Colegio Agustiniano OnLine

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PROYECTO EDUCATIVO

Naturaleza del Centro

Titularidad >El Colegio Agustiniano es de titularidad privada: Centro de la Iglesia Cat�lica. Su titular es la PROVINCIA AGUSTINIANA DE CASTILLA, de la ORDEN DE SAN AGUSTIN, que lo fund� en el a�o 1956, confirmando, como Instituci�n, su larga trayectoria educativa.

Rasgos de Identidad

A – Colegio Cat�lico >El Colegio Agustiniano se define de manera abierta y clara confesionalmente cristiano y cat�lico. Considera necesaria e imprescindible la formaci�n religiosa de sus alumnos como elemento constitutivo de la formaci�n integral de la persona. Y espera de todos los miembros de la Comunidad Educativa una actitud de disponibilidad y respeto hacia esta concreta opci�n religiosa.

El Colegio Agustiniano ofrece a sus alumnos una cultura humana abierta al mensaje de salvaci�n de tal manera que estos adquieran, junto a una cultura human�stica y cient�fica, un conocimiento iluminado por la fe sobre el mundo, la vida y el hombre.

El Colegio Agustiniano forma a sus alumnos para que act�en en la vida personal y comunitariamente seg�n criterios evang�licos.

B – Identidad Agustiniana >El Colegio Agustiniano adem�s de cristiano y cat�lico es un centro agustiniano. La Orden Agustiniano tiene una larga historia educativa y ha desarrollado su actividad en los m�s diversos �mbitos sociales. Su esp�ritu y estilo de educar siguen vivos y sintonizan con la sociedad actual y con las demandas del hombre de hoy, ya que en la escuela agustiniana «se ense�a por amor a los dem�s y se aprende por amor a la verdad» (San Agust�n).

Toda reflexi�n agustiniana configura un modelo de antropolog�a peculiar. Las dos dimensiones del hombre agustiniano en relaci�n dial�ctica de complementariedad son:

· Personal: el hombre es imagen de Dios.

Un ser que es capacidad, que "se va haciendo" desde la dial�ctica existencial: tensi�n-descanso, pobreza- riqueza, b�squeda-hallazgo... siendo guiados por dos fuerzas o amores, por dos deleites. En inquieta b�squeda de la Verdad, por el camino de la Interioridad, para llegar a la Trascendencia.

· Comunitaria.

La dimensi�n social del hombre nos llevar� desde la inquietud hacia la solidaridad, amistad, fraternidad, amor, caridad. Y esto a trav�s del m�todo agustiniano del DIALOGO.

C – L�nea Metodol�gica >El Colegio Agustiniano preconiza una metodolog�a activa, donde el alumno se sienta y sea el protagonista de su aprendizaje favoreciendo su iniciativa y creatividad.

Esta l�nea metodol�gica no debe entenderse en sentido exclusivista, sino que debe ser abierta y flexible, en determinados casos, situaciones y asignaturas, con los valores de la metodolog�a expositiva. En todo caso los profesores deber�n tener en cuenta la diversidad de ritmos evolutivos, intereses y capacidades intelectuales de los alumnos.

La tarea de poner en pr�ctica esta l�nea metodol�gica y evaluar sus resultados es competencia de los departamentos y seminarios respectivos.

D – Sistema de Valores >Nuestra acci�n docente y educativa se inspira en una propuesta coherente de valores que se expresan en una vivencia de actitudes: que nuestros alumnos no s�lo aprendan a pensar y a hacer sino a ser y compartir.

En este sentido, el Colegio asume los valores y principios sobre los que se asienta un estado democr�tico de derecho, a saber: respeto a los derechos y libertades fundamentales y educaci�n para la tolerancia y la libertad dentro de los principios democr�ticos de convivencia.

En su dimensi�n de "escuela cristiana" pretende que nuestro quehacer est� motivado por los valores evang�licos de:

    · Acogida a los dem�s.
    · Autenticidad y coherencia en la vida personal y de grupo.
    · Serenidad y valent�a ante las dificultades.
    · Ilusi�n y esperanza ante el futuro.
    · Compromiso ante la sociedad.
    · Atenci�n preferente ante los necesitados y marginados.

