Domingo, 23 de Agosto de 1998

 

 

Tres d�as de guerra, ciento ochenta de negociaciones.

Per�-Ecuador 1941, 1942 (XI)

La Conferencia de R�o de Janeiro y el Protocolo

La versi�n de Estados Unidos

* En la �ltima sesi�n de la conferencia de Rio de Janeiro, Oswaldo Arahna anuncia que Brasil hab�a roto relaciones con las potencias del Eje

* Tambi�n se anuncia que se hab�a alcanzado un acuerdo en principio entre Per� y Ecuador

 

Por Ernesto Yepes del Castillo

 

A comienzos de 1942 las negociaciones dan un giro merced a la iniciativa de Oswaldo Aranha. El Canciller brasile�o propone la que ser� la f�rmula final de arreglo del inveterado diferendo. El texto que esta vez hemos tomado del libro "Tres d�as de Guerra, ciento ochenta de negociaciones. Per�-Ecuador 1941-1942", de Ernesto Yepes y editado por la Universidad Agraria y la Universidad del Pac�fico, describe el escenario de la que ser� la �ltima etapa de las negociaciones que sellaron la l�nea fronteriza entre los dos pa�ses, la de la Conferencia de R�o de Janeiro.

 

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Gracias a la acci�n de Brasil -vimos anteriormente- el engranaje de las negociaciones tom� el impulso final que culmin� con el Protocolo de R�o de Janeiro. Pero antes que ellas pudieran abordar el problema de fondo, esto es, la delimitaci�n de la frontera, debieron resolver dos puntos medulares: 1) definir si las negociaciones de R�o ser�n s�lo entre las dos partes en conflicto y los pa�ses mediadores o involucrar�an tambi�n al conjunto de pa�ses americanos. 2) si estaban encaminadas a establecer la l�nea fronteriza definitiva o si eran s�lo parte de una negociaci�n por etapas.

Con respecto al primer punto, Ecuador desplegar� sus mayores esfuerzos a fin de que el problema fronterizo figure como un punto oficial en la agenda de la conferencia al tiempo que se mostraba renuente a asistir a ella en tanto una parte de su territorio estuviese ocupada por tropas peruanas. El Per� en cambio no deseaba que el problema de l�mites fuera tratado en la reuni�n. Era m�s bien partidario, hasta donde fuera posible, de la negociaci�n directa entre las partes con la participaci�n de pa�ses amigos. Finalmente se impuso el criterio de que las negociaciones se efect�en al "margen" de la conferencia, no como parte de la mec�nica regular de ella.

En base a este arreglo Ecuador consinti� en enviar una delegaci�n a R�o autorizando la participaci�n en esas reuniones extraoficiales de sus representantes. Sin embargo lo que Ecuador buscaba en ellas era lograr un acuerdo con respecto al d�a y lugar de una reuni�n futura que abordara el asunto. El Per� en cambio, luego de estar inicialmente renuente a que el problema lim�trofe se vincule con la conferencia, estaba empe�ado en una negociaci�n que lo aborde de forma definitiva.

Los mediadores tambi�n se mostraban partidarios de que el problema de lim�tes se resolviera de una vez por todas. Su soluci�n se hab�a frustrado ya demasiado tiempo y demasiadas veces. En este punto Oswaldo Aranha y Sumner Welles estaban de acuerdo. Incluso cuando Tobar Donoso, durante la primera semana de negociaciones en R�o, insist�a en la necesidad de un protocolo preliminar que contemple la retirada de tropas peruanas, encontraba a un Aranha convencido de que el conflicto deb�a resolverse ya, de inmediato, con o sin la retirada de ellas.

Ser� reci�n hacia el 20 de enero que la delegaci�n de Quito recibe autorizaci�n de su gobierno para negociar un acuerdo definitivo con el Per� "sobre la base de la l�nea presentada por Aranha, pero procurando mejorarla en cuanto fuera posible".

