Robert Dudley, Conde de Leicester
LORD ROBERT DUDLEY, 1er CONDE DE LEICESTER

Nacido: 24 Junio de 1533
Muerto: 4 Septiembre de 1588, en Cornbury
Padre: John Dudley, 1er Duque de Northumberland
Madre: Jane Guildford
Casado en 1� nupcias con: Amy Robsart
Casado en 2� nupcias con: Lady Douglas Howard
Casado en 3� nupcias con: Lettice Knollys
Hijos:
-Robert Dudley, Conde de Warwick
-Robert Dudley, Bar�n de Denbigh
Nota:
-Caballero de La Jarretera
-Conde de Leicester en 1564

Los Dudley

La familia Dudley surgi� del linaje de los barones Sutton de Dudley en el siglo XV, de ah� que tomaran como apellido el nombre del feudo ancestral (baron�a de Dudley).
Esta familia produjo tres generaciones de hombres cuyas carreras estuvieron enteramente al servicio de la dinast�a reinante de los Tudor, y gracias a la cual deb�an su mete�rica ascensi�n en el seno de la corte, de la administraci�n y del ej�rcito.
Los tres hombres, Edmund, John y Robert Dudley tuvieron algunos rasgos en com�n: la ambici�n de sobresalir, el inter�s por cimentar el futuro y la posici�n de su familia, y tener la indudable habilidad de ganarse la confianza de sus soberanos. El abuelo, Edmund Dudley, fue ministro de finanzas de Enrique VII. Como su padre, John Dudley sirvi� en calidad de consejero privado y caballero de la Jarretera de Edward Seymour, quien le nombr� conde de Warwick. M�s tarde, fue el joven rey Eduardo VI quien le concedi� el t�tulo de duque de Northumberland. Desafortunadamente, tanto el padre como el abuelo fueron ejecutados por hallarse culpables de alta traici�n. La vida de Robert da buena muestra de que �l iba a seguir un patr�n similar.

Infancia y Educaci�n de Robert Dudley

Algunos de sus contempor�neos afirmaron que Robert hab�a nacido el mismo d�a y el mismo a�o que la reina Elizabeth I. Recientes c�lculos dan que habr�a nacido el 24 de Junio de 1532, lo que contradice la fecha oficial de su a�o de nacimiento de 1533.
Es, en cualquier caso, el quinto hijo (de los 13 habidos) de John Dudley, Conde de Warwick y Duque de Northumberland, Lord Protector de Inglaterra durante el reinado de Eduardo VI, y de Lady Jane Guildford. Creci� y se educ� b�sicamente en Londres, pasando los veraneos en la mansi�n campestre de la familia donde hab�a nacido, y tambi�n en el condado de Sussex.
Robert conoci� por vez primera a la princesa Elizabeth cuando ten�a 8 a�os de edad, quiz�s cuando estudiaba junto a los pr�ncipes en las clases impartidas en la corte. Fue el inicio de una excelente amistad que marcar�a para siempre sus vidas. Robert era un chico inteligente, lo que debi� de agradar a la intelectual Elizabeth, pero ten�a poco inter�s por los cl�sicos. Educado como el resto de sus hermanos por el prestigioso John Dee (ver su biograf�a en el "Foro Historia" de Retratos de la Historia), su pasi�n eran las matem�ticas, la astronom�a y la astrolog�a. Fue tambi�n un h�bil jinete. Acerca de su relaci�n de infancia con Elizabeth, afirm� al final de su vida que Elizabeth, ya desde sus 8 a�os, hab�a afirmado que nunca se casar�a.

