Domingo, 16 de Agosto de 1998

 

Tres d�as de guerra, ciento ochenta de negociaciones.

Per� Ecuador 1941-1942 (X)

Brasil propone f�rmula final del arreglo

* En el centro del conflicto, el mensaje del general Ureta no deja dudas: las tropas peruanas est�n listas para avanzar hasta Guayaquil.

* El 26 de diciembre de 1941 los mediadores efectivizan su advertencia de hacer intervenir al sistema interamericano. Pero lo hacen a medias.

 

Por Ernesto Yepes del Castillo

 

Ingresamos a enero de 1942, mes clave en las negociaciones entre Per� y Ecuador que se enrumban ahora s� por su recta final. Las p�ginas del libro Tres d�as de guerra. Ciento ochenta de negociaciones de Ernesto Yepes (editado por la Universidad del Pac�fico) que a continuaci�n presentamos dan cuenta de lo ocurrido en ese pen�ltimo tramo y de la audaz iniciativa que le cupo jugar al Brasil.

 

Durante la primera quincena de octubre, el Per� mantiene invariable su posici�n militar y diplom�tica. Pero siente el impacto de la presi�n externa.

A partir de la segunda quincena comienza a percibirse un cambio en Lima y tambi�n en Washington. El Per� da se�ales de flexibilizarse respecto a sus demandas del 13 de setiembre. Washington se torna menos r�gido respecto a su negativa a aceptar caminos de soluci�n distintos al que inicialmente hab�a propuesto.

Es posible que en ambos casos el peso del factor militar haya sido importante. El mensaje del general Ureta en ese sentido es claro. Su ej�rcito no pod�a permanecer inactivo sin colapsar si las cosas se empantanaban por largo tiempo. Ello significaba que si los diplom�ticos no ten�an resultados en un tiempo razonable se ver�a obligado a seguir avanzando. Guayaquil podr�a ser el siguiente paso. Y que en tanto no se aborde el problema de fondo, el de la frontera, su ej�rcito no abandonar�a la provincia de El Oro.

La documentaci�n que ofrecemos muestra hacia mediados de noviembre un viraje en algunos funcionarios del Departamento de Estado vinculados al tema. Insistir�n cada vez menos en la retirada de tropas y m�s en el problema que es crucial para los tres pa�ses que han ofrecido su mediaci�n: c�mo lograr que el Per� acepte la l�nea de status quo como eje de las futuras negociaciones. Henry Norweb, el embajador de Estados Unidos en Lima, sintetiza este desaf�o de los tres pa�ses en los siguientes t�rminos: "Nuestra dificultad es persuadir al Per� el aceptar la l�nea de 1936 como base para las negociaciones. Mis colegas y yo sentimos que es s�lo sobre esta base que nos ser� posible trabajar para un acuerdo que no sea afectado por la ocupaci�n del territorio producto de las recientes hostilidades".

Salida por el Mara��n

Es reci�n a partir de ese momento (noviembre de 1941) que el problema de fondo, el de la delimitaci�n de la frontera, emerger� como tema medular de las preocupaciones de las partes involucradas. As�, tanto en el Departamento de Estado como en las canciller�as de Argentina y Brasil comenzar� la b�squeda de f�rmulas o lineamientos b�sicos encaminados a servir de base para la soluci�n del diferendo.

Pero otra vez las propuestas se tropiezan con una valla dif�cil de soslayar. La demanda de Sumner Welles de considerar una salida soberana al Mara��n para el Ecuador. Esta exigencia no se hace p�blica, pero est� presente a lo largo del debate en el seno de los funcionarios del Departamento de Estado, como veremos en los documentos respectivos. Las razones para esta persistencia de Welles sobre este punto no est�n claras. Sospechamos que aparte de consideraciones personales, de la eficacia informativa de Quito, debe haber pesado sobre su �nimo el arbitraje del rey de Espa�a. Y las propias conclusiones del Departamento con respecto a permutar un territorio colindante con el Mara��n si el Per� persist�a en su demanda de tener un territorio que iba m�s all� de la l�nea de status quo.

Esta actitud de Welles se har� patente sobre todo en el caso de las propuestas del presidente Prado y la Argentina que en lo fundamental plantean que la l�nea de status quo ya no es enteramente satisfactoria dada la existencia de una nueva realidad. As�, el presidente insistir� en modificaciones a dicha l�nea en Andoas y Rocafuerte. En tanto que la Argentina, que acepta la l�nea de status quo como la m�xima demanda de las aspiraciones ecuatorianas, propondr� que el territorio intermedio comprendido entre esa l�nea y la l�nea a la que han llegado las fuerzas militares peruanas, sea objeto de una negociaci�n con plenipotenciarios de los dos pa�ses y de los pa�ses oferentes a realizarse en Buenos Aires. Esta propuesta fue tajantemente rechazada por Washington aduciendo que era favorable al Per� y que sancionaba a Ecuador por su derrota militar, siendo en consecuencia desechada por los tres pa�ses que ofrec�an sus servicios.

