COCHES ARGENTINOS
© 2008 • ClubE-MailInicio • Libro de visitas: FirmarLeer
La Industria Automotriz Argentina en los Años Sesenta

Valiant III y IV

>>>>Los modelos Valiant III y IV -modelos que correspondían a los Dodge Dart de 1963 y 1966, respectivamente- fueron fabricados por Chrysler Argentina entre 1963 y 1969, con una producción entre ambos modelos de unas 39.500 unidades. "Es un automóvil demasiado veloz para el hombre que no le interesa manejar bien. No obstante, la suspensión y amortiguación reforzada le dan algo del aire Gran Turismo que buscó la fábrica", dijo la revista Parabrisas del Valiant IV GT.

El Origen Americano del Valiant III y IV

 

A lo largo de los años cincuenta, la marca Dodge se había ubicado en el sector medio-bajo de la corporación Chrysler, por encima del Plymouth y por debajo del De Soto y del Chrysler. Cuando comenzó la década del sesenta, los tres grandes presentaron modelos compactos en sus marcas del sector bajo (Ford, Chevrolet y Plymouth), pero en los años siguientes, dado el innegable éxito de este tipo de automóviles, los compactos comenzaron a extenderse a otras marcas. Incluso General Motors tuvo el atrevimiento de presentar un compacto basado en el Nova en su marca Oldsmobile, ubicada apenas por debajo del Cadillac. Chrysler, más cauto, se limitó a presentar un Dodge con el estilo Valiant en 1961, bajo el nombre de Lancer. Un poco por encima del precio de éste y con la carrocería de los Dodge “grandes”, estaba el modelo Dart.
Pero en 1962 tanto la División Dodge como la Plymouth, dentro de Chrysler, cometieron uno de esos errores de criterio que tantos millones han costado a las compañías y, dado el éxito de los compactos, decidieron reducir la escala de toda su línea, que además adoptó ciertas ideas del Valiant (o Lancer, en el caso del Dodge). Las ventas se desplomaron.
Recién en 1963 pudieron recuperar algo de terreno ambas marcas, introduciendo modelos del tamaño “correcto”. Y en el caso del Dodge, en un intento por hacer olvidar el pasado “pequeño” de la marca, se decidió trasladar el nombre Dart de los autos “normales” a los compactos, en reemplazo del de Lancer. De hecho, el Dodge Dart tenía una distancia de entre ejes 12,70 cm más larga que la del Valiant de Plymouth. Y la estrategia resultó acertada. Este primer Dart compacto vendió cerca de 90.000 unidades más que el Lancer de 1962. El motor que equipaba el modelo era el de 170 pulgadas cúbicas y 101 HP, pero podía optarse a costo extra por el motor de 225 pulgadas y 145 HP.
En 1964 el Dart se presentó casi sin cambios, a pesar de que el resto de la línea era completamente diferente a la del año previo. De hecho, la única novedad importante en los Dart fue la posibilidad de equipar un motor V8 de 273 pulgadas cúbicas y 180 HP, a pesar de lo cual el 89 por ciento de los autos vendido ese año salieron con el ya probado Slant Six.
En 1965, el Dart adquirió un aspecto algo extraño, ya que tenía una trompa heredada del modelo del año anterior y una cola que comenzaba a parecerse al modelo del año siguiente. De hecho, la principal novedad del año fue que el V8 podía ahora dotarse de un carburador de cuatro bocas que le daba al motor una potencia de 235 HP. Así el verdadero cambio llegó recién en 1966, con un estilo completamente rediseñado, con líneas más largas y más anchas, aunque la plataforma retenía la distancia entre ejes del año previo. Y tan bueno resultó que el Dart de 1966 se convirtió en el más exitoso modelo de la década dentro de la División Dodge.

 

La Historia del Valiant III y IV

 

La historia de Chrysler en la Argentina se remonta a 1916, cuando la empresa Julio Fevre y Cía. fue nombrada representante de Dodge Brothers en el país. En 1946, la entonces llamada Fevre y Basset S.A., adquirió unos terrenos en San Justo, provincia de Buenos Aires, donde inició la construcción de una planta industrial. Ya en 1957 se estaban ensamblando en ésta autos Volkswagen y camiones Krupp. En 1959, se creó la firma Chrysler Argentina, que se asoció con Fevre y Basset para formar Chrysler Fevre Argentina, con la intención de acogerse al régimen de promoción industrial impulsado por el presidente Frondizi e iniciar la producción de un automóvil. Tras producirse durante un par de años la pick-up D-100 y los camiones D-400, se lanzó, en 1962, el primer automóvil de la Chrysler fabricado en la Argentina: el Valiant. Este coche era fabricado ya desde hacía dos años en los Estados Unidos, primero con la marca Valiant y luego como Plymouth Valiant, y constituía el arma de Chrysler para competir con el Falcon y el Chevy II. Y dado que la misma competencia se había generado en la Argentina con el Falcon y con el Chevrolet 400 (equivalente al Chevy II), fue que Chrysler decidió producir el auto también localmente.
En la Argentina apareció con la denominación Valiant V-200 y tuvo una evolución que se denominó Valiant II (de aquí que su antecesor se conozca hoy como Valiant I). Esta versión, que apareció en 1963, conservaba la carrocería de su antecesor, incorporaba la mecánica más moderna y algunos detalles en los controles que aparecerían en el Valiant III, presentado a fin de ese mismo año.
Y aunque la mecánica era básicamente la misma (con un incremento en el desplazamiento de 2,8 litros a 3,7 litros, y de la potencia de 101 a 137 HP), la carrocería era completamente nueva, ya que la Chrysler local había decidido reemplazar las líneas del modelo Valiant de la división Plymouth por las del Dart de la Dodge. El coche resultaba así claramente más moderno, pero también menos espectacular.
Comparándolo con su par estadounidense, el Valiant III correspondía al Dart producido entre 1963 y 1965, así que cuando aquél fue reemplazado por un nuevo diseño en 1966, Chrysler Argentina decidió seguir esos pasos, dando nacimiento al Valiant IV. En realidad, el coche era estructuralmente el mismo, ya que durante la última etapa del Valiant III se le habían ido introduciendo varias modificaciones que luego aparecieron en el IV, como el panel de instrumentos con cuentakilómetros redondo. De hecho, entre el III y el IV las principales diferencias estaban en la trompa y la cola.
El Valiant IV se lanzó con tres modelos básicos: el Valiant, el Valiant Coronado y el Valiant GT (Gran Turismo). Los tres autos eran diferentes sólo en detalles, aunque el GT presentaba un cambio en el árbol de levas, en la cabeza de los pistones y en el carburador, llegando a equipar dos carburadores Holley o un Carter de dos bocas.
En 1967 el Valiant IV —ya con una integración del 95 por ciento de piezas nacionales— recibió su primera y única actualización, con modificaciones mecánicas dirigidas a dar una mejor performance, además de seis nuevos colores metalizados y una serie de tapizados alternativos.
Hasta 1969 se mantuvo en producción la línea Valiant, cuando se decidió discontinuar el nombre y reemplazarlo directamente por el de Dodge (aunque el nombre Valiant se mantuvo aún doce meses más en el modelo más austero de la gama Polara), que en definitiva de eso se trataba.
La producción total del Valiant IV fue de 14.131 unidades, con el siguiente detalle: 11.389 unidades del modelo Valiant IV, 1.617 del Coronado y 1.125 del GT.

 

Presentación del Valiant III
©PARABRISAS, Junio 1964

 

“Más largo” es el Valiant III con relación a su antecesor; tiene ahora 2,82 m entre ejes y su carrocería es, para nuestro país, completamente nueva. Recientemente, los representantes del periodismo fueron invitados a la presentación del nuevo producto de Chrysler Argentina – Fevre y Basset Ltda., en la planta que las dos firmas poseen en común en San Justo.
En las especificaciones mecánicas observamos los ya probados elementos mecánicos del Valiant II, incluyendo el ya famoso motor Slant Six, de seis cilindros, válvulas a la cabeza, y 3,7 litros, que desarrolla 137 HP, según la cifra dada a publicidad por la fábrica.
Una muy interesante modificación la encontramos en el uso de alternador para generar corriente eléctrica, en lugar de la dínamo que es usual en casi todos los coches de producción argentina, y aún en la mayoría de las marcas dentro del cuadro de producción mundial. El alternador, aun cuando su costo es mayor que el de una dínamo, ofrece la sensible ventaja de que carga aún con el motor a ralentí, y, además, la variación de carga es menos pronunciada que lo que suele ser habitual en el caso de la dínamo o generador. Por este motivo, la industria del mundo lentamente va tendiendo hacia esa variante.
La carrocería es muy bonita; su forma es la del Dart, producido en Estados Unidos y que nunca se comercializó en nuestro país. Sus líneas son bajas y penetrantes y hay buen gusto en sus detalles; tal vez la estilización de la trompa resulte algo confusa. El tablero está bien surtido de instrumentos y estos son de lectura clara y fácil.
Pudimos dar una vuelta a paso de tortuga en la pequeña pista de ensayos ubicada en la planta de San Justo. La reducida velocidad a que nos vimos obligados a circular no nos permitió opinar con fundamentos sobre las características del Valiant III, pero al menos pudimos probar la elasticidad en tercera, que resultó óptima, a pesar que el motor estaba en “cero kilómetros”.
Creemos que el Valiant III encontrará una sólida aceptación en nuestro mercado.