En su dimensi�n de "escuela agustiniana" quiere comprometerse con el proyecto de hombre agustiniano y para ello quiere educar a sus alumnos en los siguientes valores y actitudes:

1. El Amor como fundamento de la vida
a. Definici�n:

Amar es querer el bien para el otro. Es la tendencia o fuerza m�s profunda del hombre que nos mueve a obrar, nos arrastra y conduce, como norma suprema, en la acci�n. El amor de Dios es lo que nos hace amar bien todas las cosas que amamos. Se convierte el amor en la dimensi�n estructural de la persona y la fuerza que tensiona al hombre en dos dimensiones: hacia el bien o hacia el mal. El amor al mundo que es desordenado y fuente de preocupaciones, tristezas, temores, discordias, guerras, enga�os... El amor de Dios que es ordenado, unidad, perd�n, reconciliaci�n, disponibilidad, entrega y servicio. De aqu� que el hombre ser� lo que ame. El amor bueno o malo hace que sean buenos o malos los pensamientos, los deseos y acciones que de �l se derivan. El amor es por tanto:

· La substancia de la vida humana y cristiana.
· La fuerza o tendencia m�s profunda del hombre: «Cada uno es lo que es su amor».
· El peso orientador de la persona: «Mi amor es mi peso».
· La norma suprema de conducta: «Ama y haz lo que quieras».
b. Valores impl�citos en el AMOR:

· Amistad.
· Respeto.
· Comunicaci�n.
· Sensibilidad.
· Capacidad de acoger y aceptar a otros.
· Di�logo.
· Felicidad.
· Compartir.
c. Actitudes:

· No hacer nunca mal a nadie.
· No pensar mal de nadie sin motivo.
· No hablar mal de nadie.
· No hacer sufrir directamente (con palabras o acciones) a otras personas.
· Tener por norma suprema de la vida hacer todo el bien que se pueda a las personas, especialmente a las m�s necesitadas.
· Tener mente limpia y coraz�n noble en nuestros juicios y palabras respecto de otros.
· Amabilidad para con todos, especialmente para los menos queridos.
· Disponibilidad para ayudar a las personas, comenzando por los cercanos (familia, compa�eros de estudio o trabajo, vecinos, etc.).
· Esp�ritu de colaboraci�n, de solidaridad con todos.
· Generosidad y entrega en favor de los otros.
· Ayuda a los dem�s en la b�squeda y posesi�n del m�ximo bien que es Dios.
· Ser amigable, acogedor, comunicativo, sensible a lo que sucede a los otros, dialogante, actitud de escucha, servicial...
2. La interioridad como camino hacia la Verdad
a. Definici�n:

La interioridad agustiniana como m�todo y forma de ver la vida; como proceso hacia el interior que es donde est� el fundamento de la verdadera trascendencia. Dios y desde donde Dios m�s nos habla: es el maestro interior; como proceso para descubrir la propia identidad humana y sus riquezas, valores, habilidades. En nuestro interior se encuentra la verdadera libertad y los bienes interiores nadie podr� quit�rnoslos contra nuestra voluntad.

La interioridad es, por tanto, una actitud fundamental en virtud de la cual se opta preferentemente por las capacidades y valores que tiene el mundo interior de la persona como centro de gravedad de toda su vida y actuaci�n. Es el mejor camino para descubrir toda clase de verdades (cient�ficas y de la vida) y a la VERDAD (Cristo):

· Como llamada, invita a mirar hacia el interior, se�alando la direcci�n.
· Como m�todo o camino, conduce hacia la verdad.
· Como b�squeda, estimula a luchar hasta descubrir los valores aut�nticos.
· Como proceso, formenta la autorrealizaci�n, el progreso, la renovaci�n.
· Como modo de pensar, enriquece el conocimiento y dinamiza el desarrollo de la persona.
· Como forma de vida, opta por los valores m�s profundos (Dios) tratando de personalizarlos, es decir, vivir de acuerdo con ellos.
b. Valores impl�citos en la INTERIORIDAD:

