Helmut Wagner
Tesis sobre el bolchevismo
Índice
VI. El BOLCHEVISMO Y LA CLASE OBRERA.
- El bolchevismo ha resuelto los problemas históricos de la
revolución burguesa en la Rusia capitalista-feudal con la ayuda
del proletariado como el instrumento activo, combatiente. Se ha apropiado
también de la teoría revolucionaria de la clase obrera
y ha transformado esa teoría para adecuarla a sus propósitos.
El «marxismo-leninismo» no es marxismo, sino
un encubrimiento, con terminología marxista adaptada a las
necesidades de la revolución burguesa en Rusia, del contenido
social de la Revolución rusa. A pesar de ser un medio para
comprender la estructura y las tendencias de las clases de Rusia,
esta teoría se convierte, en manos del bolchevismo, al mismo
tiempo en un medio objetivo para velar el contenido de clase efectivo
de la revolución bolchevique. Detrás de los conceptos
y consignas marxistas está oculto el contenido de una revolución
burguesa que tenía que ser llevada a cabo, bajo la dirección
de la intelectualidad pequeñoburguesa revolucionaria, por la
base unitaria del proletariado orientado en un sentido socialista
y el campesinado ligado a la propiedad privada, contra el absolutismo
de los Zares, la nobleza propietaria y la burguesía.
- La reclamación de la dirección absoluta por parte
de la intelectualidad revolucionaria, pequeñoburguesa y jacobina,
está oculta detrás de la concepción bolchevique
del papel del Partido en la clase obrera. La intelectualidad pequeñoburguesa
podía expandir su organización como un arma revolucionaria
activa solamente a condición de atraer y utilizar las fuerzas
proletarias. Su partido es denominado, por lo tanto, el partido del
jacobinismo proletario. La subordinación de la clase
obrera combatiente a la dirección pequeñoburguesa era
justificada por el bolchevismo con la teoría de la «vanguardia»
del proletariado, que él desarrolló en su praxis hasta
el principio: el Partido encarna a la clase. El Partido,
por lo tanto, no es un instrumento de los trabajadores, sino los trabajadores
el instrumento del Partido.
- La necesidad de basar la política bolchevique en las dos
clases más bajas de la sociedad rusa, la transcribe el bolchevismo
en la fórmula de una «alianza de clases entre el
proletariado y el campesinado», una alianza en la que intereses
de clase lógicamente antagónicos son conscientemente
alineados.
- La reivindicación de la dirección incondicional del
campesinado es disfrazada por el bolchevismo con la fórmula
de la «hegemonía de los proletarios en la revolución».
Dado que el proletariado, por su parte, es dominado por el partido
bolchevique, la «hegemonía de los proletarios»
significa la hegemonía del partido bolchevique y su reivindicación
de dominar a ambas clases de la Revolución rusa.
- La pretensión bolchevique de apropiarse del poder apoyándose
en las dos clases encuentra su expresión más elevada
en el concepto bolchevique de la «dictadura del proletariado».
En conjunción con el concepto del Partido como la organización
dirigente absoluta de la clase, la fórmula de la dictadura
proletaria significa, desde el comienzo, la fórmula del dominio
de la organización bolchevique-jacobina. Su contenido de clase
es, además de eso, completamente suprimido a través
de la definición bolchevique de la dictadura del proletariado
como la «alianza de clases entre el proletariado y el campesinado
bajo la hegemonía de los proletarios» (Stalin y
el programa de la Comintern.) El principio marxista de la dictadura
de la clase obrera es tornado por el bolchevismo en el principio de
la dominación por el partido jacobino sobre las dos clases
opuestas en sus intereses.
- El carácter burgués de la revolución bolchevique
es subrayado por los propios bolcheviques en su consigna relanzada
de la «revolución popular» ("Volksrevolution"),
es decir, la lucha común de las diferentes clases de un pueblo
en una revolución. Esa es la consigna típica de cualquier
revolución burguesa que, detrás de la dirección
burguesa, arrastra a la acción a masas de campesinos pequeñoburgueses
y de proletarios para sus propios objetivos de clase.