Finalmente, durante la �ltima semana de la reuni�n de R�o los esfuerzos se encaminan al problema de fondo: la delimitaci�n de la frontera. Solf y Muro y Tobar Donoso coinciden pr�cticamente en sus respectivos testimonios en la secuencia de propuestas que fueron discutidas. Una primera, de Itamaraty, que fue rechazada; luego las presentadas por cada una de las dos partes en conflicto y finalmente la propuesta que los mediadores sometieron a consideraci�n de las dos delegaciones y que fue la que finalmente sell� la frontera entre los dos pa�ses.


 

La Conferencia de R�o.

Tercera Reuni�n de Consulta de

Ministros de Relaciones Exteriores

En 1936 se firm� en Buenos Aires la Convenci�n para el Mantenimiento, Preservaci�n y Reestablecimiento de la Paz encaminada a establecer consultas mutuas en el caso de una amenaza a la paz y a que, en la eventualidad de una guerra entre estados americanos, se recurriera a la consulta inmediata a fin de encontrar m�todos de soluci�n pac�fica.

Parece ser que en dicha reuni�n no qued� muy claro a qu� instancia hab�a que recurrir para solicitar tal consulta. En la 8va. Conferencia Interamericana llevada a cabo en Lima en 1938 se estableci� entonces que la instancia respectiva ser�a la Reuni�n de Consulta de los ministros de Relaciones Exteriores.

La primera reuni�n de este nuevo �rgano tuvo lugar en Panam� en 1939 propiciada por el comienzo de la segunda guerra mundial. La siguiente, se efectu� en La Habana en 1940 luego de la ca�da de Francia.

La tercera -que es la que aqu� nos interesa- fue convocada para el 15 de enero de 1942 luego del ataque japon�s a Pearl Harbor teniendo como preocupaci�n fundamental la definici�n del continente frente a la expansi�n de las potencias del Eje.

A pesar de todos los esfuerzos del ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, en la agenda formal de la reuni�n no figur� la disputa lim�trofe peruano-ecuatoriana. De all� que durante todo el per�odo de la Conferencia (del 15 al 29 de enero) los representantes de Argentina, Brasil, Estados Unidos y Chile -que reci�n se hab�a incorporado al grupo (ver numeral 249)- negociaron informalmente -y por separado- con Solf y Muro y Tobar Donoso. Es decir, las delegaciones del Per� y Ecuador en ning�n momento se reunieron para negociar.

Como se�alamos antes, Washington hab�a ido dejando la conducci�n de esta negociaci�n a cargo de Aranha, quien durante estos cruciales d�as tom� -como veremos- un rol decisivo. Summer Welles, como era de prever -y lo registran sus papeles- se dedic� m�s a los problemas engendrados por la amenaza alemana y japonesa. Estados Unidos, recordemos, buscaba que los gobiernos de Am�rica Latina rompieran con el Eje. La renuencia de Argentina y Chile de seguir esta posici�n preocupaba sobremanera al Subsecretario de Estado, quien por esa y otras razones actuaba muy en consonancia con el otro gran timonel de las relaciones interamericanas de ese momento, Oswaldo Aranha.

 

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El 7 de enero de 1942, el ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador llegaba a Washington en ruta hacia la Conferencia. La raz�n de su extendido periplo era la entrevista con el Subsecretario de Estado en la ciudad de Potomac para luego viajar con �l rumbo a R�o.

Solf y Muro, de otro lado, se dirigi� a Buenos Aires y de all�, en barco, se encamin� a R�o de Janeiro.

Desafortunadamente no hemos podido ubicar ninguna fuente peruana o norteamericana que d� cuenta de lo ocurrido en R�o. En los archivos de los Estados Unidos s�lo hemos encontrado los despachos no clasificados de Summer Welles al Secretario de Estado d�ndole cuenta de lo que ocurr�a en la Conferencia. Sus referencias a las negociaciones peruano-ecuatorianas son, en lo fundamental, breves y generalmente indirectas pero naturalmente valiosas. Ello nos ha animado a publicar sobre todo aquellos documentos que hacen referencia a la negociaci�n lim�trofe.

Tambi�n transcribimos partes del informe que el ministro de Relaciones Exteriores del Per� Solf y Muro publica en sus memorias de 1941-1942.

