En la torre de Tokyo 

               por Mikki-chan     

 

 

Epílogo Tercero

“My fair Lady”

 

 (él) “Yo te quiero enseñar, un fantástico mundo
ven princesa y deja a tu corazón soñar.
Yo te puedo mostrar cosas maravillosas
ven princesa y déjate llevar a un mundo ideal.”

Canción “Un mundo ideal”
Intérpretes: Ricardo Montaner y Michelle

Ya era hora de cenar.

Yoko suspiró levemente antes de instalarse en el lujoso comedor de la embajada –al lado de su esposo y su hija- mientras la sonrisa de Eriol se ampliaba…

- “¿Qué quería esta vez?”

- “Insiste en lo mismo” –replicó la joven de ojos grises- “ya le había dicho que el año pasado fue una excepción pero me dice que suba a un avión y vaya a ayudarla..” –suspiró- “me apena decirle que no, y menos por teléfono pero..”

- “¿Acaso piensas ir?”

- “¡Claro que no!” –respondió a la pregunta de su esposo- “¿crees que podría dejarles mientras me voy alegremente a otro país?”

- “Era Lady Regina ¿verdad mamá?” –preguntó Miriel.

Yoko asintió dando por terminada la charla y buscando a Tao con la mirada pero fue necesario que Eriol le recordara que el adolescente había avisado que iba a retrasarse en casa de Rei para hacer una tarea –bien, en realidad Rei hacía la tarea y Tao flojeaba- sin embargo Miriel continuó con sus preguntas…

- “¿Este año no ayudarás a Lady Regina en la Anual de Caridad mamá?”

- “No Miriel” –sonrió Yoko- “¿porqué?, ¿querías ver a Lady Regina?”

- “No, mi abuelita está siempre muy ocupada” –replicó la pequeña mientras Eriol contenía una risita- “bueno papá… puedo decirle “abuela” cuando no me escucha ¿verdad?”

- “Por supuesto. Además podrías también decirle “abuela” en su presencia..” –comentó con una sonrisa.

Los ojos azules de Miriel se encontraron con los de Eriol y ambos sonrieron de la misma forma imaginando la escena que la rubia dama haría…

- “¡No sean crueles con Lady Regina!” –suspiró Yoko.

Ciertamente a Lady Regina le hubiera provocado un ataque de nervios –y posiblemente años de terapia psicológica- ser llamada “abuela” en público. Ya había tenido que soportar una fuerte crisis nerviosa cuando supo que Miriel vendría al mundo algunos años atrás –y había acusado amargamente a su único hijo de tratar de sabotear su reputación, creando dudas sobre su edad- pero Eriol había descubierto gran diversión en mortificar a su madre con pequeños detalles y su pequeña hija compartía su opinión…

No así Yoko.

- “El año pasado fue coincidencia que tuvieras que recoger tus credenciales como Secretario de Cultura en Londres, justo antes del Anual de Caridad” –continuó Yoko dirigiéndose a Eriol- “no hay motivo para que yo vaya, sola, a ayudar a Lady Regina… ella es perfectamente capaz de organizarse”

- “Con unos cuantos desmayos de por medio” –rió su esposo, divertido.

- “Lo que pasa es que mamá es siempre muy buena con Lady Regina” –rió la niña dulcemente pero con el mismo brillo de su padre en los ojos- “por eso es que la abuela siempre quiere que le ayudes”

- “Bueno, con todo el empeño que siempre le pusiste para agradarle, es justo” –comentó el inglés- “además consideras su opinión mucho más que mi padre y yo mismo Yoko”

- “Es tu madre” –se justificó la joven china.

- “¡Pero si siempre ha sido así papá!” –asintió Miriel- “desde que me acuerdo mamá es muy buena con Lady Regina y ella le quiere mucho..”

- “No, eso no siempre fue así…”

Yoko suspiró levemente mientras su pequeña hija pedía más datos a Eriol. Este, ni corto ni perezoso –esta vez- procedió a explicar que antes de casarse con él, ni Yoko ni Tao poseían una gran fortuna y…

- “¡Y tu sí papá!” –replicó la pequeña, con los ojos muy abiertos, pues ignoraba aquello- “¡oh, ya veo!, justamente me recuerda al cuento que podríamos representar en la escuela: “La Cenicienta”!”

Yoko parpadeó confundida pues jamás se había asociado a sí misma con la historia de la chica del zapato, el hada madrina y la calabaza, pero antes que Eriol pudiera contestar…

- “¿Siguen con lo de la obra?” –interrumpió Tao, dejándose caer sobre su silla con su acostumbrada mala educación- “¡oh por favor, ya basta!, el Director Tsukishiro quiere que los alumnos de la institución Clamp fraternalicen e insiste en que hagamos una obra todos juntos” –empezó a engullir su ensalada con una velocidad asombrosa- “chomp…. chomp…. y… esho…. eshh…. para… bebésshh… obrassss… escolares…. ¡para be..bés!”

- “Tao, no hables mientras comes”

- “Vamos hermanita, no te enfades, sólo que ya estoy grande para eso. Jugar a los cuentos de hadas no es mi estilo. Por supuesto que si yo hiciera de príncipe todas se volverían locas por mí y…” –dudó antes de atacar briosamente la sopa- “bueno, quizá no sea tan malo… ¿la primaria va a proponer que sea “La Cenicienta” Miriel?”

- “No es eso. Le decía a papá que él fue el príncipe de mamá” –sonrió la pequeña- “papá acaba de decir que antes tú y mamá eran pobres e imagino a mamá trabajando tan duro como la cenicienta. Por eso digo que papá fue su príncipe”

La cara de Yoko se puso roja –mientras recordaba algo- y Eriol tomó una actitud pensativa… ¿realmente había sido así?.

- “¡Ay por favor!” –dijo Tao, antes de pedir su segunda ración de la noche- “si Yoko hubiera sido la cenicienta, para empezar no era muy cortés eso de darle de bofetones al príncipe encantador” –rió burlón mientras Yoko estaba más y más roja- “llámalo intuición pero como que es una forma dolorosa de empezar un romance…”

- “¡Tao!” –protestó su hermana- “¿cómo puedes decir eso?”

- “En realidad sí fue doloroso Yoko..” –repuso Eriol con una risita mientras doblaba correctamente la servilleta- “… sí que lo fue..”

El rostro de la joven señora Hiragizawa se puso más rojo y Miriel miró a Tao y sus padres con curiosidad…

- “¿Bofetones?, ¡la cenicienta no repartía bofetones Tao…!”

- “Tal vez la del cuento, pero tu mamá sí. Bueno, bueno… si quieres el cuento de tus padres en versión resumida allí te vá:” –Yoko lo miró azorada pero el muchacho continuó- “hace algunos años vivía esta chica china que trabajaba tan duro como cenicienta y que tenía un lindo, hermoso, encantador y bello hermanito que era realmente un primor…”

- “Tao..” –rió Eriol, mientras una chispa de diversión aparecía en sus ojos- “¿no crees que estás divagando..?, la historia del hermano de la cenicienta no es el punto”

- “¡Eriol!”

- “Déjalo” –le pidió con un guiño- “esto será divertido… vamos, no lo tomes en serio”

Pero Yoko estaba apenadísima…

- “Bueno, bueno… esta cenicienta trabajaba muy duro para ayudar a su hermanito y a su madre, pero cierto día un príncipe que estaba distraído pensando en la inmortalidad del cangrejo atropelló con su elegante … “

- “¿Carruaje?” –interrumpió Miriel.

- “¿Inmortalidad del cangrejo?” –repitió Eriol.

- “Un carruaje modelo Alfa Romeo, muy bonito y caro” –recordó el adolescente, complacido de sí mismo- “bueno, el punto es que el príncipe iba distraído y no se fijó. El susodicho príncipe en Alfa Romeo..” –Tao lanzó una carcajada mientras Eriol sonreía sin molestarse- “atropelló a la madre de cenicienta. Sé que el cuento dice que se conocieron en un baile donde el príncipe quedó impactado al verla ¡pero no!, el impacto le llegó en forma de un bofetón que le dio nuestra moderna cenicienta, y todo por andarse riendo de sepa Dios qué. Bien, por circunstancias que no vienen al caso, cenicienta tuvo que aceptar la ayuda del príncipe, pero este a cambio trató de espiar por el agujero de la puerta cuando ella acababa de bañarse y eso le costó otro bofetón que le desencajó la mandíbula y…”

- “¡Tao!” –protestó Yoko.

Eriol reía con disimulo.. ¿cómo sabía Tao aquel episodio en que Yoko lo creyó un vulgar mirón pervertido por culpa de Jeff?.

- “Déjame seguir hermanita… bueno, luego de tanta bofetada al príncipe le gustó la cenicienta … supongo que de tanto golpe llegó el amor.. ¿no?” –Eriol lanzó un suspiro pero sonreía burlonamente pese a las frases de Tao, que continuó- “pero ellos no eran muy listos y el hermoso, brillante, imaginativo y encantador hermanito de cenicienta tuvo que ayudarles bastante. Finalmente en una feroz pelea contra … contra…” –dudó sin saber cómo referirse a Tsu Chin- “¡ya lo tengo!, contra otro malvado pretendiente de cenicienta..”

- “Cenicienta no tuvo otro pretendiente..” –protestó Miriel, con expresión suspicaz- “y mamá tampoco...”

- “¡Tu no estuviste allí, así que no protestes!. Bueno, este pretendiente protestó por el zapato que no le quedaba y fue con LOS SEIS.... enanos, sí, enanos, a matar al príncipe y a un amigo suyo” –Yoko suspiró pensando que si el fantasma de Tsu Chin se enteraba de la peculiar versión de Tao volvería a morirse, a la vez que Eriol notaba una mezcolanza de cuentos en lo que Tao decía- “pero finalmente fue vencido y…”

- “Eso es mentira Tao” –insistió Miriel- “¿acaso no hubo baile?”

- “Créeme mocosa, el baile fue al último, y no puedo seguir si me interrumpes tanto. Suficiente es decir que Cenicienta y su hermanito huyeron después que vencieron al malvado drui…. Druisilio, sí, así se llamaba el pretendiente” –Eriol esbozó una sonrisa más amplia y a Yoko le surgió una gota sobre la cabeza- “pero el príncipe los encontró poco después gracias al brillante niño, el hermanito de cenicienta y fueron felices y vivieron en una embajada y punto …. “

La niña sonrió ampliamente escondiendo su escepticismo pero viendo a su padre asentir le preguntó el motivo…

- “Bueno, la historia de Tao carece del sentido del cuento, pero ciertamente no fue fácil para mí convencer a tu madre de casarse conmigo…”

La pequeña hubiera querido saber más detalles pero una llamada telefónica de Nadeshiko la hizo salir a contestar mientras Eriol recordaba….

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Mi estimada Sakura:

No tengo frases para agradecerte el fax que tuviste la gentileza de enviarme. En este mismo momento me encuentro en el avión camino a Hong Kong: Me sorprende que tengas datos de Macao considerando que he estado en esa ciudad tres veces desde que ella abandonó el hospital y nunca sentí ni su presencia ni la menor manifestación de su magia pero si logro hallarla esta vez gracias a los datos que me proporcionas te estaré en deuda por siempre. 

Lamento ser tan breve pero espero poder charlar contigo muy pronto.

Tu amigo.
Eriol

- “¿Estás seguro?”

- “Por supuesto que sí” –replicó Eriol con seguridad matizada de inquietud- “he estado tratando de rastrear algo de ella o de Tao todo este tiempo pero me ha sido imposible, supongo que comprendes lo importante que ha sido recibir este aviso de tu parte..”

Sakura asintió.

- “En realidad es a Hin Lu a quien debes agradecer” –replicó- “conoce a estos chicos, los gemelos Chen, y alguna vez Yoko comentó que también los conocía. Ciertamente Yoko se ha mantenido alejada de todo lo relacionado al Concilio pero el área de Macao está ahora bajo jurisdicción de ellos y fueron muy gentiles en avisarnos de los desórdenes de esa escuela..”

- “Una inundación peculiar”

- “Una inundación de aguas vivas” – especificó Sakura, con una luz de comprensión brillando en los verdes ojos- “bueno, no fue del todo una inundación... parece que alguien trató de jugar con las aguas de la piscina infantil de esa escuela”

- “Sakura, tú y yo sabemos quienes son los únicos que pueden hacer eso” –replicó el joven inglés pensativamente mientras su amiga le observaba con interés- “tú misma enfrentaste ese tipo de control sobre las aguas cuando eras niña y enfrentaste el recuerdo de Kai Sung*. Sólo los Sheng podían hacerlo o...”

- “Tao... y Yoko” –asintió la antigua card captor- “lo sé, recuerdo bien el tipo de poder que sentí cuando me dirigía a la torre de Tokyo la noche de la pelea. Nunca la ví usarlo, pero sé bien lo que sentí” –continuó, inquieta por el peculiar estado de su amigo- “pero no es seguro Eriol, la señora Ieran dijo que investigaría más y...”

- “No Sakura, no quiero investigación alguna del Concilio en esto, por favor. Agradécele a la madre de Shaoran su gentileza de mi parte, pero ya debo irme, quiero estar en Macao lo antes posible”

La joven de ojos verdes contempló a su viejo conocido con interés y algo de melancolía matizada de asombro. Conocía a Eriol desde que eran niños y tanto ella como Shaoran lo apreciaban mucho desde que el destino los reunió de nuevo –por el asunto del último card captor, en un principio- pero jamás había notado tal cambio en su amigo occidental. Toda aquella serena compostura y encanto gentil que bien podía esconder mil maquinaciones –lo sabía por propia experiencia- habían dado paso a una inquietud que podía palparse en el aire que el joven inglés respiraba, una angustia que no podía disimular – Eriol ¿no pudiendo disimular algo?, ¡realmente era cosa del fin del mundo!- y si bien ella y Shaoran ya sospechaban los sentimientos que su amigo abrigaba por la chiquilla de ojos grises, para alguien que conocía a Eriol desde hace tanto tiempo, el cambio en su expresión era notable.

Y es que ya habían pasado varios meses sin noticias de la muchacha.

- “¿Podría ver a Shaoran, Sakura?”

La hija de Fujitaka Kinomoto asintió.

- “Lo siento” –murmuró Eriol- “lamento mucho importunarte con mis problemas cuando la condición de Shaoran todavía es tan delicada Sakura... ¿tienen alguna idea de cuando despertará?, no falta mucho para que nazca tu bebé”

- “En realidad han sido meses muy difíciles con él en coma, pero hace una semana que está ya estable y despertó. Byakko y Tsuki han sido selladas pero corrió un riesgo muy grande y los médicos prefieren mantenerlo sedado para que descanse”

- “Me alegra mucho que ya esté fuera de peligro”

- “A Shaoran le hubiera gustado ayudarte Eriol. Estos meses han sido muy difíciles para ti”

El joven inglés negó lentamente con la cabeza y sonrió melancólicamente antes de añadir.

- “Lo sé, sé que Li hubiera movilizado todo el Concilio para ayudarme a hallar a Yoko pero supongo que es justo. Mi ayuda cuando éramos niños hacia ustedes no fue del todo convencional, pero lo que sí me alegra es que ya estés totalmente tranquila por él” –añadió- “aunque él aún duerma le saludaré un instante y partiré para Macao esta misma noche”

- “Pero, la escuela..”

- “Si es la mejor escuela de Macao estoy seguro que Tao tiene que ver en esto, pero la veré a ella, y es lo que importa..”

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Mi querido amigo:
Te envío desde aquí mis mejores deseos de que puedas hallar a Yoko. Sé bien lo angustiado que has estado al buscarla todo este tiempo y aunque ya hemos charlado mil veces de lo mismo, te pido por favor que aclares la situación con ella antes de manifestarle lo que sientes . Creo conocerla un poco por la forma en que me apoyó en los difíciles momentos de la muerte de Kia y si bien ambos sabemos que ella te ama, es preciso que aclares el porque de su huída ya que yo misma fui testigo de que al despertarse en el hospital lo único que hizo fue angustiarse por tu estado, prueba del hecho es que escapó sólo cuando tuvo la seguridad que despertarías y que estabas fuera de peligro.
Antes de ser sellada, Nakuru te lo dijo ¿verdad?, Yoko le suplicó que te cuidara mucho y que siempre velara por ti. Sé que sabes todo esto, pero te conozco y sé también que si puedes ser muy analítico para todo lo que se refiere a los demás y aún a tu poder, sé bien que cuando se trata de ella te desconoces a ti mismo por lo mucho que la amas, pero también que todo esto es muy nuevo para ti y estás desconcertado y angustiado por verla otra vez. 
Sé honesto Eriol, es lo único que puedo decirte... y ya que al fin sabes lo que es amar, lo doloroso, hermoso, cruel y dulce que es,  enséñale a Yoko a no temer este sentimiento.
Tu amiga
Kaho Monouhi

La mirada de la chiquilla se volvió hacia la puerta del aula escolar y al ver la alta y elegante figura de Eriol todo el color huyó de su rostro en apenas una fracción de segundos. Un rayo a sus pies no hubiera provocado tal reacción ni sorpresa en sus facciones y dejó caer al piso el arreglo floral en que estaba trabajando, cuya base de cerámica se hizo añicos con estrépito...

¡CRASHHH!

- “Que... que sorpresa...” –dudó azorada, mientras se inclinaba para recoger los trozos rotos tratando así de esconder el sentimiento que sus ojos grises revelaban a gritos- “me alegra que estés bien, es decir, bueno..  agradezco que hayas sido tan gentil de visitar a Tao, pero tengo que...”

- “Permíteme ayudarte..”

El color –que había huído del rostro de Yoko hace apenas segundos- volvió violentamente al notar que el joven inglés había avanzado hacia ella y estaba casi frente suyo, recogiendo también los trozos rotos y la chica bajó la mirada sintiéndose profundamente avergonzada, pero fue entonces que los grises ojos notaron con espanto las blancas manos de él tocando aquellos pedazos...

- “¡Oh, no, no, por favor, no lo hagas!” –se espantó tocándolo apenas un instante mientras Eriol la miraba con intensidad aprovechando el leve roce- “¡podrías hacerte daño!”

- “Pero”

- “No... no tienes por qué molestarte en eso, sería muy desagradable que te cortaras por culpa de mi torpeza” –dijo mecánica y entrecortadamente- “es decir, yo... bien, te estoy agradecida por la visita” –se inclinó levemente, tratando de controlarse frenéticamente, pero no lo conseguía- “pero ya es casi hora del almuerzo y Tao debe ir a casa para comer, seguramente tú también tienes mil cosas que hacer.. adiós”

- “En realidad no tengo nada que hacer en este momento, y ni siquiera sé donde se pude comer bien en Hong Kong..”

- “¿En serio?, ¡genial!” –casi gritó Tao- “¡entonces ven a casa a comer con nosotros Eriol!, te vá a encantar la comida”

- “Gracias” –replicó extrañamente sereno, sin el menor asomo a su sonrisa falsamente ingenua de siempre- “Iré con ustedes en este mismo instante si me lo permiten, estaba empezando a pensar que me quedaría sin comer en toda la tarde, no sabía donde ir”

Era una gran mentira, una mentirota, pero pese a que todos los sabían Yoko no tuvo fuerzas para murmurar una sola sílaba y Tao amplió la sonrisa a la vez que abría su paraguas –ya estaban fuera de la escuela y la lluvia caía incesantemente- a la vez que Eriol les seguía con rapidez, avanzando a su lado por los amplios jardines de la escuela hasta llegar a la misma calle; no sin antes aceptar el paraguas que le alcanzara el chofer de su auto –un carísimo rolls royce- y despidiendo a su vez al empleado con un gesto..

Mientras Yoko empezaba a caminar de prisa, de prisa, realmente muy de prisa...

- “¡Yoko, vas a sacarme el brazo si me sigues llevando tan rápido!” –protestó el niño.

Los rápidos y menuditos pasos de la chiquilla redujeron notablemente la velocidad –bien, en realidad había salido casi corriendo arrastrando a su hermano y con Eriol pisándole los talones- pero mientras continuaba bajo la lluvia estaba mirando fijamente al piso y sin atreverse a levantar la mirada hacia el inusual acompañante, sintiendo a pesar del agua que la calaba totalmente como sus mejillas estaban casi febriles..

No lo había visto en meses y se había esforzado en trabajar con más ahínco que nunca para no pensar en él, pero al verlo de nuevo su corazón parecía querer salírsele del pecho. Lo había contemplado directamente apenas el primer instante y sin embargo cada detalle de su figura estaba totalmente allí, en su mente. Él estaba pálido y se le notaba algo cansado, pero ciertamente seguía siendo el mismo, su apostura, su elegancia y aún aquel brillo en su mirada azul no había variado en lo más mínimo y si antes su sola presencia le provocaba cierta pérdida de su autocontrol ahora se sentía total y absolutamente torpe, inútil e inexplicablemente ridícula. Avergonzada de su blanco y viejo vestido, sus zapatos también blancos y pequeñitos usados hasta la saciedad y ya levemente manchados del barro de la lluvia, sus manos con cicatrices y quemaduras y hasta por sí misma. Sí, ciertamente le asaltaba una inexplicable y dolorosa sensación de vergüenza de sí misma. Era curioso, nunca se había dejado humillar pero súbitamente se sentía horrible, desaliñada y pobre. El, con su elegante atuendo y su automóvil caro, su chofer y hasta sus propios modales, por una sola vez en su vida le hubiera gustado verse bien vestida y elegante, pero él la había visto con aquellos ojos azules y una expresión tal, que no pudo evitar sentirse humillada ante su compasión.