La Rica Heredera de Norfolk

El 4 de junio de 1550, Robert fue casado con Amy Robsart, la hija de Sir John Robsart de Syderstone, un noble terrateniente del condado de Norfolk. Los j�venes novios, a�n menores de edad, no se casaban obviamente por amor sino por intereses paternos. Amy Robsart era, de hecho, una rica heredera y esa boda interesaba de sobremanera a los padres de Robert, interesados en brindarle as� una fortuna y una posici�n para asegurarle una vida acorde con su rango, a sabiendas que �l no era el hijo primog�nito y que, por ello, no le pertenec�a heredar alg�n d�a de los t�tulos y posesiones de su padre.
A la boda asistieron la princesa Elizabeth y su hermano el rey Eduardo VI.
Su matrimonio con Amy Robsart le dieron la oportunidad de viajar por sus tierras de Norfolk, donde busc� una residencia decente donde instalarse con su esposa e inici�ndose, de paso, en el ejercicio de la administraci�n de sus tierras y de su casa. A esto se sum� que obtuviese un asiento en la C�mara de los Comunes (en el Parlamento de Londres), al ser propietario y explotador de tierras en dicho condado. En el oto�o de 1551, obtuvo el puesto vacante de Sir Edmund Knyvett (muerto el a�o anterior) en el curso de las elecciones de la 4� y �ltima sesi�n parlamentaria, siendo nombrado caballero. Desde luego, ese ascenso se deb�a m�s a las influencias de su padre que a su experiencia en tareas parlamentarias, al ser tan joven e inexperto en asuntos pol�ticos.
El 12 de abril de 1552, con Sir Francis Russell y Sir John Cheke, fue requerido por la C�mara de los Comunes para interceder junto al duque de Suffolk, en favor del sirviente de este �ltimo, Ralph Ellerker, al ser inculpado �ste de asalto a Sir Robert Brandling.
Cuando Robert tuvo los 19 a�os de edad, su padre le nombr� gentilhombre de la C�mara Privada del rey Eduardo VI, lo que supuso para �l una pensi�n y una buena posici�n en la corte.

