En la torre de Tokyo 

               por Mikki-chan     

 

 

Epílogo Quinto
“El regalo prometido” 

“... yo puedo hacer, que tu camino sea igualito al mío
que tus tristezas sean mis tristezas
yo puedo hacer, que el cielo se traslade hasta tu puerta..”

Fragmento de tema: “Yo puedo hacer”
Intérprete: Ricardo Montaner

El despacho de Shaoran Li estaba en silencio y en penumbras aquellas horas de la noche pero el descendiente de Lead Clow continuó con su labor sin inquietarse por la hora; bastante trabajo le había costado aparentar indiferencia y tranquilidad durante la cena – hace varias horas- y ya que Sakura sabía que lo que le retenía aquella noche era labor confidencial del Jefe del Concilio, no pensaba detenerse hasta llegar a alguna conclusión satisfactoria..

Porque a alguna había que llegar..

- “No necesito de mayores problemas que los que ya tengo” –dijo fríamente a la persona que se comunicaba con él a través de la Pc- “es preciso que la investigación sea discreta en todo sentido, ¿de acuerdo?”

- “Lo lamento mucho Honorable Tai-pan” –decía la cansada voz del jefe Zhiao, el principal integrante de los Siete Consejeros del Jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente- “pero sabe bien que una organización como la nuestra, con tantos siglos de antigüedad e historia, necesita de su propia policía secreta y especialmente el Clan Li, que como usted bien sabe..”

- “Ni siquiera lo menciones” –le interrumpió con un gesto de repugnancia en su apuesto rostro- “haz lo que creas necesario pero te exijo que sean supervisados estricta y personalmente.. ¡no toleraré que cometan ningún  tipo de atrocidad mientras yo sea jefe del Concilio!, ¿está claro?”

- “Comprendo su inquietud Honorable Jefe y yo mismo me encargaré de mantenerlos bajo control.. como han estado desde que Ud. inició su mandato” –replicó Zhiao, inquieto- “pero es peligroso tenerlos en contra.. y especialmente para Ud, como bien sabe” –tosió con incomodidad- “Lo que me inquieta es más bien su actitud respecto a lo que ocurrió en Siberia durante su viaje.. ¿no cree que su Dama debería saberlo?”

- “¡Jefe Zhiao!” –se alarmó el esposo de Sakura- “¿es eso realmente necesario?”

- “Me parece que sí mi joven señor” –asintió el anciano con gesto de notoria desaprobación- “creo necesario que la Dama Sakura estuviera enterada de lo ocurrido en su viaje a Siberia, mientras ella y su hijo se instalaban en Japón, ella....”

- “¡Es suficiente!” –protestó Shaoran- “Jefe Zhiao, agradezco tu preocupación pero ambos sabemos que aquello fue un incidente que aún está en investigación y no pienso preocupar a mi familia inútilmente...”

- “¿Inútilmente?” –repitió el anciano con asombro- “¡Trataron de asesinarlo mi joven señor!, ¿cómo puede tomarlo con tanta calma?, y sin embargo usted no permitió que ejecutáramos a Kagastán..”

- “Te digo que lo olvides Zhiao” –murmuró pensativo- “no es que no sea importante pero es que el Jefe Kagastán no estaba en sus cabales. Tú mismo viste que estaba como poseído cuando se comportó de esa forma. Además que no soy un inútil que no pueda defenderse de un semi-zombie” –suspiró frunciendo el ceño- “No me inquieta Kagastán, me inquieta más saber quién pudo motivar aquel tipo de ataque o posesión en mi contra... ¿crees que ellos podrían haberlo hecho?” –añadió- “razones no les faltarían pues desde que Lao salió del Concilio prácticamente los obligué a la inactividad, pero...”

- “Quien sabe mi joven señor” –murmuró el anciano- “Pero como alguien que conoce y aprecia a su familia... lo dudo. Tienen motivos, sí, usted no les permite sus nocivas actividades, pero también existe el asunto de... bueno, la lealtad entre clanes y al menos ellos jamás han dudado en esa ley... nunca hasta ahora. Lo que me inquieta es el atentado de Kagastán en su contra..” –continuó dubitativo- “cierto que estaba casi como zombie, pero usted sabe que él lo detesta mi señor y que en estos años ha urdido muchas conjuras en su contra.. conjuras que aún no probamos pero.. era la mejor oportunidad para hacerlo ejecutar” –insistió Zhiao- “justamente lo comentaba con su Guardián y él estaba de acuerdo totalmente. Lamento que Hin Lu hubiera estado encargado de verificar la mudanza de Dama Sakura a Japón porque si hubiera estado allí su deber le hubiera hecho matar a Kagastán y usted no hubiera podido evitarlo..”

- “Por favor deja eso” –replicó Shaoran con gesto cansado - “tuve que ordenarle a Hin Lu que NO viajara hasta Siberia a matar a Kagastán antes de contarle lo que pasó. ¡Y tampoco que le dijera algo a Sakura o a mi prima Mei Ling!” –continuó, nervioso de imaginar lo locuaz que era su prima- “pero ese no es el problema... sabemos muy bien que los disturbios entre los clanes de Mongolia y Siberia fueron provocados, pero Kagastán no tiene ni la astucia o la osadía de hacer eso. Lo que quiero saber es quién está creando problemas y de alguna manera Kagastán será el hilo que me conduzca a esa persona. Es bueno saber exactamente donde está el enemigo Zhiao.. ” –su expresión pasó a ser una de frío análisis- “pero lo que más me preocupa es lo último... el mensaje del Sabio. ¡No tiene sentido!”

- “Es imposible que haya conexión alguna entre los disturbios de Siberia y Mongolia y lo que el Sabio nos advierte Tai-pan. Somos sólo tres personas en el mundo quienes sabemos lo que podría significar” –razonó el anciano- “Usted, como Jefe del Concilio; yo, que ya estoy viejo y por eso siempre pienso en el pasado y en el futuro..  además de la persona encargada de velar por la sabiduría en Oriente, el Sabio... nadie más”

- “Sí, tienes razón”

El anciano jefe hizo un gesto de asentimiento y el joven Jefe del Clan Li dio por terminada la comunicación mientras su mente volaba...

- “Fue un alivio que sólo estuviéramos Kagastán, el jefe Zhiao y yo cuando trataron de matarme” –pensó frunciendo el ceño- “si alguien más hubiera estado allí no hubiera podido evitar que Sakura y sus periodistas se enteraran de lo ocurrido y ella se habría inquietado demasiado” –se puso de pie y se paseó nerviosamente por su despacho- “no han sido pocos los conflictos que solucionar en mi labor estos años en el Concilio y siempre ha sido esa la labor del Jefe de la organización mágica más antigua aún existente en el mundo, pero.....”  -suspiró hundiéndose en su sillón en la oscuridad- “ ¿porqué el Sabio me envía repentinamente un aviso?, la última vez que lo hizo fue por la profecía que hablaba de los “Kamui”, fue él quien nos avisó que el Druida Negro había escrito esa profecía en la placa de oro.... ¿es que no ha terminado?, ¿y este intento de matarme tendrá que ver con eso?”

En la semi-oscuridad de la noche sólo unas palabras estaban en la pantalla de la máquina.

La rueda del destino ha iniciado nuevamente su girar...

- “No, no inquietaré a Sakura con esto... no necesita saber lo que ocurrió verdaderamente con Kamui Shirou, y lo que yo juré callar” –suspiró profundamente- “tengo que hacer lo posible por disimular mi preocupación. ¡Tengo que lograrlo!”

                        *                      *                      *                      *                      *                      *

La figura esbelta y delicada caminó con prisa a través de la cafetería despertando varias miradas masculinas de franca admiración; ya más un caballero presente estaba a punto de ponerse de pie para ayudarla ante la expresión confundida de su rostro, pero súbitamente una voz se elevó entre la concurrida cafetería y los ojos verdes de Sakura se iluminaron al reconocer a las ocupantes de una mesa algo alejada de las demás...

- “¡Ya llegué!, ¡lamento mucho el retraso!”

- “Hay cosas que nunca cambian, ¡yo soy la que llegué ayer de Hong Kong y tú llegas tarde!” –rió Mei Ling- “y eso que tú pusiste la hora de la reunión..”

Sakura sonrió algo apenada ante las ligeras bromas de la prima de su esposo antes que Ayame Tsukishiro la tranquilizara con su dulce voz de costumbre, diciéndole que la propia Mei Ling acababa de llegar; por su parte Tomoyo y Yoko intercambiaron algunas miradas divertidas antes de que todas se animaran a preguntar a la señora Tomoyo Kinomoto si realmente todo estaba bien...

- “A veces mi hermano tiene una forma de ser algo .. difícil” –suspiró Sakura- “además que con lo de la visita de tu maestra hace más de un mes y el repentino viaje de mi hermano a Osaka..”

- “Todo está bien Sakura.. descuida” –sonrió Tomoyo con suavidad- “en serio. No olvides que conozco bien el genio que se gasta tu hermano, además..”

- “Además que Touya es un gran cabeza dura, lo sé muy bien” –asintió la antigua card captor.

- “Pero Yukito dice que es una gran persona..” –sonrió Ayame Tsukishiro con afabilidad- “y sé que es cierto, pese a su carácter. A veces las personas más frías son en realidad diferentes cuando las conoces bien ¡si lo sabré yo con mi querido hijo Rei!, es sólo cuestión de paciencia y cariño..”

- “Sí, pero todo está bien.. ¡en serio!” –sonrió Tomoyo con una gotita sobre la cabeza- “Touya y yo estamos bien.. ¡de verdad!”

- “Pero como nos comentaste que estaba muy reservado contigo y además partió imprevistamente para Osaka...” –murmuró Yoko Hiragizawa con preocupación- “¿ya todo está bien entonces?”

- “Sí. ¡De veras chica!.. las cosas se habían aclarado entre nosotros antes que partiera a Osaka. Además regresó anoche y todo está realmente bien.. ¡en serio!”

El leve rubor en el rostro de la hija de Sonomi al decir esas frases no pasó inadvertido para la siempre vivaz Mei Ling..

- “¡Oh eso es genial!, entonces ¿la reconciliación estuvo muy interesante verdad?” –rió con un brillo malicioso en la mirada- “porque supongo que se levantaron muy tarde ¿no?”

Sobre las cabezas de Sakura y Yoko surgió un signo de interrogación, mientras Ayame escondía su sonrisa en su humeante café y el sonrojo de Tomoyo aumentaba..

- “¡Mei Ling!” –sonrió Tomoyo algo abochornada.

- “Nada más adorable que las reconciliaciones” –rió la prima de Shaoran, jocosamente y sin importarle la reacción de su amiga- “dímelo a mí, que tengo ya cuatro niños con Hin Lu” –añadió con aires de experta- “y no es que nos peleemos, no. Es que a veces le hago sufrir un poquito para que me quiera más..”

- “¿Tú eres la que te enfadas con tu esposo?” –se sorprendió Ayame.

- “¡Pues claro!.. a veces es tan serio que me irrita.. aunque no niego que es eso lo que adoro en él” –rió divertida- “¿y tu Tomoyo?, seguro que ese malhumor del doctor cambia mucho cuando están a solas.. ¿no?”

Tomoyo sólo sonrió, mientras Sakura murmuró algo, aún confundida..

- “¿Qué quieres decir con eso Mei Ling?”

- “Me refiero a lo que haces en tu habitación con Shaoran cuando están solos..” –rió a modo de respuesta y con un brillo evidentemente malicioso- “tu sabes.. él y tú... solos, de noche y..”

La cara de Sakura se puso de un violento tono carmesí y Yoko Hiragizawa –que tampoco había entendido las palabras de la esposa de Hin Lu- casi se atragantó con el café al captar la idea...

- “¡Mei Ling!” –protestó Sakura, aún sonrojada, mientras Ayame Tsukishiro daba leves golpecitos sobre la espalda de la aún aturdida Yoko- “¡decir eso ahora no es gracioso!”

- “¡Ay Sakura eres el colmo!, no me sorprende que Hien sea hijo único si te pones así cuando sólo hablamos de algo tan normal entre esposos” –rió divertida- “no digo lo mismo de ti Yoko porque sé bien que Eriol es mucho más avispado que el distraído de mi primo y seguramente que...”

- “¡Mei Ling, por favor, no te metas conmigo!” –suplicó Yoko, con algo de pánico.

- “Bien, al menos hago notar mi presencia cada vez que las visito chicas” –rió la esposa de Hin Lu, mientras Sakura y Yoko suspiraban en alivio, a la vez que Ayame y Tomoyo contenían la risa- “después de todo, no olviden que hace mucho tiempo que no venía a Japón a verlas y es preciso que me ponga al día con los chismes de ustedes...”

- “Afortunadamente todo está bien por aquí” –sonrió Tomoyo- “lo de Touya y yo es algo que ya está solucionado ... supongo que es cosa de charlar un poco más” –añadió mirando el rostro inquieto de Sakura- “sé que tu hermano no se caracteriza por hablar mucho de sí mismo pero no te preocupes por nosotros Sakura... lo que sucede con Touya es que a veces se preocupa demasiado por todo”

- “Yukito también” –sonrió Ayame.

- “Shaoran también siempre está preocupado por cosas del Concilio”

- “Hin Lu también”

- “Es  normal preocuparse demasiado por sus trabajos, ¿acaso habrá algún esposo qué no lo haga?” –comentó distraídamente Tomoyo.

- “El mío” –suspiró Yoko.

- “¡¡¡¡ATCHIIISSS!!!!”

Shaoran, Eriol y Hin Lu –que tenían una reunión esa mañana en el despacho del Secretario de Cultura de la embajada inglesa- estornudaron al unísono, mirándose confundidos por un momento...

- “¿Tenemos plaga de gripe?” –preguntó Shaoran distraídamente.

- “Lo dudo” –rió Eriol- “si tu esposa salió muy apurada esta mañana (al igual que la mía) deduzco que están en su reunión de chicas... con todo lo que eso conlleva”

- “¿A qué te refieres?” –preguntó el esposo de Sakura, que aún parecía levemente distraído e inquieto- “¿sospechas algo en particular?”

- “Están hablando mal de nosotros, por supuesto”

- “¡Ay no, Mei Ling llegó ayer y está con ellas!” –suspiró Hin Lu con un gemido.

- “¿En serio?.. ¡vaya sorpresa!, tu esposa es todo un peligro” –murmuró Eriol al secretario, mientras Shaoran asentía, dándoles la razón- “en fin, creo que si ellas pueden hablar de nosotros ¿porqué no hacemos lo mismo?”

- “¿A qué te refieres?”

- “Me refiero Shaoran, de que podrías empezar a contarme porqué tienes sólo un hijo..” –rió divertido.

- “¡Oye, tú también tienes sólo una niña!”

- “Sí, pero no soy yo quien tiene un clan bajo órdenes..”

- “¿No íbamos a trabajar en cómo mejorar las relaciones entre Oriente y Occidente?” –preguntó Hin Lu.

- “¿Porqué se preocupan tanto por el trabajo?” –replicó Eriol encogiéndose de hombros mientras Shaoran y Hin Lu suspiraban con resignación- “Yoko no está en la oficina hoy y puedo divertirme sin temer un regaño..”

- “Ella es la que te hace trabajar en serio ¿no?”

- “¿Cómo lo sabes Shaoran?” –replicó el inglés, algo sorprendido.

- “Nada, sólo lo sospechaba” –suspiró el aludido.

- “Bien, relájate un poco” –pidió Eriol, que con su percepción de costumbre notaba al esposo de Sakura muy tenso- “¿te preocupa algo?”

- “No.. claro que no...” –dudó - “¿qué dices?”

Hin Lu pareció inquieto al notar cierta tensión en el rostro del Jefe de su clan.. y parpadeó levemente, intercambiando una mirada con Eriol. ¿En qué estaba pensando para no notar que Shaoran estaba muy distraído últimamente?. Bien, la llegada imprevista de Mei Ling aún le tenía nervioso. Si Mei Ling había venido siguiéndole a Japón era porque algo se traía entre manos.

Pero.. ¿y la preocupación de Shaoran?.

Quizá su Jefe y amigo estaba nervioso aún por el asunto de Kagastán..

¡Lástima que le hizo jurar que guardaría el secreto!, hubiera dado lo que sea por poder decírselo a Eriol y saber su opinión al respecto..

- “Mira, si te preocupa algo, y puedes arreglarlo, no pierdas tiempo y hazlo” –continuó Eriol, con una sonrisa- “si es algo que no está en tus manos solucionar o aún esperas algún tipo de acontecimiento ajeno a tu voluntad.. relájate y disfruta un poco” –dijo poniendo una mano sobre el hombro de su amigo- “sabes que si tienes algún problema puedes contar con mi ayuda ¿verdad?”

- “Que no sea del tipo de “ayuda” que me brindabas cuando íbamos a la primaria..” –ironizó Shaoran

- “Ese tipo de ayuda sería divertida..” –sonrió con malicia y Shaoran apenas pudo contener un escalofrío..... antes que Eriol le pusiera una mano sobre el hombro, diciendo ya con sinceridad- “descuida.. sabes bien que si les brindo algún tipo de “ayuda” como ésa, Yoko me mataría”

- “Pues me alegra que tu esposa contribuya a mantener mi salud mental en calma.. al menos en lo referente a ti y tu forma de hacer las cosas..”

- “Ya sabes que Yoko se toma las cosas muy en serio..”

- “Pues algo de seriedad no le vendrá mal a Mei Ling..” –dijo Hin Lu, pensando en voz alta.

- “¿Seriedad?” –dudó Shaoran- “no, no es eso lo que me pone nervioso con Sakura...Lo que sí me pone tenso es que... bueno.. con eso de que es periodista... ¡su forma de ´investigar´ me pone realmente nervioso!”

Los tres hechiceros, al hablar cada uno de sus esposas en voz alta se miraron entre sí y prorrumpieron en una carcajada, mientras Shaoran se decía a sí mismo..

- “Sí.. Eriol tiene razón.. tengo que procurar controlar mis inquietudes... ¡no quiero que Sakura sospeche siquiera lo que pasó en Siberia!”

- “¡¡¡¡ATCHIIISSS!!!!”

- “¿En serio no estás resfriado amigo?”

- “El colmo sería que pillara una gripe” –bufó Touya con fastidio, mientras Yukito le ofrecía una taza de té para su ´resfrío´ - “gracias Yuki” –aceptó antes de notar la gran sonrisa del Director del Campus Clamp en Tomoeda-  “..... ¿y a ti que te pasa?, ¿porqué me miras y te ríes?.. Ya tengo bastante con imaginar la charla de Tomoyo con sus amigas.. ¡¡seguro que por eso estoy estornudando como loco!!”.

- “¡Calma, calma!, ¿qué tiene de malo que Tomoyo se reúna con sus amigas?, sabes bien que ella te adora. Anoche, cuando me llamaste y me dijiste que ibas conduciendo rumbo a tu casa, me dijiste que estabas impaciente por verla.. ”

Touya tosió disimuladamente...

- “Ah.. ehh... cierto... anoche..”

- “¿Todo está bien?... ¡estoy seguro que sí!, ¿verdad?”

- “Eh... sí. Gracias por tu preocupación” –volvió a toser para disimular un leve sonrojo- “eh.. ¿cómo estás tan seguro?”

- “Por nada amigo, sólo que llevas aquí casi media hora y no has soltado ninguna maldición, además estas sentado tranquilamente en el diván que uso para las consultas... ” –añadió- “ya veo que todo está bien entre Tomoyo y tú..”

El médico pretendió conservar el hermetismo pero suspiró después de algunos momentos..

- “Bien, bien.. tienes razón. Todo estaba en mi cabeza ¿ya eres feliz?. Lo que me fastidió fue haber tenido que irme a Osaka momentos después de hablar todo con ella.. la otra noche... ya sabes” – continuó- “lamento los problemas que te dí Yuki y realmente siento lo que te dije del diván la última vez que te visité. ¡Ya sabes como me pongo cuando se trata de ella y...!”

- “Lo sé, es por lo mucho que la quieres” –sonrió Yukito, todo felicidad- “ustedes dos han pasado por muchas cosas desde que decidieron estar juntos... no podías permitir que tus propios temores te hicieran alejarte de ella amigo...” –amplió su sonrisa- “¡me siento muy contento por ti!”

- “Sí.. es cierto” –sonrió Touya, brevemente, con cierto aire reflexivo- “hemos pasado mucho juntos... a veces no puedo creer todo lo que ha sido vivir estos años a su lado; las cosas no siempre han sido fáciles para nosotros.. es más, creo que siempre fueron complicadas...”

Yukito sólo volvió a sonreír mientras la mente del hijo de Fujitaka volvía en el pasado, cuando Tomoyo y él esperaban el nacimiento de su hija... Nadeshiko.

Aquellos sí que habían sido duros tiempos...

- “No, no puedo tomar esa guardia.. lo siento mucho, pero es imposible”

El Jefe de Emergencias del hospital más prestigioso de Kyoto frunció el ceño. ¿Aquel médico recién llegado se estaba negando a una guardia nocturna?, ¿qué rayos se había creído?. Desde los desastres que asolaron Tokyo y obligaron la evacuación de la ciudad muchos profesionales se encontraban en una situación difícil y siendo Kyoto una ciudad importante los puestos eran peleados y determinados por cosas como ésta..

Había muchos médicos buscando empleo en Kyoto y éste joven galeno ¿se negaba a realizar un servicio extraordinario aún con el riesgo de perder el empleo?. Hubiera querido preguntar si a este joven doctor –de apellido Kinomoto- realmente no le interesaba el trabajo, pero no tuvo ocasión de hacerlo ya que el susodicho había partido con rapidez..

Si eso continuaba así...

Touya se dio prisa, llegando al diminuto departamento que ocupaba con Tomoyo sudando por el esfuerzo realizado. Afortunadamente el hospital  no estaba muy lejos del sitio donde vivía con su esposa y su bebé, pero eso de tener que correr por las calles durante casi una hora –el trayecto a pie- era bastante cansado..

Y es que en noches como ésta realmente extrañaba su auto... lástima que tuviera que venderlo para conseguir dinero contante y sonante..

Ojalá pudiera recuperarlo algún día, pero lo dudaba..

