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DE LA DISCRIMINACIÓN CONTRA LOS NATURALES AMERICANOS O “INDIOS” EN "MÉXICO": PANORAMA ETNOHISTÓRICO.

Por Cenobios, egresado de la ENAH
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CONCEPTOS PRELIMINARES
Amparo Sevilla (ver bibliografía) nos plantea que una clase dominante posee una cultura hegemónica que impone su sello a la cultura de las demás clases sociales que considera inferiores dentro de un sistema estratificado dado, debido a su mayor disposición de recursos materiales, políticos e intelectuales. Dicha cultura hegemónica se constituye como marco de referencia general para la mayoría de la sociedad en ese sistema estratificado, mientras que las clases subyugadas tendrían culturas subalternas dentro de ese sistema social las cuales tienen influencia en una menor porción de la población. La cultura hegemónica frecuentemente, dice Sevilla, es una cultura nacional ligada al autoritarismo del Estado.

Por otro lado según la obra coordinada por Barth, la identidad es la que marca los limites entre un grupo social y otro cuando interactúan. Si los grupos sociales se miran insertos en un sistema de estratificación social donde un grupo se yergue como “superior”, quedando otro u otros grupos sociales como inferiores e incluso estigmatizados, el grupo o grupos considerados inferiores tienden a hacer cambios a nivel del pensamiento en su identidad y empiezan a apropiarse de ciertos elementos de la cultura hegemónica, la cual pertenece al grupo que se cree que es “superior” dentro del sistema social estratificado dado.

Estos conceptos los aplicaremos en la interpretación de los datos que expondremos de aquí en adelante.

LA DISCRIMINACIÓN EN EL CONTEXTO VIRREINAL
En Nueva España las clases sociales se clasificaron mediante un sistema de castas (Aguirre Beltrán). La de los españoles era la casta gobernante, la cual estaba conformada por una minoría peninsular y una mayoría de españoles americanos que después de la época virreinal fueron llamados “criollos”. Munchos de éstos últimos eran hijos de madre y padre peninsulares nacidos en Nueva España, pero la mayoría fueron en realidad mestizos a quienes se les consideraba verbi gratia predominantemente europeos hacia el siglo XVI por ser producto de uniones legítimas de españoles con indias, mientras que a los ilegítimos se les consideraba como mestizos. El libro Historia General de México afirma que los españoles tenían derecho a conformar repúblicas y se les concedió acceso a la tierra, pero dichas repúblicas estaban un tanto invisibles desparramadas por todo el territorio novohispano y solamente se hacían ver en ciertos momentos importantes como en los debates de la legislación. Las poblaciones con título de civdades y villas eran donde había personas consideradas como españolas. Los peninsulares eran los más reducidos pero acaparaban los puestos gubernamentales más importantes y tenían el control económico. Los españoles americanos eran inferiores en cuanto a jerarquía respecto a los peninsulares y, en consecuencia, obtenían puestos de menor rango. En la estratificación social de la Nueva España, a pesar de su número reducido, la casta española era la hegemónica e impuso varios elementos de su cultura a las castas que le quedaron subalternas: los indios, los mestizos (mezcla de indio y español), negros (esclavos traídos de África), mulatos (mezcla de negro y español) y pardos o cambujos (mezcla de indio y negro). De estas castas la de los indios alcanzó un segundo grado de hegemonía después de la de los españoles dentro de la estratificación social virreinal por su derecho a poseer tierras y formar repúblicas que les dieron grandes posibilidades de reorganizarse y reconstruir su cultura, mientras que otras castas novohispanas como los mestizos, mulatos y cambujos, no consiguieron medios de desarrollo semejantes dentro del orden social colonial.

