El cáncer de colon es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en los países occidentales y son la prevención primaria y la detección precoz las principales formas de reducir estas cifras. Además, un factor importante en relación con este tipo de cáncer, tal como lo han demostrado los estudios, es la dieta.

   En opinión de Juan Carlos Váldez, profesor adjunto de Inmunología de la Universidad Nacional de Tucumán, Argentina, con motivo de las VII Jornadas Municipales sobre Alimentación y Prevención del Cáncer celebradas en Madrid, "uno de los principales factores relacionados con la longevidad es en el control de la carcinogénesis, por lo que algunas bacterias lácticas pueden tener un papel significativo en la supresión de ésta".

   Mayor resistencia a tumores e infecciones

   Así lo demuestra este experto cuando explica que las propiedades antitumorales de los productos fermentados pueden explicarse por la estimulación del sistema inmune, la inhibición de compuestos carcinogénicos en el tracto gastrointestinal o la reducción de la actividad de las enzimas bacterianas fecales que activan los carcinógenos.

   Los especialistas reunidos en estas conferencias han destacado que, aunque del yogur no puede afirmarse que sea un alimento anticancerígeno, "está comprobado su incidencia positiva en el cáncer intestinal y de mama, ya que existen muchos casos concretos donde se observa la mejoría de los pacientes cuando consumen estos alimentos".

   En este sentido, María Eugenia Bibas Bonet, Profesora Adjunta de Inmunología en la Universidad de Tucumán, Argentina, manifiesta que "la inmunoterapia ha demostrado ser efectiva especialmente en evitar el segundo estadio del cáncer, la promoción. En este sentido, el consumo de leches fermentadas con bacterias lácticas aumenta la respuesta inmune e incrementa la resistencia a tumores e infecciones".

   Sobre todo el Lactobacillus casei

   Su ingesta ejerce un efecto antitumoral gracias a la disminución de la respuesta inflamatoria, evitando la gran liberación de radicales oxidantes, "los cuales son mutagénicos y favorecerían el desarrollo tumoral", afirma el profesor Váldez. Por ello, el consumo diario de yogur no sólo puede paralizar su evolución, sino que disminuye el riesgo de varios tipos de cánceres gracias a las bacterias lácticas.

   Los científicos destacan que pueden ser evitables hasta un 35% de los cánceres gracias al consumo continuado de leches fermentadas, especialmente el yogur. Entre las bacterias lácticas destaca por sus propiedades de supervivencia, colonización intestinal y efectos probióticos el Lactobacillus casei.

   Aunque según diversos estudios parece demostrada la interacción de este lactobacilo con el sistema inmunitario, así como sus posibles efectos antitumorales, estas concusiones se basan sobre todo en estudios en animales. Los estudios clínicos y epidemiológicos en humanos todavía no son suficientemente concluyentes aunque es una posibilidad prometedora.