- “¡Hola hermanito!” –saludó la pequeña Kiku a modo de bienvenida- “¡chica que canta bonito casi no se ha sentido malita hoy, pero bebé ha llorado mucho y no la ha dejado descansar!”

- “Gracias Kiku” –le dijo a modo de saludo- “vé a jugar si deseas. Yo me ocuparé de ellos..”

La pequeña fantasma emitió una risita gozosa y salió del departamento atravesando el muro, mientras Touya trataba de arreglar un poco su aspecto cansado para que Tomoyo no se preocupara..

¡Si sólo pudiera ahorrar más dinero para pagarle a alguien que cuidara a Mamoru, ella necesitaba descansar..!

- “¡Que bueno que llegaste!” –le saludó la muchacha con una sonrisa en su palidísimo rostro- “es mejor que descanses un rato.. ¡te prepararé algo sabroso y..!”

- “No quiero que te levantes” –le replicó autoritario, empujándola suavemente al lecho- “Ya me dijo Kiku que no has descansado nada, ¡tienes que cuidarte más!, ¡recuerda que prometiste que no harías nada que te pusiera en más peligro del que ya estás!”

- “Pero no he salido de la casa..”

- “Ese no es el punto, y lo sabes. El susto que nos llevamos la semana pasada debió servirte de aviso..” –le increpó duramente, para después suavizar su rostro- “¡oh rayos!, estás cada día más pálida y has perdido mucho peso..”

La muchacha de ojos azules sonrió con paciencia..

- “Todo saldrá bien. No te preocupes. Kiku es una gran ayuda con los quehaceres de la casa, ¡prácticamente no hago nada!, lo de mi palidez es normal... no es algo serio, además..”

Un chillido infantil se hizo notorio y Mamoru saludó a su padre de forma muy ruidosa, llorando a todo pulmón..

- “¡Oh, ya se despertó!” –sonrió con inagotable ternura, poniéndose de pie antes que él pudiera retenerla- “ven aquí mi amor... creo que ya te toca un cambio de pañal, ¡mi lindo y dulce bebé!” –añadió tomando al bebé en brazos.

- “No te muevas tanto Tomoyo, yo lo haré..” –el recién llegado se puso de pie y evitó que la muchacha buscara la gran caja de pañales que tenía bajo el lecho- “no quiero que te esfuerces tanto, ¡demonios!, ¿acaso no piensas hacerme caso por una vez en tu vida?”

- “No, tú estás muy cansado” –sonrió, quitándole el paquete de las manos con un mohín- “¡duerme un poco!, además Mamoru se pone muy inquieto por las noches y ayer no pudiste conciliar el sueño y te fuiste a trabajar así y...”

- “Tú tampoco dormiste nada. Y sabes bien que no debes levantarte de la cama” –le reprochó- “de modo que mejor te recuestas, que al bebé lo cambiaré en un momento..” –suspiró- “sólo espero que no quiera jugar...”

Touya atendió a su hijo con diligencia y rapidez, y volvió a regañar a su esposa cuando ella le sirvió la cena. Y es que para el embarazo de alto riesgo que ella estaba afrontando era estrictamente necesario el reposo absoluto y ya la semana pasada Tomoyo había sufrido una pérdida de sangre que les hizo temer un aborto natural. Afortunadamente se pudo evitar la pérdida del bebé entonces, pero la palidez y la debilidad de la muchacha eran más y más evidentes. Y con Mamoru en pañales, la escasez de dinero y las medicinas caras que ella debía tomar, la situación estaba más y más difícil..

La joven había tratado de enviar una carta a Fujitaka –que se encontraba aún en la India, en un viaje arqueológico- o a Sakura, pero Touya le había arrebatado la carta rotundamente, casi con desesperación. No quería preocupar a su padre ni a nadie, además que su orgullo no le permitía tocar el dinero de su esposa. Era asunto suyo y sólo suyo la situación de Tomoyo y su hijo –así como el bebé que ella esperaba- y estaba decidido a hacer lo que fuera por sacarlos adelante él solo. Le parecía ofensivo y humillante enviarle una carta a su padre –que ya les había ayudado tanto con Mamoru antes de partir de viaje- y mucho peor pedirle ayuda a Sakura, quien se hallaba en China con su esposo...

¿Pedirle ayuda a ese insolente sujeto chino?

¡Grrrr!

La sola idea le revolvía el estómago... y su orgullo masculino no hubiera podido tolerarlo, ¡claro que no!, pero estaba pagando el precio. No tenía el dinero suficiente para pagar una enfermera, y tampoco quería dejar sola mucho tiempo a su esposa, pues sabía bien que Tomoyo necesitaba  sus cuidados pero estaba tan agotado por cada día de trabajo –en el hospital y en la casa- que cada día se le notaba más su cansancio.. la debilidad creciente que se cernía sobre él.. su desesperación..

Algo, especialmente obvio para los hermosos ojos azules de la muchacha que esperaba a su segundo bebé.

- “Pobrecito.. ¡está tan cansado!

Aquella noche se quedó profundamente dormido casi sobre la comida mientras Tomoyo lo contempló con ternura y a la vez con inquietud por unos instantes –pues no escapaba de su agudeza la situación que enfrentaban- antes de tratar de ayudarlo a llegar al lecho.

- “Tengo que hacer algo... pero... ¿qué?, ¿qué puedo hacer?” –suspiró- “por ahora, llevarlo a la cama.. ¡si es la tercera noche que no había podido dormir!.. pero tengo que pensar cómo ayudarlo... ¡tengo que lograrlo!”

Suspirando nuevamente, la muchacha –pese a su avanzado estado de gestación- trató de llevarlo al lecho.. haciendo todo un esfuerzo. Eso era algo complicado, pues su esposo no era precisamente alguien a quien ella pudiera transportar con facilidad, más bien siempre había sido lo contrario.. pero cuando lo acabó de acomodar en el lecho, la sonrisa se le heló en los labios al sentir un profundo dolor en el vientre y notar que a sus pies estaba un charco de sangre..

- “¿Sangre?, no, afortunadamente no tuve ningún tipo de problema con Lin Sai” –comentaba Mei Ling, en ese mismo instante con sus amigas- “mi nena nació sin problemas, gordita y rebosante de salud” –sonrió, complacida- “aunque el que se pone mal cuando voy a tener un bebé es Hin Lu... el pobre sí que dá lástima. ¡Se puso de un tono verdoso cuando supo que Lin Sai venía en camino!, sólo repetía.... ´cuatro... ya voy a tener cuatro´, ¡y por supuesto que ya tenemos cuatro niños!. Kei Lang, mis gemelas y ahora Lin Sai.. ¡¡es tan divertido ver la cara que pone cuando le digo que vá a ser papá otra vez!! ”

Sakura y sus amigas sonrieron con ganas.. si bien más de una compadecía en forma personal a Hin Lu...

- “¡Menudo susto debió haberse llevado!” –comentó Sakura, con simpatía- “si mi pobre Shaoran se llevó un gran susto cuando supo lo de Hien..”

- “Te recuerdo Sakura, que tú misma te asustaste mucho..” –le recordó Tomoyo.

- “Fue una sorpresa para todos, según sé..” –comentó Ayame Tsukishiro.

- “¡Ay Sakura, no seas así!” –rió Mei Ling, siempre aguda- “¡si creo que tú y mi primo no estaban del todo seguros si hicieron a Hien consciente o inconscientemente... ¡viva el afrodisíaco de la abuela!”

- “¡Mei Ling!” –protestó una acalorada Sakura.

- “¿En serio?” –dudó Yoko, suavemente- “temo que yo estaba muy metida en mis problemas de ese entonces, pero si recuerdo algo del alboroto que se armó cuando supimos todos que esperabas un bebé Sakura..”

- “Eh... bueno, sí, ¡admito que fue un susto!”

Todas prorrumpieron en grandes risas pero los ojos grises de Yoko Hiragizawa dudaron algo aturdidos, mientras sus amigas bromeaban a costa de la antigua card captor..  ¿es que acaso las cosas son así para todos?, de una u otra manera, supuso que sí.. Después de todo Eriol se había burlado mucho de Shaoran cuando se supo que Sakura estaba encinta ... 

¿Porqué los hombres le encuentran tanta diversión en reírse de los demás?... si cuando le tocó el turno a la reencarnación del mago Clow las cosas fueron...

Fueron...

- “A todo esto Yoko..” –quiso saber Tomoyo- “¿cómo se lo dijiste a Eriol?”

La aludida no contestó... su mente vagaba por sus recuerdos..

Tema: “Yo puedo hacer”
Intérprete: Ricardo Montaner

“Yo puedo hacer, que las violetas abran hoy como a las diez
que la luciérnaga no apague hasta que pase el tren
y que septiembre  en adelante caiga ocho todo el mes

yo puedo hacer, que los deshielos de mi alma no te mojen
que las provincias de tu cuerpo se rindan, a mis versos
y el arco de iris te sorprenda en blanco y negro..

Las manos de él la acariciaron con suavidad bajo el grueso abrigo que moldeaba su pequeña figura, pero los ojos grises contemplaron los copos de nieve caer con algo de melancolía y nostalgia..

- “¿Preocupada?”

- “Un poquito.. sí. Apenas hemos vuelto a tiempo para las celebraciones de fin de año en tu país y no olvides que es la primera vez que Tao y yo no tendremos a nuestra madre en estas fechas..”

- “Y no olvides navidad, faltan apenas dos días..”

La chica asintió, mientras sonreía con timidez ante los apasionados besos de él..

- “Es nuestra primera navidad juntos niña mía” –sonrió Eriol con ternura- “¿qué es lo que quieres de obsequio?, te regalaré lo que tú quieras así sea un día soleado pese a que estamos en invierno.. ¿para qué está la magia si no es para obsequiar algo interesante?”

yo puedo hacer, que tu camino sea igualito al mío
que tus tristezas sean mis tristezas
yo puedo hacer, que el cielo se traslade hasta tu puerta

yo puedo hacer, de cada día tuyo; un siglo mío
de cada sueño tuyo un sueño mío
yo puedo hacer, que veas amanecer con un suspiro

yo puedo hacer, a los costados de tu cuerpo
mi remanso y en los balcones de tu pecho mi cabaña
y en el invierno de los pozos de tu río beber agua

- “¿Obsequio?, ¿magia?. ¡Que cosas se te ocurren si no necesito nada!.. ¿cómo crees que pueda querer algo después de tenerte conmigo?” –sonrió con timidez- “aunque es cierto que tendré que buscar un obsequio para Tao. ¡Adora los obsequios y los árboles navideños!.”

- “¿Celebraban la navidad en tu familia?” – se sorprendió él- “lo digo porque es una fiesta occidental y realmente no pensé que lo festejaran como nosotros”

- “Por si no lo sabías, mi madre era portuguesa” –le explicó la chiquilla- “y aunque papá siempre fue muy tradicionalista y enemigo de las costumbres occidentales ella nos explicó bien lo que significa la navidad, al punto que puedo decir que tengo simpatías hacia las creencias occidentales.. ¿porqué crees que no me opuse a casarnos según tu iglesia?. Sé muy bien que la iglesia anglicana conserva los rituales judeo-cristianos y por ello es que sé que la navidad es un hermoso momento para unir a la familia. Mi madre solía ayudarme a preparar los calcetines para colocarlos ante la chimenea, también preparábamos juntas los obsequios, y ni qué decir del árbol navideño.. ¿te sorprende?”

- “No puedo negar que sí. Creí que iba a tener que explicarte lo que hacemos en navidad aquí, en occidente..”

- “A mi madre le gustaba mucho que yo tocara el piano... cuando era niña y aún teníamos piano, por supuesto. Cuando Tao nació y el dinero escaseó en casa entre las dos preparábamos los obsequios para él” –sonrió feliz de recordar la ternura de su progenitora y el calor del hogar que tenía- “¿y tú? ¿cómo celebraban la navidad tus papás?”

- “Hmmm.. bien...” –rememoró Eriol con gesto pensativo- “antes de ir a Japón a probar a Sakura y Shaoran con lo de las Clow Cards, recuerdo un par de fiestas en la embajada... con muchos dignatarios y gente de la clase política por supuesto..” –añadió- “pero en realidad no hacíamos nada familiar. Generalmente mi padre tenía que quedarse en Buckinghamm Palace para ofrecer los saludos a la Reina junto con Lady Regina. Y cuando la Reina no se encontraba en el país en esas fechas Regina iba a París, Montecarlo o cualquier otro lugar divertido; también mi padre solía hacer viajes diplomáticos”

La chica le miró confundida..

- “Pero.. ¿en la noche de navidad?” -él asintió restándole importancia y la chica continuó- “¿y dónde la pasaste la última vez?, ¿estabas solo?”

- “Tenía a Nakuru y Spinel conmigo” –sonrió con nostalgia- “y con ellos no me aburría nunca. Recuerdo una navidad particularmente divertida cuando estuve en una fiesta de la familia Kennedy en Nueva York, no sé si los conoces.. son una importante familia en el círculo norteamericano; Nakuru estaba realmente eufórica con la fiesta y Spinel muy aburrido.. ya sabes que el pobre no podía ser visto por nadie..”

- “¿Y tus padres, estaban también allí?”

- “No. Creo que Regina estaba en Viena... o en Ámsterdam, no estoy muy seguro. Mi padre estaba justamente en Japón saludando al emperador (después de muchos años), al fin y al cabo Hajime es pariente en cuarto o quinto grado del emperador” –sonrió encogiéndose de hombros- “hace mucho que no pasaba una navidad aquí, en Inglaterra..”

yo puedo hacer, que tu camino sea igualito al mío
que tus tristezas sean mis tristezas
yo puedo hacer, que el cielo se traslade hasta tu puerta

o puedo hacer, de cada día tuyo; un siglo mío
de cada sueño tuyo un sueño mío
yo puedo hacer, que veas amanecer con un suspiro

yo puedo hacer...

La chiquilla le miró con una expresión algo triste que Eriol no comprendió, pero que no le pasó desapercibida..

- “¿Te preocupa lo que te cuento? ¿porqué?”

- “No.. no es eso” –replicó ella- “pero... es sólo que tus navidades y las mías han sido tan diferentes que temo que yo te sea muy aburrida..”

- “No digas eso; además espero con impaciencia saber que vas a obsequiarme” –replicó con un guiño - “en fin.. vamos de una vez a realizar las compras para Tao, seguramente se pondrá feliz cuando vea el árbol repleto de obsequios para él”

La joven china asintió en silencio mientras por su mente no podían dejar de pasar ciertas preguntas, ¡las vidas que Eriol y ella llevaban habían sido tan diferentes!, ¡tan opuestas!, quizá esta navidad tendría oportunidad de hacerle comprender lo que era una fiesta familiar, aunque no del todo. Ya había conocido a Hajime y Regina Hiragizawa –ninguno se encontraba en Inglaterra en este momento- y dudaba poder reunir a los padres de Eriol en una fecha así, sin embargo se prometió a sí misma que iba a poner lo mejor de su parte para que la primera navidad que ella y Eriol pasaban juntos fuera inolvidable para él..

Tenía que hacerlo...

yo puedo hacer, que tu camino sea igualito al mío
que tus tristezas sean mis tristezas
yo puedo hacer, que el cielo se traslade hasta tu puerta

yo puedo hacer, que las violetas abran hoy como a las diez..”

Tema: “Yo puedo hacer”
Intérprete: Ricardo Montaner

- “¡A que no saben la última!” –rió Tao apareciendo de repente ante ellos, con un estrépito en la puerta- “¡el doctor Kinomoto y su esposa van a tener un segundo bebé!”

- “¿En serio? ¿y cómo sabes eso Tao?” –inquirió Eriol con suspicacia- “no hace mucho que Sakura y Shaoran se casaron y durante la ceremonia de ellos Tomoyo bien podía habérnoslo dicho a todos. A mí ya me había parecido que la conducta de Tomoyo era algo extraña pero..”

- “Ella... no estaba del todo segura” –titubeó Yoko.

- “¿Tú lo sabías?”

- “Tomoyo nos comentó sus dudas durantes la fiesta.. pero no era seguro Eriol” –replicó antes de volverse a su hermanito- “¿y tú cómo lo supiste Tao?”

- “Me lo contó el señor Tsukishiro hace un momento, antes de pasarme a Rei al teléfono” –comentó el niño- “¿acaso no es el chisme más jugoso hasta ahora?, algo extraño, pero todo un chisme...”

Eriol lanzó una breve risita maliciosa.

- “Pues no puedo decir que sea extraño pero sí divertido Tao. ¡Menuda sorpresa viniendo del doctor Kinomoto!” –añadió con un brillo en los ojos- “tan serio y gruñón como es y con éste son dos niños los que ya tendría..  y eso que su hijo aún es un bebé”

- “¿No es algo pronto?”-preguntó Tao.

- “Quizá, pero si se le ponen muchas ganas a lo que haces.. es lógico que vengan los bebés.. y más si no eres cuidadoso” –rió con malicia- “si Tomoyo no se pone lista estoy seguro que pronto se llenarán de niños.. ¡pobres de ellos!”

- “¿Porqué dices eso?” –inquirió Yoko.

- “Porque.. mi niña, los bebés son... son...” –dudó pensativamente- “¿cómo decirlo?... son consecuencias obligadas de un matrimonio, simplemente”

- “Cualquiera diría que tuviste muchos hermanos Eriol”

- “Sabes bien que soy hijo único Tao” –rió- “pero de eso a ser padre.. hay un abismo” –continuó divertido- “como alguna vez le dije a Nakuru.. soy la última persona que se siente lista para la paternidad”

Aún riendo, el joven abandonó la salita charlando con Tao sobre los obsequios navideños mientras Yoko se tornaba más y más pálida. La verdad es que había disimulado ante él las molestias que sentía por las mañanas al igual que las náuseas y mareos (para no preocuparle), pero había sido en la boda de Sakura que había empezado a temer que aquellos síntomas fueran motivo de algo más... serio..

Y ahora Eriol decía....

Sintió un nudo en la garganta... pero no quiso pensar en aquella frase ´soy la última persona lista para la paternidad´, pues tenía que estar totalmente segura. Tenía que saberlo... ya no podía darse más excusas.. posiblemente tenía tres meses de embarazo.. si realmente lo tenía.

¿O no?

- “¿Qué hacemos visitando a un Ginecólogo?” –inquirió Tao con cierto brillo malicioso la tarde siguiente- “oye hermanita.. ¿acaso tú estás..?”

- “Tao, por favor no digas nada” –le pidió con un gesto- “Eriol no tiene idea que estamos aquí... ¡le dije que había salido contigo a comprarle su obsequio!”

- “Yo pensaba lo mismo, hasta que me veo aquí” –asintió el niño- “pero te aseguro que si le dices a Eriol que estás visitando a un médico de estos se hará a la idea... ¡sé bien que los bebés no vienen del aire y seguro que él y tú han puesto de su parte si tienes miedo de estar embarazada!” –dudó ante el rostro azorado de ella-“¿qué te preocupa hermanita?”

- “Solo espérame aquí ¿si?, por favor”

El niño asintió en silencio algo inquieto y sin comprender. Y al día siguiente era navidad... ¡sí que sería un regalo bastante poco común!.

Navidad.. ¿qué clase de celebración se les venía encima?

Era aquello precisamente lo que pasaba por la mente de la reencarnación de Lead Clow, al día siguiente. Aquella era la primera vez que él no tenía que ir a una fiesta nocturna y sonrió con algo de nostalgia al pensar en Spinel y Nakuru. Alguna vez, en su más tierna infancia se había preguntado el auténtico motivo del alboroto navideño.. para él era una fiesta de adultos, algo lejano y elegante a lo que tendría acceso al crecer. Posteriormente, al despertar en él los recuerdos de su encarnación anterior había procurado comprender las múltiples ocupaciones de sus padres biológicos, pero aquella era la primera vez desde que tenía memoria que se quedaba en casa a festejar una fiesta navideña..

- “Quedarme en casa... sí, en casa” –sonrió al pensarlo- “donde ella está es mi hogar, sea en Europa o en el último lugar del mundo..”

Sonrió sacando el champagne y colocándolo sobre la bandeja. Tao había sugerido que se quedaran sin servicio ese día y pese a que había tenido que arreglar él mismo al niño –Yoko estaba muy ocupada en la cocina- Eriol se sentía extrañamente a gusto. La cena navideña había terminado ya, un fuego cálido ardía en la chimenea y Tao se arrastraba en la alfombra gritando a todo pulmón por cada regalo que abría..

Quizá pese a tener los recuerdos de Wu Fang Sheng el niño chino lograba hallar ese encanto navideño que él nunca comprendió a cabalidad en su niñez ni hasta ahora, pero mientras el chiquito se enfrascaba en rasgar los alegres papeles que cubrían sus obsequios, el hijo del embajador japonés en Inglaterra sonrió atrapando a su esposa entre sus brazos antes de señalarle una gran caja y otra más pequeña que estaban junto a su sillón favorito, aquel gran sillón de orejas que había viajado con él desde niño –una de sus manías desde que había sido Clow- aunque ahora dicho mueble no estaba en una casa sombría y silenciosa sinó más bien encajaba cálidamente en la salita , mjunto a la chimenea y al árbol navideño..

Un árbol plagado de luces.

- “Son para ti Yoko” –sonrió señalándole las cajas- “¿acaso no vas a abrirlos?..”

- “Pero.. son tan grandes...”

¿Era su idea o ella estaba nerviosa?.. porque estaba casi tartamudeando..

- “El que un obsequio sea grande, no significa que sea el mejor” –sonrió encantador- “porque aquí entre mis brazos está una adorable y pequeña persona que no cambiaría por nada de este mundo..”

- “No... no digas eso” –replicó la chica, muy roja- “me haces sentir muy... muy menuda e insignificante”

Yoko dudó un poco y cuando él finalmente la soltó se adelantó con timidez sobre los obsequios. Pese a todo lo que Eriol decía, aún no lograba sentirse cómoda con la opulencia en la que vivía desde que se casara con él, aunque ciertamente aquellos meses al lado del hombre que amaba le parecían todavía un sueño. Un sueño cuya consecuencia ya llevaba en su interior pero por lo cual no dejaba de sentirse inquieta..

Sus menudas manos abrieron la caja mayor y sus ojos grises se abrieron como platos mientras sentía la risa de Eriol a su espalda... y es que su joven esposo se encontraba muy feliz de sorprenderla con algo tan hermoso ..