A pesar de los privilegios que tuvieron los indios en la época virreinal la iglesia católica romana tuvo una discusión en el siglo XVI sobre si los naturales americanos o “indios” (ansí llamados los habitantes de estas tierras por los españoles) eran bárbaros o no, si tenían igual o menor razón que los españoles (lo que equivale a cuestionar si los aborígenes tenían alma espiritual o no como la que supuestamente tenían los hispanos, y si tenían cultura o eran incultos), e si por esa “inferioridad” era justa o no la guerra que los españoles hicieron contra los indios y si era justo el sometimiento al que les condenaron los españoles que supuestamente eran de mayor inteligencia y "civilización" que los nativos de estas tierras, sometimiento que supuestamente les vendría en provecho a los indios para que salieran de la su “inferioridad”. Los protagonistas principales de aquella disputa fueron Juan Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas. Ginés promovió las ideas acerca de la inferioridad natural de los indios respecto a los españoles, mientras que De las Casas promovió la idea contraria. La iglesia católica romana aceptó como oficial, idealmente, los conceptos de Bartolomé de las Casas y desechó los de Ginés de Sepúlveda, pero en la práctica la teoría de Ginés de Sepúlveda fue la que imperó, eso es fácil de constatar al investigar un poco, por ejemplo los clérigos cerraron el colegio para indios de la Sancta Cruz, que era atendido por frailes, pues vieron que podían salir de ahí líderes indianos notables en latín, retórica o en música. De ese colegio salió Antonio Valeriano a quien atribuyen el llamado "Nican Mopohua". Los indios no podían tampoco estudiar en la Universidad de México (ansí como también encontraban obstáculos aquellos que no fuesen de la nobleza española o aquellos que tuviesen sangre mora, judía o negra, e tampoco las mujeres eran aceptadas), que era controlada en buena parte por clérigos. Así mismo la iglesia discriminaba enormemente a los indios al grado de que no tenían derecho a ser ordenados sacerdotes, ¿por ventura porque no les consideraban hombres? o ¿simplemente porque los españoles no querían competencia?. Cabe añadir además que la iglesia católica colonial consideraba como un parametro importante las características físicas de las personas al registrarlas dentro de cada casta en los libros bautismales, ya que cuando los progenitores de un individuo eran desconocidos e no podía valorarse a qué tipo de casta pertenecían cada uno de ellos, y determinar en base a eso la casta a la que debía pertenecer la persona que iba a ser bautizada, el escribano asentaba en la partida que le ponía dentro de la casta que él creía conveniente según el color de la piel y las facciones del bautizado, eso quedó asentado en alguna partida de libros eclesiales novohispános que he leído. Entonces, aunque no era como el del siglo XIX que cundió en Europa fundado en las ideas de Darwin y que detallaremos enseguida, los clérigos españoles ya practicaban en la Nueva España una forma de racismo peculiar con el sistema de castas.

LA DISCRIMINACIÓN EN EL CONTEXTO POSTCOLONIAL
En el siglo XIX en Europa occidental empieza a cundir un concepto evolucionista aplicado al devenir de la sociedad según el cual se piensa que la humanidad va avanzando a estadios “superiores” de desarrollo en la cultura material, y así se ha llegado a la creencia actual de que la historia del hombre avanza inexorablemente en forma lineal hacia adelante. Entonces toma un nuevo matiz la vieja dicotomía de que existen grupos superiores y otros inferiores, unos más inteligentes y otros que lo son menos, la cual la encontramos en el siglo XVI en los escritos de Juan Ginés de Sepúlveda e también ya se haya, por ejemplo, en los escritos harto antiguos atribuídos a Aristóteles quien vivió antes de la era cristiana. Entonces a partir de esas ideas de la dicha centuria decimonónica se ha ido resaltando una división entre los “civilizados”, voz que deriva de la palabra latina “civitas” que quiere decir “ciudad”, la cual por lo tanto simplemente expresa que las personas a las que se les aplica viven en las urbes, en contraposición a los “incivilizados” o quienes no viven en una metrópoli y se les quiere identificar por lo tanto como “salvajes”, del latín “silva” = bosque, término que simplemente viene a designar a los habitantes