El Infinito Amor de Dios Padre

DIOS ES MI PADRE

Dios es mi Padre. Este es el grito que hoy se hace siempre más frecuente en el mundo: los hombres reconocen a Dios como Padre. Sentimos por lo tanto el deber de publicar un mensaje de Dios Padre, donado al mundo por medio de una criatura que tanto Lo ha amado y Lo ama, Sor Eugenia Elisabetta Ravasio, y reconocido válido por la Iglesia.

Consideramos oportuno comenzar esta publicación con el testimonio de S.E. Mons. Alexandre Caillot, Obispo de Grenoble, quién en 1935 instituyó una comisión de expertos, convocados en varias partes de Francia, para iniciar un proceso diocesano que duró diez años.

Hicieron parte de la comisión, entre otros, el Vicario del Obispo de Grenoble Mons. Guerry, teólogo, los hermanos jesuitas Alberto y Augusto Valencin, máximas autoridades en el campo filosófico y teológico, y expertos en valuaciones de casos símiles - y dos doctores en medicina, uno de los cuales era psiquiatra.

Seguros que tal Mensaje ayudará a los hombres a comprender la profunda ternura del Padre para cada uno de nosotros, esperamos que tenga la mayor difusión.

P. Andrés D'Ascanio





Madre Eugenia Elisabetta Ravasio

Quién es Madre Eugenia?

Quién es esta criatura que el Padre llamaba "mi hija predilecta... mi plantita? Pensamos que Madre Eugenia es una de las más grandes Luces de estos tiempos: es el pequeño profeta de una Iglesia nueva en la cual el Padre está al centro y en el vértice de cada fe, y la Unidad es el máximo ideal de toda espiritualidad. Es la luz que el Padre donó al mundo en este tiempo de caos y de obscuridad, para que se conozca el camino que hay que seguir.

Nació en San Gervasio d'Adda, Italia (ahora se llama Capriate San Gerva- sio), un pequeño centro en la provincia de Bérgaino, el 4 de Septiembre de 1907, en una familia de origen campesina.

Frecuentó só1o la escuela primaria, y después de laborar algunos años en una fabrica, ingresó en la Congregación de Nuestra Señora de los Apóstoles, cuando apenas tenia veinte años. Es all{ donde desarroIIó su gran personalidad carismática que la hizo elegir, a solo 25 años, Madre General de la misma Congregación.

Prescindiendo de su dimensión de espiritual, para haceria entrar en la Historia bastaría su extraordinaria acción en el campo social: en doce años de actividad misionera abrió mas de setenta centros - con enfermería, escuela e iglesia - en los lugares mds abandonados de Africa, Asia y Europa.

Descubrió la primera medicina para curar la lepra, sacándola de la semilla de una planta tropical; medicina que fue después estudiada y elaborada por el Instituto Pasteur de Paris.

Lanzó en el apostolado a Raoul Follereau, que siguiéndole las huellas, y con la bases que ella puso es considerado el apóstol de los leprosos.

Ideó, proyectó y realizó en Azopté (Costa de Marfíl), durante los años 1934- 41, la "Ciudad de los Leprosos": un inmenso centro para dar asilo a estos enfermos que se extiende sobre una superficie de 200.000 metros cuadrados, y que hasta ahora perdura como un centro de vanguardia en Africa y en el mundo. Por esta obra Francia concedió a la Congregación de las monjas misioneras de Nuestra Señora de los Apóstoles - de la cual la Madre Eugenia había sido Superiora General desde 1935 hasta 1947 - la máxima condecoración nacional por obras de cardcter social.

Pero el legado más importante que Madre Eugenia nos ha dejado ha sido el Mensaje del Padre ("El Padre habla a Sus hijos"), la única revelación hecha personalmente por Dios Padre y reconocida auténtica por la Iglesia después de diez años de rigurosísimos exámenes. Publicamos al inicio del texto el testimonio que S.E. Mons. Alexandre Caillot, Obispo de Grenoble, extendió al final de la encuesta.

Es digno de nota el hecho de que el Padre - en 1932 - dictó el Mensaje a Ma- dre Eugenia en latín, un idioma para ella totalmente desconocido. En 1981 conocimos tal mensaje y en 1982 - 50 aniversario - lo publicamos en italiano.

Los muchos prodigios que de eso ban brotado nos han inducido a difundir- lo gratuitainente, especialmente en las cárceles, en los cuarteles y en los hospitales. Hemos publicado las ediciones en inglés, francés, español, alemán, ruso, italiano, ucraniano, húngaro, coreano, portugués, árabe, holandés, polaco, albanés, dentro de poco en chino y japonés.

Madre Eugenia regresó al Padre el 10 de Agosto de 1990.




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