- “Es... es... ¡es demasiado Eriol!”

- “Nada de eso” –sonrió acercándose a su lado- “es sólo un abrigo de visón para este invierno... y no quiero que no le busques excusas a la hora de ponértelo ¿de acuerdo?” –los ojos azules se veían radiantes ante la perplejidad de la muchacha y antes que ella reaccionara él mismo abrió la otra pequeña caja- “este es en realidad tu obsequio... por nuestra primera navidad juntos..”

- “¡Por todos los dioses chinos!, ¡como brilla eso Eriol!” –gritó Tao con entusiasmo acercándose a observar.

Yoko se quedó atónita y muda.... se había quedado sin palabras por la sorpresa... ¡¡lo que su esposo sacaba de su estuche era un magnífico collar de brillantes, realmente digno de una reina!!

- "¡Es... es..!”

- “Permíteme ponértelo” –sonrió él, aprovechando su sorpresa para colocárselo- “y no permitiré que me digas que no lo aceptas o que es demasiado para ti” –continuó tomándola de la barbilla con un gesto casi vehemente- “que eso quede bien claro..”

- “Es que... yo... yo...”

- “Yoko, no tienes porqué apenarte por recibir regalos de tu esposo..”

La muchacha aún dudó sintiéndose súbitamente avergonzada, y por unos momentos dudó entre pedir la ayuda de Tao. El inquieto niño, que ya sabía perfectamente lo que su hermana iba a decir sólo respondió a su mirada de súplica moviendo los labios como gritando “dile de una vez”..

- “Es... es que yo.... yo no tengo un regalo tan hermoso o costoso para ti” –dudó la chica, casi sin saber lo que decía- “me... me estaba preguntando que puedo darte... y no sabía..”

- “Los regalos costosos no me importan”- le tranquilizó Eriol, algo perplejo por la extraña mirada que Tao le lanzaba- “no te preocupes tanto por eso Yoko.. yo...”

La muchacha puso ante él una pequeña caja y el joven parpadeó..

- “No tenías que regalarme nada” –le tranquilizó sin comprender el porqué del nerviosismo femenino y las risitas de Tao- “el mejor obsequio que he tenido nunca es tenerte a mi lado.. ¡en serio!...”

- “Sólo ábrelo.. yo.. espero...”

- “¡Pero no te preocupes!”

- “Bueno.. ojalá... te agrade..”

- “Me lo diste tú y eso basta...”

- “¡Sólo ábrelo por favor!” –pidió ahogadamente.

La reencarnación del mago Clow sonrió suavemente, sin comprender aún porqué Yoko se preocupaba tanto por un obsequio navideño, pero su expresión de divertida calma se convirtió en sorpresa y confusión cuando vió lo que tenía la cajita. Sus ojos azules creyeron que estaba alucinando y por un momento su agudeza natural pareció irse de vacaciones...

- “¿Eh?.. ¿qué es esto?”

Dudó por un segundo, casi sin dar crédito a sus ojos.. parpadeó... pero no comprendía nada de lo que estaba pasando...

- “Es un.... un...” –dudó sacando “su obsequio” de la caja- “¿un zapato tan diminuto?” –parpadeó de nuevo mientras sus frases entrecortadas expresaban aún más perplejidad- “es... es... ¡¿¿un zapatito tejido de bebé?!”

Su mirada azul se detuvo de pronto en el rostro palidísimo de su esposa y súbitamente sintió que estaba dejando de pisar tierra firme mientras una idea harto insólita empezaba a dibujarse en su mente..

Una sospecha..

Una chispa...

- “Es.... estoy embarazada” –murmuró Yoko, muy bajito, con un hilo de voz- “voy... voy a tener un bebé Eriol” –la joven china  estaba muy nerviosa y súbitamente empezó a balbucear- “es... esto..... yo sé que no lo planeamos y sé que nos cuidamos.... bueno, a veces”

- “Un bebé... un hijo tuyo” –susurró él aún mirándola fijamente.

- “Y tuyo también” –asintió la chica, con nerviosismo- “sé que no te sentías aún listo para esto pero con algo de paciencia.... ¡a veces los hombres necesitan más tiempo que las chicas para asimilar algo así!.. ¡yo lo sé! y...”

El hijo del embajador contempló aún la menuda figurita ante sí con asombro.. ¡Cielo santo, Yoko era demasiado menuda y frágil!, ¿cómo iba a tener un bebé si aún se veía como una niña?..

Y ella seguía repitiendo frases entrecortadas, mientras Tao –con una sonrisita- se escabullía hacia su habitación arrastrando todos sus obsequios...

Pero él... él aún estaba asimilando la noticia..

La noticia...

Su mano acarició suavemente el rostro pálido de la chica, y mientras ella seguía aún balbuceando, él sólo sonrió. Sonrió suave y gentilmente antes de abrazarla suavemente y con profunda ternura, como si fuera algo muy precioso que podría romperse...

- “¿Eriol? ¿Eriol?”

El joven no contestó ni dijo palabra alguna. Sólo se limitó a ceñir la figurita preocupada de ella contra su pecho, mientras trataba de recordar alguna frase, algo.. algo que pudiera delatar la profunda emoción que lo recorría de pies a cabeza.

Pero no lo recordaba.. no sabía qué decir, ni qué hacer... Era casi como si su pecho estallara.. pero no de dolor, sinó de una extraña y rara alegría.

- “¿Estás enojado?” –inquirió ella levantando la mirada hacia él..

Fue entonces cuando Yoko lo notó... los ojos de él brillaban... de lágrimas contenidas..

- “¡Eriol!”

- “Es lo más hermoso que has podido regalarme jamás niña mía” –sonrió con la voz casi quebrada de emoción- “¡Un hijo!, ¡un hijo contigo!, ¿sabes lo que eso significa?.. significa que una personita vivirá gracias a los dos, alguien que existirá gracias a cada beso y cada caricia que nos hemos dado hasta ahora...”

- “¿Realmente no estás enojado?.. sé bien que no querías tener bebés...”

- “Si te soy absolutamente sincero jamás me imaginé a mí mismo convertido en padre de alguien” –sonrió abrazándola, aún algo perplejo- “siempre creí que era la persona menos a propósito para esa labor, aunque alguna vez Kaho me dijo que era porque nunca había amado a nadie que no me imaginaba como padre. Ella me dijo que nunca podría tener un hijo que realmente amara si no amaba antes a la mujer que me lo diera” –continuó con una sonrisa- “recuerdo que entonces aún estaba buscando la placa dorada y me reí de lo que Kaho me dijo, porque jamás en toda mi vida había sido capaz de enamorarme... hasta que tú llegaste”

La muchacha se apretó en sus brazos..

- “¿Sabes?” –admitió divertido mientras la ceñía más y más contra su cuerpo- “Kaho tenía razón y yo sólo era un cínico”

- “Yo.... lamento lo del obsequio. Mira que darte este susto a cambio de los hermosos regalos que tú me has dado”

- “Pero si ha sido lo mejor que he recibido hasta ahora” –sonrió él, otra vez- “soy yo quien está un poquito avergonzado. Sólo  he podido darte cosas.. cosas que son sólo costosas pero que no se comparan con lo que me has dado desde que entraste en mi vida: ya me habías dado a ti misma, un hermano pequeño, afecto sincero y ternura... además de tu inocencia” –ella se ruborizó- “y ahora me regalas lo más hermoso que pude imaginar... un hijo. ¿Qué son unas piedras costosas y un abrigo comparadas con eso?, ¡poca cosa en realidad!”

- “¿En serio?”

Las mejillas de Yoko Hiragizawa se tiñeron de rojo mientras sus amigas la observaban con interés...

- “Yoko, ¡vuelve a la realidad!” –le pidió Mei Ling- “nos estabas diciendo que a Eriol le dio mucho gusto que tuvieras una niña... ¿en qué estás pensando?”

- “Eh... si, le dio gusto cuando supo que tendríamos un bebé” –asintió, algo apenada y casi pegando un brinco- “aunque quien lo tomó muy mal fue Lady Regina.. la pobre tuvo una de las escasas crisis nerviosas verdaderas que Eriol recuerda. Estuvo bajo tratamiento por casi seis meses... la noticia de la llegada de Miriel fue un duro golpe para ella..”

- “¿Porqué?” –quiso saber Sakura- “es decir... tú eras la que estaba encinta y no ella, ¿porqué le afectó tanto?”

- “Tuvo una crisis depresiva seria. Incluso Eriol tuvo que ir a prometerle que Miriel nunca le iba a llamar “abuela” en público...”

- “¡Oh, era eso!” –murmuraron todas al unísono.

- “Lo bueno es que tenías a Eriol a tu lado para ayudarte en esos meses” –continuó Sakura con otro suspiro- “Shaoran estuvo recuperándose mientras yo esperaba a Hien y si no hubiera sido por mi padre y Wei realmente me hubiera sentido peor..”

- “¡Oh Sakura, que cruel eres!, ¡si Shaoran hubiera tenido que soportar toda la espera en estado consciente se hubiera vuelto loco!” –rió Mei Ling- “conozco bien a mi primo y sé bien que si puede ser muy brillante en sus propias cosas, ¡algo como un embarazo lo hubiera puesto totalmente histérico!”

Sakura hundió su rostro en su taza de café, mientras Tomoyo contenía una risita..

- “Supongo que quien tuvo más suerte fuiste tú ¿verdad Tomoyo?” –insistió la esposa de Hin Lu- “después de todo, tu esposo es médico..”

- “Eh.... bien... un poco sí, supongo que fue afortunado que Touya fuera doctor.. más que todo por Nadeshiko”

- “¡Oh si!” –recordó Ayame Tsukishiro- “la llegada de la pequeña fue realmente problemática..”

- “¡Nos diste un buen susto Tomoyo!” –asintió Sakura- “¡yo no podía creerlo cuando papá me escribió!”

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Mis queridos hijos:
Me encuentro enviando este mensaje a uds., minutos antes de subir a un avión que me llevará a lo más profundo de la India. He tenido la fortuna de reasumir investigaciones que emprendí hace más de veinte años y ahora a la cabeza de mi propia expedición, cosa que me produce la satisfacción que ustedes ya imaginan. Sin embargo el motivo de esta comunicación es desahogar un poco mi preocupación..

Sí, hijos míos.. estoy muy inquieto. Hace un buen tiempo que no recibo noticias claras de Touya y Tomoyo y si no fuera por esta ampliación en mi investigación volvería en este mismo instante.. pero no me malinterpreten. Acabo de recibir un correo de Touya indicando que las cosas van muy bien, y que no hay ningún problema con el segundo embarazo de Tomoyo. No desconfío de mi hijo, pero lo que me escribe me suena tan... tan bien, que no puedo evitar inquietarme. Delirios de padre sobreprotector.. supongo. En fin mis queridos hijos, no los inquieto con mis temores sin fundamento, y les deseo que todo esté muy bien para ustedes. 

Fujitaka

PD: Creo que me comunicaré con Yukito para pedirle que visite o escriba a tu hermano Sakura..

Touya fijó su mirada en el plato y se dijo a sí mismo que con el último sueldo del hospital podría cubrir los gastos hasta el nacimiento de la criatura.. en dos meses más. Suspiró quedadamente mientras exprimía su cabeza con las manos procurando dominar su desesperación...

Dos meses.. dos meses... tenía que asegurarse que ella estuviera bien por los siguientes dos meses al precio que fuera..

Había sido el peor momento que pudo elegir para renunciar en el hospital, pero no había otra salida. Ella había estado muy grave la última vez que se descuidó y sabía que la pequeña ayuda de Kiku era por demás insuficiente pese a las buenas intenciones de la niña fantasma; eso, sin contar que sabía que estaba descuidando sus deberes en el hospital y que la diferencia entre renunciar o que le despidieran ese mismo mes no era mucha..

El problema es que no podía buscar otro empleo... no es que no estuviera seguro de poder trabajar de lo que sea –lo había hecho antes, desde que era adolescente- pero ella requería toda su atención.

La escuchó cantar levemente una canción de cuna a Mamoru y pese a toda su angustia, sonrió. No, no iba a saberlo, Tomoyo no iba a saber que tuvo que dejar  el trabajo porque ella requería todos sus cuidados. Lo importante era conservar su vida y la del bebé que esperaba –y él no estaba en condiciones de pagar a alguien calificado- además que estaba decidido a racionalizar al mínimo sus propias necesidades a favor de lo que pudiera necesitar su esposa...

- “No, no... ¿cómo podría pedirle ayuda a mi padre o al monstruo de Sakura?” –pensó testarudo- “eso sería casi como reconocer ante Sonomi que soy un inútil.. que no puedo ocuparme de mi propia familia..” –suspiró contemplando el mail de Yukito- “y angustiar a Yuki no mejoraría las cosas, él también tiene una familia propia y eso de tenerlo siempre para escucharme debe ser aburrido para él.. ”

Suspiró nuevamente sintiéndose cansado, mientras los ojitos castaños de la niña fantasma le miraban con preocupación... la situación de Tomoyo era grave, requería todos los cuidados, pero la pequeña Kiku también estaba consciente que Touya se veía cada vez más agotado...

Efectivamente, él bostezó con disimulo y dejó caer el mail impreso de Yukito, distraído, mientras pensaba en alguna forma para ahorrar dinero..

Pero el descuido del galeno era evidente... y no sólo para la niña fantasma..

- “Soy una idiota mi pequeño Mamoru.. tu pobre papá está sufriendo demasiado por mi culpa” –pensaba Tomoyo aquella noche, viéndolo dormir sentado al lado de la cuna de su hijo, listo para mecerlo en caso que se despertara- “y lo peor es que no sé cómo ayudarlo...” –sus ojos azules miraron con estupor e inquietud el rostro agotado y dormido de su marido- “en mi condición actual soy sólo una carga pero.. ¿qué puedo hacer?, Touya cree que no me doy cuenta que casi no come ni bebe por atendernos a ti, a mí y al bebé que viene en camino; ya no puedo ni moverme de la cama por temor a perder al bebé pero veo cómo él se está volviendo loco de angustia... llamar a mi madre sería imposible ¡Touya no me lo perdonaría nunca!, y sólo él tiene el teléfono de Yukito y no me lo ha querido dar. Sakura y papá están tan lejos...¿qué hacer?.  ya no sé a quien puedo recurrir..”

La chica contempló entonces una bolita de papel a los pies de su cama y con un esfuerzo la alcanzó hasta tomarla en sus manos...

- “¡El correo electrónico de Yukito!” –pensó con júbilo.

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Mis estimados Sakura y Shaoran..

Sé que debe sorprenderles este mail, y no es mi intención angustiarles, pero aún a riesgo de romper una promesa y perder la amistad de mi mejor amigo, tengo que poner en conocimiento de ustedes lo que está pasando..

Hace varios meses recibí un mail de su padre,  el señor Fujitaka; él me había pedido mantenerme comunicado con Touya y Tomoyo pues se sentía algo inquieto por ellos. Admito que por razones de mi trabajo me había sido imposible dejar Yokohama y visitar Kyoto –como hubiera querido- y desgraciadamente mi comunicación debió limitarse al correo electrónico. Supongo que fueron una serie de cosas desafortunadas, pero a Touya le fue relativamente fácil engañarme sobre su situación. Grande fue mi sorpresa cuando hace ya casi dos meses y por este mismo medio, Tomoyo me escribió.

Quizá mi amigo nunca me perdone por decirles esto, pero la verdad es que Touya la ha estado pasando muy mal estos meses, pues desde el cuarto mes de embarazo la condición de Tomoyo no hizo más que agravarse y siendo su embarazo de alto riesgo... ya imaginan como está Touya. El punto aquí es que él no ha querido preocupar a nadie con sus problemas y ha descuidado mucho su propia salud a favor de la de su familia, y aunque Ayame y yo les hemos visitado bastante los últimos dos meses, -Ayame se ha ocupado personalmente de Tomoyo durante casi un mes- temo que mi pobre amigo está por desplomarse. La preocupación, la inquietud y aún los problemas económicos le han afectado profundamente, pero él me prohibió escribirles o preocuparles... lo que sucede es que Ayame y yo vemos a Tomoyo tan mal, y a Touya tan angustiado, que ya no podemos seguir ocultándoselos a ustedes..

Ella debe tener a su bebé en cuestión de días, sólo esperamos que el cuidado que le hemos dado haya sido suficiente y pueda resistir el duro trance que le espera.. porque no quiero ni pensar lo que será de Touya y Mamoru si algo le pasa a ella. Ayame sustrajo ya la dirección de Fujitaka en la India, y aunque le hemos enviado una carta hace más de dos semanas, suponemos que es por la distancia y lo remoto del sitio que aún no tenemos noticias suyas... sin embargo, esperamos que todo salga bien..

Les esperamos pronto y tenemos la esperanza de que todo resultará bien..

Yukito.

Sonomi ingresó al diminuto pasillo del edificio de departamentos con un gesto casi indignado. ¿Qué demonios se había creído aquel insolente metiendo a su hija en un lugar así?, ciertamente el lugar no era un barrio humilde pero sí sabía que las dimensiones de aquellos departamentos debían ser casi ridículas; e imaginar a su hija, cuya sola habitación infantil había sido tan espaciosa, teniendo que vivir allí, era algo que le estaba retorciendo los nervios...

Y como si fuera poco ¡nadie le estaba abriendo la puerta!

- “No van a abrirle señora” –le informó una vecina, mirándola tocar después de casi una hora de espera- “la pareja que vive allí salió hace dos noches, de madrugada... tuvieron que pedir una ambulancia porque la chica estaba muy mal..”

- “¿Qué?!” –casi gritó- “¿mi hija?, ¿pero qué tenía ella? ¿qué le hizo aquel depravado?”

- “Ah... no lo sé” –respondió la vecina, algo sorprendida por la forma en que la visitante se refería al joven médico que vivía en ese departamento- “quizá la otra pareja que vino a llevarse al bebé pueda decirle..”

- “¿Alguien se llevó a Mamoru?, ¿quiénes?”

- “Una pareja muy amable. Lo que sucede es que la muchacha se puso muy mal y el doctor, su esposo, tuvo que pedir una ambulancia para llevársela al hospital... con el apuro tuvieron que dejarme al bebé para que lo cuidara aunque al día siguiente vino esta pareja de parte del doctor para llevárselo..”

- “¿Pero quiénes eran?, ¿porqué se llevaron a mi hija al hospital?”

- “Creo que ella ya tenía los dolores del parto” –replicó la mujer mientras la angustia empezaba a dominar a Sonomi- “aunque esa pareja tan amable tuvo la gentileza de dejarme su tarjeta..” –buscó algo- “el doctor, claro, no tenía cabeza para nada.. ¡pobrecito!, estaba realmente asustado.. y muy delgado” –añadió antes de encontrar lo que buscaba- “¡aquí está!, Yukito y Ayame Tsukishiro; incluso está aquí la dirección y el teléfono...”

La empresaria casi arrebató la tarjeta de la mano de la vecina y por poco pega un salto cuando escuchó la amable voz de aquel profesor por el teléfono, mientras ya casi subía a su lujoso automóvil...

Aquel profesor, quien era el mejor amigo del sujeto odioso que le había arrebatado a su hija..

- “¡Señora Sonomi!” –se sorprendió Yukito- “¡no tiene idea de lo oportuna que es su llamada!... no sabía donde ubicarla y..”

- “¿Dónde está mi hija?, ¿qué ha pasado con ella?”

- “Tomoyo se encuentra aquí.. en el Hospital Experimental Clamp en Kyoto” –informó Yukito mientras la empresaria le gritaba a su chofer que la llevara de prisa- “hace un par de días que está aquí, el señor Fujitaka llegó hace unas horas; incluso Sakura y Shaoran acaban de llegar y han venido a toda prisa al hospital,  ¡pero no sabía como ubicarla a usted!..”

- “¡¡¿Qué le pasa a mi hija?!!”

- “Ella... bueno, tiene algunas complicaciones en este momento” –dudó Yukito- “pero tenemos confianza en que todo saldrá bien.. usted sabe..”

- “¿Tiene ustedes allí a mi nieto?”

- “Bueno sí, Mamoru está aquí en este momento.. pero..”

- “¡Mi pobre Tomoyo!” –gritó Sonomi, sobresaltando a Yukito pues ingresaba por el pasillo del hospital como una exhalación- “¿dónde está mi nieto?, ¿y qué pasó con mi hija?, ¡¡¿dónde está mi hija??!!”

- “¡Sonomi, tranquilízate por favor!”- pidió Fujitaka al verla llegar.

- “¡No me pidas que me calme!, ¡acabo de regresar de un viaje y me entero que mi hija está muy grave! yo que le había traído un obsequio al nuevo bebé y no tenía idea de lo que pasaba” –gritó desesperada- “¿y donde está el depravado de tu hijo?”

- “Señora, por favor..” –pidió Shaoran- “tiene que contenerse.. ¡esto es un hospital y así no está ayudando a nadie!”

- “¡No quiero ayudar a nadie!, ¡sólo quiero ver a mi hija!”

- “Ella está en labor de parto ahora... ¡trate de calmarse!” –le pidió Shaoran, frunciendo el ceño- “armar este alboroto no es lo mejor, ni para ella ni para nadie..”

- “¿Porqué nadie me avisó?, ¿qué pasa?.. ¡alguien dígame lo que está sucediendo!” –miró a Shaoran y sólo entonces lo reconoció- “¿cómo estás aquí? ¿viniste desde China?, ¿Sakura está contigo?, ¡ella debe saber...!”

- “Ella está ayudando a quien más la necesita..” –replicó Shaoran con un suspiro cansado- “por favor señora.. tiene que tranquilizarse, no es la forma de..”

- “Hermano...” –murmuraba Sakura- “no te preocupes.. todo saldrá bien, ¡todo vá a estar bien!, ¡Tomoyo te lo dijo antes de entrar a la sala!”

Aquella frase hizo a Sonomi volverse con toda la furia hacia un ángulo de la salita donde se encontraba –sentado en una silla y con la mirada perdida en el vacío- un pálido y desesperado Touya Kinomoto, que, hundido en el silencio no apartaba la vista de la sala donde Tomoyo luchaba por traer al mundo a su  nuevo bebé...