 

Hoy Probamos el Valiant III
©PARABRISAS, Enero 1965

Cuando alguien ve pasar un Valiant III, piensa automáticamente en la idea de “bote”. Es largo, es bajo, es ancho, mucho vidrio, ruedas chicas y todas las características visuales que dieron fisonomía propia a este tipo de automóvil impuesto por la industria americana. Hubo un momento en la historia automovilística de ese país en que “el más largo, más bajo, más ancho” dio paso a un nuevo concepto que se denominó “compacto”. Sin embargo, hoy se tiende de nuevo a agrandar los compactos, de los cuales el Valiant III es el más grande.
Desde el exterior, el Valiant presenta una línea desdoblada. De la tendencia netamente deportiva de la parte delantera, se pasa en la zona de la cola a una serie de filos que no condicen con la impresión formada al ver el coche de frente. Su perfil es también de lineamientos seudodeportivos. Las ruedas chicas (llantas de trece pulgadas), contribuyen en gran medida a dar la impresión de largo y bajo que evidentemente han buscado los diseñadores de esta carrocería. El espacio de vidrios con relación al volumen de la cabina es generoso y la inclinación de los mismos amplia visualmente la luminosidad de la misma. Los guardabarros delanteros, en este caso se diferencian notablemente del capó y parecen lo que son, los elementos de cobertura de las ruedas. Acá no se pretende disimularlos con otras funciones, ni hacerlos parte del capó ni nada por el estilo, y con eso se logra que se destaquen, simplificando tremendamente la conducción. Quedan determinados como puntos de referencia, cosa necesaria en ciertas circunstancias de manejo, en que la navegación a estima sustituye al cálculo directo.
Sobre los guardabarros traseros no puede decirse lo mismo. Una línea de carrocería corre a lo largo del borde superior del mismo hasta la zona del faro trasero de posición y, contrariamente a lo que podría suponerse, no sirve gran cosa como referencia. Aquí es donde la estima juega su última palabra, sobre todo para estacionar. Visto de costado, se aprecia inmediatamente el gran espacio que ocupan las puertas, sobre todo en el sentido longitudinal. No obstante su ancho, las puertas no ofrecen una entrada totalmente cómoda y esto puede deberse al hecho que el piso está “sumergido”, o sea que el umbral —si así pudiera llamarse— queda sobre nivel del piso. Luego, para entrar hace falta cierta acrobacia, no mucha pero algo, tanto adelante como atrás. Lo mismo puede decirse del “exit”.
Una vez sentado frente al volante, se experimenta una sensación de comodidad y amplitud, acentuada sin duda por la posición del volante, lejos del respaldo del asiento delantero. Esto merece un capítulo aparte. En general, los automóviles de manufactura americana tienen, a nuestro modo de ver, un defecto fundamental en su estudio ergonómico. El volante está demasiado cerca del respaldo delantero, o dicho de otra forma, el plano perpendicular que pasa por el centro del volante, en el sentido transversal con respecto a la marcha del auto, está demasiado alejado del plano similar que pasa por los pedales. En el caso Valiant, ambos planos están más cercanos y esto se traduce en una más cómoda posición de manejo, desde el momento en que el volante queda más alejado del respaldo del asiento, proporción que se conserva a través de todo el recorrido del asiento. Por otra parte, el volante cerca del cuerpo del conductor tenía razón de ser en automóviles con dirección dura, vehículos de otra época. Hoy esas cosas no suceden, los autos son más “blandos” y más cómodos. Y no hay razón entonces para adoptar remedios a una situación que ya no existe.
El diseño del interior es de lo mejor en automóviles grandes de industria nacional. A la vez, la disposición de los pedales es buena, bien dimensionados y espaciados, aunque tal vez el del acelerador debería adoptar una posición más vertical para que su accionamiento fuera más horizontal. La palanca del cambio de marchas es suave pero de recorridos y movimientos precisos. En el auto testeado, un desgaste del sincronizador de la tercera velocidad hacía que ésta “cantara” algunas veces al conectarla, sobre todo cuando se pretendía hacer el cambio muy rápido. Fuera de esto, la palanca de cambios muy buena, siguiendo la tradición de los Valiant anteriores. Los controles visuales también muy en “la onda”. Circulares, como corresponde, y bastante completos. Medidor de nafta, temperatura de agua y amperímetro. En el último caso siempre marcando carga, merced a los buenos oficios de un aparatito llamado alternador, cuyo mérito principal es la entrega de abundante cantidad de corriente eléctrica cuando gira a base de revoluciones (cuando el auto anda despacio). Diez puntos por el alternador. Hubiéramos preferido tal vez la inclusión de un manómetro de aceite y por qué no decirlo, un “giornaliero” en el velocímetro, que sirve para comprobar parciales de kilometraje.
El señor o señorita que oficia de acompañante del conductor encuentra poco espacio para las piernas. Para el que maneja este detalle pasa desapercibido porque en general anda con las piernas más encogidas por cuestiones de manejo. Pero el acompañante, que en la mayoría de los casos se aburre soberanamente, sobre todo en viajes largos, encuentra que sus rodillas tienen una tendencia especial a chocar contra la parte inferior del panel de instrumentos. El asiento en sí y el respaldo son cómodos y mullidos, al puro estilo americano, con corredera que a veces no funciona como debe.
Las levas levantavidrios y manijas de puertas están muy bien colocadas, dado que no chocan contra piernas o riñones en ningún momento. Lo mismo puede decirse del apoyabrazos, cómodo y bien ubicado aunque algo corto. Siguiendo con los controles, hablemos del climatizador, entre nosotros calefacción controlada. En el modelo III, este control es mecánico, ubicado en el medio del tablero, con tres tiretes que dejan pasar aire y agua caliente a voluntad por el radiador de calefacción, y control de ventilador de calefacción, además del paso hacia el parabrisas (desempañador). Lateralmente, bajo el tablero, existen dos entradas de aire fresco, que recomendamos no abrir luego de andar algún tiempo en tierra, por la cantidad de polvo que se acumula en la entrada del sistema y que invariablemente va a parar al interior del habitáculo. El espejo retrovisor, que algunas personas usan solamente para ver las caras de los que van atrás, tiene un sistema de “noche y día” que cambia el ángulo del reflector del vidrio, con lo cual se neutralizan las molestas luces de los faros de los que vienen atrás, permitiendo ver a la vez, con una cierta inclinación de cabeza, la posición de los mismos. Este espejo cubre ampliamente la luneta trasera y asegura una buena visibilidad.
El asiento trasero ofrece muchas comodidades. Es ancho y profundo y no tiene fierros raros en su armadura. El espacio para las piernas es generoso, no obstante recomendamos a los ocupantes del asiento posterior cuidado al cruzar o descruzar las piernas, dado que los inevitables puntapiés dados al respaldo del asiento delantero, se transmiten con notable facilidad a la espalda del que va adelante. Tres pasajeros pueden ir adelante, sobre todo si se considera al ancho del asiento; pero el que va al medio tiene que aguantarse el túnel de transmisión. Atrás se repite el principio de ubicación, pero con un túnel mucho más bajo.
Hablemos de manejo. El conductor cómodo y bien ubicado. El automóvil, con su sistema de cebador automático no tiene problemas de arranque en frío y levante temperatura en pocos segundos. Manejando, se tiene la impresión de andar en Chris-Craft, por lo menos en cuanto a la suspensión se refiere. Muy pocos o ningún ruido de la carrocería, aún luego de recibir abundante “leña”. En realidad, en cuanto a aceleración y velocidad máxima, creemos que el automóvil testeando estaba por debajo de su verdadera performance pero a pesar de todo “empuja” lo suficiente como para no temer las competencias de luz verde. La estabilidad longitudinal, buena sin viento, cambio radicalmente con viento de lado, aún sin ser este muy fuerte. A esto se le suma la gran multiplicación de la dirección (más de cinco vueltas de volante de tope a tope), que impide corregir con la necesaria prontitud los efectos desviacionistas del viento. En curvas cerradas y veloces puede inducirse un neto sobreviraje con un golpe de volante y acelerador. En curvas abiertas, la condición de subvirante se hace mucho más notable.
La suspensión es decididamente blanda y los amortiguadores más blandos aún. Para un andar en ciudad, relativamente despacio, muy buena. Para andar en la ruta, le falta, lo mismo que a la presión de gomas recomendada. En este caso, con la recomendación de gomas blandas se busca que éstas ayuden a crear la impresión de alfombra mágica, pero las alfombras mágicas nunca fueron seguras para frenar y doblar. En cuestión de frenos, estos resultaron estables, tanto en la prueba de distancia como en las progresivas de frenado, que no se pudieron completar por quedar las cubiertas en estado desastroso. Aprovechamos la oportunidad para incluir en este texto una reflexión general a los fabricantes de automóviles y de cubiertas. Las velocidades actuales exigen cubiertas mejores, no sólo por desgaste sino por la resistencia a la deformación y afines, como tránsito en lluvia. Tal vez llegue el momento de ofrecer la opción de cubiertas especiales, por lo menos para los automóviles de más velocidad y sería muy interesante que provinieran de la industria nacional. En cuanto a la visibilidad, buena para adelante (7 metros) y lado izquierdo (2,3 m), no tanto para la derecha (4,4 m) y hacia atrás (7,9 m).
En resumen, mucho confort americano en el conjunto, menos performance que la esperada y un andar suave y mullido a bajas velocidades. En alta, algo de desviaciones laterales, no importantes. Buen frenaje en cuanto a estabilidad de los elementos frenantes y una necesidad urgente de cubiertas de otra calidad que las comunes.

