Persona en construcción

Flexión y Transcategorización
Carlos Jiménez Romera
Madrid (España), septiembre de 2004.

Índice General

 
  • 1 Objetivos
  • 2 Una caracterización de la flexión
  • 2.1 Flexión y productividad
  • 2.2 Flexión y partes del discurso
  • 2.3 Otros criterios de distinción entre derivación y flexión
  • 2.4 Un plan de trabajo
  • 3 Las partes del discurso
  • 3.1 Partes del discurso en las lenguas salish
  • 4 Flexión verbal y derivación
  • 4.1 Oraciones relativas del turco
  • 4.2 Derivación deverbal en el español
  • 5 Conclusiones
  • 6 Bibliografía

  • 1 Objetivos

    El objetivo de este trabajo consiste en estudiar aquellos fenómenos morfológicos que se sitúan en la frontera entre la derivación y la flexión.

    En primer lugar habremos de atender a la definición de ambos procedimientos morfológicos en relación con su productividad y con la distintinción tradicional en categorías léxicas.

    A continuación se procederá a estudiar dos casos concretos de lenguas en las que determinados procedimientos morfológicos que podrían considerarse flexivos desde un cierto punto de vista, presentan características más habituales en los procesos derivativos.

    Finalmente estudiaremos una aplicación práctica al español, abriendo una nueva perspectiva desde la morfología para el análisis de las oraciones adjetivas.


    2 Una caracterización de la flexión

    Mientras que la composición, por su propia naturaleza, es un fenómeno claramente delimitado, la distinción entre derivación y flexión ha de ser siempre más sutil. Normalmente se emplean dos criterios básicos para distinguir entre ambos: la productividad y la transcategorización.

    2.1 Flexión y productividad

    La derivación es un proceso más puramente morfológico que la flexión. Atañe a la formación de palabras en el seno de una lengua y se trata de un proceso localizado en un momento dado de la historia de la lengua. Esta característica supone que, diacrónicamente, aparecen superpuestos en el léxico diversos procesos derivativos pasados y presentes, cuya productividad en un momento dado es desigual y en muchas ocasiones incompatible.

    Por el contrario, la flexión presenta un carácter más sistemático desde el punto de vista diacrónico, a pesar de todas las excepciones existentes, es precisamente dicha excepcionalidad la que confirma la existencia de un regla establecida. Su carácter sistemático y su función habitual como marcador sintáctico la sitúan en la órbita de la sintaxis hasta el punto de que diversas teorías sintácticas la han considerado un elemento más de esta disciplina, con comportamiento análogo al resto de los componentes sintagmáticos.[1]

    En cuanto a la productividad, por tanto, derivación y flexión parecen ser completamente divergentes: la derivación exige una confirmación de sus propias posibilidades, de forma que son relativamente limitadas las potenciales (por derivación) palabras que efectivamente se incorporan al caudal léxico; por el contrario, la flexión se aplica sistemática y regularmente allí donde no hay prescrita una excepción.

    2.2 Flexión y partes del discurso

    En la tradición gramatical europea clásica se vino en considerar a la flexión como el criterio fundamental para delimitar las clases de palabras o partes del discurso. Partiendo de esta base, la flexión definía la clase de palabras, en función de la información gramatical que aportaba. Si aceptamos esta base, no podemos definir la flexión con intracategorial, ya que estaríamos recurriendo a un argumento circular.[2] Así pues, es necesario separar el concepto de clase de palabras del concepto de flexión para poder buscar una caracterización de la flexión basada en las clases de palabras.

    La lingüística del siglo XX tampoco se ha planteado este problema con toda la profundidad que merecía. Las corrientes generativas, subordinando la morfología a la sintaxis, han concebido la flexión como una mera marcación sintáctica, sin preocuparse por otros procesos morfológicos como la derivación y la flexión mas que en estudios parciales que no afectaban a la doctrina central de su teoría. Por otra parte, las escuelas estructuralistas se han encuentrado siempre con problemas derivados de su propio método, basado en el análisis de las unidades aisladas, en los problemas de frontera. Sólo el funcionalismo se ha preocupado de ofrecer una definición alternativa, que no pasa por criterios formales que antes o después han de mencionar a la flexión, para las clases de palabras o partes del discurso. Una vez definidas las clases de palabras según su función dentro del discurso, puede estudiarse su relación con la flexión sin caer en la circularidad del formalismo tradicional.

