En la torre de Tokyo 

               por Mikki-chan     

 

 

Epílogo Cuarto
“Mi esposa, yo, y mi otro yo” 

 “Quisiera amarte, hasta el amanecer
besarte lentamente y perderme por tu piel
encontrarme con tus labios en un beso sin final
todo por tu amor.. ¡solo dame una señal!

Ángel que das luz a mi vida
eres el aire que quiero respirar
Ángel que alivias mis heridas
¡no te alejes que muero si no estas!”

Canción: “Ángel”
Intérprete: Cristian Castro

El trueno retumbó furiosamente en la lluvia inclemente y helada.

Las personas corrían apresuradas en la oscuridad de la noche hacia la seguridad de sus hogares, pero la dirección que él seguía era total y absolutamente distinta. Los truenos le importaban muy poco. Ni siquiera los escuchaba. La lluvia lo calaba de la cabeza a los pies pues ni siquiera llevaba un abrigo, pero no sentía más frío que aquel que le estaba traspasando el alma. Su mente cavilaba frases sueltas, imágenes y ante el destello de un trueno quedó atónito, sin comprender súbitamente lo que estaba pasando...

- “No puedo. No puedo seguir, no puedo volver aquí” –había dicho ella esa tarde - “no espero que lo comprendas pero París es tan.. tan.... ¡oh nunca lo comprenderías!”

- “¿Entender?” –atinó a decir.

- “¡Entender que es lo que adoro hacer! Y me he visto obligada a negarlo tanto tiempo.. ¿no entiendes lo que significa para mí hacer algo que me agrada, algo en lo que me siento realizada y no tener que renunciar a ello o negar que me gustaba?”

- “¿De qué rayos estás hablando?”

Los ojos azules le habían contemplado con dolor antes de abrir la puerta y alejarse de él. La figura femenina súbitamente desapareció de su mente en medio de otro trueno y sintió el frío y la humedad de la lluvia nuevamente en su rostro...

- “¡NOOOO!” –gritó apretándose los sienes con las manos.

Sus ojos se abrieron y despertó, asustado y tembloroso. Tomoyo estaba a su lado como todas las noches y aún dormida pese a que tenía el sueño muy ligero pero el médico suspiró en alivio al notar que no la había despertado.

No, no quería inquietarla. Menos ahora que nunca.

La miró dormir una vez más y en la calidez de la noche y el lecho que compartían la abrazó en silencio sintiéndose feliz de hundir su nariz contra sus cabellos, aspirar el perfume de su piel y sentir su calor. Aquella había sido una pesadilla absolutamente horrenda pero no olvidaba que aquella mujer, Curtis Jeannette –la mentora de Tomoyo en el mundo de la moda parisina – estaba en la ciudad...

Una persona que le traía recuerdos de una vida que su esposa había dejado atrás. Pero ... lo había hecho por propia voluntad.. ¿verdad?. No importaba lo que Sonomi dijera cada día de estos ocho años que ellos estaban juntos.  Ella dejó eso por deseo personal y no iba a aprovechar la visita y posterior partida de su maestra para visitar París una vez más, ver de nuevo ese mundo y...

“¡No puedo, no puedo elegir entre mi trabajo, mi realización personal y tú!!, es lo que adoro hacer y me he visto obligada a negarlo tanto tiempo..¡no puedo, no puedo elegir entre mi trabajo, mi realización personal y tú!!”

Los ojos del hijo de Fujitaka Kinomoto se abrieron, pero los cerró de nuevo, terco.

- “No, no... eso fue una patética pesadilla, es imposible.¡Imposible!. Todos estos años Sonomi no ha tenido razón... lo sé. Debo olvidar ese estúpido sueño”

Se imaginó por un instante en la misma habitación.. totalmente solo y apretó los puños con rabia por pensarlo..

No... no..

¡NO!

“La noche me desvela  sin piedad
al correr tu imagen en mi triste soledad
fugitivo del dolor, voy buscando una ilusión
dame una señal ¡para creer en este amor!”

A veces las cosas se complican y las últimas dos semanas habían sido realmente pesadas en la casa Kinomoto.

Sakura misma lo comentaba con Shaoran aquella noche poco antes de la cena, y aún en la seriedad de su despacho el hechicero chino no podía contener una sonrisa burlona ante lo que su esposa le comentaba...

- “No es para tomarlo a la ligera Shaoran” –comentaba la antigua card captor, terminando de leer algunos reportes de prensa sobre su escritorio, situado al frente del de su esposo- “en realidad no sé cómo es que mi hermano ha soportado la visita de esa diseñadora, con el mal genio de Touya... Tomoyo está muy preocupada porque nota que él está actuando de un modo muy extraño”

- “Eso no es nuevo Sakura, el comportamiento de tu hermano siempre ha sido muy poco ortodoxo para mí. Pero no te inquietes, ya sabemos que si hay alguien capaz de manejarlo y conseguir de él lo que le dé la gana... esa es Tomoyo” –rió el joven chino- “descuida”

- “Bueno, eso es cierto”

Desde su pequeño gabinete Hien contempló a sus padres con curiosidad. Aquella era una de las cosas que más le gustaba de vivir en Japón. En la Residencia Li de Hong Kong el área de trabajo de su padre era un lugar casi sagrado, ya que ocupaba casi toda un ala de la casa –su gabinete, su biblioteca particular, Sala de Juntas y una serie de habitaciones a las que el niño nunca había tenido acceso- pero en Japón las cosas eran distintas. Su casa era grande y hermosa, pero no se sentía en ella la solemnidad de la residencia Li de Hong Kong y por lo tanto, para compartir más con su familia, Sakura había dispuesto una gran sala de trabajo para los tres; juntos, compartiendo el mayor tiempo posible y no sintiendo –el niño- que entre sus padres y él se levantaba como un muro infranqueable la rígida carga del trabajo del Concilio. Aquellas responsabilidades que motivaban que en Hong Kong su padre pudiera verle sólo cuando se escabullía un poco de sus obligaciones.

- “Nadeshiko dijo que la señora Jeannette ha sido muy amable con ellos” –murmuró Hien con calma- “¿Realmente la tía Tomoyo vivía en París mamá?”

- “Antes de casarse Hien” –replicó Sakura- “eso fue antes de que tú y tus primos nacieran...”

- “¿Y si tía no hubiera vuelto a Japón, Nadeshiko y Mamoru no estarían aquí?”

- “Exacto” –rió Shaoran- “creo que es el pensar eso lo que pone a tu “tío”..” –recalcó la palabra con cierta ironía y Sakura le lanzó una mirada, por lo que el jefe del clan Li rió- “de tan mal humor...”

- “¿Acaso la tía se irá a París con esa señora?”

- “Claro que no Hien” –sonrió su madre.

El niño volvió a luchar con sus deberes, contento de la atención recibida, mientras Sakura y Shaoran se miraban con la misma idea en la mente..

¿Acaso Touya Kinomoto pensaba eso?

“Ángel que das luz a mi vida
eres el aire que quiero respirar
Ángel que alivias mis heridas
¡no te alejes que muero si no estás!”

- “Al fin” –pensaba el médico al día siguiente ya bien entrada la tarde, mientras terminaba de acomodar unos obsequios de despedida de su esposa en el auto de la visita- “sólo una hora más y esa mujer se irá.. sola”

Sonrió con satisfacción al terminar de colocar los obsequios que Tomoyo le hiciera a su maestra y dudó un poco antes de ingresar a su casa.  No le agradaba aquella mujer y había procurado mantenerse apartado pero era un duro golpe saber que estaba cerca de su esposa, hablándole incesantemente del mundo glamoroso de la moda parisina...

Un mundo del que ella se había alejado al ingresar él a su vida..

- “Si sigues con eso acabaré creyéndolo.. aunque sea broma” –escuchó la voz de Tomoyo en cuanto ingresó al vestíbulo y sonaba divertida- “dudo que a estas alturas alguien me recuerde pero gracias”

Touya se detuvo en seco antes de ingresar a la salita ...

- “Es la quinta vez que te lo digo y aún no me crees Tracie” –replicó la mujer-“eres muy modesta pero a ver si lo aceptas antes de que me vaya. Fuiste mi mejor alumna y muchos de tus diseños son considerados como base para temporadas completas; no estoy tratando de halagarte, es la verdad. No te lo dije antes, pero si hubieras regresado a París con Jean, Giorgio Armani te hubiera propuesto que fueras su socia para una línea femenina y..”

Un sudor frío recorrió la espalda del médico. Hasta él, que no sabía –ni le interesaba- nada sobre moda comprendía la magnífica oportunidad que Tomoyo había perdido...

La Casa Armani..

El soñó algo parecido..

Y esa mujer, Curtis Jeannette lo había dicho: “si hubiera regresado a París..”

- “Las personas de la casa Armani siempre fueron gentiles, pero temo que exageras” –escuchó decir a Tomoyo con calma.

- “Sabes bien que digo las verdades Tracie, si no te hubieras quedado aquí hace ocho años a estas alturas tendrías billones y quizá hasta le harías la competencia a Carolina Herrera ó a la propia firma Chanel, y no hablo de perfumes..” –suspiró- “En fin querida, si alguna vez te aburres de ese apuesto y gruñón marido tuyo sabes bien que todo París te recibirá con los brazos abiertos” –añadió divertida al ver ingresar a los niños a la salita luego de dar un buen rodeo por el jardín - “aunque no has estado inactiva estos años.. ¡tus pequeños son realmente hermosos!”

Tomoyo sonrió con una gotita sobre la cabeza.

- “¡Señora Jeannette, señora Jeannette, abra primero mi obsequio de despedida y...!”

- “¡Nadeshiko, que no corras te digo..!”

La advertencia del pequeño Mamoru llegó algo tarde. No había acabado de decirla y la niña se había resbalado, cayendo sobre el paquete que iba a obsequiar...

- “¡Torpe, torpe, torpe!” –rió el niño.

Tomoyo ayudó a su hija a ponerse de pie ante una sonrisa encantada de su maestra –y desde el pasillo, donde observaba todo, Touya tenía también una gota sobre la cabeza- pero lo que sorprendió a los esposos Kinomoto fueron las palabras siguientes de la famosa visita, quien contempló a ambos pequeños con mirada crítica y gran complacencia antes de añadir:

- “¿Y no has pensado que tus niños serían perfectos modelos Tracie?” –replicó la madura mujer - “la moda infantil que alienta tu revista es todo un campo para explotar y con niños tan lindos aquí sería perfecto. ¡Incluso estamos iniciando auténticos desfiles infantiles en París esta temporada y si alguna vez me dejaras llevarlos a un desfile yo...!”

- “¿QUEEE?” –esta vez Touya no pudo evitar intervenir ingresando con paso rápido y el ceño fruncido- “¿de que habla señora?, mis hijos no son...”

- “Temo que Nadeshiko es demasiado pequeña Curtis” –interrumpió Tomoyo, algo inquieta por la reacción de su esposo y sin dejarle continuar, porque conocía su carácter- “acaba de cumplir seis años”

- “¡Pamplinas!, ¿recuerdas a Hetty Gibbons?, ella ha sido modelo desde que tenía dos años y...”

- “¡Es suficiente señora!” –continuó el médico- “no me gusta que...”

- “¿No le parece?” –rió Curtis divertida, antes de volverse a la niña- “¿qué crees tú pequeña?, ¿te gustaría posar ante cámaras, probarte ropa  y tener toda la atención que se te antoje?”

- “Me daría vergüenza caerme” –sonrió la niña mirando de reojo a su padre.

- “¡Ja, ja, ja!” –reía Mamoru- “¡y con lo torpe que eres Nadeshiko!, ¡te sacarían fotos hasta en el momento que te fueras de cara contra el piso!”

- “¡Que malo eres hermano!”

Tomoyo rió nerviosamente como si fuera una broma, a la vez que tomó la mano de su esposo en un leve gesto pidiéndole paciencia con la mirada. Y es que el doctor hubiera saltado de buena gana sobre el cuello de la maestra de su esposa en ese mismo instante, pero tomando mayor seriedad la extranjera continuó..

- “No es un chiste Tracie” –dijo antes de volverse a Mamoru- “son niños muy despiertos, encantadores y realmente fotogénicos” –añadió- “¿Y tú pequeño?, ¿no te gustaría ser modelo?”

- “¡Claro que no!, eso es para niñas” –replicó Mamoru prontamente, cruzándose de brazos en un gesto muy característico de su padre – “.. no es cosa de hombres”

Y empujando a su hermana, ambos salieron corriendo nuevamente dejando a Curtis Jeannette atónita por un segundo, antes de soltar una carcajada..

“Ángel llévame en tus alas, a la cima de este gran amor
en tu alma vive mi esperanza, en tus manos esta mi corazón

Tú mi ángel.. ilumina nuestro amor
¡Tu mi ángel!”

- “Tiene unos hijos encantadores doctor” –rió, más conciliadora al notar que Touya aún seguía molesto-“bueno Tracie querida, me marcho. Jacques preparará una bienvenida en mi departamento, le diré que le mandas muchos cariños y...”

El ceño de Touya –que había disminuido notablemente ante la respuesta de su hijo- se arqueó de nuevo..

- “¡¡¿Y quién rayos es “Jacques”?!!” –bufó en voz baja, cruzándose de brazos.

- “Jacques es mi hijo, doctor. El y Tracie son estupendos amigos, se conocen desde que Tracie era mi discípula” –sonrió nuevamente la mujer, que tenía el oído muy agudo- “él siempre tuvo curiosidad de conocerle siquiera por fotografía desde que supimos que Tracie se había casado..”

- “¿En serio?” –replicó irónico, desconfiando nuevamente de Curtis y ese Jacques- “¿y por qué..?”

- “Jacques lo admira mucho doctor. Es un romántico y afirma que debe ser usted todo un tipo para haber retenido a Tracie aquí, además le envidia mucho a sus niños, en el buen sentido, por supuesto. El vive ahora con Michel y ambos conocen a Tracie hace tiempo y...”

- “Lo que sucede con Jacques es que...” –replicó Tomoyo con viveza- “él y Michel son...”

- “Tampoco me hablaste de ese Michel” –murmuró él masticando las frases y casi en un susurro.

- “Es la pareja de Jacques” –le explicó Tomoyo con suavidad y sin perder la compostura ante los celos de su marido- “por eso ellos envidian los niños, porque como ambos son hombres no pueden...”

- “¿QUEEE?”

Curtis contuvo una sonrisita burlona mientras iba al jardín a despedirse de los pequeños pero Touya aún tenía una gota sobre la cabeza...

El.... él creyó que esos Jacques y Michel estaban interesados en su esposa y...

¿Cómo pudo ponerse celoso de..?

- “¡Maldición!” –murmuró frunciendo el ceño mientras Tomoyo lo miraba con inocencia- “¿qué pasa?”

- “¿Te enfadaste?”

- “¿Yo?, ¿cómo crees?” –negó con calor terquedad, frunciendo el ceño- “ya lo habíamos hablado ¿no?. Lo hemos dicho mil veces....”

- “Fuiste tú quien lo dijo.. yo sólo te dí la razón” –le recordó ella.

- “Sí, lo hice” –gruñó- “¿qué te hace pensar que me puse celoso?, yo lo dije ¿no?” –masticó casi las frases pero las dijo- “los celos son para tontos” –recalcó- “sé que yo lo dije...”

Tomoyo lo miró suavemente y se empinó sobre la punta de sus pies para darle un beso mientras él se inclinaba para sentir los labios de su esposa y Touya se relajó por un momento, sí... él mismo lo había dicho alguna vez cuando recién se habían casado. ¡Pero es que era tan difícil dejar de sentirse así!.

“Ángel que das luz a mi vida
eres el aire que quiero respirar
Ángel que alivias mis heridas
no te alejes que muero si no estas

Ángel llévame en tus alas
a la cima de este gran amor
en tu alma vive mi esperanza
en tus manos esta mi corazón”

El punto es que estaba realmente asustado, pero antes morir que decirlo... o permitir que ella lo notara.

- “Si sólo dejara de llamarte Tracie..” –murmuró en voz baja, bajando la guardia por un instante y olvidando que no estaban solos en casa.

- “Ya te dije que Curtis es quien me puso el nombre artístico. Tiene manía con los nombres y te agradezco mucho que no te enfadaras con ella. Su nombre real tampoco es Curtis” –los ojos azules le miraron con inquietud mientras la mano femenina acariciaba su rostro- “¿qué te pasa?, has estado muy extraño últimamente.. ¿te molesta algo?”

- “No es nada” –mintió- “sólo que esa señora no me gusta. No le he exigido que te llame por tu nombre porque tú me lo pediste, pero eso no quita que me moleste.¿No se iba ya?”

- “Sí, doctor, ya me iba” –interrumpió la mujer, haciendo que Touya soltara a su esposa y se cruzara de brazos con rapidez, odiaba hacer escenas tiernas en público- “gracias por todo”

La extranjera rió suavemente a modo de despedida antes de obsequiar a Tomoyo unos guantes como recuerdo, pero la asombrada mirada de Curtis caía ahora sobre una pequeña fotografía enmarcada que no había notado en las dos únicas visitas que hiciera a la casa de su pupila.

- “Pero..... ¡no es posible!” –murmuró ante el asombro de los esposos.

- “¿Qué sucede?”

La inesperada llegada de Fujitaka –quien volvía de un corto viaje a Kyoto- dejó a la mujer con la frase a medias pues contempló al antiguo profesor universitario con aún más asombro antes de volver a mirar la fotografía...

- “¡Vaya, vaya!.. disculpe, no recuerdo su nombre” –dijo la extranjera- “pero usted es el esposo de Clavel ¿verdad?”

El recién llegado parpadeó, lo mismo que Touya y Tomoyo..

- “¿Clavel?”

- “Ella” –replicó Curtis mostrando la fotografía de la difunta esposa de Fujitaka- “sí, usted es el esposo de Clavel... ¡claro, Nadeshiko!” –murmuró asombrada- “¡con razón la niña me recordaba a alguien!, fue hace tanto tiempo y nunca fui buena en los nombres orientales, por eso yo la llamaba “Clavel” ¡ya recuerdo!” –señaló a la foto de la difunta Nadeshiko- “Clavel: Nadeshiko, ¡que olvidadiza soy!, ¡significan lo mismo y lo olvidé!. Creo que nunca lo hubiera notado de no haber visto esta fotografía..” –como todos la miraban confundidos añadió- “¡es que yo tomé esta foto!”

Todos quedaron atónitos.

Algunas horas después, ya en el Aeropuerto Internacional de Tokyo, Tomoyo terminaba de escuchar la historia, mientras Curtis Jeannette sonreía.

- “De modo que conoció a Nadeshiko, la madre de Touya”

- “Sí querida, mucho antes de ser famosa diseñando me ganaba la vida como fotógrafa itinerante de revistas de moda. Viajé mucho por el mundo y así empecé. ¡Ya veo porqué tu pequeña me parecía tan encantadora y a la vez familiar!, se parece muchísimo a Clavel, aunque no me sorprende si ella era madre de tu esposo” –comentó dubitativamente- “ahora que lo pienso debí verlo alguna vez cuando era niño y venía junto a su padre a recoger a Clavel...  creo que sí”

- “Nadeshiko y Clavel es lo mismo Curtis” –sonrió la hija de Sonomi- “Es sólo la forma oriental y occidental de llamar a una misma flor, lo que me sorprende es que no recordaste el apellido..”

- “Son tantos años Tracie... muchos” –sonrió despidiéndose- “lamento haberle hecho la tarde tan difícil a tu esposo pero debes admitir que tengo mis motivos para enojarme con él y es la primera vez que pude verlo a gusto. Es realmente atractivo y todo un carácter, pero siempre creí que era una tontería que arrojaras tu carrera en París por la borda para casarte con él”

- “Dices lo mismo que mi madre” –sonrió Tomoyo- “pero ya había tomado la decisión de abandonar París, aún antes de que Touya y yo nos casáramos. Además, lo de la revista y la moda infantil me hizo volver a mis inicios y adoro mi actual trabajo” –continuó la señora Kinomoto- “pero más a mi familia: ellos son mi vida; es más, creo que hacen resaltar más mi capacidad creativa”

- “Ahora lo sé” –aceptó su maestra- “y en el fondo te envidio. Nunca pude hallar el equilibrio entre mi vida personal y mi trabajo y aunque tu marido es celoso y malhumorado se nota que está loco por ti. ¿Sabes?” –dijo burlona- “cuando supe que tendrías un niño a tan poco de casarte supe porqué Jean...”

