Helmut Wagner
Tesis sobre el bolchevismo

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VIII. EL INTERNACIONALISMO DE LOS BOLCHEVIQUES Y LA «CUESTIÓN NACIONAL».

  1. Durante la Guerra Mundial, los bolcheviques representaron un punto de vista coherentemente internacional bajo la consigna «Convertir la guerra imperialista en guerra civil» y se comportaban, aparentemente, como marxistas coherentes. Pero su internacionalismo revolucionario estaba tan determinado por su táctica en la lucha por la Revolución rusa, como lo estuvo más tarde su giro hacia la política de la NEP en la propia Rusia. El apelo al proletariado internacional era sólo un aspecto de una política a gran escala, para el refuerzo internacional de la revolución rusa. El otro aspecto era la política y la propaganda de la «autodeterminación nacional» de los pueblos, en la que la perspectiva de clase era abandonada, incluso más enteramente que en el concepto de «revolución popular», en favor de un apelo general a todas las clases de ciertos pueblos.

  2. Este «internacionalismo de dos clases» de los bolcheviques, con sus dos caras, se originó a partir de la situación internacional de Rusia y de la de su revolución. Rusia está entre los dos centros del sistema mundial imperialista, geográfica y sociológicamente. En Rusia --la intersección de la tendencia imperialista activa y la tendencia colonial pasiva del capital mundial-- este sistema se desmoronó. Las clases reaccionarias de Rusia probaran ser incapaces de juntarlas de nuevo, como han demostrado su decisiva derrota en el golpe de Kornilov --y, más tarde, en la guerra civil--. El único peligro auténtico, que amenazaba la revolución rusa, era el de la intervención de los poderes imperialistas. Sólo la invasión militar por parte del capital imperialista podría hacer caer al bolchevismo y restaurar el zarismo --construido en el sistema mundial de explotación imperialista al mismo tiempo como una herramienta y como un material--. El problema de la defensa activa del bolchevismo contra el imperialismo mundial consistía, por lo tanto, en contraatacar en los centros imperialistas de poder. Esto se produjo a través de la política internacional de doble rostro del bolchevismo.

  3. Con la mirada en la revolución proletaria mundial, el bolchevismo, para conectar al proletariado internacional con su revolución, propagó un ataque al centro del imperialismo mundial en los países capitalistas altamente desarrollados. Con la política del «derecho a la autodeterminación de las naciones», el bolchevismo propagó un ataque por parte de los pueblos campesinos oprimidos del lejano Oriente al centro colonial del imperialismo mundial. Con una política internacional bilateral, orientada por grandes perspectivas, el bolchevismo intentó prolongar el brazo proletario y el brazo campesino de su revolución en el área internacional del capitalismo mundial.

  4. La posición del bolchevismo en la «cuestión nacional» es práctica; por lo tanto, no sólo una conveniencia de la revolución burguesa en su propio país, la cual quería golpear al zarismo con la ayuda de los instintos nacionales de las capas campesinas y de las nacionalidades, oprimidas de diversos modos, del Imperio Ruso. Este es, al mismo tiempo, el internacionalismo campesino de una revolución burguesa que fue llevada la cabo en la era del imperialismo mundial, y que sólo podía mantenerse fuera de las mallas de la red internacional imperialista y altamente capitalista con la ayuda de una contra-política orientada y activada internacionalmente.

  5. Como herramientas de la dirección bolchevique de esta política, de refuerzo internacional de la revolución burguesa llevada a cabo en suelo nacional ruso, el bolchevismo intentó crear dos organizaciones internacionales: la III Internacional para utilizar a los trabajadores de los países capitalistas altamente desarrollados, y la Internacional Campesina, como una organización para la utilización bolchevique de los campesinos orientales asiáticos. Como clave final de esta doble política de clase, apareció la idea de la revolución mundial, en la que el proletariado internacional europeo y americano, y la revolución campesina nacional --principalmente asiático-oriental-- debían ser remachados en una nueva unidad internacional de la política mundial bolchevique, bajo la estricta dirección de Moscú. Así, el concepto de «revolución mundial» tenía para los bolcheviques un contenido de clase totalmente diferente. Ya no tiene nada en común con la idea de la revolución proletaria internacional.

  6. La política internacional del bolchevismo le condujo, por lo tanto, a repetir la Revolución rusa a una escala mundial, mediante la utilización simultánea de las revoluciones proletaria y burguesa-campesina, y a hacer de la Dirección del partido bolchevique de Rusia la comandante de un sistema mundial bolchevique que acoplaría los intereses proletarios-comunistas y campesinos-capitalistas. Esta política fue positiva en la medida en que ha protegido al Estado bolchevique de la invasión imperialista mediante el continuo inquietamiento los Estados capitalistas y, de este modo, le ha proporcionado tiempo para construirse a sí mismo gradualmente dentro del sistema imperialista mundial, otra vez mediante los métodos capitalistas de relaciones comerciales, acuerdos económicos y pactos militares de no-agresión. Esto ha dado a Rusia la oportunidad para una edificación y extensión nacionales sin obstáculos de su propia posición interna. La política de dos frentes del bolchevismo fue negativa en cuanto, en ambos aspectos, el intento de trasladar las políticas bolcheviques activas a la escala internacional fracasó. Con el golpe de la derrota de la política bolchevique en China, el experimento de la Internacional Campesina ha quebrado por completo. La III Internacional, después del lamentable desmoronamiento del Partido Comunista de Alemania, no es ya un factor en la política mundial bolchevique. El intento gigantesco de trasplantar la política bolchevique rusa a la escala mundial ha fracasado históricamente. La restricción nacional-rusa del bolchevismo es también una demostración de eso. Con todo, el experimento bolchevique en la política de poder internacional ha dejado tiempo y espacio para la retirada del bolchevismo a su posición nacional-rusa y para la conversión a los métodos imperialistas-capitalistas de política internacional. Teóricamente, esta retirada encuentra su expresión en la fórmula «socialismo en un sólo país», eliminando así la ligación internacional del concepto de «socialismo» después de que la praxis económica rusa le halla, ya, hurtado su contenido de clase proletario y lo halla convertido en un disfraz de tendencias capitalistas de Estado, que se encuentran igualmente en el reformismo y en los movimientos del fascismo pequeñoburgués.

  7. Es, de hecho, inesencial, después de disponer de los resultados prácticos de 15 años de política del Estado bolchevique y de la Internacional bolchevique, si Lenin tenía o no, en el momento de la fundación de la Comintern y previamente, una idea diferente de la efectividad de esta Internacional bolchevique. En la práctica, el bolchevismo con su concepto del «derecho a la autodeterminación de las naciones» ha desarrollado las tendencias a una política de poder bolchevique mundial. También ha contribuido, a través de la Comintern, decisivamente al resultado de que el proletariado europeo haya sido incapaz de elevarse a la altura de la percepción profunda (einsicht), comunista revolucionaria, y en su lugar haya permanecido atrancado en el lodo de los conceptos reformistas, reavivados por el bolchevismo y decorados con frases revolucionarias. Así ocurrió que, el concepto de la «Patria rusa», se ha convertido en la piedra angular del conjunto de la política de los partidos bolcheviques, mientras que para el comunismo proletario la clase obrera internacional está en el centro de toda orientación internacional.

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