- “¡Esto es tu culpa!” - el grito casi histérico de Sonomi lo sacó de sus meditaciones cuando la empresaria casi saltó sobre el esposo de su hija tomándolo por el cuello de la chaqueta, casi como si quisiera golpearlo- “¡Si a mi hija le ocurre algo esto vá a ser todo culpa tuya y sólo tuya!, ¡todo lo que le ocurre a Tomoyo es tu culpa!, ¿qué va a ser de mi pequeño Mamoru, si algo le pasa a ella?  ¿lo has pensado acaso estúpido degenerado?”

- “¡Basta señora, basta!” –pidió Yukito.

- “¡Por favor señora Sonomi!, ¿no vé lo desesperado que está mi hermano?”

- “Tiene que controlarse!” –le recriminó Shaoran mientras entre él, Yukito y la propia Sakura separaban a la casi histérica empresaria de Touya- “señora ¿acaso no entiende que él también está pasando por el infierno, esperando aquí con nosotros?, ¡todos queremos a Tomoyo y no es fácil pasar por esto, ¡pero para él es peor que nadie!”

Sonomi parpadeó ante las frases del joven esposo de Sakura y por un momento contempló con atención la figura aturdida del marido de su hija. Efectivamente ahora sí que podía notar el penoso estado en que se encontraba el hijo de Fujitaka. Su rostro estaba casi marmóreo y evidentemente había perdido peso, las ojeras en su rostro estaban ya muy marcadas y evidenciaban que los últimos meses habían sido terribles para el médico...

Quien en ese momento se oprimía el cráneo como si quisiera extraerse el cerebro..

- “Hijo.. tienes que tener fé” –le pidió Fujitaka con un gesto alentador, sentándose a su lado- “Tomoyo es una muchacha muy decidida y ella y el bebé estarán bien..”

- “Si hermano... no te preocupes..” –murmuró Sakura- “Tomoyo ha luchado mucho para sacar este bebé adelante y no se dejará vencer ahora... lo sé” –añadió con casi infantil confianza- “confía en ella hermanito.. confía, por favor. Ella es muy tenaz por conseguir lo que quiere.. lo sé. Sin importar los riesgos... siempre ha querido estar al lado de los que ama y ahora la persona más importante para ella eres tú... no pierdas la fé hermano, ¡no la pierdas!. Para mí también esto es difícil, ¡no sabes cuanto hubiera querido estar con ella este tiempo!.. pero... pero...”

Sakura procuró controlar sus deseos de llorar, y Touya la miró con pesar..

- “Lo... lo siento Sakura... no pensé..” –apretó los puños con rabia- “¡que estúpido fui!, ¡si a ella le hubiera encantado que estuvieras este tiempo a su lado!”

- “Ya.. Ya no te preocupes” –le tranquilizó la antigua card captor, apenada por haberse dejado llevar por la preocupación y hacer sentir peor a su hermano- “mira, el bebé nacerá, Tomoyo se pondrá bien” –sonrió forzadamente- “¡y entonces tendrás que permitirme que le haga compañía a mi amiga por al menos un par de meses porque me lo debes hermano!”

- “Claro..” –murmuró desalentado.

- “Tienes que tener confianza hijo mío..” –pidió Fujitaka mientras Ayame traía al pequeño Mamoru ante un gesto de su abuelo- “mira a tu hijo... él está esperando que Tomoyo salga bien y necesita que tú te animes también..”

- “Mamoru..”

El médico contempló a su hijito por unos instantes antes de tomarlo en sus brazos y aferrarse a él.. Sonomi quedó aturdida ante la imagen de la angustia del esposo de su hija y no supo que decir..

- “Siéntese señora” –le pidió Ayame con gentileza, volviendo al ángulo donde Shaoran y Yukito retenían a la empresaria- “ya casi está por terminar, los doctores dicen que en menos de una hora sabremos que todo ha salido bien” –dijo con optimismo- “y no piense usted mal del esposo de su hija.. Si supiera lo mucho que él ha sufrido para que ella estuviera bien..”

- “¿Qué dice?”

- “Hace dos meses, Tomoyo se comunicó con Yukito y conmigo” –le explicó con paciencia- “ella estaba angustiada, sí, pero por su esposo. Este embarazo fue algo que ella misma decidió pero que ha representado muchos problemas para Touya. No sé si lo sepa, pero él le pidió que no tuviera el bebé ya que su vida estaba en grave riesgo..”

- “¿El le dijo eso?”

- “Touya no quería arriesgar en lo más mínimo la vida de Tomoyo” –le explicó Yukito mientras Shaoran también estaba atento a la charla- “pero ella fue quien se negó a ponerle término. Y por eso es que Touya ha tenido que luchar muy duro estos últimos meses con hasta tres amenazas de aborto..”

- “¡NO es posible!”

- “Incluso dejó su trabajo para poder cuidarla mejor” –explicó Ayame, al borde de las lágrimas, ante el asombro de la empresaria y del de Shaoran, que no sabía todos los detalles- “y estuvo casi sin comer y sin dormir por cuidarla hasta que Tomoyo se comunicó con nosotros..”

- “Pero.. ¿porqué no nos avisó de esto antes?” –preguntó Shaoran.

- “Ya sabes como es Touya” –le replicó Yukito, mientras Shaoran fruncía el ceño, asintiendo- “estaba decidido a dejarse morir antes que pedir ayuda a alguno de nosotros, pero afortunadamente Tomoyo encontró la manera de avisarme y desde hace dos meses que nosotros hemos estado ayudándoles con el pequeño Mamoru”

- “Pero... pero...”

- “Señora...” –le interrumpió Ayame Tsukishiro- “Tomoyo ha llegado al término del embarazo cuando casi todos los médicos lo creían imposible.. y es todo gracias a su esposo, ¿acaso no entiende?” –preguntó dulcemente- “ella estaba muy preocupada cuando nos llamó, pero por él. Se sentía muy mal al haberlo puesto sin querer en una situación tan difícil”

- “Pero él...”

- “Touya necesita nuestro apoyo en este momento” –replicó Yukito- “y no sé usted señora, pero como su amigo, no puedo dejar de animarlo en un momento tan difícil. Sakura y Shaoran también vinieron aquí en cuanto lo supieron al igual que el señor Fujitaka pero usted lo hace todo más complicado con esos gritos y reclamos que...”

- “¡Pero es que..!”

- “Señora, por favor.. Yukito tiene razón” –terció Shaoran con un suspiro- “mientras siga diciéndole esas cosas no esta ayudando a Tomoyo. Créame.. sé que el hermano de Sakura no es la persona más amable de este mundo, pero es preciso que usted tenga en cuenta que es el esposo de su hija y el padre de su nieto.. y pese a todo no es una mala persona. Yo tampoco me llevo muy bien con él, pero sé que no es una persona odiosa.. a veces. Usted tiene que entenderlo y aceptarlo de una vez..”

- “¿Entender?”

Sonomi parpadeó aturdida por algunos segundos.. contempló fijamente a las personas ante sí y súbitamente y sin poder contenerse rompió a sollozar...

- “Necesita desahogarse... pero no pierda la esperanza” –le dijo Yukito, con calma, mientras Shaoran empezaba a ponerse nervioso, pues la madre de Tomoyo estaba sollozando casi sobre su pecho- “todo vá a salir bien..”

- “Si... sí señora..” –murmuraba Shaoran, empezando ya a sudar.. ¡detestaba las lágrimas de las mujeres y eso lo ponía histérico!- “eh... Yukito... Ayame...”

- “Calma señora.. calma..” –murmuraba Ayame, mientras Yukito iba en busca de Sakura, para que sacara a Shaoran de aquella situación apurada- “todo saldrá bien.. ¡calma!”

- “No, no me permitieron el ingreso a la sala” –replicaba en ese momento Touya casi mecánicamente, con su hijo en brazos y escuchando apenas el sollozo de Sonomi- “los médicos dijeron que yo... que siendo ella mi esposa, y habiendo tanto riesgo... era.... ya saben... era complicado para mí ser objetivo. Yo... yo hubiera golpeado a cualquiera de ellos para entrar pero ella me pidió que me quedara tranquilo y esperara... sólo por eso lo hago...”

- “¡Hermano...!”

Fujitaka le hizo un leve gesto a su hija y Sakura se alejó junto con Shaoran y Ayame por unos momentos, llevándose a Sonomi a tomar un café y para alejarla un poco de Touya, pero apenas la empresaria hubo partido, el gentil arqueólogo murmuró levemente..

- “Hijo... todo saldrá bien...”

- “¿Y si no es así?” –dudó ausentemente empezando a sentirse colérico- “no lo entiendes papá.... yo no soy como tú..” –dijo apretando los puños- “yo no creo... no creo poder soportar perder... perderla... ¿lo entiendes?, ¡maldición la necesito!, ¡Mamoru la necesita y me estoy volviendo loco de la desesperación y la rabia por no poder hacer nada!” –apretó los puños- “no tienes idea de todo lo que ella ha hecho en mí... todo lo que me ha enseñado... ¡tanto!.. tanto...”

Canción: “Me enseñaste”
Cantante : Ricardo Arjona

 

Me enseñaste a no fumar sin desayuno
me enseñaste a dividir,
que la suma de uno y uno siempre es uno
si se aprende a compartir.

Me enseñaste que los celos son traviesos
que es mitad falta de sesos y mitad inseguridad,
me enseñaste a ser pareja en libertad
me enseñaste que el amor no es una reja
y que es mentira la verdad.


- “Hijo...”

- “Cosas tan simples... cosas comunes... algo especial... Nunca creí..”

- “Lo sé”

- “No, no... hay tantas cosas... ¡tantas!, ¿sabes que casi he dejado el cigarrillo gracias a ella?” –comentó distraídamente- “nunca me lo ha reclamado, pero su sonrisa desaparece cuando empiezo a fumar aún antes de comer algo... y no puedo, no puedo verla triste o inquieta por mí.. y lo dejo. Con ella aprendí a compartir cosas... a veces sólo con gestos y sin palabras” –continuó con absoluta sinceridad- “con ella no me siento atrapado en nuestra relación... yo.... yo que siempre creí que sería asfixiante vivir con alguien que compartiera tanto en mí, que siempre temía sentir que robarían mi libertad, pero ella... ella...”

Me enseñaste que no es bueno el que te ayuda
sino el que no te molesta,
me enseñaste que abrazado a tu cintura
todo parece una fiesta,
me enseñaste muchas cosas de la cama
que es mejor cuando se ama
y que es también para dormir,
me enseñaste entre otras cosas a vivir
me enseñaste que una duda puede más que una razón,
pero fallaste mi gurú
se te olvidó enseñarme qué hago si no estás tú...
 
Me enseñaste de todo excepto a olvidarte
desde filosofía hasta como tocarte
a saber que el afrodisíaco más cumplidor
no son los mariscos sino el amor,
pero no me enseñaste a olvidarte...

- “Te enseñó a vivir de una manera que no esperabas..”

- “Una forma que no creí. Una forma que no esperé nunca. No es sólo sexo, o lo dulce que es cuando estamos juntos. Es... es... es la forma que me ha enseñado cosas.. cosas como la forma en que me ayuda sin ofender mi orgullo, con un gesto, una sonrisa o una frase inteligente... sabe volver en mi contra las frases que digo en arranques de enfado..” –sonrió con tristeza- “¿sabes que alguna vez comenté que los celos son algo estúpido y sólo quien tiene poco cerebro es capaz de sentirlos?” –Fujitaka también sonrió- “desde entonces y dándome la razón me hace entender que fue el momento más lúcido de mi vida cuando dije eso... aunque a veces yo sea tan poco lúcido cuando me enfado” –tras un largo silencio añadió- “¿y qué hago si la pierdo?, ella y todo lo que me ha enseñado, todo lo que ella hace en mí con su presencia... ¿cómo aprendo a vivir solo con mi hijo?, ¡no aprendería a vivir sin ella papá, no podría!”

- “Hijo mío...”

- “Preferiría morir antes que aprender a vivir sin ella.. ¡No es una frase cursi o patética porque no soy bueno en eso, y tú lo sabes.!. Sólo que ... que...” –apretó los puños nuevamente mientras no podía contener las lágrimas- “que no puedo... no puedo... ¡la necesito!, necesito que esté conmigo, la necesito a mi lado en aquellos múltiples detalles que hacen de la vida que tenemos algo especial... “

- “Touya...”

- “Fui un condenado egoísta.. ahora lo sé” –suspiró- “sólo pensé en mí.. y en lo mucho que me humillaba pedir ayuda, y Sakura tiene razón... a ella le hubiera gustado mucho que mi hermana la cuidara, y yo nunca pensé en eso.. ¿porqué no lo pensé?”

- “Porque a veces somos egoístas en nuestros afectos ¿no?” –la voz de Sonomi dejó mudo a Fujitaka y Touya miró a la madre de Tomoyo con asombro- “Ahora lo sé, ahora lo entiendo... te he detestado por arrebatarme a mi hija cuando por fin era otra vez mi niña, y no quise ver que era lo que ella quería...” –suspiró- “a veces somos tan egoístas..”

Fujitaka lanzó una mirada muda a Sakura y Shaoran, pidiendo una explicación –él creía que Sonomi iba rumbo a la cafetería con ellos- y ambos jóvenes sólo sonrieron...

Al igual que los Tsukishiro, que también contemplaban la escena..

- “Al fin lo ha entendido papá” –sonrió Sakura a modo de respuesta- “¡en cuanto Tomoyo esté bien le dará un gran gusto!”

- “¡Ojalá no te equivoques Sakura!” –repuso Sonomi, con tanto fervor como si fuera una plegaria- “cuando Tomoyo se ponga bien... ¡porque ella vá a recuperarse ¿verdad?!”

Touya no respondió. Sólo apretó los puños y abrazó con más fuerza a su pequeño Mamoru, mientras –por primera vez desde que él iniciara relaciones con la hija de Sonomi- la empresaria le contemplaba con una mezcla de respeto, pesar y .. un poco de cariño.

Me enseñaste de todo excepto a olvidarte
a convertir una caricia en una obra de arte
a saber que los abogados saben poco de amor
y que el amor se cohibe en los juzgados,
pero no me enseñaste a olvidarte
pero no me enseñaste a olvidarte...

¿Donde se apaga el amor que quedó?
¡no encuentro el interruptor!
si hay que aceptar que nuestra historia voló
¿de dónde saco el valor..?.

¡Me enseñaste de todo excepto a olvidarte...!

Canción: “Me enseñaste”
Cantante : Ricardo Arjona

Aunque en ese mismo momento, las puertas de la Sala de Partos se abrió y un médico anunció:

- “¡Felicidades!... ha sido una niña...”

- “¿¿¡Y ELLA??”- Touya casi saltó sobre el cuello de su colega- “¿está bien?, ¿cómo está?, ¿está bien?, ¿qué tiene?, ¡DIGAME!!”

- “Ella... está muy débil.... y tendrá que pasar una buena temporada aquí pero.. está bien....”

- “¡Está bien!, ¡ESTA BIEN!!”

Todos casi repitieron al unísono el grito de Touya, y mientras Sakura empezaba a llorar de gusto, Sonomi y Touya casi ahogaban al médico pidiendo más y más informes...

Y por supuesto.. ingresar a verla lo antes posible..

- “¡Pero sólo puede entrar una persona a la vez y..!”

- “¡Yo seré el primero!”

- “¿Qué?, ¡yo soy su madre!”

- “¡Oiga!, ¡soy su marido!”

- “¡No eres mi esposo!”

- “¡¡Por supuesto que NO me refiero a Usted, me refiero a mi esposa!!”

Sakura, Fujitaka, Shaoran y los demás, contuvieron una sonrisa, mientras Sonomi dejaba ir a Touya sólo cuando el médico puso al pequeño Mamoru en sus brazos –a modo de condición- y cuando Kinomoto ingresó a la habitación donde habían llevado a Tomoyo todos atisbaron de puntillas, casi conteniendo la respiración cuando lo vieron abrazarla casi como si quisiera fundirla con él...

Antes que Tomoyo le mostrara a la recién nacida Nadeshiko.

- “¡Oh que lindo!” –susurró Ayame mientras Yukito y Fujitaka asentían con una sonrisa.

Sakura y Shaoran sólo sonrieron en silencio mientras veían más que todo a Sonomi, enjugarse una lágrima..

- “Se llamará Nadeshiko, ¿te parece?” –decía Tomoyo con una suave sonrisa- “¡siempre quise tener una niña!, ¿no te alegra que esté con nosotros?.. es un regalo del cielo..”

- “¿Y lo dices tan tranquila?, ¡me estaba volviendo loco de angustia hace un rato!” –protestaba el hijo de Fujitaka , tratando de conservar su dignidad... y perdiéndola- “¡oh, demonios, no me vuelvas a hacer esto nunca!”

- “¡Oh, realmente eso fue muy tierno!” –se emocionó Mei Ling, que no conocía esos detalles- “¿Sabes que lo que dices es una sorpresa para mí Tomoyo?” –insistió - “con el carácter que se maneja tu querido esposo siempre pensé que ustedes se la pasaban peleando todo el tiempo.... creí que por eso no tenían más niños”

- “¿Te parece?, supongo que esa es la impresión que damos pero en realidad no es así. Touya y yo casi nunca nos enfadamos...” –sonrió- “bien, admito que él se enfada con frecuencia, pero eso no es una pelea..”

- “Para una pelea se necesitan dos personas..” –sonrió Ayame Tsukishiro.

- “Así es” –asintió Sakura con una sonrisa.

- “¡Oh Sakura!, ¡dudo que tú y Shaoran tengan siquiera un desacuerdo!”

- “Mei Ling... hablas como si no conocieras a tu primo. Sabes que él siempre tiende a preocuparse demasiado por las cosas y a trabajar en exceso.. en realidad siempre estoy en desacuerdo con él en que se sobrecargue tanto de responsabilidades” –sonrió- “ a veces tengo que sacarlo de su oficina casi a rastras para obligarlo a hacer algo divertido..”

- “¡Ejem!” –sonrió Mei Ling con un brillo picaresco- “no tienes que contarnos eso..”

- “¿De qué hablas?” –parpadeó Sakura, confundida, para después captar la malicia en la mirada de Mei Ling- “¡Oh no, no me refiero a eso Mei Ling!” –protestó con calor y el rostro encendido- “yo... yo me refería a salir... salir en familia... pasear... ir a algún sitio con Hien o a saludar a papá... ¡a eso me refería!”

- “¡¡ATCHISSS!”- estornudó Shaoran con estrépito, interrumpiendo la exposición de Hin Lu sobre los planes de cooperación entre el Concilio y Occidente- “¡ATCHIIS!!”

Eriol lanzó una risita..

- “Lo dicho... siguen hablando mal de nosotros” –rió burlón- “es tu turno Shaoran, deben estar haciéndote polvo..”

- “Cállate, no es divertido” –murmuró el aludido, algo incómodo- “si hay algo que me asusta es la furia de una mujer..”

- “Sí, lo sé” –asintió Hin Lu- “Cuando Mei Ling se molesta realmente me provoca miedo”

Eriol sonrió más ampliamente mientras Shaoran le preguntó:

- “¿Acaso tu esposa nunca se enfada contigo?”

- “¿Eh?”

- “Digo... ¿acaso nunca la has visto realmente enojada?” –continuó- “Sakura se puso muy mal una vez...” –contuvo un leve temblor- “y por todos los dioses que no quiero verla así nuevamente..”

Al sólo recuerdo del primer enfado que tuviera con Yoko, al inglés le salió una gotita sobre la cabeza..

- “Si bueno.... tienen razón en decir lo que dicen. Aunque lo que me pasó a mí fue diferente a lo tuyo... yo supongo..”

- “¿Cómo que supones?” –protestó Shaoran- “¡tú sabes muy bien como fue mi primera riña con Sakura!.. ¿y no me habías comentado nada de la tuya?”

- “No me lo recuerdes...” –suspiró el inglés poniéndose serio- “tienes razón al decir que no es divertido... ”

Shaoran y Hin Lu se miraron entre sí, con desconcierto, mientras Eriol empezaba a explicarles.....

- “¡Ja, ja, ja!” –sonó la risa a las espaldas de la muchacha- “¡no importa por que ángulo lo veas, estás gorda, gorda, GORDA... ¡parece que tuvieras una bola de boliche en medio de tu cintura!”

La cara de Yoko se puso como un carmín y se sintió súbitamente apenada. Como si su figura en el espejo no fuera bastante... rara, y ahora salía ese comentario. Eriol no se movió de su sitio en su sillón favorito y apenas esbozó una risa discreta ante la frasecita llena de “delicadeza” de Tao.

- “Tal vez sea mejor que ya no vayas a la oficina Yoko” –le dijo tranquilamente- “en tu estado te debe ser muy incómodo..”

- “¿Tu crees?”

- “Has llevado muy bien el embarazo, al punto que pudiste terminar la escuela en tiempo récord, pero quieres ir a la universidad y no olvides que falta poco para la llegada del bebé. Debes cuidarte” –le dijo llevándola de la mano hasta un cómodo sofá- “¿sabes que recibí una llamada telefónica de Japón mientras dormías?. Me contaron que Tomoyo y el doctor Kinomoto acaban de tener una niña..”

- “¡Una niña!”

- “Sí, una niña” –asintió el inglés- “aunque Tomoyo aún está en descanso, ya que parece ser que fue un embarazo muy difícil. Yukito me contó..”

- “¿Fue Yukito quién llamó?”

- “Sí. Me dijo también que el doctor Kinomoto a ingresado a trabajar al Hospital Experimental Clamp en Kyoto hoy mismo (o la hora que sea en Japón) y supongo que le irá muy bien. Sakura y Shaoran están en estos momentos en allá, cuidando de Tomoyo y...”

- “¿Hospital Experimental Clamp? ¿están allí Sakura y Shaoran?”

- “Si, te recuerdo el Consorcio Clamp, de Nokoru Imonoyama.. ¿no lo viste nunca?, lo conocieron todos cuando nos entrevistamos con los Dragones del Cielo”

- “Sí, recuerdo al señor Imonoyama. Un joven rubio y muy distinguido.. era la ayuda económica de los Dragones del Cielo ¿verdad?”

