El castillo de dientes
Beatriz Raquel Trejo
Flores
Cuando los dientes de los niños se caen un
ratón los recoge (dice mi papá que en otros países
no son ratones, sino hadas, las que se encargan de eso) y, a cambio,
deja dinero. Deben ser dientes sanos y de niños buenos.
Muchos niños no saben para qué son
los dientes que se lleva el ratón. Hay un ejército de
ratones que dan vueltas por todo el mundo para recoger los dientes y
con ellos están haciendo un hermoso castillo.
El castillo es muy grande, tiene como mil cuartos
y comedores y baños. Hay un parque y jardines y fuentes y juegos
y diversiones (los ratoncitos se divierten más en la
resbaladilla, porque les da miedo el juego del gato). Todo está
hecho con dientecitos de niños de todo el mundo.
En el castillo hay escuela y guarderías para los
niños ratones. Hay supermercado donde compran su ropa los
ratones: es una ropa suavecita como la de nosotros, pero mucho
más chiquita.
En
ese grandísimo castillo hecho de dientecitos todos son felices.
Al castillo
sólo le faltan las torres. Cuando terminen de construir el
castillo van a hacer una ciudad muy grandota, hecha de puros
dientecitos, y por eso los ratones andan muy apurados para juntar todos
los dientes de los niños que se portan bien. Dice mi mamá
que los míos estarán en la sala principal del castillo.
Tan tán.
Beatriz Raquel Trejo Flores
tiene siete años de edad, cursa el segundo año de
primaria en el Colegio Hidalgo de Tlalnepantla, Edomex. Le gusta mucho
leer y escribir (Nota de la autora).
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