Tiempo de Penurias

Poco despu�s de la muerte de Eduardo VI, Dudley se hizo con extensas tierras en Northamptonshire y Leicestershire, y contrat� a 50 hombres que llevaban su librea. Las intenciones de su padre estaban entonces muy claras: pretend�a poner en el trono de Inglaterra a su nuera Lady Jane Grey, mujer de su hijo Guildford Dudley, y prima del difunto Eduardo VI (y su novia fallida), mof�ndose de la ley sucesoria implantada por el rey Enrique VIII y seg�n la cual, el trono deb�a adjudicarse a la mayor de sus hijas, la princesa Mar�a. De hecho, John Dudley hab�a forzado a Eduardo VI, en su lecho de muerte, a firmar un testamento en favor de Lady Jane Grey para que �sta heredase la corona brit�nica en detrimento de la princesa Mar�a, argumentando que la supervivencia de la Iglesia Anglicana depend�a de ese nombramiento, dado que Mar�a era una cat�lica ac�rrima que andaba planeando el retorno de Inglaterra en el seno de la Iglesia Romana.
Se inici� entonces una campa�a militar en la que el duque de Northumberland, secundado por sus hijos (Robert inclu�do), intent� sublevar el condado de Norfolk a favor de Jane Grey, y a ganarse la adhesi�n de los grandes se�ores. Robert Dudley se hizo con la plaza de Lynn, pero fue una victoria solo en parte. Northumberland hab�a ca�do prisionero a manos de los partidarios de la reina Mar�a I, cuya marcha hacia Londres se estaba convirtiendo en un paseo triunfal, recogiendo adhesiones a su paso.
El 20 de julio de 1553, el Consejo Privado orden� a las autoridades que se arrestara a Sir Robert Dudley y sus seguidores y, tres d�as m�s tarde, ingresaba prisionero en la l�gubre Torre de Londres, por la "Traitor's Gate" (la puerta de los Traidores).
En septiembre del mismo a�o, se le concedi� a su mujer Amy Robsart una visita de despedida. Juzgado y encontrado culpable de traici�n en el mes de enero de 1554, fue sentenciado a la pena capital.
Robert Dudley permaneci� prisionero en la Torre de Londres con sus otros hermanos, con celda en la Torre Beauchamp, a dos pasos de la Torre de la Campana, donde se hallaba igualmente presa la princesa Elizabeth, despu�s de la fracasada rebeli�n de Sir Thomas Wyatt. La leyenda cuenta entonces que en aquella triste situaci�n, la amistad que exist�a entre Robert y Elizabeth se convirti� en una historia de amor. Suposiciones que, aparte del romanticismo de los que propagaron semejante an�cdota, no se sostienen por ning�n lado ya que ambos prisioneros estaban en celdas separadas y ubicadas �stas en torres distintas. Tampoco se permit�an visitas entre presos.
Su hermano Guildford Dudley, esposo de la desafortunada Lady Jane Grey (la reina Juana I de Inglaterra durante tan solo 9 d�as), fue decapitado. Tambi�n fue ejecutada Jane Grey, al mostrarse obstinada ante las insistencias de la reina Mar�a I de que abjurara de la fe anglicana para volver al seno de la Iglesia Cat�lica.
Despu�s de 9 meses de encarcelamiento, la reina, asaltada por las dudas sobre si eran realmente culpables del crimen de traici�n, decidi� liberar a los hermanos Dudley el 18 de octubre de 1554, y les concedi� el perd�n el 22 de enero de 1555.
La madre de �stos, la duquesa Vda. de Northumberland, acababa de morir. John Dudley, el primog�nito, falleci� al poco tiempo. Meses antes, Felipe II de Espa�a, esposo de la reina Mar�a I, le hab�a cogido a su servicio en calidad de caballero de su casa.
En el intento de recuperar los bienes y propiedades de su padre, los hermanos Dudley ofrecieron sus espadas al servicio de Felipe II de Espa�a, quien a cambio les prometi� interceder a favor de �stos, para que se levantara el embargo de las propiedades y fueran devueltas a sus herederos leg�timos. Asi pues, Henry y Robert Dudley se enrolaron en el ej�rcito del rey de Espa�a, se trasladaron a Francia y participaron en la batalla de San Quint�n, donde desgraciadamente Henry cay� muerto. Despu�s de aquella tremenda p�rdida, Robert regres� a Inglaterra como correo especial del rey espa�ol, con cartas que entregar a la reina Mar�a I. Por sus servicios, la soberana rehabilit� a los hermanos y hermanas Dudley en sus derechos sucesorios por medio de una acta parlamentaria fechada en 1558.
Durante esos �ltimos meses de reinado de Mar�a I, Robert Dudley liquid� parte de los bienes inmuebles y propiedades de su padre, para financiar las maltrechas arcas de la princesa Elizabeth, que se encontraba en la m�s absoluta indigencia. �l mismo se hallaba en serias dificultades pecuniarias, y Elizabeth nunca olvidar�a su sacrificio.
Cuando Elizabeth I accedi� al trono en 1558, al fallecer su medio-hermana Mar�a I, la fortuna se hizo m�s ben�vola con Dudley. Nombrado Caballerizo Mayor de la Reina, prestigioso cargo en la corte que requer�a un nutrido personal a sus �rdenes para servir a la soberana, supo estar a la altura de su nombramiento organizando hasta el m�s nimio detalle de las apariciones p�blicas de �sta, o para su distracci�n personal. A eso se a�ad�a que ambos gustaban de lo mismo: la m�sica y el teatro. El entendimiento era tal que se hizo obvio que Robert Dudley se hab�a convertido en el favorito de la nueva reina de Inglaterra. Supo recompensar su lealtad y su enorme sacrificio durante los tiempos dif�ciles, colm�ndole de t�tulos, propiedades y prebendas, sin contar con las generosas sumas de dinero que le fueron regaladas.