- “Sí, yo lo conocí hace años, en una temporada en que él estudió aquí, en Inglaterra” –asintió- “Nokoru tiene hospitales, clínicas, colegios.. ¡en fin!, todo un consorcio.. y al parecer le interesó mucho el hecho que el doctor Kinomoto hubiera sido Jefe de Residentes en el Hospital Central de Tokyo, aunque no me sorprende.. a Nokoru le gusta la gente capaz y luego de haber pasado ya los problemas con el embarazo de Tomoyo, supongo que Kinomoto podrá trabajar a gusto allí” –continuó- “me dijo Yukito que la recién nacida está muy bien y van a llamarla Nadeshiko..”

- “Un nombre hermoso.. significa “clavel””

- “Sí, aunque Yukito no me llamaba por eso”-le explicó asegurándose que Tao hubiera salido a jugar con sus juegos de video- “parece ser que Tsukishiro tiene algunos problemas y..”

- “¿Problemas?”

- “Rei”

Yoko parpadeó y dudó un poquito.. antes de entender..

- “¡Oh claro!... Yue..”

- “Parece que a Rei... aún le está tomando tiempo para acostumbrarse a su nueva familia” –dudo un poco- “Por lo que me dijo Yukito que ahora que Tomoyo está fuera de peligro, el doctor Kinomoto prácticamente le ha obligado a tomarse unas vacaciones, que supongo Yukito pospuso antes por apoyar a su amigo”

- “No entiendo..”

- “Mira, Kinomoto es el doctor de cabecera de Rei.. porque sabe bien lo que es el pequeño en realidad” –Yoko asintió- “y la razón de su... su gélido comportamiento pese a tener físicamente seis años..”

- “Rei es Rei, Eriol. Si lo que me dijo Sakura el día que nos casamos es correcto, sólo la magia y sus recuerdos están sellados en él pero su personalidad, su espíritu.. siguen siendo el mismo Yue”

- “Exacto. Y es bastante peculiar para ser un niño pequeño.. es demasiado reservado”

- “¡Oh, entiendo!”

- “Mira, el problema es que Rei no logra establecer comunicación con niños de su edad... y con adultos menos. Lo cual no me sorprende en lo más mínimo, pero Yukito y su esposa lo adoran y quieren darle una vida lo más normal posible; de modo que ya que él y Tao parecieron llevarse bien el tiempo que Tao pasó con ellos en nuestro Viaje de Bodas.. bueno... podría decirse que, de alguna forma Tao es el único amigo que Rei tiene..”

- “¿Eso quiere decir que Yukito vendrá de vacaciones aquí?” –se alegró la chica- “¡será muy bueno para ellos!”

- “Personalmente creo que la relativa amistad que esos dos tienen, es porque Tao habla por los codos mientras que Rei sigue mudo” –rió el hijo del embajador Hiragizawa- “pero al igual que Yukito creo que sería bueno para ambos niños. Estarán llegando a finales de este mes ..”

Eriol sonrió suavemente mientras Yoko se ponía de pie y empezaba a planificar lo que iba a hacer. La verdad es que él estaba algo inquieto. La menuda figura de Yoko lucía algo extraña por su estado y la muchacha parecía que se iba a partir por la mitad por la carga de llevar el bebé. Afortunadamente había llevado muy bien su embarazo, pero los doctores le habían dicho que debido a su menuda figura iba a para un mal rato cuando la criatura naciera.... además estaba el asunto de Regina. Su madre se había puesto histérica al saber que iba a ser “abuela” y había tenido que ser internada durante meses, lo que hizo que Yoko se sintiera muy culpable por sus pesares.

Al menos Regina había superado la primera gran crisis real de nervios que Eriol recordara, y Hajime les había enviado una tarjeta cortés de felicitación..

Desde Medio Oriente..

Se encogió de hombros. Aquellas reacciones eran las normales de sus padres, pero si bien Regina se encontraba ahora en Venecia –Eriol sabía que hubiera sido absurdo esperar ayuda de su madre, ya que la dama inglesa sólo daba más trabajo a Yoko y decía que no toleraba ver a una mujer encinta- Hajime estaba en Londres hace dos días, y aunque a él no le sorprendía no haberlo visto –pese a que trabajaba en la misma embajada- sabía que Yoko estaba muy sensible y quería -¿de donde sacaría esas ideas?- que el futuro “abuelo” les visitara en cuanto estuviera disponible..

-“Hajime siempre tiene demasiado que hacer para visitas familiares” –pensó- “¿porqué Yoko se preocupa tanto por hacer que venga a casa?. Ya pasó bastante trabajo atendiendo la crisis de Regina para querer atender a mi padre..”

Su mirada azul tropezó con un recibo y súbitamente recordó algo que le estaba fastidiando.. y un motivo por el que él sí quería hablar con Hajime. El no malinterpretaba nada, ni juzgaba en lo más mínimo la vida de sus padres, pero aquello que había descubierto era incómodo. No por él, pero a Yoko le incomodaría saberlo.. si se enteraba...

Y eso era lo que quería evitar..

- “¿A qué viene esa pregunta?” –murmuró el embajador, ante la imprevista visita de su hijo a su despacho al día siguiente- “¿porqué me enseñas esos papeles?”

- “Porque te agradeceré que busques otra forma de disimular esa salida de ingresos tuyos.. y no poniéndome de excusa” –replicó Eriol, con absoluta calma - “siempre he sabido esto, pero ahora tengo una esposa y hay ciertas cosas que prefiero evitar... Sería muy incómodo que ella notara o me preguntara esto..”

- “¿Me estás reclamando algo?”

- “No. No tengo por qué” –sonrió de aquella forma que le hacía verse tan inocente, aunque su padre sospechaba que aquella era una risa falsa- “Sabes que desde que trabajo ya no recibo asignación de tu parte o de Regina, sólo te solicito que no sigas usando la excusa de que me asignas esta suma como asignación mensual, cuando ambos sabemos que ese dinero es para.. para algunas amigas tuyas...”

Ahora la mirada en el rostro de Hajime Hiragizawa reflejaba sorpresa.

- “No tienes que alterarte” –le tranquilizó Eriol, viendo a su padre perder el color- “siempre lo he sabido. Desde que esa cantidad se disimulaba entre mi asignación, pero ahora que me he casado y ya no tengo asignación, que figure eso como parte de mis gastos es incómodo.. y no por mí; lo que pasa es que no me gustaría que Yoko se entere.. está encinta y.. bueno, es algo ingenua..”

- “¿QUUEEE?!” –saltó Shaoran con la cara asustada, interrumpiendo a su amigo- “¿quieres decir que..?”

- “¡Vamos Shaoran no me digas que te sorprende..!” –le comentó Eriol con una sonrisa- “¿acaso creías que yo soy tan inocente?”

- “Pero... pero..” –dudó el Jefe del Clan Li, mientras Hin Lu estaba mudo de estupor- “¿cómo puedes hablar tan tranquilo de algo así?”

- “Bueno, supongo porque siempre he conocido a mis padres” –aceptó tranquilísimo- “verás Shaoran, era muy natural que si mis padres no llevan una vida... afectiva, desde que tengo memoria...”

- “Pero.. lo dices con tanta calma..” –murmuró Hin Lu- “dices que lo sabías desde siempre, pero lo admitiste con tu padre cuando tu hija estaba por nacer ¿porqué?”

- “Mira, el hecho que mi padre tenga o haya tenido aventuras extramaritales no es nada del otro mundo. No me asombra ni nada tengo que decir al respecto. Es natural si apenas coincide con Regina algunas horas al año.. además que sé bien cómo es mi madre” –se encogió de hombros sin dar más explicación- “Supongo que mi propia existencia es un milagro, y nunca he juzgado su forma de vida” –añadió reflexivo- “quizá por eso antes... antes de Yoko, yo era algo... algo cínico; pero con ella aprendí que había otra forma de vida muy diferente a la que mis padres llevaban, eso es todo. No los juzgué cuando era niño y tampoco los juzgo ahora..”

- “Pero lo que nos contabas..”

- “Mi padre encubría sus gastos “extras” haciéndolos figurar como si fueran míos. Siempre lo supe y nunca me incomodó porque como entenderás casi siempre yo estaba en el otro lado del mundo; pero cuando Yoko estaba encinta le solicité simplemente que dejara de usarme de excusa y él asintió sin decir palabra... no hubo escenas por esa parte”

- “Sin embargo, dijiste que habías tenido problemas con Yoko.. un verdadero problema entonces..”

Eriol se puso muy serio.

- “Sí, la verdad así fue. Ella estaba... bueno, estaba algo insegura, se sentía poco atractiva y he de admitir que los comentarios de Tao no eran ayuda. Lastimosamente yo no me dí cuenta que a ella eso la ponía nerviosa.. ¡nunca antes había tratado a una chica embarazada!” –continuó tras una pausa- “Verán, Yoko estaba muy susceptible por el embarazo y cuando le pedí que me ayudara para la visita de los Tsukishiro, las cosas se pusieron serias porque se enteró de ese asunto de los gastos extras..”

- “¿Lo de tu padre?”

- “Sí. Por supuesto que nominalmente figuraba como si fueran gastos míos.. y quien hubiera visto documentos hubiera notado que “supuestamente” yo pagaba el departamento de una Dama inglesa cuyo nombre no les diré... una dama que también estaba casada..”

- “¡Ohhh!” –murmuraron Shaoran y Hin Lu con asombro.

- “¡Rayos!” –continuó Shaoran- “ella... ella debió haber pensado que tú... que tú...”

- “Sí, eso exactamente” –aceptó resignado- “Si sumamos a eso lo inquieta que se sentía por ya no verse atractiva para mí, eso le afectó mucho, aunque quizá las cosas no hubieran llegado a un punto tan grave si no hubiera sido trató de aclarármelo después, buscándome en mi oficina justamente cuando yo estaba charlando con... con esa dama..”

- “¿Cuál dama?” –quiso saber Hin Lu.

- “La “amiga” de mi padre. Yo la conocía también, y además el punto fue que alguna vez...” –dudó un poco, pero no le tomó importancia y continuó- “bueno... alguna vez, cuando tenía como diecisiete años tuve que ver con ella.. sentimentalmente”

- “¡¿Con la “amiga” de tu papá?!” –casi gritó Shaoran.

- “Te aseguro que no era amiga de mi padre cuando yo tenía diecisiete. Mi padre andaba con otra persona entonces...” –suspiró Eriol, entendiendo que sus muy serios amigos no estaba acostumbrado a este tipo de cosas- “cuando era un adolescente tuve que ver con esa mujer y...”

- “Pero... si cuando tu esposa estaba encinta esa mujer era la “amiga” de tu papá.. ¿la dama era mayor que tú?” –inquirió Hin Lu.

- “Sí. Algo..” –murmuró pensativo- “me lleva como diez años de edad..”

Hin Lu y Shaoran casi se caen de espaldas..

- “No pongan esa cara..” –replicó Eriol, encogiéndose de hombros- “aquí el punto es que esa dama y yo... bueno, somos amigos y nada más. Ella, de forma simplemente cortés vino a agradecerme que yo callara lo de ella y mi padre y... bueno... quizá si se recostó en mi hombro y.. “ –dudó- “y quizá si tenía sentido que Yoko pensara mal si me encontraba con esa mujer (a quien se supone yo mantenía), en una situación tan... amable..”

- “¡Por todos los dioses!” –murmuró Shaoran- “si estaba encinta, enterada de que tú nominalmente mantenías a aquella dama y te encuentra con ella recostada en tu hombro..” –Shaoran sudó la gota gorda y Eriol puso una cara muy seria- “¡debió haberse puesto muy mal.!.”

- “Ni me lo recuerdes..” –murmuró el inglés- “ha sido uno de los peores sustos que me he llevado en mi vida... hasta ahora. Y no lo quiero repetir. Si a ello le sumamos ciertos comentarios maliciosos en la embajada..”

- “¿Comentarios?” –repitió Shaoran.

Los ojos grises miraron con estupefacción y horror la imagen de la atractiva y madura Lady H..... recostada al hombro de su esposo cuando abrió la puerta del despacho de Eriol. Por un instante, su mirada gris se tropezó con la azul de su joven esposo y los temores e ideas que él adivinó pasaban  por la mente de la joven china, lo hicieron quedarse sin movimiento por un segundo...

Apenas un instante.

El tiempo suficiente para que ella lo contemplara con los ojos empañados de lágrimas.. antes de salir corriendo del lugar. Tirando al piso los documentos que indicaban que cierto dinero asignado a Eriol iba a parar a la manutención de esa mujer...

- “¡Yoko, regresa!” –gritó asustado mientras su visita lo miraba asombrado- “¡Yoko!”

- “¿Qué sucede?” –la madura mujer contempló sorprendida la imagen de la menuda muchacha perderse en los pasillos de la embajada- “¿es acaso tu esposa?”

- “Lady Jane, por favor.. es preciso que se retire” –pidió Eriol sintiendo un nudo en el pecho - “creo que Yoko ha malinterpretado las cosas..” –añadió al reconocer los papeles tirados al piso- “por favor... tengo que..”

- “Lamento este malentendido” –replicó la madura pero atractiva mujer- “¿te importa mucho verdad?... lo siento”

Asintió mecánicamente a las frases corteses de Lady Jane, antes de partir a buscar a su esposa, a toda prisa, pero sin perder la compostura y su sonrisa elegante. Estaba asustado, incómodo y realmente de mal humor... pero su máscara hábil le ayudaba a disimularlo... ¡además que todo eso no era culpa suya!, ciertamente él había hecho muchas cosas que no podían ser calificadas de “buenas” pero NO le había sido infiel a su esposa... ¿porqué tenía todo que complicarse cuando en realidad no había razón para ello?.

-“Las casualidades no existen.. sólo lo inevitable..” –pensó en un breve recuerdo de su encarnación anterior- “pero lo inevitable no tiene que ser un malentendido.. otra vez”

Malentendidos...

Había sido precisamente algo así lo que separara a Lead Clow y Kai Sung en el pasado...  dolor, frases no dichas... y la muerte de un inocente –Wu Fang Sheng- pero esta vez no era así, ya todo aquello había pasado y no le parecía justo estar enredado en un problema tan... tan...

Tan absurdo y sin sentido... y por algo que no había hecho.

Suspiró.

No era culpa suya, cierto... pero tampoco de Yoko. Y su mente y sus sentidos le dijeron que NO era un buen momento para un malentendido así. Efectivamente, las horas transcurrieron y pese a haberla buscado por toda la embajada no pudo obtener ningún resultado. Los encargados de la seguridad no la habían visto y él mismo no podía sentir su magia o su poder por ningún lado..

- “¡Yoko, Yoko.. ¿dónde estás?!” –pensó ya aterrado, temiendo lo que un shock así podía haber ocasionado teniendo en cuenta el delicado estado de la muchacha- “¿porqué fui tan estúpido?, ¿porqué no le conté el asunto de Hajime en lugar de callarme la boca?, si se lo hubiera dicho ella no hubiera pensado eso... eso..”

Las sienes le latían con fuerza y su corazón parecía desbocado..  ¿dónde podía estar?, ¿dónde?, ¡debía estar terriblemente nerviosa, asustada y desesperada!. Suspirando profundamente y elevando al cielo una silenciosa plegaria, tomó su teléfono y marcó el número de su casa...

- “¡Por favor, por favor!, ¡que esté con Tao en casa!” –imploró mentalmente- “¡Por favor!”

Pero la pálida de aturdida figura de Yoko vagaba como sonámbula por las calles de Londres. Calles desconocidas, calles extrañas.. calles, que en la profunda niebla que estaba apoderándose de su mente le parecían increíblemente lejanas..

Los oídos le zumbaban, los chismes que escuchara en la embajada sobre aquella “elegante Dama inglesa” que desde hacía mucho tiempo figuraba entre los gastos personales de Eriol;  las miradas de soslayo de las personas, casi como una risa burlona cuando esa misma tarde fue a verlo a su oficina.. la belleza distinguida de aquella mujer... madura, sí, bella... tan sofisticada y elegante. ¿Sería cierto lo que decían los empleados de la embajada en voz muy baja?.. que esa Lady Jane H... y Eriol.. que ellos... que ellos.. eran... eran...

Que eran...

Se cubrió el rostro con las manos, tratando de contenerse.. pero las frases sonaban en su cabeza... y aquella forma en que ella se reclinaba sobre el hombro de él.. con tanta familiaridad...

- “¿Qué, no lo sabe?” –había murmurado un empleado hace apenas algunas horas cuando ella pasaba por un pasillo, camino al despacho de Eriol.

- “Shhh... ¡calla!, ¡claro que no!.. ¿cómo crees que un hombre vá a ir por allí contándole a su esposa sobre sus antiguas amantes?”

- “Y todavía estando encinta..” –murmuró una mujer- “¡pobrecita!”

- “Y no tiene nada de antigua la amante. Todos sabemos que hace al menos tres años que el hijo del embajador mantiene con su dinero personal uno de los departamentos donde vive Lady Jane..”

- “¡Dilo más bajo!”

Se detuvo sintiendo que todo le daba vueltas.. tal vez... tal vez... tal vez a Eriol ya no le parecía bonita... tal vez Tao tenía razón y sus crueles bromas eran dolorosamente ciertas... tal vez.. tal vez... tal vez no era lo bastante culta todavía, o tan sofisticada como esa mujer...

- “Eriol es demasiado sofisticado para ti... obrera venida a más..” –la voz de Lady Alice Birmingham, y algo que le espetara en una fiesta, parecían estallar en su mente- “¿crees que podrás serle entretenida mucho tiempo?, sólo deja que se aburra de ti querida... ya pasará. No has sido la única. Quizá lo atrapaste con el matrimonio, pero él se aburre pronto...”

- “Pero... yo... yo..” –sollozó liberando al fin sus lágrimas.

Fue lo único que logró murmurar antes de desplomarse, totalmente inconsciente..

- “¿Qué mi hermana QUE?” –chillaba Tao con absoluto espanto, en ese mismo instante mientras Eriol ingresaba a la casa con el rostro apesadumbrado- “pero.. ¿porqué no evitaste que se fuera?, ¿porqué no le dijiste antes que esa tipa era asunto de tu papá y no tuyo?”

- “No pude hacerlo.. y no por falta de ganas.. ¿no entiendes que todo pasó muy rápido?, en un primer momento no supe que hacer..” –murmuró sintiéndose totalmente desesperado- “nunca esperé que esto se complicara tanto..” 

- “¡Por todos los demonios!” –se lamentó el niño, casi como si fuera Wu Fang Sheng en ese momento- “¿dónde puede haberse metido?, ¿debe estar realmente histérica!” –le miró con suspicacia- “oye.... no trates de decirme una mentira, que yo sé muy bien cómo las haces. ¿En serio no has tenido nada con esa mujer?”

- “¡Claro que no!... desde que tu hermana y yo... ¡Maldición, no le he faltado a Yoko nunca!...no he sido un santo antes pero a tu hermana no le he faltado..”

- “Pero ella piensa lo contrario... y si no ha vuelto a casa algo debe haberle pasado.. porque.. para que no haya venido..”

Los grises ojos del niño empezaron a nublarse de lágrimas, mientras su “adulta” forma de hablar parecía marcharse...

- “¡Cielo Santo!” –se desesperó Eriol- “¿crees que ... que..?” –dudó- “¿crees que me haya abandonado?”

- “No, descarta eso” –el niño estaba casi tan asustado y nervioso como Eriol- “mira.. si mi hermana hubiera querido irse hubiera venido por mí, eso puedes jurarlo... pero el hecho que ella no esté y no aparezca me asusta más.. ¡algo le pasó Eriol!”

El chiquito no podía contener ya las lágrimas... y se sentó en el alfombrado piso, sollozando a todo pulmón..

- “¡Mi hermana, mi hermanita!” –sollozó Tao, acongojado- “¿y si le pasó algo  horrible Eriol?, ¿qué vamos a hacer?”

- “Por lo pronto, tú no te muevas de aquí..”

- “¿A dónde vas tú?”

- “A buscarla.. ¡aunque tenga que caminar por todo Londres para encontrarla!... y tú espera aquí sus noticias.. a lo mejor te llama por teléfono” –ambos notaron que ya empezaba a atardecer - “esta anocheciendo ya... ¡tengo que encontrarla de prisa!”

Tao asintió, mientras lloriqueaba con más fuerza y se instalaba al lado del teléfono...

En ese mismo momento la cabeza pelirroja de Jeffrey O´Neill notó distraídamente aquel alboroto en el parque.. no muy lejano a la sede de Scotland Yard –de donde acababa de salir- y temiendo algún tipo de atentado contra su organización se acercó con precaución al grupo de gente reunida... pero mayor fue su sorpresa cuando escuchó los murmullos..

- “¡Pobrecita!, ¿estará muerta?”

- “¡Y está encinta!, ¿pobre muchacha!”

- “¿Acaso se habrá desmayado nada más?”

- “¿Llamaron ya a una ambulancia?”

El agente –ya más tranquilo- se acercó con curiosidad y grande fue su sorpresa al reconocer la pequeña figura desvanecida de Yoko.. Yoko, Yoko Hiu, o Yoko Hiragizawa pues no ignoraba que la chiquilla china se había casado con Eriol. Pero ¿porqué estaba allí?, ¿qué había pasado?..

¡Y estaba... encinta!...

Esperaba un hijo.. de Eriol.

- “Largo, fuera de aquí.. ¡no hay nada que mirar!” –protestó con autoridad, acercándose y tocando el frío rostro de la chica- “¡rayos!, ¿qué demonios te ha pasado chiquilla?” –como aún se viera rodeado de curiosos les gritó- “¡váyanse de una vez ingleses entrometidos, diablos!”

La gente le lanzó varias miradas reprobadoras antes que el joven irlandés mostrara su placa –una de las que poseía- y despejara a los curiosos..

- “¡Demonios!, sólo hay algo que puedo hacer...”

Estaba ya muy avanzada la madrugada cuando el agente lanzó un gran suspiro y despidió al médico con gesto casi mecánico mientras no podía dejar de pensar en el pasado.. ¡que ironía venir a encontrarla justamente en ese mismo instante!. Desde que había salido de Japón no había vuelto a verla y aunque la chiquilla le escribió una misiva llena de agradecimiento por su amistad –donde le comunicaba su enlace con Eriol  Hiragizawa- el agente no podía evitar sentir todo un cosquilleo al verla nuevamente...