En realidad, la fuente cl�sica, podr�amos decir la �nica a la que apelan todos los interesados en el tema, sigue siendo el libro de Julio Tobar Donoso "La invasi�n peruana y el Protocolo de R�o". La posici�n y actuaci�n del jefe de la diplomacia ecuatoriana hemos tenido oportunidad de verla desplegarse a lo largo de estas p�ginas. Ello nos exime de mayores comentarios.

Su narraci�n de lo acontecido durante esos d�as en que como presidente de la delegaci�n de su pa�s le cupo desempe�ar un papel protag�nico, es de gran valor testimonial. Se ha convertido en fuente de consulta para los especialistas e interesados de todas las latitudes. Pedimos por eso disculpas a los lectores que conocen ese texto por no haber resistido la tentaci�n de transcribir algunas de sus p�ginas, pensando sobre todo en el p�blico no familiarizado con la complejidad de este proceso. Sobre la base de ello hemos preparado una cronolog�a de los hechos transcribiendo luego textualmente su evaluaci�n posterior de lo que -desde su punto de vista- ha significado para Ecuador el Protocolo que �l firmara en R�o.

***

Finalmente, antes de transcribir los papeles de Welles, Solf y Muro y Tobar Donoso presentamos a continuaci�n la n�mina de las delegaciones del Per� y Ecuador presentes en R�o, pues en alg�n momento se har� referencia a alguno de sus miembros en las p�ginas que siguen. Respecto a los nombres de la delegaci�n norteamericana, su n�mina la hemos incluido como anexo A en la parte final del libro.

 

Delegaci�n del Per� a la Conferencia de R�o

710 consultation 3/296.

(G. Butler, de la Embajada de Estados Unidos en Lima, env�a a Washington la n�mina de la delegaci�n peruana el 8 de enero en su despacho N� 2554. EY).

- Alfredo Solf y Muro, ministro de Relaciones Exteriores

- David Dasso, ministro de Hacienda

- Senador Ernesto Diez Canseco

- Senador Andr�s Dasso

- Diputado Carlos Say�n Alvarez

- Diputado Roberto Mac Lean Esten�s

- Manuel B. Llosa, secretario de la C�mara de Diputados

- Pedro Beltr�n

- Julio East

- Coronel Armando Revoredo Iglesias

- Coronel Ricardo Alayza Tapia

- Capit�n de nav�o Manuel R. Nieto

- Javier Delgado Yrigoyen, secretario general

- Alfredo Solf Garc�a Calder�n, secretario

- Manuel F. Ma�rtua, secretario


 

(Original en castellano)

Delegaci�n del Ecuador

La Delegaci�n fue compuesta por los siguientes asesores:

- Julio Tobar Donoso, ministro de Relaciones Exteriores, Presidente de la Comisi�n.

- Se�or doctor don Humberto Albornoz, Presidente de la Junta Consultiva, ex ministro de Estado y ex presidente de la Junta de Gobierno en 1925;

- Se�or doctor don Alejandro Ponce Borja, ex ministro de Relaciones Exteriores y Consultor Jur�dico;

- Se�or doctor don Eduardo Salazar G�mez, ministro en la Am�rica Central, en calidad de asesor econ�mico;

- Se�or doctor don Enrique Arroyo Delgado, ministro en el Brasil;

- Se�or doctor don Luis Bossano, ex ministro de Relaciones Exteriores;

- Se�or doctor don Gonzalo Escudero, ministro en Misi�n especial en Chile;

- Se�or don Juan X. Marcos, asesor econ�mico por el Litoral;

- Se�or doctor Carlos Tobar Zaldumbide, secretario de la delegaci�n en el Brasil, secretario de la delegaci�n.

(Tobar Donoso, op. cit. p. 354)


 

Las notas de Summer Welles a prop�sito

de la Conferencia de R�o de Janeiro

 

710. Consultation 3/304. Telegrama N� 2

R�o de Janeiro, 13 de enero de 1942, 3 pm.