- “¡Curtis!” –protestó Tomoyo ante la risa de la madura mujer- “¡Jean y yo nunca..!”

- “Lo sé, por tu forma de ser en París era obvio que Jean jamás logró tocarte como hubiera querido. Además estaba tan furioso cuando volvió e hizo una descripción tan gráfica del “sujeto con el que te conformaste” que era obvio que tú lo dejaste y por eso estaba tan indignado” –sonrió burlona y maliciosa- “además noté por las fechas que tú y tu esposo se dieron prisa... ¿o acaso aún estabas de novia con Jean cuando Kinomoto y tú encargaron a tu hijo?, ¡porque Mamoru se parece a tu esposo pero en pequeño!.. aunque más por el carácter”

Tomoyo se puso colorada hasta las orejas y Curtis rió.

- “¡Ja, ja, ja!, ¡supongo que debió ser terriblemente sexy ser perseguida por un tipo tan celoso como tu esposo! y ni qué decir que Jean no tenía nada que hacer. En fin, me alegra haber podido visitarte y dile a Touya que no me he ofendido porque no pudiera llevarnos, sé que no he hecho mucho por agradarle en esta visita..”

El aviso para los pasajeros se escuchó claramente y ambas mujeres se despidieron calurosamente. Tomoyo sonrió contemplando los guantes obsequiados por su amiga hasta que el vuelo partió, guardándolos en su bolso y se apresuró a buscar un transporte que le permitiera volver a su casa. Afortunadamente ya no tenía que tomar el tren para ir de Tomoeda a Tokyo o viceversa –como cuando era niña y visitó la torre de Tokyo con Shaoran y Sakura- pues la modernidad hacía que los vehículos solares pudieran moverse a velocidades asombrosas en las pistas rápidas, devorando la distancia. Y estaba tan apurada en volver que no notó como una rubia figura la contemplaba con asombro desde donde los recién llegados recogían los equipajes...

Y es que uno de los pasajeros de United Airlines –del vuelo de Frankfort a Tokyo- la miraba asombrado...

- “¡Es Tracie!”

A su vez, en los azules ojos de la señora Kinomoto brillaba la inquietud mezclada con esperanza –ahora que su maestra se había marchado- sabía que Touya estaba durmiendo mal hace algún tiempo y también que no deseaba que ella lo descubriera –era difícil hacerse la dormida- pero esperaba que aquello fuera algún problema de trabajo o el fastidio que le producía la visita de su maestra..

El volvería a estar bien ahora.. ¿verdad?

No pudo evitar elevar una plegaria pidiendo ello al infinito..

“Ángel que das luz a mi vida
eres el aire que quiero respirar
Ángel que alivias mis heridas
no te alejes que muero si no estas


 
Ángel llévame en tus alas
a la cima de este gran amor
en tu alma vive mi esperanza
en tus manos esta mi corazón”

Canción: “Ángel”
Intérprete: Cristian Castro

- “¡Felicidades por la niña Mei Ling!”

- “Gracias, estoy más que feliz” –replicaba alegremente la prima de Shaoran desde el otro lado de una PC, medio por el que conversaba con Sakura- “ciertamente Lin Sai es idéntica a su padre y no me ha dado mucho trabajo, lo bueno es los niños están contentos y nada celosos....”

- “Me alegra muchísimo. Son ya.. ¿tres niñas no?”

- “Las gemelas* Lo Chum, Lei La y ahora Lin Sai” –río la joven china alegremente- “creo que el pobre Kei Lang es el único hombre de la familia, salvo su padre” –añadió con un brillo travieso en la mirada- “a todo esto, ¿recuerdas a la joven May May?, bueno, ya que Shaoran ha dispuesto que los padres de ella residan permanentemente en Pekín** la pobrecilla se encuentra tan triste que le pidió permiso a Hin Lu para organizar una fiesta y..”

- “¿Quién es May May?”

- “¡Ay Sakura, sigues viviendo en la luna!” –se impacientó Mei Ling- “hablo de una de mis sobrinas, la hija de Fuu Tie, ¡y lleva el nombre de la abuela, Sakura!, ¿ya la recordaste?, ¡también es tu sobrina!”

- “Eh... bien, creo que sí” –dudó la antigua card captor con una gotita mientras recordaba la gran cantidad de sobrinas que tenía por el lado de la familia de Shaoran y particularmente por las hermanas de éste- “creo que cumplió años hace poco ¿no?” –se aventuró a decir sin estar del todo segura.

- “¡Al fin!” –sonrió Mei Ling- “sí, bueno... yo quería pedirte por favor que influyas con Shaoran y que autorice una fiesta de despedida a sus padres que ella quiere organizar. Sabes que Hin Lu es un poco aburrido para esas cosas y ni siquiera yo he podido convencerlo..” –murmuró Mei Ling apenada- “pero cuando se lo comente a Shaoran en su visita a Japón, a mi primo le vá a dar lo mismo porque es tan distraído que tampoco recuerda a May May...”

- “¿Y que quieres que yo haga?”

- “Que la dejen hacer su fiesta en paz. ¡Es una chiquilla tan divertida!. Además como ella vá a quedarse en Hong Kong a nuestro cargo creo que lo menos que puede hacer es brindar una fiesta a sus padres, pero ya sabes que Hin Lu es muy serio y no le gustan esas cosas. Ella misma te vá a enviar un mail para pedírtelo.. ”

Sakura sonrió.

- “Haré lo que pueda”

- “¡Gracias!”

La Líder de los Maestros de la Magia en Japón suspiró levemente al recordar la charla con Mei Ling –realizada la semana pasada- mientras terminaba el trabajo que debía llevar a la Dirección Periodística al otro día, cuando Hien levantó la mirada desde su gabinete y le comentó con cierta impaciencia:

- “¿Pasa algo malo mamá?” –preguntó con interés alzando su mirada verde de los libros de magia que leía con fruición- “tú y papá se la pasaron toda la tarde con tío Hin Lu en la Sala de Juntas. ¿Ocurre algo malo en Hong Kong?” –una chispa de inquietud apareció en los enormes ojos verdosos del niño- “Espero que las cosas en los clanes y el Concilio estén bien... ¿verdad?”

La antigua card captor sonrió al captar la preocupación del pequeño. Pese a su escasa edad Hien era profundamente consciente de la importancia del Clan Li entre los clanes mágicos además de su “peculiar posición” como único hijo del Jefe del Clan, motivo por el cual era absolutamente terco y obstinado en cuanto al estudio de la magia, pese a algunos inconvenientes...

- “Deja de preocuparte en cosas del Concilio Hien” –le dijo revolviendo el cabello del niño en un gesto cariñoso- “charlé con tu tío y tu papá y no hay nada grave de que inquietarse”

- “¿Entonces porqué está tío Hin Lu todavía con papá en la Sala de Juntas?” –inquirió el niño- “papá no suele usar la Sala a menos que sea algo serio..”

Por un instante Sakura deseó que Hien no se inquietara tanto por la magia. Y es que el niño –como alguna vez el propio Shaoran- estaba obsesionado con ser un digno heredero y aquello había acarreado más de un problema en el pasado...

- “Tu tío Hin Lu y tu papá están hablando de cosas de hombres..” –rió a la ligera- “es como cuando tú y Kei Lang charlaban en Hong Kong sobre sus animes, juegos de video y realidad virtual..” –le tranquilizó.

Aquel había sido uno de los motivos para mudarse a Japón. Ni Sakura ni el propio Shaoran querían que Hien se sintiera tan presionado como lo estaba en Hong Kong siempre ante la vista de los Grandes Clanes; lo único que tanto su esposo como ella deseaban era que el niño tuviera una educación mucho más normal y de acuerdo a su edad pero no habían contado con los peculiares celos de Hien.

No es que su hijo fuera celoso de forma obsesiva –bueno, había sido un celoso guardián de su madre mientras su padre estuvo de viaje- pero sus celos iban más en el sentido de su responsabilidad y solía presionarse mucho en eso pues estaba orgulloso de sus padres, pero su gran preocupación eran sus responsabilidades como heredero del Jefe del Clan Li..

Como Shaoran cuando niño...

- “Este traje es de la Dinastía Li” –la joven japonesa recordó aquella mañana en la escuela primaria, la noche siguiente a la captura de la card “Thunder” y la forma orgullosa y fría en la que Shaoran le había hablado- “¿cómo es que sabes de ese traje?, ¡sólo pertenece a nuestra dinastía..!”

Sí, había orgullo y dignidad en las frases infantiles de Shaoran al decir eso, pero cualquier observador agudo hubiera notado ciertos celos en defender su posición de parte del niño chino que se convirtiera con el tiempo en su esposo y padre de Hien. Claro, el padre de su esposo –de quien su hijo tomara el nombre- había muerto antes que Shaoran le recordara y desde muy niño el hijo de Ieran Li siempre había sentido la responsabilidad de la posición que iba a heredar.

Y ahora Sakura podía notar aquella misma sensación en la mirada verde de su hijo, motivo por el cual la antigua card captor lo abrazó con ternura.

- “No te preocupes por nada” –le dijo con una cálida sonrisa- “todo estará bien”

- “Bien, si tú lo dices mamá, eso es seguro” –asintió Hien con infantil fé y confianza, sonriendo con una sinceridad que llenó de alegría el corazón de Sakura- “sé que no hay nada en el mundo que tú y papá no puedan lograr..”-añadió pensando- “y sólo quiero que estén orgullosos de mí, aunque tenga que esforzarme mucho...” 

Send to: [email protected]
Subject: ¡Por favor, por favor!
Cc: [email protected]
Bcc:

Hola tía Sakura!
Soy May May..¿verdad que te acuerdas de mí?, nos vimos en la última reunión familiar de la Dinastía Li, antes que te mudaras a Japón –bien, sé que tienes muchas sobrinas pero haz memoria ¿si?- tía Mei Ling dice que te dirija este mail y ya que lo hago me permito decir..
¡POR FAVOR, POR FAVOR, AYUDAME A QUE PUEDA HACER MI FIESTA!!
May May

La puerta del despacho de Yukito se abrió y cerró con estrépito haciendo que el recién llegado ingresara casi precipitadamente, pero pese a lo avanzada de la tarde el profesor no se inmutó. Lo único que hizo fue agradecer mentalmente el hecho que no tuviera ninguna sesión en ese instante...

Y es que, por la tarde, solía hacer sesiones de terapia a quienes lo necesiten..

- “Buenos días Yuki, lamento no haberme anunciado” –gruñó el recién llegado a modo de saludo y empezando a realizar nerviosos paseos a la vez que fumaba de prisa mientras su amigo le miraba cómodamente instalado en su sillón- “mira, tu secretaria me dijo que no tienes a nadie y..”

- “Quieres hablar de algo Touya...” –sonrió con paciencia- “¿porqué no te sientas?”

- “Si, claro...” –suspiró revolviéndose los oscuros cabellos antes de pegar un brinco justamente cuando iba a sentarse en el diván- “¡no, eso no!, ¡nada de sesiones!, ¡no me voy a sentar!”

- “¿No te gusta mi diván?, nunca dijiste que no te gustara las veces que me has visitado y..”

- “¡Tu diván no me importa Yuki!” –saltó enérgico volviendo a sus paseos nerviosos- “¡no voy a sentarme en tu condenado diván porque no soy uno de tus pacientes ni necesito terapia!, es sólo que... sólo que...”

- “¿Qué sucede?” –preguntó el profesor sin perder la compostura y ya preocupado por su mejor amigo- “Touya, esto no es común en ti, es decir, no te he visto tan nervioso desde la noche que te casaste y hasta estás fumando”

El médico detuvo sus paseos y no dijo nada. Yukito miró a su amigo con interés antes de añadir..

- “¿Problemas económicos?”

- “No”

- “¿Tus hijos?”

- “No”

- “.. mmhhh.. ¿Tomoyo?, ¿tú?, ¿tú y Tomoyo?”

Ante esas frases el médico recuperó su movilidad casi como si le pasaran electricidad por el cuerpo y se puso de pie ante su amigo arrojando el cigarrillo a medio fumar como si fuera el culpable de su inquietud...

Ella.

Ella era el punto aquí.

Ella... y el hecho si realmente la merecía.

Canción: Un nuevo amor
Intérprete: Tranzas

“Debes buscarte un nuevo amor,
que no guarde sus problemas,
que no sea como yo a la hora de la cena,
que cuando muera de celos el jamás te diga nada,
que no tenga como yo, tantas heridas en el alma.”

- “¡Eso, eso es el problema!, ¿es que no lo entiendes?, ¡necesito que me ayudes Yuki!” –ahora sí que se veía más nervioso aún que cuando llegó- “he estado en el hospital toda la mañana pensando en lo mismo, tengo eso metido en la cabeza y me estoy volviendo loco... ¡lo veo todo el tiempo y..!”

- “¿Estás viendo a alguien más que Tomoyo?” –se sorprendió su amigo.

- “¡¡NOOO!!, No estoy viendo a nadie, rayos Yuki, escucha lo que te digo!” –se indignó hablando de prisa- “no es “alguien” es... es una alucinación, una pesadilla que me está volviendo loco y creo que acabaré en el departamento de psiquiatría del hospital si eso sucede. No sé cómo voy a soportarlo..”

Yukito tenía una gran gota sobre la cabeza... Lo que quiera que fuera, realmente era un problema para Touya. Su siempre mordaz y sarcástico amigo, a veces frío y muchas veces una máquina de trabajo, sólo había hablado tanto y tan de prisa una vez...

Y es que hablar de sí mismo no era el fuerte de Touya.

- “Pero.. ¿qué tipo de alucinación es esa?, ¿acaso has estado trabajando demasiado?”

- “¡No, no, no!, no es eso” –suspiró el médico sintiéndose mucho más tranquilo al haberlo dicho- “es mucho más complicado..”

- “¿Pues que estás alucinando?”

El médico dejó de dar vueltas por el despacho de Yukito –y a la vez su sala de consultas-  mirando el diván con desconfianza y el Director del Campus Clamp comprendió la situación. Cualquier persona pensaría que Touya era muy frío y sarcástico pero después de conocerlo todo ese tiempo Yukito sabía eso sólo le servía para ocultar sus sentimientos; es más, estaba seguro que su actual crisis tenía que ver con la única persona que sabía más de su amigo que él mismo: Tomoyo.

Algo extraño, ya que su amigo estaba total y completamente enamorado de su esposa y ni que dudar de la muchacha...

- “Mejor vamos a comer algo, temo que empezarás a patear mi diván” –sonrió con paciencia mientras tomaba su chaqueta y llamaba por teléfono- “le avisaré a Aya que me retrasaré un poco ¿está bien?”

- “Si, claro” –asintió pensando- “¿porqué diablos no puedo ser tan considerado con ella como Yuki con su esposa?”

“Debes buscarte un nuevo amor,
que sea todo un caballero,
que tenga una profesión,
sin problemas de dinero,
que sea amigo de tus amigos,
simpatice con tus padres,
que no sea como yo, que no pueda lastimarte”

Touya no agregó nada más y se limitó a quedarse de pie apoyado en el marco de la puerta, pero cuando ambos llegaron a un lugar cercano sólo pudo murmurar..

- “Lo siento Yuki”

- “Olvídalo, ¿para eso son los amigos verdad?” –sonrió el maestro- “pero ¿qué pasa?, es decir, estoy seguro que tiene que ver con Tomoyo pero dudo que ella se haya enojado contigo”

- “Ella no tiene la culpa de nada, siempre me soporta con la paciencia de un ángel” –suspiró- “el problema soy yo, siempre soy yo”

- “Pues ¿qué hiciste ahora?”

- “No es lo que hice ahora... sinó lo que he estado haciendo. No ahora, sinó todo este tiempo. ¡Es que nunca quise creerlo pero..!” –suspiró enfadado, furioso consigo mismo- “temo que la visita de aquella mujer me hizo darme cuenta de lo que no he querido aceptar todo este tiempo, y esa antipática mujer....”

- “Entonces... ¿de todas maneras le gritaste a aquella señora?, porque la otra noche que me llamaste dijiste que querías decirle algunas cosas no muy agradables y...”

- “¡Que no lo hice Yuki, condenación!, ¿cuántas veces debo repetírtelo?. No es eso sólo que con esa visita noté que he sido muy egoísta ..” –recordó algo- “y por si fuera poco me puse celoso por unos tipos esos que esa mujer mencionó..” –se mesó los cabellos con enfado- “¿por qué rayos no puedo evitar ponerme así?, mi mente vuela, empiezo a pensar cosas y lo peor es que me siento estúpido. Es como si fuera otro yo el que se apodera de mí, aunque supongo que me enfado porque sé que Sonomi tiene razón... ella ha dejado tantas cosas importantes por estar conmigo que a veces me pregunto si Tomoyo no se dá cuenta de eso” –continuó- “¿tú que crees?”

Touya volvió sus ojos oscuros hacia donde estaba su amigo y al verlo comer el quinto plato de okonomiyake le surgió una gota sobre la cabeza...

- “¡Yuki!, ¿me estás escuchando?”

- “Claro que sí” –replicó Tsukishiro dejando de comer por unos minutos- “pero lo que no comprendo es porqué no hablas directamente con Tomoyo de eso. Ella sabe que tienes poca paciencia, mal temperamento y que eres sumamente celoso pero nunca pareció molestarle. ¿Por qué el problema?”

“Pero vida me conoces desde siempre
y ahora tengo que decir,
siempre digo lo que siento”

El médico tenía una gota sobre la cabeza.

- “Gracias por explicar mis defectos de una forma tan específica Yuki”

- “Es que no veo el problema.. Tomoyo no..”

- “¡Es que el problema no es de ella sinó mío!. A veces me pregunto porqué no puedo dejar de comportarme como un lunático celoso ¡porque me doy cuenta que lo hago! y lo peor es que no puedo evitarlo” –continuó vehemente y desesperado- “es que sé que la amo Yuki.. ¡rayos!, no es que sea celoso, posesivo o histérico.. es sólo que amo a mi mujer y temo que estar a mi lado la he hecho perder lo mejor de sí misma...”

El profesor le miró con simpatía, comprendiendo finalmente el problema...

Ya lo sospechaba.

¡Realmente Touya amaba locamente a su esposa!

Al punto de torturarse de esa forma...

- “Touya, por favor...  sé que hace cierto tiempo temes eso, pero ahora te estás obsesionando. Y si me dices que empiezas a alucinar que Tomoyo te abandona y tienes pesadillas”

- “¡No lo sé, no lo sé, es que desde que esa maestra suya se marchó no puedo dejar de pensar!. En eso y en lo que Sonomi siempre ha dicho... que si me aproveché de ella, que si la presioné para que se quedara conmigo y perdió más de lo que ganó. Porque sé como soy y no le hubiera sido difícil a ella conseguir a alguien más del gusto de su madre. Y no es porque desconfíe de Tomoyo, ¡antes dejaría que me golpearan que desconfiar de ella! pero cuando veo todo lo que ha perdido por quedarse conmigo me desespero, ¡y no quiero hacerle daño!” –suspiró desalentado- “.... al menos más de lo que ya hice..”

- “No le has hecho daño..”

- “¿En serio?” –dudó con amarga ironía- “últimamente no estoy tan seguro de eso como antes..:”

Yukito contempló a su amigo con paciencia, suspirando íntimamente... sabía la respuesta a lo que iba a decir, pero tenía que intentarlo..

- “¿Porqué no aceptas que tengamos algunas sesiones de terapia matrimonial?” –le dijo con paciencia- “tal vez tú y Tomoyo deberían venir a mi consulta y...”

- “¡Yuki no necesito ninguna sesión de psiquiatría en mi matrimonio!” –protestó enfadado, tal y como Yukito esperaba- “te estoy pidiendo consejo como amigo, no como terapeuta. ¡Ya sé que tienes otro condenado título de psiquiatría pero no quiero que experimentes conmigo de paciente!”