Propuesta en plena guerra

El 23 de diciembre, los pa�ses mediadores, a iniciativa de un Estados Unidos involucrado ya en la guerra mundial, proponen al Per� y Ecuador aceptar: 1) la l�nea de status quo como base de un acuerdo final, 2) que retiren sus tropas detr�s de dicha l�nea y 3) realizar una conferencia para un acuerdo final en Buenos Aires.

Quito acepta la propuesta de inmediato. Lima la rechaza. El presidente Prado insiste: no es posible un acuerdo inmediato y definitivo sin modificaciones a la l�nea de 1936.

El 26 de diciembre los mediadores efectivizan su advertencia de hacer intervenir al sistema interamericano. Pero lo hacen a medias. Presentan el estado de la situaci�n ante la colectividad americana pero sin sugerir medidas o acciones colectivas. Lima respira m�s aliviada. Y mantiene su posici�n. Otra vez la atm�sfera negociadora tiene visos de caminar al empantanamiento.

Entre los estertores del viejo a�o y comienzos de 1942 la situaci�n da un vuelco. Aranha toma la iniciativa en la orientaci�n de las negociaciones. El brasile�o ignora las demandas de los mediadores de 23 de diciembre, y sin conocimiento de Argentina y Estados Unidos, negocia directamente con el Per�. A trav�s del embajador peruano en R�o de Janeiro, Jorge Prado, precisa las modificaciones de Lima a la l�nea de status quo para aceptarla como base de un acuerdo definitivo: que incluya "como puntos extremos Andoas y Rocafuerte" insiste el hermano del Presidente peruano.

Un largo trecho por recorrer

Arahna instruye entonces a su embajador en Lima, Moraes Barros, examinar con el presidente Prado la posibilidad de lograr una l�nea con las modificaciones sugeridas. El Per� acepta la denominada "L�nea Arahna", la l�nea que en lo fundamental ser� similar a la que unas semanas despu�s quedar� establecida definitivamente en el Protocolo.

Sin embargo todav�a hay un largo trecho por recorrer. Ecuador, que desconoce estos hechos, sigue planteando el cumplimiento de las demandas del 23 de diciembre. Respecto a los otros tres pa�ses mediadores -Chile ya se incorpor� a ellos- Estados Unidos es el que se muestra m�s reticente.

Coincide con Brasil en la necesidad de lograr un acuerdo viable antes de la conferencia de cancilleres pero insiste en que dado que la l�nea acordada entre R�o y Lima "es menos favorable para el Ecuador que la l�nea propuesta por los tres pa�ses mediadores, estos �ltimos pondr�n todo su esfuerzo en la conferencia de R�o de Janeiro para conseguir del Per� algunas compensaciones favorables al Ecuador, que equilibren las ventajas obtenidas por el Per� en la l�nea lim�trofe que ahora reclama como arreglo permanente" (numeral 198).


 

Marchas y contramarchas

La propuesta brasile�a

Como acabamos de se�alar, la situaci�n comienza a dar un vuelco, Aranha teme una respuesta negativa del Per� a la propuesta presentada el 27 de diciembre, por lo que comienza a negociar directamente con el gobierno peruano, sin conocimiento de Welles ni de Ruiz Gui�az�. La propuesta de Aranha incluye Andoas y Rocafuerte en el lado peruano. Esta propuesta no hace referencia expl�cita al retiro de las tropas peruanas. Cuando Norweb informa de estos hechos a Washington, vimos, la reacci�n inicial es de disgusto. No obstante, Welles terminar� apoyando a Aranha.

 

722.2315/2744. Documento Interno

Washington, 3 de enero de 1942

Se�or Welles:

(El embajador de Estados Unidos en Lima acaba de informar a Washington que el embajador de Brasil est� en tratos directos con el gobierno peruano a fin de lograr las bases de un acuerdo definitivo. Esta iniciativa brasile�a, sin conocimiento previo de Washington, causa mortificaci�n en el Departamento de Estado. EY).

Hago referencia al telegrama N� 4 enviado por el embajador Norweb el 2 de enero a las 4 pm., en el que informa que el embajador del Brasil en Lima y el ministro peruano de Relaciones Exteriores se han puesto de acuerdo en "una l�nea lim�trofe espec�fica y permanente" entre el Per� y Ecuador. El embajador Norweb dice adem�s tener conocimiento de que ahora el Brasil se propone presentar esta l�nea al Ecuador, con miras a determinar su aceptabilidad.

