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Un factor indispensable para alcanzar un desarrollo
tecnológico propio; es la formación de ingenieros químicos capaces, que
desempeñen con seguridad y confianza las diversas actividades profesionales a
ellos encomendados, con pleno conocimiento de su interrelación con otros
profesionales y con capacidad para analizar en cada caso la repercusión de
su actividad profesional en la sociedad en que vive. Esto es imposible si no
logramos despertar en los estudiantes la inquietud, la necesidad intelectual que
los motive a adquirir los conocimientos científicos y tecnológicos
indispensables que los respalden en su vida profesional. Por tanto
conviene adecuar el Programa del Laboratorio de Ciencia Básica I con una
orientación propia de la ingeniería química, que despierte tempranamente, desde
el inicio de la carrera, la necesidad de los conocimientos
y que por consecuencia genere confianza en su propia cultura científica y
tecnológica.
Desde el punto de vista de
contenido, el programa de estudios se adecua incorporando diversos aspectos
relacionados con la ingeniería química, que se identifican con procesos y
operaciones unitarias, por ejemplo; se realizan reacciones químicas,
filtraciones, cristalizaciones, separaciones por cromatografía, extracción o
destilación, etc., así al manejar el lenguaje propio de la ingeniería química,
se introduce al alumno desde el primer semestre en el campo profesional.
La importancia de este
laboratorio es que; el alumno aprenda a seleccionar la información que le
permita plantear y diseñar experimentos a nivel básico, así como planear las
estrategias experimentales que lo conduzcan a la resolución de un problema y
finalmente analice y contraste los resultados experimentales con los teóricos,
para finalmente concluir y transmitir el conocimiento adquirido a través de un
informe escrito.
Lo anterior se puede lograr
mediante la organización del conocimiento en unidades de aprendizaje que
involucre diferentes procesos y operaciones unitarias relacionadas con la
materia a nivel introductorio y de laboratorio formativo.
Esta adecuación no estaría
completa sin una metodología de evaluación, en este sentido, a fin de lograr
dichos cambios en el programa; se incorporan los avances de la psicología
cognoscitiva a partir de una visión holística en la evaluación, en virtud de que
el programa de estudios está contemplado para un estudiante activo e integrado y
como consecuencia de que los alumnos llevan a cabo; tareas que requieren
pensamiento complejo, planeación y resuelven problemas, toman decisiones y
construyen argumentos, se establece una evaluación del desempeño, que comprenda
características de evaluación autentica y evaluación alternativa.
Finalmente, el gran desafío
que se nos presenta, tanto en nuestro papel de ingenieros químicos preocupados
por el futuro de nuestra profesión, como en el de educadores responsables de la
superación de nuestra respectiva casa de estudios, es el de llevar a cabo estas
adecuaciones.
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