- “Escucha Touya, tú siempre has sido posesivo” –continuó Tsukishiro con calma- “Es cuestión de que te animes a charlar con tu esposa de lo que te molesta. Muchas veces eres obvio, pero también puedes ser hábil para callar las cosas cuando quieres pese a que Tomoyo es muy inteligente e intuitiva. Además es lógico que después de casi ocho años de estar escuchando las reclamaciones de Sonomi de que “arruinaste la carrera de Tomoyo” temas haberlo hecho, pero creo que es mejor hablarlo, estas cosas deben decirse, es más, estoy seguro que Tomoyo sospecha que te pasa algo y...”

- “¡Que no quiero perturbarla he dicho y te prohíbo que se lo digas!” –le dijo airado mientras Yukito no se molestaba en lo más mínimo por su reacción- “tal vez sea mejor olvidar la visita de esa mujer de París y punto” –miró comer a su amigo y envidió su calma e imperturbable buen humor- “¡no sé como haces para tomarlo todo de la mejor forma pero yo no lo consigo!..”

Yukito sonrió tranquilizadoramente.

- “Tal vez sea porque soy consciente de ser feliz” –respondió mientras a su alrededor flotaban corazoncitos y nubes rosas- “los problemas domésticos son tonterías pasajeras para mí porque sé tengo un trabajo que disfruto, a la esposa más linda y hermosa del mundo, Rei es el hijo más considerado de todo el universo y Yuu...”

- “El niño más gentil de la galaxia..” –bufó el doctor con fastidio, sabiendo que el Director del Campus Clamp era una de las extrañas personas sobre el planeta que creía que el mundo era perfecto- “ya no sigas con eso porque con la miel que destilas cuando hablas de tu familia se me sube el azúcar de la sangre..” –continuó tratando de cambiar el tema, mientras tomaba su tercera taza de té y Yukito volvía a la tierra luego de divagar sobre las perfecciones de su esposa e hijos- “supongo que tienes razón en que debo ver el lado positivo, aunque ayudaría encontrar algo positivo en un principio”

El profesor sonrió tratando de animar a su amigo y se sintió satisfecho por haber logrado que Touya pudiera desahogarse a gusto, ya que era el inicio de que empezara a tomar las cosas con calma. Calma y sangre fría que el médico siempre conservaba aún en los momentos más difíciles, pero que perdía cuando se trataba de algo que pudiera alejarlo de lo que amaba.

- “Sabes que ella te ama, eso es todo lo que debería importarte amigo..”

- “Sí, eso lo sé. Pero su amor tiene que tolerar mucho de mi parte.. no me sorprendería que algún día se hartara de aguantarme y temo que me reprochara lo de su carrera y..

“Que no vas a encontrar nunca, con quien mirar las estrellas,
alguien que pueda bajarte con un beso una de ellas,
alguien que te haga sentir tocar el cielo con las manos,
alguien que te haga volar como yo, no vas a encontrarlo.

Que no vas a encontrar nunca, alguien que te ame de veras,
alguien que te haga llorar de tanto amar de tontos besos,
alguien con quien caminar como dos locos de la mano,
alguien que te haga vibrar como yo no vas a encontrarlo”

- “Ella te ama y tú también.. ¡vamos amigo!, eso es todo lo que importa” –sonrió picándole un poquito el orgullo- “quizá no seas perfecto pero nadie lo es, y sabes que no existe persona alguna que quiera a Tomoyo de la forma que tú..”

- “¡Oh, eso sí es cierto!” –saltó como si lo pincharan- “ella y yo... bueno....” –suspiró- “bueno, ya sabes que no puedo evitar hacer lo que ella me pida... no importa lo que sea; ¡demonios!, realmente me hace hacer cosas tal que hasta me desconozco...”

- “¿Ya lo ves?!”

- “Sí, bueno... supongo que está bien”

- “Me alegra que te sientas mejor ahora” –rió Tsukishiro contemplando al fin su reloj de pulsera - “oye Touya, tengo que irme ya porque prometí a Ayame que haría un rico pastel para celebrar nuestro aniversario..”

El médico no movió un músculo.

Yukito y sus aniversarios..

¿Porqué él nunca podía recordar las fechas importantes como su amigo?.

Bien, quizá eso era demasiado..

“Debes buscarte un nuevo amor,
que se acuerde de las fechas,
que no sea como yo,
que siempre cumpla sus promesas,
alguien que pueda quererte
solo un poco y cierta parte,
que no sea como yo que solo vivo para amarte”

Aunque Yuki exageraba con eso de las fechas especiales..

- “¿Y de qué es esta vez?” –gruñó.

- “Es nuestro cuarto aniversario de cuando le dijimos a Rei que iba a tener un hermanito.. ¡Es una fecha importante para nuestra familia!”

- “¿No estuviste de aniversario también la semana pasada?”

- “Sí, pero ese fue el aniversario de la primera vez que Yuu dijo “Mamá, papá y  Rei”, fueron sus primeras palabras” –añadió orgulloso- “¡no es el mismo aniversario Touya!”

Kinomoto miró al techo del lugar donde se hallaban pidiendo paciencia.

¿Cómo podía Yukito recordar todos aquellos pequeños detalles y cada condenada fecha?

Despidiéndose de su amigo y aprovechando la tarde inusualmente libre –se había cancelado imprevistamente una junta de médicos que tenía- el galeno caminó pensativamente por el centro de la ciudad de Tomoeda pensando nuevamente si Tomoyo era realmente feliz o si le había cortado las alas a sus sueños al casarse con ella.

¡Cielos!, si le había hecho eso no podría perdonarse a sí mismo... y no le sorprendería que ella se cansara de aguantarle un día de estos..

“Que no vas a encontrar nunca, con quien mirar las estrellas,
alguien que pueda bajarte con un beso una de ellas,
alguien que te haga sentir tocar el cielo con las manos,
alguien que te haga volar como yo, no vas a encontrarlo.

Lo que él ignoraba era que en esos precisos momentos un lujoso automóvil se había detenido frente al hogar de los Kinomoto y el único pasajero –después de algunos titubeos- había llamado a la puerta..

Cabe resaltar que el servicio doméstico de la casa  –que necesitaban por las ocupaciones de ambos- no duraba mucho gracias a Kiku,  la pequeña fantasma. En este sentido la niña solía asustar inocentemente a las doncellas pese a no tener intención de molestar a alguien. Lo extraño era que no lo hubiera hecho hasta ahora, de modo que cuando se presentó un visitante preguntando por “Tracie Junot” –y por la reciente visita de Curtis Jeannette, quien llamaba así a la joven dueña de casa- la empleada no dudó en lo más mínimo en hacer ingresar al visitante a la salita, donde Tomoyo estaba probándose los guantes que su maestra le obsequiara...

- “¡Tracie!”

- “¡¡¡¡¡¡¡¡¿JEAN?!!!!!!!!” –murmuró atónita la joven señora Kinomoto.

“Debes buscarte un nuevo amor,
que no guarde sus problemas,
que no sea como yo a la hora de la cena,
que cuando muera de celos el jamas te diga nada
que no tanga como yo
tantas heridas...en el alma...”

Canción: Un nuevo amor
Intérprete: Tranzas

- “No tenía la menor idea de eso Eriol” –comentaba Hin Lu aquella tarde, en el despacho del Secretario de Cultura de la Embajada Británica en Japón- “¿sacaste el nombre de tu hija de un libro?” –movió la cabeza, aún sorprendido- “supongo que será un libro inglés porque en el libro de Clow no hay nada que mencione un nombre como Miriel.”

Eriol esbozó una risita mientras Shaoran también allí presente, se encogía de hombros..

- “En realidad el nombre significa: Mujer-joya” –explicó el hijo de Hajime Hiragizawa con calma- “y lo tomé de un libro de Jhonn R. R. Tolkien*** un escritor inglés que conocía mucho de los mitos antiguos de las islas británicas y del mundo en general” –continuó después de una pausa- “supongo que el nombre de tu bebé lo eligió Mei Ling ¿verdad?”

Hin Lu asintió en silencio mientras Shaoran tomaba otro sorbo de té.

- “Es bueno que sepas exactamente lo que significa el nombre” –comentó el hijo de Ieran Li- “aunque Sakura llamó “Hien” a nuestro hijo en honor a mi padre y creyendo que significaba “fuego verde”..” –tosió para disimular su incomodidad.

- “Pero...” –dudó Eriol con algo de duda, pues era versado en el significado de esas cosas- “Hien no significa “fuego verde”, ¿de donde sacó Sakura aquello?”

- “Mi abuela le dijo eso cuando Sakura y yo aún éramos novios”

- “La difunta señora era pésima en esas cosas..” –aceptó Hin Lu.

Las tres hombres se miraron entre sí y empezaron a reír ante el recuerdo de la anciana –y los apuros en los que enredaba a su nieto- cuando el teléfono personal de Shaoran interrumpió la conversación..

- “Buenas tardes” –replicó rápido y asombrado al identificar a la persona que se comunicaba con él- “¿qué ocurre?, me sorprende mucho recibir su llamada madre.... ¿puedo serle útil en algo?”

Hin Lu y Eriol contemplaron el rostro súbitamente pálido de Shaoran que se quedó atónito por unos instantes –y es que lo que le decían por teléfono lo dejó sin palabras- antes de que el esposo de Sakura preguntara...

- “Hin Lu.. ¿porqué no me avisaste que la fiesta de la joven May May iba a durar dos días?”

- “¿QUEEE?” –se espantó el Guardián del Jefe del Clan Li - “¡No lo sabía!, ¡a mí no me dijeron eso!”

Shaoran se cruzó de brazos mientras el secretario iniciaba llamadas frenéticas a Mei Ling –el serio y circunspecto Hin Lu sudaba de sólo imaginar el enfado de Ieran Li- a la vez que Eriol preguntaba con una leve sonrisa:

- “¿Quién es May May?”

- “Una de mis sobrinas” –explicó Shaoran sin notar el peculiar brillo en los ojos azules de su amigo y dejando al esposo de su prima el asunto- “no la conozco pero parece ser una chiquilla demasiado inquieta..” –comentó pensativo- “supongo que heredó de la abuela algo más que el nombre porque para haber puesto nerviosa a mi madre debe ser todo un torbellino..” –añadió encogiéndose de hombros, sin notar la sonrisa falsamente inocente de Eriol- “¿de quién más pudo sacar ese carácter que de mi abuela?”

El Secretario de Cultura de la Embajada Inglesa en Japón amplió una de sus enigmáticas sonrisas...

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Respetable Madre:
Hin Lu resolverá desde aquí todo el asunto de May May...
Espero que tenga un buen día.
Su hijo.

- “Estas... absolutamente hermosa” –saludó el francés con una amable sonrisa, de pie en medio de la salita de la casa Kinomoto mientras la hija de Sonomi quedaba muda de estupor- “no tienes idea del la gran alegría que me produce verte..”

Los ojos azules de Tomoyo parpadearon, aturdidos..

- “No... no comprendo” –murmuró- “¿realmente eres Jean?”

- “Sí” –sonrió el rubio con timidez, pero muy correctamente- “¿no me invitas a sentarme?”

- “Disculpa..” –continuó Tomoyo- “es que no comprendo... son ocho años y verte en mi casa... es...”

- “Sorpresivo ¿verdad?” –rió el francés suave, pero cordialmente- “supongo que tienes razón en sorprenderte” –recordó con cierta nube de pesadumbre en sus ojos- “la última vez que nos vimos no fui muy cortés ni correcto y..”

- “Por favor, olvida eso” –sonrió la joven, gentil pero ya más repuesta de la sorpresa- “pero.. ¿estás en Japón otra vez?, ¡y en mi casa! no comprendo.. ¿cómo supiste donde vivía?”

- “A decir verdad te ví hace dos semanas... en el aeropuerto internacional de Tokyo” –confesó Jean- “estabas despidiendo a Curtis. Ciertamente yo ya sabía que ella venía a Japón pero..”

- “¿Curtis sabía que estarías en el aeropuerto?”

- “¡Claro que no!, a ella nunca le agradé ¿recuerdas?. Vine a Japón por negocios por primera vez en ocho años y fue toda una sorpresa verte en el aeropuerto, por supuesto que tú no me viste..” –sonrió contemplando los guantes que lucía Tomoyo- “debo admitir que estás más hermosa aún que antes, si es que eso es posible..”

- “Gracias por tu amabilidad” –murmuró a modo de respuesta mientras recordaba que Touya tenía una junta de médicos y llegaría algo tarde, lo cual le daba algo de tranquilidad aunque sabía que tendría que despedir a Jean tajantemente- “además no era necesario que vinieras aquí a disculparte.. yo comprendí siempre que te ofendí gravemente y..”

- “Y no tenías el menor deseo de verme..”

- “No, eso no es cierto. Siempre quise ofrecerte una buena disculpa por aquella tarde del hospital, pero me alegra que podamos ser mucho más cordiales ahora” –replicó, contenta de quitarse aquella incomodidad- “además supe que te casaste y me alegró mucho.. ¿quién fue la afortunada?”

- “Charlotte Du Brissacc” –contestó antes de añadir- “pero me divorcié de ella al año de matrimonio”

Y había un profundo rictus de amargura en la voz del extranjero al admitirlo que la joven esposa de Touya no pudo dejar de observar.

- “¡Oh lo siento mucho!. Espero que eso no te quite la fé en el matrimonio, yo misma...”

- “Sé que antes no tenías mucha fé en eso, pero yo soy incurable Tracie” –comentó con cierta resignación matizada de tristeza- “En este momento estoy en el trámite de mi tercer divorcio”

La joven quedó apenada y confundida...

- “Lo siento mucho..”

- “Bueno, salvé mi posición económica y logré ingresar como socio a un consorcio europeo de comunicaciones” –replicó con melancolía- “debo admitir que mi primer matrimonio fue poco más que un negocio, de modo que no puedo decir nada contra Charlotte sin aceptar mi culpa. Lamentablemente repetí el error en el segundo enlace y el tercero. Supongo que nunca me recuperé del todo de lo que pasó aquí en Japón” –comentó levantándose del sofá nerviosamente, contemplando el lugar- “es una hermosa casa Tracie. Algo grande para ti sola, pero sencilla y con gusto” –la miró melancólicamente- “¿sabes?... sé que es insólito que diga estas cosas luego de aparecerme en tu puerta después de ocho años pero no puedo negar que he pensado en ti todo este tiempo. Imagina mi asombro al verte el día de mi llegada en el aeropuerto.. supongo que no pude evitarlo y te seguí hasta aquí” –suspiró levemente, mientras Tomoyo, estupefacta, no sabía que decir- “de hecho, he estado estas dos semanas aquí en Japón buscando excusas para llenar mi tiempo y no visitarte, pero hoy no pude más..”

La señora Kinomoto se puso de pie rápidamente.. alarmada.

- “Es muy gentil de tu parte, y agradezco la demostración de amistad... deseo que todo sea mejor para ti en el futuro.... allá en Europa, Jean”

- “El paso del tiempo me hizo notar que fuí un estúpido” –aceptó el rubio francés, ignorando las indirectas de “Tracie”, perdido como estaba en la confesión de sus propios sentimientos –“en ese entonces creí que estaba detrás de ti por tu dinero y tuvo que venir un sujeto como ése médico para que entendiera que estaba enamorado de ti..”

Tomoyo no pudo dejarlo seguir. Estaba real y verdaderamente alarmada.

- “¡Jean no sigas!, son cosas que debes olvidar” –le pidió cortés, pero tajante- “y tengo que pedirte que me dejes sola, yo estoy casad..”

- “Hasta un troglodita como ése doctor era más sensato que yo en esos tiempos” –le interrumpió el francés con melancolía antes de añadir- “No sabes cuanto me alegró verte entrar sola a esta casa la noche que te seguí porque..”

- “¡Me casé con Touya, Jean!”- casi gritó Tomoyo, decidida a no permitir más toda aquella charla- “esa es la verdad”

El rubio parpadeó. Momento que aprovechó Tomoyo para quitarse los guantes de Curtis y mostrarle su dorado anillo matrimonial al francés..

- “¡¡¡¡¿Te casaste con ese sujeto?!!!!” –era obvio que el francés estaba pasmado- “¿estás realmente casada con él?”

- “Por supuesto. Y amo profundamente a mi marido” –murmuró gentil, sintiendo algo de piedad por el rubio- “por eso no puedo permitir que me sigas diciendo esas cosas porque amo a Touya. Lo siento mucho Jean.. en realidad nunca esperé que..”

El francés suspiró profundamente y se dejó caer sobre el sofá de nuevo...

Se veía realmente deprimido.

- “No me sorprende” –murmuró pensativamente- “Lo siento mucho Tracie, no fue mi intención ofenderte. El doctor no era tonto y no iba a cometer mi error de dejarte ir” –sonrió con tristeza- “¡con razón no volviste a París!. Al casarme con Charlotte yo me mudé a Bruselas y hace dos años que vivo en Frankfort, además se dejó de hablar de ti en los círculos de la moda europea” –continuó- “lo siento mucho, lamento todo esto pero no puedo evitar preguntarte ¿porqué?, ¿porqué sacrificar todos tus sueños por seguir a un sujeto tan gruñón como ese?, sé que yo no era perfecto pero tú podrías haber encontrado a alguien mejor, alguien que te dejara ser quien eres. Dudo mucho que ese tipo haya dejado de ser tan posesivo como hace ocho años..”

- “No, Touya no ha cambiado” –sonrió.

- “No me sorprende. Ya entiendo... no te dejó volver a tu vida en Francia”

- “No, eso yo lo decidí”

- “¡Y claro que sí!. Con lo celoso que es, no me sorprendería que mirara con furia a cualquiera que te mirara por más de cinco segundos..”

- “Sí” –Tomoyo amplió su sonrisa- “eso sí lo hace”

- “Entiendo. Antes que pasar vergüenzas por si golpeaba a alguien en París decidiste quedarte aquí”

- “No, él nunca me prohibiría ir a París, lo conozco bien.. de hecho, es incapaz de negarme nada”

Jean estaba atónito. ¡Cómo podía Tracie aceptar tan tranquilamente aquellas cosas?, suponía que la joven haría una acalorada y patética defensa del sujeto con el que se había casado pero aquella aceptación tranquila... no la entendía. Si hubieran tenido esa charla por teléfono podía haberle quedado alguna esperanza al escucharla aceptar la realidad, pero a cada defecto que él le buscaba a aquel médico –y lo conocía bien ¡fue su doctor!- ella asentía con una hermosa sonrisa, una sonrisa que iluminaba más sus facciones a cada instante...

No podía comprender el motivo..

- “¿Entonces porqué?.. recuerdo bien lo posesivo que era, ¡histéricamente celoso de su propia hermana, ya imagino lo que es contigo!, ¡¡¡es un hombre irónico, mordaz, obsesivo, posesivo además de desconfiado de un modo casi paranoico...!!!” –exageró- “no irás a negarlo Tracie.. ¡es muy celoso y posesivo!”

- “Sí, lo es” -aceptó tranquilísima- “Touya tiene todos aquellos defectos que le mencionas pero el punto es que eso es lo que amo de él: todas y cada una de las cosas que mencionado” –sonrió más feliz que nunca- “Me gusta que sea así. Supongo que estoy un poco loca pero no espero que lo entiendas” –continuó con la mirada más brillante que nunca- “siempre quise alguien que no sólo me amara de una forma única, con todo su ser, sinó que lograra que yo amara aquellas cosas que los demás pueden considerar hasta como defectos. Y sí, lo amo con todo aquello y no me arrepiento de un solo minuto a su lado” –replicó sin la menor duda- “Admito que las cosas no han sido fáciles pero no lo cambiaría nunca Jean. Nunca

El rubio suspiró de nuevo. No había vuelta al pasado para él. Todo aquello en lo que había fantaseado los últimos ocho años –especialmente hace dos semanas, desde que llegara a Japón- se desplomaba como un sueño..

Porque eso era..

