Puede saberlo o descubrirse en las revisiones rutinarias del principio del embarazo. Generalmente no existen síntomas. Puede deberse a la ansiedad de esperar un niño. En los casos de ansiedad, la presión bajará gradualmente hasta su nivel normal, y se quedará ahí, a medida que la madre vaya ganando confianza.
En los casos de presión sanguínea mantenida preexistente, aunque suele descender durante las semanas intermedias del embarazo, vuelve a subir hacia el final. Siempre es importante tener controlalada la presión sanguínea durante el embarazo. Cuando la hipertensión se desarrolla hacia el final puede ser señal de preeclampsia o eclampsia. Si la situación no se domina puede dañar a la madre y/o al feto antes del parto.
Cuanto antes se descubra, mejor: tanto mayores serán las probabilidades de tener un embarazo seguro. Por eso, si usted es hipertensa, es importante ver al GINECÓLOGO en cuanto sospeche que está embarazada. Si una vez embarazada se le descubre que tiene presión sanguínea alta, le harán exámenes frecuentes:
Durante el embarazo NUNCA se deben tomar más medicamentos de los que le recete el GINECÓLOGO. Esta prohibición incluye no sólo las medicinas recetadas con anterioridad a la gravidez, sino también las adquiridas sin receta. Tiene asímismo mucha importancia abstenerse de fumar y reducir cuanto sea posible el consumo de alcohol. Casi todos los fármacos y muchos alimentos pasan de la corriente sanguínea materna, a través de la placenta, al ser que gesta. Algunos exponen el niño a desarrollarse de modo anormal, sobre todo tomados durante los primeros dos o tres meses, cuando se forman los órganos de más importancia y algunas partes del organismo. Por lo tanto, la mujer evitará esas medicinas cuando pudiera estar en las fases iniciales de un embarazo no confirmado. Se exceptúan de ésta prohibición general:
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Ver: HIPERTENSION