- En vista de la lucha de la organización por el poder sobre
las clases revolucionarias, cualquier actitud democrática del
bolchevismo se convierte en un mero movimiento táctico. Esto
se ha demostrado por encima de todo en la cuestión de la democracia
obrera en los Consejos. En primer lugar, la consigna leninista de
Marzo de 1917 sostiene: «Todo el poder para los soviets»,
el aspecto de dos clases típico de la Revolución rusa,
puesto que los Consejos eran «consejos de obreros, de campesinos
y de soldados (es decir, otra vez de campesinos)». Además,
la consigna era meramente táctica. Había sido erigida
por Lenin en la revolución de Febrero porque parecía
asegurar la transición «pacífica»
del dominio de la coalición social-revolucionaria menchevique
al dominio de los bolcheviques, a través del crecimiento de
su influencia en los Consejos. Cuando, después de la derrota
de la demostración de Julio, la influencia de los bolcheviques
sobre los Consejos declinó, Lenin abandonó temporalmente
la consigna de los consejos y demandó la organización
de otros órganos de insurrección por parte del partido
bolchevique. Fue sólo cuando, como resultado del golpe de Kornilov,
la influencia de los bolcheviques creció fuertemente de nuevo
en los Consejos, que el partido de Lenin retomó la consigna
de los Consejos. Dado que los bolcheviques consideraban los Consejos
preponderantemente como órganos de insurrección, en
lugar de como órganos de autoadministración de la clase
proletaria, dejaban claro por completo que para ellos los Consejos
eran solamente una herramienta, con ayuda de la cual su partido podría
tomar él mismo el poder. Prácticamente, el bolchevismo
ha demostrado eso en general no sólo con la organización
del Estado soviético después de la conquista del poder,
sino también en el caso especial de la represión sangrienta
de la rebelión de Kronstadt. Las reivindicaciones campesinas-capitalistas
de esta insurrección fueron cumplidas por la política
de la NEP; sus reivindicaciones democráticas proletarias, sin
embargo, fueron sofocadas con arroyos de sangre obrera.
- La lucha en torno al contenido de los Consejos rusos condujo, ya
en 1920, a la formación de una genuina --aunque en conjunto
todavía débil-- corriente comunista en el partido ruso.
La Oposición Obrera (Utyanikov) representaba la idea
de la ejecución de la democracia consejista para la clase obrera.
Como cada una de las demás oposiciones posteriores serias de
esta orientación, fue erradicada mediante el encarcelamiento,
el exilio y la ejecución militar, pero su plataforma permanece
como el punto de partida histórico para un movimiento autónomo
(selbständigen), comunista-proletario, contra el régimen
bolchevique.
- La actitud de los bolcheviques a respecto de la cuestión
sindical está igualmente determinada por el punto de vista
del mando y dirección de los obreros por el partido bolchevique.
En Rusia, los bolcheviques han despojado completamente a los sindicatos
de su carácter de organizaciones obreras, a través de
su estatización y militarización prácticas, como
a través del carácter compulsorio impuesto después
de la conquista del poder. En otros países se han confesado,
a fin de cuentas, defensores de las organizaciones sindicales reformistas
y burocráticas, y en lugar de defender el aplastamiento de
tales organizaciones, los bolcheviques han promovido la «conquista»
de su aparato. Ellos eran los más amargos oponentes de la idea
de las organizaciones de fábrica revolucionarias (revolutionären
Betriebsorganisationen), porque éstas encarnaban la democracia
proletaria. Los bolcheviques luchaban por la conquista o renovación
de las organizaciones de la burocracia centralista, que ellos pensaban
gobernar desde sus propios puestos de mando.
- Como movimiento de dirigentes de la dictadura jacobina, el bolchevismo
en todas sus fases ha combatido consistentemente la idea de la autodeterminación
de la clase obrera y demandado la subordinación del proletariado
a la organización burocratizada. En las discusiones que tuvieron
lugar antes de la guerra sobre la cuestión de la organización,
dentro de la II Internacional, Lenin fue un vehemente y rencoroso
oponente de la comunista Rosa Luxemburg y se apoyó, expresamente,
en el centrista Kautsky, cuya línea de traición de clase,
durante y después de la guerra, se ha desenmascarado por completo.
El bolchevismo ha demostrado, incluso entonces, tanto como durante
todo el tiempo subsiguiente, que no sólo no tiene entendimiento
alguno de la cuestión del desarrollo de la conciencia y de
las organizaciones de clase del proletariado, sino que también
combate por todos los medios todos los intentos teóricos y
prácticos de desarrollar organizaciones y políticas
de clase reales.
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