Pero al menos él había aprendido algo. Sabía que la quería más que nunca –la buscó en cada una de sus esposas sin éxito- y lo único que la importaba era que ella fuera feliz. No comprendía como podía serlo con alguien que él creía un patán, pero lo tranquilizaba saber que ella era feliz..

- “Ese sujeto tiene una suerte realmente envidiable..” –dijo a modo de despedida, extendiendo la mano para despedirse, con dolor en los ojos y nostalgia por un pasado que no volvería- “cuídate mucho Tracie, y ojalá él te valore porque de lo contrario es un pobre imbécil, pero mientras tú seas feliz me sentiré tranquilo. Adiós”

Con un gesto de profundo respeto –pero con admiración y un sentimiento no olvidado aquellos años- el francés tomó la mano que la joven le ofrecía a modo de despedida –en estricto gesto amical- y la besó, siendo ese preciso momento en que...

- “¡No la toque!, ¿cómo se atreve?”

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Mi estimado socio y amigo:
Tengo motivos personales para permanecer en Japón muy distintos que los originales de nuestras empresas. Luego de años dolorosos espero poder hablar con la mujer de mi vida y tengo la esperanza de recuperar lo que un doctor energúmeno me hizo perder hace ocho años..
Deséeme suerte.
Jean Le Blanc

Hin Lu continuaba sudando...

Y es que aquellos apuros en los que le acababa metiendo Mei Ling y aquella chiquilla: May May.

¡Sobrinos!. ¡Esa muchachita iba a volverlo loco con sus alborotos!.

Shaoran por su parte había vuelto a charlar con Eriol sobre magia y los asuntos del Concilio pero el hechicero occidental no podía sinó sonreír brevemente ante las frases de su amigo..

- “No tiene caso que se lo digas, además dudo que lo tome en serio. Haría falta otra reencarnación más para que considere eso su responsabilidad” –ambos hombres estaban frente a una Pc, desde donde Shaoran le mostraba al inglés un detallado registro- “sin embargo te agradezco mucho que le tomes en cuenta..”

- “No le hago ningún favor, es su derecho” –continuó el Jefe del Concilio de Hechiceros de Oriente- “después de todo, Yoko cedió todos sus derechos en el Concilio a su hermano como varón de su familia, y es justo que Tao tenga un asiento en la siguiente reunión ya que es el último de los Hiu” –sonrió levemente- “aunque supongo que tienes razón en decir que no lo tomaría en serio...”

- “Nada perdemos con preguntarle” –replicó Eriol antes de pedir por su intercomunicador que le indicaran a Tao que se presentara en la biblioteca de la embajada- “lo que sí te agradezco es que no hicieras de conocimiento del Concilio su vida pasada” –esbozó otra burlona risita- “bueno, no sé como decirlo.. pero Wu Fang Sheng era algo peculiar... “

- “Sí, si” –suspiró Shaoran con una gota sobre la cabeza, pues en aquellos años Hin Lu le había contado lo que decían las crónicas sobre Wu Fang Sheng- “no necesitas decírmelo ¿sabes?” –tosió para disimular su incomodidad- “si los miembros del Concilio supieran que Tao Hiu es la reencarnación del más famoso “mujeriego” que ha tenido el Concilio en su historia, definitivamente hubieran exigido que fuera educado bajo tutela estricta” –murmuró muy bajo- “a veces me pregunto cómo es que no se llegó a casar si tuvo una vida no muy “inocente” que digamos.. ¡y en esa época!”

- “¡Oh bueno Shaoran!, el “pasarla bien” no significa que tuviera que casarse..” –replicó Eriol conteniendo sus ganas de soltar una carcajada- “una cosa no siempre vá ligada a la otra..”

- “Me gustaría mucho que Yoko te escuchara decir eso” –protestó el hechicero chino.

Eriol puso cara de inocencia total e iba a contestar algo cuando Tao ingresó a su oficina saludando ruidosamente a las visitas pero sin interesarse en lo más mínimo cuando le mencionaron al Concilio. Al contrario, sólo negó con la cabeza y sonrió feliz antes de mostrar un pequeño papel al esposo de su hermana...

Para luego estallar en risas y frases de autofelicitación..

- “¿Qué le pasa?” –murmuró Shaoran mirando al chico chino, mientras Hin Lu aún seguía pegado a su teléfono- “¿porqué está que dá saltos?”

- “No lo sé.. pero tengo un mal presentimiento” –murmuró Eriol, con una pequeña gotita- “la última vez que estuvo tan contento fue cuando casi me echa a perder la noche de bodas..”

- “¡Míralo Eriol, míralo!, ¡y tú también Shaoran!, ¿lo vieron?” –comentó el adolescente, alborotado y siendo tan confianzudo como siempre con los demás, tuteándolos - “¡lo logré, lo logré!, tuve que pagarle el almuerzo durante casi un mes a la Presidenta del Club de Música y hasta le tengo que arreglar una cita con Rei pero.. ¡lo hice!, ¡lo he conseguido y ahora te toca cumplir con lo que prometiste Eriol!”

- “¿Qué le ofreciste para que se pusiera así? –Shaoran tenía un signo de interrogación sobre la cabeza- “¿aumentarle el dinero que le asignas al mes?”

- “Ah..... no” –la gota sobre la cabeza de Eriol se hacía más gruesa- “temo que algo peor, tengo que regalarle un instrumento musical..”

- “¿Y qué tiene eso de grave?, no puede ser tan malo...”

- “Se nota que nunca lo has escuchado..” –replicó el inglés, algo inquieto- “sólo espero que no quiera que le regale un...”

- “¡Me tienes que comprar ese hermoso violoncello Eriol!, ¡aceptaron que me presente en la audición del Club de música de la preparatoria y sé que el violoncello es el medio para que todos noten mi talento musical!!”

Eriol repasó mentalmente mil fórmulas para evitarse una tortura y decidió en ese mismo instante que iba a ponerse tapones en los oídos a partir de la siguiente semana –en cuanto le tuviera que dar el instrumento de tormento... perdón, de música, a su cuñado- pero Shaoran no entendió la situación y desvió su atención a un mensaje que le acababa de llegar a través de la red de comunicación del Concilio..

- “¿Ahora qué?” –murmuró revisando su mensajería en la Pc de Eriol, que aún seguía lidiando con el entusiasmo musical del adolescente- “espero que esa sobrina mía no haya ocasionado más problemas Hin Lu” –el esposo de Mei Ling dejó de hablar por su propio teléfono por un instante, todavía inquieto por la reacción de Ieran Li- “Lo último que necesito es una queja formal del Concilio por los alborotos que ocasiona aquella chiquilla..”

Pero lo que leyó en ese preciso momento lo dejó tan sorprendido que parpadeó sin comprender por unos instantes...

- “¿Van a premiar al papá de Sakura?” –murmuró asombrado Hin Lu leyendo el primer párrafo del mensaje por encima de la cabeza de Shaoran- “supongo que debe ser por algo importante ya que Sakura no resistió enviarte un mensaje por la red para contártelo ¿verdad?”

Eriol volvió sus ojos azules hacia sus amigos mientras Tao seguía parloteando y notó un brillo peculiar en los ojos de Shaoran Li..

Pero otro era el brillo en los ojos de Jean Le Blanc, en ese instante...

Y es que estaba atónito.

La persona ante él tenía una posición netamente beligerante y parecía estar dispuesto a romperle el cuello pero la dulce y gentil voz de quien él llamaba “Tracie” lo detuvo en seco...

- “Por favor compórtate educadamente” –pidió con un toque de autoridad en su suave voz- “no me gusta que hables así a las personas...”

- “Lo siento” –los ojos masculinos miraban al visitante con fiereza y total desconfianza- “pero él estaba.. estaba..”

- “Estaba besando mi mano Mamoru” –continuó Tomoyo contemplando a su hijo de siete años con una hermosa sonrisa, al notar el mismo temperamento de Touya en el niño- “es un gesto de respeto común en occidente..”

- “Es que no me gusta que toquen a mi mamá”  -gruñó el niño en voz baja.

- “Mamoru, no seas descortés. El señor es un viejo conocido de Curtis y también es francés” –le dijo acariciando el cabello de Mamoru (del mismo color que el de Touya) ante el atónito Jean- “él es mi hijo Mamoru, Jean...”

- “Ya veo.... en realidad se parece a su padre”

Mamoru hizo un gesto desconfiado en su rostro y la mente de Jean voló hacia ocho años atrás, a la cara del médico que le atendía en el preciso momento en que él comentaba en voz alta sus planes con Tracie –entonces su novia- sí, era el mismo gesto.... ¿cómo fue tan torpe de no darse cuenta que ese doctor ponía esa cara de enfado cada vez que él hablaba de su boda con Tracie?, esa boda nunca ocurrió –al menos él nunca se casó con Tracie- pero ese gesto que ahora se pintaba en la carita infantil del niño eran.... celos... celos...

Suspiró.

Y es que no había nada que decir.

- “Adiós Tracie” –repuso melancólicamente antes de añadir- “y que sólo saborees felicidad en tu futuro. Au revoir petit enfant

Y con una inclinación de cabeza abandonó la salita de la casa Kinomoto para no volver jamás. Y es que ahora lo sabía, ya no era una fantasía sinó certeza.. había perdido hace ocho años, sin vuelta atrás.

La joven señora Kinomoto suspiró en alivio al verlo partir. Le deseaba lo mejor al rubio pero por unos instantes se había sentido realmente asustada, y es que si en lugar de Mamoru hubiera sido Touya...

No quiso ni imaginarlo..

- “Mamoru” –decía Tomoyo en ese preciso instante, inclinada sobre su hijo como si arreglara la corbata de su uniforme escolar- “no me gusta que seas así de posesivo, sé que quisiste cuidarme pero soy tu mamá y no debes ser descortés con las personas..”

El suave tono de voz materno tenía un levísimo tono de reproche que el niño no dejó de observar y que le hizo bajar la cabeza avergonzado...

Algo que sólo lograba su querida mamá en él.

- “Yo sé que lo de besar tu mano no era malo” –aceptó Mamoru- “Hiragizawa comentó esa costumbre occidental en la escuela el otro día, pero ¡es que no me gustaba la forma como te miraba mamá!....”

- “Sé que no quisiste ser grosero, pero debes controlar un poquito ese carácter” –le dijo ella con una sonrisa gentil mientras el niño asentía- “bien, ahora quiero que me prometas que no vas a ir a contarle la visita de este señor a tu papá. Ya sabes que a él no le agrada mucho Curtis ni nada que venga de París y como el señor que viste es francés, no quiero que tu papá se moleste inútilmente, ¿lo prometes?”

- “¿Qué no le cuente a papá?” –los azules ojos de Mamoru parpadearon.

- “Exacto”

- “Si tú me lo pides mamá..” –el niño parecía levemente inquieto- “bien, te complaceré”

Tomoyo sólo sonrió, mucho más tranquila, antes de dirigirse a la cocina a preparar personalmente un platillo para su hijo..

- “¿Y tu hermana?”

- “Fue a casa de Hiragizawa con Hien. El la traerá de vuelta más tarde...” –ante el asombro en los ojos de su madre continuó- “mamá tú has dicho que Hien es mi primo y que tú y tía Sakura son como hermanas así que eso lo hace más o menos mi hermano menor, de modo que puedo confiarle a Nadeshiko porque es de la familia”

Tomoyo sonrió asintiendo a la vez que se tranquilizaba ya que no deseaba que Touya se molestara inútilmente esa tarde.

Y es que la angustiaba notar que él estaba.... muy cambiado últimamente...

Y tenía miedo.

Canción: El beso del final
Intérprete: Cristina Aguilera

“Hay.. en mi corazón una inquietud
hoy te veo tan distante ...
Hay algo que me aleja de tu amor
de repente tú cambiaste
Hoy, insegura estoy
!el estar sin ti, sé que me hará sufrir!

 
Anoche yo senti, que me besaste diferente
y me quedé.. ¡sin saber que hacer!

Yo te conozco y sé, que algo no anda bien

¡Ven, dime la verdad!.. no quiero imaginar
que fue el beso del final”

La cena fue peculiarmente tranquila aquella noche. Nadeshiko sólo se golpeó dos veces –resbaló llevando los platos a la cocina haciendo que la vajilla flotara en el aire antes de estrellarse al piso, aunque dos de los platos cayeron sobre la cabeza de la torpe niña- además que la uniformada chica del servicio doméstico había tenido un desmayo al ver flotar dos muñecas en el jardín y había renunciado al despertar, pero era lo que podía calificarse como una noche tranquila, común y corriente; sin embargo y pese a la tranquilidad nocturna Tomoyo observó que Touya estaba particularmente monosilábico...

¿Por qué estaba así?. Curtis ya se había marchado y él estaba creando una muralla entre ellos con sus silencios...

Y ella tenía miedo.

- “Llamaré mañana a la agencia de empleos” –comentó la hija de Sonomi con una sonrisa- “supongo que no les sorprenderá nada que busquemos otra vez a alguien para el servicio doméstico”

- “Pues si a mí me lo preguntas mamá, son sólo un grupo de cobardes las que nos mandan” –replicó Mamoru con burlona risita- “¡como si Kiku espantara a alguien!, Kia está de acuerdo conmigo en que si hay una fantasma que no dé miedo es Kiku..”

- “Y por eso ella está con Kaho ¿verdad?” –comentó el médico- “no quiso que le regañara por habernos dejado sin ayuda en casa otra vez”

- “No seas tan duro con Kiku hijo” –replicó Fujitaka con una sonrisa- “sabes bien que no lo hizo con intención, sólo es que es un poco distraída. La traeré en unos instantes y sé que serás justo con ella”

Touya asintió con una gotita mientras Mamoru y Nadeshiko terminaban de cenar a toda prisa para acompañar a su abuelo al templo Tsukimine -a recoger a la pequeña fantasma- y en cuanto los tres se hubieron marchado, la hija de Sonomi se acercó suavemente a su esposo contemplándolo con inquietud pues apenas si había cenado..

- “Espero que no te enfades con Kiku” –murmuró dulcemente- “sabes bien que ella te quiere mucho y no le gusta verte enfadado. Siempre es preocupante notar que la persona que amamos está incómoda por algo..”

Touya asintió en silencio mientras contemplaba distraídamente el dorado anillo matrimonial en el dedo de su esposa.

- “Supongo que Kiku no tiene remedio” –replicó el médico, volviendo su atención a la comida- “pero eso es también porque todos aquí siempre están disculpando sus tonterías...”

- “Tú eres el primero..” –sonrió Tomoyo.

- “No, ya no lo haré” –replicó frunciendo las cejas- “soy consciente de que no le estoy haciendo ningún favor. Ella es un fantasma y acostumbrarse a nosotros no es lo más recomendable... me pregunto si lo mejor no sería decirle a Kaho que nos contactara con un buen médium para que la enviara al mundo de los espíritus. Quizá estaría mejor allí”

- “Kiku es parte de la familia” –comentó la señora Kinomoto mientras empezaba a recoger los platos y con una sonrisa pensativa- “sería muy cruel obligarla a marcharse..”

El médico parpadeó por unos instantes ante las frases de su esposa...

- “¿Aún si fuera por su bien?” –le preguntó con interés.

Los ojos azules lo miraron algo sorprendidos. Ciertamente Tomoyo había tratado de usar el tema de Kiku para hacer que Touya le dijera el motivo de su inquietud las últimas semanas, pero no tenía la menor idea de porqué su esposo parecía estar tan al pendiente de sus respuestas después que apenas si había dicho las cosas mecánicamente..

La charla no era nueva. Habían hablado de la permanencia de Kiku en casa al menos una docena de veces aquellos años y siempre con la misma conclusión: la niña fantasma era feliz con ellos y no quería marcharse.. ¿porqué sentía como si súbitamente Touya tuviera un interés vital en lo que iba a decir ahora?.

Era como si hablara de que alguien debía marcharse... y por supuesto que no era Kiku.

 

- “¿Qué dices?” –preguntó espantada.

“Oh, oh
No sé por que ha cambiado tu actitud
Ojalá que todo sea un error
No quiero comprobar que te perdí
Ni que muestro amor se acabe
Oigo una voz que se hunde en mi
Que me vuelve a repetir
¡Lo que no quiero oír!

¡Anoche yo senti, que me besaste diferente
Y me quede sin saber que hacer!
Yo te conozco y se que algo no anda bien
Ven, dime la verdad, no quiero imaginar
Que fue el beso del final”

- “Te pregunto si te parece correcto retenerla aunque sea mejor para ella marcharse” –murmuró el doctor mirándola con intensidad- “porque para ella es mucho mejor estar donde pertenece, aquí no es ella misma..”

- “Pero...” –dudó sintiendo el corazón darle un vuelco - “¡ella ama este lugar, estar aquí..!”

- “No estamos seguros, quizá no es del todo cierto. Quizá en el fondo quiera estar en otro lugar y la estoy... la estamos reteniendo injustamente a nuestro lado” –los ojos azules de Tomoyo chispearon atónitos ante aquella corrección de su esposo- “quizá no es justo, quizá no somos lo que en realidad quiere, lo que se merece...... quizá estaría mejor en otro lado”

- “¿Qué quieres decir?”

- “Nada” –replicó volviendo a comer, temiendo haberse delatado- “olvídalo. Es una tontería” –sus oscuros ojos se encontraron con los de Tomoyo y supo que ella lo había intuido todo pero frunció el ceño y lo negó obstinadamente- “de todas formas regañaré a Kiku cuando papá y los niños la traigan y..” –como los azules ojos le seguían contemplando añadió inquieto- “y bueno, tengo que ir al hospital porque haré un servicio especial esta noche y...”

- “Te esperaré entonces” –le dijo la muchacha acercándose a él, sin permitirle abandonar la mesa, mirándolo fijamente- “sabes que no hay lugar mejor para mí que contigo.. ¡no me iré!”

Los ojos oscuros contemplaron los azules asombrados. No se había engañado, ella lo había descubierto todo en un instante... ¿cómo pudo ser tan torpe?.

“Hoy insegura estoy
El estar sin ti, se que me hará sufrir, oh, oh”

- “Sé lo que es el dinero ¿lo olvidas?” –decía ella, reteniéndolo allí con su mirada brillante e inquisitiva- “no olvides que crecí en una hermosa casa, llena de todas las comodidades materiales que el dinero puede brindar. Tenía una habitación muy grande, sala de cine y muchas cosas...” –agregó melancólica- “pero sólo eran eso: cosas. Tener guardaespaldas no es tener compañía, tener sólo cosas no llenaban mi soledad y el afecto que nunca recibí del hombre que legalmente es mi padre. Por eso siempre me aferré a lo único verdadero que encontré en esa época: la amistad de tu hermana. Por eso siempre estaba aquí” –sonrió mirando la casa que era ahora “su” casa- “y nunca hubiera podido soñar que este sería mi verdadero hogar y tú la persona que me amara además de mi madre. La persona que me amara a mí, verdadera y únicamente...” –repitió- “porque ¿no has dejado de amarme no?”

“Anoche yo sentí, que me besaste diferente
Y me quede sin saber que hacer
Yo te conozco y se que algo no anda bien
Ven, dime la verdad, no quiero imaginar
Que fue el beso del final

Anoche yo sentí, que me besaste diferente
Y me quede sin saber que hacer
Yo te conozco y se que algo no anda bien
Ven, dime la verdad, no quiero imaginar

Que fue el beso del final”

Canción: El beso del final
Intérprete: Cristina Aguilera

- “¡CLARO QUE NO!, ¿COMO SE TE OCURRE PENSAR QUE YA NO TE AMO..?” –saltó como resorte- “¡pero has perdido tanto por mi culpa que..!”

Ella le miró comprendiendo su temor, mientras él sentía un nudo en la garganta de sólo pensar en que ella había temido que él..

Que él....

Parpadeó atónito..... ¡ella temía que él hubiera dejado de amarla!

¡Que absurdo!, si alguien había sacrificado más por la familia que tenían era ella. Todo eso aparte de ser adorable e inteligente, no un malgeniado y posesivo esposo, como él sabía que era..

¿Y ella pensó que había dejado de quererla?..

Tal vez sí había levantado una especie de muralla de silencio.. pero no por dejar de amarla sinó lo contrario...

