LA MALDITA EXTIRPE DE LOS BÁTHORY
LA MALDITA EXTIRPE DE LOS BATHORY

Origen del Linaje

La condesa Erzebet Báthory Nadasdy, recorre, con su extraña belleza, las glaciales noches de nuestra historia, de nuestras leyendas. Basta con oír su nombre para que inspire terror, nos recuerde la muerte,... Pero, ¿conocemos realmente su historia, su verdadera historia?

Desde sus origenes, los Báthory se distinguen y forman un clan que va desde un místico que tradujo la bíblia hasta una condesa adepta a los baños de sangre. Todos fueron unos tarados, crueles, lujuriosos, dementes y valientes, tal y como lo dejó escrito Valentine Penrose, única biógrafa de la célebre condesa.
Familia principesca de Transilvania, descendencia del horror en una patria donde las criaturas de la noche y los vampiros bailaban macabremente sobre los cadáveres de los súbditos, su nombre es sin duda de origen alemán. El clan Báthory encontró su apellido hacia finales del siglo XIII, bajo el reinado de Ladislao IV, donde un caballero mereció, por su bravura, el nombre de "Bator", que significa "el Valiente".
De toda esta série de retratos de los Báthory se desprende como unas emanaciones de locura. Las taras se transmiten, se heredan de padre a hijo, de generación a generación... Los Báthory padecen de gota (ácido úrico en miembros y articulaciones), pero también de un extraño y desconocido mal para la época, la epilepsia. Toda su vida, Erzebet Báthory se quejara de horribles e insufribles dolores de cabeza.

Genealogía

Istvan, Stefan o Esteban I Báthory, nombrado Príncipe de Transilvania en 1571, consigue convertirse en rey de Polonia el 10 de julio de 1575. Su reinado será un reinado de gloria y de conquistas. Reformó el ejército, creando la caballería polaca para frenar los ataques de Iván "el Terrible", zar de Rusia. Sin embargo, este glorioso monarca que había hecho el más provechoso "braguetazo" al casarse con una princesa Jagellon de Polonia, abriéndole el paso hacia el trono sobre el cual acabó por sentarse, falleció brutalmente el 12 de diciembre de 1586, tras una grave crisis epiléptica...

Un tío, Istvan Báthory, pasó a la posteridad como un analfabeto, un mentiroso compulsivo, un falsificador de moneda, y acabó sus días sumido en el más completo delirio, una locura tal que tomaba el verano por el invierno y se hacía llevar en trineo, como en tiempo de nevadas, sobre avenidas cubiertas de arena blanca...

Gabor I Báthory, primo de Erzebet, fue rey de Transilvania en 1608, haciéndose famoso por su licenciosa vida, sus desarreglos y su monumental orgullo. Cometió incesto con su hermana Anna, de la cual tuvo dos hijos que fallecieron antes de cumplir los 12 años. Murió salvajemente asesinado el 27 de octubre de 1613, no se sabe si a merced de sus enemigos, o a manos de una turba descontrolada.

Otro Gabor Báthory, fue famoso por sus ataques de posesión, durante los cuales mordía salvajemente a los que se ponían de por medio.

Klara Báthory, tía de Erzebet, era una demente ninfómana que tomaba amantes por todos los caminos de Hungría y violaba a sus doncellas en su cama. Agotó a cuatro maridos y asesinó a uno ahogándole con una almohada. Al final de su vida, mantuvo a un joven amante al que ofreció un castillo, pero un pachá turco lo hizo ensartar como un pollo para asarlo vivo. En cuanto a Klara, acabó violada por todo un destacamento de soldados. Puesto que sobrevivió, tuvieron que apuñalarla para darle muerte.

Finalmente podemos citar a Andreas Báthory, el primo del rey Esteban I, que fue masacrado a hachazos en la cúspide de un glaciar.

Erzebet Báthory, nació de un matrimonio consanguíneo: su madre Anna Báthory, hermana del rey Esteban I de Polonia, casó con su primo el Barón György Báthory, y tuvieron 4 hijos: Istvan, un demente y sádico, Erzebet, futura esposa del conde Ferencz Nadasdy, y dos hijas más, Sofía y Klara Báthory.

La época

Hambruna y peste reinaban, el peligro turco era omnipresente, y Hungría era un granero que podían saquear a placer. Los campesinos no podían ir a trabajar las tierras sin armarse de una espada y teniendo un caballo ensillado para huír en caso de necesidad. La guerra se enseñoreaba. Durante una derrota húngara, el sultán Otomano Solimán tuvo su diván bajo una tienda roja donde 2.000 cabezas decapitadas servían de trofeos; habían cabezas de obispos, de ricos y aristócratas, pero la del rey faltaba... La encontraron un poco más tarde en una ciénaga.
La brujería campaba a sus anchas, hija del temor y de la miseria. Encontraba en ese caos las fuerzas necesarias para engrandecerse, para prosperar y extender los monstruosos tentáculos de la superstición y de la locura.