Por que … era compasión ¿verdad?.

- “Por favor, permíteme” –le dijo Eriol, súbitamente muy cerca (¿cómo llegó hasta allí si ella estaba casi corriendo?) - “te estás mojando..”

- “¿Qué?” –casi saltó como si la pinchara-“¿qué pasa?”

- “Te estás mojando demasiado” –repitió, mientras caminaba a su paso con su paraguas protegiéndolos a ambos de la lluvia- “sé que el agua no es problema para ti, pero dudo que quieras pillar un resfrío..”

Yoko asintió apenas, caminando lo más de prisa que podía, pero era complicado ya que cada paso de él era casi tres de los suyos…

- “Lamento mucho que tengas que caminar todo este trecho” –murmuró, recordando que el joven solía movilizarse con aquellos automóviles caros que poseía y que había despedido a su vehículo- “pero es mejor que seas cuidadoso porque ese abrigo tan elegante llama mucho la atención en esta zona en particular”

- “Eso tiene remedio” –en menos de lo que tardo en contarlo se despojó de la abrigada y fina prenda y la colocó sobre los frágiles hombros de la chiquilla que estaba muda de estupor- “creo que te queda algo grande..”

Tao no pudo controlar la risa...

- “No seas sarcástico Eriol” –dijo entre carcajadas- “dices “algo” grande y estás viendo que Yoko está arrastrando por el piso tu abrigo..” –añadió con más hilaridad aún- “¡y mira donde le quedan las mangas!”

- “¡No, no!” –protestó la chica quitándose la prenda y entregándosela, pese a que tuvo que verle a la cara para hacerlo- “¡no te dije eso para que te lo quitaras..!”

- “Pero te estás mojando y es poco caballeroso de mi parte ir tan cómodo mientras tú..”

- “No te dejaré sin tu abrigo” –murmuró ella, con decisión matizada de una nota de pánico- “por favor, póntelo porque no lo usaré. A mí no me molesta el agua y la verdad estamos demasiado cerca de la casa”

Los ojos azules la contemplaron con interés y la chiquilla se limpió los rastros de la lluvia en su rostro con las manos, tratando de evitar el brillo de esa mirada. Afortunadamente ya estaban casi al pie del viejo edificio pero todavía intentó disuadirlo de visitarlos justo cuando estaban en la entrada del lugar.

- “No tienes que subir si no lo deseas”

- “¿No puedo?, creí que estaba invitado a almorzar” –replicó haciéndose el inocente.

- “Como prefieras” –murmuró antes de perderse en la escalinata de madera, corriendo a toda prisa.

De muy buena gana el joven inglés la hubiera seguido al mismo paso, pero el niño reclamó su atención con una leve charla explicativa sobre lo ocurrido aquellos meses..

- “La renta es barata y el trecho es un poco cansado, pero no es tan malo” –le acabó de informar Tao mientras recuperaban el aliento por subir más de once pisos por las escaleras de madera podrida - “es pequeño, pero Yoko misma lo arregló y para ambos dijo que era bastante”

El inglés dejó el paraguas a un lado de la puerta y también el caro abrigo sobre una de las pequeñas sillas y se instaló cerca de la pequeña mesa de madera, a la vez que Tao se acomodaba frente a él con interés...

- “¿No lo estás haciendo fácil para ella sabes?” –dijo el niño, levemente serio.

- “Lo sé. Pero tampoco es fácil para mí...” –suspiró- “sólo que... es muy reconfortante verla de nuevo y creo que necesito saborear cada instante...”

Tao se encogió de hombros sin comprender y corrió hacia la diminuta cocina agitando las cortinas, lo único que separaba la cocina del resto del ático en que vivía.

Cabe señalar que la pieza era realmente pequeña. Un solo ambiente pero pulcramente limpio y ordenado, donde pese a su sencillez Eriol no encontró nada que ofendiera su buen gusto...

- “Es un lugar muy cálido..” –pensó.

Aprovechando la presencia de Tao en la cocina, sonrió y cerró levemente los ojos. Era verdad lo que le había dicho al niño, finalmente sentía como si le hubieran quitado una gran losa de piedra del pecho, se sentía completo y aliviado, con una extraña sensación de seguridad y dicha que no había sentido nunca. Y es que estaba más contento y satisfecho en aquella sencilla habitación –sabiendo que Yoko estaba a algunos pasos de distancia- que en otros lugares elegantes, embajadas o salones que hubiera visitado en su vida. Y fue aquella misma beatífica tranquilidad y sosiego lo que reflejó durante la comida que Yoko se apresuró en servir pero los instantes pasaban y aunque el niño y el inglés charlaban de temas insustanciales los ojos grises de Tao sabían que aquella situación no duraría demasiado..

Su hermana tenía los nervios a flor de piel pero el niño sabía que estaba haciendo un gran esfuerzo, aunque debería estar cansada..

¿Y Eriol?

- “Es la primera vez en mi vida que disfruto tanto de un almuerzo” –comentó con absoluta sinceridad mientras contemplaba a la chiquilla con fijeza, como si quisiera no dejar de verla un solo instante- “ha sido todo muy agradable.. realmente agradable”

El pequeño chino suspiró.

No hay mal que dure cien años...

Ni quién lo resista...

¿O sí?

- “Yo.... ya debo irme” –replicó la chica, casi sin haber probado bocado- “se me hace tarde para trabajar, pero ustedes aún tienen mucho que charlar. Le avisaré a la señora Wu para que..”

- “¿Para qué?” –repitió Eriol, dándose cuenta que la comedia se había verdaderamente terminado.

- “Es la vecina” –informó Tao- “ella me cuida a veces”

- “Le diré que venga después que te marches...” –replicó ella a modo de despedida para el inglés dirigiéndose a la cocina a toda prisa y llevando la comida que no había probado- “y fue muy gentil de tu parte saludarnos, adiós”

- “Pero hermana..”

Apenas Yoko acababa de levantarse y ocultarse detrás de las cortinas cuando Eriol se puso de pie y la siguió sin decir una sola palabra de explicación hacia el inquieto niño que quedaba como único comensal...

- “¡Ay dioses chinos!” –continuó el chiquito- “a ver si esto se arregla..”

- “Debo irme.. y de prisa” –susurraba la chiquilla muy bajito para sí misma pero con agitación, apretando aún el plato entre sus manos aún en la diminuta cocina- “debo irme y trabajar, trabajar y trabajar, así no pensaré más... y debo irme y..”

- “¿Porqué siempre corres?”

Por segunda vez aquella tarde la siempre controlada y correcta Yoko Hiu dejó que una pieza de loza se estrellara contra el piso aunque esta vez no pudo reprimir un leve grito...

- “No vas a poder correr siempre Yoko” –replicó Eriol con los ojos azules más brillantes que nunca y el semblante muy serio, mirándola fijamente- “¿realmente piensas huir de mí todo el tiempo?”

Los ojos azules y grises se enfrentaron por unos instantes y finalmente Yoko no pudo controlar más la sensación de ahogo y angustia... ¡le dolía!, sentía como si estuviera a punto de estallar en llanto y no quería, es decir ¡no podía!, ¡no podía quedarse allí mirándolo y tuvo que correr!. Si, corrió. Corrió de nuevo porque sentía pánico, un pánico horrible y espantoso que era mucho más fuerte que aquel que sintió en el salón de música del hotel de él –aquella vez que casi la besa- y no pudo evitar correr, como aquella vez..

Corrió también porque temía que sus piernas se negaran a obedecerla si se quedaba mirándolo, corrió hasta que llegó al pie de las escaleras y tuvo que apoyarse sobre la veranda, sin fuerzas para continuar..

Canción : “Si tu supieras”
Intérprete: Alejandro Fernández.

“Si tu supieras que tu recuerdo me acaricia como el viento,
que el corazón se me ha quedado sin palabras,
para decirte que es tan grande lo que siento...”

- “Dos meses son mucho tiempo... mucho tiempo para escapar Yoko, pero también ha sido el tiempo que he tenido de pensar” –los pasos de él estaban muy cerca, a sus espaldas, pero ya la chica no podía moverse- “y ahora que estoy aquí no tengo idea de cómo empezar..”

- “No hay nada que decir” –replicó sin mirarlo y apretando la madera con las manos, como un vicio- “¿por qué estás aquí?” –casi gritó- “¿acaso no entiendes que me estás matando de vergüenza al verte? , ¿por qué me torturas?”

- “¿Tortura?” –repitió extrañado.

- “Decidí dejar todo eso atrás, como un capítulo terminado de mi vida cuando desperté en el hospital y ví que estaba viva. Todo lo relacionado a Kai Sung ha quedado en mi pasado y estay haciendo un gran esfuerzo para olvidar lo ocurrido, ¡estoy intentándolo!, ¿por qué no lo comprendes?, es tiempo que también olvides”

- “¿Has olvidado tú?”

- “¿Olvidar qué?” –continuó la chiquilla, aún sin volverse a mirarlo- “todo lo que recuerdas es de Kai Sung Sheng y ambos estamos de acuerdo en que no somos ni ella ni Lead Clow; a mí no me conoces, no sabes nada de mí o lo poco que sabes sólo es lo que tu desconfianza te ha dejado ver... todo ocurrió demasiado rápido para ti: la misma noche que me descubriste ocurrió lo de la torre y eso te confunde...”

- “¿Crees que estoy confundido?” –dijo él, despojándose de los anteojos en un gesto automático antes de obligarla a voltear y mirarlo directamente- “mírame a la cara... mírame sin titubear como aquella vez en la torre cuando te sentí morir y creí que me moría también..”

La chica se cubrió el rostro con las manos, como si tuviera una vergüenza mortal de verlo.

- “No, no quiero. No tienes que sentirte obligado a nada. El hecho que te salvara no hace que me debas nada ¿acaso no entiendes que son los sentimientos de Lead Clow hacia Kai Sung los que te hacen creer algo que en realidad no sientes?”

- “¿Qué en realidad no siento?” –casi gritó el inglés.

Yoko negó levemente con la cabeza y se alejó del joven unos pasos en silencio. Al lado de él se sentía menuda e insignificante –la diferencia de altura hacía que la chiquilla tuviera que levantar el rostro a casi 45° para verlo- además que era más seguro para sí misma establecer cierta distancia que la protegiera de cometer algún error.

- “Sí, algo que en realidad no sientes” –dijo suavemente, más tranquila al no sentir su contacto tan cerca- “y te digo que quizá sea muy pretenciosa pero por eso no puedo aceptar nada de ti” –añadió- “supongo que cualquier chica sería feliz de pasear por un instante colgada de tu brazo pero detesto las mentiras, sabes bien que prefiero las realidades por muy desagradables que sean. Algo verdadero y no sólo el reflejo de lo que tu encarnación anterior sintió por una mujer.. aunque yo sea la reencarnación de ella”

- “La reencarnación..” –repitió él.

- “Sí, pero así como tú sabes que aún siendo reencarnación de Lead Clow no eres él mismo, yo sé que no soy Kai Sung Sheng, a pesar de tener su poder y sus recuerdos” –dijo serena y firme, muy decidida- “ahora entiendo que al morir ella debió dejarle a Clow un gran remordimiento y pena que estoy segura has sentido tú mismo, aún antes de saber la verdad, pero eso no te hace responsable por mí”. Y lo sé por que el remordimiento de Kai Sung estaba dirigido a su hermano y yo siempre lo sentí hacia Tao... es una sensación intensa de deberle la vida que Wu Fang perdió por la decisión de su hermana, que fué proteger a Lead Clow”

- “Pero Tao sigue siendo tu hermano, tal como lo fue Wu Fang de Kai Sung”

- “Sí y ahora soy mayor que él y mi deber es protegerlo porque como dices seguimos siendo hermanos; pero nuestra situación era diferente... y no” –negó con la cabeza- “no gracias, puede ser absurdo y ridículo que una chica como yo no quiera aceptar nada de ti, pero no puedo, no puedo… no quiero vivir y despertar algún día descubriendo que todo era sólo el eco de nuestras vidas pasadas”

- “¿Es eso lo que realmente quieres?”

- “¿Por qué crees que me fui?”

- “De modo que fue por eso... si ella supiera..” –pensó él.

“Si tu supieras como te ansía cada espacio de mi cuerpo,
como palpitan tus recuerdos en el alma
cuando se queda tu presencia aquí en mi pecho..”

El silencio fue absoluto y extraño los siguientes siete segundos pero súbitamente Eriol hizo un movimiento para descender por las escaleras, mientras la chiquilla no pareció sorprendida por su reacción.

- “Tao y yo estaremos bien, gracias por la visita. Es mejor que vuelvas a donde perteneces y que busques a alguien a quien puedas amar.. no como Clow, sinó como tú mismo” –sonrió con infinita tristeza al verlo marcharse, sabiendo que con un par de pasos más no lo volvería a ver, sin embargo continuó- “pero siempre te desearé lo mejor... créelo”

- “Repites lo que me dijiste en esa carta..” –dijo mientras descendía ya el segundo peldaño, con una leve sombra de dolor en los ojos azules- “En eso tienes razón. Es hora de decirle adiós a lo que dejaron pendiente nuestras encarnaciones anteriores”

La chiquilla asintió lentamente y le dio la espalda también... si. Aquel había sido el motivo que la había hecho irse de esa forma y era doloroso saber que siempre estuvo en lo correcto, pero era lo mejor. A Eriol no le tomaría mucho tiempo volver a la vida que siempre había tenido –en alguna ocasión Jeff O´Neill le había comentado los detalles de la agitada vida social del hijo del embajador- y ella tenía demasiado trabajo pendiente como para deprimirse...

Unos leves pasos se escucharon, alejándose por la escalera.

La chiquilla suspiró en silencio. Bien, ya estaba hecho, se había marchado. Era lo mejor y lo correcto. Dolía, sí, pero no hubiera podido jamás tener un solo instante de paz de no haber dicho todo aquello, de no haber quitado de los ojos de él aquella venda que el pasado hacía a veces tan dolorosa..

- “¡Hiu, Hiu!” –escuchó decir en los pisos inferiores- “¡se nos hará tarde!, ¡no olvides que tenemos doble turno hoy!”

- “Esto acabó, debo ir a trabajar..”- se repitió muy bajito, mecánicamente, inclinando el rostro.

Una gota.

Dos gotas...

Muchas lágrimas cayeron sobre sus manos y se cubrió el rostro con ellas tratando de contener los sollozos que al fin estallaban, de tanto que los había retenido. Pero no, no debía llorar, ella no lloraba, es decir, lo había hecho solamente cuando su padre y madre murieron y la noche horrible en que creyó que moriría y finalmente Tsu Chin le salvó la vida; temía llorar porque sabía que una vez que empezaba le era difícil detenerse.

- “Iré en un minuto Chen Cho, por favor, sólo dame un minuto y bajaré... espérame abajo” –murmuró entre sollozos.

- “¡Oh, por Dios!” –gimió una voz masculina.

- “¡He perdido a la persona que amo Chen Cho, lo menos que puedo es llorar!” –dijo en un arranque de sinceridad, tratando de ocultar sus lágrimas y volviendo a mirar a quien había lanzado la asombrada exclamación- “¿no sabes que le tuve que pedir que se fuera cuando..?”

Eriol la miraba con expresión atónita..

- “¿Por qué no se abre la tierra y me traga?” –pensó horrorizada sin saber a donde huir.

Pero el joven fue mucho más rápido esta vez pues con pasos rápidos cubrió la distancia que lo separaba de Yoko y quedó con el cuerpo pegado a la figurita femenina y asustada. Estaba temblando también pero sus manos no dudaron al tomar suavemente los hombros de la chiquilla, que se estremeció a su contacto e intentó apartarlo de sí sin conseguirlo...

Y sí, él también temblaba..

“¡Ven! entrégame tu Amor, para calmar este dolor de no tenerte
para borrar con tus caricias mis lamentos
para sembrar mil rosas nuevas en tu vientre...
¡Ven! entrégame tu Amor,
que esta mi vida en cada beso para darte 
¡y que se pierda en el pasado este tormento
que no me basta el mundo entero
para Amarte!”

- “¡Por favor, sólo vete!” –gimió ella.

- “¿Por qué haces esto?, ¿porqué?” –insistió sin soltarla aún en aquella postura- “me echas ahora y me dejaste una carta cuando escapaste del hospital, una carta en que me expresabas una disculpa por todos los problemas e inconvenientes que según tú, me habías causado, en que me liberabas de cualquier obligación contigo o tu hermano, me dijiste que no ibas a tomar como verdadero lo ocurrido en la frontera entre la vida y la muerte y ahora me dices todo esto tratando de convencerme que lo que sentías por mí era sólo el reflejo de lo que Kai Sung sintió por Clow..”

- “¡No tienes que preocuparte por eso!” –gimió temblando- “sólo haz lo que te sugerí y márchate de una vez, ¿por qué volviste?...”

- “¡Por favor, sólo vete!” –gimió ella.

- “¿Por qué haces esto?, ¿porqué?” –insistió sin soltarla aún en aquella postura- “me echas ahora y me dejaste una carta cuando escapaste del hospital, una carta en que me expresabas una disculpa por todos los problemas e inconvenientes que según tú, me habías causado, en que me liberabas de cualquier obligación contigo o tu hermano, me dijiste que no ibas a tomar como verdadero lo ocurrido en la frontera entre la vida y la muerte y ahora me dices todo esto tratando de convencerme que lo que sentías por mí era sólo el reflejo de lo que Kai Sung sintió por Clow..”

- “¡No tienes que preocuparte por eso!” –gimió temblando- “sólo haz lo que te sugerí y márchate de una vez, ¿por qué volviste?...”

- “Porque nunca me fui, ¿creíste realmente que habías logrado convencerme?, aún está en mi mente lo que dijiste en ese lugar y lo que me gritaron tus ojos cuando aquella hoz horrenda te hizo caer en mis brazos, ¡cuando moriste entre mis brazos!” –su voz se había convertido en un murmullo de desesperación y ahora retenía con más fuerza a la muchacha, como si temiera que se desvaneciera en el aire- “lo que me dijiste cuando quisiste dar ese último paso hacia la puerta de la vida y la muerte.. ¿por qué insistes en alejarme de ti?”

- “Sólo márchate..” –sollozó Yoko aún sin atreverse a mirarlo.

- “¿Crees que lo que siento por ti es el reflejo de lo de Clow?” –continuó Eriol, negándose a soltarla- “te escapaste antes de que te dieran de alta llevándote a Tao contigo, sin decirle a nadie el motivo y el porqué... me dejaste una carta a modo de despedida cuando lo último que pensaba al despertar era decirte adiós, te desapareces durante todo este tiempo sin que nadie supiera de tu paradero y sin embargo todavía me pides que me vaya, me pides que me vaya cuando en la puerta de la vida y la muerte susurraste que me amabas”

- “¡Basta!,¡ya basta!”

- “Pese a que esa hoz te hizo tanto daño...” –añadió desesperado- “¡un daño que iba dirigido a mí y no a ti!”

“Si tu supieras que es como un grito
que se estrella en el silencio
este vacío de tenerte solo en sueños
mientras me clama el corazón, por ser tu dueño”

- “¡No, no, no!” –gimió liberándose de él en un gesto brusco y enfrentando su mirada - “¡no quiero que te sientas culpable!, no quiero que tu caballerosidad te haga asumir que me debes la vida y que creas que me debes algo, ya sea a mí o Kai Sung, ¡no me debes nada!, ¿no lo entiendes?, ¡no me debes nada!” –continuó al borde de una crisis de llanto que se esforzaba en ocultar mordiéndose los labios- “no hay ninguna deuda que tengas conmigo, no tienes nada que te obligue a estar aquí ¿acaso no lo entiendes?, no tienes ningún tipo de obligación conmigo, no me debes nada... no soy Kai Sung y la placa se destruyó...”

- “Tu carta decía..”

- “Sé lo que dije en mi carta” –el rostro se tornó carmín- “por eso es que te suplico que te vayas y no me sigas avergonzando. Eres una persona mundana y creo que puedes disculpar que te haya escrito eso, pero yo no...”

- “Aunque la carta no existiera, aunque lo niegues, acabas de decirlo...”

- “¡Es suficiente!” –gritó sin poder disimularlo más- “¿qué es para ti una patética despedida como esta?, ¡no hay nada que me debas, no hay nada que decirnos más y sólo te imploro, te suplico que te vayas de aquí y me dejes sola!” –continuó mientras sus lágrimas se derramaban por sus mejillas sonrojadas- “¿por qué me humillas tanto?, ¡haz lo que te pedí en la carta y no me busques para pagar una deuda que no existe!”