- “Hablas así como si te hubiera dado mucho..” –ya no tenía caso negar lo evidente- “si hubieras regresado a París tendrías..”

- “Fama internacional, dinero, una agenda recargada y saldría en las revistas de chismes de Europa” –replicó ella entendiendo que él había escuchado lo que Curtis dijera en su visita- “pero todo eso sería vacío para mí. No tendría a Mamoru ni a Nadeshiko y tampoco a ti” –añadió mirándolo con los azules ojos empañados de lágrimas- “¿crees que volvería a ese mundo de reflectores dejando lo que tenemos o que me arrepiento de nuestros niños? ¿acaso te arrepientes tú?”

- “¡¿CÓMO CREES??, ¡NUNCA!.. pero.....”

Ella no le dejó continuar al poner un dedo sobre la boca de su esposo.

- “Eso es lo único que importa..” –sonrió ella.

            *                      *                      *                                 *                      *

- “¿De modo que tu mamá te pidió que guardaras un secreto para no molestar a tu padre?” –preguntaba Fujitaka a Mamoru en ese mismo instante- “¿y eso te preocupa pequeño Mamoru?”

- “No abuelo. Lo que pasa es que papá me dijo que no le dijera a mamá que él estaba enterado” –dudó mientras ambos miraban a Nadeshiko filmar algunas pequeñas luciérnagas que estaban en la entrada del Templo Tsukimine- “bueno, lo que sucede es que mamá me dijo que no le contara a papá algo que ví” –explicó - “pero no podía contarle nada a papá porque él lo había visto todo conmigo” –dudó confuso- “no sé si está bien no decirle a mamá que no podía contarle nada a papá porque él ya lo sabía. No es que mamá haya hecho algo malo” –añadió- “pero ella no quería que papá se molestara.. ¿estuvo bien que me callara abuelo?”

Fujitaka sonrió.

- “Tu madre es una muchacha muy buena Mamoru. Ella no desea que tu papá se enfade inútilmente y se llene de preocupaciones que no tienen sentido, aunque estoy seguro que tu papá está muy preocupado” –replicó comprendiendo la tensión que había sentido en su hijo esa tarde- “pero no dudo que Tomoyo podrá hacerle comprender que no tiene motivos de inquietarse”.

- “Que bueno” –asintió el niño con gesto decidido encogiéndose de hombros- “temía que mamá se enojara conmigo por no decírselo... además que me sentía culpable por haberme comido ese pastel que me hizo de premio”

- “¡Abuelo, abuelo!” –intervino Nadeshiko recordando algo que escuchó a Fujitaka comentar por teléfono ante la última palabra de su hermano- “¿de verdad que te dieron un premio?, ¿qué clase de premio es?”

- “¿Es verdad?” –saltó Mamoru.

- “No es nada especial niños. Tu tía Sakura ya lo sabe y se lo diré a tu papá al regresar a casa” –sonrió el Rector de la Universidad Clamp en Tomoeda con modestia- “sólo un reconocimiento por la expedición en la India que hice..”

- “¡Oh, eso es genial!” –se entusiasmó Mamoru corriendo a contárselo al pequeño Kia, que junto con Kaho les salía al encuentro- “¡Oye amigo!, ¿sabes que a mi abuelo van a darle un premio por haber descubierto una ciudad antigua en la India?!!”

- “¡Estupendo!”

Kiku asomó los castaños ojitos a las puertas del templo de Kaho Monouhi y Mamoru y Kia corrieron a su encuentro imaginando lo grande y famoso del premio que iban a darle a Fujitaka..

Pero en la casa de los Kinomoto, otras eran las cosas que pasaban por la mente del hijo del profesor y arqueólogo.

Y es que recordaba lo que había pasado esa tarde, después que el francés dejara su casa...

- “De modo que escuchó todo” –había replicado Jean Le Blanc de pie ante el auto de Touya Kinomoto, que después de seguirle al salir, le cerrara el paso con su propio vehículo a tres calles de la casa- “me sorprende que no ingresara a golpearme doctor...”

Touya tenía el rostro casi de piedra. Miraba al francés con fijeza..

- “No tiente a su suerte Le Blanc”

- “No lo hago. Lo hice una vez y perdí” –replicó el rubio en perfecto japonés, que era el mismo idioma en que había hablado con “Tracie” – “en ocho años aprendí no sólo el idioma de este país doctor, creo que aprendí mucho más. Es una pena que hayan cosas que no puedan esperar o recuperarse..”

- “¡Cierre la boca!”

- “No comprendo el motivo de esta charla, pero deduzco que está ofendido conmigo por haber ido a su casa, y lo comprendo” –replicó Le Blanc- “y como tal me disculpo. Tracie es toda una dama y de haber sabido que estaba casada no hubiera dicho... bueno..” –aceptó- “no sé si lo hubiera dicho porque no le tengo miedo como en el pasado, pero no importa, ya que ella me explicó que estaba casada con usted y sólo me ofreció amistad”

- “¿Y se supone que debo agradecerle que se metiera a mi casa a tratar de llevarse a mi esposa?”

- “No, pero usted me robó a mi novia en mis propias narices, y eso debe admitirlo” –replicó el francés, casi retador antes de añadir- “usted no me importa Kinomoto, no vine por ninguna querella contra usted o algo por el estilo, sólo me importa Tracie”

- “Ella no se llama así idiota” –replicó Touya, conteniendo sus ganas de golpear al sujeto bajo la máscara de frío desprecio que mostraba- “si después de ocho años no sabes como llamarla es que nunca la conociste, de modo que te advierto que no vuelvas a poner los pies en mi casa ni mucho menos trates de acercarte a mi mujer... ¡si es que no quieres que sea poco civilizado y te saque a patadas!..”

- “Me alegra que aprendiera a controlarse un poco, ya que si hubiera hecho eso ahora sólo la hubiera humillado a ella con sus estúpidas dudas” –aceptó Jean mirando al galeno con resentimiento- “pero sus amenazas no me detendrían si ella hubiera querido. Sé que nunca me perteneció pero sólo espero que usted sepa darle el lugar que se merece doctor” –replicó antes de añadir con evidente deseo malévolo de hacer daño al otro- “Y no olvide que si bien es cierto que me la robó, puede haber alguien que le haga a usted lo mismo que me hizo a mí.. No lo digo por ofender a Tracie, sólo es una advertencia...”

Touya apretó los puños pero se mantuvo inmóvil. Si aquel imbécil buscaba provocarlo y verlo sufrir o que hiciera un escándalo iba a quedarse con las ganas...

- “Lárgate de aquí Le Blanc” –replicó firme y despectivo- “ver a un miserable perdedor como tú me enferma”

El francés miró al médico con furia e iba a continuar, pero Touya añadió:

- “Ella jamás ha sido un objeto para mí Le Blanc, que eso te quede claro” –dijo con decisión- “Un cretino como tú jamás lo comprendió pero si la perdiste fue por tu propia estupidez... Estaba a tu lado y la dejaste ir..” –añadió casi escupiendo las palabras- “¡pobre imbécil....! ”

Ante aquella frase Jean Le Blanc, accionista y Jefe de Relaciones Públicas del Consorcio de Comunicaciones KAIZER miró a Touya con el rostro pálido. Era casi como si las palabras de Kinomoto le hubieran golpeado en la cara, de la misma forma que hace ocho años..

Y dolía aún más que antes porque era cierto.

De modo que sin decir una palabra más subió a su auto y se marchó.

Para siempre.

- “Le dije al estúpido francés que te tenía a su lado y te dejó ir, que ese había sido su error” –aceptó con expresión atormentada ante ella, dejando de recordar lo ocurrido esa misma tarde- “pero quizá yo sea más egoísta al retenerte y hacerte perder tantas oportunidades.. ¡creo que soy peor que ese tipo!”

- “Ni Jean, ni París, ni nada en este mundo harían que me arrepienta de un solo instante vivido contigo.. nunca” –le replicó Tomoyo, de pie ante su esposo, mientras él todavía sentado ante la mesa del comedor - “me sorprende que trataras de ocultarme que supiste que Jean estuvo aquí” –le miró con un leve toque de sorpresa- “si no te lo dije fue porque no quería que te enfadaras, ya estabas bastante inquieto... ¿porqué no me lo contaste?, tú no eres así..”

- “¿Y cómo soy?, terco, histéricamente posesivo, malhumorado y necio ¿verdad?” –replicó poniéndose de pie con rapidez y dando unos pasos hacia la salita, con las manos metidas en los bolsillos y con la misma angustia en el rostro- “No sé porqué no te lo dije. Es más, creo que si Mamoru no hubiera protestado cuando ese idiota besó tu mano yo mismo le hubiera partido la cara en los siguientes tres segundos” –suspiró- “Pero no quería ofenderte. Golpearlo hubiera sido dudar de ti y no lo hago, pero somos tan diferentes, tan opuestos, que a veces creo que te encerraría en una torre para que nadie te mirara, ¡es como si tuviera un yo que siempre me hace cometer errores!” –ella sonrió- “sin embargo me duele pensar que te he obligado a algo y a veces creo que es mejor que nunca hubieras estado conmigo y........”

La muchacha no respondió. Le había seguido con una leve sonrisa y en ese momento sólo se empinó y rodeó con sus brazos el cuello de su esposo besando su boca con ternura...

- “Te amo, a ti y a todos los “yo” que puedas tener..” –murmuró- “¿acaso te arrepientes de estar conmigo?”

- “¡¿Yo?!, ¡no, claro que no!, pero no soy quien ha perdido una carrera internacional” –negó liberándose de su abrazo mientras su mirada recaía nuevamente en la alianza de oro de ella- “¿y qué te he dado a cambio?, ni siquiera pude darte una ceremonia de  matrimonio decente, y justamente a ti, ¡a ti!” –suspiró apretando los puños- “ayudaste a organizar el matrimonio de Sakura y de tu amiga Yoko pero no te dí la oportunidad de tener una boda como tú merecías; ahora me doy cuenta que fui terriblemente egoísta, que siempre lo soy y sin embargo nunca reclamas.. ¿porqué?” –le preguntó con énfasis- “Tú, la gran diseñadora, la experta en organizar las cosas para que sean impresionantes sólo tuviste un matrimonio tan... tan...”

- “¿Especial?”

- “Improvisado” –dijo con un leve toque de enfado consigo mismo, que no disimulaba esta vez- “ni siquiera pude darte algo como eso, como una boda normal. Y si hablamos de verdades he de admitir que me comporto a veces como un maldito posesivo, ¡como para no olvidarlo con tu madre diciéndomelo estos ocho años!..” –aceptó con angustia- “el problema es que nunca quise verlo pero desde el principio fui muy exigente contigo, desde aquel mismo instante que....”

- “No digas eso, siempre supimos que no iba a ser fácil pero no puedo creer que con todo lo que hemos pasado temas ahora que yo hubiera preferido París a estar aquí” –sonrió- “además nunca nos faltó nada...”

- “No siempre tuve un buen trabajo...”

- “Pero jamás te rindes. Y eres capaz de hacer de todo por los que amas” –le replicó con los ojos empañados de lágrimas- “además no me gusta que te expreses así de nuestro matrimonio ¡me gustó nuestra peculiar ceremonia nupcial!” –esbozó una risita- “¿nunca te lo dije? hasta Curtis me dijo que nos envidiaba un poco ¡y más cuando le conté sobre la noche que nos casamos! y es que toda mujer ha tenido alguna vez una fantasía y la forma en que nos casamos fue casi como una novela romántica” 

- “¿Romántico..?” –dudó frunciendo el ceño- “pero si todo fue tan...”

- “Hermoso..”

La hija de Sonomi sólo sonrió y su esposo la abrazó con fuerza sintiendo como si finalmente le hubieran quitado una gran losa de piedra del pecho. No debía hacerlo, pero sentía como si volviera a respirar. No dudaba de sí mismo ni de la propia felicidad que ella le había brindado pero finalmente se sentía tranquilo al saber que no la había obligado a dejar algo que la realizara como persona por seguir a su lado..

- “Gracias. Gracias por todo” –murmuró estrechándola contra su cuerpo, con fuerza y aprovechando el silencio y la soledad de la casa- “pero pequeña, si te hubiera hecho renunciar a tu carrera no hubiera podido perdonármelo..”

- “No hay nada que debas perdonarte” –sonrió ella, feliz de saber que las dudas estaban destruídas- “diseño lo que realmente quiero y me has dado todo aquello que ni siquiera me atrevía a soñar..”

- “¿Un matrimonio tan extraño?”

- “Me gustó mucho como quedó” –contestó con una sonrisa traviesa, acariciando el rostro de él- “ahora dame un beso y no vuelvas a temer eso nunca más por favor..”

- “¿Aquí, en mitad de la sala?” –alzó la ceja mientras le surgía una gotita sobre la cabeza - “sabes que los demás pueden regresar en cualquier momento..”

- “¿No quieres?” –murmuró ella con los ojos brillantes.

Los ojos oscuros parpadearon por un instante, perdidos en la contemplación de aquellas piscinas azules y aquella mirada tan hermosa y adorable...

- “Haces de mí lo que se te antoja..” –murmuró roncamente y con una sonrisa muy peculiar, que sólo ella conocía- “y todo porque sabes que no soy capaz de negarte nada.. mucho menos un beso”

- “¿En serio?, el que empezó con los besos fuiste tú” –susurró la joven esposa- “¿acaso no lo recuerdas?”

La gota sobre la cabeza de Touya se hizo más gruesa ante el recuerdo, mientras se perdía en un beso apasionado con la mujer que amaba.....

- “Sólo espero que los niños y papá demoren un poco más en volver a casa..” –murmuró él.

Antes de recordar lo ocurrido aquella noche, hace ocho años..

Cuando su vida cambió total y definitivamente.....

- “¡Auch!” –gimió Touya.

Su cabeza le estaba estallando y tenía el cerebro hecho un caos..

Se terminó de vestir a toda prisa y en silencio, pese a la oscuridad de la habitación sin saber todavía que iba a hacer, pero su mente no dejaba de recordar lo ocurrido apenas hacía unas horas..

Había despertado escuchando las voces de su padre y Yukito cuando empezaba a atardecer pero lo primero que sintió –siendo totalmente honesto- fue dolor...

- “¡Está despertando!” –se había entusiasmado Tsukishiro- “¿cómo te sientes Touya?”

- “Como si me hubiera atropellado un camión” –murmuró en un gruñido mientras su padre le sonreía- “¿qué ocurrió?”

- “El último terremoto casi te mata..” –le explicó Yukito- “¿no lo recuerdas?, tú y Tomoyo venían de ver a Sakura y...”

- “¡¿Cómo está ella?!” –saltó asustado, siendo detenido por su padre y el dolor general en el cuerpo- “¿le ha pasado algo?”

- “Descuida hijo, no tiene nada grave”

- “¿Y los otros? ¿Sakura?”

- “Afortunadamente ninguno de nuestros amigos fueron afectados, pero hubo daños y heridos y pasado mañana empiezan la evacuación del Hospital del Campus Clamp” –le explicó Fujitaka- “el joven Arisugawa y el joven Kamui Shirou, de los dragones del Cielo vinieron a ofrecernos ayuda, además que estaban muy inquietos por la situación de Sakura y de su novio”

- “¿El tipo chino está bien?”

- “Bueno, Shaoran sigue en coma pero está estable y mañana será trasladado a Hong Kong. Hoy vinieron muchas personas del Clan Li a verificar su condición y temo que es más saludable para tu hermana ir con él” –le explicó Fujitaka- “espero que no continúes oponiéndote..”

Touya gruñó, pero no pudo murmurar una objeción. Y es que de acuerdo a la intensidad de los terremotos que seguían asolando Tokyo quizá fuera mejor para su hermana ir a China con su novio pero en aquel momento tenía cosas más importantes que hacer, le habían comentado la visita de los Dragones del Cielo y aunque había tenido que ir a la habitación de Tomoyo con una muleta y ayudado por Yukito –sus heridas no eran serias pero necesitaba descanso y moverse mucho no ayudaba- había tenido revelaciones asombrosas..

- “¿Vieron a mi hermana?” –había preguntado Touya al ingresar, a modo de saludo.

- “Sí, ya charlamos con la señorita Sakura” –contestó Kamui- “fue ella quien nos dijo que usted y la señorita Daidouji habían sido los más lastimados por el terremoto de anoche”

- “¿Y quién es el herido de su parte?” –preguntó directamente el médico al ver el rostro de Tomoyo muy pálido - “¿qué ocurre?”

- “Es mejor que lo sepan de una vez” –murmuró el “Kamui” de los Dragones del Cielo – “La barrera destruída ayer fue la del Raimbow  Bridge...y quien combatió anoche fue Subaru”

Ni Yukito o Touya pudieron contener su asombro y una lágrima silenciosa se deslizó por el rostro hermoso y ahora triste de Tomoyo.

- “¿El señor Sumeragi?” –repitió el profesor - “pero si él ha peleado sólo puede haber sido por proteger al joven Kamui o...”

- “No, Subaru no peleó por defenderme a mí esta vez profesor”

- “Entonces enfrentó al Sakurazukamori” –replicó Touya con decisión- “¿es eso lo que quieren decir?, ¡maldición, creí que estábamos protegidos de ese sujeto mientras estuviéramos en este lugar!, ¡ustedes dijeron que podrían protegernos!, ¿acaso van a decirme que debo pelear con ese tipo, que nos vá a cazar impunemente ahora que Sumeragi no está en condiciones de pelear con él?, ¿qué pasa?, ¡díganlo de una vez!” –rodeó posesivamente el hombro de la chica que amaba con un brazo- “tranquila pequeña, ese maldito asesino no vá a poder hacernos daño... encontraré alguna forma de..”

- “No creo que tengan que volver a preocuparse por el Sakurazukamori doctor” –le interrumpió Sorata Arisugawa, en el tono serio que ciertamente no era su característica - “eso es lo que vinimos a decirles, ustedes tienen todo el derecho de saber que pueden sentirse tranquilos sobre eso. La cacería de ese hombre hacia usted y la señorita Daidouji ha terminado antes de verdaderamente empezar..”

- “¿Qué quiere decir?” –replicó Touya con suspicacia.

Los ojos azules de Tomoyo sólo expresaban pesar mientras la mirada triste del pequeño Kamui parecía ser más notoria a cada segundo; pero Touya analizaba las cosas frunciendo el ceño, comprendiendo también lo que la mirada de los dragones parecía decir..

- “¿Están seguros que está muerto?” –dijo seriamente- “puede haber sido una de sus condenadas ilusiones..”

- “No doctor. Seishirou Sakurazuka murió anoche, eso es seguro” –aceptó Kamui- “yo.... lo ví morir”

- “¿Entonces porqué tienen esa expresión en la cara?, ¿porqué se rompió la barrera que protegía el Raimbow Bridge?” –insistió Touya, cruzándose de brazos- “creí que sólo se rompían cuando el dragón que hace la barrera pierde la batalla o muere y si Sakurazuka murió, no tiene sentido que la barrera se rompiera trayendo el consabido terremoto de anoche”

Yukito contempló a su pequeño alumno con inquietud mientras los azules ojos de Tomoyo reflejaban compasión. Touya también contempló con fijeza al pequeño dragón mientras el profesor trataba de hilvanar ideas...

- “Entonces... si el señor Sumeragi y ese asesino pelearon y aquel hombre murió, eso significa...”

Los gentiles ojos de Yukito se dilataron de espanto..

- “Sí. Fue Subaru quien mató a Seishirou profesor..”

Las tres personas encontraron difícil de asimilar aquella noticia los siguientes segundos.  ¡Era imposible!, ¡impensable!. Yukito recordaba la serena faz de Sumeragi: un hombre triste... atormentado, pero pese a todo, una persona a quien difícilmente asociaba capaz de matar, aunque fuera a su peor enemigo. Y había matado a ese hombre.... al más poderoso de los Dragones de la Tierra, aquel cuyo poder sólo era sobrepasado por el Kamui Oscuro. Y es que contra todo pronóstico el oscuro asesino estaba muerto y esto eliminaba la posibilidad de que Touya tuviera una nueva confrontación con el Guardián del Túmulo de la Sakura pero Sumeragi, agobiado por el dolor y la culpa de la muerte de su peor enemigo –y a la vez la persona que amaba- había desaparecido. Como consecuencia, los Dragones del Cielo recomendaron a sus amigos –los involucrados en la Batalla del Preámbulo- una salida pronta de Tokyo ya que la muerte del sakurazukamori hacía inminente la confrontación final entre ambos “Kamui”...