Sí, dolía..

Había renunciado a seguir siendo parte del personal de seguridad del embajador japonés justamente por eso. El hijo del Hajime Hiragizawa era su amigo pero había ciertas cosas que.. no lo hacían fácil. Lo que sentía por la chiquilla había puesto su amistad con Eriol en un conflicto y no quería verlo... con ella. Sabía que desde su regreso de Irlanda –hace casi un año- había procurado apartarse de su antiguo amigo, pero no imaginó que verla ahora le causara cierto dolor. No era un santo, ni un mártir, y si bien sabía que ella quería al hijo del embajador eso no le tenía porqué hacer gracia.. se alegraba que ella fuera feliz pero, aunque él fuera su amigo, mantenerse cerca de ellos era... era...

Demasiado.

Suspiró. El tiempo curaría sus heridas pero se sentía apenado al verla así..

Esto puso su mente a trabajar en cosas más prácticas. ¡¿Qué demonios hacía Yoko allí desmayada en plena vía pública?, ¿dónde demonios estaba Eriol que permitía que le sucedieran estas cosas en su.. estado?..

- “¿Todavía te preguntas que pasó?, ¡te digo que le hizo algo!”

- “Cierra la maldita boca Tsu Chin” –gruñó maldiciendo al espíritu- “sé bien que tú y yo somos algo parciales con esto pero..”

- “¡Pero nada!, ¡mírala como está!, ¡mira lo que le ha hecho!. ¡Maldición, no morí para que ese maldito niño inglés le haga daño!” –gritó el fantasma de la reencarnación del Druida Negro- “.. maldición, ¡yo lo sabía!, ¡lo sabía!, debí haberlo matado y..”

- “No hubieras podido, y eso lo sabemos” –replicó Jeff, fastidiado- “no creas que a mí tampoco me hace una maldita gracia verla así, ¡y me estás poniendo aún más nervioso!”

- “¡Es un maldito, es un maldito, lo odio porque le está haciendo daño!”

- “Cállate, que me está dando dolor de cabeza” –pidió el irlandés- “que yo sepa, tu castigo es ayudarme a solucionar problemas y no creármelos a mí. Y eso que aún no asimilo que diablos estoy pagando yo para tener que aguantarte..”

- “Eres un Druida. Y provienes de la casta de Druidas más pura que queda en este mundo, por eso se me asignó a ayudarte.. ¡el hecho que no hayas querido aprender a usar tus poderes por tu estúpido escepticismo no es mi culpa!, sabes bien que de esta manera expío los crímenes de mi anterior encarnación y a la vez como fantasma, mis propios crímenes..”

- “Pues no me hagas querer matarte..” -dijo con enfado contemplando a la muchacha dormir- “¡demonios muerto, esto es más de lo que puedo soportar!”

- “¿Y crees que es fácil para mí?, ¡morí por ella!” –se sofocó- “y con gusto pago mis crímenes por verla feliz.. ¡pero ahora resulta que ese niño inglés le ha hecho algo y!”

El irlandés dejó al espectro maldecir a su sabor por unos momentos y suspiró de nuevo..

- “Olvídalo muerto. Ella eligió. Y aunque nos duela a ambos, no fue ni a ti ni a mí, sinó a Eriol.. ¿tampoco fue fácil para mí sabes?, admito que cuando la conocí todo lo que quería era divertirme con ella, llevarla a un hotel y..”

- “¡Oye!”

- “Es la verdad. Caí en mi propia trampa y tal vez por eso es que me ha costado tanto tiempo olvidarla pero tenemos que hacer algo. El doctor dice que no está nada bien.. y ya casi amanece. Algo grave debe haber pasado..”

Ante la mirada espantada del espectro el agente tomó un teléfono y marcó el número..

- “¿Embajada japonesa?, por favor... necesito saber si el hijo del embajador Hiragizawa se encuentra en el país y quizá podría darme su..” –calló cuando le contestaron- “sí, soy el agente O´Neill, de Scotland Yard, con el número de registro 557892748837-AUB-clase A.. si, claro...” –añadió tras una espera- “¿Eriol está en Londres?, ¡necesito su teléfono con urgencia!”

Eriol interrumpió su relato, al ver la cara de asombro de Shaoran...

Bien, al menos su relato le había distraído un poco..

- “¡Rayos!, ¿realmente fue así?, ¡menudo susto debiste haberte pegado!” –se espantó el Jefe del Clan Li, aprovechando la pausa en el relato de su amigo- “yo me hubiera vuelto loco si a Sakura le pasaba algo así estado embarazada.... ¡que digo casi.. ¡me hubiera vuelto totalmente loco!!”

- “Pues yo casi lo estaba... la noche que Yoko pasó en la casa de Jeff fue una de las peores de mi vida. De hecho usé magia para detener el tiempo varias veces y poder visitar todos los hospitales, clínicas, asistencias ¡y hasta morgues! de Londres.. aquella noche toqué la locura”

- “¡Que horrible!” –murmuró Hin Lu- ¿Y cómo se solucionó todo?”

- “La llamada de Jeff me encontró antes de que me  golpeara a mí mismo con una pared” –recordó- “.. ¡oh, fue bastante desagradable!, Tao y yo nos llevamos un gran susto y ni qué decir que Tsu Chin quería matarme.. pero él ya estaba muerto. Aunque si a Yoko le hubiera pasado algo posiblemente yo mismo le hubiera ayudado a matarme y seguramente nuestro viejo enemigo lo hubiera hecho con todo gusto. Lo peor es que mi esposa tenía una auténtica crisis de depresión y no quería escucharme.. sólo lloraba sin parar”

- “¡Pero si Yoko no es llorona!” –se sorprendió Hin Lu.

- “Lo sé” –asintió- “E imagina mi espanto cuando eso pasó. Fue el médico que la atendió quien me explicó que esa situación no era normal en ella y que la profunda impresión que sufrió se juntó con el embarazo y... bueno, le provocó un llanto casi histérico.. ¡fue terrible!”

- “¡Oh, yo no sabía eso!” –murmuraba Sakura en la cafetería en esos mismo instantes, con los ojos verdes muy abiertos mientras Yoko ponía cara de “circunstancias”- “¿tuviste también problemas con tu hija, Yoko?, ¡vaya que no sabía muchas cosas!”

- “Eriol y yo.. tuvimos un malentendido..” –murmuró la muchacha, sin aclarar los motivos- “y como tal me provocó algo que nunca he tenido.. una crisis de llanto histérico.. Sin embargo, la vista inesperada de Kaho nos ayudó mucho..”

- “¿Kaho?”

- “Sí” –asintió Yoko- “Eriol la aprecia como si fuera una hermana... y yo también. Ella fue una gran ayuda... pasamos momentos tensos, pero lo bueno del asunto fue pudimos recuperar a un buen amigo...”

- “¿Un buen amigo?”

- “Sí. Jeff O´Neill. No sé si lo recuerdas Sakura... un pelirrojo irlandés que..”

- “¡Oh sí!” –asintió la señora Li- “claro que sí..  ¿y qué mas?”

- “Pues....”

- “¡Yoko!” –por primera vez en su vida (desde que lo conocía) Jeff vió a Eriol perder totalmente la compostura, pues ingresó sin saludar y casi corriendo a su departamento, seguido de Tao- “¡¡¿Dónde está Jeff, que tiene?!!”

Tao miró al pelirrojo irlandés y al fantasma.. antes de lanzar un suspiro preocupado..

- “Está descansando en mi habitación y sedada” –replicó el agente fríamente, mientras Tsu Chin, a su lado, fruncía el ceño- “... al menos no despertará en un par de horas... lo que me permite pedirte una explicación del porqué la encontré como la encontré..”

- “Pero.. ¿está bien?”

- “Bueno, sí, pero..”

Eriol ni siquiera reparó en la furibunda cara del fantasma de Tsu Chin. Apenas Jeff dijo esas frases, suspiró profundamente.. como si el alma le volviera al cuerpo después de tantas horas de angustia..

- “¡Oh, por Dios!... ¡qué alivio!”- dijo reparando entonces en que no había ni saludado a Jeff- “no tienes idea de lo agradecido que estoy contigo Jeff y..”

- “Olvida los agradecimientos. Sólo explícame qué hacía Yoko deambulando por las calles de Londres... sola y en su estado” –el pelirrojo no pudo contenerse más y finalmente lo dijo- “¿sabes lo que pudo haberle pasado?, ¿dónde estabas tú? ¿qué paso?”

Eriol parpadeó.

Y es que en su desesperación, había olvidado que Jeff estuvo interesado en Yoko durante su estancia en Japón. El recuerdo efectivamente le incomodó, pero lo disimuló hábilmente. Apreciaba a Jeff, era una de las escasas personas a quienes consideraba como “amigo” y no quería perder su amistad por una palabra altisonante...

Volvió el rostro hacia un costado, disimulando su irritación con una sonrisa pero... vino a reparar en la mirada llena de rencor del fantasma de la reencarnación del Druida Negro..

- “Le haz hecho daño... ¡no pretendas negarlo!” –protestó Tsu Chin- “¿cómo pudiste?, ¡luego de todo lo que ella..!”

- “No he venido hasta aquí para darte explicaciones” –suspiró reuniendo toda su paciencia, ante las destempladas reclamaciones de su enemigo- “sólo vine a buscar a mi esposa y a agradecerle a mi amigo Jeff su ayuda...”

- “¡Te odio!, ¡maldito engreído!, ¡vas a pagar muy caro por esto y..!”

- “Pero aún no me has respondido a mí Eriol..” –murmuró el agente, con cierta peligrosidad en la voz, interrumpiendo las reclamaciones del espectro- “¿qué pasó?, ¿vas a decírmelo de una vez?”

Ambos amigos se contemplaron con frialdad –disimulada de parte de Eriol- por algunos segundos, antes que Tao finalmente se cansara de todo aquello y se decidiera a intervenir..

- “Mi hermanita interpretó mal algo. Y en su estado... supongo que se perdió por los nervios” –replicó el niño, llamando la atención del agente y del fantasma- “y ya que ella está dormida sería bueno que Eriol fuera a verla...”

- “¡¿Te volviste loco mocoso?!, ¡este maldito engreído es el culpable de que ella..!”

El hijo del embajador se inclinó hasta ponerse a la altura del niño, entendiendo el asunto..

- “Tao..”

- “Tú y Jeff, por supuesto..” –continuó el chiquito- “yo me quedaré aquí con este espectro chillón.. ¿de acuerdo..?”

El inglés asintió mientras agradecía mentalmente la privacía que el niño les brindaba. Le disgustaba el tono de Jeff, pero ciertamente podía comprenderlo y quería aclarar cosas con él. Algo realmente difícil con la presencia de Tsu Chin, quien realmente le ponía las cosas más difíciles con sus venenosos comentarios. Y conteniendo a duras penas su inquietud por ver a su esposa, Eriol ingresó a la habitación privada mientras Jeff le seguía a un paso de distancia..

- “Escucha: esto es un malentendido” –le dijo Tao antes de que el agente acabara de ingresar- “si Eriol realmente le hubiera hecho algo malo a mi hermanita yo mismo estaría en su contra... míralo bien y date cuenta tú mismo de eso”

Jeff O´Neill parpadeó confuso antes de seguir al hijo del embajador. La forma en la que aquel niño hablaba a veces –como adulto- siempre le ponía nervioso..

- “En cuanto a ti..” –le espetó el chiquito con voz autoritaria a Tsu Chin- “es mejor que les dejes en paz.. ¡ellos son amigos y no necesitan de tu veneno en los oídos ¿está bien?!”

- “Mocoso idiota.. tú..”

- “No, no soy idiota” –protestó Tao, y el fantasma pudo sentir el aura de aguas rodeando la figura del niño- “sé que para Jeff ha sido duro esto, y supongo que tú eres en buena parte responsable de que se distanciara de Eriol.. comprendo que él sintió algo por Yoko pero Jeff no es del tipo rencoroso que tú si eres” –le dijo con dureza- “y lo sé bien. Ahora: te recuerdo que si moriste fue por la felicidad de ella y si alejas a sus amigos no la ayudas..”

- “¡Tú no sabes nada de mí ni de lo que he sufrido!”

- “Tal vez no, pero sí sé lo que quisiste hacer.. en la torre de Tokyo ¿recuerdas?” –el fantasma se mordió los labios espectrales- “sé que tú le provocaste a mi hermana una gran angustia e incluso le pegaste un bofetón en plena pelea ¡no me digas que lo has olvidado!” –reclamó- “muy digno de tu amor te parecerá eso, pero a mí..”

- “¡Yo no quería..!”

- “Lo que sea” –le cortó- “Le hiciste daño.. sabiendo lo que hacías. Eriol es mi amigo, y lo más importante del mundo es que ella lo ama, ¿entiendes?.. y él a ella. Aunque tú hubieras querido que eso no fuera así. ¡Métete eso en la cabezota de muerto que tienes!” –dijo irritado- “porque mientras no lo aceptes seguirás como un espectro amargado y patético... y si crees que ella te lo agradecerá te equivocas.  El no le ha faltado y Yoko y Eriol se arreglarán porque ella vá a tener un hijo con él..”

- “¡CALLATE!”

El niño suspiró, antes de mirar a la reencarnación de su antiguo asesino.

- “Cuando te resignes y lo aceptes.. te sentirás mejor”

Eriol se acercó con leves pasos al lecho donde reposaba la figura dormida de su esposa y suspiró con profundo alivio al verla. Por un instante olvidó la presencia de Jeff y se adelantó hasta quedar a su lado, tomar su pequeña mano y besarla con ternura. Acarició suavemente sus cabellos y su rostro, antes de comprobar su temperatura con angustia..

- “Jeff... tiene fiebre”

- “Sí. El doctor dijo que tenía un shock nervioso” –el agente suspiró también, notando sólo entonces la notable palidez de su amigo y las profundas ojeras que sus anteojos no lograban disimular- “siento la forma en que te hablé. Sé que no tengo derecho pero ella es muy importante para mí y... fue muy duro verla así... desmayada en plena vía pública, y en su estado”

Eriol palideció espantosamente cuando el agente le explicó las circunstancias en que la había encontrado y sólo entonces la reencarnación del Mago Clow le explicó el malentendido, como un amigo que le cuenta sus problemas a alguien de su confianza. En parte también porque Jeff también había sabido desde siempre –en su calidad de agente especial- las cosas de su padre, y ahora sí que al pelirrojo no le sorprendió nada el malentendido..

- “Eriol, te llaman a tu teléfono..” –avisó Tao, tocando la puerta- “es la señora Monouhi y...”

- “No puedo atender ahora a nadie Tao” –le dijo distraído- “sólo avísame cuando llegue el doctor..”

El niño miró a su hermana dormir desde la puerta de la habitación y tuvo miedo. Mucho miedo. Ella no se enfermaba nunca y en su condición actual verla tan mal le llenaba de espanto, pero justamente antes de responder la llamada de la señora Monouhi se le ocurrió una idea.

Y justamente cuando Yoko empezó a despertarse..

- “Yoko.. ¿estás bien?. Tenemos que hablar niña mía.. todo esto fue...”

Los ojos grises miraron los azules con nerviosismo.. las imágenes volvieron a su mente y no pudo evitar estallar en lágrimas y convulsivos sollozos a la sola vista de su esposo..

- “¿Qué sucede?, ¡Yoko escúchame!”

La chica se encogió de dolor por su propio estado, mientras no podía controlar su llanto y los sollozos espasmódicos recorrían su figura. Eriol y Jeff se miraron asustados y el segundo corrió a buscar a un médico mientras Eriol trataba inútilmente de sacar a la muchacha del shock en que se encontraba...

Tao notaba la precaria condición de su hermana sintiendo más y más pánico..

- “¿Señora Kaho?” –dijo el niño, al teléfono- “sí... no tuve tiempo de decirle a Eriol que estaba usted aquí en Londres.. pero por favor ¿puede venir a esta dirección?... sí.. sí... ¡por favor!. Mi hermana se está sintiendo muy mal y nosotros somos hombres... ¡no entendemos nada y el doctor todavía no llega..!”

- “¿Qué pasa con tu hermana Tao?”

- “Ella y Eriol tuvieron un disgusto... hubo cosas que Yoko confundió y se ha puesto muy mal.. ¡no para de llorar y ella no es así!.. ¡veo que casi no puede respirar señora!, ¡no reconoce a nadie y estoy empezando a sentir miedo de que..!”

- “Tranquilízate” –le dijo Kaho, con seguridad- “voy para allá en este mismo instante, sólo dame la dirección al detalle. ¡Vaya!, y yo que pensé que esta visita de dos días aquí a Londres iba a ser sorpresiva para ustedes...”

- “Kaho llegó cuando la crisis de Yoko estaba volviéndonos locos a todos” –explicó Eriol a Shaoran y Hin Lu en la embajada- “Kaho recordó que pasó por una crisis similar a la muerte de Kia y entonces sólo Yoko pudo entenderla porque su madre acababa de morir. Esa vez, Kaho charló con ella y la tranquilizó. Sólo después yo pude explicarle lo que realmente había ocurrido...”

- “¡Ohhh!”

- “Tuviste mucha suerte..” –asintió Shaoran.

- “Kaho se comportó como una gran amiga.. y eso es algo que no puedo olvidar” –replicó Eriol- “lo sé muy bien. Yoko se tranquilizó y pudo entender las cosas cuando se las expliqué e inclusive pudimos todos bromear un poco cuando Tao encontró ropa femenina en el departamento de Jeff. Desgraciadamente Kaho estuvo sólo un par de días en Londres, pues viajaba como delegada de la institución Clamp y debía volver pronto.”

- “¿Ropa de mujer?” –murmuró Hin Lu, algo receloso- “¿qué le pasaba a tu amigo?”

- “La ropa era de la novia de turno de Jeff” –explicó Eriol con una sonrisa, mientras Hin Lu lamentaba su curiosidad- “Afortunadamente la muchacha estaba de viaje cuando Yoko y yo estuvimos allí...”

- “Pero... si mal no recuerdo..”- dudó Shaoran- “Yukito y su familia llegaron justo antes que naciera tu hija..”

- “Sí”

Justamente en ese instante, un atroz y atronador zumbido –casi como cuando se rasga con un tenedor la superficie de un plato, todo elevado a decibeles casi cataclísmicos- se escuchó por toda la embajada, motivando que los presentes se cubrieran los oídos por mero acto instintivo mientras el horrible chillido parecía ahora una combinación de risas de hienas y platos rotos al unísono...

- “¡¿Qué rayos es eso?!” –gritó Shaoran sintiéndose enfermo ante aquel espantoso sonido, que le torturaba los tímpanos- “¿qué está pasando?”

- “¡Arghhhh!” –protestaba Hin Lu- “¡ese sonido es atroz!, ¡mi cabeza está estallando!”

Eriol había buscado rápidamente algo en su gabinete y ahora lo pasaba a sus amigos, cuando el ruido cesó tan sorpresivamente como empezó..

- “¿Tapones para los oídos?!” –se asombró Shaoran mirando a su amigo inglés- “oye... ¿qué fue eso?”

Eriol dejó escapar un gran suspiro..

- “Temo amigos, que eso fue...”

- “¡Hey!, ¡¿lo escucharon?!” –la puerta se abrió con estrépito y Tao ingresó arrastrando con mucho trabajo un pesado instrumento musical-  “¿verdad que estuvo de lujo?, ¡realmente no me aguantaba las ganas de escucharme a mí mismo!” –sólo entonces reparó en las visitas- “¡hola Shaoran, Señor Li.!.” – saludó tan informal como siempre dirigiéndose a Hin Lu como “señor” pues no lo conocía mucho- “¿lo escucharon?, ¿qué les pareció?, ¿verdad que es genial?”

- “Eh....” –dudó el esposo de Sakura- “Tao... ese ruido.. ¿lo hiciste tú?”

- “¡¿Cómo es eso de llamar “ruido” al verdadero arte Shaoran?!” –protestó el adolescente con una gran sonrisa orgullosa- “¡y por supuesto que fui yo acompañado por este hermoso instrumento!”

Entre sus felices carcajadas mostró con orgullo a los presentes su... violonchello.

- “¡¡¿Hiciste ese ruido con el violoncello?!!” –repitió Shaoran pasmado, mientras Hin Lu miraba el instrumento con horror y Eriol suspiraba con resignación no exenta de divertida ironía- “¿fue con eso?”

- “¿Verdad que es increíble?” –se emocionó el chico.

- “Bien.. “increíble” puede ser la palabra que buscábamos para definir tu... música” –sonrió Eriol, encogiéndose de hombros- “pero.. ¿acaso te pusiste a tocar ante alguno de los amplificadores de sonido?, porque se escuchó por toda la embajada..”

- “¡¡SI!!, ¡ja, ja, ja!” –Tao estaba eufórico y definitivamente no notaba las miradas de espanto, horror y divertida resignación de su cuñado y sus amigos- “¿verdad que fue un toque genial?, todo el mundo se me ha quedado mirando después que dejé de tocar, y mientras venía por el ascensor hasta aquí... ¡no tenían palabras!”

- “Quién los culpa..” –sonrió Eriol.

- “Pero.. pero.. ¿qué vas a hacer con eso?” –se inquietó Shaoran- “¿no vas a tocar de nuevo ese instrumento.. ¿verdad??”

- “Bueno... no sé. La verdad es que estaba haciendo un pre-calentamiento para la audición al club de música en la escuela, como Eriol recién me había comprado el violonchello...”

- “¡¿TU LE COMPRASTE ESO?!” –saltaron Shaoran y Hin Lu.

- “Sí” –asintió el inglés con una sonrisa, para luego empezar a ponerse algo inquieto- “eh.. Tao... ¿puedes hacerme un favor?, creo que ya tienes toda la práctica necesaria y no será necesario que practiques más en casa..”

- “¿Tu crees?” –los ojos de Tao tenían dos estrellitas emocionadas- “¿en serio te parece?, yo quería que mi hermana me escuchara y...”

- “¡NOO!” –casi gritó Eriol, sudando- “eh... yo creo que es mejor que ... que Yoko no sepa que yo te compré eso. No es necesario..”

