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Mi pequeño génesis
Raúl Renan
Para agradecer a cada uno de mis amigos reunidos por mis ochenta años, tendría
yo que pulverizarme. Sin embargo de las gracias que me adornan, doy las más
cumplidas al Instituto Nacional de Bellas Artes del que no he salido desde que
la persona inolvidable de Andrés Henestrosa, en 1957, a la sazón de literatura,
me recibió como a un antiguo amigo. En el nombre de Andrés, reúno a los demás
que en ese puesto han estado, principalmente a Bernardo Ruiz y Daniel Leyva de
cuya amistad sigo gozando. Ana Mari Gomis y Silvia Molina, después y ahora, a
Enzia Verducci. Asimismo, la Directora General de Bellas Artes María Teresa
Franco.
Pero antes, mucho antes que cualquiera, a mi tutor campesino Natalio Pacheco,
bajo cuya férula viví 28 años.
A Francisco Zendejas quien me dio mi primer trabajo en el periódico Excélsior y
me introdujo a la editorial Porrúa Hermanos.
A Álvaro Mutis, primer poeta vivo de mi conocimiento y mi inductor definitivo en
el psicoanálisis salvador por parte del Dr. Díaz Conti.
A Rubén Bonifaz Nuño, gran maestro, poeta excelso, lujo de mi amistad.
A Alí Chumacero, queridísimo poeta, de cuya grandeza en las letras, soy
beneficiario.
A Dolores Castro poeta de mi preferencia, admirada.
A la fraternidad de los Calacas en torno a Rubén Bonifaz: Sandro Cohen, Bernardo
Ruiz, Vicente Quirarte, Marco Antonio Campos.
Del Colegio de México al Dr. Fausto Vega.
De la UNAM al Dr. Vicente Quirarte y a la Dra. Marcela Palma Basualdo.
De la Universidad Iberoamericana campus Santa Fe, al Dr. Javier Prado Galán, S.
J,
Dr. Arnulfo Herrera y Dr. Samuel Gordon.
De la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, antes ENEP, a la Dra. Emma Rizo,
a la Mtra. Carmen Carrara y hoy a la Lic. María Esther Morales Díaz.
De la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, al Dr. Alejandro Palma y al Dr.
Víctor Toledo.
A mis editores: Don José Sordo, de Aldus; Andrés Cardo, de VersoDestierro; Óscar
Sauri, del Instituto de Cultura de Yucatán; Armando Pinto, de Crítica; Ricardo
Escárcega, de Publicaciones de la BUAP; Fernando Rodríguez Mendoza, de Ediciones
ST; Lic. Guadalupe Fernández, de la Casa de la Primera Imprenta.
A mis poetas y narradores amigos Francisco Hernández, Eduardo Langagne, José
Francisco Conde Ortega, Óscar Mata, Luis Chumacero, Alberto Blanco, Francisco
Magaña, Julio Ramírez, Félix Suárez, José de Jesús Sampedro.
A Aída Galindo Baca, madre de mis hijas; a mis hijas Teresa, Constanza y Ximena
y a mis nietos Ana, Emilio y Andrés.
Debo la refulgencia de este acto a la Dra. Mariana Bernárdez, a la par con la
Dra. Norma Salazar. Gratia plena.
Y a mis favorecedores con quien estoy en deuda por la parte ilustrada de esta
fiesta:
Taller de Experimentación Gráfica Luis Ricaurte, Mario Tamez, Jaime Abraham
Tamayo, Eduardo Carmona, Pablo Correa.
A la galería Axis Mundi, José Luis Sosa, José de Jesús Soriano.
Al letrado universitario Dr. Israel Ramírez.
Mi agradecimiento a Ángel Saldierna, Óscar Alejandro. No me olvido de Ivonne
Pérez, coordinadora de Proyectos de Coinversión del FONCA, mi amistad.
A mis amigos de la mesa, ilustres: Lolita, Óscar, Humberto, Leopoldo e Iván
queridísimo.