Erzebet Báthory

Nació en 1560. Su juventud se desarrolló en sombríos castillos, golpeados por los vientos invernales. La melancolía y la muerte fueron sus compañeros de juegos. El peligro turco preocupaba, y siempre llegaban los ecos de los desgarradores gritos de las víctimas... reinas y favoritos eran decapitados, asesinados. La sombra de la muerte se extendía cual bruma malévola sobre el conjunto del país.
Fue, a sus 11 años, prometida a un Hadasdy (o Nadasdy), gran familia de Hungría. Ferencz, el novio, había nacido el 6 de octubre de 1555, revelandose tempranamente como un gran combatiente ante el enemigo turco, merecedor, por su bravura, el título de "Príncipe Negro".
La costumbre de entonces exigía que Erzebet fuera educada por su futura suegra, una dama pudibunda y mea-pilas que le privaría de todas las alegrías de la infancia, ahogándole con piadosas y santas lecturas.
La boda se celebraría cuatro años después, en mayo de 1575, sellando la unión de dos poderosísimas familias húngaras. Los novios se instalaron en el castillo de Csejthe, mansión y fortaleza lúgubre y sombría que coronaba una desértica montaña. Es entre esos lóbregos muros que Erzebet Báthory pasaría la mayoría de su existencia mientras que su esposo la abandonaba para guerrear contra los turcos. Aburrida, sola, abandonada, recorre los largos, húmedos y sombríos corredores del castillo.
¿Engañó a su marido? Sin duda... Durante su juicio, su lesbianismo fue puesto en evidencia. La biógrafa Valentine Penrose habla de una misteriosa mujer, como iniciadora de la condesa en esas lides amorosas. Las primeras manifestaciones de su crueldad, aparecieron en vida de su marido el conde Hadasdy. Una pariente de este último, fue desnudada, embadurnada de miel, y abandonada un día y una noche en el jardín para que los insectos la devorasen y picasen,... uno de los castigos de la condesa Erzebet.

En 1579, su suegra fallece, y es de esa época que data el único retrato, hoy desaparecido, de la condesa Erzebet Báthory-Hadasdy. En repetidas ocasiones se trasladó a Viena, y ya circulaba por entonces el apodo con la que le habían bautizado "Blutgräfin" (Condesa Sangrienta en alemán). Se contaban historias de sangre corriendo por la capital austríaca, de los gritos de jóvenes doncellas asesinadas.
Hacia finales del siglo XVI, la pareja había adquirido un viejo palacio, y allí parece que su sadismo rebasó los límites. Las noches se hacían eco de los gritos de terror y sufrimiento y, cada mañana, Ilona y Darko, tiraban a la calle cubos y cubos de agua enrojecida.
Es también en ese palacio que hubo de tirar cenizas alrededor de su cama, puesto que los charcos de sangre, en su alcoba, eran tan grandes, que no podía cruzarlos para echarse a dormir o a descansar. El testimonio de Ilona es claro: "...hasta en su palacio de Viena, la condesa buscaba un sitio dónde poder torturarlas lejos de miradas indiscretas; siempre había que limpiar los muros y los suelos..."

Las estancias en ese palacio vienés siempre fueron excepcionales. Tres hijos nacieron, sin embargo, y siempre demostró ser una madre atenta, tierna y cariñosa con ellos. Los años pasaron y, contra el aburrimiento, contra el tiempo que pasa inexorablemente, Erzebet quiere, desea fervientemente, permanecer joven y bella.
A sus 50 años, según los testimonios de las personas que la conocieron, presentaba un aspecto de juventud sorprendente, casi diabólico, con una palidez lechosa que fascinaba y aterraba.
El 4 de enero de 1604, su esposo fallece y Erzebet se encuentra de nuevo sola y viuda. A partir de ese momento, se muestra despiadada y con fuerzas renovadas. Los cómplices triplican sus esfuerzos para contentarla, llevandole más víctimas, a cambio de comida o de recompensas monetarias. Cómplices que, en el seno de aldeas y pueblos cercanos, llevan al castillo de Csethje pobres chiquillas con que alimentar a ese monstruo hecho mujer, ese ogro sediento de sensaciones y de sangre... Y con ello crece el rumor hasta hacerse clamor, demasiadas niñas desaparecen...