- “Dudo que volvamos a verlos” –replicó Touya poco después que los dragones se marcharon, mientras empezaba a anochecer- “además tienen razón: hicimos lo que debíamos y ya no tenemos que estar aquí..”

- “¡Pobre señor Sumeragi..!.. debe estar... ¡oh Touya, pobre señor Sumeragi..!”

- “Lo sé.. lo sé” –comentó frunciendo el ceño, sintiendo también pesar por el médium- “pero ya no tiene caso, quizá era su destino” –por un instante recordó que una de las ilusiones que el sakurazukamori le enviara en la Batalla del Preámbulo era de Tomoyo y él mismo había tenido que apuñalarla- “¡debe ser espantoso!... creo que si algo así me ocurriera a mí me mataría..”

- “¿A qué te refieres?”

- “Lastimar a la persona que amas... matarla. Sea física o espiritualmente... no creo ser capaz de soportar que algo así me ocurriera a mí sin enloquecer en el proceso..” –acarició el oscuro cabello de ella - “lo bueno es que estás bien”

- “Me protegiste con tu cuerpo..” –sonrió la muchacha refiriéndose a lo ocurrido durante el último terremoto.

- “Lo único que importa es que tú y el bebé estén bien” –le dijo restándole importancia a lo que hizo y rodeándola con sus brazos con fuerza, como si temiera súbitamente perderla- “eso es lo importante”

- “Eso es exactamente de lo mismo que venía a hablarle a mi hija..” –interrumpió la voz de Sonomi.

Los ojos oscuros del hijo de Fujitaka relucieron en la oscuridad con rabia al recordar la visita de Sonomi, apenas dos horas atrás. La empresaria no sólo había interrumpido un momento privado con su novia sinó que les había comunicado que había hecho arreglos para que Tomoyo fuera trasladada a América al día siguiente...

- “¡Claro, América!” –gruñó terminando de ponerse la chaqueta y buscando su teléfono personal- “¿cómo no me dí cuenta?”

Sonomi había sido breve, racional y específica. Había enviado los resultados de los exámenes de Tomoyo a unos médicos en América y ellos habían recomendado unos estudios detallados, ya que notaban ciertas anomalías en los exámenes del bebé que la hija de la empresaria esperaba. Por supuesto que la noticia había dejado a ambos jóvenes realmente angustiados.. ¿podía haber algo malo con el bebé?, ¿le pasaba algo?. ¿Qué tan malas podría ser aquellas “anomalías” detectadas por los médicos en América?.

Y es que ambos –Tomoyo y Touya- recordaban con inquietud que había sido la manifestación de la energía espiritual de la criatura lo que les salvara de las ilusiones del sakurazukamori en la Batalla del Preámbulo..

- “¡Soy un imbécil!, ¡soy un maldito imbécil!” –gruñó mientras finalmente encontraba el teléfono y marcaba con rapidez el número de Yukito- “¡debí haberme dado cuenta!, ¡dejé que esa condenada mujer me asustara!, ¡permití que me convenciera y yo mismo convencí a Tomoyo que era lo mejor!, ¡que idiota!”

- “Aquí Tsukishiro.. ¿quién habla?” –respondió Yukito, por teléfono en ese instante, añadiendo al identificar la llamada de su amigo- “¿eres tú Touya?, ¿qué pasa? ¿se ha puesto mal Tomoyo?, ¿Sakura?”

- “No Yuki, deja de hacer preguntas y haz lo que te digo” –le dijo bajando la voz- “necesito que te vengas de inmediato aunque tengas que sacar tu auto del taller, si es que el condenado taller no se derrumbó...”

- “¿Qué?” –se sorprendió el profesor- “pero no entiendo... ¡estás todavía bajo observación en el hospital Touya!,¿qué pasa?”

- “Pasa.. que Sonomi me engañó.. ¡maldita sea!” –volvió a irritarse- “eso pasa...”

- “Touya, por favor, no hables así de la madre de Tomoyo. Seguramente estás nervioso porque ella tendrá que ir a América mañana, pero tú mismo me dijiste hace un rato que era lo mejor para el bebé y...”

- “¡Era todo una mentira Yukito!” –le interrumpió mientras salía de la habitación y caminaba por los desiertos pasillos del hospital Clamp a hurtadillas- “Sonomi me mintió, nos mintió para poder llevarse a Tomoyo, ¿no lo entiendes?. Hace un instante me escapé de la habitación para hablar con el doctor encargado y escuché a la propia Sonomi agradecerle por habernos engañado..”

- “¿De verdad?, ¿y por qué la señora Sonomi haría eso?”

- “Porque está loca... o más que todo porque quiere alejar a su hija de mí, ¿no está claro?” –gruñó nuevamente por teléfono, mientras contenía un quejido de dolor - “¡rayos!... aún me duele..”

- “Te recuerdo que te rompiste varias costillas en la pelea de la torre de Tokyo” –se inquietó el profesor, al otro lado del auricular- “y anoche te golpeaste por proteger a Tomoyo del terremoto..” –el preocupado Yukito suspiró pidiendo paciencia con la mirada a Ayame quien asintió con una sonrisa mientras Tsukishiro escuchaba a su amigo bufar irritado- “mira, yo estoy cerca pero no creo poder subir hasta el pabellón donde están ustedes, no olvides toda la seguridad que les rodea.. ¡hay infrarrojos por todos lados!, ¿qué vas a hacer?”

- “¡No sé, no sé! ¡pero no va a llevarse a Tomoyo ¿lo oíste?!” –le replicó- “bien, mira, no sé que hacer pero ven para el hospital...  ahora voy de camino a la habitación de Tomoyo y te llamaré cuando decidamos algo. ¿Bien?”

El profesor asintió en silencio mientras, en la cafetería del Hospital del Campus Clamp  –ignorante que el novio de su hija había escuchado su charla con el doctor que la atendía- Sonomi quedaba muda ante la expresión de absoluto asombro de Fujitaka, a quien acababa de confesarle la verdad..

- “¡Pero Sonomi, eso no es justo! ¡no puedes mentirles así a los muchachos!” –murmuró asombrado- “no está bien que les hayas asustado de esa forma”

- “¿No está bien?” –se defendió la madura pero aún atractiva mujer- “¿y qué está bien?, ¿qué Tomoyo se quede aquí exponiendo su vida de esa forma?” –la mirada gentil pero llena de reproche de Fujitaka la hizo confesar pese a sus deseos y tuvo que defenderse- “¡sólo deseo que ella y el bebé estén seguros de toda esta locura!, ¿es acaso eso tan malo?, ¿acaso no puedes comprender que deseo proteger a mi hija?, ¡es mi hija!”

- “¿Es por eso que deseas llevarte a Tomoyo de aquí?... ¿cuál es la verdadera razón de esta mentira?”

La mirada de Fujitaka adquirió una leve expresión melancólica, mientras miraba más fijamente a la empresaria, quien involuntariamente se ruborizó..

- “Sonomi, Sonomi..” –continuó con afabilidad el padre de Sakura y Touya- “¿porqué insistes en eso?, no está bien y lo sabes” –la mujer trató de balbucear algo pero el profesor negó suavemente con la cabeza y continuó- “sé muy bien que amas profundamente a tu hija pero utilizar un truco así para alejarla de Touya no es digno de ti, sabes bien que es injusto, además de cruel. ¿Imaginas lo angustiados que deben sentirse ahora los muchachos, temiendo que el bebé presente algún problema?”

- “¡Pero no he mentido del todo!” –se defendió nuevamente- “en cuanto lleguemos a América a Tomoyo le harán pruebas para prevenir que el bebé tenga algún problema y..!”

- “Pero eso no es lo que les dijiste” –le dijo con suavidad, pero con la desaprobación brillando en su mirada- “incluso hiciste que uno de los médicos de este lugar le mintiera a Touya ¿y eso por qué?, porque sabes muy bien que Tomoyo no es una muñeca que puedas manejar a tu antojo y que ella no se marcharía de no tener la seguridad que el bebé que espera corre peligro...”

- “Es que yo... yo... ¡tú dices eso porque él es tu hijo!” –se negó avergonzada- “dices que no es justo pero tampoco es justo que él aparte a mi hija de mi lado, ¡que se haya aprovechado de ella y la haya embarazado y..!”

- “¡Sonomi!”

La empresaria no pudo contenerse y empezó a sollozar..

- “Quiero a mi hija...” –murmuró entre sollozos- “he estado apartada de ella por años, dejé que a raíz del divorcio entre Keitaro y yo Tomoyo se apartara de mi lado cuando es lo único que importa en mi vida.. ¡es lo único!” –continuó pese a las lágrimas- “¿no lo entiendes?, ¡no puedo recuperar los años que perdí a mi hija pero ella es todo lo que tengo en este mundo!... ¡lo único que vale la pena y no quiero perderla de nuevo!”

- “Pero no vas a perderla..”

- “¡Sí, sí la perderé!. Por eso debo llevármela ahora... ¡trata de ponerte por unos instantes en mi lugar por favor!” –gimió, desesperada- “¿qué soy?, ¿qué hice de mi vida?... tengo empresas, tengo dinero.. ¡pero no tengo nada! ¡nada!, ¿comprendes?.. no soy capaz de engendrar una vida en mi interior, nunca pude lograrlo por mi esterilidad y eso me hizo sentir un fracaso como mujer.. ¡me sentía seca, vacía!” –lloró con desesperación mientras Fujitaka la contemplaba conmovido- “cuando Tomoyo llegó a mi vida fue como una luz en las tinieblas para mí” –recordó entre lágrimas- “no puedes entender ... nadie puede, nadie sabe cuanto la quise desde que la ví por primera vez en su cuna... tan linda, tan dulce... ¡cuando la tomé en mis brazos por primera vez supe que ella era mi hija!, ¡fue como si yo la hubiera traído a este mundo! ¡era mi niña!”

- “Sonomi...”

- “Ser una mujer abarca mucho” –le explicó tratando de contener sus lágrimas por un momento- “para todo el mundo siempre fui una mujer exitosa, pero en realidad no era así... mi vida profesional es lo único que no me volvió loca, lo único que me dio estabilidad, a lo que me aferré desde que me dí cuenta que mi matrimonio con Keitaro no era lo que esperaba... que había cometido un error” –parecía olvidada de la presencia de Fujitaka y hablaba atropelladamente, como si se liberara de un gran peso- “creí que bastaba que él fuera alguien apuesto y culto, un hombre del que me podía sentir orgullosa para amarlo, pero en realidad nunca lo amé. Me sentía orgullosa de él como esposo, me gustaba mucho, me sentía admirada y querida, pero nunca lo amé... nunca a él. ¡Por eso deseaba tanto tener un hijo, alguien que pudiera amarme y a quien yo amara como si fuera un hijo de la persona que amaba y a quien nunca hubiera podido decírselo..!”

Un gentil apretón de manos volvió a la mujer a la realidad y súbitamente se dio cuenta de quien estaba ante ella, lo que estuvo a punto de hacer.. o decir, y como consecuencia se sonrojó más que nunca a la vez que sus sollozos disimulaban su miedo..

¿Se habría dado cuenta... él?

- “No sabía que no te habías casado con... la persona especial de tu vida” –replicó el padre de Sakura y Touya con simpatía, exenta de otra intención- “lo siento mucho y te agradezco la confianza que has depositado en mí en ese momento...”

- “¡Sólo olvídalo!” –gimió ocultando el rostro rojísimo y surcado de lágrimas con las manos- “¡olvídalo!”

- “Pero Sonomi...” –insistió Fujitaka pensando en los muchachos- “sé que Tomoyo es la hija de tu corazón y que la amas tanto como yo mismo amo a mis hijos, pero eso no nos convierte en sus dueños. No puedes llevarte a tu hija de aquí con engaños... diles la verdad a Tomoyo y Touya y quizá...”

- “¡¿Y permitir que tu hijo la aparte de mi lado?!, ¡¿qué me la quite?!” –se volvió contra él, casi furiosa- “¡él no ama a Tomoyo!, ¡no la ama!... él sólo se aprovechó de ella y ahora por el bebé es que se siente responsable y..”

- “Sabes bien que eso no es verdad Sonomi. Tú quieres que él no la ame de verdad pero...”

- “¡Si lo es y no lo niegues!.. ¡no la ama!, tu hijo no es ningún santo pero es la primera vez que embaraza a una muchacha y por el bebé es que insiste en continuar con ella” –repitió, como si quisiera convencerse a sí misma- “¡es así como son las cosas!” –repitió alterada, pese a la mirada conmiserativa de Fujitaka- “pero... pero... pero no tiene que ser así, ¡no tiene que serlo!...” –casi suplicó- “sabes bien que sólo sufrirán mientras estén juntos, ¡son demasiado diferentes, casi opuestos!. Si Tomoyo se viene conmigo a América sufrirá un poco por la separación pero luego se acostumbrará y verá que era lo mejor; que lo de ella y Touya no tenía futuro; estoy segura que tu hijo encontrará a alguien más aquí en cuanto nos marchemos; en cambio en América cuando el bebé llegue.... ambas lo cuidaremos mucho y..... y.... y....”

Su voz se quebró en lágrimas.

- “Sabes que nada de eso ocurrirá Sonomi” –le comentó Fujitaka con suavidad, tratando de no herirla más- “basas todo aquello en que los muchachos no se amen y eso es lo único que cuenta. Quizá sean muy diferentes entre sí, en formas de ver la vida y en carácter.. pero se aman y cuando eso existe entre dos personas lo demás viene por sí solo” –continuó- “¿y que me dices del bebé?, te expresas del hijo que Tomoyo espera como si fuera una excusa de Touya para estar con tu hija, como si esa criatura fuera un accidente que tú deploras y..”

- “¡No, no, no!” –negó con calor- “si es mi nieto o nieta, ¿cómo no voy a adorarle?, ¡es justo por esa criatura y Tomoyo que hago esto!, ¡el bebé estará mucho mejor bajo mi protección!, ¡puedo hacer tanto por esa criatura!, ¡puedo darle muchas cosas que tu hijo no puede...!”

- “Y le darás cosas... cosas que no suplirán el hogar y la familia que tratas de quitarle”

Sonomi sollozó convulsivamente, mientras Fujitaka se ponía de pie.

-“Vamos” –le dijo con amabilidad- “yo voy contigo. Es bueno que canceles todo lo del viaje y te acompañaré cuando le digas la verdad a los muchachos..”

Ignorante de la charla que su padre sostuviera con la madre de Tomoyo, Touya se escabulló evitando los sensores hasta la habitación donde descansaba la muchacha. Cabe destacar que la seguridad del Hospital del Campus Clamp siempre le había parecido impecable y apropiada –especialmente porque se angustiaba temiendo alguna aparición imprevista del sakurazukamori- pero ahora, ya libre del temor de la presencia de aquel asesino, empezaba a exasperarle todo aquel sofisticado sistema...

- “¡Oh demonios!... faltó poco” –suspiró cuando dejó atrás el último sensor láser de los pasillos- “debo recordar agradecerle a Kiku por haberme dado la referencia de los sistemas de seguridad...” –añadió revisando el improvisado y rústico gráfico que la niña fantasma le dibujara con una gota sobre la cabeza- “aunque ella debería aprender a dibujar..”

- “¿Hermanito?” –murmuró la niña fantasma, atravesando la pared con su cuerpo y con una sonrisa en su carita- “¡Kiku no vé a nadie, hermanito puede ir a ver a chica que canta bonito porque ella está sola y nadie está cerca!” –añadió dudosa- “¿hermanito decía que Kiku debía aprender algo?”

- “A dibujar..” –murmuró con un bufido mientras dejaba las frases de agradecimiento por la ayuda brindada para después- “tienes un trazo tan malo que casi piso una alarma en tres ocasiones..”

- “Lo siento hermanito, es que Kiku no sabe dibujar eso que tú dices mapas y..”

- “Deja las explicaciones para después” –le interrumpió con decisión- “sólo quédate aquí y avísame si alguien viene ¿de acuerdo?, ¡y no estés espiando a través de las paredes sin motivo!”

- “Pero es que a Kiku le gusta ver a hermanito siendo bueno con chica que canta bonito y..”

- “¡Que no me espíes!” –le anonestó irritado y con el rostro rojo, pero en voz baja- “haz lo que te digo y sólo vendrás cuando te llame ¿de acuerdo?”

La niña fantasma asintió en silencio, con la confusión brillando en sus ojitos castaños..

- “Con lo lindo que se vé hermanito cuando es bueno con chica que canta bonito..” –murmuró.

- “¡Que no sigas!” –le espetó antes de abrir la puerta de la habitación de Tomoyo con sumo cuidado- “y no espíes.. ¿está claro?”

La pequeña fantasma asintió sin comprender nada y Touya murmuró un “¿porqué yo?” con fastidio pero ingresó a la habitación de la hija de Sonomi respirando al fin con tranquilidad. Y es que ciertamente Tomoyo seguía allí –es que hasta llegó a temer ya no encontrarla- y aunque estaba dormida finalmente podría hablar con ella sobre...

Se detuvo al pie del lecho súbitamente.. ¡rayos! ¿cómo no pensó en eso?.

No iba a despertarla en medio de la noche para decirle que su madre les estaba tratando de separar con un embuste ¿verdad?... es decir, era cierto, pero después de todo Sonomi era su madre...

¡Maldición!, ¿cómo iba a decírselo ahora?.

Volvió la vista hacia el lecho de hospital donde la chica descansaba, tratando de encontrar alguna idea que le sirviera de base para sus noticias, pero al contemplarla dormida todas las cosas que se le podían haber ocurrido se esfumaron de su mente..

Parpadeó por un instante, embelesado aún contra su voluntad al verla dormida. ¡Cielos!, se veía tan hermosa y adorable que quedó casi hipnotizado al contemplarla... su cabello oscuro rodeaba su hermoso rostro pálido y sus facciones armoniosas, mientras su delicada silueta se dibujaba tenuemente bajo la sábana, visible por la luz de la luna que se filtraba por la ventana..

Avanzó un paso... y luego otro, con lentitud y casi con temor a despertarla, mientras su mano empezaba a acariciar suavemente el sedoso cabello de la chica que amaba. Y es que por un instante le había parecido insólito...

Insólito.

Aquella durmiente figurilla, tan hermosa....

Estaba esperando a su hijo..

Contuvo un quejido de dolor –por la propia condición de su cuerpo- al inclinarse sobre ella con asombro, mientras continuaba acariciando el cabello largo y oscuro con mucha suavidad. Sí, aquella vez había sido así.... cuando la contempló dormida y la besó por primera vez......la noche de la fiesta en la Mansión Li –aquella extraña despedida de soltera de una de las amigas de Sakura- cuando había caído hechizado ante la hermosa figura de la chiquilla durmiente...

La había conocido desde que era pequeña y jamás le había prestado la menor atención –algo que era mutuo, ella apenas era una niña- pero verla así le había desarmado de tal manera que, como aquella vez no pudo contenerse y se inclinó con delicadeza para besarla en los labios mientras cerraba los ojos, como si fuera un sueño..

¡Era tan dulce que casi le embriagaba!

- “¿Y ha sido mía?” –murmuró en voz baja, casi pensando en voz alta sin creer que la chiquilla esperaba un hijo suyo- “pequeña...”

- “Yo también te quiero..”

Dio un brinco hacia atrás casi cayéndose, sorprendido por encontrarse ante aquellos oceánicos ojos azules que le miraban con profunda ternura, mientras no podía evitar el sonrojo que le producía que ella se hubiera dado cuenta que la estaba besando mientras dormía..

- “Que hermosa manera de despertarme” –murmuró la chica, con una hermosa sonrisa en el rostro- “es muy lindo de tu parte... y romántico”

- “Ya deja eso” –murmuró dándole la espalda y cruzándose de brazos, ocultando su sonrojo, visible por los rayos de la luna- “sabes bien que eso de ser romántico no es mi fuerte..”