Por mandato de todas mis letras y todas las palabras de mi gramática que me han
llevado de la punta de mi lápiz montado en los dedos, a lo largo de muchas
líneas borrables, ofrezco el Canon de la amistad, a todos los que hoy vinieron a
que yo los salude, incluso a los que desde su cúspide ya no me distinguen.
Para los nombrados y los innombrados leeré unos cuantos versos.
El perdedor
looser or
winner?
Javier Prado Galán S.J.
Ya no hay
caídas.
Las gracias
se desprenden
a girones,
su espanto
trasmina
el muro
agujerado
por los ojos
del infierno.
En el jardín
del aguafuerte
las virtudes
sanan
sus cielos
verticales.
Ningún azar
certero
a las promesas
premia
con aureolas
pues no hay cumbre
posible.
El andar
cabizbaja
lo que no hay
para mirar
aunque audibles
sean
las sensaciones.
Se detiene
el camino;
hacia arriba
los ojos
no vuelven.
Del buen pan
la boca cae
y hambre en tierra
es despojo
en desgracia.
El limbo
llueve
a mares
salvo
los estertores
bienhabidos.
Tierra en agonía
paridora de
piedras, muchas me
empiedrarán,
plañideras
ya las oigo.
Se incorpora la sombra
una más en el valle
se vacía.
Flamean
desnudos
los harapos.
ESPECIE
Prefacio
Viene de lejos viene de antiguo mi palabra juglar-
peregrina si se quiere- roman si se ama-
y
dole
tan
male
Poema
Nunca
trové
palabra
de
sones
más
acordados
que hoy,
por mi
señor
Berceo
permitida.
Es de
aire
soleado
letra
tras
letra
puras
sonadas-
con sono
de
aves
dulces
e
modulados.
Es palabra
montada
que
trasmina
voces
de agua
en
perfecta
oración
rodante
en
la
tierra.
Todas
son
esta
palabra-
todas
las
pensadas
por la escrita
y las
que la
mente
diera
pronunciadas
por
órganos
más
temprados
que
la
opaca
que
piensa
el
pensamiento.
Pasa
de alas
y yo
la veo
esconder
como
que
lleva
el
dictado
de
mi
custodia.
De
vibrante
arena
la
tientan
las
yemas
de
mis
dedos
y de
tanta
caricia
se
anuda
a
mi
dedo
cordial
que
signa
amor
y
boda
con
el
habla.
¡Ha!
bla
el
blasón
blandiendo
a los
cien
vientos
los
signos
de
mi
palabra.
Fermosa
nacida-
su
sonar
tan
deleitoso
llenó
el
hogar
del
poema
al
que
mortales
habidos
nunca
urdieron.
Yaciendo
a
sombra
me
guarde
de
la
lluvia
de
las
malas
dicciones
y las
piedras
viciosas
en
la
lengua.
*
Palabras dictadas en el Palacio de las Bellas Artes, en la celebración de su 80
aniversario.
Nacido en Mérida, Yucatán, estudió Letras
Españolas en la UNAM. El poeta Raúl Renán disfruta de una singular celebridad en
nuestras letras con diversos libros como Catulinarias y Sáficas (1981),
De las queridas cosas (1982), La gramática fantástica (1983) y
Viajero en sí mismo (1991) entre más de veinte libros publicados. Sus obras
reúnen, con ingenio y paradoja, las opuestas virtudes de la rareza y la
tradición, la originalidad y el redescubrimiento del lugar común. Es uno de los
primeros en refrescar, al inicio de los años ochenta, al epigrama y al soneto.
Ha colaborado en Estaciones, Vuelta, Armas y Letras,
Luvina, Cantera Verde, Tierra Adentro, Revista de la
Universidad, UNAM, Suplemento El Laberinto, del diario Milenio,
Confabulario del Universal, entre otros suplementos. Ha recibido numerosas
distinciones entre las que destacan: Medalla Yucatán, otorgada por el gobierno
del Estado en 1987, y el Premio Antonio Médiz Bolio en 1992. El gobierno de su
estado convoca, a partir del año 2000, a un concurso de poesía que lleva su
nombre: Premio Nacional de Poesía Experimental “Raúl Renán”.
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