de aldeas rurales a quienes se les identifica finalmente a priori como naturales de los bosques o selvas. Los civilizados se supone que tan sólo por vivir en la civdad poseen los últimos adelantos de la “tecnología” (de la raíz griega tejne que significa “arte”, pero hoy se le aplica a la “ciencia”, a la “industria”) y por el contrario los “salvajes” se cree que carecen de esos últimos adelantos de la cultura material, o de plano se piensa que totalmente no poseen cultura. Ésto es solamente un prejuicio sin fundamento alguno ya que los habitantes de la civdad de México por ejemplo son en su mayoría descendientes de migrantes de aldeas rurales avecindados en esta metrópoli en una época relativamente reciente, durante el siglo XX, lo cual propicia que hasta hoy conserven rasgos culturales propios de los lugares de origen de sus progenitores, luego entonces los chilangos a pesar de sentirse "civilizados" en realidad son aún en su mayoría "salvajes". Por esos mismos años surgió también en Europa y luego en los USA la doctrina racista, según un documental, en base a la cual se ha llegado a la creencia de que la raza blanca es algo así como una especie biológica “superior” y las razas prietas son especies “inferiores”, sistema de pensamiento que se basaba en la teoría de Darwin de la evolución de las especies. Esa corriente daría pie a la eugenesia y al exterminio de pueblos que los blancos consideraban (e aún consideran) “inferiores”, como sucedió con los naturales del “far west” en los USA, entre los que destacaron los apaches, algunos nativos del África y los aborígenes de Tasmania. En estas tierras que llaman “México” bajo el influjo de esas ideas que cundían en Europa y que llegaron también a las Américas, durante el siglo XIX se van disolviendo las castas que dividían en razas a la población que vivía en Nueva España, y al disolverse aquel sistema virreinal surge una nueva estratificación social basada, por ejemplo, en la estratificación económica y en la idea de “progreso” y “atraso”, valores con los cuales la elite que se apañó el poder después de la “independencia” se llegó a considerar a sí misma como “superior” y “civilizada”, y con esa lógica de sentirse poseedora de una cultura de “progreso” luchó para desbaratar a los grupos sociales con organizaciones tradicionales y con cultura propia supuestamente "atrasada", como los “indios” (según Andrés Lira y Escalante Gonzalvo) porque los consideraban “causa del atraso del país”, como lo expresó alguna vez Luis Mora fundador del partido “liberal”, no obstante que esta banda política pregonaba falsamente la igualdad de todos los habitantes de estas tierras. Cabe recalcar que esa minoría que se convirtió en la elite de estos territorios después de la "independencia" también era española, aunque nacida en América, y por envidia expulsó paulatinamente a los españoles de la península para no compartir el botín con ellos, y para que el pueblo ya no les viese como opresores se hicieron llamar "criollos". Estos malditos bándalos han manipulado monstruosamente la historia de manera que exaltando a Hidalgo (que también era español americano o "criollo") como "padre de la patria", celebrando el 16 de septiembre como el “inicio de la independencia”, han dogmatizado al pueblo haciéndole creer que el gobierno “democrático” actual es heredero del movimiento insurgente de Hidalgo, cuando en realidad los que “consumaron la independencia” fueron los realistas, facción política neoespañola a la que realmente pertenecía Iturbide aunque para aparentar "lealtad a México" le cambió a "trigarante" el nombre de su ejército, y por lo tanto pertenecía a la misma facción política neoespañola que aniquiló al movimiento insurgente de Hidalgo e Morelos, y por lo mismo han minimizado la fecha del 27 de septiembre en que se “consumó la independencia” por el dicho Iturbide. La bandera del ejército “trigarante” o de las "tres garantías", que como hemos dicho venía a ser veladamente el de los realistas, comandado por Iturbide, tenía los mismos colores en diferente orden de la bandera mexinaca actual, cuyos verdaderos significados son: del blanco unión con el catolicismo, del verde “independencia” y del rojo unidad entre españoles (americanos y penisulares). Al respecto de las dichas "tres garantías" Wikipedia señala que Iturbide proclamó tres principios o garantías del "México