Secretario de Estado, Washington

Confidencial para el Secretario de Estado. Inmediatamente despu�s de mi llegada, tuve entrevistas muy satisfactorias con el presidente Vargas y con Aranha. El presidente me dijo que en la conferencia, Brasil repaldar�a la estrategia de Estados Unidos de lograr una declaraci�n conjunta de todas las rep�blicas americanas a fin de romper relaciones con las potencias del Eje.

Adem�s, expres� estar totalmente de acuerdo en que, si bien es muy conveniente que esta declaraci�n sea un�nime, si Argentina contin�a oponi�ndose a la adopci�n de esta declaraci�n, las otras 20 rep�blicas deber�n adoptarla sin ella. Tambi�n me describi� en detalle -como lo hizo Aranha- los esfuerzos del canciller argentino por crear un bloque compuesto por Per�, Chile, Paraguay y Uruguay que apoye la posici�n argentina que se opone a la declaraci�n conjunta de ruptura de relaciones. Este intento por parte del doctor Ruiz Gui�az� ha fracasado completamente y su "diplomatic illness" de ayer es el resultado de este fracaso. Sin embargo, se me inform� esta ma�ana que el doctor Ruiz Gui�az� est� viajando hoy a R�o por avi�n.

Tanto el presidente Vargas como Aranha creen que ahora Argentina se unir� a la declaraci�n conjunta propuesta, especialmente si puede encontrarse alguna forma de salvar la cara del canciller argentino, que alivie la dif�cil situaci�n en que se encuentra. Aranha cree que se puede lograr permitiendo que el doctor Ruiz Gui�az� obtenga el cr�dito de solucionar la disputa lim�trofe peruano-ecuatoriana, si ello se consigue durante la conferencia.

Dije que estaba totalmente dipuesto a apoyar a Aranha en este objetivo.

Welles

 

710 consultation (3)/314. Telegrama N� 8

R�o de Janeiro, 14 de enero de 1942, 6 pm.

Secretario de Estado, Washington

Confidencial. Ayer tuve entrevistas con los ministros de Relaciones Exteriores del Per�, Paraguay y Bolivia, entre otros. Las tres delegaciones apoyar�n una declaraci�n para la ruptura de relaciones con el Eje, aunque, obviamente, el ministro peruano de Relaciones Exteriores carece de entusiasmo.

Los ministros de Relaciones Exteriores de Chile, Uruguay y Argentina llegaron esta ma�ana. Aranha es a�n de la opini�n de que Argentina puede ser puesta en vereda pero, por las declaraciones p�blicas efectuadas por el doctor Ruiz Gui�az� y por sus desmedidas manifestaciones ante los ministros de Relaciones Exteriores del Per� y Paraguay -de las que ellos me informaron ayer- soy, decididamente, menos optimista a este respecto que Aranha.

Aranha est� haciendo todo lo posible para forzar un arreglo inmediato para la soluci�n de la disputa lim�trofe peruano-ecuatoriana. Ayer, en una conferencia en la que �l y yo nos reunimos con el ministro peruano de Relaciones Exteriores, este �ltimo se�al� que su gobierno est� ahora dispuesto a aceptar un acuerdo mucho m�s equitativo y generoso del que -hasta ahora- hubiera dado muestras de querer aceptar. La delegaci�n ecuatoriana me ha informado que no asistir� a las sesiones de la conferencia a menos que se encuentre un acuerdo -por lo menos en principio- antes de la sesi�n de apertura ma�ana (Sin cursivas en el original).

Welles

 

722.2315/2808. Telegrama N� 59

Quito, 25 de enero de 1942, 5 pm.

Secretario de Estado, Washington

El siguiente telegrama ha sido enviado a la embajada en R�o de Janeiro:

Quito, 25 de enero, 4 pm.

Para el Subsecretario de Estado.

Rush. Despu�s de conversar con mi colega brasile�o creemos que Ecuador a final de cuentas estar�a dispuesto a aceptar la l�nea de Aranha y pensamos que dio instrucciones en ese entido a su delegaci�n en R�o de Janeiro.