Los ojos azules de él se dilataron de asombro al verla llorar sin ningún reparo y se quedó atónito. La chica se cubrió el rostro sin atreverse a ver el rostro de él, sollozando ya sin poder contenerse mientras las lágrimas se deslizaban por sus mejillas..

- “¡Yoko!” –murmuró asombrado- “¿por qué todo esto?. Esto no es parte de mi pasado o de quién fui en el pasado, tampoco es una obsesión estúpida ¿no lo entiendes?, estuvimos demasiado lejos y buscándonos por mucho tiempo, y sí, eso era parte de lo de Lead y Kai Sung pero..” –limpió sus lágrimas con sus manos y acarició levemente un suave mechón del cabello oscuro y sedoso con deleite- “en la casa de los Li esa noche descubrí que sentía por ti lo que nunca había sentido por una mujer antes..  que no era simplemente atracción o un mero capricho pasajero, ¿no lo comprendes?. Es cierto que buscaba a Kai Sung pero no fue a ella a la que miré con asombro esa noche en el jardín. Fuiste tú. Pero yo ya sentía por ti algo desde antes de saber la verdad y fue en ese momento que pude darle nombre a lo que tú, tú me inspiras. Es cierto que Lead Clow amaba a Kai Sung pero....”

- “Eso es lo que te tiene confundido” –replicó la chica, tratando de darle firmeza a su voz- “yo sabía que era por eso que dijiste esas cosas en la frontera entre la vida y la muerte, por eso me fui con Tao cuando pude hacerlo, no podía aceptar tu compasión..”

- “¿Compasión?” –se sofocó.

“Si tu supieras como desangran
en tus ojos mis anhelos,
cuando me miran sin saber que estoy muriendo
por entregarte la pasión que llevo dentro..”

La chica se cubrió nuevamente el rostro sin atreverse a ver el rostro de él.

- “Escúchame, pequeña niña terca” –le dijo obligándola a mirarlo, sintiéndola temblar como una hoja azotada por el viento- “mírame y escúchame de una vez... ¿por qué si yo sé que me amas a mí y no al recuerdo de Clow tú no crees en que yo pueda amarte a ti y no al recuerdo de Kai Sung?”

- “¡No me conoces!” –sollozó mientras lo miraba asustada- “¡tengo miedo, tengo mucho miedo de vivir una ilusión, una mentira!”

- “Aquí no hay ilusiones ni mentiras de mi parte, créelo de una vez” –los ojos azules brillaban de un modo tal que la chiquilla no podía dejar de mirarlo, sintiéndose nuevamente perdida en una piscina azul- “y aunque fue poco caballeroso de mi parte pedirte que me dijeras claramente lo que sentías por mí en la frontera de la vida y la muerte la llegada de Tao y Tsu Chin en ese instante evitaron que yo te dijera con toda claridad lo que te digo ahora: te amo Yoko... yo te amo a ti, y no al recuerdo de Kai Sung”

Los ojos de ella se dilataron de asombro por unos instantes que al inglés le parecieron eternos...

- “Pe.. pero...”

- “Lo digo y lo repito..” –Eriol inclinó el rostro hacia ella, estaban a milímetros de distancia- “pequeña niña terca: te amo. Sea que lo creas o no, aunque yo no me caracterice por ser siempre sincero pero esto es una verdad que no puedo ignorar, especialmente porque es una verdad inconmensurable.. te amo”

“¡Ven! entrégame tu Amor
que sin medida estoy dispuesto a enamorarte
borra por siempre de mi vida
todas las lagrimas que habitan
y cada noche sin tus besos
en el rincón de mis lamentos..”

La chiquilla lo contempló aún por unos segundos casi como si leyera en los azules ojos la veracidad de sus frases y cuando él asintió levemente –la mirada brillante, sin titubear ante el confuso escrutinio femenino- la chiquilla empezó a sollozar con más fuerza, pero ya apretada a él..

- “Niña... niña..” –repitió Eriol sintiéndola al fin suavecita y cálida, tímida, pero a la vez llena de fé en él- “¿creíste realmente que lo que pasaba entre nosotros era, al menos de mi parte, sólo un reflejo, una obsesión por nuestras vidas pasadas?”

- “Yo creí... yo pensé... temía…” –susurró la chiquilla entre sollozos.

- “Supongo que no te faltaba algo de razón para tener dudas, el momento en el que debí decirte la verdad fue tomado por otros acontecimientos pero eso no significaba que yo no  sintiera lo mismo que tú” –continuó- “y todavía huyes de nuevo de esa forma... ¿sabes lo miserable y desesperado que me he sentido desde que te marchaste así, sin despedirte?, y encima en la carta me pides que busque a alguien con quien ser feliz cuando es por eso mismo que estoy aquí”

- “Creí... creí...” –hipó la muchacha- “creí que lo lamentarías un poco pero que volverías con la señorita Akizuki y el pequeño Spinel a tu país; y como los días pasaron y se hicieron meses ya estaba segura que tú no...” –continuó entrecortadamente- “además cuando llegaste hablaste tanto con Tao.. y el almuerzo... que me convencí de que...”

- “No encontré las palabras que decirte en un primer instante... estaba tan aliviado de saberte cerca que no sabía ni qué pensar o decir. Han ocurrido cosas con Spinel y Nakuru que después te contaré, pero créeme cuando te digo que he estado solo, solo y desesperado buscándote..”

- “¿De verdad?” –susurró Yoko con el rostro oculto en el pecho de él.

- “Sí” –sonrió sin soltarla- “pero ¿no crees que debiste tenerme un poquito más de confianza?, es decir, sé que no siempre digo la verdad pero sólo te pido que confíes en mí niña, deja que cuide de ti, deja que te ame. No digo que no me equivoque, pero también necesito de ti... te necesito mucho, más de lo que hubiera imaginado jamás...”

La chiquilla alzó el rostro tímidamente para contemplarlo y él le sonrió mientras se inclinaba suave y delicadamente...

- “E.. Eriol... por... por favor.. ¿dónde están tus anteojos?” –dudó con el rostro más sonrojado que nunca, sintiendo como se perdía nuevamente en la mirada azul, cada vez más cerca de su rostro y sabiendo lo que venía- “yo... yo... yo no sé como.... no sé como se besa a un chico.. yo nunca....”

- “Lo sé..”

- “¡¡¿Lo sabes?!!” –se espantó.

- “Sí” –susurró tan cerca de ella que sus labios casi se tocaban- “alguna vez Jeff escuchó una charla tuya con la señora Li en la que le confesaste que nunca te habían besado y me lo comentó” –sonrió divertido, viendo su vergüenza– “.. por eso lo sé, ¿sabes acaso como he fantaseado estos meses en besarte?”

- “¡Pero no sé como se hace!”

- “Y disfrutas torturándome niña” –sonrió con un brillo especial en su mirada- “a un paso de tu boca otra vez y ¿me tienes miedo de nuevo?, ¿me haces sufrir de esta forma casi muriendo por besarte?”

“¡Ven! entrégame tu Amor
que esta mi vida en cada beso para darte
¡y que se pierda en el pasado este tormento
que no me basta todo el tiempo para Amarte!”

El joven acarició levemente el rostro febril de la chica que adoraba, la que a su vez con una ingenuidad y confianza absolutamente conmovedoras le entregó la inocencia de sus labios por primera vez...

¡Algo por lo que él había esperado tanto!

En la puerta del ático la menuda figurita de Tao sonreía abiertamente. Alguna vez, durante aquellos meses él también había tenido los mismos temores que su hermana pero ahora estaba satisfecho y contento. Sabía que Lead Clow y Kai Sung no volverían. Ellos habían amado y perdido por la muerte de un inocente mucho de sí mismos pero fué el silencio mutuo lo que los separó. Esta vez, sus reencarnaciones habían logrado no sólo evitar la muerte de la reencarnación del mismo inocente sacrificado por el Druida Negro sinó romper y cambiar para sus propias vidas lo que las anteriores no pudieron, pero no como reflejo o una posesión de su pasado sinó por lo que ellos sentían y eran en la actualidad.

Ahora, en su presente.

Yoko suspiró profundamente enterrando su rostro avergonzadísimo en el pecho de Eriol cuando él por fin la soltó, pero el inglés la tomó de la barbilla y le sonrió..

- “No tengas vergüenza conmigo Yoko..”

- “Lo.. siento” –susurró apenada- “sólo que nunca… nunca…. “

- “Entonces no te molestará que te bese de nuevo” –la apresó nuevamente contra su cuerpo perdiéndose en sus labios y la chiquilla estaba casi morada cuando la soltó, algunos instantes después- “¿sorprendida?”

- “¡Eriol!” –protestó débilmente, más sonrojada aún que antes.

- “No sabes besar aún niña” –replicó divertido- “eso es verdaderamente adorable, pero hay muchas formas de besos y saberlos requiere empeño y práctica, mucha práctica” –su sonrisa se hizo muy inocente pero sus ojos brillaron con malicia- “y te aviso que pienso ser un profesor muy exigente”

Tao se encogió de hombros con resignación antes de volver a almorzar. Conociendo a Eriol esos dos iban a pasarse todavía un buen rato afuera antes de regresar y quizá en ese momento le informaría a su hermana que los segundos que Eriol descendió algunos peldaños de la escalera fueron para mirar fríamente al chico que llamaba a Yoko para su trabajo....

El cual se había marchado de prisa.

Porque en realidad Eriol nunca se había marchado..

“¡Ven! entrégame tu Amor
que esta mi vida en cada beso para darte
¡y que se pierda en el pasado este tormento
que no me basta todo el tiempo para Amarte!”

Canción: “Si tu supieras”
Intérprete: Alejandro Fernández

La menuda figurita del niño avanzó en pasitos apurados por el alfombrado pasillo de la iglesia y Sakura y Tomoyo contuvieron el aliento y la emoción mientras Ayame Tsukishiro suspiraba profundamente, al igual que Kaho Monouhi; y es que todas las invitadas del sexo femenino estaban realmente emocionadas ante la velocidad y belleza de la ceremonia de bodas de estilo occidental y la fastuosidad del Templo donde se celebraba... ¡la mismísima primera iglesia anglicana en Hong Kong!.**

- “No sabes cuanto te agradezco esto Shaoran...” –replicaba Eriol, impecable en un traje de etiqueta junto a su amigo, quien era ¿padrino? de la ceremonia- “si te sientes mal no habrá problema en que tomes asiento. Sé que es la primera vez en este tiempo que te levantas de tu lecho de enfermo..”

- “Descuida” –sonrió el Jefe del Clan Li, muy pálido pero firme en su papel de padrino del novio- “estar en coma es espantoso, pero estar consciente y no poder moverse de la cama es aún peor. Me alegra que me dieras una excusa para hacerlo antes de lo que dijeron los médicos..” –se encogió de hombros pero un repentino mareo le atormentó y Eriol le ayudó a mantener el equilibrio- “gracias... estoy bien..”

- “¿Estás seguro?”

- “Sí... sí... mira, allí vienen las chicas y Yoko”

Las “chicas” a las que Shaoran se refería eran –por supuesto- Sakura, quien mostraba pese a su muy avanzado embarazo una belleza fresca y radiante, y Tomoyo, ambas muy hermosas y elegantes en su papel como Damas de Honor de la Novia. Efectivamente, la joven señora Kinomoto no sólo se había limitado a traer directamente el vestido para la desposada sinó también había sido sumamente cuidadosa de elegir entre sus diseños unos modelos elegantes y bellos que disimularan el avanzado estado de Sakura, alegrándose –eso sí- de que Touya fuera capaz de controlar a Mamoru, quien como todos los bebés aún muy pequeños dormía mucho pero que de todas maneras estaba allí en brazos de su padre, en la primera fila de los asistentes a la ceremonia.

- “¡Demonios!, casi acabamos de llegar y felizmente a tiempo ¿cómo rayos fue que este tipo decidió casarse tan de prisa?” –refunfuñó el doctor Kinomoto- “supongo que preparar esto debió haber sido una pesadilla..”

- “Ni lo creas” –le informó Yukito- “una sorpresa si fue. Yo estaba con Ayame en la Casa Li visitando a tu hermana anteayer por la noche cuando Eriol llegó con Yoko y con el pequeño Tao de Macao y nos dijo que ya que la había encontrado iban a casarse sin esperar más..”

- “¡¿Se los avisó a ustedes hace dos días?!, ¡yo creí que Tomoyo lo sabía hace tiempo y que se le había olvidado decírmelo!”

- “No, nos enteramos todos aquí anteayer por la noche. Ni siquiera le tomó dos días, incluso para la novia fue toda una sorpresa porque la pequeña Yoko estaba asustada y decía que era demasiado pronto, pero Eriol le dijo que no iba a esperar más” –sonrió Yukito con calma- “justamente Shaoran se llevó también tamaña sorpresa que temimos una recaída..”

- “Eso no me sorprendería nada. Ese terco no debería estar de pie hasta al menos el otro mes, si parece estar a punto de desmayarse...”

- “No digas eso Touya, por favor. Para Eriol y el propio Shaoran es muy importante estar aquí, son grandes amigos… es como si yo no hubiera podido ir a tu boda o tú a la mía”

- “¿Dijiste que no fue problema preparar la boda?” –continuó el doctor cambiando el tema.

- “¿Te sorprende hijo?, tu matrimonio también fue muy sorpresivo” –murmuró Fujitaka con bondad mientras a Touya le surgía una gotita- “el joven Hiragizawa lo arregló todo en cosa de instantes, ¿verdad Yukito?”

- “¿También estabas allí papá?” –saltó Touya.

- “Sí, estábamos todos” –continuó Fujitaka mientras Yukito asentía- “y ahora que lo pienso todo pareció muy fácil, es decir, el joven Hiragizawa tomó su teléfono, hizo varias llamadas y dijo que todo estaba listo salvo el detalle del vestido de la pequeña Yoko, por eso mismo fue que llamó a Tomoyo en ese instante”

- “Sí, pero más que todo para asegurarse de que estuvieran aquí” –intervino Yukito- “Sabes que Eriol estima mucho a tu esposa y a ti también aunque tú no charles demasiado con él. Y Yoko siempre se ha llevado muy bien con Tomoyo, creo que desde que se conocieron”

Por la mente de Touya pasó fugazmente el instante en que la joven china golpeara la faz del muchacho inglés con violencia -justamente poco después que Tomoyo lo hubiera golpeado a él pero Touya prefirió evitar ese recuerdo- precisamente cuando Eriol parecía reírse con mucha algarabía de algo que Tomoyo le contaba –tuvo la desagradable sospecha que quizá su ahora esposa había comentado el episodio de su propia bofetada y trató de retener la idea en mente, para preguntárselo después- pero más que todo recordó que fueron sólo los buenos oficios de Tomoyo lo que calmó a la entonces irritadísima chica china porque la reencarnación del mago Clow pareció haber quedado en shock con ese bofetón...

Y ahora ese chico inglés se estaba casando con aquella niña. Y él ya se había casado con Tomoyo.

Una gruesa gota apareció sobre su cabeza ante ese razonamiento.

Bien, quizá si era cierto que esa jovencita y Tomoyo se llevaban muy bien.

- “Lo afortunado era que ya Ayame y yo no tuvimos que viajar de prisa como tú, porque estábamos aún por aquí de vacaciones e incluso tenemos a Rei con nosotros”

El profesor señaló al hermoso niño de pelo plateado y de expresión serena que contemplaba todo cruzado de brazos y sin ninguna mueca particular en su rostro infantil pero a la vez tan serio mientras ambos –el mismo Yukito y Touya- pensaban que era insólito ver como el rostro de Rei era prácticamente el mismo de Yue, sólo que ¿infantil?...

Pero taaaaaan sereno.

Sobre la cabeza de ambos amigos apareció una gruesa gota de sudor.

Tao en ese momento ya avanzaba con rapidez hacia el altar llevando los anillos de bodas y todos contuvieron el aliento. Yoko avanzó entonces, muy lentamente por la roja alfombra del templo, envuelta en el más maravilloso vestido de bodas que Tomoyo había diseñado hasta la fecha. El corpiño tenía diminutas cascadas de diamantes y la falda era amplia y flotaba alrededor de la muchacha, realzando la estrecha cintura de la chiquilla que casi parecía flotar; la cola del vestido era de casi cuatro metros de longitud y el velo -del más fino encaje de Bruselas- era absolutamente un sueño, vaporoso y delicado, con complicados bordados plateados en las orillas que realzaban como nunca la brillante cortina de cabello oscuro y ondeado de la jovencísima novia, que caminaba temblorosa hacia el altar...

- “¡Por Dios!, pareces un angelito escapado del cielo” –murmuró Eriol cuando Yoko llegó a su lado, mientras Sakura y Shaoran se acomodaban en sus posiciones como padrinos con una sonrisa- “una niña en traje de bodas..”

La muchacha se sonrojó y su mirada descendió pudorosamente hacia la alfombra sintiéndose muy avergonzada pues las últimas frases Eriol las había pronunciado mientras levantaba el velo de su rostro, pero las manos de él la tomaron por la barbilla obligándola a mirarlo y Yoko sintió que la mirada azul la estaba traspasando en su intensidad..

- “Eriol.. Eriol…… ¡Eriol!” –cuchicheó Shaoran en voz baja mientras con golpeaba con el codo a su amigo- “Eriol, que ya tenemos que empezar... el sacerdote lleva casi diez segundos haciendo señas para que se arrodillen ante el altar..”

Ambos novios casi pegaron un salto, mientras Sakura comentaba con una gotita sobre la cabeza...

- “Si dejan de mirarse podrán darse cuenta...”

- “Finalmente Eriol se pone distraído… aunque sea en su propia boda” –pensó Shaoran muy divertido- “vale la pena salir de un coma para ver esto, aunque me hubiera gustado ayudarle antes o quizá verle sufrir un poquito”

- “¡Ay que bárbaros!” –cuchicheó Tao a Sakura, a la vez que jugueteaba con los anillos- “cierto que Yoko se vé más chiquita que nunca con ese vestido, pero si no reaccionan no se casan y con la prisa que se trae Eriol….bien, misión cumplida” –añadió entregando por fin los dorados aros y sentándose en la primera fila al lado de Rei, con tranquilidad- “¡vaya, al fin un niño de mi edad!, soy Tao.. ¿tú quien eres?, lo digo porque ya que somos los únicos niños pensantes aquí seremos amigos, la pasaremos muy bien, planearemos muchas cosas juntos y…..”

El sereno niño de cabello plateado y de ojos celestes le miró gélidamente pero Tao no se inmutó y siguió hablando sin parar comentando lo hermoso del templo, el vestido de su hermana, el dinero de Eriol y los muchos planes que tenía…

- “Esos dos nunca se hubieran casado sin mí, ¿sabes?” –presumió.

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Subject: Profundamente agradecido

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Mi muy estimada Tomoyo:
No tuve ocasión de expresártelo con toda claridad durante la ceremonia –todo ocurrió muy de prisa pero ya lo sabes, pues estuviste allí- y sé que Yoko te lo agradeció cuando le entregaste tu obsequio, pero realmente quiero hacer presente mi gratitud por el hermoso vestido de bodas que generosamente le proporcionaste a mi esposa. Cuando te llamé por teléfono esperaba poder contar con tu apoyo pero nunca imaginé tal generosidad de tu parte y sinceramente me sorprendió y halagó en extremo tu gentileza. Quizá ninguno de nuestros amigos lo sabe, pero yo sí conozco perfectamente la fama de tus diseños en Europa (¿o debería escribir “Tracie Junot”?, no, no, supongo que a tu esposo le molestaría, dudo que le traiga buenos recuerdos tu nombre en el mundo de la moda parisina) y es un orgullo para Yoko y para mí saber que alguien de tu fama ha diseñado su traje de bodas. 
Mil gracias nuevamente, y por favor, cuenta con mi sincero apoyo para cualquier cosa, proyecto o aspecto que necesites o puedas necesitar en el futuro.
Tu agradecido amigo
Eriol
PD: Hazle llegar también mis saludos y agradecimiento al doctor Kinomoto, supongo que mi rápido enlace hizo que tuviera algunos inconvenientes en el hospital y por ello mismo agradezco mucho tu presencia y la de él en mi matrimonio.

La vida en la lujosa casa de Regent´s park era enloquecedoramente agradable. Aunque habían dado por terminado el “Viaje de Bodas” en el mismo instante en que pasaron a recoger a Tao –una semana atrás, de la casa de los Tsukishiro en Japón- habían viajado a Inglaterra casi sin pensarlo y aquella primera semana los tres juntos habían volado como por arte de magia. Pero aquella mañana mientras leía con interés el periódico –además que era magnífico para su práctica con el idioma inglés- los grises ojos de la joven Yoko Hiragizawa se abrieron más que nunca al contemplar una nota en la prensa...

- “¿Por qué te despertaste tan temprano?” –protestó Eriol, rodeando el talle de su esposa a sus espaldas, mientras sus labios se perdían por su cuello- “¿acaso no sabes lo mucho que me gusta ver tu bonita cara al despertarme?”