Me parece que este procedimiento deja a las potencias mediadoras en una posici�n totalmente rid�cula, sobre todo porque probablemente ahora se le pedir� a Ecuador que acepte una propuesta menos favorable que la que ya ha aceptado y que fue planteada por Argentina, Brasil y Estados Unidos. No entiendo c�mo podemos tolerar en estos momentos una nueva demostraci�n de la incapacidad de las rep�blicas americanas para evitar el arreglo por la fuerza de un problema que ha surgido entre dos de sus miembros.

Estar� complacido de discutir este asunto con el embajador del Brasil, si usted lo aprueba. Pienso que el embajador brasile�o en Lima ha sido en todo completamente desleal a la mediaci�n. Por supuesto, el ministro argentino de Relaciones Exteriores ha sido igualmente culpable (refiri�ndose probablemente a la propuesta argentina, EY).

Philip W. Bonsal

 

722.2315/2755-1/2. Documento Interno

Washington, 5 de enero de 1942

Se�or Welles:

() En la propuesta brasile�a se se�ala que Andoas est� ubicada en la desembocadura del r�o Bobonaza, donde se une al Pastaza. Sin embargo, de acuerdo con nuestra informaci�n, hace varios a�os, Andoas fue trasladada unas treinta o cuarenta millas r�o abajo.

De acuerdo con la informaci�n disponible ahora por nosotros, la franja de territorio en el lado ecuatoriano de la l�nea de status quo de 1936 que Brasil propone pase al Per�, tiene un ancho aproximado de 100 km en su parte m�s amplia. En otros puntos, la amplitud es en promedio de 25 km aproximadamente. En mi opini�n, la mayor dificultad, desde el punto de vista ecuatoriano, consiste en la cesi�n de Rocafuerte al Per�.

Bonsal


 

722.2315/2755A. Telegrama N� 38

Washington, 6 de enero de 1,942, 12 m.

Embajada de Estados Unidos, R�o de Janeiro

Triple prioridad. Por favor, comunique a Aranha inmediatamente que el embajador de Brasil me ha informado los detalles relativos al acuerdo tentativo alcanzado entre el embajador brasile�o en Lima y el gobierno peruano, que incluye la propuesta de un l�mite entre el Per� y Ecuador y que el gobierno peruano estar�a dispuesto a considerar como l�mite permanente y final entre los dos pa�ses.

Estoy totalmente de acuerdo con el deseo de Aranha de impulsar, en todas las formas posibles, un acuerdo definitivo entre los dos pa�ses antes de la conferencia de R�o. Har� todo lo que est� en mi poder -en nombre de este gobierno- para apoyarlo en este esfuerzo (sin cursivas en el original).

Temo sin embargo que Ecuador, habiendo aceptado p�blicamente las bases para las negociaciones con el Per�, tal como fueron propuestas por las tres potencias mediadoras -es decir, la l�nea de status quo de 1936 in toto- encontrar� ahora muy dif�cil -por lo menos en esta coyuntura- aceptar un acuerdo permanente menos favorable para el Ecuador que la l�nea de 1936.

El ministro de Relaciones Exteriores de Ecuador debe llegar a Washington ma�ana, 7 de enero. Cuando se entere de la actitud tomada por el Per�, probablemente insista en regresar a Quito; sin embargo, har� todos los esfuerzos para que �l prosiga a R�o conmigo, conforme fue acordado.

Por favor, diga a Aranha que dadas las circunstancias creo que el curso m�s conveniente de seguir por m� ser� decirle al ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador que, ya que la l�nea lim�trofe en que insiste ahora el Per� es menos favorable para el Ecuador que la l�nea propuesta por los tres pa�ses mediadores, estos �ltimos pondr�n todo su esfuerzo en la conferencia de R�o de Janeiro para conseguir del Per� algunas compensaciones favorables al Ecuador, que equilibren las ventajas obtenidas por el Per� en la l�nea lim�trofe que ahora reclama como arreglo permanente (sin cursivas en el original).

Si Aranha tiene alguna sugerencia que hacer concerniente a este punto, por favor, h�gamelo saber inmediatamente.

Hull.


 

722.2315/2763

R�o de Janeiro, 12 de enero de 1942

Secretario de Estado, Washington

(En esta comunicaci�n el canciller Aranha confirma a Washington sus tratativas recientes con el Per�. Ante la evidencia de que Lima rechazar�a la propuesta de ABU, el canciller brasile�o busca limitar los puntos extremos de las demandas peruanas en el oriente a fin de que el Per� retorne a la l�nea de status quo como base de las negociaciones. EY).

() Efectivamente, nuestro embajador en Lima fue informado por el propio presidente de la Rep�blica de que el gobierno peruano rechazar�a la l�nea del "status quo", y, al mismo tiempo, habiendo yo recibido del embajador Jorge Prado (embajador del Per� en R�o, EY) la informaci�n de que, tom�ndose como puntos extremos Andoas y Rocafuerte, har�ase posible una soluci�n definitiva, autoric� al embajador Moraes Barros para que examinara con el presidente de la Rep�blica tal posibilidad -en contacto con sus colegas-, la que, con algunas alteraciones, har�a tambi�n realizable la soluci�n que hab�amos propuesto con relaci�n a la l�nea de "status quo".

