Locomotora
El
destino
Asómate al
mundo, fiera indómita,
y arrastra tus
huesos de hierro por los caminos
de abismos y
pendientes,
llévame
contigo,
quiero viajar, ver
el orbe,
que las montañas
clamen,
allá van,
oriente y
occidente,
norte y sur,
muy cerca.
Soy
el maquinista,
tú el
destino,
toneladas de vida
mi carga:
infiernos, cielos,
mares;
quiero gritar el
viento.
Aquí estoy,
voy,
vivo,
UUUUUUUUUUUU
escuchen
mi destino,
mi
voz
como
estallido,
sonidos
que penetran en las rocas
martillan
al oído.
¿Quién
puede modelar el mapa?,
¿quién
profetizar la vida?
El
espíritu dice
que
viviré más soles
Vagón
No. 1 La
quimera
Sube,
baja,
vuela,
más
alto, más rápido.
Seré
el héroe,
no
habrá laurel ni gloria que no alcance.
Sube,
baja,
vuela,
más
alto, cada vez más alto.
Seré
más fuerte que Hércules,
con
más poder que Júpiter,
la
fortuna siempre estará a mi lado.
Sube,
baja,
vuela,
más
alto, más rápido.
Vagón
No. 2 La
pasión
Desbordado
voy por el camino:
Europa,
África, Asia, América, Australia.
Me
acogerán
Atlántida,
Pompeya, Troya.
Tengo
la virtud de personajes insólitos:
monje,
guerrero,
concertista,
sabio:
a
todos interpreto.
Nada
me ha detenido.
Mar
de ríos caudalosos y desbordantes,
olas
que desbocadas van hacia la tierra,
no
me doblegan,
mi
voluntad es férrea,
conquisto
lo imposible.
Sólo
me basta
incendiarme
y
empinar la vida.
Vagón
No. 3
La libertad
Quiero ver La
Creación
de Miguel Ángel
y escuchar la
Novena
de
Beethoven.
Que abran las
ventanas,
que levanten las
cortinas:
la campiña
está abierta.
Crecen las flores,
crecen los niños.
Quiero cruzar el
puente,
ser el camino,
hombre,
tierra,
armar
mi propio juego.
Vagón
No. 4
La
voluptuosidad
Escondido
en la noche
me
perderé en tu cuerpo.
Vagón
No. 5 Desolación
De
torre en torre
mis
huesos y mi sangre disipé.
Las
estaciones corrieron.
Vagón
No. 6
La esperanza
UUUUUUUUUU,
ven largo y
esperado tren.
Que silben las
locomotoras.
Que rechinen los
furgones.
Que cambien de
sentido las vías.
Carlos Pazos
Nació en la ciudad de Oaxaca, en 1953. Estudió en el
Conservatorio Nacional de donde, por méritos, emigra al
Conservatorio de Moscú P.I. Chaikovski y es el primer
músico mexicano graduado en Composición,
Musicología y Maestría en Artes. En el conservatorio de
San Petesburgo Rimski Korsakov se doctora en Composición. En
1983 estrena su primera sinfonía, Choques, con la Orquesta
Sinfónica de Moscú; un año después escribe
La creación, libreto y música basada en la obra literaria
el Popol Vuh, y es la primera ópera mexicana desarrollada
completamente en la mitología Maya Quichè. Su
música está estrechamente ligada a la literatura, ha
escrito varios ciclos vocales para bajo y piano con sus propios poemas
en ruso, y una cantata para coro mixto El Apocalipsis, basada en
la Biblia en latín. Sus obras se han interpretado en
México, Europa y los Estados Unidos. Ha publicado poemas en la
revista Cantera Verde.