- “Bue.. buenos días..” –saludó Yoko con el rostro colorado, mientras las caricias de él empezaban a ponerse más atrevidas- “¡oh Eriol por favor!” –se sonrojó aún más logrando que la soltara- “Ya no estamos solos, Tao puede venir y me moriría de la vergüenza...”

La mirada de él adquirió una expresión divertida..

- “Eso es algo de fácil solución señora Hiragizawa: si no quieres que Tao nos vea, vuelve a la habitación y listo”

- “Bi.. bien... pero... pero lo que en verdad quería era llevarte el desayuno, por eso le dí el día libre a la gente de servicio” –le dijo sonriéndole, con el rostro todavía colorado- “lamento mucho haberme demorado, es que ví esto y...”

- “¿Estás diciendo que un simple y vulgar periódico es más importante que besarme al despertar?” –se rió él.

- “No, no, pero me sorprendió mucho esto” –le mostró una noticia- “¿por qué no me lo dijiste?”

El joven contempló la noticia por unos instantes pero no pareció importarle en lo más mínimo, pues se encogió de hombros.

- “No lo sabía”

Los enormes ojos grises parpadearon y Eriol contuvo la risa a duras penas... ¡se veía tan graciosa cuando ponía aquella expresión de confusión!..

- “¿No sabías que tus papás estaban en Inglaterra?” –replicó la chica- “¿de verdad?”

- “De verdad” –asintió de nuevo, mientras se dejaba caer sobre una silla y untaba algo de mermelada en su tostada, sin comprender por qué ella parecía sorprendida- “no tenía la menor idea” –contempló nuevamente el periódico y comentó- “¡oh, vaya!, ya veo: el Anual de Caridad del Reino Unido se adelantó, supongo que por eso es que Regina no está en este momento en la Riviera francesa”

Yoko le miró aún confundida.

- “Pero Eriol, llevamos en Inglaterra... ¿una semana?” –dudó- “¿y no lo sabías?”

- “Bueno niña mía... debes admitir que no hemos salido demasiado a pasear en estos días” –le robó un beso y la pobre chica se puso roja como tomate- “justamente te recuerdo que anoche por la cena, Tao se quejó un poco que casi no nos ha visto y...”

- “Si... si” –el rostro de Yoko estaba casi morado- “pero ya no estamos solos y...”

- “¡Vamos, esto sí que es un milagro!” –interrumpió Tao a modo de buenos días- “¡ustedes dos aquí y desayunando conmigo!, ¡al fin!” –miró a ambos con cierto toque burlón que más que Tao, parecía venir de Wu Fang Sheng- “creí que iban a morirse allí encerrados en su habitación..”

- “¡Tao!”

Eriol a duras penas pudo controlar la carcajada ante la cara –aún más roja- de Yoko.

- “Luego de que se tomaron todo el mes pasado para su “Viaje de Bodas” supuse que ya estarían más visibles, al menos para mí, claro” –protestó el niño- “porque no es justo que ustedes dos se la hayan pasado viajando y ahora que me recogen, ya no quieran continuar”

- “Por supuesto que pienso continuar viajando” –le replicó Eriol- “pero para compensarte por el mes que te dejamos te estamos dando el tiempo para que tú mismo elijas el itinerario”

- “¿En serio?, ¡viva!”

Yoko sonrió muy contenta mientras el niño engullía su desayuno muy entusiasmado ante las perspectivas que se le ofrecían..

- “La verdad que esperarlos no fue tan malo” –replicó Tao entre bocado y bocado- “Japón está mucho mejor ahora y la casa Tsukishiro es divertida.... bueno, lo digo por Yukito y Ayame porque Rei..”

- “Tao, respeta a tus mayores”

- “Bueno hermana, los señores Yukito y Ayame” –se corrigió- “ellos son amables y tienen cantidades increíbles de dulces en su casa” –añadió- “claro que el cabezota de Rei no sabe apreciarlos”

- “Creí que tú y Rei se llevaban bien”

- “Y no te falta razón al pensarlo Eriol, pero eso es por que yo soy paciente con Rei” –dijo con suficiencia- “no tiene mucha imaginación para hacer travesuras y no sabe reírse, pero si le pone empeño quizá logre llegar a mi altura” –presumió- “después de todo, puede aprender mucho de mí”

- “Tao... por favor, no hables así. Rei es un niño muy serio y correcto”

- “Sí Yoko, pero el punto es que Rei es mi amigo. Por eso es que me preocupa expandir sus horizontes y animar algo la vida flemática de ese niño....”

Eriol volvió a reír, Tao hablaba cada vez más como el adulto del cual era reencarnación.

- “Y ya que se decidieron a salir de su habitación” –la cara de Yoko se puso de nuevo roja mientras el niño volvía a la carga con sus preguntas- “supongo que al menos me llevarán de paseo por Londres, ¿no?”

- “No es mala idea...”

- “¡Viva!” –alborotó el niño- “¡voy a llamar a Rei para contárselo!”

Fue inútil que Yoko tratara de hacerle ver a Tao la diferencia de horario de Inglaterra a Japón pero en cuanto el pequeño corrió a su habitación a hacer la llamada, la chica china miró a su esposo con inquietud..

- “No te molesta ¿verdad?”

- “¿Qué?, ¿Tao?”

Yoko asintió.

- “No Yoko, sabes bien que no” –sonrió- “además que no es un niño común, ambos lo sabemos” –los dos sonrieron- “pero lo más importante es que es tu hermano, que sin su ayuda no hubiera podido tenerte conmigo y que tiene los recuerdos y el conocimiento de un viejo conocido”

Ambos sabían que se refería a Wu Fang Sheng.

- “Pero es a veces tan.... pesado” –aceptó Yoko con una gotita sobre la cabeza.

- “A mí me parece divertido.¿No te das cuenta?, es un niño físicamente pero con la mentalidad y astucia de una persona de 28 años, ¿o eran 29 los que tenía Wu Fang al morir?”

- "El tenía 29 años" - suspiró la chiquilla, añadiendo pensativamente- "¿sabes?, somos diferentes a Lead y Kai Sung, pero de alguna manera, es como si la dicha que tenemos es una revancha por lo que ellos no tuvieron.."

- "Lo sé. Sin embargo, yo, Eriol Hiragizawa confieso que amo a mi pequeña esposa Yoko... por ella misma y no por los recuerdos de Kai Sung... aunque no puedo negar que sí, que a veces siento como si fuérameos doblemete felices por lo que ellos no tuvieron."

- "Nos queremos por quienes somos ahora, y es como una revancha por ellos. Tamnbién quiero que Tao tenga la vida que Wu Fang no tuvo.. "

- "Aunque sea a veces un niño con pensamientos y mente de adulto.." - se encogió de hombros- “ese contraste es muy cómico”

- “A mí no me lo parece” –se sonrojó ella otra vez- “me apena que nos vea y...”

No pudo decir nada más porque ya su esposo la estaba besando...

¡Y es que acababan de volver de su viaje de bodas!

- “¡Oh por favor!” –la maliciosa risita de Tao hizo saltar a Yoko y a Eriol soltar una carcajada- “¡por todos los Dioses Chinos Eriol!, después de todo un mes de viaje ustedes solos, siquiera deja que mi pobre hermanita respire un rato”

- “¡Tao!”

La azoradísima Yoko envió al niño a cambiarse a su habitación para evitar la sonrisa infantil, pero justamente cuando Eriol iba a convencer a su pequeña esposa de regresar a su habitación notó que ella contemplaba nuevamente aquella noticia en la prensa con cierta inquietud..

- “¿Qué pasa?” –insistió él, reteniéndola del brazo - “dime por favor qué te sucede, qué te está molestando.....”

- “No es que me moleste... pero...”

- “Dímelo”

Yoko dudó aún, pero se animó a preguntar con timidez:

- “Eriol... ¿por qué tus padres no fueron invitados a nuestra boda?”

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¡Hola Rei!
Ya que no dices nada cuando te llamo por teléfono y como mi hermana dice que molestarte muy tarde es ser pesado, te escribo a este lindo correo que yo mismo te hice en el servidor donde está el correo de tu papá ¿te acuerdas?, sí, ya sé que soy un genio –y si no me contestas a más tardar mañana te juro que te llamaré tres horas por teléfono, aunque sea de noche para ti-. ¿Aún te desagrada que te halla puesto “
Tsuki_wings_rei”?, bien, es que todos dicen que sólo te faltan alas para ser ángel -¡puagg, serías un ángel muy aburrido!- pero no lo uses como cuento para no contestarme –sé que odias el nick- o te irá peor. 
Te cuento que ha sido una semana rara. No me quejo, tengo un enorme cuarto con juguetes -fuera del cuarto donde duermo que es grande, en fin, ¡grandísimo!, doy cuatro vueltas a la cama y aún queda cama!- piscina calientita o fría para mí solito, una entrenadora personal que está guapa -¡ya no veo cuando crecer y ser adulto!-,  dos chefs que cocinan lo que se me antoja -y como ya en el colegio me estaban enseñando inglés me hago entender por ellos- y muchas, muchas más cosas que me encantan –video juegos, un pony, un robot muy bonito y otras cosas más- pero extraño a mi hermana un montón. Ella está aquí, pero… -je, je, ¿cómo decírtelo?, ¡tú no eres la reencarnación de un mago poderoso y adulto, como sí soy yo!- bueno, ella y Eriol se la pasan muuuuucho tiempo solos y no me hicieron caso en toda la semana hasta este desayuno. Yo sé que ella ya no es sólo mi hermana pero extraño que esté conmigo aunque cuando estamos los tres juntos, nos divertimos mucho.
¡Uy, uy!, te cuento que se armó la grande. Yoko vió hoy en el periódico a los papás de Eriol -¿por qué se toma tan en serio ese papel?, yo sólo leo las tiras cómicas- y se dio cuenta que ellos no estuvieron en la boda. Eriol no entiende porqué le preocupa tanto su familia y ahora mismo se fueron a visitarlos en la Embajada donde trabaja su papá –el de Eriol, ya sabes que yo no tengo- pero no lo sé. A mí también me parece raro. ¿Acaso serán extraterrestres?, ja, ja, es broma –dudo que te rías- pero es que sí son raros.. Eriol dice que es “inusual” que estén en un mismo país –él y su palabrería inglesa, muy bonita y enredada- pero a mí no me gusta eso de que sus papás estén por un lado y él por otro. Recuerdo a mi mamá y ella nos quería mucho por eso no entiendo, lo que sí te digo es que me suena a lío porque si son tan elegantes y finos no creo que les guste que Yoko y yo no tengamos dinero. Lo bueno es que Eriol dice que ellos siempre han “respetado sus decisiones” y que no suelen meterse en su vida así que espero todo salga bien. Y lo digo porque adoro el pony, la piscina, mi habitación de juguetes, mi robot, mis chefs y mi entrenadora y no me quiero quedar sin ellos. Aunque Eriol es muy acaparador -¡mi nueva palabra!- con mi hermana, creo que puedo acostumbrarme a ser tres en la familia ya que él es muy divertido y siempre estamos bromeando…
¡Ayyy!, escribí mucho (¡siempre supe que era un genio!, mira que bien mi e-mail, y vieras como manejo los video juegos), pero si no me contestas en cuanto recibas el correo ¡te repito todo esto mismo en seis horas por teléfono aunque allí sea noche o día!..
Tao.

 

La lujosa oficina del Embajador Japonés en Inglaterra era el epítome de lo más distinguido y elegante; difícilmente podía concebirse alguna frase o acontecimiento inapropiado en aquel recinto, pero la inalterable expresión hermética de Hajime Hiragizawa estaba siendo realmente puesta a prueba en aquel instante, aunque a algún espectador casual le hubiera sido difícil notarlo.

Efectivamente, el armonioso rostro del embajador no denotaba en lo más mínimo el fastidio que sentía desde hacía diecisiete minutos, pero apretaba su dorado bolígrafo con mayor fuerza según los instantes pasaban y repentinamente empezó a pensar en lo desafortunado que había sido que adelantaran la Fiesta Anual de Caridad del Reino Unido, ya que dicho evento motivaba que tuviera que soportar la charla insustancial de Regina aquellos minutos.

Además de la nueva sorpresa...

¿Eriol estaba también en el país?. 

- “¡Querido!” –saludó Regina con una hermosa sonrisa cuando su único hijo ingresó al despacho- “¡pero que sorpresa tan agradable y oportuna!, ¿sabes que adelantamos la Anual de Caridad?, ¡oh es la primera vez en casi tres años que estás en el país cuando preparo la fiesta!”

- “Buenas tardes Regina” –saludó el joven con una encantadora sonrisa, a la vez que se inclinaba con cortesía ante el despacho donde su padre se hallaba- “es un gusto saludarte”

- “Me alegra notar que cumples con lo que me ofreciste la última vez que charlamos” –replicó Hajime con tranquilidad- “aunque sinceramente no esperaba que estuvieras aquí para la temporada social de este año” –una fugaz nube pasó por los oscuros ojos del embajador- “después de lo de Nakuru”

Eriol disimuló y procuró aparentar una expresión dolida. Sabía que para todo el mundo, Nakuru Akizuki, su “prima” había muerto a consecuencia de los desastres de Tokyo. Ciertamente él sabía perfectamente que su antigua guardiana estaba muy bien y cómoda en su nueva identidad como sobrina de Shaoran Li, sin embargo su padre biológico creía que Nakuru había sido su sobrina y como parte de la farsa le había enviado una comunicación explicándole la “muerte” de Nakuru...

¡Menuda sorpresa!, ¡había leído su fax!.

- “Fué muy desafortunado” –murmuró Hajime con cierto toque melancólico en su voz, mientras Regina se secaba las lágrimas con un pañuelo antes que se le estropeara el maquillaje- “terriblemente desafortunado, sin embargo me alegra comprobar que te encuentras totalmente restablecido de salud. Mi asistente se alarmó cuando nos informaron de tu condición física”

- “Estoy perfectamente. Me recuperé en uno de los hospitales pertenecientes a la familia Imonoyama y no tuve problema alguno”

Hajime aseguró que estaba perfectamente enterado de la condición de Eriol y continuó escribiendo sus documentos con su flema acostumbrada mientras Regina comentaba asombrada no la recuperación de la salud de su hijo, sinó los estupendos recuerdos que tenía del clan Imonoyama en general...

- “El joven Nokoru debe haberse convertido en un muchacho encantador” –sonrió- “quizá pueda enviarle una invitación para la Anual de Caridad, hace mucho que no lo veo”

- “¿Acaso puedes admitir invitados inesperados a tu fiesta Regina?” –rió Eriol.

- “Siempre tengo espacio para tus amigos querido” –sonrió la hermosa dama rubia- “y si planeas un nuevo viaje te pido que sea corto, tal vez París o Montecarlo, pero por favor no te salgas de Europa. Estoy contando con tu presencia para dentro de una semana, Alice Birmingham no ha dejado de preguntar por ti desde aquella vez que te vió” –dudó confundida- “¿dónde fue eso?, ¿la India, Tahití, las Bermudas, Korea o..?”

- “Fue en Japón Regina” –rió nuevamente Eriol- “fue allí donde nos vimos por última vez. Y hablando de eso..”

-“¡Oh es cierto!” –suspiró- “ya te he dicho querido, viajas tanto que suelo marearme con todos los lugares que visitas. Japón tiene gente agradable y distinguida pero muy desagradables esos terremotos.. me destrozaban los nervios” –recordó algo- “creo que tenías un joven amigo allí, un muchacho encantador y distinguido que me agradó mucho”

- “Me alegra mucho que recuerdes a Shaoran Li”

- “Jamás olvido un rostro atractivo, además se notaba que era un joven de buena cuna” –comentó con suavidad- “claro que aquella chica que dijiste que era su novia... bueno”

Eriol suspiró. Su madre estaba en su tema favorito: las amistades y comentar sobre la forma de ser de las personas, pero no tenía tiempo de eso. Era extraño hallar a sus padres no sólo en el mismo hemisferio y país sinó en la misma habitación y era preciso aprovechar el momento...

- “Bien, la reunión de la Comunidad Europea será en aproximadamente una hora” –el tono de Hajime Hiragizawa estaba dando por terminada la audiencia a su esposa e hijo- “sin embargo espero que te presentes en Buckinghamm Palace lo antes posible” –aquella frase era evidentemente dirigida a Eriol- “El Primer Ministro y yo tenemos ciertos asuntos que tratar con la Reina pero sería apropiado que ofrecieras tus respetos a la familia real ahora que estás en Londres”

- “Además que tenemos un cronograma muy interesante de juego de cartas con las esposas de tus amigos Sir Larry Berkeley y Lord Frederick Melbourne” –insistió Lady Regina- “y por supuesto que Alice Birmingham estará feliz de verte”

- “Gracias” –asintió complacido mientras sonreía- “bien, en realidad no estaba aquí para asistir a ese tipo de reuniones pero estaré encantado de ir a Buckinghamm Palace cuando lo crea apropiado”- amplió su sonrisa antes de abrir la puerta, pero dijo como un leve comentario- “por cierto... me he casado hace un mes y una semana”

El embajador japonés ni siquiera levantó la mirada de sus documentos mientras la madre de Eriol miraba por dos segundos el rostro de su hijo antes de ..

- “¡Oh querido, tú siempre tan bromista!” –rió Lady Regina.

- “No es una broma madre” –se detuvo y cerró la puerta sin salir, pues súbitamente sintió que debía darle más importancia al decir la verdad,  aunque dudaba que a sus padres les pareciera algo serio- “me casé hace más de un mes. Mi esposa y yo acabamos de volver de viaje de bodas”

Hajime Hiragizawa dejó de escribir y miró a su único hijo con atención por algunos segundos...

Lady Regina aún reía burlonamente...

- “Mi matrimonio se celebró en Hong Kong”- replicó el joven sosteniendo su mirada azul con absoluta calma, pero sereno y veraz ante la inexpresiva faz de su padre- “fue según el rito anglicano y totalmente legal”

Los oscuros ojos de Hajime contemplaron a su hijo con interés y la veracidad que vió en aquellos azules ojos lo hicieron soltar su dorado bolígrafo por la sorpresa y levantar una ceja mientras Eriol disimulaba su asombro a duras penas con una sonrisa, ¡era la primera vez en su vida que veía a su padre quedar perplejo!.

- “¡Oh querido, querido!” –repetía aún sonriendo Lady Regina- “no cambiarás nunca querido mío, ¡siempre con tu encantador sentido del humor!, ¡pero esta vez sí que has sido más encantador que nunca!, ¡casado!, ¡tú casado!” –reía delicadamente, como toda una dama, pero era obvio que le hacía gracia- “¡a Alice y tus amigas les parecerá una broma divertidísima!”

- “¿Es entonces una boda legal?” –preguntó Hajime mirando a su hijo, aún sorprendido y poniéndose de pie ante su escritorio.

- “Totalmente”

- “¡Oh que divertido!, ¡que divertido!” –reía Lady Regina- “¡es la primera vez que te veo seguirle el juego a Eriol, Hajime!”

- “Si te has casado.. ¿por qué lo dices?” –ni padre ni hijo tomaban interés a la risa de la rubia- “¿acaso te has arrepentido y quieres que tramite tu divorcio?... sabes bien que no me ocupo de miniedades y sería mejor que le comentaras esto a mi abogado”

El joven sonrió sin ofenderse.

- “No tengo la menor intención de eso. Sólo estoy aquí por que había que aprovechar que coincidiéramos en el mismo lugar, es todo”

- “¡Oh que gracioso!”

- “Regina por favor, deja de reírte” –pidió el embajador, muy serio y volviéndose a sentar, perdiendo finalmente la paciencia ante los gestos de la dama- “¿acaso no te das cuenta que no es una broma?, nuestro hijo habla muy en serio al decir que se ha casado”

- “¡Oh por favor Hajime!, ¿cómo se te ocurre?, ¡estás creyendo su broma completamente!, ¿cómo mi hijo, mi único hijo va a casarse en el extranjero?”

Eriol suspiró.

- “En realidad no voy a casarme Regina, ya lo hice. Por cierto, mi esposa es natural de Hong Kong y su nombre es Yoko” –se volvió a su padre con tanta naturalidad como si lo viera todos los días- “Incluso papá” –el embajador pareció atónito- “fue ella quién me comentó lo descortés que sería no visitarlos ya que estamos coincidiendo aquí, al fin y al cabo somos una familia. Y ahora mismo van a conocerla” –miró a Regina, que aún lo miraba sin creerlo- “créelo mamá, no es broma…”

Los ojos de Hajime Hiragizawa se abrieron como platos por la sorpresa ¿hace cuantos años que su único hijo no le decía “papá” con esa familiaridad?..

- “¡Cielo santo!” –murmuró el embajador súbitamente asustado- “¿quién es y que hizo con nuestro hijo?”

Por otro lado, Eriol había llamado a Regina de la única forma que la asustaba en el mundo y a la dama le estaba dando un sofoco..

- “¡Eriol no me digas mamá por favor, soy demasiado joven para ser tu madre!” –la rubia miró a su esposo captando súbitamente la seriedad del tema- “¡Oh Hajime!, ¿realmente lo ha hecho?”