Los cómplices

Ujuary Janosz, apodado Ficzko, un jorobado idiota a la par que servil y sádico, no tenía siquiera 20 años de edad cuando fue condenado.
Jo Ilona, entró en el escenario en 1591. Fue la nodriza de los hijos de la condesa. Se la describió como una mujer alta, fuerte, fea y apestosa, como esas que nunca se han lavado en su vida.
Dorotya Szentes, apodada Dorko, especializada en encarnaciones y hechizos.
Kandoska, una alcohólica que desempeñaba la misión de recorrer el país en busca de carne fresca.
Y Katalin Beneizky, que se encargaba de hacer desaparecer los cadáveres.
La que liberó y desató la locura psicopática de la condesa fue, sin duda, Anna Darvulia. Ficzko, durante el juicio, confesó que fue después de la aparición de Darvulia cuando las torturas se volvieron más crueles y redoblaron de violencia.
Según Valentine Penrose, fue ésa quien inició a Erzebet en los juegos más crueles, enseñándole a mirar como morían lentamente sus víctimas. En 1609, cuando las sospechas se hicieron persistentes sobre la figura de la condesa, la bruja huyó en el bosque y nadie, nunca jamás, volvió a verla.

¿Cual es la parte de responsabilidad en esta galería del horror?¿Cual fue el papel de Erzebet? La Historia permanecerá en silencio como una tumba...

Los suplicios

Durante su interrogatorio, Ficzko declararía: "las maniataban, aprisionaban sus brazos con alambres de hierro, y las golpeaban hasta darles muerte, hasta que sus cuerpos ennegrecieran como carbón y que sus pieles se desgarrasen."

Dorko declaró que: "se les cortaba los dedos uno a uno con tijeras de podar, Ilona traía el fuego para poner al rojo vivo los atizadores, aplicándolos luego sobre cara, nariz y boca."

Ilona da más detalles: "la señora hacía calentar las llaves al rojo vivo, quemando las manos de las chiquillas. Hacía lo mismo con las monedas que éstas encontraban y que no habían devuelto a la señora."

Justicia

Navidad de 1610, personalidades habían pedido cobijo a la condesa Erzebet. Entre los huéspedes, el mismísimo Emperador Matías, y el palatino György Thurzo, pidieron oficialmente asilo. De hecho, ante los persistentes rumores, Thurzo se entregaba a una investigación en toda regla. Preguntaba, interrogaba, buscaba pruebas fehacientes.
Viena acabará por autorizarle a llevar a cabo las pesquisas necesarias y éstas fueron tremendas: sangre, cuerpos inertes, desfigurados, mutilados, desmembrados, esqueletos,... el horror en mayúsculas.
En una celda, la "carne fresca" esperaba las próximas sesiones de masacre, confesando que habían tenido que comer la carne braseada de sus compañeras muertas, ya que no les daban nada más. En los aposentos de la condesa se descubrió toda suerte de signos diabólicos y todo lo necesario para celebrar misas demoníacas, así como unas escaleras secretas que llevaban directamente a los calabozos o a la sala de tortura.

A pesar de las pruebas reunidas, la sentencia de Thurzo brilla por su tibieza. La califica de bestia que no merece respirar el aire de este mundo, ni ver la luz de Dios, siendo indigna de pertenecer a la sociedad humana. La condena a ser encarcelada de por vida en su propio castillo...

Se decide, unánimamente, acallar el asunto para proteger los intereses de los descendientes de la condesa. Los Báthory son una poderosísima y conocida familia, y el rey-emperador no aprueba que se haga publicidad de ese escabroso caso. El juicio se desarrolló en Biese, entre el 2 y 7 de enero de 1611.
Los cómplices se llevaron la peor parte: se les arranca, uno a uno, los dedos de ambas manos con pinzas, y luego se los echa vivos a la hoguera para que se abrasen hasta convertirse en cenizas. Ficzko, el jorobado, se salva del suplicio por su juventud: le decapitan antes de echar su cadáver a la hoguera.

El rey-emperador habría deseado la muerte de la condesa viuda Erzebet Hadasdy, pero Thurzo objetó enérgicamente aduciendo que tras los Báthory, se encontraban demasiadas grandes familias nobles. Finalmente en abril, sin duda bajo la presión de la corte imperial, el rey-emperador ratificó la sentencia de Thurzo, que condenaba a la condesa impía al encarcelamiento perpétuo.
Erzebet fue emparedada; los albañiles obturaron puertas y ventanas, excepto algunos centímetros cuadrados. Durante 3 años y medio, vivió así con la lúgubre luz propia de un pozo.

Falleció el 21 de agosto de 1614. Dos testigos dan testimonio de su muerte, cuando la guardia, curiosa de ver a esa célebre y legendaria belleza, echó un vistazo por la obertura y la vió, estirada boca arriba sobre el suelo, inmóvil...
Erzsebeth Báthory, Condesa Hadasdy, 1560-1614
Gabor I Báthory, Rey de Transilvania de 1608 a 1613
Sello de Esteban I Báthory, Rey de Polonia y Príncipe de Transilvania
Esteban I Báthory, Rey de Polonia y Príncipe de Transilvania, 1533-1586
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