El embajador Moraes Barros, habiendo explorado esa posibilidad, acaba de avisarme haber conseguido que el Per� acepte la siguiente l�nea:

L�nea del "status quo" de 1936, del litoral hasta Andoas (boca del r�o Bobonaza); confluencia de los r�os Cunambo con el Pintoyacu; boca del r�o Cononaco, en el Curaray. Por �ste, aguas abajo hasta Bella Vista; boca del r�o Yasuni r�o arriba en el Napo y L�nea hasta confluencia del r�o Lagartococha con Aguarico, incluyendo Rocafuerte; todo el curso del r�o Lagartococha, en sus dos m�rgenes, hasta el divortium aquarum del Napo con el r�o Putumayo (l�mites del tratado entre Colombia y el Ecuador de 1,916). Sigue de ah� hasta San Miguel.

Ese esfuerzo, excusado es repetirlo, fue dictado por el exclusivo deseo de traer a los dos pa�ses a la pr�xima Reuni�n de R�o de Janeiro con su conflicto definitivamente resuelto, toda vez que la l�nea del "status quo", pura y simple, no ser�a aceptada por el Per� (sin cursivas en el original).

Fue, por tanto, un trabajo complementario y su curso depender� de la colaboraci�n de los dem�s pa�ses mediadores.

Creemos que el embajador Moraes Barros ha tenido informado de todo a su colega, pues de �l recibimos, junto con el de Vuestra Excelencia, el telegrama arriba citado. Esa es, por otra parte, la orientaci�n seguida siempre por nosotros. Entretanto, acabamos de recordar al embajador Moraes Barros que debe informar de todo a su colega, sin hacer nada sin previo mutuo acuerdo.

Reconocemos que esta situaci�n importa alg�n sacrificio material; sin embargo, no vemos que pueda haber otra soluci�n capaz de restablecer la armon�a entre ambos pa�ses y, consecuentemente, permitir a Am�rica que tome, en un ambiente general de confianza y solidaridad, decisiones que se imponen en este momento a todas y cada una de las naciones del Continente.

Oswaldo Aranha

Ministro de RREE del Brasil


 

Un asunto confidencial

Los militares se impacientan

722.2315/? Despacho N� 2618

Lima, 15 de enero de 1942.

Secretario de Estado, Washington

Estrictamente confidencial. Haciendo referencia a recientes telegramas y despachos, tengo el honor de informar respecto a la actitud de los militares peruanos en la disputa lim�trofe con el Ecuador.

El agregado militar inform� recientemente al Departamento de Guerra que la falta de logros en la soluci�n de la disputa lim�trofe est� sembrando el descontento entre las tropas en la frontera. El 8 de enero, el general Ureta pregunt� al coronel Ent qu� se hab�a hecho en Lima para lograr un acuerdo. Al ser informado que las negociaciones estaban todav�a en marcha, el general dijo que sus tropas se estaban poniendo muy impacientes y que quer�an regresar o avanzar pero no permanecer inm�viles. Ureta se�al� que en lo personal �l quer�a hacer regresar a sus tropas y organizar en la costa peruana una defensa que considera necesaria.

Con relaci�n a las observaciones del general Ureta sobre la defensa de la costa peruana, el coronel Ent inform� tambi�n al Departamento de Guerra que las condiciones en Chimbote, aunque calmas, son de tal naturaleza que este tan estrat�gico punto podr�a ser f�cilmente tomado por la colonia local del Eje, integrada principalmente por japoneses. El coronel Ent agreg� que se ha informado de esta situaci�n al se�or Edgard Thompson (agente del FBI que actualmente asesora al Estado Mayor General del Ejercito en trabajos de inteligencia) en un esfuerzo por inducir a las autoridades peruanas a adoptar mejores medidas de seguridad para el �rea de Chimbote.

Por el Embajador:

George H. Butler

Primer Secretario.

 

722.2315/? Documento Interno

Washington, 27 de enero de 1942

Se�or Woodward / Se�or Bonsal:

(Gerald Drew, secretario de la legaci�n norteamericana en Quito, env�a al Departamento de Estado un informe de los observadores neutrales, el 23 de enero. A continuaci�n presentamos la s�ntesis de dicho informe preparada en Washington por Melby. EY).

Recibimos otro informe de un viaje de los observadores que est�n en el lado ecuatoriano:

1.- Los peruanos contin�an port�ndose bien.

2.- No hay indicios de que los peruanos est�n planeando un nuevo avance.

3.- Los peruanos se est�n ganando la confianza de los habitantes de las regiones ocupadas.


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