· Preferir SER a TENER.
· Dignidad de la persona humana.
· Capacidad autocr�tica.
· Capacidad de direcci�n.
· Creatividad y renovaci�n cont�nua.
c. Actitudes:

· Superaci�n de la frivolidad.
· Superaci�n del hombre esclavo del mundo material y sensible.
· Superaci�n del hombre que vive de los acontecimientos vanos.
· Superaci�n del hombre que vive descentrado y desparramado en su afectividad.
· Sensibilidad y atenci�n hacia las cosas importantes.
· Inter�s por los grandes acontemientos individuales y sociales.
· Sensibilidad y atenci�n hacia el arte y la cultura.
· Sensibilidad y b�squeda de las verdades y de la VERDAD.
· Aprecio y pr�ctica de la nobleza y de la sinceridad.
· Madurez alcanzada en la unificaci�n de la vida afectiva que tiene su centro en Dios.
d. Consecuencias pr�cticas:

· Descubrimiento de la propia identidad.
· Valoraci�n de lo humano.
· Formaci�n de una escala de valores.
· Fortalecimiento de la libertad.
· Adquirir conciencia de las propias limitaciones.
· Disfrutar del trabajo y de la vida (alegr�a).
3. La Amistad componente de la vida
a. Definici�n:

La amistad es « amor de alma a alma», y lo mismo que el amor, puede ser buena o mala, ser meramente humana o alcanzar el nivel de la vivencia cristiana. En San Agust�n es una de las experiencias m�s ricas e intensas y ser� un componente humano de su vida cristiana y mon�stica.

Amistad es conversar y re�r juntos, porfiar y hacerse regalos, leer en com�n libros entretenidos, hacerse bromas, discutir algunas veces, sin re�ir, como disiente uno consigo mismo, ense�ar al otro y aprender de �l, sentir la impaciente soledad de la ausencia y recibir con alegr�a al que retorna. Por eso, la amistad es amabilidad, di�logo confidente y solidario, comprensi�n, sencillez, respeto mutuo, donaci�n de s� mismo para el bien com�n.


b. Actitudes:

Amar el bien m�s que al amigo

· Valent�a para decir no al amigo cuando nos quiere llevar por el mal camino.
· Odiar lo que da�a al amigo aunque a �l le guste.
· Amar a los amigos pero no amar sus defectos ni aprobar sus errores.
· No desagradar a Dios por amor de un amigo.

Amar ordenadamente al amigo

· Amor desinteresado sin esperar nada a cambio.
· Amar al amigo como a uno mismo: todo lo que quieras para ti debes quererlo para tus amigos.
· Amar al amigo por �l mismo, no por inter�s o conveniencia.
· Actitud de confianza con los amigos.
· Actitud de fidelidad en los momentos favorables y en los dif�ciles cuando el amigo est� arriba y cuando est� tirado en el suelo, cuando es admirado o cuando es despreciado.
· La verdadera amistad, a nivel cristiano, tiene a amar a Dios en el amigo, porque ya est� o para que est� con �l.
4. La inquietud y b�squeda, compromiso de acci�n
a. Definici�n:

El « nos hiciste Se�or para Ti e inquieto est� nuestro coraz�n hasta descansar en Ti» y la itinerante vida de San Agust�n nos impulsa a que para nosotros, la vida sea una b�squeda.

B�squeda de Dios y tendencia natural hacia la verdad; felicidad, claridad, perfecci�n, investigaci�n, estudio. B�squeda progresiva: «buscar para encontrar y encontrar para seguir buscando». Buscar juntos (esfuerzo del que busca) y encontrar en el di�logo (alegr�a del que encuentra). Buscan en las cosas, pero sobre todo, en uno mismo (en el interior del hombre habita la verdad).

b. Actitudes:

· Actitud de b�squeda incesante.
· Actitud de b�squeda en grupo.
· Actitud cr�tica.
· Esp�ritu de lucha.

