Este pequeño hotel
situado en una casona típica gallega que data del año 1758 y en cuya
rehabilitación se ha puesto especial cuidado en respetar el pasado del
edificio a la vez que se ha dotado a las distintas estancias de una
decoración de un gusto exquisito. Cada habitación cuenta con una
estética diferente, ofreciendo un ambiente cálido y acogedor, aunque no
exento de cierto lujo. Además, su comedor ofrece variados platos de la
cocina gallega, nacional e internacional, que se completa con una bien
surtida bodega donde pueden encontrarse los mejores vinos gallegos y de
otras regiones españolas. El hermoso paraje rural en el que se encuentra
situada, invita a la práctica de actividades al aire libre, como el
senderismo, el cicloturismo y la pesca fluvial, así como a visitar los
artesanos de los alrededores. La zona, perfectamente comunicada y de
fácil acceso desde la cercana capital de la provincia, cuenta además con
numerosos lugares de interés turístico y monumental, como Samos, Sarria
y Portomarín, todas ellas localidades singulares situadas en el Camino de
Santiago.
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