- “No veo otra explicación para su extraño comportamiento…”

- “Pero, pero…. mi hijo… mi único hijo…mi Eriol...” –balbuceó la elegante dama- “¡no puede haberse casado sin haber salido en las crónicas sociales de toda Europa!, además.. ¿quién es ella?, ¡tiene que ser una persona muy importante porque…”

La puerta se abrió nuevamente y ambos embajadores quedaron mudos de asombro. Junto a la alta y elegante figura de su hijo estaba una pequeña y azorada figurita. Una muchachita preciosa, de larguísimo y ondeado cabello negro y enormes ojos grises sombreados por pestañas espesas y largas pero que curiosamente resaltaban una mirada increíblemente ingenua. La tez de la chiquilla era muy pálida y su contextura evidentemente frágil, pero pese a estar acostumbrado a la elegancia y belleza Hajime Hiragizawa no pudo menos que reconocer interiormente que era deliciosamente inocente y bella. Su aspecto virginal era evidentemente resaltado por los zapatitos sin tacón y blancos al igual que el hermoso vestido que le llegaba casi hasta las rodillas y sus pequeñas manos estaban cubiertas por blancos guantes de encaje…

- “¡Cielo Santo Eriol te has casado con.. con…” –casi gritó Lady Regina al borde de un desmayo- “¡UNA NIÑA!”

La cara de Yoko se puso muy colorada mientras su joven esposo encontró difícil poder contener la risa. Por supuesto que él ya sabía que Yoko se veía como una chiquita de quince años –pese a que tenía dieciocho- pero no había contado el contraste de su alta estatura junto a la menuda figura de su esposa…

- “Yoko cumplirá pronto diecinueve años” –repuso ampliando su sonrisa, mientras la aludida hacía una leve reverencia a sus padres-“Hajime Hiragizawa y Regina Glaston” –les presentó- “mi madre y  mi padre”

- “Es… un honor, señores” –murmuró la joven china con timidez.

- “Pe.. pero… no sé vé que tenga dieciocho” –dudó aún Lady Regina, sin contener su asombro y olvidando reclamar a su único hijo que se sentía anciana cada vez que le decía “mamá”- “¿estás segura que no eres una niña?”

- “Bueno, lo fue antes de que nos casáramos, pero ya no” –rió Eriol con cierto toque de malicia- “eso te lo puedo asegurar mamá… Yoko ya no es una niña”

La cara de Yoko se puso como un tomate mientras Regina palidecía y se desplomaba sobre la butaca con gesto casi teatral y Hajime Hiragizawa miraba la escena ante sí sin creerlo…

- “¡Aire!, ¡Cielo Santo, necesito aire!, ¡me desmayo!” –murmuró Regina.

Yoko se adelantó con preocupación y rapidez para evitar que la elegante figura de la madre de Eriol se deslizara de la butaca hacia el alfombrado suelo mientras su esposo no parecía sorprenderse en lo más mínimo ante los desmayos de su madre..

- “Dale esto y no te preocupes” –le dijo antes de alcanzarle un frasquito de sales- “le sucede con frecuencia”

Los ojos grises y asustados de Yoko contemplaron los azules de Lady Regina –los mismos ojos que Eriol había heredado, si bien sus expresiones eran tan diferentes- y la dama inglesa miró a la chica extranjera aún preguntando..

- “Realmente ¿tienes dieciocho años?”

- “Sí, milady”

Lady Regina miró a la “niña” de pies a cabeza y lo que vió motivó un nuevo gesto en ella -como para desmayarse- de modo que Yoko suplicó a Eriol que condujera a la dama a un aposento más fresco. El muchacho se encogió de hombros sin comprender el motivo de la alarma de su esposa –bien sabía él que su madre siempre sufría de desmayos imaginarios- pero condujo a Regina y a la chica china a una terraza cercana antes de volver al despacho de su padre…

- “Supongo que a Yoko le tomará algo de tiempo descubrir lo delicado de los nervios de Regina” –rió antes de despedirse del autor de sus días- “lamento mucho haberte retrasado, nos iremos ahora mismo”

- “¿Realmente te has casado con esa niña?” –replicó su padre, tan serio como de costumbre- “¿y en Hong Kong?” –su hijo asintió con calma- “no lo comprendo…”

- “¿No comprendes por qué me casé?”

- “No, lo que no entiendo es por qué te tomas la molestia de presentárnosla. Siempre has tenido libertad de obrar a tu manera y nunca te he criticado, si bien muchas de tus decisiones no son las que yo hubiera tomado”

Eriol suspiró íntimamente. El y Hajime jamás podrían entenderse…

- “Me sorprende que te presentes aquí con esa jovencita” –se acomodó nuevamente en su despacho y miró a su hijo- “considerando especialmente que es…. “diferente” al tipo de jóvenes con las que sueles involucrarte. No discuto tu decisión de casarte en lo más mínimo pues siempre has tenido autoridad para tomar tus decisiones, pero no negaré que me has sorprendido.”

- “Es que Yoko es una persona realmente especial”

- “¡No, no!, ¡eso no puede ser!, ¿es que eso es todo lo que vas a decirle Hajime?”

Padre e hijo volvieron el rostro hacia la puerta, misma por la cual acababa de interrumpir la voz aguda y matizada de pánico de Lady Regina.

- “¿Dónde está Yoko, mamá?”

- “Le pedí que me trajera una medicina de mis habitaciones” –replicó la rubia- “Eriol, querido… ¡tienes que decirme de donde sacaste a aquella chica!, es decir… no entiendo, ¡no comprendo!. Es obvio que no es de nuestro status y ni que se diga que es extranjera” –Hajime alzó una ceja desde su escritorio y Regina no volvió a tocar aquel punto pues las cosas se complicarían en su matrimonio y eso no era algo que le gustara- “¿quién es?, ¿quiénes son sus parientes?, ¿de que abolengo son sus padres?, ¿cómo la conociste?”

- “Mamá por favor..”

- “¡Cielo Santo, hasta hablas como un burgués y me estás diciendo “mamá”!”- murmuró dejándose caer en una butaca- “querido no entiendo… no entiendo nada. Tú que siempre has salido con las muchachas más sofisticadas y aquella niñita..”

- “Te digo que Yoko ya no es una niña Regina” –dijo riéndose, con evidente intención de molestar a su madre- “yo puedo dar fé de eso”

Una luz de comprensión brilló en la mirada azul de la dama inglesa mientras el embajador contemplaba la primera reacción maternal -¿o social?- de Regina hacia su hijo en muchos años, con algo de sorpresa..

- “¡Entonces es por eso!” –suspiró la rubia- “¡pero querido!, ¿cómo pudiste obrar por la solución más prosaica habiendo tantos métodos para evitar tan desastrosos enlaces?” –continuó ante el asombro de su hijo- “esta encinta ¿verdad?” –añadió antes que Eriol tuviera ocasión de protestar- “¡pero no tenías que casarte por eso!, es decir, hay formas para evitar esas “cosas” incómodas sin tener que casarte con la muchacha… y esto, por cierto, para el caso que estés seguro que el bebé es tuyo por que con chicas de ese status nunca se sabe; no quiero ofenderte querido, pero a veces ustedes los hombres pueden ser tan ingenuos”

Un relámpago pasó por la mirada de Eriol…

- “Regina, no sigas. No sabes lo que dices” –protestó- “Yoko es mi esposa y..”

- “No, no. Aún hay forma de solucionarlo, porque no la has presentado aún a nuestras amistades” –añadió pensativa, mientras el embajador contemplaba la escena con interés desde su escritorio- “es decir, lo primero es anular el matrimonio, al fin y al cabo se pueden desaparecer los documentos en Hong Kong; lo segundo es decirle que se haga análisis para ver si la criatura está bien y aprovechando aquello… bueno, deshacerse del problemita. Aunque yo primero sugeriría pruebas para estar seguro que el bebé es realmente tuyo”

- “Regina, Yoko no está esperando un bebé” –intervino muy serio, casi enfadado- “es decir, no hasta ahora, que yo sepa y si lo estuviera, te puedo asegurar que no habría la menor duda que sería mío ya que a ella nunca la ha tocado otro que no sea yo”

- “¡¿Cómo?!, ¿no está encinta?, ¿y por qué te casaste con ella entonces?” –se asombró la rubia- “no se me ocurre otro motivo por el cual un muchacho como tú, que es digno de una princesa o una millonaria, se me presenta aquí con una niña desconocida como esposa”

- “Me casé por que la amo”

Regina parpadeó sin comprender mientras Hajime captaba finalmente el enigma del “por qué” de la boda de su hijo. ¡Eriol se había enamorado!.

- “¿Amor?” –repitió la rubia sin creerlo- “¿y te casaste por eso?, pero ¿qué tiene que ver el amor en el matrimonio?, ¡eso es absurdo querido!, no puedo entender de donde sacaste aquellas ideas tan ridículas”

- “No tienes idea de lo que dices” –había cierto dejo de advertencia en el joven, que nunca habían notado ni Regina ni Hajime- “y les voy a agradecer que sean corteses con ella. Yoko es muy intuitiva y no me gustará que le hagan algún tipo de desaire como el que le hiciste a mi amiga Sakura cuando te la presenté Regina; además que Yoko es ya mi esposa y…”

- “¡Pero ni siquiera conozco a sus padres!, ¡no me has indicado que abolengo tienen!, ¿cómo puedes haberte casado sin haber salido en la prensa europea y sin decirme los títulos o propiedades que tiene?, porque no irás a decirme que no tiene nada.  ¡Eso sería el colmo de tus excentricidades querido!”

- “La verdad es que Yoko no tiene bienes ni propiedades Regina”

- “¡Lo sabía!, desde el momento que no me hablas de los padres de ella ya me lo estaba temiendo” –la dama estaba al borde del sofoco- “¿cómo ha podido pasarte esto a ti querido?, ¡siempre has sido tan equilibrado!. No dudo que de momento estés encandilado con aquella niñita” –suspiró- “aunque no entiendo el por qué” –luego continuó- “pero son tan diferentes que no sería buena idea que sigas con ese matrimonio. Es decir, para ti ella será divertida mientras creas que la amas y para ella... bueno querido,  eres una magnífica forma de cambiar de status social además de ser apuesto y encantador, ¿qué mas puede pedir una mujer?”

- “Regina, te aseguro que a Yoko..”

- “¡Mi hijo ha caído en las garras de una “trepadora social”!, ¡sólo quiere vivir a costa tuya!” –se lamentó la rubia sin hacer caso a lo que Eriol trataba de decirle- “¿cuánto te persiguió?, ¿cuánto te acosó?, ¡oh cielo santo, necesito un médico por que mis nervios están deshechos!”

Hajime Hiragizawa suspiró desde su escritorio y Eriol le alcanzó a su madre su frasco de sales antes de decirle directamente y con cierta ironía..

- “Regina... estás equivocada en todo. Ni a Yoko le importa vivir a costa mía, ni me acosó o persiguió en modo alguno. Al contrario. Soy yo quien tuvo que perseguirla y casarme de prisa antes que ella se me escapara, ¿lo entiendes?, ella es muy especial y vale más para mí que todo el dinero o los status que tanto defiendes”

Y dando por terminada la charla el joven salió del despacho de sus padres sólo para encontrarse con la mirada angustiada de Yoko que estaba de pie en la misma puerta del gabinete del embajador, con una expresión que delataba claramente que lo había escuchado todo....

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Buenas noches.
Deseo que todo salga bien para ustedes.
Rei.

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Sé que no te gusta hablar, pero ¿TAMPOCO ESCRIBIR?. Yo contándote todo como loco y tú nada, nada, nada…A veces no sé porqué soy tu amigo. Lo único bueno fue que me contestaste al instante, pero para lo que escribiste..
¡Uy!, te salvó la suerte de otro mail porque veo el automóvil de Eriol venir por el jardín..
¡Ahora si sabré como les fue!
Tao

- “¡Si yo hubiera estado allí lo hubiera puesto todo en claro!” –chilló el niño, frunciendo el ceño con enfado- “¿cómo se les ocurre decir eso de mi hermanita?...” –dudó al ver en el semblante de Eriol una expresión muy seria- “bueno, yo sé que son tus padres pero debes admitir...”

- “No tienes que decírmelo Tao, lo sé” –asintió- “supongo que debí prever estas cosas. La verdad es que no imaginé que Regina asumiera una posición tan absurda, sinceramente esperaba que reaccionara como mi padre” –suspiró- “menudo error de cálculo”

- “¿Y no habrá ningún tipo de problema por eso?”

- “No, descuida. No me enfadé con ella por que Regina es algo..... ¨inestable¨ en sus opiniones y estoy seguro que antes que termine la semana lo habrá olvidado” –se encogió de hombros mientras Tao no dudaba ya que la elegante dama que era madre de su amigo podía ser bien descrita como “cabeza hueca”- “lo que me inquieta es que Yoko escuchara esas frases. Lo último que deseaba era que la lastimaran o humillaran de alguna manera, aunque me sorprendió que no se pusiera a gritarle a Regina su honradez..”

- “¿Estás loco?, ¡ella jamás haría eso!”

- “¿Te parece?, en realidad tu hermana no es del tipo que tolera humillaciones gratuitas de nadie Tao... eso lo sé” –reflexionó- “Por eso mi sorpresa cuando se despidió con humildad de mis padres y abandonamos la embajada sin ningún alboroto..”

El niño pequeño adoptó una pose explicativa..

- “Por supuesto que Yoko se enfrentaría a cualquier persona por ese tipo de comentarios ya que es lo que ella más odia, pero hay un punto importante que has pasado por alto Eriol: quien se lo dijo fue tu madre.. TU madre, y eso para Yoko es muy importante. Ella adoraba a mamá y estoy seguro que jamás haría algo que motivara alguna desavenencia con tus padres, aunque tenga que tragarse su orgullo por eso”

- “¿Sólo por que Regina es mi madre?” –se sorprendió.

- “Sí, claro. ¿Cómo se te ocurre que mi hermana iba a enfadarse con tu mamá?, nosotros sabemos bien lo importante que son las madres y mi hermana no iba a ocasionarte problemas con tu familia, la familia es importante...”

Eriol parpadeó, algo confuso. Pero recordó entonces el fuerte vínculo afectivo que Yoko había tenido con su difunta madre y lo comprendió, aunque supo también que tendría que charlar con ella al respecto..

¿Cómo explicarle que ni él ni Regina tenían un vínculo tan estrecho?.

Al fin y al cabo, no todas las familias son iguales...

- “Entonces, nos queda una larga conversación al respecto” –suspiró notando que ya era de noche- “ojalá no demore demasiado.. por cierto, ¿a dónde fue?, ya me tiene preocupado”

- “No lo sé. Se levantó muy temprano y me dijo que no quería despertarte y que tenía que hacer algo para probarle a tu mamá que no era una “aprovechada”. Dijo también que estaba decidida a que tú no cambiaras tu forma de vida por su culpa” –se rascó la cabeza con ademán perplejo- “además que mencionó gastos..”

- “¿Gastos?”

Tao no tuvo tiempo de contestar. Yoko acababa de llegar.

- “¿Qué te pasó?” –le preguntó Eriol viéndola sonreír y con enormes paquetes en ambos brazos- “¿de donde sacaste eso?” –la miró con divertida ironía - “te marchas por la mañana antes que me despierte y regresas bien entrada la noche. Si no fuera porque llevamos poco tiempo de casados pensaría que ya te aburriste de mí..”

La chica hizo un mohín gracioso y terminó de acomodar las bolsas en la elegante mesa del comedor.

- “Claro que no, pero anoche no pude dormir y...”

- “Por supuesto que no pudiste dormir” –rió su esposo, con un brillo en los ojos- “¿acaso te molesta tanto?”

La chica se sofocó –como siempre en presencia de Tao- y empezó a hacer muecas y pucheros..

- “¡No, no, no me refiero a eso!” –replicó con el rostro colorado- “lo que pasó es que... bueno, al amanecer me puse a pensar en lo que pasó con tus padres y en realidad no puedo culparlos” –antes que él dijera algo, continuó - “es decir Eriol, me puse a pensar en los gastos que hemos tenido este tiempo, y especialmente los de esta casa”

- “¿A qué viene eso?, ¿quieres marcharte de Inglaterra?, si te parece separaré pasajes en un crucero y...”

- “No, no es eso” –dudó- “pero dime, si tú hicieras eso... ¿cómo se pagan esos pasajes?”

- “¿Cómo?” –realmente no entendía nada, y por la cara de Tao, notaba que no era el único- “pues con dinero, ¿qué más?, es decir... separo los pasajes y listo”

- “Pero... el dinero, el pago al hotel, los paseos, los autos, los gastos para la escuela donde quiero inscribir a Tao.. ¿de donde salen?”

Eriol la miró aún más confundido.

- “No entiendo de lo que hablas”

- “La forma en que hemos estado viviendo” –Yoko parecía avergonzada- “es cara, y me apena aceptar que no se me había ocurrido en qué forma se estaban pagando aquellos gastos, es decir.. el dinero...”

- “De modo que es eso” –sonrió Eriol- “olvídalo y no te preocupes, tengo una asignación mensual que cubre todos mis gastos”

- “¡Eso es lo que me temía!” –dijo interrumpiéndole- “esa asignación mensual es de parte de tus padres ¿verdad?” –su esposo asintió- “¡no sabes lo avergonzada que me siento!, ¡ya sé porqué tu madre pensó eso de mí y no le faltaba razón!”

- “¡¿Pero qué te pasa?!” –chilló Tao mientras Eriol quedaba mudo de asombro.

- “Tao, por favor, esto es algo personal” –suplicó antes de volverse hacia su esposo- “justamente por eso me he jurado a mí misma que no voy a obligarte a cambiar en modo alguno el modo de vida que tienes, pero al mismo tiempo tengo que demostrarles a tus padres que no soy una aprovechada que piensa vivir a su costa...”

- “Yoko, no eres una aprovechada, eres mi esposa”

- “Lo sé, pero no me he comportado de la manera apropiada” –sonrió- “y justamente estaba tomando medidas al respecto”

- “Casi temo preguntar que medidas...” –murmuró Tao.

- “¡Tao!” –le regañó- “mira Eriol, ya te digo que no quiero que cambies tu forma de vida y lo que es de tus padres es tuyo pero eso no puede aplicarse a mí y mi hermano, por eso mismo es que no pienso tocar un solo céntimo de tu dinero”

Los ojos azules parpadearon sorprendidos.

- “Yoko, es absurdo. Es decir... te aseguro que mis padres no nos dejarán sin dinero por muy inesperado que les haya parecido nuestro matrimonio, no tienes por qué ponerte tan orgullosa”

- “Te juro que no es orgullo” –sonrió, contenta- “es sólo que quiero probarle a tu madre no tiene razón al pensar que soy una chica que quiere aprovecharse de tu fortuna para arreglar su vida. Por eso mismo es que no tocaré dinero de ellos, hice una lista y separé convenientemente lo tuyo,  lo mío y de mi hermano incluyendo alimentos, gastos diversos, los servicios de la casa, en fin, creo que todo. No tienes que preocuparte de los tuyos pero ahora yo pagaré mis gastos y los de mi hermano”

- “¡Oye, a mí no me metas en esto!”-protestó el niño.

- “Tao, los señores Hiragizawa no tienen por qué ocuparse de ti ni de mí” –dijo suavemente la chica mientras Eriol no sabía si reír o angustiarse- “Eriol siempre será su hijo pero nosotros no vamos a aprovecharnos del dinero de sus padres, no es justo”

- “Olvida eso Yoko, te preocupas si necesidad. Ya te digo que a mis padres se les olvidará el asunto la otra semana. Dudo que mi padre se quede hasta el Anual de Caridad y te aseguro que Regina tiene todas sus ideas en la fiesta, de modo que no te preocupes”

- “Pero no quiero que piensen que aprovecharé su dinero para arreglar mi vida, ya te lo dije”

- “¿Y por qué no?” –protestó Tao- “si a Eriol no le molesta y sus padres lo olvidarán en unos días no sé por qué te preocupas tanto, además ¿de donde sacaríamos el dinero para mantenernos tú y yo si insistes en tener los gastos de Eriol separados de los nuestros?”

La sonrisa ingenua de Yoko se amplió en su pálido rostro y una GRAN gota surgió sobre las cabezas de Eriol y Tao..

- “¡Eso es lo que me pasé solucionando hoy!” –anunció la chiquilla- “¡y tuve mucha suerte!, ¡es lo mejor de todo!, ¡CONSEGUI EMPLEO!”

Silencio.

- “Y lo mejor de todo son los lugares donde los conseguí porque conseguí más de uno” –añadió mostrando el contenido de las bolsas, sumamente feliz- “trabajaré en un supermercado la mitad del día y de allí podré sacar víveres para ti y para mí, hermanito” –Tao trató de balbucear algo, pero no pudo- “después trabajaré en un pequeño café cerca de Plaza Trafalgar. Es muy acogedor y lo mejor de todo es que ya me dieron hasta los uniformes que usaré, ¿no les parece genial?”

- “´Genial´ no es precisamente la palabra que buscaba..” –replicó Eriol, con un suspiro- “Yoko, ¿no crees que estás exagerando?, lo que dijo Regina no tiene la menor importancia, créelo, a ella misma se le olvidará todo en días... tendrá varias reuniones que presidir y..”

