Helmut Wagner
Tesis sobre el bolchevismo
Índice
VII. LA REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE.
- El bolchevismo llamó a la revolución de Febrero la
revolución burguesa, y a la de Octubre la revolución
proletaria, para poder hacer pasar su régimen posterior
como dominación de la clase proletaria y su política
económica como socialismo. La absurdidez de esta división
de la revolución de 1917 se hace clara a partir de la sola
consideración de que, en ese caso, un desarrollo de siete meses
habría sido suficiente para crear los presupuestos económicos
y sociales de la revolución proletaria en un país que
había justamente entrado en el proceso de su revolución
burguesa, es decir, sería simplemente saltar toda una fase
de desarrollo económico y social que requeriría, cuando
menos, décadas. En realidad, la revolución de 1917 es
un proceso de transformación sucesiva (Umschichtungsprozeß)
totalmente unitario y social, que en su curso más exterior
comienza con el derrumbe del zarismo y que alcanza su apogeo en la
victoriosa insurrección armada de los bolcheviques el 7 de
noviembre. Este violento proceso de transformación sucesiva
es el de la revolución burguesa de Rusia bajo las peculiares
condiciones rusas, creadas históricamente.
- En este proceso, el partido de la intelectualidad jacobina revolucionaria
tomó el poder sobre las dos oleadas sociales del alzamiento
de masas, la campesina y la proletaria, y estableció en lugar
del triángulo de poder estallado, zarismo-nobleza feudal-burguesía,
el nuevo triángulo gobernante, bolchevismo-campesinado-clase
obrera. Así como el aparato estatal del zarismo gobernaba
sobre las dos clases poseedoras volviéndose independiente,
así el nuevo aparato estatal bolchevique comenzó él
mismo a volverse independiente de su doble base de clase. Rusia pasó
de las condiciones del absolutismo zarista a las del absolutismo
bolchevique.
- La política de los propios bolcheviques alcanza, en el período
de la revolución, su nivel más alto en la recuperación
y dominación de las fuerzas de clase de la revolución.
Llega a la culminación de su táctica revolucionaria
en la preparación y ejecución de la insurrección
armada. La cuestión del alzamiento violento se convirtió
para los bolcheviques en la cuestión de una acción militar
exacta, fijada hasta en la fecha y planificada, cuya cabeza --así
como fuerza impulsora y decisiva-- es el partido bolchevique con sus
formaciones militares. La concepción, preparación y
ejecución de la insurrección armada por los bolcheviques
lleva el cuño evidente de la política de la conspiración
jacobina (por otro lado, en la Revolución rusa la única
posible), es decir, de la insurrección bajo las peculiares
condiciones de la ejecución de la revolución burguesa
contra la burguesía.
- El carácter interno de la revolución bolchevique como
una revolución burguesa se revela en las mismas consignas económicas
de esta revolución. Para las masas campesinas, los bolcheviques
representaban, de la manera más radical, la reivindicación
de la expropiación violenta de los bienes y tierras de los
terratenientes mediante la acción espontánea del pequeño
campesinado deseoso de tierras. Ellos expresaron perfectamente en
su práctica y consignas agrarias (Paz y Tierra) los
intereses de los campesinos sobre la protección de la pequeña
propiedad privada -los cuales luchan, por lo tanto, en una línea
capitalista- y fueron así, en la cuestión agraria, los
campeones implacables de los intereses del pequeño capitalista,
y no, por lo tanto, de los intereses proletarios-socialistas contra
la gran propiedad feudal y capitalista.
- Las reivindicaciones económicas de la revolución bolchevique
no estaban llenas, ni en lo que respecta a los obreros, de un contenido
socialista. Lenin rechazó en varias ocasiones, con especial
agudeza, la acusación menchevique de que el bolchevismo representaba
una política utópica de socialización de la producción
en un país que aún no estaba maduro para ello. Los bolcheviques
aclararon que, en la revolución, no se trataba en absoluto
de una cuestión de socialización de la producción,
sino de control de la producción por los trabajadores.
La consigna del control de la producción sirvió
al intento de mantener el capitalismo como fuerza de la organización
técnica y económica de la producción, pero privándolo
de su carácter de explotación. El carácter burgués
de la revolución bolchevique y de la autorrestricción
bolchevique de este carácter económico burgués
-en contraposición a la confirmación bolchevique de
los resultados del derrocamiento de 1917-, no podría mostrarse
más claramente que en esta consigna del control de
la producción.
- La fuerza elemental del avance de los obreros, por un lado, y el
sabotaje de los patronos destronados por el otro, impulsaron, mientras
tanto, más allá la política industrial del bolchevismo,
hasta la apropiación de las empresas industriales por la nueva
burocracia estatal. Lenin describió la economía estatal,
al principio estrangulada durante todo el periodo del comunismo de
guerra por la sobreorganización (Glavkismo), como capitalismo
de Estado. La denominación de la economía estatal bolchevique
como socialista es el producto de la era estalinista.
- El propio Lenin no tenía, con todo, otra concepción
fundamental de la socialización de la producción que
la de una economía estatal dirigida burocráticamente.
Para él, la economía de guerra alemana y el servicio
postal eran modelos de organización socialista de la producción,
es decir, organización económica directamente burocrática
y centralista, dirigida de arriba a abajo. Él vio solamente
el lado técnico, no el lado proletario y social, del problema
de la socialización. Lenin se apoyó igualmente, y con
él el bolchevismo en general, en los conceptos de la socialización
propuestos por el centrista Hilferding, que en su «Capital
financiero» había esbozado un cuadro idealizado
de un capitalismo completamente organizado. El problema real de la
socialización de la producción, es decir, de apropiarse
de las empresas y de la organización de la economía
a través de la clase obrera y de sus órganos de clase,
los Consejos económicos, el bolchevismo lo pasó totalmente
por alto. Y tenía que ser pasado por alto, porque la idea marxista
de la asociación de productores libres e iguales es
directamente opuesta, en esencia, al dominio de una organización
jacobina, y porque Rusia no posee las condiciones sociales y económicas
necesarias para el socialismo. El concepto de la socialización
de los bolcheviques no es, por consiguiente, nada más que una
economía capitalista apropiada por el Estado y dirigida, desde
fuera y desde arriba, por su burocracia. El socialismo bolchevique
es capitalismo organizado por el Estado.
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