independiente": "...sería una nación independiente gobernada por el rey Fernando u otro príncipe conservador europeo; criollos y peninsulares tendrían los mismos derechos y privilegios; y la iglesia católica continuaría teniendo sus privilegios y el monopolio religioso en México..."; nótese que esta "nación" seguiría siendo gobernada por el rey español u otro noble europeo, entonces ¿dónde quedaba la "independencia"?, e no se preocuparon nunca por los derechos de las otras castas, sólo de los de los españoles americanos o "criollos". Esa elite ha venido a constituir una “casta”, según la perspectiva del académico del INAH Thomas Stanford, es decir un grupo humano que sólo realiza matrimonios entre sus mismos integrantes, aunque también han aceptado en su seno a extranjeros como italianos, nuevos españoles peninsulares, franceses, norteamericanos (verbi gratia a Stanford lo quisieron hacer parte de esa “casta” aunque él no lo aceptó), e también judíos, libaneses, alemanes, etc., y esa "casta", esa minoría de españoles americanos o “criollos”, ha venido heredándose el poder e acaparando la mayoría de las riquezas de estas tierras entre ellos mismos, a veces peleándose entre sí al haberse dividido entre varios partidos a través de la historia, como los conservadores e liberales en el siglo XIX y luego entre el PRI, PAN e PRD desde el siglo XX, condenando a la mayor parte de la población de estas tierras a vivir en pobreza extrema. Ansí fue como la elite española americana que creó en el siglo XIX el estado nacional “mexicano” (gentilicio que paradójicamente en la lengua castellana colonial designaba a un grupo étnico de indios pero ahoy se le aplica solamente a aquellos que se les considera dignos de pertenecer a los Estados Jodidos Mexinacos, entre quienes se excluyen por supuesto a los naturales que originalmente poseían el dicho gentilicio ya que ahora se les llama “nahuatls” y nunca mexicanos), esa elite ha ido logrando sintetizar e inculcar entre la gente una nueva identidad y cultura “nacional” mexinaca, la cual tiene munchas variantes regionales accidentales pero al mismo tiempo tiene elementos sustanciales comunes como el hecho de que quienes se apropian de dicha identidad y cultura creen que se deben llamar a sí mismos mexinacos, es decir, que pertenecen a una misma nación, cosa por demás ficticia porque este es un territorio habitado desde antes de la llegada de los españoles por multitud de naciones de “indios” a las que se ha agregado la moderna tribu de los mexinacos que existen a partir de que se crea el vigente estado “nacional” en el dicho siglo XIX. Entre esa gente avasallada por la elite, aparte de los "indios" que hasta el siglo XIX fueron mayoría, encontramos a las otras casta coloniales tales como los pardos o zambos (cruza de indio y negro), a los mulatos (cruza de negro y blanco) y a los mestizos (cruza de indio y español), mismos que eran minoría durante la Colonia pero que actualmente son mayoría y hoy son conocidos conjuntamente sólo como “mestizos”, aunque unos son considerados como “paisanos” o habitantes de aldeas rurales, campesinos, y otros son de civdad o “civilizados”, como supuestamente serían los chilangos. De esa forma la vigente cultura nacional con sus ideas de “progreso”, “civilización” y discriminación al “indio” que es considerado causa del “atraso del país”, ha sido adoptada por munchas personas de las clases consideradas “bajas” y con ello los valores de la elite han cobrado consenso entre las masas de habitantes de estas tierras, y si bien actualmente la separación racial es un tanto improcedente porque el mestizaje ha sido vasto desde la época colonial y hay personas de clase "media alta" y hasta de las elites que son prietas, ansí como también otros individuos los hay que aunque son de piel blanca tienen rasgos de negro o de indio y, por lo tanto, por ejemplo un prieto no está en posición de discriminar a otro moreno en base al color de la salea o una persona no puede discriminar a otra por sus facciones faciales, no obstante todo ello la segregación sigue existiendo aquí pero se basa más bien en la estratificación social que supuestamente se percibe en la forma de vestir, de hablar, de actuar en general (por eso los miembros de las clases “medias” y “bajas”, la mayoría de la población de estas tierras, son “señoritingos” porque se desviven por aparentar, aunque no lo