La alegría de la chica se tornó en pensativa reflexión.

- “Sus palabras si fueron importantes Eriol, y lo fueron por que eran la verdad. Comprendo que a tu madre no le haga gracia que yo me case contigo de buenas a primeras y viva plácidamente de SU dinero, es lo justo. Además, no te inquietes por favor, yo no quiero que tú cambies por mi culpa ¡es lo último que deseo!” –le dijo mirándolo con la inquietud reflejada en los enormes espejos grises de su rostro- “todo esto no tiene que afectarte, tú no tienes que privarte de nada por mi culpa, lo de tus padres es tuyo pero no mío. Por favor.... déjame probarle a tu madre que el dinero que tú tienes no es nada importante para mí y que no lo necesito”

El hechicero inglés suspiró.

- “Haré una cita con mi padre en cuanto él tenga un espacio en su agenda” –le dijo- “y entonces verás por ti misma que te estás preocupando inútilmente..”

- “Bien, pero trabajo a partir de mañana” –sonrió- “e ingreso muy temprano, de modo que es mejor que guarde todo esto y después cenaremos y a dormir”

- “Es mejor que vayas a darte un baño, debes estar muy cansada. Tao y yo ordenaremos esto porque ya cenamos... anda, no te preocupes” –cuando la feliz figurita de Yoko se marchó a sus habitaciones la mirada azul de Eriol tropezó con la de reproche de Tao y le respondió- “¿qué esperabas que dijera?”

- “¡No lo sé, pero esto es absurdo!” –chilló el niño- “¡ahora tengo que recortar mis gastos y no es justo!. Eriol, por favor, convéncela para que no tome en serio lo de tu madre, ¡voy a tener que volver a cuidar cuanto dinero gasto y eso no me gusta!”

- “Bien, quizá en tu caso sea provechoso” –rió terminando de acomodar los uniformes de Yoko- “disfrútalo..”

- “No te hagas el gracioso conmigo. Como tú no eres el perjudicado todo te divierte... ¡pero no es justo!”

- “Vé a dormir de una vez... mañana haremos una lista de tus gastos” –rió jocoso.

El niño se marchó protestando entre dientes y el joven inglés se encogió de hombros muy divertido mientras ingresaba a su habitación con una sonrisa. Misma que se desvaneció al notar que su pequeña esposa estaba profunda y totalmente dormida.

- “¡Vaya!, realmente debe haber sido muy pesado estar buscando trabajo todo el día..”

Alzó una ceja... bien... ciertamente no había pensado que también él podía salir perjudicado con ese asunto pero quizás se estaba preocupando inútilmente. De modo que se acomodó a su lado con cuidado y delicadeza, rodeando el talle de Yoko con ternura pero la chiquilla estaba real y completamente dormida...

Eriol suspiró.

- “Tengo que hacer esa nueva cita con mi padre lo antes posible” –murmuró- “por que de lo contrario saldré mucho más perjudicado que Tao..”

Y es que realmente no había pensado en eso.

Yoko era demasiado responsable en asuntos laborales –y en todo lo que se proponía en general- y asumió sus nuevos empleos con la seriedad de siempre. Como tal se marchaba muy temprano –Eriol aún dormía- y volvía muy tarde. Su joven esposo sabía que estaba muy cansada, que tenía serios problemas por el idioma –apenas había empezado a hablar inglés fluidamente poco después de su boda y a veces se confundía aunque tenía muy buen acento- y sin embargo lucía una sonrisa en el rostro mientras él se aburría mortalmente...

¡Que semana tan difícil había sido aquella!

La contempló dormir y suspiró deseando que nunca hubiera tomado tan en serio las palabras de Regina. ¿Estaba siendo egoísta?, sí, por supuesto, pero eso no le importaba, sabía que las frases de su madre habían humillado mucho a Yoko y que la chiquilla sólo deseaba demostrarle a Lady Regina que lo que ella amaba era a la persona que era Eriol Hiragizawa, no a su dinero ni a la protección económica que le ofrecía, pero ciertamente él extrañaba mucho disfrutar de la compañía de su esposa. Sin embargo, la pobre muchacha estaba tan agotada por sus trabajos que no podía menos que ser complaciente con ella y conformarse con contemplarla dormida...

Tan cerca y tan lejos.

- “¡Regina, Regina!” –suspiró antes de ingresar al despacho de su padre, recordando la charla que había tenido con Tao la tarde anterior- “si supieras los enredos que me ocasionas..”

- “Ahora no te hace tanta gracia ¿no?” –le había dicho el niño, mientras el hechicero “mataba el tiempo” leyendo un libro- “¿por qué no haces algo?, Yoko ya consiguió un tercer empleo y se acerca el fin de mes y está lista para pagar “mi parte y la suya” de los servicios, además que ya no deja que el personal de empleados de la casa me atiendan a mí o a ella. ¿Piensas dejar que siga así?..” –dudó preocupado- “oye Eriol, yo no sé si te diste cuenta pero mi hermana no estaba todavía repuesta cuando huyó del hospital después de la pelea, en Macao tenía tres empleos que era lo que le permitían pagar mi escuela, que era la mejor. No quiero que le pase nada y por eso estaba contento desde que se casaron porque sabía que tú la cuidarías pero..”

- “Tao, por favor...” –replicó cerrando el libro- “extraño a tu hermana, y créeme: soy el más interesado en que olvide eso de los empleos” –el niño contuvo una risita- “nunca creí que se lo tomara tan en serio pero se ha puesto tan obstinada con eso de que ´mi madre tiene razón´ y no quiere recibir dinero de mis padres, que me tiene desconcertado”

- “Es que a Yoko le gusta ganarse por sí misma todo lo que tiene y lo que dijo tu mamá le afectó. Quizá no se hubiera dado cuenta por mucho tiempo, pero ahora que tu madre se lo soltó en la cara vá a ser difícil que lo olvide..”

- “Dinero de mis padres...” –repitió Eriol, pensativamente.

- “Quizá si le mencionas que ahora somos todos una sola familia logres convencerla. Ella siempre hace lo que tú quieres, lo que le duele es que el dinero sea de tus papás. Si le sales con eso de que tú y ella son esposos y que lo tuyo es de ella... ”

Eriol tomó una actitud reflexiva durante algunos minutos, notando como lo expresado por el niño iba en total acorde con la idea que no dejaba su mente hace días. Aquella había sido su decisión la noche anterior y era lo que iba a decirle a su padre en ese momento...

- “¡¿QUÉ?!?” –por primera vez en toda su vida Hajime Hiragizawa casi gritó espantado y perdió la compostura... por nueve segundos, pero la perdió- “¡¿es cierto lo que me dices?!”

- “Exactamente, pero si te parece desagradable o absurda la idea no tengo el menor inconveniente en..”

El embajador japonés en Inglaterra miró a su único hijo con una incredulidad que no podía disimular..

- “¿Por qué?”

- “¿Por qué?” –repitió Eriol- “hay miles de razones: diversión, acontecimientos peculiares, el tiempo apropiado, pasatiempos más interesantes que jugar polo, preparar galletas en un día especial.. ¿qué importa?”

- “¡¡¡¿Galletas?!!!!!”

- “Era una idea personal, olvídala” –comentó encogiéndose de hombros- “en cuanto a la utilidad...”

- “No puedo imaginar que...”

- “Te recuerdo que estudié Leyes y Administración Internacional, ¿lo olvidaste?. Ese fue el motivo por el que estuve en Oxford y conozco gente de allá” –añadió sin darle importancia- “por supuesto que jamás pensé en ejercer y mucho menos aquí, pero si no crees que sea útil..”

Los ojos oscuros del embajador miraron los de su hijo y contempló aquella mirada azul muy decidida con asombro. ¡Increíble!.. era la misma expresión que tenía la tarde que presentó a aquella chiquilla, la misma expresión que nunca antes había apreciado en Eriol pese a todos sus notables talentos –y eso que el embajador no tenía verdadera idea de los “talentos” reales de su único hijo- pero, ¿acaso tenía un motivo?.

Aquella niña con la que estaba casado.

Mecánicamente llamó a su asistente y le indicó que su hijo iba a trabajar en la embajada; por supuesto que Trevor –su ayudante de tantos años- era un circunspecto y correcto inglés pero tampoco pudo contener el asombro cuando supo que el siempre alejado hijo de Hajime Hiragizawa deseaba hacer algo que todos dudaban ocurriera algún día.. ¿ingresar a la embajada no sólo como visita?.

Mientras el empleado salía del lugar tratando de asimilar lo ocurrido el embajador contempló a Eriol con interés..

- “Es la niña ¿verdad?, ¿te lo ha exigido?”

- “No. Lo he decidido yo” –replicó- “Yoko no desea que cambie mi forma de vida y por lo que le dijo Regina se ha buscado empleos para mantenerse, sin recibir una sola libra de parte de ustedes”

- “¿Trabaja?” –el embajador no podía creerlo- “¿pero por qué?, ¿sólo por lo que dijo Regina?” –dudó- “¿y no quiere el dinero?”

- “No. Tal vez suene vanidoso de mi parte decirlo pero Yoko nunca ha querido dinero, me quiere a mí” –dijo con calma y en forma impersonal pero siendo honesto, más de lo que nunca había sido con su padre- “sin embargo me ha parecido que es tiempo de hacer algo”

Padre e hijo se contemplaron en silencio por algunos minutos.

- “Agradezco profundamente tu tiempo. Sé que tienes el día muy ocupado, pero no podía esperar otra semana para charlar contigo” –continuó Eriol a modo de despedida- “¿sabes algo de Regina?”

- “Está en España, coordinando la presencia del Príncipe de Asturias para su Anual de Caridad” –añadió antes que su hijo se marchara- “Eriol: tal vez sea posible que tú y la niña...”

- “Yoko” –sonrió antes de aclarar- “Y no es una niña”

- “Viajen en mi crucero particular” –continuó el embajador- “creo que podrían vacacionar ahora, ya que aún podrías empezar con calma a trabajar en dos meses “ –continuó mientras pensaba de prisa- “esa temporada sería muy buena para Yoko y para ti. La Subsecretaría de Cultura estará disponible y a tu gusto, pero creo que a Trevor le tomará tres meses disponer de todo. Tres meses. Después del Anual de Caridad”

- “¿Tres meses?”

La mente de Eriol voló en fracción de segundos captando la velada sugerencia de su padre biológico en lo que valía. Efectivamente, Yoko no estaba aún en condiciones de presentarse en una fiesta de la categoría del Anual de Caridad pero si se tomaba tres meses podría no sólo pasarla muy bien con su esposa sinó entrenarla para una reunión futura.

Y es que hubiera sido imperdonable que él estuviera en el país y no asistiera a esa fiesta..

- “Cuando vuelvan y si todavía estoy en Inglaterra no me molestaría darles algunos minutos en mi agenda. Coordina con Trevor” –le indicó Hajime con su calma acostumbrada pese a que tenía gran curiosidad por cambiar frases con la “niña” que había logrado aquellos cambios en su hijo- “eres libre de tomar la decisión que te parezca.. como siempre”

- “Bien, lo pensaré” –dijo sabiendo que aceptaría.

Aunque tenía que conversarlo con los nuevos miembros de “su” familia.

La reacción del pequeño Tao fue tal y como Eriol había supuesto, es decir, el niño saltó, bailó y se pasó casi dos horas en el teléfono contándole a Rei sus pesares –otra vez no consideró que en Japón no tenían el mismo horario- pero por supuesto que las cosas fueron realmente diferentes cuando Yoko llegó de sus empleos..

- “Pero Eriol.. ¡yo no puedo aceptar eso!” –dijo preocupada- “¿y qué pasará con mis trabajos?, las personas de mis empleos confían en mí y yo no puedo desaparecerme así, ¡sería mucha ingratitud de mi parte!”

- “Pero hermana... ¡¿prefieres trabajar mañana que ir de paseo en un crucero “particular”?!” –chilló el pequeño Tao.

- “No puedo dejar así los empleos..” –explicó- “tengo turnos en el supermercado, también en la cafetería y en la tienda, si yo me marcho hago que las demás personas que trabajan conmigo tengan problemas...”

Eriol se acomodó al lado de Yoko en el sofá.

- “Sé que haces esto por lo que dijo Regina, pero ha llegado demasiado lejos Yoko....”

- “¿Lejos?” –repitió Tao- “Eriol... en la escala de 1 al 10 ¡estamos en 12!”

La chica inclinó la cabeza comprendiendo la actitud de él. Y realmente la entendía, pero ¿cómo evitarlo?, sólo quería que la elegante Lady Hiragizawa no la considerara una arribista..

- “Sé que no he tenido mucho tiempo para ti y lo siento” –dudó dirigiéndose a Eriol - “pero ¿cómo me ganaré el respeto de tu madre si hago esto?”

El hechicero inglés suspiró.

- “Yoko, no quise decírtelo antes pero la verdad es que a Regina no le importará lo mucho que tú trabajes, al contrario, le horrorizaría saberlo” –le explicó- “lo que en realidad a ella le gusta son aquellas tonterías de dinero y títulos nobiliarios, el jet set internacional y cosas así. Esas cosas que precisamente a ti no te gustan y que a mí tampoco. No te preocupes demasiado en agradarle, a ella le agrada criticar a las personas, fiestas y reuniones sociales. Lo demás está en segundo plano.. créelo”

- “Como que ya nos hacemos a la idea Eriol” –interrumpió Tao, otra vez- “aunque nunca imaginé que tu mamá fuera tan.... bueno, tan peculiar”

Ninguno de los esposos Hiragizawa tomó en serio las frases del niño.

- “Pero es tu mamá..”

- “Sí” –sonrió su esposo- “y sé perfectamente como es, no te inquietes por mí. Lo que sí quiero que tengas en cuenta es que no puedes seguir de esa forma, trabajando tanto mientras yo me aburro a morir aquí y hago turismo en una ciudad de la que conozco cada detalle” –suspiró- “por eso es que trabajaré en la Embajada japonesa cuando regresemos del viaje. Hablé con mi padre y él está de acuerdo..”

Yoko se puso de pie, mirando a su esposo con expresión culpable..

- “¡No tienes que hacerlo!” –dijo azorada- “¡te prometí que no ibas a tener que cambiar nada de tu forma de vida por mi culpa!”

- “No Yoko, no es...”

- “Si hermana, no exageres, Eriol va a trabajar... ¡no vá a morirse!..”

- “Yo no quería que te sintieras obligado a algo..” –susurró la chica con pesar, sin enojarse por las bromas del niño- “¿no lo entiendes?, no quiero que tengas que hacer algo que no quieres por mí” –miró a Eriol con expresión compungida- “además.. ¿qué vas a hacer en una embajada?”

- “Yoko, no fui a la Universidad de Oxford de turista” –le replicó él con una sonrisa- “reconozco que no tomé los estudios demasiado en serio por viajar mucho, pero sí estoy capacitado para dirigir una embajada perfectamente”

La chiquilla ahogó una exclamación asombrada.

- “Admito que nunca pensé en ejercer mi carrera a diferencia de nuestro amigo Shaoran, pero eso no implica que no pueda hacerlo” –la miro a los ojos directamente- “y esto es algo que yo he decidido..”

- “Pero...” –dudó ella- “mi trabajo... la gente que confía en mí..”

- “¡Pero que obstinada eres hermanita!” –el niño se cansó y abandonó la habitación- “a ver como la convences Eriol..”

Ambos esposos miraron asombrados la partida del inquieto niño y con una leve sonrisa, Eriol dejó sus anteojos sobre una bandeja de plata antes de volverse a mirar a su esposa..

- “Tu hermano tiene razón... eres demasiado obstinada..”

- “Pero no quería que cambiaras por mi culpa..” –se lamentó la chica.

- “¿En serio?” –murmuró antes de inclinarse sobre ella- “si desde que te encontré no he hecho más que cambiar al punto que no me reconozco” –añadió con una sonrisa- “además te he estado extrañando demasiado”

Yoko se puso colorada y se percató alarmada que las gafas de Eriol no estaban en ningún lado pero no tuvo ocasión de protestar porque él la estaba besando..

Send to: [email protected]
Subject: Al señor Embajador de Japón en Inglaterra: Con profundo respeto reciba mi gratitud
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Señor embajador.
No tengo frases que sean las más apropiadas para agradecerle el hermoso viaje que ha tenido a bien proporcionarme y además el apoyo que ha brindado a Eriol. Gracias a su gentil ofrecimiento hemos pasado un hermoso tiempo juntos además de que he tenido oportunidad de conocer más profundamente los usos y costumbres occidentales y del pueblo británico para ser más precisos. Sé que es usted una persona ocupada pero me atrevo a escribirle para manifestarle mi gratitud y hacer patente que pondré todo mi esfuerzo para no avergonzar a mi esposo ni a Ud, que ha sido tan amable.
Con profundo respeto.
Yoko Hiragizawa.

 

Canción: “Un mundo ideal”
Intérpretes: Ricardo Montaner y Michelle

(él) “Yo te quiero enseñar un fantástico mundo
ven princesa y deja a tu corazón soñar.
Yo te puedo mostrar cosas maravillosas
ven princesa y déjate llevar a un mundo ideal.

 (él) Un mundo ideal, un mundo en el que tú y yo
podamos decidir, como vivir sin nadie que lo impida.

(ella) Un mundo ideal, que nunca pude imaginar,
donde ya comprendí, que junto a tí
el mundo es un lugar para soñar.
Fabulosa visión sentimiento divino
voy volando contigo hacia un nuevo amanecer”.

Los días se habían sucedido más mágicos que nunca. Los antiguos castillos franceses habían motivado un asombro y admiración casi infantil en Yoko pero aquello era algo de lo que Eriol se sentía muy contento. Ciertamente era una especie de “Segundo Viaje de Bodas” muy peculiar –si consideramos que tenían la presencia de Tao- pero nada en el mundo podía pagar la increíble luz que brillaba en los ojos de su “niña esposa” –como se empeñaba en llamarla, haciendo divertida alusión a los comentarios de Regina-  ante la fastuosidad y belleza de los hermosos lugares que visitaban y que ciertamente hacían de este viaje una continuación del “Viaje de Bodas” que habían tenido después de su ceremonia nupcial..

- “Si Eriol, me gustó mucho que me enseñaras a esquiar en Vermont pero aunque me encanta la nieve, confieso que.. ¡la torre Eifell es maravillosa!” –había comentado la chiquilla aquella misma mañana en que recién llegados a París desayunaron en un encantador café parisino- “ciertamente es idéntica a la torre de Tokyo a diferencia del color, pero hay cierto aspecto extraño que la rodea, que no es el mismo que el de la de Tokyo..”

- “Eso es simple Yoko. París es la ciudad del amor, la belleza y la moda... Tokyo es hermoso y moderno pero carece de ese aire romántico que es sólo parisino y famoso en el mundo entero. Además si a eso le añadimos lo que nosotros pasamos y sabemos de la torre de Tokyo..” –murmuró burlón, pues la chiquilla no ignoraba la torre donde combatieron que era un centro de poder mágico- “bien.. es obvio que es diferente para nosotros..”

La chiquilla asintió mientras miraba alborozada los “croissants” de su desayuno.

- “Esto es realmente increíble..” –dijo entusiasmada.

Un sonriente camarero les ofreció mayor atención y algunos platillos y cuando finalmente se marchó no escapó de Eriol la expresión azorada de Yoko ante su charla..

- “No entendí nada de lo que le dijiste..” –aceptó la chiquilla respondiendo a la interrogante que brillaba en los azules ojos- “definitivamente aprender francés me vá a ser mucho más difícil que el inglés. Y eso que he estado practicando..”

- “No te espantes que no es tan difícil” –le tranquilizó- “escucha con calma las expresiones y el acento, te irás dando cuenta poco a poco de la pronunciación y de lo que significa. La gramática puede ser un poco más complicada, pero yo mismo te ayudaré con eso..”

- “Pero no estaremos mucho tiempo aquí ¿o sí?”

- “No, pero es bueno que aprendas a hablar inglés, francés, italiano, alemán y de ser posible hasta griego lo antes que puedas” –añadió tranquilamente mientras los ojos grises le miraban espantados- “no lo dije para asustarte, sólo que en el futuro trataremos con gente de muchas nacionalidades y si bien el inglés es muy útil, es apropiado que sepas comunicarte en una amplia gama de idiomas”

La chiquilla contempló por unos segundos la confianza que irradiaba su esposo y asintió, sin dudar..

- “Muy bien. Te prometo que pondré todo mi empeño”

- “Genial.  Por que justamente en este mismo instante iremos a comprar ropa. Es una lástima que Tomoyo renunciara a seguir diseñando aquí porque nos hubiera sido de gran apoyo..” –reflexionó.

- “Tomoyo diseña ropa para damas y dudo mucho que tuviera entre sus diseños algo que te interese, además que tienes un guardarropa bastante amplio” –se asombró con inocencia- “y te recuerdo que antes de salir de Londres compraste mucho de todo, dijiste que íbamos a pasar por distintos climas”- rió.

