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Francisco Toledo dibuja
Raúl Renán
Una
línea curva y
flexible
circunda como a un mundo la vida humana. Mana intensidad tan amplia que
se atreve con sus bordes a envolver la vida animal. Mal se portara si
asumiera única, la misma, un solo movimiento. Siento que por
vivir se
deforma y conforma y sin ruptura las vidas son una para la otra. Costra
del fervor lineal deja en el cuerpo corriente que infunde lo que es
humano en lo animal y a la inversa. Versa la naturaleza que Francisco
Toledo dicta a su línea a que no se detenga en ninguna
figura ni
se
satisfaga. Vaga con el volumen de la voluntad el abrazo de los cuerpos
por hacerse los placeres. Seres que no escapan de la realidad en lo
blanco extendida. Vida, vidas envueltas por la línea que el
dibujo de
Toledo cierra dentro de sí en un sesgo de la
creación
surgida del
hágase con conejo, tortuga, venado, coyote, iguana, burro y
las
hormigas de la sensualidad. Mitad mujeres, mitad vivientes desalmados,
los dibujos de la miseración respiran a compás de
la
extremada fe de
vivir sin saberlo. Verlo es fantasía celestial del arte.
Parte
de la
creación por el prometido ejemplo. Templo del otro que Dios
quiso
dibujara, latido por latido, la especie “con menos utilidad
(Pessoa)
que todas las acciones del mundo”. Hundo mi goce animal hasta
el
último
fuero del círculo que me encierra esclavo en un dibujo de
Toledo.
Lomas de
Atizapán, 2004.
Nació
en Mérida,
Yucatán, en 1929.
Poeta, editor, coordinador de talleres literarios. Ha sido Subdirector
del Periódico de poesía y coordinó el
Consejo
Técnico Editorial del
INBA.. Publica en las más importantes revistas culturales
del
país. Le
han editado sus libros de cuentos, ensayos y, entre otros poemarios:
Lámparas oscuras, 1976; Catulinarias y Sáficas,
1981; De
las queridas
cosas, 1982; Gramática fantástica, 1983; Pan de
tribulaciones, 1984;
Viajero en sí mismo, 1992; Henos aquí, 1993.
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