El Favorito de Su Graciosa Majestad

Sir Robert Dudley se hab�a convertido en el favorito por excelencia de Elizabeth I, en su enamorado, en su caballerizo mayor, en su confidente, en su amigo y en su amante. A pesar de la mete�rica ascensi�n de Dudley, �ste nunca perdi� las formas respecto a la soberana, ni olvid� el respeto con que deb�a tratarla, por muy enamorados que estuviesen ambos. La reina era la reina, antes que la amante y la amiga.
En la corte, sus enemigos le apodaban "el Gitano" por su apariencia latina, al tener los cabellos y los ojos negros. Mucho m�s amable, Elizabeth I le llamaba "two-eyes" (dos ojos). Se atrajo la antipat�a de muchos por ser demasiado arrogante. Su avidez no pareci� tener l�mites: nunca ten�a bastante dinero ni bastantes tierras.
Despu�s de 1560, se convirti� en el hombre m�s impopular de toda Inglaterra. No se encontraba a nadie, exceptuando la reina y su familia, que pudiese decir algo bueno de �l. Sabedor del odio que suscitaba a su paso, Dudley se mofaba p�blicamente de la opini�n de la calle y de la corte, aunque ese gesto no hiciera m�s que enmascarar su disgusto y su soledad frente al mundo. Ing�nuo, am� durante toda su vida a la reina, con la que hubiese deseado casarse, y pese a los repetidos rechazos, segu�a igualmente enamorado de ella.

Rumores que matan

Sus pretensiones matrimoniales no pod�an, obviamente, llevarse a cabo dado que ya estaba casado con Amy Robsart desde 1550. Su esposa se hab�a convertido en un obst�culo insalvable en sus prop�sitos. Las circunstancias que rodearon la s�bita y extra�a muerte de su esposa en la mansi�n de Cumnor Place (cay� por las escaleras, rompi�ndose el cuello), hicieron caer sobre Robert la pesada losa de la sospecha y muchos dedos apuntaban hacia �l. Durante a�os, la gente estuvo convencida de que �l hab�a orquestrado el fatal accidente de su mujer, para as� deshacerse del �nico obst�culo que le imped�a casarse con la reina Elizabeth I. Se sab�a entonces de la imposibilidad de invalidar su matrimonio con Amy Robsart, puesto que esa pr�ctica era m�s bien propia de las cortes cat�licas y no se estilaba en tiempo de los Tudor, como tampoco era viable el divorcio para la pareja: recordemos que Amy Robsart era la m�s rica de los dos, y que como mujer abandonada le habr�a otorgado el derecho de quedarse con todos los bienes que hab�a aportado al matrimonio.
Consta que, de todos modos, las relaciones entre Robert y Amy eran m�s que cordiales (a pesar de vivir casi siempre separados y cada uno por su lado), y que hoy en d�a se pone muy en duda que fuese el instigador de su muerte. Pero, �qui�n sabe lo que realmente pas�?
Se dec�a que a Amy Robsart se le hab�a diagnosticado un c�ncer de mama, un mal incurable que entra�aba una lenta y dolorosa muerte, y que por esa raz�n opt� suicidarse antes que padecer una horrible agon�a.
Recientes investigaciones m�dicas adelantan la posibilidad de que Amy Robsart, en esas condiciones de salud tan precaria, decidiese tirarse escaleras abajo en su mansi�n de Cumnor Place, en Oxfordshire, con el tr�gico desenlace que conocemos. Su salto al vac�o, estamp�ndose en el �ltimo pelda�o de la escalinata, provoc� que se partiera el cuello y falleciera en el acto. Esa versi�n, evidentemente, entra en contradicci�n con la certeza de la gente de entonces en que Robert Dudley, por persona interpuesta, tirara escaleras abajo a su esposa. Incluso el propio Robert estuvo convencido de que fue asesinada, aunque �l, desde luego, se sab�a inocente y que por eso exigi� que se investigara.
En cualquier caso, esa muerte acab� por hundir las esperanzas de Robert de poder matrimoniar con la reina. Elizabeth I no pod�a cometer semejante error ya que, de haber aceptado casarse con �l, se habr�a visto envuelta en ese escabroso asunto y la gente habr�a pensado que ella tambi�n ten�a algo que ver con la muerte de Amy Robsart. A eso se sumaba el odio que suscitaba la figura de Robert Dudley, al monopolizar el favor de la soberana. De haberse casado la reina con �l, sin duda hubiese estallado una rebeli�n contra su autoridad.