logran y sólo hacen el ridículo, que son “catrines”, “rotos”, que pertenecen a la “alta” sociedad, usando la ropa más cara que sus paupérrimos ingresos les permita conseguir y tratando de aviarse hasta donde pueden de toda clase de artículos suntuarios), e gracias a la estigmatización al aborigen que la elite ha promovido entre el vulgo se han identificado a las clases más "pobres" como los "indios", quienes han sido identificados también como los "incivilizados" por excelencia en estas tierras, es decir como los "salvajes", los "incultos", e los mismos indianos llegan a ver tan despreciable a la su cultura que por ello la remplazan por la cultura hegemónica o mexinaca, y ello explica porque ha bajado tanto el número de miembros de esta casta desde el siglo XIX en que tuvo lugar la "independencia", fenómeno que se ha dado solamente por el cambio de identidad y cultural por lo que munchos que hoy se consideran a sí mismos como mexinacos en realidad vienen de ancestros "indios". Ejemplo de ello lo vido con una mujer hñä – ñho de la comunidad de San Ildefonso Tultepec, Amealco, Querétaro, “México”, llamada Alberta Pascual, a quien pregunté si enseñaba su lengua materna a sus hijos (porque habíamos observado que no entendían el hñä-ñho) e nos respondió que no se las inculcó, aunque la hablaba, porque quería que su hijos fueran “gente de bien”, denotando el valor negativo que llega a tener una lengua autóctona como el hñä-ñho aún para una persona hablante de la misma, ello debido pues a que los mismos naturales han ido adoptando los valores de la cultura nacional hegemónica difundida por la elite a través de las escuelas y los medios de comunicación. De hecho en esta horrible civdad de México, de la que somos vecinos, el estigma es tal hacia los nativos americanos que algunos términos despectivos del chilango para la gente “tonta”, “inculta”, “incivilizada” son los de “indio” y “oaxaco”, además de otros que sólo reflejan que la gente campirana es inferior o “salvaje” pero probablemente no la relacionan directamente con los aborígenes, como el vocablo de “paisano”, por citar algunos. Nos quedó bien claro, por ejemplo, que los chilangos (los habitantes de la civdad de México) se ofenden cuando les dicen o insinúan que son “indios”, cuando trabajamos en el INEGI en el censo del 1990 y le preguntamos a una persona (como se pedía en el cuestionario) que si hablaba alguna lengua indiana y ésta se molestó sobre manera insultándonos y amenazándonos con golpearnos, preguntándonos a voces: “por ventura me ves cara de indio, como tú pendejo”. Por tal valoración negativa del natural de estas tierras es entendible lo que comentó Fernando Nava en una entrevista en Radio Educación acerca de que las lenguas indianas, y con ellas sus culturas enteras, están desapareciendo galopantemente, pues dichos idiomas aborígenes no tienen a veces ni diez mil y que ni mil hablantes debido a que están siendo cambiadas por las supuestamente “superiores” lengua y cultura de la “gente de razón”o mexinacos (quienes son en realidad los bárbaros, incultos, ignorantes y tal vez tienen un bajo coeficiente intelectual por ser, como las mulas, híbridos, ya que se demostró en el reciente examen que se les aplicó a los mexinacos para determinar su nivel educativo, en el cual quedaron en el lugar 49, aproximadamente, de 57 países que participaron en dicha prueba, que se ubican en los últimos lugares de nivel educativo a nivel mundial; también se puede deducir que no les sirve para nada el que tengan oportunidad de estudiar porque es tan bajo el nivel académico de sus escuelas que al egresar de ellas vienen quedando, comparados con egresados de escuelas de otras naciones del mundo, prácticamente como analfabestias, como dijeron en un noticiario de la televisora mexinaca Telenvicia, pues si aprenden a leer es sólo para poder escribir recaditos, verbi gratia a sus nalguitas los mexinacos, o a sus picadores las mexinacas, mujeres y putos que los hay munchos, o si aprenden matemáticas es sólo para poder hacer cuentas cuando van al mercado e no los hagan bueyes. Podemos deducir también de todo esto que los mexinacos quedaron en evidencia y se demostró que, aunque lo nieguen, son unos tercermundistas muertos de hambre ya que si comiesen bien a lo mejor tendrían mejor aprovechamiento y hubiesen quedado en una mejor posición en aquel examen, no lo creen).