    Después de todo lo dicho, queda claro que no se puede emplear, al menos tal cual, la caracterización habitual que supone que la derivación puede cambiar la categoría de una palabra mientras que la flexión siempre se circunscribe a una única categoría. De repente, sale a la luz la verdadera naturaleza de la complicación que había supuesto desde siempre el análisis de las formales impersonales del verbo en las lenguas clásicas, que podía asumir funciones de nombre, adjetivo o adverbio.

    2.3 Otros criterios de distinción entre derivación y flexión

    Varela (1992) aporta otras dos características distintivas, además de las dos anteriores, de carácter semántico y de carácter estructural.

    En primer lugar, dice la autora que mientras que la derivación cambia la semántica de la base, la flexión se limita a aportar información gramatical. Sin embargo, esta afirmación presupone lo que debe considerarse como información semántica o gramatical. Si analizamos detalladamente la rica flexión verbal del español, podemos encontrar una gran cantidad de matices semánticos que en muchas otras lenguas requieren de perífrasis verbales o incluso exigen de otras palabras para su expresión.

    En segundo lugar, la autora reseña una característica estructural de la palabra en las lenguas indoeuropeas: los morfemas flexivos siempre ocupan un lugar periférico respecto de los morfemas derivativos. Sin embargo, este comportamiento no es extensivo, ni mucho menos, a todas las lenguas del mundo, por lo que debe quedar en reserva, a pesar de su validez para un gran número de lenguas.

    2.4 Un plan de trabajo

    Los dos primeros criterios presentados (productividad y transcategorialidad) presentan puntos oscuros que deben ser aclarados para una mejor comprensión de la naturaleza de la flexión. Por otra parte, los otros dos criterios (semántico y estructural) debemos abandonarlos por el momento debido a la dificultad de definir con exactitud el primero y a las limitaciones interlingüísticas del segundo.

    A continuación vamos a iniciar el estudio de dos casos límite o fronterizos. En primer lugar analizaremos las clases de palabras, con especial atención a las lenguas salish, habladas por varios grupos indígenas de Norteamérica, donde la distinción de entre las partes del discurso asumidas universalmente (nombres y verbos) no es evidente en absoluto. En segundo lugar, analizaremos la productividad de la derivación, centrándonos en el caso del turco, lengua aglutinante que cuenta con procedimientos de derivación deverbal tan productivos como cualquier proceso flexivo.

    3 Las partes del discurso

    Para delimitar las distintas clases de palabras, o partes del discurso, se han empleado generalmente tres criterios: morfológico, sintáctico y semántico.

    El criterio sintáctico ha resultado hasta el momento el de mayor validez interlingüística, especialmente cuando se trata de categorías funcionales. El criterio semántico, por su parte, se enfrenta a serias dificultades, especialmente cuando se intenta aplicar a los aspectos referenciales del signo lingüístico.

    El criterio morfológico se basa principalmente en las categorías flexivas que admite determinada unidad léxica; su limitación procede básicamente de la existencia de lenguas sin ningún tipo de flexión, pero también se da el caso de que las diferentes categorías flexivas no se distribuyen homogéneamente en las clases de palabras de todas las lenguas con flexión.

    En este trabajo, puesto que se trata de analizar la flexión en relación con las partes del discurso, vamos a definir éstas en función de los otros dos criterios, especialmente el sintáctico, para evitar el problema tradicional de la circularidad de la definición. De esta forma, vamos a plantear una distinción básica entre categorías esencialmente predicativas (correspondientes a los verbos y a los adverbios) y categorías esencialmente referenciales (correspondientes a los nombres y a los adjetivos). A continuación, consideraremos, de manera independiente, la información gramatical susceptible de expresarse a través de la flexión. La gramática tradicional ha asumido de manera natural que a cada clase de palabra le corresponde un conjunto fijo de categorías gramaticales expresadas a través de la flexión. En el estudio de las diversas lenguas indoeuropeas esta correspondencia se mantuvo invariable admitiendo que la misma información se expresaba bien mediante mecanismos morfológicos o sintácticos.[3] Este esquema perfectamente delimitado se rompió cuando empezaron a estudiarse otras lenguas con un comportamiento morfológico muy distinto.

    3.1 Partes del discurso en las lenguas salish

    Benjamin L. Whorf se enfrentó con las limitaciones del sistema tradicional de distinción entre clases de palabras al estudiar las lenguas norteamericanas. En las lenguas salish se encontró con un comportamiento inédito en las lenguas indoeuropeas: la mayoría de las raíces admiten morfemas flexivos tanto nominales como verbales (siguiendo la distinción aceptada para las lenguas indoeuropeas). De forma que una palabra puede recibir simultáneamente tanto morfemas de tiempo o aspecto como artículo.