La joven sólo amplió su sonrisa. Y es que ella sabía que pese a su peculiar forma de ser, él podía ser muy dulce cuando finalmente dejaba de esconderse detrás de aquella careta de sarcasmo, pero por supuesto que prefirió no decirlo –no deseaba avergonzarlo- mientras trataba de encender la lámpara cercana en silencio..

Aunque... ¿tal vez ese beso era..?

¿Su despedida..?

- “No, pequeña.. no” –le dijo él, como si adivinara sus pensamientos, evitando que encendiera la lámpara en la oscuridad- “es peligroso encender la luz..”

La muchacha le miró con nerviosismo... Cierto. Iba a tener que partir a América por la mañana y no lo vería en... ¿quién sabe cuanto tiempo?.

Quizá era mejor despedirse en la oscuridad...

- “Abrázame otra vez” –suplicó entristecida, refugiándose en el pecho masculino- “sólo abrázame ¿si?. Sé que tengo que irme por el bebé pero..”

- “Ah.... sobre eso es justamente que venía a hablarte..”

- “¿Qué sucede?, ¿pasa algo grave?”

- “No. Nada pasa. Ese es precisamente el punto” –contestó sin pensar mientras la abrazaba con fuerza, sintiendo como con su cercanía su corazón empezaba a latir muy fuerte... y es que hacía mucho tiempo que no estaban solos y sólo deseaba besarla hasta perder totalmente la cabeza- “no pasa nada malo con el bebé... nada. Todo está bien... ese es precisamente el punto, no hay ningún motivo para que te vayas... es... es....”

La muchacha le miró con los azules ojos muy abiertos mientras él no sabía como decirlo de manera poco ruda...

- “¿Era mentira?”

- “Sí” –aceptó con un suspiro- “pero los arreglos para tu partida están hechos, ya firmamos la orden de traslado y te vendrán a poner un sedante en...” –miró su reloj de muñeca- “treinta minutos, la idea es que estés sedada al viajar. En este momento deben estar en camino para ponerme un sedante a mí también, para que cuando despierte mañana no pueda hacer nada...”

- “Por eso te escapaste de tu habitación. No estás bien como para andar todavía moviéndote así, te recomendaron descanso por tres días por tu condición..”

- “Como entenderás, no iba a quedarme sentado después de escuchar a tu madre comprar al doctor que nos engañó... ¡y caí como un imbécil!” –se enfadó- “mi propio colega me mintió mientras esa condenada mujer...”

La muchacha inclinó la cabeza en silencio y Touya maldijo mentalmente su poca delicadeza...

- “¡Ejem!” –tosió para disimular su incomodidad- “tenías que saberlo, porque están por darse cuenta de que no estoy en mi habitación y se va a armar un buen alboroto... ¡no es posible esperar sentado a que le pongan un sedante a uno y que todo se nos venga encima cuando es una argucia para alejarte de mí!” –dudó, y es que no había pensado en decir eso  (en realidad no había pensado que hacer)- “lo peor es que no hay forma de quedarse aquí y arreglar el asunto, porque primero nos sedaran y después no podremos protestar porque.... ¡para entonces estarás en América y yo a miles de kilómetros de ti!”

- “Tienes toda la razón” –asintió dulcemente, pero sin dudar y con la decisión y confianza brillando en la mirada azul- “vamos entonces... voy contigo. Sólo ayúdame a levantarme”

- “¿EHHHHH?”

El hijo mayor de Fujitaka parpadeó, asombrado. ¿Ella dijo que se iba a ir con él?, ¡si él ni siquiera le había dicho todavía que iba a llevársela con él esa misma noche aunque a Sonomi le diera un infarto!.

Y tal vez el motivo por el que todavía no le había dicho que iba a llevársela era porque no tenía la menor idea de a donde iban...

Aún no había tenido tiempo de pensarlo.

- “Bien, bien... llamaré a Yukito, ya le había dicho que iba a hablar contigo y le pedí que estuviera en las afueras del hospital” –dudó, buscando su teléfono personal- “y es que creí que tú...”

- “Yo voy contigo” –repitió con infantil confianza.

- “¿No me preguntas donde?”

- “Confío en ti”

Touya volvió a parpadear con desconcierto ante la fé que la muchacha depositaba en él y la ayudó a levantarse del lecho de hospital con delicadeza pero rápidamente. Instantes después salía con Tomoyo de la mano y casi a hurtadillas de la habitación..

- “¡Hola Kiku!” –saludó la hija de Sonomi a la niña fantasma- “¿no viene nadie verdad?”

- “¡Hola chica que canta bonito!” –se entusiasmó la espectro- “no, nadie...”

Tomoyo sonrió a la niña y la pequeña le devolvió la sonrisa mientras Touya trataba de pensar con rapidez a la vez que marcaba el número de Yukito..

- “Gracias Yuki, gracias” –dijo al cortar la comunicación que sostuviera casi en susurros inaudibles- “no olvidaré esto, te lo juro, gracias” –tomó nuevamente a Tomoyo de la mano mientras empezaban a moverse y volvía a buscar el patético gráfico sobre las alarmas que le diera la niña espectro- “vamos, tenemos que apurarnos... tenemos que ver a Yuki en el sótano y estamos en el piso treinta y nueve...”

- “Y sin ascensores...” –sonrió Tomoyo.

- “Si” –gruñó- “eso de que tenemos que identificarnos para usar ascensores acabaría con todo, ¡bah!” –se enfadó- “bajar todas esas escaleras con cuidado nos tomará tiempo que no tenemos...”

- “Pero ¡Kiku ayudará!, ¿no puede Kiku hacer nada hermanito?”

- “Sí, quiero que tú hagas algo que voy a pedirte Kiku..” –le dijo hablando con la niña fantasma en voz muy baja, ante el asombro de Tomoyo- “¿de acuerdo?, lo que quiero que hagas es..”

- “¿Qué le pediste?” –le preguntó la chica en cuanto la niña fantasma desapareció.

- “Le pedí que viera un detalle... importante” –dijo evasivo mientras se admiraba lo linda que podía verse Tomoyo aún en una simple bata de hospital- “vamos...”

La pareja empezó a descender por las escaleras con rapidez pero cuidadosamente, pero en ese mismo instante una enfermera corría asustada por el extremo opuesto del pabellón del que Touya se escapara hasta toparse con Sonomi y Fujitaka, que no parecían llegar todavía a un acuerdo..

- “Sonomi... si tú no se lo dices a los muchachos lo haré yo, ¡no está bien que..!”

- “Pero, es que.. decírselo ..”

- “¡Oh señor!” –gimió la enfermera, reconociendo a Fujitaka- “¡su hijo no está en su habitación!”

- “¡¿Cómo?!”

- “Iba a ponerle el sedante que me ordenó el doctor Kirami pero no lo encontré.. debe haberse ido porque la bata de hospital que estaba usando está allí y la muda de ropa que tenía en el armario no está..”

- “¡¿Se ha ido?!, ¿porqué?, ¿y sin decírmelo?”

Fujitaka dudó, sintiendo una leve punzada en el pecho. Si no hubiera sabido esta misma tarde que el sakurazukamori estaba muerto temería lo peor, pero entonces...

Es sólo podía significar que..

- “¡Lo descubrió!” –saltó Sonomi, comprendiendo todo en segundos- “¡oh no es posible!... ¿cómo pudo haberme descubierto si...?” –una idea la asaltó súbitamente- “¡Tomoyo!, ¡oh, va a ir a decírselo a mi hija!”

- “¡Sonomi, regresa!”

Mientras la empresaria corría hacia la habitación de su hija y la alarma cundía por el hospital Tomoyo suspiraba algo cansada. Descender aquellos pisos había sido realmente agotador pero finalmente estaban a dos pasillos del lugar donde Yukito los esperaba para llevarles a.....

- “Me será difícil encontrar un empleo como médico ahora” –le decía Touya muy bajo, mientras se movían sutilmente a oscuras- “el Hospital Central de Tokyo se incendió y es difícil dar como referencia algo así. Quizá sea más seguro ir de todas maneras y por nuestros propios medios a Kanazawa o Kyoto..” –suspiró- “temo que las cosas no van a ser nada fáciles..”

- “Eso sería buena idea” –el sonido de la alarma los inquietó- “¡Oh, creo que ya se dieron cuenta!”

Touya apretó los labios en silencio, pero no dijo nada, tenía un nudo en el estómago desde que supo la mentira de Sonomi. Estaban a un pasillo del lugar donde les esperaba Yukito pero.. ¿y Kiku?.. ¿dónde estaba esa condenada fantasma?...

- “¡Touya!, ¡Tomoyo!” –la voz de Yukito le dió un respingo, y es que estaba distraído pensando en el encargo que le diera a Kiku- “¿porqué se han quedado aquí?, ¡estaba muy preocupado por ustedes!”

- “¡Yuki no vuelvas a pegarme tamaño susto!”

- “Lo siento...”

La muchacha saludó al profesor con una sonrisa mientras el médico suspiraba al ver llegar a la niña fantasma con una caja algo maltrecha entre sus manos espectrales..

- ““¡Ya era tiempo niña!”

- “Lo siento mucho hermanito...”

- “Es mejor darnos prisa y salir cuanto antes ¿no creen?” –preguntó Tomoyo mientras caminaba hacia la puerta de uno de los sótanos del hospital- “yo creo que se hace tarde y...”

El nudo que Touya sentía en el estómago se puso más tenso..

¡Rayos, tenía que decirlo y no sabía cómo!

- “No, espera” –la retuvo, muy serio pese a que su rostro empezaba a ponerse rojo - “te... tenemos que casarnos primero..”

Los ojitos espectrales de Kiku se abrieron como platos y Yukito le hizo una seña para apartarse un poco de la pareja al igual que él, que ya ponía distancia de por medio para darles un poquito de privacía..

- “¿Casarnos?” –repitió la chica con un confuso parpadeo- “pero..” –dudó- “no necesitas hacerlo...”

- “¡¿Cómo que “no necesito”?!” –casi gritó.

- “No es necesario. A mí no me interesa la firma de algún papel para irme contigo” –le contestó Tomoyo, aún sorprendida que él lo hubiera propuesto pero con una leve sonrisa- “¿crees que me parece importante eso en este momento?” –tomó una de las manos de él y lo hizo tocar su talle, cosa que lo puso muy incómodo por el público cercano pero ella continuó- “nuestro bebé está aquí... y nada nos alejará a los tres, exista o no algo que acredite que somos una familia..”

- “¡Dices que no quieres...!”

- “Quiero ser tu esposa” –sonrió con dulzura e inagotable paciencia- “pero no es necesario esa formalidad para que nos vayamos ahora”

- “¡No, no no!, ¡Vendrás conmigo como mi mujer... pero también como mi esposa!” –dijo muy serio, con los ojos brillantes y el ceño casi fruncido- “¡una vez te dije que no toleraría que alguien te censurara por estar conmigo y...!”

- “Pero a mí no me importa lo que digan y..” –siguió sonriendo ella.

- “¡¡¡Es que quiero que te cases conmigo!!!” –casi gritó, sudando a mares- “sé que no es la mejor manera pero no voy a permitir que traten de separarnos otra vez... además que realmente quiero que seas total y definitivamente mía” –suspiró- “pero es tu decisión y comprenderé si no quieres hacer esto. Supongo que no es la forma que esperabas ni la que hubieras querido...”

E inclinó la cabeza apretando los puños.

Tal vez estaba siendo injusto con ella y...

Pero la muchacha sonrió y lo abrazó con fuerza empinándose para besarlo mientras él se olvidaba que su mejor amigo y una niña fantasma estaban de público no muy lejos y se perdía en aquel gesto íntimo con la muchacha, que le susurró suavemente mientras se besaban...

- “Me caso contigo ahora y en este mismo instante.. es lo único que me importa ahora”

- “A mí también” –le confesó aún perdido en aquel beso- “además que así nadie podrá alejarte de mí jamás.. ”

- “¡Que bueno!.. porque quiero quedarme así para siempre..”

El profesor no pudo evitar sonreír brevemente.. realmente Tomoyo sabía hacerle bajar la guardia a Touya como para que él olvidara que estaban besándose en público...

Una escena muy tierna..

¡Lástima que tuvieran que darse prisa!

- “Ah... ¡ejem!” –tosió Tsukishiro con incomodidad- “lamento tener que apurarles pero...”

La cara del médico se puso casi azul al recordar súbitamente la presencia de su mejor amigo y la niña espectro. Pero no tenía tiempo ni de enfurruñarse, ¡debían darse prisa las alarmas aún seguían sonando y quien sabe que estaría tramando la histérica de Sonomi!

- “Si, es cierto” –asintió mirando aún incómodo la sonrisa de Yukito y soltando a la chica para cruzarse de brazos, y con cara de pocos amigos- “hay que darse prisa. Afortunadamente Yuki ya tiene todo listo en aquella salita..”

- “¡Oh pero que adorable!, ¡lo preparaste todo tan de prisa!” –se entusiasmó la muchacha- “¡es tan romántico de tu parte!”

El médico trató de ocultar su vergüenza..

- “Te doy la razón Tomoyo” –sonrió el profesor ganándose una mirada asesina de parte de su amigo- “Antes de que a tu madre se le ocurriera lo del viaje, Touya ya tenía los papeles listos para que se casaran en cuanto llegaran a Kanazawa, lo bueno es que ya me habían pedido a mí que los guardara. En cuanto a la ceremonia, bueno, les recuerdo que esta es la parte del hospital donde se suelen celebrar esas cosas, ¿ya olvidaron que Ayame y yo nos casamos aquí?” –sonrió más ampliamente- “además que ella me ayudó a ultimar detalles..”

- “Entremos entonces...” –se emocionó la muchacha- “ya quiero..”

- “No, espera..” –la retuvo Touya, entregándole con sumo nerviosismo el paquete que Kiku trajera- “yo.... yo... ¡rayos no soy bueno para esto!..” –todos le miraron interrogantes y el médico gritó indignado – “¡¡¡¿y ustedes que están mirando?!!!” –Yukito y Kiku giraron para que Touya estuviera más cómodo y él murmuró ante el asombro de Tomoyo- “mira pequeña, lo siento, lamento no poder ofrecerte algo mejor y bueno...... es lo menos que puedo hacer y sólo espero..” –dudó- “¡oh rayos! es lo menos que puedo darte.. y temo que lo único”

- “¡¡¿Es para mí?!!”

- “Sólo ábrelo..” –murmuró con incomodidad.

La aún aturdida muchacha abrió el paquete y sus ojos brillaron atónitos....

Era...

Era...

- “Era de mi madre” –dijo Touya con el rostro rojo, y sudando- “es el vestido con el que mi madre se casó. Quizá no está a la moda y no es una creación exclusiva pero ya hubiera sido demasiado que te casaras con una bata de hospital por mi culpa y..”

- “¡¡¡¡Oh es maravilloso!!!!” –por las hermosas mejillas de la chica corrían ya las lágrimas de emoción- “sé lo mucho que esto significa para mí y ahora me lo das de esta forma... yo... yo.. yo”

Lo abrazó en medio de emocionados sollozos y besos, mientras Yukito los empezaba a apurar.. y es que ya no contaban con mucho tiempo..

- “¡Lo que fue difícil fue tener a la persona que los vá a casar, y se tiene que ir en media hora!” –gimió- “¡además que los están esperando!”

- “¡¡¿¿¿Esperando???!!”

Pero Sonomi no estaba dispuesta a esperar...

- “¡No me importa cómo lo llames o lo que digas!, ¡meteré a tu hijo a la cárcel por secuestro, eso lo juro!”

- “¡Sonomi contrólate por favor!”

- “¡NO voy a hacerlo!” –le replicó indignada- “¿crees que tengo motivos?, ¿sabes lo inconsciente que es de parte de ese histérico de tu hijo llevársela de esa manera?, ¡afuera la ciudad se cae a pedazos, y eso sin mencionar los terremotos!”

- “Sonomi, ¡no es la forma correcta de manejarlo, los muchachos ..!”

- “¡La policía arreglará esto!, ¡quiero a las autoridades, quiero un juez, un policía!.. ¡lo que sea!” –casi gritó a Kinomoto, y al teléfono que tenía en las manos- “¡necesito una autoridad aquí y ahora, que persiga a tu hijo y..!” –una enfermera les miró con expresión nerviosa y Sonomi se dirigió a ella- “¡¿qué pasa?!”

- “Hay una autoridad en los sótanos...” –replicó amedrentada por el hostil gesto de la empresaria- “quizá sea mejor que lo busque y no siga por aquí..”

- “¿Una autoridad?, ¿aquí?, ¿a esta hora?”

- “Sí” –replicó la nerviosa enfermera, sin comprender el motivo de la auténtica furia de la señora- “parece que alguien avisó que iba a haber una boda urgente.. el Hospital del Campus siempre tiene una autoridad para esos casos urgentes. Usted sabe, como hay tantos casos de vida o muerte a veces las personas quieren casarse antes de... de la despedida final”

- “¡Oh vaya!, ¡¡¿y de qué se supone que me sirva esa autoridad que está casando a dos personas, si busco al degenerado que se ha escapado con mi hija?!!” –los ojos de la empresaria se abrieron cuando su cerebro procesó la información y miró al pasmado Fujitaka, que al parecer había llegado a la misma conclusión, antes de marchar corriendo a recibir a los guardaespaldas que acababa de llamar para ir con ellos a toda prisa hacia aquella sala de bodas en el Hospital del Campus Clamp****.

Seguida de Fujitaka, por supuesto.

Aunque la paciencia de Touya llegaba al límite en ese momento...

- “¡Ya deja de chillar tanto monstruo que no tenemos toda la condenada noche!”

Sakura enjugó sus lágrimas mirando a su hermano con el ceño fruncido. ¡¿Cómo podía decirle “monstruo” en este preciso momento?!, ¡además no era la única que estaba llorando de emoción ante los sucesos de aquella imprevista noche!. Tomoyo estaba abrazada a su mejor amiga sollozando también, si bien –por supuesto- a ella Touya no le reclamaba el retraso..

- “Lo siento” –se disculpó la hija de Sonomi con una sonrisa, casi como si adivinara los pensamientos de la antigua card captor- “es que ha sido una sorpresa tan hermosa que todos ustedes estuvieran aquí para acompañarnos...”- trató de limpiarse las lágrimas emocionadas de su rostro- “yo creí que... bueno..”

- “Por supuesto, se supone que cuando dos personas se fugan para casarse, se deduce automáticamente que la boda no tendrá invitados” –sonrió Eriol muy divertido dirigiéndose a Tomoyo- “pero en este atípico caso no es a nosotros a quien debes agradecer por estar aquí, sinó más bien a Yukito y Ayame... pero creo principalmente que la idea de que te acompañáramos en este momento tan importante fue suya” –señaló al hermano de Sakura- “¿verdad doctor?”

A Touya le surgió una vena sobre la cabeza y se juró mentalmente que algún día se vengaría del inglés por ponerle en evidencia mientras Sakura y el resto de los asistentes le miraban con una sonrisa que el pudo interpretar como “¡oh, que tierno!”, mientras él pensaba que aquella era la mayor vergüenza de su vida...

- “¡Maldito inglés, condenada “monstruo”, malditos Yuki y Ayame, Kiku y todos estos!” –pensó irritado.

- “Gracias Touya” –sonrió Tomoyo enjugándose las lágrimas y mirándole con una ternura tal en su angelical rostro que se puso nervioso por ponerse nervioso...

Y es que no quería que nadie se diera cuenta que estaba nervioso..

- “Pensaste en mí hasta en esos detalles” –le sonreía Tomoyo, con esa sonrisa que lo convertía en mantequilla derretida, pese a los denodados esfuerzos que estaba haciendo para no “derretirse” ante el público asistente- “no sabes lo que significa que me dieras el vestido de tu madre y no te olvidaras de reunir para mí a nuestros amigos..” –la muchacha se volvió hacia Sakura- “Gracias a ti también por el obsequio amiga mía..”