CONCLUSIÓN
RAZONABLEMENTE HABLANDO LOS LLAMADOS “INDIOS” SON LOS PRIMEROS POBLADORES DE LO QUE HOY LLAMAN “MÉXICO” PUES VIVEN AQUÍ DESDE HACE MILENIOS, ANTES QUE LOS ESPAÑOLES Y ANTES QUE LOS MEXINACOS CUYO ESTADO NACIONAL FUE CREADO MUY TARDÍAMENTE HASTA EL SIGLO XIX, Y LOS NATURALES SON PUES LOS VERDADEROS DUEÑOS DE ESTAS TIERRAS DE LAS CUALES LES HAN DESPOJADO PRIMERO LOS ESPAÑOLES Y DESPUÉS LOS MEXINACOS. Estos últimos en la historia oficial pintan a los españoles como monstruos por haber conquistado “México”, afirmación por demás absurda con la que los mexinacos quieren dogmatizar a los "indios" haciéndoles creer que la “nación mexicana” existía desde la época virreinal y desde antes de la llegada de los españoles a estas tierras, cuando en realidad este territorio siempre estuvo dividido entre múltiples naciones indianas a las que se les unió tardíamente la tribu de los bárbaros mexinacos. En realidad los pueblos de "indios" gozaron de algunos privilegios durante la Colonia por el hecho de que los españoles les concedieron el poder formar repúblicas de "indios" con cierta autonomía (por lo cual existen grupos indianos hasta el día de hoy) mientras que los mestizos y mulatos eran la gente más vil y peor ya que la mayoría eran limosneros que en hordas asaltaban verbi gratia a los transeúntes de la civdad de México, y los que contaban con mejor estatus eran sirvientes de los españoles. Era tan paupérrima su condición que no tenían derecho a poseer tierras ni a formar repúblicas por lo que munchos mestizos, mulatos y pardos optaban por integrarse a pueblos de indios. Pero los indianos perdieron esos privilegios desde el siglo XIX cuando los maléficos mexinacos tomaron las riendas de la “nación”, divididos entre conservadores y liberales (y luego desde el siglo XX se pelean por el poder el PRI y el PAN primero, e después se les unió el PRD) hundiendo a los “indios” en lo último de la escala social, quitándoles a los “nahuatls” el gentilicio mismo de mexicanos y por supuesto despojándoles de las tierras que los españoles no les arrebataron, privándoles de la dignidad y el derecho a vivir dignamente. Ni siquiera los del PRD, que dicen que están luchando por los derechos de "los de abajo", quisieron votar por la ley de autonomía de los indianos, privilegio que paradójicamente los españoles sí concedieron a los naturales.

¿Hasta cuándo seguirán siendo sometidos los pueblos de naturales americanos que primero fueron avasallados por los hispanos y ahoy por los “mexinacos”, descendientes de aquellos limosneros, sirvientes y asaltantes de caminos coloniales, que eran los mestizos, mulatos y pardos?. Hasta cuándo seguiremos mirando que a los indianos se les restrinja el acceso a oficinas públicas por ejemplo, e que incluso se les eche a patadas, y se les niegue el ingreso a las escuelas, y hasta cuándo seguiremos presenciando el asesinato de los caudillos "indios" como Cajeme e Tetabiate en el pasado, y la defunción de los activista que luchan en pro de los pueblos autóctonos como Griselda Teresa Tirado, licenciada en leyes que ganó varios litigios a favor de comunidades de naturales (según dijeron en el programa “Espacio Alterno” de canal 22), quien también era de origen “indio”, asesinada en Huehuetla, Puebla recientemente y que hasta hoy no se ha esclarecido el su caso. Hasta cuándo se tendrá que soportar que el ejercito irrumpa en las comunidades indianas como en los años noventas sucedió en Chiapas cuando el "levantamiento" zapatista, y como ha sucedido aparentemente desde hace algunos años en la Sierra de Zongolica, Veracruz, donde los soldados han cometido toda clase de abusos, entre ellos varias violaciones a mujeres (según un periódico llamado El centro) cuyo caso más escandaloso ha sido el de Ernestina Ascencio Rosario que murió por la violación tumultuaria que le propinaron unos soldados, cosa que fue negada a priori por FECAL quien pretende probar sus afirmaciones con la pseudoinvestigación del tal Soberanes, director de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, lo que ha probado que este personaje es un lamehuevos de la coprocracia del panista Fecal y que dicha comisión que dirige no sirve para lo que se supone que fue creada, que es para salvaguardar los derechos humanos de las personas. ¿Lo único que queda a los naturales es abandonar su cultura propia y volverse “gente de razón” o mexinacos? ¡No!, ser “indio” no es malo, porque su cultura no es inferior, aunque tampoco es superior, simplemente es diferente a la de la “gente de razón”. Lo viable es rebelarse contra los mexinacos que sustituyeron a los españoles como poder colonizador arrebatándoles a los naturales el control de estas tierras que han habitado por milenios, a las