Karl Korsch
La concepción materialista de la historia
Índice
Adhesión al aquí abajo
- Por materialismo, el filisteo entiende la glotonería, la embriaguez, la
codicia, los goces de la carne y un tren de vida fastuoso, la concupiscencia,
la avaricia, la avidez, el afán de lucro y la especulación en Bolsa, en una
palabra, todos los vicios sórdidos de los que él mismo es esclavo en secreto;
y por idealismo entiende la creencia en la virtud, en el altruismo universal
y, en general, en un “mundo mejor”, cualidades de las que alardea ante los
demás, pero en las que no cree él mismo más que cuando está atravesando el
período de malestar físico o de crisis que sigue necesariamente a sus excesos
“materialistas” habituales y que va repitiendo además de su estribillo favorito:
“¿Qué es el hombre? ¡Mitad ángel, mitad bestia!”
Federico Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana
(1888)
- El hombre quiso, para desgracia suya, franquear los límites de su esfera,
intentó lanzarse más allá del mundo visible, (...) descuidó la experiencia
para alimentarse de sistemas y de conjeturas, no osó cultivar la razón, contra
la cual se tuvo cuidado de prevenirle pronto; pretendió conocer su suerte
en las regiones imaginarias de otra vida en vez de soñar en ser feliz en la
estancia en que vivía.
Extracto del prefacio al Sistema de la naturaleza del materialista francés
D’Holbach (1770), en la edición de Helvétius (1774)
- En lugar de creer en una vida mejor, es queriéndola como la crearemos, pero
si la queremos, no permaneciendo aislados sino uniendo nuestras fuerzas; al
menos eliminaremos las injusticias crasas y los vicios atroces e indignantes
que hasta ahora ha sufrido la humanidad. Pero para querer esto, y para ponerlo
en obra, nos hace falta plantear como única religión verdadera el amor al
Hombre en lugar del amor a Dios; en lugar de la fe en Dios, la fe en el Hombre,
en su fuerza, la fe en el destino de la humanidad en tanto que este destino
no depende de un ser exterior o superior a ella sino de ella misma; plantear
que el único demonio del Hombre es el Hombre, el hombre grosero, supersticioso,
interesado, malo, pero también que su único Dios es el Hombre.
Ludwig Feuerbach (filósofo alemán contemporáneo de Marx y de Engels) 30º
curso dado en Heidelberg (1848/49)
- La vista sobre el otro mundo nos es cerrada. ¡Cuán insensato es aquel que
dirige sus miradas hacia ese lado y se imagina estar por encima de las nubes,
por encima de sus semejantes! Que se agarre firme a esta tierra; el mundo
no es mudo para el hombre que quiere algo. Para qué flotar en la eternidad,
todo lo que el hombre conoce puede cogerlo. Que prosiga, pues, su camino,
sin espantarse por los fantasmas, que marche, encontrará desgracia y dicha;
él, que siempre está descontento de todo.
Goethe, Fausto, 2ª parte, acto cinco
- Pero el hombre físico es real, y el hombre moral solamente problemático.
Schiller, Cartas sobre la educación estética del hombre (1795)
- Se decidió concebir el mundo real -la naturaleza y la historia- tal como
se presenta a cualquiera que lo aborde sin quimeras idealistas preconcebidas;
se decidió sacrificar implacablemente toda quimera idealista imposible de
conciliar con los hechos considerados en sus propias relaciones y no en relaciones
fantásticas. Y el materialismo no significa verdaderamente nada más.
Engels, Ludwig Feuerbach...
- Saber para prever, prever para prevenir.
Auguste Comte (filósofo francés, 1798-1857)
- Un espíritu potente suscita actualmente la ciencia; ésta manifiesta un deseo
insaciable de realidad y este deseo, ahora que las ciencias de la naturaleza
le han dado otra forma, quisiera partir a la conquista del mundo de la historia
y de la sociedad; quisiera abarcar, si es posible, el mundo en su totalidad
y dotarse de los medios de intervenir en la marcha de la sociedad humana.
Wilhelm Dilthey, Introducción al estudio de las ciencias humanas(1883)
- Es, pues, tarea de la historia, una vez disipado el más allá de la verdad,
establecer la verdad del aquí abajo.
Marx, Crítica de la filosofía del derecho
de Hegel (1844)
La cuestión de saber si la verdad objetiva es incumbencia
del pensamiento humano no es una cuestión teórica sino una cuestión práctica.
Es en la práctica donde el hombre debe probar la verdad, es decir, la realidad
y la potencia, el arraigo aquí abajo de su pensamiento.
Marx, Ad Feuerbach (1845)
- Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversas maneras,
se trata ahora de transformarlo.
Marx, Ad Feuerbach.
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