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Poemas
Dos mexicanos linchados en Santa Cruz,
California, 3 de mayo, 1887
Más que el momento
cuando cuarenta gringos delincuentes
incitaron a la soga
que jaló a dos mexicanos hasta lanzarlos
al sueño de las muecas de los desnucados,
más que los cadáveres flotando,
atados como primos del matadero,
suspendidos en la muda humildad
agachada de los condenados,
más que la Virgen de Guadalupe
que bendice a los de piel morena
y a los crucificados,
o a las calaveras guitarristas
en que se convertirán
en el Día de los Muertos
perduran las caras de los linchadores:
descoloridas como monedas de 1877, unos pocos aturdidos
en el acto borroso de la ejecución,
el muchacho de cuello alto sonriéndose maliciosamente,
algunos asomándose desde la media luz
de sus sombreros hongos, pero todos
amontonándose para caber en la fotografía.
Retrato de un verdadero hijo de puta
Para Michael
No la grosería,
sino literalmente
un hijo de puta de diez años,
entrada sellada a su propio apartamento
para que mamá pudiera retornar
a la esclavitud
de sus antepasados
que sabían del hurto nocturno
de sus cuerpos por el amo,
mamá que duerme
en un charco de ron claro.
Y el verdadero hijo de puta posa
en la foto del equipo de natación
en el centro comunitario,
puños jactanciosos en el aire,
sonriendo como porrista
con quemaduras secretas de cigarrillo,
hombre fuerte del circo
que se roba queso y galletas
de la oficina
donde se deja la puerta abierta
a propósito.
Nueva norma para el baño
en la English High School
Los muchachos cacarean español
en el baño
mientras el director de la escuela
los oye desde el inodoro
La única palabra que reconoce
es su propio nombre
y esto le da estreñimiento
Por tanto decide
prohibir el español
en los baños
Ahora puede relajarse
El fantasma de Federico
Cuentan que
familias enteras de peones
aún se arrastraban entre los surcos
de los campos al anochecer,
cuando a raíz del whiskey o lo que sea
el avión regador roció de todas maneras,
dejando flotar una llovizna pesticida
sobre los que piscaban,
retorciéndose como pájaros oscuros
en una blanca red reluciente,
todos menos Federico,
un flaco joven de pie aparte
en su propio surco verde,
que a sabiendas de que el piloto
no comprendería en español
lo que era un hijo de puta,
sacudió su brazo
y lo embistió con un dedazo obsceno.
El piloto comprendió.
Hizo girar el avión y regó de nuevo,
mirando la fina gasa de veneno
esparcirse por encima de los cuerpos morenos
que se refugiaron y arrastraron por el suelo,
y haciéndole blanco a Federico,
dejándole la piel mojada y ampollada
por debajo de la camisa,
aún embistiendo su dedo hacia el cielo.
Después de que murió Federico,
los chismes en el campamento de trabajo
hablaban de tomates piscados y aplastados de noche,
terratenientes murmurando de niños vándalos
o comunistas infiltrados,
primero amenazando con llamar a la Migra,
después prometiendo domingos sin trabajo
a cambio de que dejaran de machacar los tomates.
Pero los tomates seguían siendo piscados y aplastados
en la oscuridad,
y las ancianas del campamento
decían que era Federico,
trabajando después del anochecer
para calmar las quemaduras en sus brazos,
lanzándole tomates
al avión regador
que zumbaba como un mosquito
perdido en su oído,
manteniendo su alma despierta.
Versiones de Camilo Pérez Bustillo y el autor.
Martín Espada
Martín
Espada nació en Brooklyn, New Cork, en 1957. Con su quinto libro
de poemas, Imagine the Angels of Bread , se hizo acreedor del
American Book Award, y logró ser uno de los finalistas del
National Book Critics Circle Award. Otro de sus libros, Rebellion
is the Circle of a Lover´s Hands, obtuvó dos
reconocimientos, el Paterson Poetry Prize y el PEN/Revson
Fellowship. Poemas de Martín Espada han sido publicados en The
York Times Book Review, Harper’s, The Nation, The Pushcart Prize
y The Best American Poetry. Martín Espada es el editor de Poetry
like Bread: Poets of the Political Imagination from Curbstone Press and
El Coro: A Chorus of Latino and Latina Poetry, el cual ganó el
Gustavus Myers Center Outstanding Book Award. Espada es professor
en el Departamento de Inglés de la Universidad de
Massachusetts-Amherst. Recientemente, Martín
Espada fue nombrado el primer Poeta Laureado de
Northampton, Massachusetts.
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