- “Bueno.. si insistes” –aceptó el chico antes de arrastrar el instrumento hacia la salida- “guardaré como secreto que has ayudado al nacimiento de un músico inmortal. ¡Iré a guardar este hermoso bebé para que esté listo para mi audición!, ¡ja, ja, ja!!” –se detuvo asombrado cuando abrió la puerta y miró una cara conocida que le miraba con ojos desorbitados- “¡Hey Jeff, ¿cuándo llegaste?!, ¡No te había visto cuando entré aquí!, ¿acabas de llegar?”

- “No. Pero estaba tratando de ahogarme en el lavabo de las visitas para dejar de escuchar un ruido infernal que interrumpió a la secretaria, justo cuando iba a anunciarme” –dijo el agente irlandés- “supongo que tú entraste cuando yo trataba de acabar con la tortura..”

- “¿Tortura?, ¿de qué hablas?”

Eriol, Shaoran, y Hin Lu hicieron ingresar al agente a toda prisa al despacho.. antes que hiriera la susceptibilidad del adolescente... que se marchó aún sin comprender cómo pudo definir su primer intento en el chello como “tortura”.

- “¿Hola?” –gritaba Tao a su teléfono personal mientras se iba- “¡hola Rei, viejo!... ¿sabes que acabo de hacer mi primera prueba con el violoncello y...” –hizo una pausa- “¿estas loco?, ¿ir a estudiar a la biblioteca cuando soy un genio musical en potencia?.. ¡¡claro que lo soy, y no digas eso de “sin comentarios” que sé bien a qué te refieres!!. ¡te digo que soy bueno!, ¡Eriol mismo me acaba de decir que no necesito más práctica!!... ¡No, no, eso no significa que tenga que estudiar!, soy un genio musical, la escuela no es para mí... ¡JA, JA, JA, JA!, ¡este es el regalo prometido que tanto tiempo había esperado!”

Shaoran, Eriol y los otros, miraron al adolescente alejarse con una gran gota sobre la cabeza..

- “Ese sonido puede ser considerado como arma de destrucción masiva en el mundo ¿sabes?” –replicó O ´Neill, después de tomar una copa de whisky y saludar a todos ya ingresando otra vez al despacho- “ ¡Uf!... en serio creí que iba a morirme... ¿cómo se te ocurrió poner en manos de ese chico un instrumento musical Eriol?” –le dijo ante la aprobación de Shaoran y Hin Lu- “eso es casi un crimen contra la humanidad. Y yo que creí que mi visita sería sorpresa.. ¡y el sorprendido por ese ruido resulto ser yo!. De haber sabido esto me hubiera ido con el espectro de Tsu Chin a visitar su tumba... ”

- “Sigues desempeñándote en casos extraños?” –le preguntó Shaoran, disimulando su sonrisa.

- “Así es. Pero si me preguntan.. no hay nada más extraño que la forma en que ese chico hace que la música suene a espanto..”

Eriol sonrió enigmáticamente.

- “Bien, el fuerte de Tao jamás será la música.. pero consiguió lo que nunca creí posible: Ingreso al club de música de su escuela. ¿Qué otra cosa podía hacer?, sabes bien que siempre cumplo mi palabra, y ese fue el regalo que le prometí si conseguía eso” –suspiró de nuevo- “aunque a veces.. como en este caso.. sé que lo lamentaré..”

Shaoran, Hin Lu y Jeff O ¨Neill asintieron unánimemente. Antes que un mensaje urgente le llegara al esposo de Mei Ling a través de su teléfono....

- “¡No puede ser!” –gritó Hin Lu, con espanto- “¡es imposible!”

Shaoran palideció temiendo lo peor, mientras Eriol le  miró con inquietud.

- “¿Qué tan grave es lo que temes que sea Shaoran?” –le dijo mientras Jeff O¨Neill también ofrecía sus servicios a su amigo, y sus conocidos- “¿tiene que ver con la comunicación que has recibido del Sabio del Concilio?”

- “¿¡Qué sabes tú?!”

- “A mí también me enviaron una...”

Shaoran miró a su amigo con algo de culpabilidad, sin comprender cómo es que Eriol siempre lograba estar enterado de las cosas.. ¿acaso nada lo sorprendía?.

- “Hay ciertas cosas que sé del Clan Li.. y del Concilio... desde que fui Clow” –le dijo su amigo, muy serio, mientras Hin Lu, frenético, se volvía loco dando órdenes por teléfono y Jeff buscaba contactar algún site de la INTERPOL por la Pc - “el punto es saber qué es lo que está pendiente todavía... ¿verdad?”

Hin Lu se volvió súbitamente hacia donde Shaoran y Eriol estaban antes de decir muy serio...

- “No está... no está. ¡Ha desaparecido!”

            *                                 *                                 *                                 *

Mei Ling dejó escapar una gran carcajada mientras la antigua card captor tenía una gran gota sobre la cabeza..

- “Sólo bromeaba... descuida. Sé bien que mi primo es sólo un poquito menos obsesivo con su trabajo que mi propio Hin Lu.. aunque en el caso de Shaoran es su manía de asumir responsabilidades y preocupaciones.. ¡sólo bromeaba!” –le tranquilizó- “además que sé bien que la primera riña de ustedes fue cuando Hien era un bebé, pero dime.. ¿han tenido alguna riña más?”

- “Bueno... riña... riña... pero en serio... no”

- “¡Ay con razón!” –continuó Mei Ling- “lo que te hace falta es enfadarte en serio con Shaoran.. ¡¡y cuando te reconcilies con él se animan a darle un hermanito a Hien!!”

- “¿QUEE?”

- “Es verdad..” –replicó Tomoyo pensativamente- “sabes bien que yo ya no puedo tener más niños Sakura, pero me sorprende que tú y Shaoran no se decidieran a tener otro bebé..”

- “Cierto” –asintió Yoko- “porque la madre de Shaoran se alegraría... no es como Lady Regina. Nosotros no podemos darnos el lujo de tener otro bebé porque allí si que Eriol se quedaría huérfano”

- “La mamá de tu esposo sí que se preocupa por su imagen .. ¿no?” –rió Tomoyo.

- “¡Y me lo dicen a mí!” –suspiró la pequeña señora Hiragizawa.

- “En realidad Sakura... pienso que no es bueno para Hien criarse solo” –sonrió la esposa de Yukito- “siempre es mucho mejor cuando se tiene a alguien más... lo sé porque para Rei fue muy importante el nacimiento de Yuu.. lo ayudó mucho”

- “Yo... eh...” –dudó la señora Li, con el rostro algo azorado- “bien, lo que sucede es que..”

- “¿Qué?”

- “¡Eso es algo muy privado!” –dijo casi asustada y sudando- “yo... sólo... bueno, es mi culpa... es por mí que Hien no tendrá hermanos..”

- “¿Cómo es eso?” –murmuró Tomoyo.

- “Yo... yo..” –murmuró apenadísima- “es que... bueno..” –suspiró tomando aire, al confesar- “cuando... cuando Hien nació.... ustedes saben, yo estaba en China..”

- “Te recuerdo que yo estaba allí Sakura” –insistió Tomoyo, mientras las demás miraban a la esposa de Shaoran con signos de interrogación rodeándoles- “tal vez no contigo y Shaoran exactamente. Eso fue cuando Mamoru tenía casi dos meses de nacido y fuimos a visitarles a China...”

- “¡Pues ¿qué pasó?!” –casi chilló Mei Ling mientras Ayame y Yoko contenían el aliento.

- “Bueno.... Ya saben que Shaoran despertó cuando faltaba muy poco para que yo diera a luz... y yo.... yo...” –sudaba- “¡bueno, me puse a gritar como histérica!, ¡cuando dí a luz me puse a gritar como loca!”

- “Eso es normal Sakura..” –murmuró Yoko- “cielos... tener un bebé... no es muy fácil que se diga..”

- “Sí.. pero... bueno..” –comentó Sakura- “me puse muy, realmente muy mal... la tomé con el pobrecito de Shaoran... ¡estaba tan indignada contra él que casi lo volví loco!, el pobre se asustó muchísimo con la forma en que lo traté y le insulté... y... y todo eso. Por eso... por eso es que juró.. él juró...” –suspiró de nuevo- “juró por sus antepasados que nunca más yo volvería a pasar por los dolores de un parto... ¡estaba tan asustado que por la forma en que me puse, la forma en que lo traté que se puso a gritar ese juramento para así tranquilizarme!”

Silencio.

Sus amigas allí presentes trataban de imaginársela dándole a Shaoran feroces gritos...

Sakura, convertida en una especie de tigre feroz de terribles fauces, gritándole a Shaoran, que estaría convertido en una atemorizada masa temblorosa a sus pies..

O_o´

La risa de Mei Ling se dejó oír por toda la cafetería  mientras Ayame Tsukishiro reía con más delicadeza y Tomoyo y Yoko trataban también –inútilmente- de esconder sus risas escudándose en sus tazas de café..

- “¡Ay Sakura!, ¡eso realmente no lo esperaba!” –repuso Mei Ling entre carcajadas- “de modo que tú.. ¡tú!, la siempre dulce y gentil Sakura ¡¡le provocaste tanto miedo al excelentísimo Jefe del Clan Li, Jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente!!.. quien no tuvo temor de afrontar la pelea en la torre de Tokyo o combatir contra el último card captor..¿al punto de lanzar tan formidable juramento sólo para aplacarte un poquito mientras estabas en labor de parto?”

- “Si” –dijo la aludida avergonzadísima.

Ninguna de las chicas presentes pudo evitar la risa. Pero súbitamente el teléfono de Sakura llamó la atención de todas...

- “¿Qué?” –casi gritó la antigua card captor- “¿cómo es eso posible?, ¡no puede ser!.. ¡tienen que hacer lo posible por averiguar eso y...” –luego de una pausa, los ojos verdes reflejaron algo parecido a la decisión- “bien... si no hay otra opción.. ¡es definitivo!”

- “¿Pasa algo malo Sakura?” –se inquietó Tomoyo.

- “Temo que debo irme chicas” –se despidió la antigua card captor- “me parece que hay algo de lo que debo ocuparme personalmente...”

- “¿Es grave?” –quiso saber Yoko.

- “Eso depende..” –se despidió.

La gentil figura se marchó apresuradamente, mientras Mei Ling suspiraba profundamente y pedía otra taza de té..

- “¡No puede ser!.. y aún no le dije lo que quería decirle...”

- “Y eso... ¿qué es?” –quiso saber Yoko.

Mientras Mei Ling comentaba algo en murmullos a sus amigas, Sakura se había dirigido a toda prisa a el edificio Sunshine, en Tokyo, donde tuvo una reunión con Rajendra Giri –su asistente- que duró al menos dos horas. Apenas terminada esta, la hermosa mujer de ojos verdes se encerró en su despacho por media hora, tratando de crear algún convincente plan...

Aunque la sacó de sus meditaciones una llamada telefónica de Wei...

- “Dime Wei..”

- “Lamento mucho importunarla señorita Sakura, pero a ocurrido algo que creo que debe usted saber...”

Los ojos verdes se abrieron con asombro. Mientras Wei empezaba con algunas explicaciones...

- “¡Yo ví ese libro por aquí!” –decía Hien con decisión, ante la mirada divertida de Miriel Hiragizawa y la tranquila sonrisa de su prima Nadeshiko- “¡se los voy a enseñar y entonces verán!”

Desde la puerta de la estancia, Mamoru miraba a su primo con expresión aburrida..

- “Ya olvida eso.. ¿porqué siempre tienes que ser tan terco?”

- “Mi papá tiene los mejores libros sobre la historia china, ¡lo sé porque los he visto!” –insistió Hien, con calor- “¡tienen que estar entre éstos!”

- “Son muchos libros..” –murmuró Nadeshiko.

- “Bastantes” –asintió Miriel- “ya te he dicho que no importa Hien... no tenemos prisa en la tarea y no tienes que...”

- “¡Te digo que están aquí!”

Hien frunció el ceño con decisión –mientras Miriel Hiragizawa sonreía- y en su empeño tiró una enorme pila de libros, aún sin clasificar, que Shaoran había traído desde China, motivando, por supuesto, un pequeño desastre de proporciones bastante... polvorientas.

- “¡Lo sabía!” –protestó Mamoru después de una prolongada sesión de tos, ante todo el polvo- “¡mira si serás tonto!”

Las niñas se encontraban aún tosiendo...

Y Hien estaba cubierto de tierra..

- “¡Rayos!” –protestó el hijo de Sakura- “¡cof, cof!... pero.... ¡cof cof!.. ¿qué hacemos con... la tarea?”

- “Yo buscaré en la biblioteca de la embajada” –le tranquilizó Miriel- “aún tenemos tiempo, descuida... sabes bien que puedes contar con mi ayuda querido Hien..”

La niña pronunció estas frases con una sonrisa ladina en su lindo rostro. Sonrisa que motivó cierta desconfianza en Hien, a la vez que Mamoru la miró con suspicacia...

- “Mejor deja que te ayude a clasificar esos libros..” –insistió la pequeña Hiragizawa- “¿te parece?”

- “No” –dijo algo desconfiado, sin saber porqué y tomando una pila de libros al azar entre el polvo, antes que Miriel los tocara - “yo lo haré cuando tenga tiempo... es mejor que vayamos a la biblioteca pública..”

- “¿Nos acompañas hermano?” –preguntó Nadeshiko, después de toser a gusto- “¿verdad que sí?”

- “Que otra opción me queda... ¡torpe!”

Miriel contempló con interés la pila de libros que Hien sacara del depósito y siguió a los hermanos Kinomoto con una leve sonrisa en su rostro pálido. Sin embargo, al notar la mirada plagada de suspicacia de Mamoru, prefirió seguir a su amiga Nadeshiko antes de hacer algún comentario...

- “¿Qué notaste que realmente querías en esos libros?” –le preguntó Nadeshiko, sorprendiéndola- “... era algo interesante para ti ¿verdad?”

- “¿Te diste cuenta?, ¡vaya que lista eres!” –le contestó entre murmullos- “bueno... no sé... en realidad me pareció ver algo interesante allí... pero no estoy segura...”

- “¿Algo interesante?”

- “No sé” –dudó- “supongo que no lo era tanto, porque de lo contrario no estaría entre aquellos libros sin clasificar que el papá de Hien trajo de China... supongo”

La pequeña Hiragizawa sonrió con fingida inocencia, a la vez que Nadeshiko le decía..

- “Mamoru se dio cuenta que algo querías... Hien no creo, porque es un poco distraído...”

- “Pero es muy intuitivo y desconfiado...” –sonrió Miriel.

Mamoru miró a las niñas adelantarse, y las siguió murmurando algo contra la torpeza en voz muy baja. Por otra parte, Hien corrió hacia su habitación tirando los libros sobre su cama a toda prisa, y sólo entonces reparó en eso...

- “Nunca había visto este..” –pensó, tocando el libro con sus manos- “¡qué extraño es!... y esas figuras...” –sus bellos ojos verdes parpadearon mientras sus manos tocaban un grabado en la portada del libro- “esto representa el sol.... si... no creo que sea un cuento, pero lo leeré después”

Y tomando el extraño libro en sus manos, lo metió en uno de sus cajones...

- “Creo que era un libro muy bonito...” –pensaba Miriel- “me hubiera gustado tenerlo, aunque sea prestado. Sospecho que quien lo lea primero encontrará algo realmente interesante allí...”

            *                                 *                                 *                                 *

Shaoran ingresó a su casa procurando disimular su preocupación y sin saber cómo iba a decírselo a Sakura. Había pasado el resto de la tarde discutiendo con Eriol, Hin Lu y con O´Neill pero pese a las horas transcurridas, las órdenes, llamadas telefónicas y contactos diversos...  se encontraban como al principio. Conjeturas, ideas vagas, aspectos diversos que no constituían para nada algún tipo de certeza...

Sólo tenían hipótesis... 

Sólo eso.

Eriol estaba muy inquieto también. Y eso Shaoran lograba comprenderlo.. ¡por supuesto que sí!, aquello era muy importante para él especialmente. En realidad había pensado si las palabras del Sabio se referían a lo que acababan de avisarle esta misma tarde,  pero no estaba seguro...

No estaba seguro de nada...

Y por si fuera poco...

- “¡No, no, no y no!” –protestaba- “¡no Sakura, no es justo!”

- “Pero Shaoran...” –sonreía su esposa, con una risa adorable- “es sólo una preguntita... una respuesta simple a una preguntita lo que te estoy pidiendo.. ¿qué de malo tiene?”

- “Que no es justo...”

- “No te estoy pidiendo algo malo...”

- “¡Me estás pidiendo algo que...!”

- “Es sólo unas palabritas... unas pequeñas palabritas de tu parte. Eso es todo” –sonrió- “protestas como si yo publicara lo que me dices y...”

- “Lo has hecho Sakura...”

- “Nunca he publicado algo no ético” –replicó la antigua card captor- “además esto no es sólo por mi trabajo.. ¡quiero saber!, además no me parece muy correcto que me estés ocultando las cosas Shaoran...”

- “Sakura...”

- “Es sólo una pregunta... una simple, pequeña y tonta pregunta..” –dijo sonriendo y rodeando el cuello de él con los brazos- “decirme no te vá a hacer menos Jefe del Concilio.. y si veo que no es algo apropiado no lo publicaré...”

Shaoran suspiró...

Sakura ciñó su figura contra la suya y súbitamente él supo que no había forma de ocultarle nada...

Se sentía tan atrapado por ella, como el primer día.. como desde la primera vez que la besó.

- “Bien, ¿qué es?” –dijo, mientras sus labios casi se rozaban- “, ¿qué quieres que te diga?”

Ella acarició su mentón con sutileza..

- “Quiero que me cuentes qué pasó en el viaje a Siberia” –sonrió, mientras él perdía totalmente el color- “Rajendra me llamó hoy para decirme que nuestros periodistas nos informan que tú, el Jefe Zhiao y Kagastán se reunieron en total privado durante una hora... ¿qué pasó?”

El rostro de Shaoran palideció notablemente y se deshizo del abrazo de ella sintiendo como el encanto se había roto por completo.. ¿Cómo era posible que Sakura lo supiera?...

¿Cómo fue que no sospechó eso?

- “¿Qué sucede?” –inquirió ella, ya inquieta- “¿pasó algo grave Shaoran?”

- “Hablamos de cosas que son estricta prioridad del Jefe del Concilio” –replicó incómodo- “Sakura, no insistas.. yo...”

- “¡Shaoran me estás asustando!”

- “No es nada Sakura” –mintió, temeroso de su reacción si ella se enteraba que trataron de asesinarlo en esa reunión- “sabes bien que hay cosas del Concilio que no puedo decir, lo sabes... y esto es una de ellas..”

- “Shaoran...”

- “Sakura... ¡no seas cruel conmigo!” –imploró- “no es justo que cada vez que tus periodistas no consiguen una noticia que realmente quieres, vienes y me...” –su esposa lo abrazó suavemente y él se puso a temblar- “me... tratas de sacar la información a mí... ¡eso no es ético!, ¿porqué me haces esto?”

La joven mujer lo abrazaba suavemente...

- “Shaoran...”

El aludido empezó a sudar...

- “Eh... ya no sigas..” –dudó azorado- “¡no es justo!, después de la primera riña que tuvimos por Hien siempre te pones así conmigo cuando quieres convencerme de algo que yo NO quiero...”

Sakura suspiró acariciando suavemente el rostro de su aturdido esposo. Nunca le revelaría que Mei Ling y Tomoyo le habían dado ese consejo.. después de todo –según sus amigas, y al menos con Shaoran funcionaba- no había nada que no pudiera conseguir cuando dejaba su vergüenza de lado y era tierna y mimosa con él....

Pero sus dudas por decirle lo ocurrido ya la estaban preocupando...

Shaoran siempre le decía las cosas. Salvo lo que era estrictamente secreto por el Concilio, claro. Pero el temor reflejado en los ojos de su esposo la estaba preocupando más y más..

- “Shaoran... ¿seguro que no es grave?”

- “No...” –mintió él- “eh... ya te digo... son cosas del Concilio..”

- “¿No será como aquella vez que el Jefe Khan, de Mongolia te ofreció cien concubinas ¿verdad?”

- “¡Claro que no!”

- “¿Porqué estás tan nervioso entonces?”

- “Porque... estamos en la cocina y cualquiera puede vernos...”

- “Generalmente soy yo quien te dice eso..” –se sonrojó, sintiendo los brazos de él rodeando su cintura- “pero... ¿realmente no es nada grave?” –insistió- “admito que sí te quería sacar una primicia... pero... ya me estoy preocupando de verdad.... estás muy nervioso y...”

Las manos de él acariciaron su rostro... sus figuras casi adheridas uno a la otra..

La penumbra de la cocina silenciosa...

- “Olvida eso Sakura...” –susurró Shaoran, sintiéndola en sus brazos- “nada importante pasó con Kagastán... ya no preguntes..”

- “¿Me lo juras?, Shaoran.. ¿de verdad me lo jur..?”

Los labios de él descendieron hasta los suyos, convirtiéndola en su cautiva.. por largos y embriagadores momentos...

Hasta que al fin se separaron a tomar algo de aire..

- “¡Como detesto que hagas eso!” –sonrió, escondiendo su rostro en el pecho masculino.

- “¿Porqué?” –rió él, suspirando de gusto al tenerla a su lado, deseando que no preguntara más sobre lo de Siberia- “¿odias acaso que te bese de esa forma?”

- “Consigues que diga “si” a todo lo que tú quieres...” –añadió feliz, entre sus brazos- “y se supone que era yo quien iba a conseguir que tú hicieras lo que yo quería...”

- “¿En serio?.. deberé recordar eso entonces..” –los ojos de él brillaron mientras la liberaba un poquito y acariciaba su rostro al decirle- “mira, olvida lo de Siberia... no tiene importancia. Lo que sí la tiene es el hecho que nos acaban de avisar esta misma tarde a Eriol y a mí que el libro de las “Loire Cards”, que estaba en la biblioteca del Concilio en China ha desaparecido..”

- “¿Cómo?”