Datos Técnicos del Road Test

Rendimiento es una palabra muy pronunciada hoy día, a la que se le asignan una serie de poderes mágicos que sirven para salir del paso en cualquier momento, y para determinar cualquier característica del automóvil. Sin embargo, en mecánica, el concepto tiene aplicaciones muy particulares, y en ningún momento puede referirse al automóvil en conjunto. El rendimiento total de un auto sólo es una función de su dueño, que se interesa por ciertas características y deja de lado otras. Por eso es que las pruebas y resultados deben ser específicos, para que cada persona pueda decidir cuáles son los datos que más le interesan.
Este test fue realizado por el personal técnico de la revista Parabrisas, señores Ronald Hansen, Guillermo Mártire y Emilio del Valle (n.), contando con la presencia del Sr. Ricardo García Navarro, de Chrysler Argentina Fevre y Basset. En las pruebas de aceleración y frenado en el Autódromo del Parque Almirante Brown, condujo la unidad el piloto de fábrica, Sr. Carlos Larraque.
x
Especificaciones Básicas del Chevrolet Super Probado
Motor de seis cilindros en línea, 3.667 cm3, compresión de 7,3 a 1. Potencia máxima 137 HP (SAE) a 4.000 rev/min. Relaciones finales: 1º 9,27 a 1, 2º 5,40 a 1, 3º 3,07 a 1, ma 12,13 a 1.
x
Error del Velocímetro
Velocidad auto (km/h)
20
40
60
80
100
120
Velocidad real (km/h)
20,3
40
57,6
75
92
117
x
Prueba de Velocidad Máxima en cada Marcha
Primera
66 km/h
Segunda
128 km/h
Velocidad máxima
150,6 km/h
x
Prueba de Aceleración.
Con el mismo velocímetro anterior, se controla el tiempo que el automóvil emplea en alcanzar velocidades crecientes de 20 en 20 kilómetros por hora. Se obtiene de este modo una idea exacta de la mejor aceleración del automóvil.
De 0 a 40 km/h
3,4 s
De 0 a 60 km/h
5,9 s
De 0 a 80 km/h
10,9 s
De 0 a 100 km/h
17,5 s
De 0 a 120 km/h
22,0 s
De 0 a 500 m
22,6 s a 111 km/h
De 0-100-0 km/h
18,6 s
x
Prueba de Reacción
En esta prueba se acelera el coche en una determinada marcha, sin introducir cambios.
De 40 a 80 km/h (en 2º)
6,9 s
De 40 a 80 km/h (en 3º)
10,0 s
De 40 a 100 km/h (en 3º)
16,4 s
De 40 a 120 km/h (en 3º)
21,8 s
x
Prueba de Empuje
Se comprueba aquí el empuje máximo que recibe el automóvil en cada marcha, por medio de un instrumento de precisión llamado Performance Meter marca Tapley, tipo R. Las mediciones resultan en kilogramos de empuje por tonelada de automóvil.
En 2da
150 kg/ton a 71 km/h
En 3ra
106 kg/ton a 106 km/h
x
Prueba de Arrastre
Esta es la más interesante de las pruebas realizadas con el Tapley, dado que con ella se obtiene una clara idea del arrastre o frenaje que efectúan sobre el automóvil sus rodamientos, engranajes y condiciones aerodinámicas. Se realiza con el aparato en posición, llevando el automóvil hasta una velocidad de 100 km/h, y apretando el pedal de embrague, para desconectar el motor de las ruedas motrices, pero dejando que éstas sufran el frenado producido por el arrastre de los engranajes de la caja de velocidades. Cuanto menor sea el arrastre, mayor es la cantidad de HP del motor que llegan a las ruedas motrices. Esta medición es independiente del peso del auto.
En el caso del Valiant III fue de 37 kg/ton.
x
Prueba de Frenado
La prueba se refiere al aguante y la capacidad de recuperación de los elementos frenantes, y se realiza deteniendo el automóvil a 0 desde los 80 km/h, diez veces consecutivas sin dejar que las campanas y demás elementos se enfríen y recuperen su eficacia original. De este modo, se obtienen diez mediciones de distancia de frenado, que irán creciendo a medida que aumente el número de mediciones. Hasta este Road Test, las frenadas se producían a partir de determinado punto de referencia conocido de antemano por el piloto; pero pretendiendo reflejar la más absoluta realidad, esto es, incluir el tiempo de reacción de quien pilotea, decidimos que el impulso motor de señal para iniciar la frenada sea imprevisto. Este tiempo de reacción, aceptado técnicamente como 0,5 segundos para un hombre de reflejos normales, determina que el vehículo que se desplaza a velocidades uniformes recorra espacios determinados. Estos espacios son 2,7 metros a 20 km/h, 5,5 a 40, 8 a 60, 11 a 80, 14 a 100 y 16,5 metros a 120 kilómetros por hora. En consecuencia, la distancia total de frenado se debe desdoblar en la distancia recorrida en el tiempo de reacción más la distancia efectiva de frenado. Esta última es la que realmente necesita el vehículo para detenerse. El sistema adoptado para los frenajes es el siguiente: el navegante, o copiloto, dispara una pistola cargada con proyectiles de tiza apuntando al suelo. De este modo queda indicado en el suelo el lugar a partir del cual comenzó el proceso. El auto se detiene, se mide y se anota. En la tabla de abajo, la primera columa indica la distancia recorrida en el tiempo de reacción; la segunda la distancia efectiva de frenado, y la tercera indica la distancia total recorrida, esto es, la suma de las dos cifras anteriores.
 
Reacción
Efectiva
Total
De 20 a 0 km/h
2,7 m
1,3 m
4,0 m
De 40 a 0 km/h
5,5 m
5,5 m
11,0 m
De 60 a 0 km/h
8,0 m
17,1 m
25,1 m
De 80 a 0 km/h
11,0 m
27,3 m
38,3 m
De 100 a 0 km/h
14,0 m
48,5 m
62,5 m
De 110 a 0 km/h
16,5 m
59,3 m
75,8 m
x
Pruebas de Consumo
Realizadas sobre ruta y ciudad, estableciendo consumos a distintas velocidade.
Km / hora
40
60
80
100
120
Ciudad
Km / litro
11,2
10,6
9
7,6
5,4
5,6
x
Prueba de Impermeabilidad
Agua (utilizando un tunel de lavado a una presión de 80 lbs/pulg2): Escasas filtraciones por el borde inferior de la puerta delantera derecha. Tierra: Filtraciones por los marcos de las puertas y filtraciones abundantes en el baúl.
x
Pruebas de Nivel Sonoro
Donde se considera el nivel óptimo por debajo de los 62 decibeles (db). Entre 70 y 80 db se calcula el ruido producido por una fábrica promedio.
A 60 km/h en Directa. Altura cabeza conductor
72 db
A 60 km/h en 4º. Asiento trasero
73 db
Motor a ralentí. A 3 m prolong. ideal salida escape
50 db
Bocina a 30 m
82 db
Paso del coche a 60 km/h. A 10 m
65 db
x
Diámetros de Viraje
Hacia la izquierda, 12,10 metros; a la derecha, 11,85 metros.

 

Valiant IV GT y Coronado

Presentación del Valiant IV
©PARABRISAS, Agosto 1966

Recientemente, Chrysler Fevre Argentina presentó la versión “IV” de su Valiant. Observamos en este coche un completo rediseño de la trompa, completamente distinta a la del valiant III, aunque el resto de la carrocería es igual. El tablero también es completamente nuevo, observándose el mismo volante del modelo anterior. Hay nuevos tapizados y una nueva gama de colores. Mecánicamente hay pocas modificaciones. Se ha usado un puente trasero DANA-30 con una relación de mando final de 3,07 a 1. El motor es el ya conocido “Slant Six” de 3,7 litros, potencia 137 HP a 4.000 rev/min, par 28,5 mkg a 2.400 rev/min. La relación de compresión es de 7,3 a 1. Medida de cilindros 86,4 x 104,77 milímetros. Continúa el uso del alternador de 12 voltios, 40 amp/h, con acumulador de 48 amp/h. El sistema de alimentación comprende un carburador de tiro vertical, de una sola boca, marca Holley. La caja de velocidades tiene tres marchas, la primera no sincronizada, siendo sus relaciones de 3,02 a 1 en primera, 1,76 a 1 en segunda, 1 a 1 en tercera (directa) y 3,95 a 1 en marcha atrás. La suspensión delantera es por barra de torsión, la trasera convencional a elásticos laminares. Hay un generoso tanque de combustible de 68 litros y el peso del vehículo en orden de marcha es de 1.325 kilos. Como equipo de norma, el Valiant IV ofrece apoyabrazos en las cuatro puertas, lavaparabrisas, calefacción, encendedor, bocinas duales, radio, cubiertas de banda blanca, etc.
Siguiendo la política impuesta el año pasado, el modelo “normal” de Valiant es completado por dos versiones: Coronado (de lujo) y Gran Turismo o GT (de alta performance). El Coronado —mecánicamente igual que el IV normal— tiene vidrios polarizados con accionamiento eléctrico, techo plateado con cubierta vinílica, asientos especiales con tapizado gris, etc. Se suministra solamente en negro. El GT tiene mayores diferencias con respecto al normal. Sus dos carburadores, algunas diferencias en el árbol de levas y otros detalles, le otorgan una potencia (según declaraciones de la fábrica) de 180 HP a 4.800 rev/min. La palanca de cambios está ubicada en el piso, entre ambos asientos de tipo butaca, y posee además una consola central en la cual va montado un cuentavueltas electrónico Comind, equipo de norma en esta versión, un cenicero y una guantera. Son también de norma en este modelo los cinturones de seguridad para los cuatro asientos.

 

