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En la cicatriz de la luz
Tres poemas
1
Hoy me reúno a solas
cuando son las cinco de la mañana
y no levanto la bocina del teléfono
¿Quién habla conmigo a esta hora?
Escucho a lo lejos el mundo que despierta
la sirena de una ambulancia
a la velocidad del miedo
Tomo un café que me sabe a hierba
a polvo disuelto en un agua sin barcos
¿A dónde ir cuando los niños duermen
y alguien se lava una noche de besos?
¡Qué felicidad son los otros!
Otra vez el teléfono rompe mis huesos
los dedos
estas palabras
Tras el cristal de la ventana la nieve
no deja de caer
¿La nieve?
Dices “amanece”
y es la oscuridad
en el amarillo de las lámparas
Las flores están en el mismo sitio
donde estuvo tu cuerpo
dices “no tengo miedo”
Por tercera vez suena el teléfono
Es el noveno día
Claudio
después de tu muerte
Abres la ventana
ves sobre la nieve tus pasos
y los míos
La muerte nos devuelve completos
sin pies que falten
o manos
Dibujas un corazón
yo el tren con destino a la nada
Escribes lo que yo paso en limpio
La nieve cae hasta el fondo
Es el noveno día y debes partir
2
A pesar de sus sesenta y cuatro años
la miro ser una contigo
Como la primera vez
El jardín era un buen presagio
Sólo tú sabes que hace un tiempo
sus huesos se han vuelto pequeños
que ya no puede caminar
-¿Recuerdas?-
La calle era más larga
Ella dice portal
y sabe que vivir
no ha sido una condena
Que su primera mujer Olga Lucía
la que llegó de Bogotá
a la ciudad del mundo más grande
pasó de largo como un rumor ficticio
Su sonrisa no ha cambiado -lo sabes-
mientras le señalas un lugar que no conozco
Cuántos años son después -pregunto-
tú que dijiste no vivir más allá
de los treinta
Tal vez ella aún recuerda tus ojos mirándola
y la palabra fatalidad cuando despierta
y sabe que nada es cierto
3
Claudio no vino a mí
ni yo cambié la dirección del tiempo
catorce años después
Estamos frente a frente
Claudio
y este es el libro que he escrito para ti
Hoy dicen comienza la primavera
La misma de la hora
cuando dijeron “te ahogabas”
Nada se pudo hacer contra la muerte
Faltó el aire
la luz en el cuarto único
de terapia intensiva
Dios estuvo tan cerca
luego la eternidad
Nunca como antes dije “misericordia”
¿Por qué no fui yo?
hubo gritos
un hombre que llegó a darme la vida
Recuerdo tu silencio
en las 72 horas siguientes
¿Qué hora es?
y no sé si contestar
o quedarme en silencio.
Nadia Contreras
Nadia
Contreras Ávalos, (Quesería, Colima, México,
1976). Ha publicado los poemarios Retratos de mujeres
(Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima, 1999);
Mar de cañaverales (La luciérnaga editores, 2000); Lo que
queda de mí y Primeras líneas sobre Olga Lucía
(Fondo Editorial Tierra Adentro, 2003); Figuraciones, eBook (Crunch!
Editores, 2003); Agua inicial (El cálamo editorial, 2003) y el
libro de entrevistas Voces al ras de la palabra (Secretaría de
Cultura del Gobierno del Estado de Colima, 2001). Por su labor en las
actividades artísticas recibió el Premio Estatal de la
Juventud, 2001. Actualmente es becaria del Fondo Estatal para la
Cultura y las Artes de Colima, en la Categoría Jóvenes
Creadores, género Poesía.
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