- “Aún no sabemos cómo. Yo estuve en la biblioteca del Concilio antes de venir aquí definitivamente, y saqué muchos libros que había dejado allí. Un buen grupo, créeme. No entiendo cómo alguien pudo sacar el libro, con lo rigurosos que son. Hin Lu ya debe estar terminando de reunir datos y mañana volverá a Hong Kong con Mei Ling y los niños. Eso es lo que tenía que decirte” –continuó tras una pausa- “Lo que me tiene inquieto es que Eriol se preocupó mucho.. sabes lo que las Loire Cards son para él. No olvides que Spinel y Ruby Moon son los guardianes de esas cards”

- “Yukito y su familia custodian las Sakura cards... porque es importante que Rei esté cerca del libro, al igual que Megumi siempre deberá mantenerse cerca del libro de las Protection Cards. Supongo que ella debe estar cerca de la biblioteca” –razonó- “¡es cierto!, nunca supimos la nueva identidad falsa que ha tomado Ruby Moon.. ¿no te dijo nada Eriol?”

- “Se preocupó mucho.. y me dijo que investigaría por su lado, pero no mas”

Sakura dio unos pasos por la cocina, con su esposo aún rodeando su cintura por detrás..

- “Como que esto es extraño ¿no?”

- “Tenías que saberlo” –continuó Shaoran, mientras descansaba su cabeza sobre el hombro femenino- “Eriol me dice que no movilice al Concilio, que él se encargará de las cosas... pero no quería ocultarte esto..”

- “Sé que no me ocultas nada que no puedas evitar..” –sonrió la muchacha.

Shaoran contempló la confianza brillando en la mirada verde de su esposa y suspiró, sintiéndose culpable... no podía decirle lo de Siberia, tampoco lo de Kamui y ahora lo del aviso del Sabio... y ella lo miraba con una confianza tal que le hacía sentirse mal. Pero había jurado por la vida de Sakura y de su hijo –lo que más amaba- guardar los secretos correspondientes al cargo que ocupaba..

Además, era probable que el aviso del Sabio se refiriera a lo de las Loire Cards.. ¿verdad?.

- “Sakura..” –alzó de nuevo la mano y sonrió al notar como la temperatura de Sakura empezaba a subir.. ¡que bien le conocía!, pensó antes de sonreír y besarla con suavidad- “¡cómo te amo!”

La joven de ojos verdes suspiró profundamente dentro del beso, sintiendo cómo el contacto con su esposo aumentaba en intensidad a cada instante. Era tan hermoso, cálido pero a la vez tan apasionado..  siempre cada beso, cada contacto  con él era único y especial, pese al tiempo que tenían juntos. Aún besándola, los dedos de él trazaron los contornos de su rostro con profunda delicadeza y a pesar del vértigo que les invadía a ambos –al punto de olvidar que no estaban solos ni en su habitación-  ella sintió como el cálido aliento de Shaoran le provocaba deliciosos escalofríos mientras sus labios se deslizaban por su cuello..

Sakura apenas podía murmurar un débil gemido en respuesta..

Tenía fiebre.. no había duda. Siempre que él la tocaba su temperatura se disparaba a niveles que ella nunca hubiera imaginado.. y eso era lo que lo hacía tan especial. Tenían un niño de siete años y se conocían casi desde siempre, sin embargo cada contacto era tan perturbador y emocionante como la primera vez.

Sus manos se aferraron a los amplios hombros de él y suavemente acariciaron sus músculos, definidos claramente bajo la tela suave de su camisa y el gimió levemente, casi con un ronroneo satisfecho. Sus corazones eran como una hoguera y  ella sólo quería que el fuego continuara.. sin detenerse nunca. Las manos de Shaoran empezaban a recorrer su figura y ella pronto sintió que se estaba derritiendo en sus brazos.. se sentía tan eufórica que apenas si podía notar su propio jadeo dentro de los besos..

- “¡WOW!, ¡eso es lo que yo llamo tener aire caliente en la cocina!”

- “¡¡AAAAAAAAAHHHHHH!!!”

Ambos esposos pegaron un grito al unísono, mientras se separaban con las mejillas rojas y una expresión culpable que les hacía verse casi como dos adolescentes en falta.

Algo que divirtió enormemente a la persona que estaba frente a ellos... la persona que les había.. interrumpido.

- “¡Hola, ¿cómo han estado?” –saludó la chiquilla de catorce años, con una gran sonrisa que se tornó maliciosa mirando el rostro colorado de Sakura- “ya veo porqué querías hablar primero con él Sakura...” –su rostro adquirió un tono definitivamente maquiavélico al notar cierta marca roja en el cuello de la antigua card captor- “¡oh, que apasionado encuentro... y en la cocina”

La cara de ambos esposos pareció estallar por el rubor..

- “¡Un momento!” –protestó Shaoran, que no entendía nada- “¿quién rayos eres y que haces en mi casa?”

Los ojos de la chiquilla miraron los del hechicero... antes de convertirse en mares de lágrimas...

- “¡Oh, que cruel!, ¡no te acuerdas de mí tío!.. ¡eso es tan cruel de tu parte!”

- “¿Tío?”

- “Eh... ¡ejem!” –suspiró Sakura, tratando que su rostro dejara de verse colorado.. y no consiguiéndolo- “Shaoran...  justamente éste fue el motivo de la visita de Mei Ling. Ella es tu sobrina May May y quiere quedarse en Japón, ya no en China. Tú enviaste a sus padres a Pekín y Mei Ling la trajo porque ella quería suplicarte..”

- “¿May May?” –repitió confundido.

- “Mei Ling no tuvo ocasión de decírmelo en la reunión que tuve con las chicas, porque Rajendra me llamó y fui a la oficina para ver si podíamos averiguar lo de Kagastán... después Wei me llamó por teléfono para avisarme que Hien estuvo desordenando las cosas en el ático y que iba con sus amiguitos a la casa de mi hermano... pero lo que Wei quería avisarme más que otra cosa es que después que Hien se fue... llegó May May..”

Shaoran estaba confundido..

- “¿Eres mi sobrina?”

- “Si” –sonrió la jovencita- “mi mamá me dijo que me llamo como su abuela y...”

- “¡Oh, ya sé quien eres!” –súbitamente Shaoran recordó algo- “¡Tú eres la que armó esa fiesta de tres días que enfadó tanto a mi madre!”

Los ojos de la chica se hicieron acuosos otra vez....

- “¡Quiero vivir contigo tío!” –dijo entre lágrimas, mientras Shaoran empezaba a azorarse.. ¡detestaba las lágrimas femeninas!- “abuela Ieran es muy severa.... ¡por favor!!, te prometo que seré buena, y cuidaré a mi primito Hien... ¡Muero por conocerlo!” –le imploró casi arrojándose contra él, mirándolo con ojos de cachorro perdido y llorón- “¡POR FAVOOOOOORRRR!!”

- “¡Oye!, ¡suéltame!”

- “¡Si me quedo aquí podrás estar más tiempo con Sakura y...!”

- “¡Oye, no te permito eso chiquilla!” –dijo tratando de sonar indignado, pero con el rostro rojo.

- “Señor... Tiene una llamada telefónica” –replicó Wei, ingresando a la amplia cocina- “es el señor Hiragizawa.. ¿va a contestarle?”

- “Si.. ¡claro que sí!” –asintió, feliz de librarse de la chiquilla- “mira niña, más te vale que te comportes con seriedad... que decidiré que hacer contigo más tarde” –dijo recuperando su seriedad característica- “después de cenar. Pero mi decisión va a ser definitiva y ni tus ruegos ni tus súplicas harán que cambie de parecer cuando tome una decisión... que te quede bien claro” –advirtió antes de salir a contestar el teléfono.

- “¡Ay May May!” –suspiró Sakura- “¿porqué…?” –se sonrojó- “bueno... no debiste.... interrumpi...” –se sonrojó más aún- “.. bueno.. ¡no debiste!, ahora tu tío está enfadado.. ¡y con toda razón!”

- “¡Pero Sakura!” –sonrió la chica, toda euforia- “si tu me ayudas... sé que él no te negará nada... ¡por favor!”

- “Yo ... no sé...”

- “Mira... no te sientas mal” –le dijo con mucha confianza- “no te preocupes por lo que ví, es normal... ¡Vaya que si lo es!.. y mucho más siendo Shaoran tan guapo... con un cuerpo como el que tiene y... bueno, ya sabes” –Sakura se puso toda colorada- “además que ustedes son bastante jóvenes pese a tener un niño... ¡ja, ja, ja!” –rió con malicia- “¿no te molesta que le diga a “Shaoran” de esa forma ¿no??. Digo, porque difícilmente se vé como mi tío.. ¡con razón decía mi madre que realmente le llevaba bastantes años de diferencia a su hermanito menor!. Pero me asusta cuando se pone serio.. ¡por eso necesito que me ayudes ¿¿¿si???!. Yo cuidaré bien de Hien a cambio... ¡en serio!”

Aturdido por el singular escándalo de la chiquilla, Shaoran contestaba al teléfono...

- “Vaya, vaya... ¿quién está en tu casa?” –sonreía Eriol, enigmáticamente- “se escucha una vocecita muy estridente que por supuesto no es Sakura...”

- “¡Oh no me hagas recordar eso!. Tengo la visita de una sobrina mía... muy escandalosa por cierto.. pero supongo que no es por eso que me llamas ¿verdad?”- inquirió ansioso- “¿averiguaste algo?”

- “Podría decirse” –murmuró a modo de respuesta- “oye, se escucha una risa otra vez... ¿cómo se llama tu sobrina Shaoran?”

- “Es la mocosa que armó el lío de la fiesta de 3 días que casi infarta a mi madre y a Hin Lu” –replicó- “la que lleva el nombre de mi abuela... ¡pero eso no es el punto aquí!, ¿ya averiguaste donde pueden estar tus Loire Cards?”

Eriol había sonreído ampliamente al mencionarle su amigo el nombre de la muchacha..

- “Si Shaoran. No te preocupes. Mi libro de cards está perfectamente. Es más... me parece que pronto tendrán nuevo dueño o dueña...”

- “¿Cómo?”

- “Descuida, todo está bien”- amplió más su sonrisa, al reconocer el escándalo de la nueva forma de “Nakuru Akizuki”- “te llamaba para eso... cálmate”

- “¿Sabes exactamente donde está el libro de cards?”

- “Tengo mis sospechas... pero eso no es lo importante. Lo principal aquí es que mi antigua guardiana elegirá bien, sobre eso no tengo duda. No importa cómo salió el libro de la biblioteca del concilio en realidad lo que interesa es que será una buena persona quien se adueñe de mis cards..”

- “¿En serio?. Hablas en presente.. como si fuera algo que ya ha pasado o muy próximo a suceder. Siempre creí que para que las cards tuvieran nuevo dueño pasarían unos cuantos siglos”

- “Yo también lo pensé.. pero..” –contuvo sus ganas de lanzar una carcajada- “es lo divertido de la vida, cuando las cosas no siempre se pueden planificar. No te interrumpo más... buenas noches..”

Shaoran se quedó algo aturdido con el teléfono en la mano mientras Hien le saludaba con efusividad, grande sería la sorpresa del niño cuando su madre le dijo que tenían la visita de una de sus parientes...

- “¿No será alguna de mis primas verdad mamá?” –preguntó el niño, inquieto- “¡no me digas que es Lo Chum!”

Sakura contuvo la risa. La mayor de las hijas de Mei Ling y Hin Lu tenía verdadera devoción pegajosa hacia su hijo, pese a su corta edad..

- “No, no es ella” –sonrió- “Es otra de tus primas.. pero es mayor que tú. Anda, vé a cambiarte el uniforme, que la conocerás en la cena” –el niño asintió y subió a toda prisa las escaleras- “¿qué sucede Shaoran?, ¿Eriol te dijo algo grave?”

Su esposo aún parecía confundido..

- “No, al contrario. Me parece que Eriol ha logrado indagar algo... sobre el nuevo dueño o dueña de sus cards” –pareció inquieto- “Estaba muy tranquilo... casi contento y divertido diría yo. Me dijo que me calmara y que no había peligro a la vista.. creo que quería reírse”

- “¿Eso te preocupa?”

- “Conociendo a Eriol.. un poco” –suspiró- “ya sabes la forma que tiene de hacer las cosas, ¿acaso no lo recuerdas?”

- “Pues... yo no sé” –dudó Sakura, pensativamente- “Eriol siempre será el mismo, pero Yoko ha logrado manejarlo y hacer que sus peculiaridades ya no sean amenaza pública... o para nosotros”

- “Si, en eso tienes razón. Además, quizá haya recibido la visita del nuevo dueño o dueña desde el futuro, como Clow en su tiempo” –dijo tranquilizándose, para ponerse muy serio tras una pausa- “¿dónde está esa chiquilla loca?, ¿la enviaste ya a una habitación?” –Sakura asintió- “pues que ni deshaga sus maletas porque aquí no se queda..”

- “¿Porqué?”

- “¿Lo preguntas después que nos vió..?.. ¡ejem!” –tosió mientras se ponía colorado y Sakura también- “no me sentiría a gusto con ella aquí y no puedo permitir que nadie de mi familia me  pierda el respeto.. ¡soy el Jefe de la dinastía Li!” –suspiró exasperado- “y esa chiquilla tan parlanchina nos vió y es mejor que regrese con el resto de mi familia....”

Sakura empezó a sudar...

- “Eh... ¿tu crees?”

- “No quiero andar en boca de todo mi clan..”- bufó enojado.

- “Pero... ¿no la vas a enviar con el resto del clan precisamente?” –preguntó Sakura muy inquieta.

Shaoran perdió el color en el rostro.

- “¡Maldita sea!”- gruñó.

Yoko contempló el rostro de su esposo con curiosidad mientras él terminaba de charlar por teléfono. A Eriol le estaba costando lo suyo contener la carcajada...

- “¿Qué pasó?, ¿lo comprobaste?”

- “Sí” –asintió luego de cortar la comunicación- “en realidad fue toda una sorpresa. Creí que las cosas estaban serias, pero es lo contrario..”

- “Fue muy astuto de tu parte preguntar sutilmente a Hin Lu sobre los enredos que ocasionó la nueva forma falsa de Ruby Moon” –replicó Yoko- “con eso lograste averiguar que ella se quiere mudar a Japón, pero ¿estás realmente seguro que el libro de las Loire Cards debe estar en casa de Sakura y Shaoran?”

- “Definitivamente. La nueva forma falsa de mi antigua guardiana.. o May May Li, como quieras llamarla, ha venido dispuesta a instalarse aquí y en la casa de Shaoran específicamente. Pese a que me parece que a nuestro amigo no le ha hecho gracia, estoy seguro que ella se quedará... de alguna forma” –sonrió- “Eso indica que el libro está allí.. o muy cerca, pero personalmente creo que está allí. Lo único de lo que no puedo estar seguro es de quien pueda ser el nuevo posible dueño o dueña de las cards...”

- “Eso sólo lo sabrás cuando el libro sea realmente despertado por esa persona. Si es que es realmente despertado pronto, pero entonces Sakura y Shaoran también lo sentirían..”

- “Sí.. sólo entonces podremos sentirlo realmente” –amplió su sonrisa- “pero no negarás que esto se pone interesante..”

Yoko dudó inquieta..

- “Sería un buen momento para que les dijeras a Sakura y Shaoran que su sobrina es la nueva identidad falsa de Ruby Moon”

- “¿Por qué?. Lo notarán cuando el libro sea despertado... si es despertado en realidad” –le tranquilizó- “no te preocupes por ellos, no les estoy ocasionado problemas..” –Yoko le miró- “de acuerdo...  pero no son problemas que ellos no puedan manejar, además que nada es seguro aún. Tengo mis dudas sobre la identidad del futuro dueño o dueña.. pero eso hará la espera divertida”

- “Pero estás casi seguro...”

- “Sí” –asintió- “lo que quisiera saber es si los demás libros de cards despertarán pronto. Además, las bestias guardianas de los tres libros habían establecido lazos de amistad muy estrechos.. y eso puede hacer que de alguna manera se llamen unas a otras..”

- “¿Es eso posible?. Si les borraron los recuerdos..”

- “Sí, pero eso queda en su subconsciente.. su amistad entre ellos” –añadió pensativo- “pero nada es seguro hasta que al menos uno de los tres libros sea abierto. Sólo entonces sabremos si los demás también encontrarán la forma de ser despertados”

Yoko sonrió mientras escuchaba el alboroto de Tao y la leve risa de Miriel en el comedor antes que su esposo la tomara de la cintura para dirigirse allí..

- “Sin embargo..” –pensó Eriol con inquietud- “ya Shaoran estaba inquieto, aún antes de que a Hin Lu le avisaran que el libro de las Loire Cards no estaba en la biblioteca del Concilio.. ¿qué es lo que lo tenía tan preocupado?” –dudó- “¿es que el aviso del Sabio se refería realmente a los libros de Cards o a otra cosa?, ¿acaso dejamos algo pendiente después de la torre de Tokyo?”

- “Tao ¿hiciste ya tu tarea?” –le preguntaba Yoko, mientras cenaban- “no he visto a Rei por aquí hoy, y eso me dá mala espina...”

- “No te preocupes hermanita... Rei no vino porque se fue a la biblioteca de Tokyo, para un trabajo sobre una noticia vieja.. ¡ese chico lo toma todo muy en serio!”

- “¿Y tú ya hiciste eso?”

- “¡Vaya pregunta!” –dudó, eludiendo la respuesta- “¿por quién me tomas?”

Rei Tsukishiro estornudó mientras terminaba su tarea –en la biblioteca de su papá- y guardó los libros tan ordenadamente como siempre. Sus ojos claros se fijaron por un instante en los libros revueltos de cuentos que solía leerle a su hermanito Yuu y los ordenó con cuidado, sin prestar particular atención a un libro de tono rosa, que decía “Sakura”, y que estaba filtrado entre los cuentos. En ese mismo instante, y en la casa Kinomoto, Mamoru trataba de terminar su tarea antes de cenar, bufando por tener que volver por otro libro a la biblioteca pública al día siguiente mientras Nadeshiko pensaba en el peculiar comportamiento de Miriel.. ¿qué fue lo que sintió su amiga y lo que no obtuvo?.

- “¿Terminaste tu tarea hermano?, mamá nos llama para cenar...”

- “Sí. Lo que me puedo hacer hoy... mañana volveré a la biblioteca, ¿crees que me presten más de tres libros a la vez?”

- “Sí” –asintió la niña- “la encargada de la sección infantil es muy buena.. ¡se llama Megumi y es amiga de Miriel y mía!. ¿No recuerdas?, ¡se la presentó Miriel a Hien hoy!”

La voz de Tomoyo les anunció la cena y ambos niños corrieron, pero en la casa de los Li, Hien terminaba de cambiarse a toda prisa, sin volver a abrir el cajón donde guardara el libro que a Miriel le interesara..

Un libro azul, que decía “Loire”...

- “Esperemos que lo que el aviso del Sabio se refiriera a las Loire cards..” –pensaba Shaoran- “eso tiene que ser, ¡si, eso es!... Sólo otra persona y yo sabemos lo de Kamui, y es imposible que eso haya quedado pendiente. En cuanto a ellos, la policía secreta del Concilio.. mejor le ordenaré a Zhiao que los mantenga bajo vigilancia. Sí... eso debe ser todo... aunque no puedo olvidar el intento de matarme y averiguar el porqué.. sin inquietar a Sakura. Sí, eso es lo que el aviso del sabio quiere decir... eso es el renovado girar de la rueda del destino. Sólo espero que lo de las cards no sea realmente un problema...”

Y es que no podía olvidar esa frase..

La rueda del destino ha iniciado nuevamente su girar...

 

Notas de la autora: Je, je, je... ¡sorpresa sorpresa!.. finalmente un poquito de misterio y es que ya no podía resistir mis ganas de complicar las cositas.. ¡Al fin!.  Lo que importa es que estoy muy contenta, porque finalmente terminé mi ciclo por este año y puedo respirar a gusto el resto del mes.. ¡viva!. Ahora sí.. a contestar mails, que la gente quiere verme muerta ¿no?.  Espero que no estén muy enojados conmigo, porque a veces es cosa de o contestar mails o escribir el fic y bueno... decidí priorizar el fic, porque el año ya se acaba. Bien, ¿sorpresas con los problemas que pasaron nuestros personajes en el ínterin entre el cap 20 y 21?, ya quedan pocas sorpresas sobre eso, pero aún quedan algunos detallitos más. ¡Verdad que los chicos de la historia pasaron su cuota de sustos?, ji, ji.. Aunque lo que no es de risa lo del atentado contra nuestro querido Shaoran... ¡eso si que es serio!, aunque Sakura no lo sabe.. ¡uf!. Muy desagradable, casi tanto como la música de Tao.. pero qué se hace. ¡En fin!, al pobre Jeff se le quitaron las ganas de visitar ¡y quien le culpa!, además que los libros de cards y los guardianes están más que cerca!! ¿serán realmente abiertos?.. buena pregunta. Aunque eso de la  “rueda del destino” y lo ocurrido con el Kamui hace que todo sea posible.. ¿o no?. Y para los que esperaban una secuencia más romántica de nuestra pareja favorita... ¡espero no haberme excedido con .. el asunto! *** ^^**** (Mikki colorada) pero bueno.. finalmente no pasó nada que pueda ser no apto para menores ¿ok?. (al menos no pasó nada en la cocina, ji, ji).

Las canciones de este epílogo fueron dos: “Yo puedo hacer”, de Ricardo Montaner, y también “Me enseñaste” de Ricardo Arjona, .. ¿qué porqué no puse canción para el momento romántico de Sakura y Shaoran?, ¡porque iban a tener interrupción brusca por eso!, (¡ay, May May!) , sólo espero que les haya gustado el epílogo!. 

Comentarios sugerencias y tomatazos a [email protected]

Avances para el sexto y penúltimo epílogo: ¿Presentar una tarea puede complicar un poco tu vida?.. definitivamente sí, especialmente para Tao y alguien que conoce. Sakura y Shaoran reencuentran a un conocido mientras hay dilemas existenciales de uno de los personajes. Un libro de cards tiene un encuentro con su destino y una guardiana toma una decisión. Yoko tiene inquietudes, Eriol se divierte con lo que sucede y Touya y Tomoyo siguen con problemas de ayuda doméstica... mientras Yukito hace una reflexión de navidad para el penúltimo capítulo del fic.. ¡y sí, me puse navideña!.

Epílogo Sexto: Milagro en la calle 34

 

 

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