El eterno novio

A pesar de todo esto, el ingenuo Robert permaneci� en la vana esperanza de acabar matrimoniando con Elizabeth I, y �sta mantuvo la llama viva durante a�os sin por ello dar el "si". La prueba la tenemos en que Robert no se volvi� a casar hasta el a�o 1578, cuando finalmente se percat� de que la reina jam�s iba a casarse con �l.
En 1575, durante los fastuosos festejos ofrecidos en el castillo de Kenilworth, en Warwickshire, Robert hizo su �ltima pedida de mano a la reina. Como en a�os anteriores, la soberana le contest� con un rotundo "no".
En 1562, Elizabeth I le hab�a nombrado miembro del Consejo Privado de la Corona a pesar de la oposici�n de los dem�s miembros (octubre de 1562), y expidi� a su favor las cartas patentes por las cuales le nombraba 1er bar�n de Denbigh -28 de septiembre- y 1er conde de Leicester -29 de septiembre de 1564-. Convertido en par del reino, ingres� en la C�mara de los Lores.

Matrimonios secretos

A�os m�s tarde, en 1573, Robert ten�a un "affaire" amoroso con Lady Douglas Howard, hija de William Howard, Lord Howard de Effingham, y hermana de Charles Howard, futuro 1er Conde de Nottingham, y viuda de Lord John Sheffield, bar�n de Butterwick. Se cas� con ella en el m�s riguroso secreto, ya que no quer�a comprometer su posici�n en el favor de la reina. Ir�nicamente, de este matrimonio secreto naci� un solo hijo el 7 de agosto de 1573, que no iba a heredar del t�tulo paterno ni tener la posibilidad de sucederle en sus tierras.
En 1578, se cas� secretamente con una prima de la reina, Lettice Knollys, Condesa Viuda de Essex, que hab�a estado casada con Walter Devereux, 1er Conde de Essex. Por lo visto fue un flechazo. Ciertamente era �sta una mujer vivaracha, atractiva, pero se sospecha que la boda se celebr� deprisa y corriendo al percatarse de que estaba encinta de Robert Dudley. Para evitar un esc�ndalo mayor, y por presiones de la familia de ella, se celebr� el matrimonio sin pompa ni ceremonia.
La reina estuvo informada del enlace poco despu�s, y mostr� su mal disimulado disgusto al enterarse por terceras personas que ya andaban frot�ndose las manos con semejante noticia.
Lettice perdi� a su primer hijo pero entre 1579 y 1580, pari� al ansiado heredero var�n que asegurase la continuidad del linaje de Robert Dudley. Fue bautizado con el mismo nombre de pila que su padre. Desgraciadamente, el ni�o en cuesti�n no pareci� tener una excelente salud y falleci� prematuramente el 19 de julio de 1584. Aquella muerte destroz� al conde de Leicester, que idolatraba a su hijo, principal motivo de su orgullo y, con esa muerte, muri� su sue�o de perpetuar su dinast�a.
Le quedaba, sin embargo, el primer hijo que hab�a tenido con Lady Douglas Howard, tambi�n llamado Robert, pero a ojos del mundo era ileg�timo ya que nunca se hizo p�blico su 2� matrimonio secreto, ni cont� con el reconocimiento de la reina, y se sumaba a ese tremendo inconveniente que, por norma, los hijos ileg�timos no sol�an heredar los t�tulos de sus padres. Intervino entonces Lady Douglas Howard para defender los derechos de su hijo habido con Robert Dudley (y del cual se hab�a separado tambi�n en secreto, para complicar a�n m�s el embrollo), proclamando la legitimidad del ni�o y que hab�a estado casada con Dudley. A pesar de sus intentos, todo fue en vano y no consigui� que se reconocieran los derechos de su hijo.
El fracaso materno se vi� compensado por los cuidados, la manutenci�n y la educaci�n dispensada por Lord Leicester a su hijo "bastardo". De hecho, su hijo ten�a talento y buena madera para convertirse en alguien de provecho, pero esas buenas disposiciones no le impidieron fugarse a Europa con una dama de honor de la reina en 1603, convertirse al catolicismo, instalarse en Florencia y tener varios hijos e hijas. Lo que se le neg� en Inglaterra, lo consigui� en Italia cuando el gran-duque de Toscana le convirti� en su principal consejero e ingeniero, y el emperador en persona le reconoci� el derecho de llevar los t�tulos de duque de Northumberland y conde Warwick (lo que le convert�a en duque y conde del Sacro Santo Imperio Romano Germ�nico).