Test del Valiant IV GT
©PARABRISAS, Septiembre 1966

Chrysler ha fabricado un aparato que hoy por hoy es lo más poderoso en cuestión de automóviles de gran serie en nuestro país. Esto lo sabíamos antes de probarlos. Después de ello pudimos concretar en cifras y opiniones en qué magnitud es más veloz, más confortable, más GT que los botes que producen otras fábricas. Sobre todo, ver hasta que punto es GT el GT de Valiant.
Un GT, por lo menos como se entiende en el mundo, es un automóvil que puede ser derivado de un modelo de serie o bien ser hecho especialmente. En ambos casos, lo que lo distingue de los demás es su sabor netamente deportivo y ciertas características de performance y seguridad de marcha que lo alejan fundamentalmente del auto equivalente producido en gran serie. El GT de Valiant no cumple con estos requisitos, por lo menos en su totalidad. La diferencia con el auto de serie es más nominal que real; apenas toca como punto principal el incremento de la potencia del motor, con lo cual se obtienen algunos kilómetros más por hora, siendo los demás cambios de menor importancia.
Desde el punto de vista estético, con el nuevo cambio de trompa, el Valiant ha conseguido poner orden en el diseño general del automóvil, que de esta manera presenta una unidad de dibujo mayor que en el modelo anterior. Si bien masiva y muy cromada, la trompa es más moderna y condice mejor con lo demás del auto. Los nuevos faros de cola le dan el toque horizontal que necesitaba el estilo. La polémica se establece en cuanto se habla del techo vinílico, en donde las reminiscencias de “coupé de ville” chocan con el sentido moderno de Gran Turismo. Comprendemos mejor este diseño en el modelo Coronado. El dibujo de la trompa, en la parte inferior del paragolpes, revela una falta de algo, que hace que de frente se vean muchos fierros de suspensión y soportes de motor y carrocería. Las ruedas de mayor diámetro quedan bien, dándole un cierto aspecto de robustez que necesitaba urgentemente.
El Valiant es un auto grande, tal vez el más grande que se fabrica en el país. Grande de adentro y de afuera, tal como se supone al verlo en la calle. Las puertas están generosamente realizadas como para permitir una fácil entrada y salida, tanto a los asientos delanteros como traseros. El conductor encuentra una posición cómoda, comprobada por la ausencia de cansancio luego de muchas horas de ruta. El volante está demasiado cerca del respaldo del asiento, de acuerdo con el diseño americano, demasiado cerca también para la idea de un verdadero Gran Turismo. Tal vez sea más correcto decir que el plano vertical que pasa por el centro del volante está demasiado alejado del plano, también vertical, que pasa por los pedales. De este modo, corriendo el asiento hacia atrás, para conseguir una posición más estirada de los brazos, también se alejan los pedales. Esto es independiente de la estatura del conductor. Como solución transitoria recomendaríamos respaldos reclinables.
El diseño en sí de los asientos es una mezcla del típicamente americano, entre los dibujados de acuerdo con la muñeca Chrysler, y lo que se usa como asientos en automóviles GT europeos. Resultan muy cómodos y mullidos sin llegar a la deformación de los cojines y respaldos. Ambos asientos delanteros están separados por un apoyabrazos rebatible a voluntad, aditamento de relativo uso pero que viste. Pasando a la parte de atrás el panorama cambia. Si bien cada uno de los asientos es tan cómodo como los de adelante, el hecho de ser dos en vez de uno corrido, limita en gran medida las posibilidades turísticas y familiares del automóvil. También aquí los asientos quedan separados por un apoyabrazos rebatible a voluntad. Para mayor confort de los pasajeros, de los cuatro pasajeros, tiene cinco encendedores, uno en cada uno de los apoyabrazos fijos traseros, otro entre ambos asientos traseros, otro en la consola que alberga el cuentarrevoluciones y finalmente otro debajo del tablero para el conductor. El sexo débil encontrará sin lugar a dudas una falta grave: no tiene espejo en el parasol del lado derecho. Asimismo, el conductor deplorará no conseguir recorrer diez kilómetros con el espejo retrovisor fijo en el lugar en que tan cuidadosamente lo colocó.
La terminación no está, decididamente, de acuerdo con su precio. Hemos tenido ocasión de comparar la terminación de detalles entre el modelo GT y el Valiant común y encontramos la diferencia demasiado notable en favor del segundo. Esto se nota especialmente en la factura del tapizado del tablero, en la manera en que está pegado el revestimiento de plástico. También en el diseño general del tablero impera un sentido de ascetismo que no condice con el precio del auto.
Los controles son los clásicos de un automóvil de caja mecánica. Tres pedales bien separados y muy cómodos para el conductor, palanca de cambio de marchas situada al costado del túnel de transmisión, de movimiento muy duro y muy largo, que conspira contra la rapidez de un cambio apurado. La perilla de la palanca tiene un borde más o menos filoso, que se pone en evidencia cuando se hacen los cambios, dada la dureza de la caja. El panorama desde el “puente de mando” es amplio, deja pocas zonas oscuras en relación al tamaño del auto. Un conductor de estatura promedio (1,70 m) puede ver el camino a la izquierda a 900 mm, y a la derecha a 4.500 mm; hacia adelante, puede observar el ancho total del camino a 7.800 mm, y hacia atrás a 8.600 mm. En cuestión de visibilidad, la del Valiant GT es inobjetable.
El GT trae un cuentarrevoluciones que, como pudimos comprobar, funcionó a la perfección. El único inconveniente de orden práctico reside en la ubicación. El conductor no puede mirarlo directamente sin distraer su atención del camino. La solución de compromiso que se adoptó en este caso para no incluirlo en el diseño del tablero, no es feliz. El tablero de instrumentos es visible y bien ubicado. Las lecturas se realizan con facilidad y comprobamos para nuestro placer que la única luz de idiota es la que controla la presión en el circuito de aceite.
En el manejo en ciudad, se ponen por primera vez de manifiesto cierta tendencias de auto “urgente”. El motor revela síntomas de apuro. No regula en baja por debajo de las 900 rev/min, por lo que el manejo tipo “bote” no es posible. Es necesario usar mucho la caja de velocidades si se pretende estar siempre al frente. De hecho, el tránsito en la ciudad se realiza casi siempre en segunda, porque a las velocidades ciudadanas la tercera no tiene salida. Todavía los dos carburadores no han hallado su punto óptimo de ajuste, dado que el auto tiene una tendencia al ahogo bastante notable. también el rebaje a primera velocidad se dificulta por las toses que hace el motor en cuanto se acelera fuerte desde abajo. Una vez que el conductor consigue poner de acuerdo caja y acelerador, el Valiant literalmente “se pierde de vista”. Las cifras de aceleración obtenidas por Parabrisas lo muestran como el más picador de los autos de industria nacional. La puesta en marcha es difícil. El automóvil testeado por Parabrisas se ahogaba con mucha frecuencia. Luego, para ponerlo en marcha era necesario olvidarse completamente del pedal del acelerador y darle arranque sin lástima. Lo mismo rige para el arranque en frío. por suerte, un potente alternador se encarga de recargar la batería. En resumen, no es un auto ágil pero lo que le falta de agilidad lo suple ampliamente con el empuje y la aceleración.
En ruta la cosa cambia de aspecto, sobre todo si la ruta no tiene demasiadas curvas. Es el más veloz indudablemente y el que puede sin riesgos de motor mantener un crucero elevado. Cuatro mil revoluciones, régimen todavía de seguridad, lo llevan en directa a la friolera de 160 kilómetros por hora reales, mucho más de lo que se puede realizar con cualquier otro auto fabricado aquí. Para las curvas, la receta es tomarlas despacio. A alta velocidad se manifiesta una acentuada tendencia al sobreviraje que no es muy fácil de controlar a causa de la gran desmultiplicación del mecanismo de dirección. El mecanismo de dirección obliga por su diseño a un exagerado número de vueltas de tope a tope, y esto, si bien es una ventaja en la liviandad del movimiento, suma puntos en contra en cuanto se pretende hacer una maniobra rápida en el más puro estilo GT.
Los frenos son suficientes para velocidades de hasta ciento cuarenta kilómetros por hora, aunque es necesario aprender a manejarlos. No es cuestión de pisar fuerte porque ese es el momento en que el auto se desbanda y puede suceder cualquier cosa. La técnica en este caso consiste en hacer una serie de sucesivas, rápidas y fuertes frenadas. Los vientos laterales no influyen para nada en la marcha en línea recta aunque sí lo hace el camino, cuando tiene esos lomos desparejos. En mojado, anda por donde él quiere. En cuanto a llevar equipajes, ningún problema. En el baúl cabe un Isetta de chichorro. Además, tiene luz, cosa que no sucede en el “cofano motore”.
El motor es “picante” por su puesta a punto, aunque los dos carburadores van a dar algo de trabajo todavía. El distribuidor queda algo oculto por la inclinación del motor. Los demás elementos, bien a la vista. Como accesorio, recibimos el auto con una radio que funcionó a las mil maravillas. No puede decirse lo mismo de la llave de encendido y de la llave del limpiaparabrisas y de la calefacción (se desconectan con frecuencia los tubos).
La economía no existe a velocidades superiores a los ciento veinte kilómetros por hora, pero los lujos hay que pagarlos, y evidentemente es un lujo andar más ligero que los demás. La performance es, sin duda alguna, brillante en cuanto a aceleración y velocidad de crucero. No tanto en la velocidad máxima obtenida por Parabrisas, que llega a los 162 kilómetros por hora (en una corrida alcanzó impresionantes 176 km/h, pero a la vuelta apenas 150). Conclusiones: Es un automóvil demasiado veloz para el hombre que no le interesa manejar bien. No obstante, la suspensión y amortiguación reforzada le dan algo del aire Gran Turismo que buscó la fábrica.

Evaluación
Motor
78,3
  Manejo sinuoso
63,3
Frenos
50,0
  Consumo
46,6
Cambios
45,0
  Visibilidad
61,6
Suspensión
63,3
  Terminación
63,3
Estabilidad
56,6
  Estética
61,6
Capacidad interior
56,5
  Confort
70,0
Capacidad baúl
83,3
  Accesibilidad
61,6
Aceleración
88,3
  Controles
65,0
Manejo ciudad
58,3
  Accesorios
66,6
Manejo llanura
71,6
  Promedio
62,67
El Detalle que Más nos Gustó: Aceleración (3 votos)
El Detalle que Menos nos Gustó: Tenida en sinuoso (2 votos), Frenos (1 voto)