Eriol sonrió.

- “La ropa que compraremos hoy no es para mí... es para ti Yoko” –le aclaró ante el asombro de ella- “París es la capital de la moda femenina y personalmente prefiero un vestuario a la inglesa en mi caso pero para ti definitivamente es necesario el toque de París”

- “¿Por qué?, ¡a mí no me gusta ir de compras!, ¿para qué hacerlo si no es imprescindible?” –protestó.

- “¡Creo que eres la primera mujer que conozco que es capaz de odiar ir de compras!”

- “No te rías, que no es gracioso” –le replicó apenada, mientras su esposo encontraba insólito el asunto- “nunca me ha gustado ir de compras porque las cosas siempre eran muy caras, había que pensar en la comida de la casa, las medicinas de mi madre y lo que a Tao le hiciera falta. ¿Cómo crees que iba a divertirme al comprar?, ¿acaso hay alguien que pueda hacerlo por puro gusto?”

- “Yoko, realmente eres todo un fénix para las chicas” –replicó sonriente.

- “¿Qué quieres decir con eso?”

- “Que siempre dudé que existiera alguna que odiara ir de compras, ni nadie que yo conozca sabe de mujer que odie comprar. Definitivamente eres un tipo de chica que está en extinción.. algo extraño”

Los grises ojos lo miraron sorprendidos pero Eriol añadió..

- “Algo único en el mundo.. especial, muy especial”

Tal vez fue el tono apasionado en que su esposo mencionó aquella última frase lo que hizo que la chica se avergonzara y le suplicara no hablara de esa forma pues estaban en una vía pública –cosa que hizo a Eriol suspirar levemente- pero el joven no le permitió a ella  hilvanar alguna excusa que pospusiera las compras y como tal, el resto del día se puso terriblemente complicado para Yoko y encantadoramente divertido para el joven inglés.

(ella)  “Un mundo ideal... / ¡mira bien lo que hay!(él).
(ella) allí mil cosas voy a ver.... /  conteniendo el aliento (él)”.
(ella) Soy como un haz de luz que lejos va,
y nunca ya podrá volver ..... / un mundo ideal, (él)
(él) Un horizonte a descubrir.
(ambos) Un mundo para ti, para los dos.
(él) ¡Déjate llevar a un mundo ideal!”

Y es que de ir a comprar algunas prendas en un simple centro comercial a comprar ropa exclusiva había una gran diferencia, más que todo era cambiar toda una forma de verse ante el mundo y Yoko tuvo un difícil encuentro con aquella sensación. En primer lugar pasaron por salones de famosos estilistas –recomendados por Tomoyo vía e-mail por supuesto- y si bien más de uno se mostró encantado con la hermosa cabellera de la chiquilla también hubieron varios que le lanzaron unas cuantas miradas de soslayo a Eriol, que controlaba sus deseos de reírse y procuraba lo más disimuladamente posible que se pudiera visualizar la alianza de oro que llevaba en el dedo, especificando también que estaba recién y felizmente casado con la casi aterrorizada chiquilla.

- “¡Es tan apuesto!” –murmuraron dos estilistas frente a la azoradísima Yoko cuando terminaban de peinarle el cabello- “¡tienes una suerte única niñita!, ¡todos nosotros te lo quitaríamos si pudiéramos!”

- “No entiendo lo que dicen..” –murmuró apenada y en balbuceante francés.

- “Olvídalo. Iremos por un líquido que realzará aún más ese hermoso cabello que tienes” –le dijeron a la chica lentamente- “aunque piensa bien si quieres cortártelo.. ¡ya volvemos!”

Al pasar junto a Eriol uno de los estilistas le guiñó coquetamente el ojo.

Los ojos de la chica se abrieron como platos –al entender lentamente - mientras al fin notaba como los estilistas miraban fijamente a su marido que parecía muy interesado en una nota de prensa de un periódico parisino..

- “¡Ay Eriol, me quiero ir de aquí!” –murmuró asustada y temiendo que él se diera cuenta- “¡vámonos!”

- “¿Porqué?” –la miró inquisitivo- “vamos, dime la verdad, ¿qué te tiene tan nerviosa?”

- “Yo... eh.... bueno....” –dudó temiendo ofenderlo pues ignoraba la reacción de él ante aquellas situaciones- “que tú.. bueno... creo que tú... les gustas...”

- “¿Eh?” –la miró divertido ante su reacción- “¡oh bueno!, supongo que debería sentirme halagado, pero me agradas tú mucho más que todos Yoko. ¿Por eso estás tan nerviosa?”

- “¡No te enfades con el estilista por favor!” –suplicó- “no creo que sea mala persona”

- “Yo tampoco creo eso. ¿Por qué habría de enojarme?”

- “No te molesta que te mirara.. ¿así?” –dudó confundida antes de explicarle- “bueno, a mí me parecen personas que saben mucho de su trabajo pero hablan muy extraño, con esos “mi darling” “nene” y cosas así como llama a sus clientes y a otros estilistas” –añadió- “ Sin embargo no me caen mal...”

- “Lo cual es bueno. Porque hay mucha diversidad en este mundillo niña y no soy de los que reaccionan con histeria ante personas con preferencias “diferentes” a las mías. No tienes idea de la cantidad de gente que nunca aparenta lo que es en realidad.. y hablo de un sentido muy diferente a tener o no magia”

- “¡Ay que alivio!” –suspiró la chica- “mis compañeros de trabajo en Hong Kong siempre se ponían histéricos con chicos como el estilista, aunque a mí me parecía una forma de reacción poco tolerante porque el que sean diferentes no los hace malos. Creo que nadie tiene derecho a juzgar a nadie por sus elecciones personales..”

- “¡Totalmente de acuerdo!” –rió- “me alegra que coincidamos en eso” –continuó divertido- “y antes que se te pase por la mente ahora o en diez años te aclararé que siempre me han gustado las mujeres..”

- “¡Oye, yo nunca quise..!” –se espantó Yoko temiendo haberlo ofendido.

- “¨Las aclaraciones nunca están de más¨, eso es algo que Nakuru solía decir. Este no es el lugar donde me gustaría estar, créelo,  pero sé que si te dejo sola te escaparías y tengo que cuidarte de que no te me pierdas en París” –rió de nuevo- “además que el hecho de tener criterio amplio a veces hace que la gente que piensa diferente se imagine cosas que no son, pero no te preocupes” –añadió con un guiño travieso y robándole un beso ante los suspiros de algunos estilistas- “me gustan sólo las mujeres.. y de ellas tú tienes mi amor en exclusiva”

Yoko se sonrojó y los dos estilistas regresaron.

- “¡Eres el hombre perfecto querido!” –le dijeron al joven inglés, mientras éste sonreía divertido de sólo imaginarse a Shaoran o a Touya Kinomoto en una situación similar- “bien niña, vamos a ver que hacemos por mejorar ese cabello tan hermoso, ¿y si te lo cortamos en un estilo mucho más moderno y menos soñador?, algo que te haga ver menos ¿ingenua, quizás..?”

- “No, eso es algo a lo que me opongo” –protestó Eriol- “todo menos eso. Y ya que me parece que es todo con el cabello quizá sean tan amables de decirme donde pueden hacer algo con sus manos, quiero que queden perfectas..”

La chica se dejó conducir por su esposo –pues no entendía ni media palabra de lo que Eriol había dicho en perfecto francés- pero cuando llegaron al área de “maniqueur” se avergonzó espantosamente. Sus manos, acostumbradas al trabajo y a realizar labores manuales distaban mucho de ser bonitas con las quemaduras, cortes y asperezas pero fue sólo la firme gentileza de Eriol y el hecho que sacó a relucir que era amigo de infancia de la famosa “Tracie Junot” lo que motivó que hicieran algo por este “caso desesperado” –como dijeron los encargados- que eran sus pequeñas y nada bonitas manos..

Y es que lo que deseaban todos era información sobre “donde” estaba Tracie Junot. Y si bien Yoko no entendió nada de lo que Eriol dijo, su esposo le explicó todo al volver al hotel...

(él) “Un mundo ideal, un mundo ideal.
Un mundo en el que tú y yo,
podamos decidir, como vivir
(ella) sin nadie que lo impida”

- “Fue un intercambio de información interesante” –comentó- “acababa de leer en la prensa que el ex -novio de Tomoyo, Jean Le Blanc, se casó el mismo día de nuestra boda y por supuesto aquí en París..”

- “¡Oh!... ¿no fue rápido para reponerse de que Tomoyo lo dejara por el doctor Kinomoto?”

- “Bueno, supongo que el dinero de la rica heredera con la que se casó lo consolará mucho” –se encogió de hombros- “nunca me ha interesado el chisme pero lo que me sorprendió es que en la prensa parisina Le Blanc dijo, referente a Tomoyo, que él la dejó...”

- “¿El?.. creí que había sido Tomoyo la que rompió el compromiso” –dudó Yoko.

- “Supongo que habló por la herida” –comentó- “sin embargo estoy seguro que si sus declaraciones llegaran a oídos de Kinomoto él se las arreglaría para venir a golpearlo. Mira que Le Blanc dijo que Tomoyo le suplicó que no la abandonara..”

- “¡Oh, pero que mentiroso!, ¿y qué les dijiste a los que te preguntaron?”

- “La verdad, pero simple y clara. Les dije que Tomoyo ya estaba casada con otra persona, mucho antes de que Le Blanc se casara, pero no dí detalles, sin embargo es muy poco caballeroso de parte de un hombre hablar mal de una chica..”

- “No te culpo.. me alegra mucho haber terminado con ese asunto de la moda”

- “No, no hemos terminado. Mañana visitaremos tiendas de ropa”

- “¿Qué?”

- “Sí. Y ya escuchaste a Tao antes que se acostara. No se quedará solo en el hotel mañana, de modo que tendremos que llevarlo con nosotros”

Yoko lanzó una exclamación ahogada temiendo lo peor y el día siguiente estuvo a la altura de sus temores. Tao se la pasaba mirando a las modelos y ofreciendo sumas astronómicas para que sean sus niñeras –ante le diversión enorme de Eriol que sospechaba que el niño se influenciaba demasiado por los recuerdos de Wu Fang Sheng- y Yoko estaba asustada por la cantidad de vestidos que desfilaban ante ella y que su esposo compraba alegremente con un brillo de satisfacción al imaginar la figura femenina en aquellos finos y hermosos diseños..

Y es que los diseñadores estaban encantados con su figura delgadita y delicada, además de su tipo ingenuo. Por supuesto no con su altura –les parecía realmente pequeña- pero todos –otra vez a la mención al “mágico” nombre de Tracie Junot- mostraron sus mejores y más hermosos diseños a la azorada recién casada, mismos que Eriol eligió con cuidado contemplando no sólo que la chiquilla no perdiera ese aire inocente que tanto le gustaba a él, pero que a la vez realzara su belleza...

¡Sí, ahora sí que la Sociedad inglesa caería a los pies de su esposa!

(él)   “Un mundo ideal..... / cada vuelta sorpresas  (ella)
(él) un horizonte a descubrir... / cada instante es un sueño (ella)
(ambos) un mundo para tí, para los dos/.. para ti (ella)
(él) para los dos.... /llévame.... (ella)
 a donde sueñes.. tú” (él)

Pero aquello no era todo.

- “Esto va a acabar conmigo” –comentaba Tao, en el hotel de Milán donde ahora se hallaban- “si me obligas a ir a una sola ópera más voy a arrojarme de mi palco.. ¡es aburridísimo todos dicen “ohhhhhhhhhh”!” –imitó a una soprano- “¡y parece que se les está escapando todo el aire!... porque la mayoría son gordos..”

- “La idea de que te “eduques” no es mía, sinó de tu hermana” –rió el inglés- “pero descuida. Dudo que insista en que vengas con nosotros a La Scala*** otra vez después que los sonoros ronquidos que escuchamos durante “La boheme”****  anoche.. ¡fue muy gracioso!”

- “¡Es que no entiendo italiano!, ¿por qué siquiera no cantan en inglés?, no digo chino porque eso es muy difícil aquí en Europa pero..”

- “El italiano es el idioma del “bel canto”, la ópera. No creo que tomen en cuenta tu sugerencia..”

- “Pues que tontos..” –protestó- “¿y cual es el programa de tortura que has planeado esta noche?”

- “Ninguna tortura. Ya que estás tan cansado, tu hermana y yo cenaremos aquí mismo en el hotel, solos y tranquilos” –le lanzó una mirada de advertencia- “pero mañana partiremos a Venecia hay mucho que allí y estoy seguro que tu hermana la adorará. Es una ciudad que tiene canales y no calles. Para recorrerla es preciso ir en embarcaciones llamadas góndolas, es muy hermosa”

- “Pues quien quiera que sea esa tal góndola, salúdala 

Una sonrisa apareció en el rostro de Eriol ante la suprema tontería del niño.

(ella)     “Un mundo ideal... / un mundo ideal  (él)
(él)         que compartir... /que compartir    (ella).
(ella)     que alcanzar... /que contemplar,  (él)
(ambos)    tu junto a mí...”

Canción: Un mundo ideal
Intérpretes: Ricardo Montaner y Michelle

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Subject: La opera es horrible
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Sí, es lo peor del mundo, es aburrida y la gente gorda que sale allí también. Bueno, esta noche es la noche de presentación de Yoko y ya te imaginas como está. Eriol anda riéndose de todo pero le tiene mucha confianza. Yo sólo espero que todo salga bien y que no tenga problemas al comerse la langosta que seguramente servirán en la cena. La cena la ofrece un amigo de la universidad de Eriol, es una cena con baile, y ya no veo cuando crecer para ir a una de esas fiestas. 
Mi hermana ha puesto mucho empeño en aprender todo lo que le enseñaron los profesores de etiqueta social, idiomas y no sé que tanta tontería, claro que Eriol también le daba clases y le contaba sobre la sociedad inglesa pero dudo mucho que ella aprendiera demasiado porque él siempre cerraba muy bien la puerta cuando le daba lecciones… la pobre de mi hermana salía toda colorada a la clase siguiente…
¡Si Eriol no tuviera tanto dinero!.. no, bueno, es su esposo.
¡Ya no veo la hora de crecer y buscarme chicas guapas!
Tao.

El silencio fue sepulcral por casi diez segundos. La mirada de todas y cada una de las personas contempló a los recién llegados con ojo analítico mientras el aire estaba tan tenso que bien podía haberse cortado con una espada.

El rostro de él denotaba una profunda sensación de calma pero si bien ella aparentaba una tímida sonrisa, sentía que le temblaban las piernas.

- “Bienvenido Eriol…. es un gusto tenerte en mi casa” –saludó el joven rubio con un cordial apretón de manos- “¿quién es la hermosa dama que te acompaña?”

Los ojos azules de Eriol chispearon mientras aceptaba el gesto cordial de su amigo.

- “Es mi esposa Harry.” –se volvió hacia la jovencita- “Yoko, permíteme presentarte a Lord Harry Whintrop, buen amigo de la universidad de Oxford”

La joven china saludó al británico lord con un gesto tan gracioso como encantador.

- “Este pequeño boicot contra Yoko, terminó” –pensó Eriol, con divertida satisfacción.

Durante dos segundos más el resto de los invitados de Lord Whintrop dudaron todavía. Sin embargo y pese al despecho de la hermosa Alice Birmingham –joven inglesa y gran amiga de Lady Regina- en menos de lo que tardo en contarlo se acercaron a saludar al muy popular hijo del embajador japonés y la dama inglesa.

Las mujeres, felices de saludar nuevamente al encantador y enigmático Eriol, sintiendo a la vez una gran curiosidad por comprobar si Yoko Hiragizawa era tal y como lo había comentado Alice –una chica vulgar- y los caballeros, encantados con la belleza y gracia de la pequeña chiquilla oriental, la misma que había logrado lo que casi todas las chicas de la fiesta habían intentado infructuosamente: llevar al incrédulo y divertido Eriol Hiragizawa al altar.

- “No es en absoluto vulgar Alice.. exageraste otra vez” –rieron dos muchachas horas más tarde- “admito que es ridículamente inocente pero no me pareció sin modales ni ignorante como dijiste”

- “¡¡Es sólo una obrera venida a más, ¿cómo es que no se dan cuenta?!!”

- “Dejas que tus celos te cubran los ojos Alice, amiga mía” –rió Harry Whintrop interviniendo en la charla de sus amigas- “ya resígnate en el hecho que Eriol está casado y nada dispuesto a serle infiel a esa bonita criatura que tiene por esposa” –añadió el rubio, a despecho de su amiga- “además que han recibido muchas invitaciones y antes que el mes termine Yoko Hiragizawa será tan popular como lo es Eriol en todo Londres”

- “Tú tienes la culpa de todo Harry” –replicó la pelirroja, que había llevado su interés hacia el hijo del embajador japonés al punto de acompañar a Lady Regina en el viaje que ésta realizó hasta Japón con el sólo motivo de ver a Eriol- “te pedí claramente que no los invitaras a tu fiesta.. ya Marjorie y Jhonnie me habían hecho caso y los ignoraron en sus fiestas de la semana pasada pero tú..”

- “Por favor, no me recuerdes la vergüenza que me has hecho pasar” –pidió Lady Marjorie Rochester- “me sentí tan apenada al ver a Eriol que tuve que decirle que no los invité porque no sabía que estaban en el país, ¡y todo porque me dijiste que Yoko era una chica vulgar y grosera que había atrapado a Eriol!.”

- “¡Pero eso fué lo que hizo!, ¡Lady Regina me lo dijo!, todos se darán cuenta porque ella me apoyará cuando vuelva. Yo estuve en Japón, donde dicen que se conocieron, pero eso es mentira ya que Eriol me presentó a varios de sus amigos allí pero nunca a aquella mocosa insulsa e ignorante. Lady Regina opina que…”

- “Lady Regina está ahora en Vermont y francamente dudo que se acuerde” –sonrió Eriol interviniendo en la conversación ante el asombro de todos- “¿cómo has estado Alice?”

Lady Alice sonrió suavemente antes de notar que Eriol traía a Yoko del brazo.

- “Tengo gusto en conocerla Lady Birmingham” –saludó la joven china.

- “¿En serio?” –dijo la inglesa con helada sonrisa- “pues yo no”

Y sin decir una palabra más, se marchó.

- “El temperamento de Alice no parece inglés” –rió Harry Whintrop mientras los demás no sabían que decir- “descuida Yoko, es algo temperamental pero se le pasará el enfado pronto. Su madre está tratando de casarla con un pariente de los Grimaldi, de Mónaco. Y cuando sepa que va a casarse será feliz otra vez” –Eriol asintió, íntimamente agradecido a su amigo por el ligero comentario- “¿quieres que te presente a mis padres?, mira, allí vienen, me parece que estarán felices de conocerte..”

- “Gracias Harry” –sonrió la chica china.

- “En realidad estoy agradecido contigo amigo” –replicaba Eriol, algunas horas más tarde, cuando con la agenda llena de invitaciones se marchaba con su esposa, que esperaba muy cansada en el rolls royce- “has sido muy amable..”

- “Olvídalo. Lo hice porque en Oxford dijiste que no creías en el matrimonio y eso de verte casado es muy gracioso. Tú y Yoko estarán en mi boda ¿verdad?. A Rachel y a mi nos encantará verlos.. ”

- “¿Lo crees?. Rachel es gran amiga de Alice… y como está en París preparando su ajuar..”

- “Rachel es también amiga tuya y hemos invitado a todos nuestros amigos” –insistió el rubio- “aún los que están muy lejos, como Nokoru Imonoyama. No irás a decirme que no vendrán…”

- “Por supuesto que iremos”

Finalmente los esposos Hiragizawa se despidieron atentamente de los demás y marcharon en su lujoso vehículo...

- “Tu padre fué muy atento al proporcionarnos el viaje Eriol” –le recordó Yoko cuando ya estaban en el auto- “sin ese tiempo de preparación no hubiera podido..”

- “Olvídalo” –asintió su esposo- “es una persona ocupada pero siempre ha sido muy cuidadoso con la imagen de la familia y su carrera” –rió divertido ante el recuerdo- “solía pedirle a Nakuru que sea mucho más mesurada en su comportamiento, aunque sin éxito” –rió otra vez.

Yoko sonrió sin contestar y Eriol pensó entonces en lo la profunda diferencia que había entre la familia que había formado –con Yoko y Tao - y la que Hajime Hiragizawa y Regina Glaston, como padres, le habían brindado.

Bien, no todas las familias son iguales.

Ciertamente, Regina lo había traído al mundo y gracias al intachable prestigio del embajador japonés fue que pudo –medio año después de aceptar el cargo- abandonar la embajada Japonesa en Inglaterra para ingresar al servicio diplomático inglés, lo que le había llevado a ocupar -su cargo actual- de Secretario de Cultura en la Embajada Inglesa, en Japón.

Pero amaba mucho su familia, la que él había formado, ellos le habían enseñado lo que era verdaderamente una familia...

No sólo un grupo de personas con un mismo apellido y dinero.