La mayor parte del Consejo Consultivo de la canciller�a ecuatoriana dud� desde el principio que el Per� llegase a un acuerdo ahora. Cre�a m�s bien que el Per� estaba ansioso por sondear al Ecuador a trav�s de los mediadores con el fin de conocer los mejores t�rminos que podr�a obtener. Y que no importa cu�nto pudiera ceder Ecuador, el Per� querr�a a�n m�s.

En estas circunstancias el mejor curso parecer�a ser buscar la retirada de las tropas invasoras y alg�n arreglo operativo que mantuviera la mediaci�n.

El presidente indic� que la l�nea de Aranha inclu�a el r�o Congaza, pero carecemos de informaci�n sobre esto.

Absolutamente confidencial. Nuestro temor personal es que si durante la Conferencia de R�o de Janeiro no se concertara ning�n arreglo, definitivo o transitorio, existe el peligro de que caiga el gobierno antes de que Ecuador pueda tomar una decisi�n sobre la ruptura de relaciones (con el Eje, EY) (sin cursivas en el original). (Este p�rrafo lo hemos puesto en cursivas porque constituye un comentario especial del ministro Long que considera es de car�cter muy confidencial. (EY)

Mello Franco apreciar�a si se comunica a Aranha lo sustancial de este mensaje. Repetido al Departamento.

Long

 

722,2315/2819. Telegrama N� 62

R�o de Janeiro, 27 de enero de 1942, 2 pm.

Secretario de Estado, Washington

Los esfuerzos de los mediadores por lograr un acuerdo entre el Per� y Ecuador a fin de solucionar de manera permanente la disputa lim�trofe han avanzado esta ma�ana, debido a que el canciller peruano ha recibido instrucciones que le hacen posible aceptar una frontera permanente, que en general sigue la l�nea de status quo de 1936 en el sector occidental de la frontera. Sin embargo, en el sector oriental, el Ecuador est� forzado a sacrificar su tanto tiempo deseada salida al Mara��n. Como compensaci�n por este sacrificio de parte del Ecuador, el Per� est� dispuesto a ceder una considerable secci�n de territorio a lo largo del r�o Putumayo, incluyendo territorio que no ha estado en disputa (sin cursiva en el original, EY). En la parte oriental de la frontera, la l�nea otorga a Ecuador -adem�s de la concesi�n antes mencionada- una l�nea m�s satisfactoria que aquella planteada anteriormente por el Per�.

En vista de que los mediadores tienen la impresi�n de que de no lograrse un acuerdo final y definitivo antes del cierre de la conferencia el Per� indudablemente evitar�a entrar en cualquier acuerdo, se decidi� postergar la clausura de la conferencia de esta noche hasta ma�ana en la noche.

Con excepci�n de este asunto de relevante importancia el trabajo de la conferencia se ha concluido ahora.

Welles

 

710. consultation 3-514.Telegrama N� 72

R�o de Janeiro, 28 de enero de 1942, 8 pm.

Secretario de Estado, Washington

A las 8 en punto de esta noche termin� la �ltima sesi�n de la conferencia. En el discurso de clausura Aranha anunci� que esta tarde a las 6 pm. el Brasil hab�a roto relaciones con las potencias del Eje, dando cumplimiento a las obligaciones que ha contra�do mediante la resoluci�n adoptada por esta conferencia, para la ruptura de relaciones (con el Eje, EY) y de acuerdo con la pol�tica tradicional del Brasil.

Al mismo tiempo, Aranha anunci� que se hab�a alcanzado un acuerdo entre el Per� y Ecuador.

Si bien se ha llegado a un acuerdo en principio, el protocolo a�n no ha sido firmado. Los representantes de las cuatro potencias mediadoras junto con los representantes del Per� y Ecuador, trabajaremos durante la noche con la esperanza de que durante las horas de la noche pueda firmarse un protocolo (sin cursivas en el original).

Ma�ana tendr� una audiencia de despedida con el presidente Vargas.

Los miembros de la delegaci�n y yo partiremos en avi�n el viernes temprano por la ma�ana, rumbo a los Estados Unidos.

Welles


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