5. La Comuidad camino hacia la solidaridad y convivencia
a. Definici�n:

Para San Agust�n, la persona tiene un constitutivo social. Por su naturaleza tiende a comunicarse. El esp�ritu comunitario agustiniano tiene su fuente en el amor y este amor crea una actitud de vida en la que se «anteponen las cosas comunes a las propias, no las propias a las comunes». La comunidad se hace por medio de la relaci�n y de la comunicaci�n. Lo que une a los hombres no es la proximidad f�sica, sino el "consentimiento". Se opone por tanto al ego�smo y al individualismo. Se da como proceso ascendente en tres formas y en tres grados: A. Como solidaridad en ayuda al necesitado. B. Como convivencia humana y cristiana. C. Como vida religiosa en comunidad.

b. Valores impl�citos en la COMUNIDAD:

· Igualdad, di�logo, participaci�n.
· Comunicaci�n, pluralismo, respeto.
· Fomento de la vida en familia en unidad y respeto.
· Cumplimiento de la normativa escolar, c�vica, etc..
c. Actitudes:

· Superaci�n del ego�smo y del individualismo.
· Superaci�n de la avaricia y del consumismo.
· Superaci�n del amor propio.
· Superaci�n de la envidia.
· Superaci�n de la cr�tica destructiva.
· Actitudes de solidaridad, generosidad y desprendimiento.
· Amor solidario y preferencial por los pobres y necesitados.
· Anteponer el bien com�n al propio.
· Recordar m�s los derechos ajenos y las obligaciones propias que los derechos propios y las obligaciones ajenas.
· Esp�ritu de colaboraci�n y disponibilidad en favor del bien com�n.
· Cr�tica constructiva y fraterna.
· Di�logo y encuentros interpersonales.
· Practicar la caridad, amar la verdad, desear la unidad
d. Consecuencias pr�cticas:

· Esfuerzo para integrarse en la sociedad.
· Fomentar el trabajo en equipo.
· Fomentar la igualdad y la libertad.
· Aceptar a los otros.
· Escuchar y valorar a los otros.
· Eliminar toda forma de esclavitud, explotaci�n, opresi�n, manipulaci�n de las personas
· Erradicar la adulaci�n, hipocres�a, apariencias falsas.
6. La Libertad que se ejerce con responsabilidad
a. Definici�n:

La libertad agustiniana, la verdadera, consiste en vivir liberado de las esclavitudes morales, esto es, de los vicios, defectos y malas acciones, y en la capacidad para hacer con facilidad y gozo el bien, es decir, amar a Dios y a los hermanos. Somos libres cuando procedemos siempre con rectitud; entonces es cuando no estamos atados a nada ni a nadie. Esto es la aut�ntica "madurez personal" de donde nace la libertad. La responsabilidad es siempre una condici�n necesaria para la aut�ntica libertad, ya que «la verdadera libertad no consiste en hacer lo que nos da la gana (libertinaje), sino en hacer lo que tenemos que hacer (responsabilidad) porque nos da la gana» (San Agust�n).

b. Actitudes:

No dejarse esclavizar por nada ni por nadie

· Saber decir no a cualquier esclavitud que venga del dinero, de la comodidad, del placer, del ego�smo, de la soberbia, etc.
· No ser esclavo del miedo, del "que dir�n", de las aprobaciones de los l�deres, de los poderosos, y ni siquiera de los amigos.

Libertad para la verdad y para el bien

· Decir la verdad a los d�biles y a los poderosos.
· Dar la raz�n al que la tiene, seamos nosotros, el otro, el amigo, el enemigo, el l�der y poderoso, el d�bil y acomplejado.
· Coraje para manifestarse cristianos y vivir como tales.
· Capacidad para la entrega generosa en favor de los dem�s.
· Asumir y vivir los valores morales, humanos y cristianos, de un modo positivo, no como esclavos bajo la ley, sino como hijos constituidos en gracia.
· Entregar libremente la vida a Cristo y recibir de El la verdadera y plena libertad, viviendo as�, en la alegr�a y en la esperanza, la propia existencia como humana y como cristiana.
7. La solidaridad como expresi�n de la Justicia, de la amistad y de la fraternidad universal
a. Definici�n:

La solidaridad es vivir unidos a otras personas y grupos humanos, compartiendo sus intereses y necesidades, compensando las limitaciones, fomentando la pr�ctica de la justicia y la colaboraci�n, porque «todos somos pr�jimos unos de otros por la com�n condici�n de nacimiento terreno y hermanos unos de otros por la com�n esperanza de la heredad celestial» (San Agust�n).

b. Actitudes:

· Compa�erismo y fidelidad a los amigos.
· Respeto y reconocimiento del otro en sus ideas, opiniones y creencias.
· Comprensi�n, tolerancia y respeto hacia las creencias, actitudes, formas de vida, etc., de otras personas y grupos.
· Valoraci�n y defensa del pluralismo democr�tico.
· Rechazo de todo tipo de discriminaciones debidas a las caracter�sticas personales o sociales.
· Sensibilidad hacia los problemas de la humanidad en el mundo contempor�neo.
· Bondad, alegr�a y ternura en las relaciones interpersonales.
· Desprendimiento y generosidad, anteponiendo el bien com�n al propio, es decir, renunciar a intereses ego�stas por el bien del otro.
· Colaboraci�n y ayuda en la soluci�n de los problemas que surgen en nuestro alrededor.
· Participaci�n en el trabajo en equipo con inter�s, sabiendo escuchar y respetando los distintos puntos de vista.
· Apoyo a las campa�as que promueven ayuda a los gupos humanos m�s necesitados.
· Ayudar a los compa�eros m�s necesitados en sus estudios o en cualquier otra necesidad compartiendo con ellos nuestros conocimientos y despertando confianza y seguridad.
8. La paz que nace en el coraz�n de cada hombre
a. Definici�n:

La paz, como valor cristiano, se fragua no en el plano de las ideas, sino de las vivencias. Va m�s all� del simple pacifismo, alcanza al ser �ntimo de la persona y se fundamenta en la honradez, en la sinceridad, en la coherencia entre lo que se piensa y lo que se vive, en la verdad, en la libertad, en la solidaridad, en la justicia, en definitiva, en el amor. Es decir, la paz no es ausencia o carencia de lo negativo, sino presencia de algo positivo. «No basta con ser pac�fico, hay que ser hacedor de paz. No basta con no odiar o ignorar a los enemigos, hay que amarles como hermanos» (San Agust�n).

b. Actitudes:

· Ser justos y ecu�nimes en los juicios y valoraciones de los dem�s.
· Ser tolerantes con las distintas opiniones y formas de pensar.
· Perdonar a las personas, aunque haya que corregir siempre sus errores.
· Valoraci�n de la autoestima como expresi�n de la paz interior.
· Apoyo y participaci�n en las campa�as e iniciativas cuyo fin es promover la paz.
· Respeto y aprecio a la naturaleza como expresi�n de la belleza y armon�a que el Creador ha puesto en ella.
· Valorar y respetar las instituciones democr�ticas, como instrumentos adecuados para lograr una pac�fica convivencia social.
· Rechazo de las actitudes y conductas que ponen en peligro los derechos y libertades por razones de raza, sexo, cultura y religi�n.

