Esta ceremonia tiene miles de años, fue una de las primeras entregadas por El Creador al hombre, y está basada en la bendición y en la purificación del ser humano a través del liquido sagrado del agua y a través del calor de la vida.
En el Temazcal recordamos que venimos del vientre, que es donde uno es concebido, donde uno es alimentado como semilla para llegar a tener la unidad de todos los poderes del Universo.
Cuando entramos al Temazcal estamos volviendo al origen, de alguna manera nos retiramos a lo mas profundo de nuestro ser para desde allí tener la oportunidad de observar nuestra vida con una perspectiva desde la cual vemos la dimensión real de todo lo que nos rodea.
Dentro de esta oscuridad tenemos la oportunidad de encontrar la claridad, de vernos a nosotros mismos de la manera como realmente somos, y reconocer esos aspectos con los cuales ya no queremos caminar para así poder trabajar en nuestra transformación.
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