El fracaso de Holanda

En 1585, Leicester estuvo al mando de las fuerzas brit�nicas destinadas en los Pa�ses-Bajos cuando �stos se hab�an sublevado contra la autoridad de Felipe II de Espa�a. La misi�n de Leicester era acudir en ayuda de los rebeldes holandeses. Permaneci� all� hasta 1587, regresando a Inglaterra cuando estallaba el asunto de la conspiraci�n de Lord Babington, en la cual se hallaba involucrada la ex-reina Mar�a I de Escocia en 1586-87. Leicester estuvo presente cuando Mar�a I de Escocia fue ejecutada en Fortheringay.
La misi�n de Leicester en los Pa�ses-Bajos no fue particularmente brillante y, cuando regres� a la corte, le llovieron las cr�ticas por sus acciones. El descontento de Elizabeth I se hizo bastante palpable cuando le recibi� sin mediar palabra, y con una frialdad tremenda. Ni siquiera le solt� una palabra amable para darle gracias por sus esfuerzos en las Provincias Unidas.
A pesar del sonado fracaso de Leicester, que sus enemigos se complac�an en exagerar a ojos de la reina (su �nica valedora), en 1588 �sta le di� a cargo la direcci�n del ej�rcito de tierra en el momento en que Espa�a lanzaba contra Inglaterra su famosa Armada, y organiz� personalmente la visita de Elizabeth I a Tilbury. En aquellos momentos, Leicester andaba desmejorado y con molestias que daban se�ales de una fatiga y desgaste f�sico visibles. Sus d�as ya estaban contados, ya que padec�a un c�ncer de est�mago.
Despu�s de la estrepitosa derrota de la Armada Espa�ola ante las costas inglesas, Leicester ten�a intenciones de tomarse un descanso y hacer una cura de aguas termales en Buxton, pero no tuvo tiempo de ir. Falleci� en su casa de Oxfordshire el 4 de septiembre de 1588.
Elizabeth I acogi� la noticia de su muerte de la peor manera. La p�rdida de su amigo y compa�ero, con el cual se hab�a encerrado a solas en sus aposentos durante horas y d�as, la sumi� en una enorme tristeza. Durante todos aquellos a�os, la reina hab�a guardado celosamente, como oro en pa�o, todas las cartas que Leicester le hab�a escrito, bajo llave y en su joyero. En los 15 a�os restantes que le quedaban a la soberana, ley� y reley� incansablemente sus cartas. Hasta en el momento de su muerte, Elizabeth I siempre llev� encima un medall�n de oro y pedrer�as con el retrato en miniatura de su querid�simo Robert.
Dicen que sus enemigos, que se alegraron mucho de la cat�strofe de la Armada, no lo festejaron con tanto ruido que cuando se enteraron que Robert Dudley hab�a muerto.
El conde de Leicester fue sepultado con todos los honores debidos a su rango, en la Capilla Beauchamp, de la Iglesia de Saint-Mary, en Warwick.
Su cargo de Caballerizo Mayor fue heredado por su sobrino Robert Devereux, 2� Conde de Essex, pero obviamente y aunque se convirti� en el nuevo favorito de Elizabeth I, nunca lleg� a estar a la altura de su t�o en el coraz�n de la soberana.
Lettice Knollys, Condesa de Leicester
Lord Robert Dudley, 1er Conde de Leicester, Bar�n de Denbigh, K.G. 1533-1588
Elizabeth I, Reina de Inglaterra, 1533-1603
Lord Robert Dudley, 1er Conde de Leicester y Bar�n de Denbigh, 1533-1588
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