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Antología Fantástica

Selección de relatos cortos entre aquellos aparecidos en Antología de la Literatura Fantástica, edición de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo, Buenos Aires, 1977.

Sola y su alma

Una mujer está sentada en su casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Llaman a la puerta.

THOMAS BAILEY ALDRICH, Works, vol. 9, pag. 341 (1912)

La obra y el poeta

El poeta hindú Tulsi Das compuso la gesta de Hanuman y de su ejército de monos. Años después, un rey lo encarceló en una torre de piedra. En la celda se puso a meditar y de la meditación surgió Hanuman con su ejército de monos y conquistaron la ciudad e irrumpieron en la torre y lo liberaron.

R. F. BURTON

El gesto de la muerte

Un joven jardinero persa dice a su príncipe:

--¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahan.

El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la muerte y le pregunta:

--Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?

--No fue un gesto de amenaza --le responde-- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahan esta mañana, donde debo tomarlo esta misma noche.

JEAN COCTEAU

Un creyente

Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:

--Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?

--Yo no --respondió el otro--. ¿Y usted?

--Yo sí --dijo el primero y desapareció.

GEORGE LORING FROST, Memorabilia (1923)

El negador de milagros

Chu Fu Tze, negador de milagros, había muerto; lo velaba su yerno. Al amanecer, el ataúd se elevó y quedó suspendido en el aire, a dos cuartas del suelo. El piadoso yerno se horrorizó. «Oh, venerado suegro», suplicó, «no destruyas mi fe de que son imposibles los milagros». El ataúd, entonces, descendió lentamente, y el yerno recuperó la fe.

Citado por GILES en Confuncianism and its Rivals, Lecture VIII (1915)

La sangre en el jardín

El crimen aquel hubiera quedado envuelto en el secreto durante mucho tiempo si no hubiera sido por la fuente central del jardín, que, después de realizado el asesinato, comenzó a echar agua muerta y grasienta.

La correspondencia entre el disimulado crimen de dentro del palacio y la veta de agua rojiza sobre la tapa repodrida de verdosidades, dio toda la clave de los sucedido.

RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA, Los muertos, las muertas y otras fantasmagorías (1933)

Definición de fantasma

¿Qué es un fantasma?, preguntó Stephen. Un hombre que se ha desvanecido hasta ser impalpable, por muerte, por ausencia, por cambio de costumbres.

JAMES JOYCE, Ulysses (1921)

Historia de zorros

Wang vio dos zorros parados en las patas traseras y apoyados contra un árbol. Uno de ellos tenía una hoja de papel en la mano y se reían como compartiendo una broma.

Trató de espantarlos, pero se mantuvieron firmes y él disparó contra el del papel; lo hirió en el ojo y se llevó el papel. En la posada, refirió se aventura a los otros huéspedes. Mientras estaba hablando, entró un señor, que tenía un ojo lastimado. Escuchó con interés el cuento de Wang y pidió que le mostrara el papel. Wang iba a mostrárselo, cuando el posadero notó que el recién llegado tenía cola. ¡Es un zorro!, exclamó y en el acto el señor se convirtió en un zorro y huyó.

Los zorros intentaron repetidas veces recuperar el papel, que estaba recubierto de caracteres ininteligibles; pero fracasaron. Wang resolvió volver a su casa. En el camino se encontró con toda su familia que se dirigía a la capital. Declararon que él les había ordenado ese viaje, y su madre le mostró la carta en que le pedía que vendiera todas las propiedades y se juntara con él en la capital. Wang examinó la carta y vio que era una hoja en blanco. Aunque ya no tenía techo que los cobijara, Wang ordenó: Regresemos.

Un día apareció un hermano menor que todos habían tenido por muerto. Preguntó por las desgracias de la familia y Wang le refirió toda la historia. Ah, dijo el hermano, cuando Wang llegó a su aventura con los zorros, ahí está la raíz de todo el mal. Wang mostró el documento. Arrancándoselo, su hermano lo guardó con apuro. Al fin he recobrado lo que buscaba, exclamó y, convirtiéndose en zorro, se fue.

NIU CHIAO (siglo IX)

El pañuelo que se teje solo

La mitología malaya habla de un pañuelo, sansitah kalah, que se teje solo y cada año agrega una hilera de perlas finas, y cuando esté concluido ese pañuelo, será el fin del mundo

W. W. SKEAT Malay Magic (1900)

Historias universales

En un cosmos inconcebiblemente complejo, cada vez que una criatura se enfrentaba con diversas alternativas, no elegía una sino todas, creando de este modo muchas historias universales del cosmos. Ya que en ese mundo había muchas criaturas y que cada una de ellas estaba continuamente ante muchas alternativas, las combinaciones de esos procesos eran innumerables y a cada instante ese universo se ramificaba infinitamente en otros universos, y éstos, en otros a su vez.

OLAF STAPLEDON Star Maker (1937)

Historia de los dos que soñaron

Cuentan los hombres dignos de fe (pero solo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en un sueño a un desconocido que le dijo:

--Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.

A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por decreto de Dios Todopoderoso una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo hizo comparecer y le dijo:

--¿Quién eres y cuál es tu patria?

El hombre declaró:

--Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub El Magrebí.

El juez le preguntó:

--¿Qué te trajo a Persia?

El hombre optó por la verdad y le dijo:

--Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser esta cárcel.

El juez se echó a reir.

--Hombre desatinado --le dijo--, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín y en el jardín, un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera, y bajo la higuera un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has errado de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján. Toma estas monedas y vete.

El hombre las tomó y regresó a su patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño del juez) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.

GUSTAV WEIL Gesichte des Abbasidenchalifazts in Aegypten (1860-1862)



Persona en construcción

Carlos Jiménez Romera
2003-10-05
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