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Subject: Informarte.
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Te estoy profundamente agradecido por el puesto en el que me he venido desempeñando hasta hoy. Espero hayas recibido mis e-mails anteriores o en todo caso la documentación oficial. He recibido la proposición de la Cancilllería británica para unirme a su cuerpo diplomático y siendo que tengo nacionalidad inglesa y eso podría motivarte incómodas situaciones en el futuro para con el gobierno japonés –mantener a tu único hijo de nacionalidad inglesa en un cargo de confianza por más de seis meses- aprovecho la oportunidad que se me presenta y te renuevo mi gratitud por el apoyo que me brindaste cuando lo necesité.
Esperando que puedas contestarme a este e-mail o recibir algunas líneas de tu parte.
Eriol.

- “Bueno, de una forma u otra, supongo que sí tenías algo de cenicienta moderna, ¿no crees?” –rió Eriol volviendo a la realidad mientras Tao asentía y Miriel aún no terminaba de contestar telefónicamente a su amiga Nadeshiko.

- “No te burles de mí” –murmuró Yoko suavemente- “además, ¿a qué viene todo esto?, no compares nuestra vida con un cuento que representarán en la escuela”

- “Sí, y que no es seguro que representen… o que lo hagamos” –intervino Tao encogiéndose de hombros- “ya te digo que el Director quiere que todos trabajemos en eso pero como que hacer un cuento de hadas es muy simple. No es un reto..”

- “Nadeshiko está cenando en casa de sus tíos Li, junto con Hien” –informó Miriel volviendo a la mesa- “¿me perdí de algo?”

Tao negó con la cabeza mientras Eriol y Yoko sonreían imaginando los problemas que Sakura y Tomoyo estaban enfrentando en aquella cena…

Y no estaban para nada errados.

- “¿Porqué demonios tengo que ir?” –había protestado Touya antes que Tomoyo le empujara suavemente hacia el auto una hora antes.

- “Porque fue idea de papá, y es estupendo que pasemos más tiempo juntos con Sakura y Shaoran” –sonrió la hija de Sonomi- “te recuerdo que ellos estuvieron viviendo en Hong Kong hasta hace muy poco y es justo que papá quiera que pasemos más tiempo unidos, que quiera que compartamos más cosas….”

- “Sakura es mi hermana, y no me molesta verla… pero el insoportable de Shaoran Li no tiene nada que ver conmigo. Jamás hemos tenido nada en común y si bien permití que mi hermana se casara con él.. ¡todo por culpa tuya, maldición!.. eso no significa que tengo que ir a cenar a casa de ellos cada vez que tú y Sakura quieran hacer un infierno de mi vida..”

- “No exageres” –añadió señalándole a los niños y a Fujitaka, ya acomodados en el auto- “vamos, que es tarde… ¿o vas a protestar ante papá y los niños?”

- “¡Grrrr!”

El médico gruñó levemente pero no dijo nada mientras Tomoyo pensaba que tal vez deberían darles algo más de tiempo. Efectivamente, ella y Sakura habían pensado en estas “cenas” familiares con el expreso motivo de mejorar las relaciones entre Touya y Shaoran pero francamente –era la tercera cena en dos meses, sin contar con la reunión que tuvieron en el cumpleaños de Nadeshiko- las cosas no parecían cambiar…

Y eso era algo que Sakura también sabía.

- “¡Sakura, si tu hermano empieza a hablar sobre lo molesto que es la presencia de extranjeros en Japón voy a tener que recordarle que la civilización china es más antigua en el mundo y…!”

- “Shaoran, por favor, no lo tomes en serio” –pidió acomodando su corbata- “¿porqué siempre te enfadas cuando Touya hace sus comentarios?, sabes bien que mi hermano no tiene nada contra China y sólo lo hace por molestarte, él no tienen ningún tipo de fobia contra los extranjeros..”

- “No, sólo contra mí” –farfulló fastidiado- “Pero.. ¿porqué no dejamos esto?. Tu hermano y yo ya no nos insultamos pero nunca llegaremos a ser tan buenos amigos como tú y Tomoyo quisieran, esto de reunirnos con frecuencia sólo va a hacer que nos llevemos tan mal como al principio. Y no digo que nos vayamos a agarrar a puñetazos pero no tenemos nada en común salvo que te queremos…”

- “Lastimosamente eso no parece suficiente, pero después de todo este tiempo ya deberían llevarse muy bien” –sonrió la mujer de ojos verdes- “ánimo, que estarán allí Nadeshiko, Hien y Mamoru”

- “Sí, ya sé. Ante los niños ni tu hermano ni yo podemos discutir” –suspiró- “… pero eso es coacción y no nos hace amigos Sakura”

La esposa de Shaoran Li sonrió suavemente, pensando que su esposo y su hermano sí que tenían puntos en común.

Ambos eran tercos, rencorosos y bastante desconfiados. Ambos recelaban mucho de los demás siendo también celosos y de temperamento irritable. Ambos eran muy posesivos y protectores con su familia además de ser particularmente hábiles lanzando miradas enfadadas –especialmente entre ellos, o en el caso de Touya, con Sonomi- ambos tenían la misma opinión sobre la educación “sexual” de los niños -¿Por qué hablar de eso a los niños?, ¡ya habría tiempo cuando crecieran!... al menos eso decían ellos- y ambos afirmaban que nada de demostraciones afectivas con sus esposas ante los niños, pues era bochornoso.

Bueno, a Sakura también le parecía vergonzoso, pero Tomoyo no pensaba lo mismo pero si eso no eran similitudes en opinión por parte de ambos hombres, pues no sabía que era. Y sí que podían llevarse bien, ya que si Mamoru y Hien empezaban a tenerse confianza eso era buena prueba que sus padres podrían ser excelentes amigos, ya que ambos niños tenían el mismo temperamento de sus progenitores…

Y hasta muchas de sus cualidades.

- “Si abuelo, Hien es un despistado de lo peor” –reía burlonamente Mamoru en plena cena, respondiendo a una pregunta de Fujitaka- “mira que no darse cuenta de que era otra de las mentiras de Yamazaki a estas alturas…”

- “¡Oye, eso no fue mi culpa!” –se defendió el niño- “¡ninguno de los demás dijo que era mentira!, ¿cómo iba yo a saber que no existían las bolas de arroz cuadradas?”

- “¡Porque no existen y punto!, ¡una bola de arroz es una BOLA, no puede ser cuadrada y seguir siendo una bola de arroz!”

- “¡Yamazaki dijo que era una comida rara de Japón!”

- “Bueno pequeño Hien, eso significa que hay muchas cosas que debes aprender y me alegra mucho que estés aquí para hacerlo” –sonrió Fujitaka, calmando a los niños mientras los padres tenían una expresión de resignación- “¿así que charlaron sobre comida típica japonesa?, ¿porqué?”

- “Es por la semana de Ciencias abuelito” –replicó Nadeshiko- “estamos preparando la semana de Ciencias de la escuela..”

- “De modo que por eso estabas diseñando hasta tarde” –murmuró Touya dirigiéndose a Tomoyo- “¿te han pedido ayuda?”

- “Sí” –rió Tomoyo.

A la diseñadora le surgió una gotita.

- “¡Tengo tan hermosos recuerdos de la semana de Ciencias cuando estaba en primaria!” –rió Sakura.

- “¿Y qué van a hacer en tu aula Hien?” –interrogó Shaoran.

- “Una obra” –replicó el niño- “pero la profesora Yanawa dijo que quiere hacerlo de forma realmente espectacular papá…”

- “Algo muy natural en Naoko” –asintió el Jefe del Clan Li, ante la mención de Naoko, casada con un profesor de apellido Yanawa- “siempre le han gustado esas cosas..”

- “No me habías contado nada Hien” –se sorprendió Sakura.

- “Es que aún no sabemos que obra vamos a hacer. Lo de la comida fue porque el salón de Mamoru va a poner una cafetería de comida japonesa y…”

- “Ya no vamos a hacer eso” –informó el aludido, sin inquietarse- “como el señor Yanawa es esposo de la maestra de ustedes, ella le convenció de que entre los dos salones hagamos una obra, y ya tienen el permiso de la Directora..”

- “¿Kaho estuvo de acuerdo?” –comentó Touya distraídamente.

- “Sí, me lo dijo Kia” –comentó Mamoru.

- “Me pregunto que escribirá Naoko para este festival” –sonrió Sakura, con un toque de nostalgia- “recuerdo una ocasión, en el Festival del Clavel, en que hicimos una hermosa obra romántica…”

Shaoran sonrió suavemente. También estaba en su mente aquella vez en que aún siendo niños Sakura había representado a una princesa y él a un príncipe (por un accidente que sufriera Yamazaki) y  si bien la obra había tenido cierto desarrollo accidentado (cortesía de la carta sellada, la última de las Clow Cards)***** había sido verdaderamente inolvidable para ambos.

- “Sí… fue muy hermoso” –comentó- “me pregunto que escribirá en esta ocasión”

- “Supongo que será algo verdaderamente especial” –suspiró la antigua card captor.

- “Pues esa obra que mencionan a mí me pareció demasiado dulce. Hasta me dio náuseas” –gruñó Touya, que en aquella ocasión había estado trabajando en una cafetería y mirando con enfado aquella representación- “y todo lo que pasó también..”

Shaoran y él intercambiaron rayos por la mirada….

- “Al menos en esa ocasión las cosas salieron bien. Y no gracias a alguien que estoy viendo..” –replicó Shaoran.

- “¿De verdad?” -se burló el doctor- “pues a mí me parece que ese problema coincidió con la visita de extranjeros a Tomoeda. Otra vez. Como que hay gente que siempre trae mala suerte”

- “¿Quieres decir que yo…?” –el joven chino se detuvo a tiempo mientras los niños le miraban con interés- “¡vaya!, hay gente necia que debería agradecer la ayuda que recibe..”

- “¿Quién pide ayuda?”

- “¡Por favor, por favor…” –sonrió Sakura tratando de tranquilizar los ánimos- “¿porqué recuerdan problemas solucionados en el pasado?”

- “¡Porque hay un tonto que no recuerda bien las cosas!” –replicaron ambos hombres al unísono.

- “Y ¿porqué no nos dicen que tipo de cosas fueron esas?” –preguntó Mamoru.

Ambos hombres volvieron a ignorarse y dejaron a Sakura el trabajo de cambiar el tema –y la antigua card captor no encontró mejor idea que volver a mencionar la obra escolar de los niños- mientras la dulce vocecita de Nadeshiko dejaba caer una ingenua pregunta.

- “¿Tú nunca hiciste obras cuando estabas en la escuela papá?”

La mente del médico voló en apenas fracción de segundos al pasado y súbitamente empezó a sudar al recordar cierta representación de “Cenicienta” en que….

Que…..

Una carcajada velada de Shaoran se dejó escuchar mientras Tomoyo sonreía y a Sakura le surgían gruesas gotas ante la sola idea de su hermano –de entonces 16 años- representando a “La Cenicienta” frente a toda la preparatoria Seiryuu. ¡Aquello había sido tan vergonzoso!

- “Claro que sí Nadeshiko, me lo dijo el profesor Tsukishiro esta mañana..” –exclamó Mamoru- “¿no lo recuerdas?, fuimos a verle con Kia y los otros”

- “¿Qué te dijo Yukito?, ¿porqué hablaste con él de eso?” –casi gritó el médico mientras sudaba  a mares- “¿pero por que..?”

- “¡¿Yukito les contó?!” –se espantó Sakura.

Shaoran no podía contener la risa..

- “Yo no quería una obra” –explicó Mamoru- “pero Kia dijo que era buena idea y para convencerme fuimos a buscar a Nadeshiko en el descanso y después al Director Tsukishiro. El dijo que papá y él también habían hecho una obra cuando estaban en la preparatoria…”

- “¡Sí, yo también le  pregunté!” –se alegró Nadeshiko- “él Director dijo que tuvo un papel que era… ¿cómo lo dijo?”

- “Dijo que fue un papel “delicioso”” –dudó Hien con expresión confusa- “algo sobre sardinas o atunes… no estoy seguro”

- “¿Tu también fuiste a hablar con Yukito, Hien?”

- “Si mamá”

- “Dijo “sardina enlatada”, ¡ya me acordé!” –afirmó Nadeshiko- “incluso nos ofreció mostrarnos algunas fotografías y…”

- “¡¿QUEEEE?!” –saltó Touya.

- “Sí, pero no las tenía en la oficina, además que yo le pregunté si papá o mamá habían hecho una obra y él dijo que sí” –intervino Hien respondiendo a su tío, antes de volverse a hablar con su padre- “pero después vino el papá de Misa Yamazaki a buscarla a la salida y nos dijo que tú y él también hicieron una obra en la primaria papá” –Shaoran parpadeó ante la mirada verde de su hijo- “él dijo que fuiste la estrella de la obra “la chica que dormía y..”..”

- “¡La “Bella durmiente” tonto!”

- “No me digas tonto Mamoru!”

- “Es porque lo eres…”

La cara de Shaoran se puso de un curioso tono gris –el rostro de la pobre Sakura estaba muy pálido- mientras Touya resoplaba con alivio al notar que habían dejado su “papel” de lado.

- “Aún no sabemos si haremos “La Cenicienta”, “La bella durmiente” ó “Blancanieves” porque nos ha tocado una obra extranjera, por eso la profesora Yanawa no puede presentar alguna de sus historias” –explicó Hien- “algunos profesores dicen que sería mejor hacer una obra en que participara toda la primaria o la secundaria, supongo que sería divertido hacer una obra con el Superior Hiu o el Superior Tsukishiro..”

- “Bueno… como sea, será una obra..” –gruñó Mamoru.

- “Papá.. ¿Cuál fue tu papel en la Bella Durmiente?” –preguntó Hien.

- “¿Y quién eras tú en “La Cenicienta” papá?” –quiso saber Nadeshiko.

- “¿Qué les pasa a todos?” –preguntó Mamoru.

Y es que Sakura se puso casi blanca del susto ante las preguntas de los niños mientras a Tomoyo le surgía otra vez la gotita y Fujitaka sonreía forzosamente…. pero aquellos gestos  palidecían en comparación a las reacciones de Shaoran y Touya.

Ambos hombres tenían el cabello casi erizado del susto y estaban blancos como el papel, se pusieron de pie con rapidez asombrosa y corrieron a buscar sus teléfonos para pedir o mejor dicho a prohibir –uno a Yukito y el otro a Takashi Yamazaki- que mencionaran a ser humano alguno el papel que llevaran en aquellas obras.

- “¿Porqué papá esta tan nervioso, mamá?” –preguntó Hien.

- “Eh… bueno…. pues… es que como no saben que obra van a hacer..”

- “Eso lo va a decidir la mamá de Kia” –informó Mamoru.

- “¿DE VERDAD?” –dijeron ambos hombres al unísono.

Ante aquella información, Shaoran y Touya se miraron entre sí y casi como si hubieran tenido la misma inspiración corrieron a la biblioteca para pedir –implorar, exigir o lo que fuera- que fuera “Blancanieves” la obra seleccionada del Festival de Ciencias…

Ya que si eran las otras dos… tendrían que responder a embarazosas preguntas o afrontar recuerdos muy.. penosos.

- “Pobrecitos…” –murmuró Sakura.

- “Parece que tienen muchos recuerdos frescos en su mente..” –comentó Fujitaka mientras los niños iban a jugar con Kiku, pese a que Hien temía a los fantasmas.

- “Y finalmente lograron ponerse de acuerdo en algo..” –suspiró Tomoyo- “eso es bueno porque tendré que decirle a tu hermano algo que no le vá a hacer mucha gracia..”

- “¿Qué cosa?” –inquirió Sakura con curiosidad.

- “Recibí el aviso que Curtis Jeannette, quien fue mi mentora en el mundo de la moda en París visitará Japón, y como es lógico quiere venir a visitarme” –suspiró Tomoyo- “es una vieja amiga y no puedo decirle que no..”

- “Uhhh..” –a Sakura le surgió una gotita- “pero viene de París… y mi hermano… odia todo lo que venga de París” –continuó después de una pausa en que Tomoyo asentía- “¿crees que todavía no se ha olvidado de ese hombre que fue tu novio?.. cierto que era francés..”

- “Nunca me ha mencionado a Jean, pero por él odia a todos los franceses…”

- “Es que mi hermano no cambia. Es siempre tan celoso” –suspiró Sakura- “ a veces me pregunto cómo es que le soportas porque puede ser realmente muy exagerado. Yo ya no tengo que aguantarlo aunque Shaoran también es celoso, pero mi hermano es todo un caso…”

A Tomoyo le surgió una gotita otra vez.

Y es que los celos absurdos e infundados de Touya –que quería fulminar a todo aquel que mirara a su esposa por más de siete segundos- habían provocado problemas en más de una ocasión..

Notas de la autora: ¡Hola, a los muchos muchos tiempos!! ^^, bueno, ante todo lamento mucho el retraso.. algunos problemitas me tuvieron atareada (¡buaaa!, ya empecé clases, prácticas, estoy aun paso de parciales y tengo muucho trabajo!) pero finalmente pude acabar este epílogo. Ji, ji, ji… los padres de Eriol son todo un caso ¿no?., ¡y vaya que esos dos también tuvieron sus problemitas para casarse!. Bueno, espero sinceramente que el capítulo les haya gustado (disculpen la extensión) y eso de la obra de teatro si que trajo recuerdos penosos para Touya y Shaoran.. ^^´´´´..

La primera canción que utilicé para este epílogo lleva como título “Si tú supieras” y es interpretada por el mexicano Alejandro Fernández. Si la han escuchado sabrán que es muy romántica y la letra le iba a la situación que Eriol y Yoko pasaban en ese momento. La segunda es “Un mundo ideal”, interpretada por el venezolano Ricardo Montaner y la joven Michelle, tema de la película “Aladin”  de Disney (en español). Como que iba a una luna de miel ¿no? Ji, ji...

Dedico este epílogo a mi querida amiga Maybeth (¡Feliz cumpleaños amiga!) ya que recuerdo que un mail, me manifestó que se sentía absolutamente identificada con los sentimientos de esta pareja, ¡FELIZ CUMPLEAÑOS MAYBETH!

VOCABULARIO:

* “tú misma enfrentaste ese tipo de control sobre las aguas cuando eras niña y enfrentaste el recuerdo de Kai Sung..” : referencia al poder sobre las aguas de la hechicera que aparece en la primera película de Card Captor Sakura, quien es (según esta humilde autora ^^´) la encarnación anterior de Yoko.

** “la ceremonia de bodas de estilo occidental y la fastuosidad del Templo donde se celebraba... ¡la mismísima primera iglesia anglicana en Hong Kong!” : la religión oficial en Inglaterra es la religión anglicana, muy parecida en el ceremonial a los ritos católico-romanos, con la diferencia de que es él o la soberana de Inglaterra quien es jefe máximo de la religión anglicana. Como Eriol es de origen inglés especifico que prefirió los ritos de la iglesia de su país para casarse, pese a que en la serie de Card Captor Sakura –en un capítulo- aparece con traje de sacerdote shintoísta –la religión japonesa- pues estaba “ayudando” en el templo de Kaho Mizuki.

***La Scala : Célebre teatro de la ópera italiano. Muy famoso.

****La boheme: Reconocida obra lírica del autor italiano Giacomo Puccini.

*****aquella vez en que aún siendo niños Sakura había representado a una princesa y él a un príncipe (por un accidente que sufriera Yamazaki) y  si bien la obra había tenido cierto desarrollo accidentado (cortesía de la carta sellada, la última de las Clow Cards)..: Referencia a la segunda y última película de Sakura “La Carta Sellada”

Nota extra: la referencia de Tao sobre “pensando en la inmortalidad del cangrejo” es una expresión que se refiere a que alguien estaba distraído pensando en alguna cosa no muy importante.

Comentarios, sugerencias y tomatazos a [email protected]

Sidestory: “No te pareces a mí” (Agradeceré me remitan un mail personal para la remisión de estos capítulos las personas interesadas a fin de no herir la susceptibilidad de los menores que leen el fic).

Notas adicionales de la autora: por favor, las personas que me han estado escribiendo, discúlpenme por el retraso en contestar... lo que sucede es que he tenido problemas personales que me lo han hecho imposible hasta ahora, pero en cuanto me dé un tiempito empiezo a contestar uno por uno cada mail, aunque me tarde ¡y es que me encanta contestar pero no siempre puedo T_T!, ¡no tomen a mal mi silencio por favor! 

Avances para el cuarto epílogo: ¿Visitas en la casa Kinomoto?. Grr… Touya está de mal humor.  Sakura compara los celos de su hijo con los de Shaoran mientras éste recibe un aviso que le sorprende y Eriol se vé obligado a hacer ofrecer un regalo que le hará sufrir…Y Fujitaka recibe un reconocimiento muy especial…

Epílogo Cuarto: Mi esposa, yo y mi otro yo

NOTA ESPECIAL: No suelo escribir nunca de política, pero la guerra es deplorable y nefasta. Dudo que exista algo que justifique la muerte de personas, sin distingo alguno de nacionalidades. Todas las cosas son recuperables en este mundo: MENOS LA VIDA HUMANA!..
Tenía que expresarlo.

 

 

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