    Para resolver este problema, Whorf (1937) desarrolló una propuesta basada en dos puntos fundamentales: la existencia de categorías implícitas y explícitas y la existencia de categorías modulares y selectivas. El primer par permite explicar la existencia de información gramatical asociada a la palabra que carece expresión formal excepto en casos muy particulares; el segundo par permite explicar la existencia de morfemas flexivos que se asocian indistintamente a distintas clases de palabras. De esta forma, las lenguas indoeuropeas presentarían categorías selectivas, cada clase de palabras presentaría asociada por la flexión una serie de información gramatical fija que la distinguiría del resto de las clases; las lenguas salish, por el contrario, presentarían categorías modulares que podrían asociarse a cada palabra de forma autónoma.

    A partir de estos primeros estudios sobre estas lenguas se difundió la opinión de que éstas carecían absolutamente de distinción entre clases de palabras, en la medida en que aceptaban cualquier tipo de información gramatical a través de la flexión. Contra esta opinión, Eijk y Hess (1986) argumentan en favor de la existencia de al menos dos clases de palabras, correspondientes aproximados a los verbos y los nombres de las lenguas indoeuropeas. Aunque ambas clases de palabras permiten la aparición de morfemas de tiempo y persona, así como del artículo, los autores encuentran otras distinciones más sutiles que permiten realizar la división, en este caso la imposibilidad de aplicar la posesión al grupo de verbos o el aspecto al grupo de nombres. A pesar de esta distinción, se admite una gran permeabilidad entre ambas categorías, de forma que nominalizaciones y verbalizaciones se realizan de forma sistemática y regular.

    Así pues, aún admitiendo la existencia de dos clases de palabras distintas en las lenguas salish, las categorías flexivas se aplican de forma casi indistinta a ambas clases, incluyendo afijos que permiten una transcategorización de las mismas. Desde el punto de vista derivativo, también existen procedimientos muy productivos que afectan igual a ambos grupos de palabras y que tienden a aumentar la similitud.

    Ejemplos del liluet

    1. nk'yap -- `es un coyote'
    2. nk'yáp-kan -- `soy un coyote'
    3. ll'ak-kan -- `yo voy'
    4. ll'ak ti-nk'yáp-a -- `el coyote va'
    5. nk'yap ti-ll'ák-a -- `el que va es un coyote'

    Como se puede observar `coyote' admite morfemas de tiempo (nk'-) y de persona (-kan) al igual que el verbo `ir'; por otra parte el artículo (ti- -a), se puede aplicar tanto al nombre como al verbo.

    4 Flexión verbal y derivación

    En las lenguas indoeuropeas se ha viniendo aceptando la existencia de una serie de categorías gramaticales asociadas al verbo y expresadas a través de morfemas flexivos (en las formas sintéticas) o a través del uso de verbos modales o perífrasis verbales (en las formas analíticas). Aunque se puedan discutir en detalle para cada lengua particular, en general se admite que estas categorías gramaticales se refieren al tiempo, aspecto, modo, persona y número. Excepto el número, todas ellas son categorías exclusivas del verbo, no presentes en ninguna otra clase de palabras. Por otra parte, los nombres admiten la flexión (o expresión analítica) de género, número y artículo (que consideraremos un afijo flexivo). Por último, existe una clase de palabras conflictivas: los participios, que comparten características de los verbos y de los adjetivos (que comparten los rasgos flexivos de género y número con los nombres, aunque no el artículo). Aparte de todo lo anterior, existen numerosos procesos derivativos transcategoriales que permiten generar nombres a partir de verbos y viceversa.

    En el esquema descrito quedan perfectamente diferenciados dos procesos morfológicos claramente diferenciados en los términos que se expusieron al comenzar este trabajo. En la medida en que las clases de palabra están definidas en función de la flexión, ésta sólo puede realizar modificaciones intracategoriales; si nos decidimos a catalogar las clases de palabras por su función sintáctica, nos encontramos con los primeros desajustes del modelo, ya que los participios actúan generalmente como adjetivos. En español, al existir una única forma de participio, no resulta contrastado el contenido temporal e incluso aspectual que ofrecían los distintos participios del latín, pero, en cualquier caso, hay que conceder que el participio ofrece cierta información de tipo aspectual (perfectivo) además de la información sobre género y número propia de los adjetivos.

