Su
construcción se debe a la acción del superior de la Orden Franciscana
Padre Leonard de Gregorio, quien visualizó la necesidad de construir un
templo en el emergente San Francisco de la Selva. En honor a su gestión el
sacerdote al morir fue sepultado a un costado del altar mayor de la
construcción. Sus restos permanecen como mudos testigos de la evolución
del templo.
Posee una sobria línea arquitectónica compuesta de una amplia nave central
que contrasta con la tradicional y hermosa fachada de color rojo y blanco.
Las formas neoclásicas tradicionales con influencias de las construcciones
góticas de Europa, en especial en las columnas y terminaciones, resultaron
tras sucesivas reconstrucciones y su forma actual data del año 1872. En
1822 fue destruida completamente debido al Terremoto, lo mismo los años
1849 y resistió a pesar de los daños el Gran Cataclismo de 1922.
A un costado de la Iglesia se encuentra la Plazoleta Juan Godoy, donde
descansa el polémico monumento de Juan Godoy el que fue donado por el
pueblo escocés y que según algunos cronistas de la época, el Descubridor
de Chañarcillo según la imagen parecía un pastor de ovejas de Escocia y no
el minero que fue.
La Iglesia San Francisco está ubicada en uno de los entornos con mayor
tradición de la ciudad y convive junto a la Alameda Manuel Antonio Matta
casi al llegar a Avenida Copayapu. Una construcción hermosa, digna de
conocer por su interior (donde además existen interesantes pinturas
religiosas) como por su entorno. Un paseo Obligado en Copiapó |