Datos Técnicos del Road Test

Rendimiento es una palabra muy pronunciada hoy día, a la que se le asignan una serie de poderes mágicos que sirven para salir del paso en cualquier momento, y para determinar cualquier característica del automóvil. Sin embargo, en mecánica, el concepto tiene aplicaciones muy particulares, y en ningún momento puede referirse al automóvil en conjunto. El rendimiento total de un auto sólo es una función de su dueño, que se interesa por ciertas características y deja de lado otras. Por eso es que las pruebas y resultados deben ser específicos, para que cada persona pueda decidir cuáles son los datos que más le interesan.
Este test fue realizado por los señores Raúl H. Burzaco, Ronald Hansen, Emilio del Valle (n.) y Guillermo Mártire. En las pruebas de aceleración y frenado, realizadas en el Autódromo Municipal Parque Almirante Brown, condujo la unidad el piloto de fábrica Sr. José Menniti.
x
Error del Velocímetro
Automóvil (en km/h)
20
40
60
80
100
120
Real (en km/h)
23
45,5
67
94
107
134
x
Prueba de Velocidad Máxima
Se toma sobre un kilómetro lanzado en sentidos opuestos, para anular la posible influencia del viento. La medición se realiza con un velocímetro perfectamente calibrado.
En el caso del Valiant IV GT, la velocidad máxima alcanzada fue de 162 kilómetros por hora.
x
Prueba de Velocidades de Cambio de Marchas.
De 1ra a 2da
60 km/h
De 2da a 3ra
90 km/h
x
Prueba de Aceleración.
Con el mismo velocímetro anterior, se controla el tiempo que el automóvil emplea en alcanzar velocidades crecientes de 20 en 20 kilómetros por hora. Se obtiene de este modo una idea exacta de la mejor aceleración del automóvil.
De 0 a 20 km/h
1,7 s
De 0 a 40 km/h
3,0 s
De 0 a 60 km/h
6,0 s
De 0 a 80 km/h
8,1 s
De 0 a 100 km/h
12,0 s
De 0 a 120 km/h
18,5 s
De 0 a 60 mph
10,5 s
De 0 a 500 m
21 s a 135 km/h
De 0-100-0
16,8 s
x
Prueba de Reacción.
En II - de 40 a 80 km/h
5,7 s
En II - de 40 a 100 km/h
10,2 s
En II - de 60 a 100 km/h
6,8 s
En III - de 40 a 80 km/h
11,0 s
En III - de 40 a 100 km/h
18,7 s
En III - de 40 a 120 km/h
27,8 s
En III - de 60 a 100 km/h
16,6 s
En III - de 60 a 120 km/h
20,6 s
En III - de 80 a 120 km/h
15,7 s
x
Prueba de Empuje
Se comprueba aquí el empuje máximo que recibe el automóvil en cada marcha, por medio de un instrumento de precisión llamado Performance Meter marca Tapley, tipo R. Las mediciones resultan en kilogramos de empuje por tonelada de automóvil.
En 2da
163 kg/ton a 70 km/h
En 3ra
95 kg/ton a 110 km/h
x
Prueba de Arrastre
Esta es la más interesante de las pruebas realizadas con el Tapley, dado que con ella se obtiene una clara idea del arrastre o frenaje que efectúan sobre el automóvil sus rodamientos, engranajes y condiciones aerodinámicas. Se realiza con el aparato en posición, llevando el automóvil hasta una velocidad de 100 km/h, y apretando el pedal de embrague, para desconectar el motor de las ruedas motrices, pero dejando que éstas sufran el frenado producido por el arrastre de los engranajes de la caja de velocidades. Cuanto menor sea el arrastre, mayor es la cantidad de HP del motor que llegan a las ruedas motrices. Esta medición es independiente del peso del auto.
En el caso del Valiant GT, el arrastre total a 100 kilómetros por hora fue de 55 kilogramos por tonelada.
x
Prueba de Frenado
La prueba se refiere al aguante y la capacidad de recuperación de los elementos frenantes, y se realiza deteniendo el automóvil a 0 desde los 80 km/h, diez veces consecutivas sin dejar que las campanas y demás elementos se enfríen y recuperen su eficacia original. De este modo, se obtienen diez mediciones de distancia de frenado, que irán creciendo a medida que aumente el número de mediciones. . Hasta abril de 1964, las frenadas se producían a partir de determinado punto de referencia conocido de antemano por el piloto; pero pretendiendo reflejar la más absoluta realidad, esto es, incluir el tiempo de reacción de quien pilotea, decidimos que el impulso motor de señal para iniciar la frenada sea imprevisto. Este tiempo de reacción, aceptado técnicamente como 0,5 segundos para un hombre de reflejos normales, determina que el vehículo que se desplaza a velocidades uniformes recorra espacios determinados. Estos espacios son 2,7 metros a 20 km/h, 5,5 a 40, 8 a 60, 11 a 80, 14 a 100 y 16,5 metros a 120 kilómetros por hora. En consecuencia, la distancia total de frenado se debe desdoblar en la distancia recorrida en el tiempo de reacción más la distancia efectiva de frenado. Esta última es la que realmente necesita el vehículo para detenerse. El sistema adoptado para los frenajes es el siguiente: el navegante, o copiloto, dispara una pistola cargada con proyectiles de tiza apuntando al suelo. De este modo queda indicado en el suelo el lugar a partir del cual comenzó el proceso. El auto se detiene, se mide y se anota. En la tabla de abajo, la primera columa indica la distancia recorrida en el tiempo de reacción; la segunda la distancia efectiva de frenado, y la tercera indica la distancia total recorrida, esto es, la suma de las dos cifras anteriores.
De 20 a 0 km/h
2,7 m
2,15 m
4,85 m
De 40 a 0 km/h
5,5 m
4,40 m
9,90 m
De 60 a 0 km/h
8,0 m
18,60 m
26,60 m
De 80 a 0 km/h
11,0 m
22,80 m
33,80 m
De 100 a 0 km/h
14,0 m
42,30 m
56,30 m
De 120 a 0 km/h
16,5 m
61,50 m
78,00 m
x
Pruebas de Consumo.
A 40 km/h constantes
9,0 km/l
A 60 km/h constantes
8,2 km/l
A 80 km/h constantes
7,6 km/l
A 100 km/h constantes
6,8 km/l
A 120 km/h constantes
5,5 km/l
A 140 km/h constantes
4,2 km/l
x
Pruebas de Nivel Sonoro
Donde se considera el nivel óptimo por debajo de los 62 decibeles (db). Entre 70 y 80 db se calcula el ruido producido por una fábrica promedio.
A 60 km/h en 4º. Altura cabeza conductor
72 db
A 60 km/h en 4º. Asiento trasero
70 db
Motor a ralentí. A 3 m prolong. ideal salida escape
77 db
Bocina a 30 m
79 db
Paso del coche a 60 km/h. A 10 m
69 db
x
Pruebas de Impermeabilidad
Realizada la prueba de lavado a presión, no se registraron filtraciones de agua.
x

Características Técnicas del Valiant IV GT

 

El más potente de los automóviles producidos hasta ahora en nuestro país, al menos por las declaraciones de catálogo, el Valiant IV en su versión GT tiene los mismos elementos mecánicos que el modelo común de 137 HP, pero con algunas importantes diferencias. De ellas, seguramente la más destacada es el empleo de dos carburadores Holley en lugar de uno, además de un árbol de levas modificado. Estos cambios son suficientes para otorgarle al GT una potencia de catálogo de 180 HP SAE, equivalentes a la nada despreciable relación de 0,8 HP por pulgada cúbica de cilindrada (el motor Slant Six “grande” tiene 225 pulgadas cúbicas de cilindrada). Dicho de una forma más habitual para nosotros, el Slant Six de dos carburadores desarrolla casi 50 HP por litro, que es un buen valor para un coche de uso de calle, especialmente cuando es de cilindrada relativamente generosa. El Jaguar XK 120, en su primera versión, tenía solamente 44,5 HP/litro SAE, con similar cilindrada, relaciones internas bastante similares y la ventaja de dos árboles de levas sobrepuestos. La potencia máxima se alcanza a 4.800 rev/min; la cupla motriz de 31 kgm (220 libras/pie) se logra a 2.400 rev/min.
Como se sabe, el nombre “Slant Six” significa “seis inclinado”, lo que define bastante el motor. Faltaría decir que tiene válvulas a la cabeza accionadas por botadores, varillas y balancines, en la modalidad convencional. La inclinación del block tiene por objeto reducir levemente la altura del capó y al mismo tiempo permitir más libre acceso a ciertos componentes, aunque el distribuidor, por ejemplo, se encuentra “debajo” del block y no está, por consiguiente, a mano. Las dimensiones internas son de 86,35 x 104,77 mm (3.40” x 4.12”), cilindrada 3.687 cm³ (225 in³). Con relación al Slant Six “chico” de 2,7 litros (que sólo equipó al Valiant I), se ha aumentado la cilindrada variando el recorrido del pistón. El cigüeñal gira sobre cuatro cojinetes de bancada de metal Babbitt con refuerzo de acero en la aleación, y las bielas son forjadas, sección l, con cojinetes del mismo tipo que los de bancada. El árbol de levas es único, lateral, y gira sobre cuatro cojinetes antifricción. Su mando es a cadena. Los botadores son del tipo mecánico. Las válvulas de admisión y escape no son iguales. Las de escape son más grandes que la de admisión (41 mm contra 34 mm), y si para las de admisión se usa un acero manganésico al carbono, las de escape, más exigidas, emplean acero cromoníquel manganésico tratado al nitrógeno para mayor dureza.
Los carburadores son Holley de una sola garganta y bomba de pique. El cebador es manual. La bomba de nafta es mecánica a leva, del tipo convencional, y además del filtro de aire del carburador, trae un filtro de nafta de cartucho descartable. El tanque de combustible, en el modelo GT, es de 70 litros. El sistema eléctrico es de 12 voltios y tiene alternador en lugar del generador más habitual. El encendido es a bobina con regulador de voltaje, distribuidor, etc. La lubricación se logra mediante una bomba de engranajes y su funcionamiento está verificado por una luz de advertencia que se enciende en el tablero cuando la presión del sistema no llega a un mínimo preestablecido. El sistema de lubricación incorpora un filtro de aceite en derivación, de cartucho descartable. El enfriamiento es también convencional, con bomba de agua, termostato y radiador de hileras. El ventilador es de 4 palas, y el termostato abre a 82º C; es sistema funciona bajo una presión de 1 kg/cm², prácticamente 1 atmósfera, cifra bastante elevada.
En el caso del Valiant GT, el mando de la caja de velocidades es de palanca al piso, con un varillaje de adaptación del sistema que hoy es convencional. La caja es de tres marchas, con la segunda y tercera sincronizadas. Las relaciones internas son las siguientes:

1ra
3,02 a 1
2da
1,76 a 1
3ra
1,00 a 1
MA
3,95 a 1

O sea que en combinación con la desmultiplicación final de 3,31 a 1 (las versiones común y Coronado tienen 3,07 a 1), arroja las siguientes relaciones totales:

1ra
9,99 a 1
2da
5,82 a 1
3ra
3,31 a 1
MA
13,07 a 1

Siguiendo el esquema que ya se ha hecho tradicional para los coches de la línea internacional Chrysler, el Valiant, en todas sus versiones, tiene suspensión delantera independiente por barras de torsión longitudinales con amortiguadores telescópicos. El sistema es de parrillas, el llamado “paralelogramo deformable”, tomada la barra de torsión a la parrilla inferior de cada lado. La suspensión trasera es de ballestas o elásticos con amortiguadores telescópicos. Los frenos son convencionales a campana, duo-servo de simple acción, con servoayuda. La dirección es del tradicional sistema americano de bolillas recirculantes. Las dimensiones generales del auto son las siguientes:

Largo máximo
5,040 mm
Ancho máximo
1.773 mm
Alto máximo
1.377 mm
Distancia entre ejes
2.820 mm
Trocha delantera
1.420 mm
Trocha trasera
1.410 mm
Diámetro de giro (der.)
11,30 m
Diámetro de giro (izq.)
11,15 m
Neumáticos
6,95 x 14

 

1967 Valiant IV

Valiant Más Potentes
©PARABRISAS, Diciembre 1967

Chrysler Fevre Argentina S.A. presentó los renovados Valiant IV. Ahora son cuatro los modelos ofrecidos. Recientemente fue incorporado el Valiant Standard, con un menor precio de venta que el Valiant IV, un tapizado menos costoso y sin las opciones de lujo de este último. La planta motriz sigue siendo el Slant Six con 7,3 a 1 de compresión y 137 HP a 4.000 rev/min. En el motor del Valiant IV y del Coronado se introdujeron modificaciones de detalle que se traducen en un incremento de la potencia. Un distribuidor de nuevo diseño reduce las posibilidades de pérdidas de corriente por inducción, generalmente motivadas por recalentamiento, desgaste y suciedad. Con pistones para alta compresión se llevó la relación a 8,4 a 1. Un nuevo árbol de levas, con un cruce de 16ª mejora las características de alimentación del motor. La fábrica explica que estas mejoras se traducen en economía de operación y aumento de potencia, que ahora es de 145 HP a 4.000 rev/min, habiéndose llevado el par motor máximo a 215 lb/ft a 2.400 rev/min. En el motor del Gran Turismo lleva un nuevo carburador de dos bocas con cebador automático y difusores de 36 mm de diámetro (aproximadamente). El cruce del árbol de levas del Valiant GT es de 26º y también incorpora un nuevo distribuidor.
Además de las lacas acrílicas pastel ofrecidas hasta ahora, los Valiant de la nueva serie presentan una gama de seis colores metalizados brillantes. En el interior se han modificado los tapizados, que ahora se ofrecen en nuevos tonos y diseños diferentes, que insinúan, mediante almohadillados en relieve, una división en cuatro “butacas”, a pesar de que la capacidad sigue siendo de seis personas. Se trata en general de cambios menores de detalle que actualizan este modelo que tantos adeptos tiene en nuestro medio, pero sin desactualizar los modelos anteriores. Con esto se consigue mantener el valor de reventa de los autos de la marca.

 

Test del Valiant IV
©PARABRISAS, Enero 1968

Henos aquí de nuevo en nuestra función más querida, que consiste en probar autos. El de hoy es un Valiant IV, lo más refinado que produce Chrysler Argentina en cuestión rodado, y que lleva ese sello de algo así como suntuosidad que ha caracterizado a los autos de la marca a través de su trayectoria industrial en la República Argentina.
El motor es un seis cilindros en línea inclinados treinta grados hacia la derecha, que con un diámetro de cilindros de 86,36 mm y carrera de pistones de 104,7 mm, resulta un motor “largo”, con todas las ventajas que esto significa y con los inconvenientes también. La potencia máxima, 137 HP SAE, se consigue a las 4.000 rev/min y el torque, máximo también, a unas meras 2.400 rev/min, con 28,46 kgm. Todo esto con 7,2 a 1 de compresión y uso de nafta especial.
Las características constructivas del motor, sólido, sin sofisticaciones, clásico, dan como fin una unidad motriz confiable y muy elástica, muy apta para el uso ciudadano por su “salida” de abajo. De hecho, la segunda velocidad sale casi de “cero”. Sin vibraciones aparentes, consigue un andar suave aunque es muy celoso de carburación, dicho esto en el sentido de que cualquier inconveniente en el carburador, por pequeño que sea, se siente en el andar del motor. La caja de velocidades es de tres marchas hacia adelante y una de retroceso, con las siguientes relaciones:

1ra
2,797 a 1
2da
1,551 a 1
3ra
1,000 a 1
Marcha atrás
3,796 a 1

La relación del eje trasero es de 3,07 a 1, sensiblemente más larga que la que viene provista en el Valiant IV GT. Del uso de la caja de velocidades surge una conclusión. La segunda es muy corta y si en el caso de manejo ciudadano resulta conveniente, en la ruta crea cierto tipo de problemas. Hoy los camiones y los ómnibus de larga distancia andan muy ligero y la segunda del Valiant IV se pone difícil arriba de los ochenta o noventa kilómetros por hora. A esa velocidad, la “reprise” del auto en tercera no es lo que no hubiera querido. Andando más rápido, esta circunstancia deja de ser tan notable. el embrague fue encontrado muy celoso, mereciendo mucha atención de parte del conductor, aunque el hecho de ser celoso significa que es liviano, otra virtud más para sumarla a las de “manejo en ciudad”.
La suspensión delantera es independiente, con barra de torsión como elemento propio y amortiguadores telescópicos hidráulicos. Atrás, el convencional eje rígido sostenido y suspendido por el más convencional aún juego de ballestas longitudinales semielípticas. El equilibrio de la suspensión está bien logrado, en cuanto al ineludible compromiso de conciliar un blando andar para la ciudad y una suspensión más firme para la ruta. En el caso del Valiant IV testeado, la suspensión se comportó en forma correcta, absorbiendo sin mayores problemas nuestros estupendos baches ciudadanos y, a la vez, proveyendo una confortable marcha en ruta hasta 130 km/h. La diferencia de peso entre el automóvil cargado (cinco-seis pasajeros) y liviano (dos pasajeros) no alcanza a marcar una diferencia apreciable en el comportamiento de la suspensión, que permite viajes a la banquina y muchos pozos tomados ligero.
En el rubro controles incluimos aquellos “visuales”, es decir, lo que comúnmente se da en llamar instrumental. Todos funcionaron correctamente, pero el tirete de conexión de luces se confunde a menudo con el limpiaparabrisas, que se sale de lugar. Lamentamos la ausencia de luz de guiño, aunque no esté dentro de los cánones americanos. Los instrumentos visuales están bien dispuestos y no queda ninguno fuera de la dirección normal de la vista del conductor. Aplaudimos el amperímetro y más aún el alternador, que da mucha seguridad por su capacidad de reponer la carga de la batería andando a baja velocidad. Los pedales están espaciados al estilo americano; esto quiere decir que no existe la posibilidad de apretar dos, por descuido al mismo tiempo. En realidad el instrumental es ortodoxo, en diseño y estilo; luego, resulta funcional y cómodo.
La aceleración es, para resumir el concepto, discreta. Para un automóvil de su precio y de su tamaño no llega a la frontera que separa lo discreto de lo brillante. Hemos obtenido marcas de 0 a 100 km/h que nos dan un promedio de 15 segundos. Creemos que otra unidad tal vez podría superar esas marcas. Consideramos de todas maneras que de acuerdo con su peso y con los HP declarados por la fábrica, la cifra de aceleración debiera mejorarse. La aceleración, tomada así en frío como de autódromo, no traduce, salvo idealmente, lo que sucede en la calle, en el pique de la luz verde, en que nadie se tira a acelerar a fondo. Por eso es que los Valiant son autos “de punta” en la ciudad, ayudados en los primeros metros de la acelerada, que los hace realmente rápidos, por el par motor que se obtiene a bajas revoluciones. En la ruta, en la gama de velocidades que va desde los setenta a los cien km/h, la respuesta al acelerador es lenta y sobre todo alrededor de los noventa km/h, en que se está entrando en el límite de la segunda velocidad.
El consumo de nafta, los kilómetros de camino que el automóvil recorre por litro de combustible, cualquiera sea la velocidad a que circula, es una función que no debe ser tomada sino a título comparativo con vehículos de prestaciones similares. En este orden de ideas, el Valiant IV es económico. A velocidades del orden de los 120 km/h, el consumo de combustible arroja una medición de 5,1 kilómetro por litro de nafta (102 km con 20 litros, siguiendo el sistema de las latas de nafta). Esto sucede con cinco-seis personas y equipaje. A 100 km/h, la cantidad de kilómetros a recorrer con un litro de nafta asciende a 5,9 (118 con 20). En ciudad es donde el consumo resulta más variable, dependiendo de la forma en que se maneja. La bomba de pique del carburador entrega un generoso chorro de nafta cada vez que se presiona el acelerador con intenciones aviesas, y eso cuesta. Manejando tipo taxímetro se pueden conseguir marcas de 6 km/h.
A pesar de su enorme desarrollo, la industria americana del automóvil y por ende las proyecciones de ella, siguen considerando los frenos del automóvil como una cuestión secundaria de seguridad. Los diseños de sistemas de freno en los automóviles de producción masiva pagan el impuesto interno de fábrica al dios de la reducción de costos, en mayor medida que otras partes constitutivas del automóvil, que hacen a la estética. Los sistemas de campana de fundición, sin posibilidades de enfriamiento, como en el caso Valiant y tantos otros de producción nacional, tienen serias limitaciones, que no son notables en el tránsito ciudadano, para el cual se bastan, pero sí en las circunstancias extremas. El Valiant IV testeado tenía servo freno, aparato que mediante vacío ayuda en la tarea de presionar el pedal. Este servo no permite el retorno del pedal a la velocidad requerida, sobre todo en frenadas de mucho apuro en que para impedir el desplazamiento lateral del vehículo es imperativo accionar el pedal en forma rápida y continua.
El público, en su expresión masiva, está acostumbrado ya a los autos grandes. En ciudad anda cómodo. El sistema de dirección, tal vez demasiado multiplicada para mentalidades deportivas, ayuda en las maniobras de estacionamiento y no impone demasiado esfuerzo en el tránsito ciudadano. La reducción de la segunda velocidad hace que con esta marcha se cubra una zona de velocidad que en otros autos de la competencia directa exige un urgente pase a primera. La tercera (directa), si no se la apura, sale también de abajo y sirve para transitar suave cantando bajito. En caso de necesidad de aceleración, si el que maneja puede conectar la primera sin hacer demasiado escombro (léase: no sincronizada), el auto sale “allegro con brio”.
A pesar de ser un auto grande, el área de puntos no visibles es reducida en proporción al tamaño. En el caso del valiant GT, con la misma carrocería y disposición general de elementos, la visibilidad se notaba restringida con respecto a este modelo, por la altura del cojín del asiento. Al subir éste, las zonas oscuras se reducen. La altura inferior del techo permite un cojín más alto aún. El parabrisas es casi plano, con lo que coloca en la tendencia moderna de diseño, que va hacia un plano frontal de vidrio en lugar de las excesivas curvaturas que sólo consiguen deformar la imagen del “rabo del ojo”. Con el asiento del conductor corrido completamente hacia atrás, el parante izquierdo cae dentro de una zona de visibilidad muy importante y para ciertos conductores resulta molesto. El parante existirá hasta que se logre una burbuja de vidrio sin distorsiones, resistente al impacto, atérmica, filtrante de radiaciones cercanas al infrarrojo, bonita y por sobre todas las cosas, barata. Hasta entonces nos resignamos al incómodo parante del lado izquierdo. Hacia atrás, con el auxilio de los costados rectos, la visibilidad es buena. El espejo retrovisor interior permite ver la línea del horizonte, cosa que automóviles europeos sólo lo logran con virtuosismo de diseño, porque es muy difícil reemplazar el tamaño por otra cosa.
La comodidad o incomodidad de un viaje en ruta depende en gran manera de conservar o no al automóvil dentro de sus límites naturales. En velocidades de alrededor de los ciento veinte por hora, el Valiant IV responde con toda corrección, en lo que sea a estabilidad en recta, tenida en curva, etc. De allí para arriba, sin llegar a “límites-límites”, el auto exige más atención de parte de su conductor y una mayor anticipación en las contingencias de la marcha, en los frenados, en los sobrepasos, en las curvas, etc. La posición de manejo es cómoda, ubicada siempre dentro del diseño americano, porque tiene la virtud de poner el plano vertical del volante más o menos cerca del de los pedales. El accionamiento de la palanca del cambio es suave y neto, con correcta ubicación de las marchas y como sucede en casi todos los diseños americanos, el taco y punta se realiza con toda facilidad, si uno tiene la precaución de apretar el freno con el taco.
Las escobillas del limpiaparabrisas tienen un diseño especial desarrollado por Chrysler en 1962 que hace que se peguen al vidrio, permitiendo barridos eficaces a altas velocidades. Hemos probado automóviles más veloces que al no tener este dispositivo u otro similar, proveían un barrido deficiente andando ligero.
Este automóvil fue en su país de origen un “compacto grande”, cuando la competencia entre marcas y el sentir del mercado comprador dejó de encandilarse con la idea de un auto chico por fuera y grande por dentro, idea que no fue nada más que eso, solamente idea, porque un compacto chico es chico por fuera y por dentro también, por lo menos al uso americano. Ergo, los compactos se hicieron más grandes y nuestro Valiant IV es el exponente casi primario de la tendencia. Seis pasajeros, si no son muy gordos, pueden ubicarse con relativa comodidad y la cantidad de niños que entra es bastante importante. El baúl también es generoso y la rueda de auxilio, bajo el nivel del piso, no impide la estiba de gran cantidad de valijas, baúles y hasta alguien que quiera entrar “colado” a algún lado.
Correcta terminación, en pintura y en tapicería, tanto como en detalles de vaguetas, colizas y todo ese tipo de cosas que se llama “trim” y que si no está bien sujeta se cae. No se cayó nada. Los cierres de capó y puertas revelan un consciente trabajo de ajuste, y en los lugares en que un ojo algo experimentado esperaría encontrar masilla o estaño agazapados debajo de la pintura, no hay nada más que base y chapa estampada.
El Valiant IV es lo que se dice un auto “liviano”. Liviano el volante, los frenos, el embrague, liviano para manejar. No llega a ser “femenino”, pero sí muy suave. Bien terminado y silencioso, cubre un mercado más ciudadano que rutero.

