprecio hicieron creer a Jenner que ya vivía en una sociedad más tolerante y abierta, que ya nadie le haría escarnio en la calle y que, ahora sí, podría vivir su existencia como siempre lo anheló. Pero entonces Jenner aceptó la invitación para ser entrevistado por Diane Sawyer y dio un paso que lo mandó al abismo: ahí aceptó que simpatiza con el Partido Republicano.

En cuestión de horas, la adoración, la admiración, el aplaudir el temple de Jenner se fueron por el retrete. Los cañones de la doble moral rápidamente comenzaron a ser disparados desde twitter pues Jenner se convirtió, para miles de usarios, en un personaje ridículo, presuntuoso e indigno de la menor simpatía. Luego le siguieron las páginas web al tiempo que las "súbitas" entrevistas con sus ex esposas brotaron por doquier. "Nunca antes sospeché que quisiera convertirse en mujer", dijo una de ellas, es decir, para la prensa ya no se trataba de un héroe de la comunidad gay sino alguien que por décadas reprimió su verdadera sexualidad como quizá lo hicieron sus padres, sin duda también republicanos.

En un tiempo asombrosamente corto, Bruce Jenner pasó de ser, de tolerado, a intolerante.

En el fondo, poco o nada tendría que ver que un trasvestista sea demócrata, republicano, anarquista o conservador. Pero no es así como funcionan las cosas dentro de la escandalosa doble moral que manejan los medios norteamericanos. ¿Qué tiene que ver, en el fondo, que Bruce Jenner diga ser republicano, acaso en sus estatutos hay leyes que prohiban la entrada a los gays o a los trasgéneros en sus filas? Para los progres intolerantes tiene mucho qué ver.

Y es una doble moral que ya lleva rato. Décadas atrás los progres norteamericanos alegaban que el senador Joseph McCarthy era un gay de clóset y que el ex jefe del FBI Edgar Hoover gustaba de vestirse de mujer. De haber sido demócratas hoy se les consideraría héroes o próceres de la comunidad gay norteamericana.

Los progres, en suma, siguen burlándose, denigrando y haciendo mofa de los gays... aquellos, claro, que no se acepten como progres. ¿Pero no se trata, al final, de una discriminación hacia un sector que se asume como gay? ¿Dónde infiernos quedan la "tolerancia" y la "igualdad" que tanto pregonan?

Los Perez Hilton y demás activistas del acallamiento neoestalinista hacia quienes no piensen como ellos pronto comenzarán a bombardear al pobre Bruce Jenner; se le acusará de ser un "traidor" a la comunidad gay, por ahí aparecerá información comprometedora de algo que hizo hace décadas y hasta se le acusará de ser agente de la CIA. Será apenas el comienzo.

El aceptarse como republicano le saldrá peor a Bruce Jenner que todas las repercusiones en torno a su decisión transgenérica. Los gestapobamas difícilmente van a perdonárselo.

 

 

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