- “¿Estás segura “monstruo”?” –replicó Touya mirando a su hermana, feliz de volver la atención de todos hacia la joven de ojos verdes- “yo le dije a Kiku que lo trajera pero sólo como préstamo. Papá siempre conservó el vestido de bodas de mamá con la idea de dártelo a ti y..”

- “El vestido de bodas de mamá se vé muy hermoso en Tomoyo” –sonrió Sakura- “además tú le ayudaste a papá a conservarlo y estoy segura que a mamá le encantaría saber que no es prestado sinó de tu esposa... la nueva señora Kinomoto y mi mejor amiga” –se volvió hacia Tomoyo- “me has ayudado y apoyado tanto desde niña que créeme que me siento feliz de ¡por una vez! ser yo quien te obsequie con un vestido especial para tu momento especial con mi hermano.. ¡además ahora serás mi hermana!”

Ambas amigas se sonrieron con felicidad

- “¿Saben la historia de los vestidos de bodas?”

- “¡Cierra la boca Takashi Yamazaki!, ¿no ves que interrumpes un lindo momento?, ¡además todos tenemos prisa!”

- “Si, en volver a nuestras casas los que no estamos graves, y los demás en regresar a sus habitaciones en este mismo hospital” –rió el mentiroso.

- “¡Ahh!” –suspiró Yukito, pasando el brazo por el hombro de su esposa- “Ayame, no sé que hubiéramos hecho sin ti para ayudarnos a sacar a todos de sus habitaciones y llamar a los demás por teléfono!”

Rika y su novio sonrieron, al igual que Naoko. Todos estaban allí a excepción de Shaoran Li y Yoko Hiu; y es que Shaoran estaba en coma y Yoko se había marchado apenas hace unos días, justo antes que Eriol recuperara la conciencia..

Y por eso era que pese a la alegría de Sakura se le notaba cierta inquietud –y es que no dejaba de pensar en lo mucho que a Shaoran le hubiera gustado estar allí- pese a que Mei Ling estaba tratando de animarla diciendo que le contarían todos los detalles cuando él despertara; y Eriol, quien, si bien estaba realmente divertido con la peculiar boda, no dejaba de pensar en buscar a Yoko en cuanto le dieran de alta. Aunque no era el único divertido. Dos compañeros de Touya –médicos como él, y heridos a consecuencia del incendio y derrumbe del Hospital Central de Tokyo, que estaban como pacientes en el mismo hospital del Campus Clamp- estaban realmente atónitos..

- “¿Para qué diablos los trajiste Yuki?” –le murmuró Touya a su amigo- “¿qué hacen ellos aquí?”

- “Me dijeron que eran tus amigos y creí justo que ya que estaba aquí como pacientes sería justo que...”

- “¡Ay Yuki!, ¡no tenías porqué traerlos y..!”

- “¡Viene señora enojona con amable papá y muchas chicas de negro!” –replicó Kiku atravesando la puerta que cerraba el acceso a la Sala de Bodas del Hospital en un instante, y casi provocando un ataque de susto en la pobre Sakura- “¡todavía están lejos pero vienen!”

- “¡Bien, se acabó la charla!” –gritó Touya ante el asombro de los que no veían a la espíritu y no sabían nada de la cercanía de Sonomi y los guardaespaldas- “esta boda empieza ahora..” –se volvió hacia el oficiante- “¿qué espera?, ¡hágalo rápido, cásenos de una buena vez!, ¡de prisa no tenemos tiempo que perder!, ¡aprisa, de prisa, apúrese!”

A Sakura, Tomoyo y Yukito les surgió una gotita, mientras los compañeros de Touya lo miraban con asombro..

Y es que era la primera vez que veían al sarcástico y trabajador Touya –que siempre mantenía la cabeza fría aún en situaciones difíciles- hablar tanto y tan de prisa..

¿Estaba nervioso?

- “¡Quiero fumar un cigarrillo!” –pensó Touya antes de tomar la mano de Tomoyo con más fuerza, sintiendo su corazón latir a martillazos por saber que iba a hacerla su esposa y nadie podría separarlos- “¡Oh rayos! ¿cómo es que Sonomi está aquí?, ¡con razón no podíamos encontrar a papá si estaba con ella!”

- “¡Allí es, dense prisa, dense prisa!” –gritó la empresaria, algunos minutos después- “¡muévanse!, ¡de prisa!”

Siete a diez guardaespaldas femeninas, todas con expresión dura de quien obedece órdenes sin replicar, corrieron hacia la puerta cerrada de la Sala de Ceremonias Especiales del Hospital Clamp mientras Fujitaka retenía a Sonomi del brazo, tratando por última vez de hacerle entrar en razón...

- “¡Sonomi ya basta!”

- “¿Cómo te atreves?”

- “¡Debes detener esto de una vez Sonomi!”

- “¡Es lo que trato de hacer, ya no quiero que sigas tratando de impedirlo!” –bramó furiosa- “has evitado que la policía llegue hasta aquí diciéndoles que sólo es un asunto familiar pese a que los llamé tres veces, ¡pero no podrás evitar que por mis propios medios le dé a tu hijo lo que se ha buscado!”

- “¡Sonomi déjalos en paz!, ¡esto ya se pasó de todo límite!”

Las guardaespaldas empujaban la puerta con todas sus fuerzas mientras –del otro lado- Yukito y Yamazaki estaban apoyados contra la misma puerta tratando de proporcionarles a los novios tiempo precioso –y es que eran los únicos varones ilesos presentes que podían tratar de cubrir la puerta- a la vez que el oficiante miraba los rostros azorados del resto de los presentes –bien, Eriol a duras penas controlaba la risa- y más que todo la faz nerviosa del novio, que no cesaba de repetir ¡dese prisa!...

- “Pero... bueno... ¿qué pasa afuera?” –dijo interrumpiendo la ceremonia- “me parece que..”

- “¡DESE PRISA Y NO HAGA TANTAS PREGUNTAS!” –gritó Touya con una gigantesca vena sobre la cabeza.

Los golpes en la puerta se hicieron más patentes y Yamazaki miró a Yukito con inquietud, antes que el profesor avisara..

- “¡Esta puerta ya no resiste Touya...!”

- “¡Oh hermano!” –se angustió Sakura.

- “Pues ¿qué ocurre?” –murmuraban los asistentes que no tenían magia y no estaban enterados del “problemilla” del novio y la madre de Tomoyo- “¿qué es eso?, ¿es un asalto?”

- “¡Esto ya no aguanta doctor!” –gritó Yamazaki- “¡la puerta se vá a romper!”

- “¡Touya, ¿es realmente la mejor manera?!” –replicó Yukito aún con la espalda apoyada contra la puerta, que crujía en forma alarmante.

La mente del hijo de Fujitaka era un completo caos. Ciertamente quería la presencia de su padre allí pero estaba seguro que esa mujer iba a traer brazos armados –policías o guardaespaldas- que tratarían de separarle de Tomoyo a viva fuerza..

¡Y eso no iba a permitirlo!

Ella y su hijo... lejos...

No, no...

¡NO!

¿Porqué no terminaba la ceremonia de una vez?

Los latidos de su corazón casi le estallaban los oídos pero adoptó una decisión. Frunció el ceño y apretó a la muchacha contra sí con todas sus fuerzas mientras decía en voz alta:

- “Abran la puerta..”

- “Abran la puerta..”

Todos los asistentes –Touya incluido- miraron asombrados la hermosa sonrisa de Tomoyo, pero más que todo el hecho que la muchacha ordenara que abrieran la puerta en el mismo instante en que Kinomoto lo dijo...

- “Sí, por favor.. Yukito, Yamazaki..” –sonrió la diseñadora de ojos azules- “no se sigan poniendo en peligro y abran la puerta.. es lo mejor”

Y es que Tomoyo era la única que no había perdido la serenidad desde que empezaron a tratar de forzar la puerta..

Touya la miró atónito.

- “¡Detengan esto!” –gritó Sonomi apenas la puerta se abrió, con las guardaespaldas pegadas a sus talones, antes de dirigirse a Touya con furia- “¡tú, grandísimo degenerado, pervertido vas a pagar muy caro por haber tratado de llevarte a..!”

- “¡Usted señora no vá a ..!”

- “Hola mamá” –saludó Tomoyo con calma e interrumpiendo a Touya y a su madre con una hermosa sonrisa- “me alegra mucho que estés aquí..”

Los ojos de la empresaria se abrieron como platos.

- “¡Tomoyo!” –la figura de Fujitaka se abrió paso entre las guardaespaldas y contempló a la hermosa muchacha con asombro- “¡es.. es increíble!..” –parpadeó antes de sonreír con profunda nostalgia- “elegiste una esposa adorable hijo, te ves como un ángel pequeña Tomoyo”

- “¡Papá yo...!” –replicó Touya sin saber que decir ante el autor de sus días.

- “To... Tomoyo..” –la empresaria miraba la delicada figura de su hija en aquel sencillo pero hermoso vestido blanco de hermoso encaje, que casi la hacía verse etérea- “qué.. qué.. ¿porqué haces esto?”

- “Estoy casándome mamá” –sonrió la chica, con la mirada azul más radiante que nunca- “de una forma que jamás me hubiera atrevido a soñar.. ¡y me siento muy feliz de hacerlo!”

El resto de los asistentes –hasta el oficiante de la ceremonia- estaban en estupefacto silencio.

- “Pe.. pero...” –Sonomi trató de contener su asombro antes de añadir- “¡esto es absurdo!, ¡toda esta situación debe terminar ahora!, ¿casarte así?, ¡ni siquiera es una boda decente!”

- “Pero tú misma los has obligado a esto Sonomi” –sonrió Fujitaka adelantándose hasta los muchachos y mirando a la empresaria- “y ya es tiempo que esta absurda situación acabe” –se volvió hacia su hijo, que lo miraba algo azorado- “tienes toda mi bendición en esto Touya. Aunque me hubiera sentido mejor si me hubieras invitado..”

El médico bajó la mirada.

- “Sí lo hice, le dije a Kiku que te buscara pero no te encontró” –hizo una pausa- “no quise dejarte fuera de esto papá, lo juro, pero no podía esperar..”

- “Te entiendo y estoy totalmente de tu parte, aunque creo que ya lo sabes, ¿verdad?”

- “¡¿Qué?!” –casi gritó la empresaria.

- “Esto tiene que terminar Sonomi, tú misma lo dijiste” –replicó Fujitaka con su gentileza acostumbrada pero con la inflexible decisión brillando en sus ojos- “tú misma sabes que es incorrecto y sé que no continuarás con esto; porque eres una mujer que ama a su hija, porque tu corazón maternal no se continuará dejando llevar por el orgullo y la terquedad. Tú sabes mejor que nadie que Tomoyo no es ninguna muñeca y que siempre ha sido capaz de tomar las riendas de su propia vida..” –sonrió mirando a la muchacha- “pero te quiere mucho y ha sido muy condescendiente contigo por ese mismo motivo, porque no desea crear ninguna sombra entre ustedes pero ella ha tomado su decisión y tu no seguirás oponiéndote y lo sabes” –suspiró antes de añadir con firmeza- “ni los propios muchachos te permitirán hacerlo... ni yo tampoco. Ya te lo dije antes”

- “No... no puedes ponerte de su parte..” –murmuró Sonomi, atónita ante las frases de Kinomoto.

- “Mamá.. todos estamos de la misma parte” –la muchacha se desprendió de la zarpa de su novio y se acercó a su madre y las guardaespaldas mientras el cabello de Touya casi se erizaba del susto- “gracias por sus servicios, no las necesitaremos más” –despidió a las mujeres de seguridad- “esto no es un secuestro, ni un viaje fundado en una mentira” –Sonomi se sonrojó de vergüenza- “es mi boda.. y mi madre está aquí para acompañarme, para estar conmigo en la decisión más importante que he tomado hasta ahora en mi vida de mujer: casarme con el hombre que amo. No por apuro, ni por presiones ajenas y falacias, porque me hubiera ido con él hasta el fin del mundo sin importarme lo que pensaran, lo hubiera hecho e iba a hacerlo porque soy su mujer y espero a su hijo”

Sonomi miraba a su hija con incredulidad y esta continuó..

- “Pero Touya quiso que nadie hablara mal de mí, aunque a mí no me importa” –le dijo a Sonomi- “me ama... y me respeta. Pero acepté casarme con él ahora porque quiero y no por el que dirán, porque me hubiera casado con él la misma tarde en que supiste de nuestra relación mamá, cuando él me lo dijo por primera vez que me quería...”

La muchacha sonrió mientras todo el lugar quedaba en silencio..

- “Eh... ¿continúo con la ceremonia o esto se cancela?”

- “Continúe por favor” –sonrió Fujitaka, dirigiéndose al confundido oficiante- “ahora estamos todos aquí..”

Tomoyo tomó las manos de su madre y la hizo adelantarse hacia donde estaba su futuro esposo.

- “Quiero que estés detrás de mí en el momento en que me convierta en la esposa de Touya, mamá..”

La empresaria avanzó como sonámbula quedando al lado de Fujitaka, quien le sonrió para darle ánimos. A dos pasos de ella, Touya miraba a su novia y a la madre de su novia aún sin creer lo ocurrido...

- “Bien, continuando con la ceremonia...”

- “E.. ese vestido..” –susurró Sonomi saliendo de su estupor después de algunos instantes, mientras el oficiante decía ya las últimas frases que convertían a Tomoyo Daidouji en Tomoyo Kinomoto- “ese vestido .... me es...”

- “¿Familiar?” –le dijo Fujitaka muy bajito- “supongo que sí. Creo que Nadeshiko te envió una fotografía de nuestra boda junto con su ramo, ¿lo reconociste?. Mi hijo le obsequió a Tomoyo el vestido de Bodas que usó su madre... nuestra recordada Nadeshiko”

Todos los presentes dieron muestras de alegría en ese momento –ya terminada la ceremonia- y ninguna de las chicas presentes pudo evitar una sonrisa cuando Sonomi abrazó a su hija entre sollozos..

Antes de obsequiar –a cambio de su vestido- su ramo a Sakura, quien aún no podía creer que su hosco y terco hermano se acabara de casar con su mejor amiga.. 

            *                                 *                                 *                                 *

Los azules ojos de Mamoru se abrieron como platos mientras Nadeshiko sonreía con una profunda emoción pintada en su semblante y Kiku daba saltitos de gusto. Fujitaka tosió con cortesía después de sonreír por unos instantes ante la tierna escena romántica de su hijo y Tomoyo besándose en un rincón de la salita..

Y es que sabía que ya todas las nubes de inquietud habían desaparecido de la casa...

- “¡Ejem, ejem!” –tosió el Rector de la Universidad Clamp en Tomoeda, para hacer que los esposos Kinomoto notaran que tenían público- “tuvimos un lindo paseo ¿verdad niños?”

- “¡Que lindo!, ¡hermanito y chica que canta bonito muy muy lindos!, ¡eso gusta mucho a Kiku!”

Touya soltó a su esposa en menos de dos segundos y se cruzó de brazos frunciendo el ceño, tratando de no mirar directamente la expresión de franco encanto de Nadeshiko, la cháchara de Kiku y la mirada de “prefiero no decir nada” que le dirigía Mamoru.

¡Rayos, ya sabía que eso iba a suceder!..

Miró a su esposa pero Tomoyo no se inmutó ante la mirada levemente enfadada de él, y se limitó a sonreírle como un ángel..

- “Realmente ella es un ángel” –pensó con un suspiro- “ella y mi familia son lo único que me importa.. ¡que bueno que no se irá de mi lado!”

 “Ángel que das luz a mi vida
eres el aire que quiero respirar
Ángel que alivias mis heridas
¡no te alejes que muero si no estás!”

Notas de la autora: ¡Al fin!. Finalmente terminé este epílogo (perdí dos veceslos avances T_T). Lamento mucho mi desaparición pero vivo ... aún ¬ ¬ ´. Gracias otra vez por la paciencia y aunque otra vez me excedí con la cantidad de azúcar del epílogo, pero espero que les agrade. Como ven, a veces los problemas pueden creárselos unos mismos y más cuando hay un ex - novio rondando a una esposa linda, ó cuando un esposo que de por sí no es muy comunicativo empieza a ocultar algo que debe decir .. ¡pero lo bueno es que existen la comunicación ­­entre parejas y un gran amigo con conocimientos de psicología  Ù_Ù!!.. Y es que a Touya, el amor le incentiva los celos... sí, más que antes. ¬¬´ ¡Ah es cierto!, aunque.. ¿quién podía imaginar que iba a ser tan considerado con los detalles de una boda, por más que ésta fuera tan precipitada?..
¡Y es que pese a todo su temperamento, los detalles delatan a este chico!.
Bueno, y sin olvidar los alborotos desde Hong Kong causados por cierta adolescente inquieta y la gran seriedad con la que el pequeño Hien toma su posición, además que por fin le reconocen la labor arqueológica al amable Fujitaka...

Las canciones de este epílogo fueron tres: “Angel”, interpretada por el mexicano Cristian Castro –y que mejor forma de referirse a la encantadora Tomoyo, tal y como la ve su esposo- también “el beso del final” de Cristina Aguilera, que me pareció apropiada para expresar la angustia de la hija de Sonomi ante el peculiar comportamiento de Touya, y sin olvidar la canción “Un nuevo amor” de Tranzas, quien me sonó como algo que Touya diría si se describiera a sí mismo y aconsejara a su esposa. ji, ji.. ¡sólo espero les hayan parecido apropiadas!. 

Nota especial: Lamento no haber podido incluir escenas románticas de otra pareja que no fueran Touya y Tomoyo esta vez, ¡pero este era el epílogo que les correspondía a ellos! aunque.. paciencia, ya vienen más detalles de nuestra pareja protagónica y todos nuestros queridos personajes.. ¡todo a su tiempo!.

Vocabulario:
* Las gemelas Lo Chum, Lei La: ¡lo siento!. Debido a unos errores de tipeo en un epílogo anterior dí a entender que Hin Lu y Mei Ling tenían “gemelos” cuando son “gemelas” –dos niñas-, ¡lo siento mucho!. Aunque ahora ya está claro que tienen 3 niñas –con la bebé Lin Sai- y un niño llamado Kei Lang.
**Shaoran ha dispuesto que los padres de ella residan permanentemente en Pekín: Como Jefe del Clan Li, Shaoran dispone de los lugares de residencia de los miembros de su familia, para el mejor control de los territorios donde viven todos los emparentados con los Li, de modo tal que todos –especialmente su familia directa- le sean útiles y tengan labores apropiadas.
***lo tomé de un libro de Jhonn R. R. Tolkien: Esto es referencia directa al autor del libro “El Señor de los Anillos”, “El hobitt” y “El Sillmarillion” (mi autor favorito) siendo de este último libro de donde tomé el nombre de la hija de Eriol –Miriel- que tal y como indica el inglés significa : Mujer-joya. Esto, para responder a los que me preguntaban de donde lo saqué ^_^!!
****sala de bodas en el Hospital del Campus Clamp: En cada Hospital normalmente hay una Sala donde ocurren las ceremonias desde Bodas –cuando los novios pueden trasladarse hasta allá, si su condición lo permite- hasta funerales y cosas así..

Comentarios sugerencias y tomatazos a [email protected]

Sidestory: “Por un beso” (Agradeceré me remitan un mail personal para la remisión de estos capítulos las personas interesadas, a fin de no herir la susceptibilidad de los menores que leen el fic)

Avances para el quinto epílogo: Una reunión entre amigas trae más de una sorpresa para Sakura. Eriol recibe una visita y se reafirma en el hecho que un instrumento musical sí puede ser de tortura mientras Tomoyo y Yoko quieren saber un detalle muy personal sobre el matrimonio de los Li. Yukito convence a Touya que no odie su diván de psicoterapeuta a la vez que Rei trata de hacer que Tao estudie un poco con consecuencias... bueno, sin consecuencias útiles. ¡Pero es que hasta los niños hacen sus tareas escolares con responsabilidad!.
Aunque Shaoran empieza a preocuparse por algunos asuntos del Concilio que se relacionan a alguien que conoce...

Epílogo Quinto: El regalo prometido

 

 

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