    Bosque (1999), en su análisis del papel de los participios dentro del sintagma nominal del español traza una frontera de separación entre lo que él considera adjetivos deverbales (formados por un proceso de derivación a partir del verbo correspondiente) y los participios propiamente dichos, que habrán de conservar los argumentos predicativos del evento expresado. El autor reconoce que la separación entre derivación y flexión es, en este caso, extremadamente tenue, de forma que resulta complejo distinguir entre una forma verbal plena, con su expresión predicativa más o menos completa, y un adjetivo de origen verbal. La distinción que se propone, incluye criterios sintácticos y semánticos, de forma que, desde un punto de vista morfológico, parece confirmarse la distinción inicial entre flexión y derivación fundada en la productividad: mientras que todos los verbos permiten un participio con una función predicativa dentro del sintagma nominal, no todos ellos producen adjetivos con significado propio a partir del participio (en un proceso más propiamente derivativo).

    Si tornamos nuestra mirada hacia procesos más puramente derivativos, nos encontramos una realidad aparentemente más adecuada al modelo tradicional, con nombres y adjetivos con un comportamiento flexivo que se mueve dentro de los márgenes previstos por la teoría tradicional. Sin embargo, estos adjetivos y nombres deverbales tienen la capacidad de mantener los argumentos del predicado verbal, ofreciendo un comportamiento análogo a aquellos que Bosque denominaba participios en razón a su comportamiento sintáctico. No asalta una duda: ¿podrían considerarse éstos como verdaderas formas verbales impersonales a semejanza de los participios? La tradición gramática parece desechar esta posibilidad de forma bastante contundente, pero en comparación con los participios antes descritos, la única diferencia real radica en la productividad del proceso morfológico que ha generado estas formas léxicas. Intentando forzar el argumento, se podría considerar que aquellos verbos que no producen determinadas nominalizaciones habituales podrían ser catalogados como defectivos, con lo que entraríamos en el campo de la regla sintáctica y, por tanto, desde el punto de vista morfológico, en la flexión.

    Definitivamente, en el caso del español, la propuesta anterior debe ser considerada extremadamente artificiosa. Sin embargo, otras lenguas presentan posibilidades de nominalización extremadamente productivas, como ya hemos visto anteriormente en el caso de las lenguas salish. A continuación estudiaremos el caso de una lengua aglutinante, el turco, que presenta un sistema de nominalizaciones deverbales regular y sistemático en la construcción de oraciones relativas, para volver a cuestionar conceptos asumidos sobre derivación y flexión.

    4.1 Oraciones relativas del turco

    Para producir oraciones sustantivas y adjetivas, el turco sólo dispone de mecanismos que podríamos calificar como morfológicos. Para generar estas oraciones subordinadas, recurre a un procedimiento que desde el punto de vista tradicional se calificaría de derivativo y que consiste en una nominalización del verbo. Este nombre deverbal no sólo admite las categorías flexivas del sustantivo turco, sino que también admite determinados morfemas de tiempo de la flexión verbal; por otra parte, el sujeto de la oración subordinada pasa a expresarse en genitivo, mientras el resto de los argumentos y complementos conservan su flexión habitual. Sin embargo, esta nominalización se incluye en las gramáticas del turco (Kut1999) dentro del paradigma verbal.

    Para las oraciones adjetivas cuyo antecedente actúa como sujeto de la subordinada se recurre al participio, de comportamiento similar a los participios de las lenguas indoeuropeas.

    Así pues, el paradigma verbal del turco no sólo incluye un participio que puede funcionar como adjetivo, sino también un nombre que actúa como tal. Este es un caso de flexión que se podría considerar de transcategorial, si el caso del participio indoeuropeo no resulta suficiente evidencia. En relidad se trata de un mecanismo también presente en dichas lenguas, con la única diferencia de que en el caso del turco, éste toma un carácter sistemático y regular, más propio de la flexión que de la derivación.

    Ejemplos

    4.2 Derivación deverbal en el español

    Observando las traducciones literales que se pueden dar a las construcciones completivas del turco, se puede apreciar el paralelismo con construcciones existentes en el español. Efectivamente, se puede plantear un análisis desde el punto de vista predicativo de determinados sintagmas nominales cuyo núcleo es un sustantivo deverbal (véase Escandell1995 y Picallo1999). Evidentemente estas construcciones se basan en un proceso derivativo de productividad limitada, sin embargo, se pueden encontrar, como demuestra Laca (1993), ciertas pautas regulares en cuanto a rasgos aspectuales en estos derivados, proporcionando una base (tal vez demasiado endeble) para el análisis sintáctico de estos rasgos. Nos encontramos, pues con procesos derivativos, pero en éstos se puede encontrar una cierta regularidad y determinados rasgos pertinentes para la sintaxis.

    En español nos encontramos, pues, con construcciones sustantivas, pero también participiales (como se comentó arriba), que guardan un paralelismo evidente con las oraciones completivas y adjetivas del turco. La diferencia principal, al menos respecto a las oraciones sustantivas, se localiza en la productividad de estas construcciones, que en el turco son regulares mientras que en el español son cuanto menos asistemáticas.