Evaluación
Motor
70,0
  Visibilidad
75,0
Transmisión
50,0
  Manejo ciudad
80,0
Frenos
50,0
  Manejo ruta
70,0
Suspensión
75,0
  Capacidad interior
65,0
Controles
75,0
  Terminación
90,0
Aceleración
60,0
  Promedio
69,16
Consumo
70,0
     
El Detalle que Más nos Gustó: Suspensión (2 votos), Alternador 81 voto)
El Detalle que Menos nos Gustó: Frenos (1 voto), 2º corta (2 votos)

Datos Técnicos del Road Test

Rendimiento es una palabra muy pronunciada hoy día, a la que se le asignan una serie de poderes mágicos que sirven para salir del paso en cualquier momento, y para determinar cualquier característica del automóvil. Sin embargo, en mecánica, el concepto tiene aplicaciones muy particulares, y en ningún momento puede referirse al automóvil en conjunto. El rendimiento total de un auto sólo es una función de su dueño, que se interesa por ciertas características y deja de lado otras. Por eso es que las pruebas y resultados deben ser específicos, para que cada persona pueda decidir cuáles son los datos que más le interesan.
Este test fue realizado íntegramente por los señores Raúl H. Burzaco, Ronald Hansen, Emilio R. del Valle (n.).
x
Error del Velocímetro
Automóvil (en km/h)
20
40
60
80
100
120
Real (en km/h)
25
39,4
60,1
80
100,5
112,6
x
Prueba de Velocidad Máxima
Se toma sobre un kilómetro lanzado en sentidos opuestos, para anular la posible influencia del viento. La medición se realiza con un velocímetro perfectamente calibrado.
En el caso del Valiant IV, la velocidad máxima alcanzada fue de 157,500 kilómetros por hora.
x
Prueba de Aceleración.
Con el mismo velocímetro anterior, se controla el tiempo que el automóvil emplea en alcanzar velocidades crecientes de 20 en 20 kilómetros por hora. Se obtiene de este modo una idea exacta de la mejor aceleración del automóvil.
De 0 a 20 km/h
2,0 s
De 0 a 40 km/h
4,9 s
De 0 a 60 km/h
6,5 s
De 0 a 80 km/h
11,2 s
De 0 a 100 km/h
15,0 s
De 0 a 120 km/h
19,2 s
De 0 a 500 m
22,9 s a 115 km/h
De 0-100-0
18,4 s
x
Prueba de Reacción.
En II - de 40 a 80 km/h
6,6 s
En III - de 40 a 80 km/h
10,5 s
En III - de 40 a 100 km/h
17,2 s
En III - de 40 a 120 km/h
23,0 s
En III - de 60 a 100 km/h
13,0 s
En III - de 60 a 120 km/h
20,2 s
En III - de 80 a 120 km/h
13,9 s
x
Prueba de Empuje
Se comprueba aquí el empuje máximo que recibe el automóvil en cada marcha, por medio de un instrumento de precisión llamado Performance Meter marca Tapley, tipo R. Las mediciones resultan en kilogramos de empuje por tonelada de automóvil.
En 2da
157,50 kg/ton a 41 km/h
En 3ra
72,00 kg/ton a 90 km/h
x
Prueba de Velocidades de Cambio de Marcha
De 1º a 2º
52 km/h
De 2º a 3º
85 km/h
x
Prueba de Frenado
La prueba se refiere al aguante y la capacidad de recuperación de los elementos frenantes, y se realiza deteniendo el automóvil a 0 desde los 80 km/h, diez veces consecutivas sin dejar que las campanas y demás elementos se enfríen y recuperen su eficacia original. De este modo, se obtienen diez mediciones de distancia de frenado, que irán creciendo a medida que aumente el número de mediciones. . Hasta abril de 1964, las frenadas se producían a partir de determinado punto de referencia conocido de antemano por el piloto; pero pretendiendo reflejar la más absoluta realidad, esto es, incluir el tiempo de reacción de quien pilotea, decidimos que el impulso motor de señal para iniciar la frenada sea imprevisto. Este tiempo de reacción, aceptado técnicamente como 0,5 segundos para un hombre de reflejos normales, determina que el vehículo que se desplaza a velocidades uniformes recorra espacios determinados. Estos espacios son 2,7 metros a 20 km/h, 5,5 a 40, 8 a 60, 11 a 80, 14 a 100 y 16,5 metros a 120 kilómetros por hora. En consecuencia, la distancia total de frenado se debe desdoblar en la distancia recorrida en el tiempo de reacción más la distancia efectiva de frenado. Esta última es la que realmente necesita el vehículo para detenerse. El sistema adoptado para los frenajes es el siguiente: el navegante, o copiloto, dispara una pistola cargada con proyectiles de tiza apuntando al suelo. De este modo queda indicado en el suelo el lugar a partir del cual comenzó el proceso. El auto se detiene, se mide y se anota. En la tabla de abajo, la primera columa indica la distancia recorrida en el tiempo de reacción; la segunda la distancia efectiva de frenado, y la tercera indica la distancia total recorrida, esto es, la suma de las dos cifras anteriores.
De 20 a 0 km/h
2,7 m
1,10 m
3,80 m
De 40 a 0 km/h
5,5 m
8,20 m
13,70 m
De 60 a 0 km/h
8,0 m
13,60 m
24,60 m
De 80 a 0 km/h
11,0 m
13,70 m
24,700 m
De 100 a 0 km/h
14,0 m
48,20 m
62,20 m
De 120 a 0 km/h
16,5 m
69,50 m
89,00 m
x
Pruebas de Consumo.
En ciudad
6,0 km/l
A 80 km/h constantes
6,7 km/l
A 100 km/h constantes
5,9 km/l
A 120 km/h constantes
5,1 km/l
x
Pruebas de Nivel Sonoro
Donde se considera el nivel óptimo por debajo de los 62 decibeles (db). Entre 70 y 80 db se calcula el ruido producido por una fábrica promedio.
A 60 km/h en 4º. Altura cabeza conductor
66 db
A 60 km/h en 4º. Asiento trasero
67 db
Motor a ralentí. A 3 m prolong. ideal salida escape
60 db
Bocina a 30 m
80 db
Paso del coche a 60 km/h. A 10 m
69 db
x
Pruebas de Visibilidad
Esta prueba determina a qué distancia el conductor puede ver la totalidad del camino. Medida tomando como modelo a un conductor de 1,75 metros de altura.
Hacia adelante
6,30 m
Hacia atrás
7,10 m
A izquierda
0,80 m
A derecha
4,00 m
x
Dimensiones Generales del Auto
Largo total
5.040 mm
Ancho total
1.773 mm
Alto total
1.371 mm
Trocha delantera
1.420 mm
Trocha trasera
1.410 mm
Distancia entre ejes
2.820 mm