Nuestros objetivos

Los objetivos generales del Colegio Agustiniano se estructuran de manera progresiva en los tres niveles siguientes.
· Como centro educativo
· Como centro educativo cat�lico
· Como centro educativo cat�lico agustiniano
Como centro educativo
  1. Lograr la formaci�n integral de la persona mediante el desarrollo arm�nico de todas sus potencialidades f�sicas, psicol�gicas, socioculturales, transcendentes.
  2. Adquirir el respeto a los derechos y libertades fundamentales dentro de los principios democr�ticos de convivencia, haciendo del alumno una persona tolerante, libre, responsable y consciente de sus valores, y nunca desvinculado de los dem�s.
  3. Desarrollar las aptitudes personales estimulando la creatividad, la investigaci�n cient�fica y el esp�ritu cr�tico para poder participar activamente en la transformaci�n de la sociedad.
  4. Educar progresivamente a los alumnos desde la realidad social, cultural y cient�fica, en di�logo con las formas de vida, costumbres y tradiciones de la sociedad en que se desenvuelven.
  5. Favorecer la ense�anza personalizada y liberadora para que los alumnos sean ellos mismos art�fices de sus propia educaci�n, respetando la persona de cada educando, sus peculiaridades y ritmos de maduraci�n.
  6. Fomentar una actitud favorable a la paz, la cooperaci�n y solidaridad entre los pueblos, dando un esp�ritu cr�tico frente a las opciones totalizadoras de la ciencia o de la vida.
  7. Formar a los alumnos en el respeto al medio ambiente, favoreciendo las actitudes y conductas que se encaminan a valorar y proteger la naturaleza que nos rodea, como expresi�n de la obra creadora de Dios.
  8. Favorecer las diversas formas de trabajo en equipo y, a trav�s de ellas, la cooperaci�n, la solidaridad y la amistad.
  9. Potenciar el valor formativo del ocio y del tiempo libre, dando una gran importancia a la actividad deportiva, tanto en su vertiente de competici�n como en la puramente l�dica, y organizando grupos de amistad, kermess, exposici�n de trabajos, etc, para dar cauce a inquietudes religiosas, sociales y culturales.
  10. Favorecer la colaboraci�n continua de los profesores, como parte fundamental de la comunidad educativa, en la promoci�n y animaci�n de la acci�n educativa global.
  11. Conseguir la participaci�n de los padres, como primeros educadores de sus hijos, para mejor contribuir a la consecuci�n de los objetivos educativos.
  12. Evaluar peri�dicamente la labor de toda la comunidad educativa y de todos los elementos que integran el sistema, convirtiendo esta tarea en un est�mulo y una orientaci�n constante en la mejora de nuestra acci�n educadora.
Como centro educativo cat�lico
  1. Ofrecer una cultura humana abierta al mensaje de salvaci�n.
  2. Transmitir a los alumnos una educaci�n cristiana que vivencie personal y comunitariamente la fe.
  3. Formar a nuestros alumnos para que act�en en la vida personal y comunitaria seg�n criterios y actitudes evang�licos.
  4. Impartir una ense�anza religiosa escolar de acuerdo a las orientaciones de la Iglesia Cat�lica.
  5. Acompa�ar en la fe y en la vivencia progresiva de la vida sacramental en un marco de respeto y libertad.
  6. Anunciar expl�citamente el mensaje salvador de Jes�s sobre el Reino de Dios, procurando que este Reino se haga realidad en el colegio.
  7. Cultivar la educaci�n moral de los alumnos en la noble dimensi�n personal y social.
  8. Animar toda la actividad pastoral del colegio desde el departamento de Educaci�n en la Fe.
Como centro educativo cat�lico agustiniano
  1. Educar para el estudio, la reflexi�n y la interioridad con el fin de descubrir las verdades, y con la ayuda de la gracia, encontrar la Verdad que se revela en Cristo.
  2. Lograr que los alumnos, con nuestra cercan�a, se sientan aceptados, satisfechos y felices en su trabajo, en las relaciones con los profesores y compa�eros y en todas las actividades de la vida del Colegio.
  3. Iniciar a los alumnos en la vivencia de la amistad como proceso de apertura a los dem�s y a la transcendencia.
  4. Conseguir un di�logo permanente entre fe y cultura para llegar al hombre que busca a Dios en la experiencia personal y en el progreso de la ciencia.
  5. Construir una comunidad educativa aut�nticamente cristiana, que se caracterice por una responsabilidad activa en la opci�n por un proyecto de hombre seg�n el Evangelio y nuestra identidad agustiniana.
  6. Cuidar esmeradamente las relaciones interpersonales entre la comunidad religiosa, profesores, personal no docente, alumnos y padres de familia, como medio fundamental para la eficacia de nuestra labor educativa.
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