    Ejemplos

    Oraciones completivas con nominalización:

    Oraciones adjetivas participiales:

    También es posible analizar determinados adjetivos deverbales siguiendo este mismo modelo. Por supuesto, no se trata de discutir su naturaleza derivativa, sino mostrar la continuidad existente entre los distintos ejemplos.

    Oraciones adjetivas deverbales:

    En este caso particular, Laca (1993) realiza un análisis de los dos procesos derivativos que generan nombres y adjetivos agentivos[4]: -dor y -nte[5]. Aparte de la idiosincrasia propia de los procesos de formación de palabras de cualquier lengua y de fenómenos como el bloqueo y la lexicalización, la autora observa una distribución bastante definida para la productividad de ambos sufijos sobre la base de los rasgos aspectuales y diatéticos presentes en los verbos afectados. De esta forma, observa que, en general, los derivados en -dor corresponden a los agentes de acciones (con control) y con un carácter de habitualidad, mientras que los derivados en -nte se corresponden a estados y procesos (sin control) y con un carácter episódico.

    5 Conclusiones

    1. No es posible definir y delimitar las clases de palabras, o partes del discurso, a partir de criterios morfológicos si buscamos un alcance verdaderamente interlingüístico. En cualquier caso, para analizar la relación entre la flexión y las clases de palabras no podemos definir éstas en función de aquella.
    2. Una vez asumida una definición no morfológica de las clases de palabras, resulta conflictivo mantener la afirmación de que la flexión nunca modifica la categoría de una palabra.
    3. Dado lo anterior, la diferencia entre flexión y derivación se reduce en determinados casos a una cuestión de productividad donde no se pueden establecer fronteras absolutas, sino tan sólo diferencias de grado.


    6 Bibliografía

    Bosque, Ignacio  (1999)   «Sintagma adjetival y sintagma verbal. La relación entre adjetivo y participio»,   en Bosque & Demonte (1999: 276-304) 
    Bosque, Ignacio & Demonte, Violeta (dirs.)  (1999)   Gramática Descriptiva de la lengua española   Espasa, Madrid 
    Eijk, Jan P. van & Thom Hess  (1986)   «Noun and Verb in Salish»,   Lingua, 69, pp 319-331 
    Escandell Vidal, M. V.  (1995)   Los complementos del nombre   Cuadernos de Lengua Española, Arco Libros, Madrid 
    Kut, Inci  (1999)   Método y Gramática de la Lengua Turca   Inkilâp, Istambul 
    Laca, B.  (1993)   «Las nominalizaciones orientadas y los derivados españoles en -dor y -nte»,   en Varela (1993: 180-203) 
    Moreno Cabrera, Juan Carlos  (1995)   «El enfoque teorico-tipológico de las partes del discurso»,   en La lingüística teorico-tipológica, Gredos, Madrid 
    Picallo, Mari Carmen  (1999)   «La estructura del sintagma nominal: las nominalizaciones y otros sustantivos con complementos argumentales»,   en Bosque & Demonte (1999: 395-522) 
    Rainer, Franz  (1999)   «La derivación adjetival. Adjetivos deverbales»,   en Bosque & Demonte (1999: 4599-4610) 
    Varela, Soledad  (1992)   Fundamentos de morfología   Síntesis, Madrid 
    Varela, Soledad (Ed.)  (1993)   La formación de palabras   Taurus, Madrid 
    Whorf, Benjamin L.  (1937)   «Grammatical Categories»,   en Language, Thought and Reality, MIT Press, Cambridge, Massachusetts, 1956 


    Notas


     [1]: Es el caso de algunas versiones de la Gramática Generativa, que consideran la flexión verbal un nivel más dentro del análisis del sintagma.
     [2]: Si definimos las clases palabras en función de la flexión, no podemos definir a su vez la flexión en función de las clases de palabras
     [3]: Según la tradición gramatical europea, las categorías de tiempo, modo, aspecto, persona y número eran propias de la flexión verbal, mientras que el género, el número y el caso eran propios de la flexión nominal. El caso del participio, que admitía categorías de tiempo, aspecto, género y número, siempre supuso un problema para el esquema, por lo que hubo que crear una categoría ex professo.
     [4]: No sé si la expresión muy afortunada pues, como veremos, más que al agente, estos derivados se refieren al sujeto, independientemente de su papel en el evento.
     [5]: Sufijo procedente del participio de presente latino

    Edición del 10-12-2005
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