 

Cuadro Clínico del Valiant
(Valiant III y IV)

©PARABRISAS, Febrero 1967

Tras fabricarse durante 1962 y 1963 automóviles Valiant basados en el Valiant original de la Plymouth, en abril de 1964 apareció un coche de nuevo estilo que, aunque conservaba el nombre Valiant estaba basado en el Dodge Dart. Fue denominado Valiant III. De líneas modernas y más sobrias, la carrocería cambia radicalmente de diseño y aumenta notablemente de tamaño, con una distancia entre ejes de 2.819 mm, trochas de 1.422 y 1.409 mm y un largo total de 4.975 mm. Sin embargo, los grandes cambios mecánicos ya se habían hecho el año anterior, en el Valiant II de viejo diseño. El motor, al aumentar la carrera del pistón en una pulgada, había pasado de 2.770 cm³ a 3.687 cm³. También se había aumentado la relación de compresión de 7,2 a 1 a 7,3 a 1, y se había colocado un alternador en reemplazo de la dínamo.
Aunque dada la mayor longitud del coche, en el Valiant III se modificaba la relación del eje trasero, con respecto al Valiant II, de 3,55 a 3,07 a 1. El carburador, ahora fabricado localmente, es de marca Holley.
Durante 1965 se sigue fabricando el mismo modelo III con ligeros cambios en el tablero de instrumental y mandos del calefactor. Las llantas se llevan a 14 x 5 pulgadas, para aprovechar las nuevas cubiertas de “hombro redondo” de 640 x 14. sin embargo, la multiplicación total del vehículo no varía con este cambio de rodado, ya que las nuevas cubiertas, también llamadas de “perfil bajo”, tiene prácticamente el mismo radio efectivo que las anteriores 640 x 13.
En junio de 1965 se introducen dos variantes: el Gran Turismo y el Coronado. El Gran Turismo se diferencia por tener un múltiple de admisión con dos carburadores, también Holley, pistones convexos para compresión de 8,2 a 1, un árbol de levas más “picante” con más cruce (24º en lugar de 8º), butacas individuales adelante y atrás, la palanca de velocidades “en el piso” con un mando de varillas pero a la misma caja, un cuenta revoluciones ubicado lejos de la visual normal del conductor, sobre una “consola” con guantera entre los asientos, y cinturones de seguridad. Exteriormente se reconoce por tener la parte delantera del techo cubierta por plástico negro rodeada por unas anchas molduras brillantes. El rodado es 6,45 x 14 y el eje trasero tiene una relación de 3,31 a 1.
El Coronado, modelo de súper lujo, con levanta cristales eléctricos, y tapizado en cuero gris, se fabrica únicamente en color negro con techo plateado adelante y vinilo atrás. El rodado es 645 x 13 y tiene las mismas especificaciones mecánicas que el Valiant III, que se sigue fabricando durante ese año.
En mayo de 1966 aparece un nuevo Valiant: el IV. Sin ninguna diferencia mecánica con el anterior, conserva la misma estructura de carrocería aunque cambiando notablemente el aspecto exterior, con nuevos guardabarros, capó, tapa de baúl, faros, parrilla y luces traseras. El largo total es ahora de 5.040 mm. Unas ligeras modificaciones en las suspensiones han aumentado el despeje del suelo en casi 4 centímetros. Se continúa la fabricación de los modelos GT y Coronado, pero adaptados a la nueva carrocería.
Como ya es habitual, para la confección de este cuadro hemos recabado información de diversas fuentes; talleres oficiales de concesionarios, talleres particulares y usuarios de la marca. Lógicamente no podemos indicar todos los casos pero sí los más frecuentes. En general estamos en presencia de un automóvil que no va al taller si no es para los ajustes normales de uso: carburación, encendido, limpieza y cambio de bujías, etc. Estas operaciones de puesta a punto se recomienda efectuarlas cada 20 a 25.000 kilómetros, para mantener la eficiencia del conjunto. Con esta atención y, lógicamente, los cambios de aceite indicados, el motor parece estar muy feliz, conociendo casos de kilometrajes elevados sin reparaciones. En el motor, el único punto débil parece ser la bomba de agua, cuyo cuerpo, de aluminio, por efecto de la corrosión electrolítica, se “pica”, llegando a perder agua.
La caja de velocidades, cuyo modelo es usado en los Estados Unidos únicamente en pick-ups, al sufrir menos esfuerzos en el coche, tiene una robustez que da la sensación de ser un poco pesada. Ruidosa cuando nueva, tarda bastante en asentarse, pero después de unos 5.000 kilómetros se vuelve agradable. La primera velocidad es ruidosa, si se trata de colocarla rápidamente estando el coche parado, pero si se espera un poco desde que se aprieta el pedal del embrague, a que la caja “pare”, se conseguirá que entre sin dificultad. Esto se debe a que la directa está montada con rodillos en lugar de bujes, lo que facilita que siga girando en vacío una vez desconectado el embrague. Lógicamente, esto se solucionaría con un sincronizador.
En el sistema de dirección no pudimos registrar problemas si no es un ligero golpeteo en la parte superior de la columna de dirección, el que no implica ningún peligro y que, para los exquisitos, se soluciona colocando un buje en la carcasa de la palanca de velocidades. El selector de cambios en la columna de la dirección se desgasta en algunos casos, reacondicionándose en el día.
Las suspensiones parecen ser inobjetables: nadie recuerda haber tenido que cambiar barras de torsión. Los amortiguadores sufren los mismos castigos, por nuestros malos pavimentos, que los demás automóviles. Los puntos de mayor desgaste parecen ser los bujes de goma de los tensores delanteros, cuyo cambio no ofrece dificultad. No se recomienda poner amortiguadores delanteros excesivamente duros, ya que causan el desplazamiento hacia afuera de todo el conjunto de guardabarros, pudiendo quedar una separación notable entre estos y el capó.
La instalación eléctrica bien diseñada y realizada, no presenta problemas. Nos indicaron una aparente falla en la llave de contacto: el motor se para al volver la llave a la posición de contacto luego del arranque. Puede deberse al enchufe múltiple que se encuentra a la izquierda sobre el torpedo. Se soluciona limpiando prolijamente los contactos de dicho enchufe, asegurándose de un buen contacto. En los primeros Valiant III, las luces traseras se muestran a veces un poco caprichosas. Esto se arregla reemplazando el tipo con bolillas (propio de los Valiant originales) por el nuevo, que tiene un perno que permite más tolerancia de movimiento. El interruptor de la luz de baúl es en el Valiant IV igual al de las puertas, en lugar del de ampolleta con mercurio, que a veces no funciona correctamente.
El alternador que equipa a los Valiant desde el modelo II parece no ofrecer problemas. Los electricistas recomiendan, para evitar gastos elevados de reparación, hacerlo revisar cada 20.000 kilómetros, procediendo a una limpieza y a un cambio de carbones. Nos dicen que la gran mayoría de los casos de fallas de este generador se deben a que no se desconectó uno de los cables de la batería al proceder a su carga. Los desperfectos del impulsor (Bendix) del arranque son debidos a la rotura de dientes de la corona de arranque, atribuible en algunos casos a exceso de dureza de dichos dientes.
La carburación no presenta dificultades aparte de las generales debidas a haber cargado combustible sucio, con agua, o viejo. La nafta, al envejecer, aparte de perder algunas de sus propiedades, tiende a formar una gomosidad que se deposita fácilmente en tanques, conductos y carburador, y es bastante difícil de disolver. En el caso del modelo GT, todavía no se ha logrado una correcta puesta a punto de la carburación. En general, el defecto se traduce en un ahogo excesivo del motor cuando está detenido. Como solución: mucho arranque y no tocar para nada el pedal del acelerador.
En el Valiant III se notan defectos en la pintura, que presentaba bastantes casos de “cáscara de naranja” y cuarteamiento. Un pequeño pero molesto ruido se presenta en los coches con rodado de 14 pulgadas, y se debe al golpear de las válvulas de aire de la cámara contra el cubre-rueda. Unos lo solucionan colocando un trozo de manguera de plástico transparente sobre la válvula, que sirve de amortiguador, y otros simplemente, giran ligeramente el cubre-rueda, de manera que la válvula apoye francamente en el borde del agujero, evitando su movimiento. Los primeros modelo de Coronado tiene serios problemas con los levanta cristales eléctricos, los que parecen haber sido solucionados en los últimos ejemplares.
Como todo mecanismo complejo, el automóvil debe recibir cuidados mínimos que son indicados detalladamente por los fabricantes en sus manuales, y que recomendamos sean seguidos minuciosamente, sobre todo si se trata de una unidad nueva. Si usted compra un automóvil de unos 50.000 kilómetros, y éste ha sido bien cuidado por su dueño anterior, enumeramos a continuación los cuidados mínimos de mantenimiento para evitar así mayores reparaciones, sin tener que visitar el taller asiduamente.

Trabajos a efectuar cada 6.000 kilómetros
1. Cambiar de aceite de motor y cambio de filtro de aceite
2. Revisar nivel líquido de frenos
3. Revisar lubricante eje trasero
4. Revisar lubricante caja de velocidades
5. Revisar lubricante caja de dirección
Trabajos a efectuar cada 12.000 kilómetros
1. Limpiar elemento de papel filtro de aire (en los de este tipo)
2. Cambiar aceite de filtro de aire (en los de este tipo)
3. Puesta a punto de motor
Trabajos a efectuar cada 25.000 kilómetros
1. Cambiar Filtro de nafta
Trabajos a efectuar cada 9.000 kilómetros
1. Cambiar elemento papel filtro de aire
2. Lubricar suspensión, dirección, cojinetes de rueda, crucetas
3. Cambiar lubricante caja de velocidades y eje trasero

 

Hosted by www.Geocities.ws

1