cuales los mexinacos llaman “Estados Unidos Mexicanos”. En efecto, como ya lo preveía Rousseau, los gobiernos “democráticos” (como el mexinaco) a los que se les llama ansí únicamente por elegir a sus magistrados por votación, realmente llevarían a una aristocracia electiva al poder. Fue cierta su profecía: en estas tierras por ejemplo los partidos políticos que albergan a ciertas elites de personas son los únicos que pueden aspirar a tener candidatos al gobierno y cualquiera que aspire a ser verbi gratia “presidente de la república” tiene que pasar por su filtro, por una serie de estratos dentro de algún partido, y sólo algunos podrán llegar a ser candidatos, y sólo dos o tres de los partidos tendrán la mayor probabilidad del triunfo: el PAN, PRI y PRD. Por su parte Aristóteles en su obra “Política” considera que una democracia implicaría que tanto personas de clases “bajas” como las de las “altas” tuviesen acceso a alcanzar las magistraturas gubernamentales, pero realmente aquí las clases “bajas” no tienen acceso a los altos cargos políticos, y mucho menos los “indios", sólo personas “mexinacas” o “de razón” (de las cuales actualmente munchas son descendientes de inmigrantes que relativamente en recientes años se avecindaron por estas tierras, como libaneses, alemanes, judíos, etc.) que son ricas o que siendo pobres subieron de estatus, es decir, estamos viendo una oligarquía en el gobierno de estas tierras que llaman “México” y no una democracia. Es verdad que un natural llegó a ser presidente, Benito Juárez, pero tuvo que renunciar a su identidad y cultura, es decir se volvió “mexinaco”, y reprimió a sus hermanos indianos del norte y del sur. No obstante la elite política dogmatiza a la gente haciéndole creer que el sistema gubernamental de estas tierras es “democrático” solamente por ser electivo. Todavía más podríamos decir que el gobierno de estas tierras es un absolutismo disfrazado de “democracia electiva” en el cual mediante el fraude los partidos, primero los conservadores, luego los liberales, más tarde el PRI y ahora el PAN, han monopolizado el poder durante décadas en lo que algunos llaman “dictaduras de partido” (aunque cabe la posibilidad de que el PAN y el PRI pretendan en el futuro más bien hacer un bipartidismo al modo estadounidense y estarse “pasando la bolita” del poder uno e otro partido) reprimiendo a todos aquellos que se le opongan, basta recordar las represiones contra los “yaqui”, por ejemplo, los apaches e otros grupos indianos, en tiempos que abarcaron los periodos en el poder de Benito Juárez y de Porfirio Díaz, y las represiones a los obreros “mestizos” de las textileras en Río Blanco, Veracruz, durante el porfiriato, y las matanzas de estudiantes en el 1968 y 1971 ordenadas por Echeverría, la primera con el visto bueno del "bocón" Díaz Ordáz, la guerra sucia en los setenta contra los grupos guerrilleros populares como El Partido de los Pobres y La Liga 23 de Septiembre perpetrada por Echeverría y López Portillo, y últimamente la represión en San Salvador Atenco, Estado de México, y en Oaxaca, por parte de los gobiernos panistas y priístas actuales, e desde luego los naturales americanos se han quedado generalmente siempre al margen de todo beneficio. De hecho en el siglo XIX el estado “mexinaco” impuso su yugo a los “indios” sin consultarles, de la misma forma que los españoles lo hicieron tres siglos atrás cuando realizaron la llamada “conquista”. Por otra parte Rousseau planteó en "El contrato social" que el pueblo delega potestad a sus gobernantes para administrar un estado con la condición de que el gobernante cumpla con sus deberes hacia el pueblo que le dio tal autoridad, impartiendo justicia y garantizando una equitativa distribución de las riquezas, pero si no lo hace el contrato social celebrado entre el pueblo y el gobernante se rompe y entonces el pueblo tiene derecho de cambiar a un determinado gobernante por otro que sí cumpla con dicho contrato. En estas tierras el gobierno mexinaco no cumple ni con los mexinacos, menos con los "indios" a quienes se les ve como indeseables. Entonces solamente la guerra de los pueblos “indios” contra los mexinacos (hecha por verdaderos guerrilleros y que no “de opereta”, como supuestamente los etarras calificaron a los “guerrilleros” del EZLN, en concreto al subcomediante Marcos, según dijeron en un noticiario de “Telenvicia”) logrará que estos pueblos alcancen en estas tierras condiciones dignas para desarrollarse, y esa guerra sería legitima porque los naturales fueron sometidos a la fuerza por los mexinacos y porque el gobierno mexinaco no cumple en darles esas condiciones necesarias para su desarrollo, y sólo a través de la guerra los “indios” disolverían al Estado mexinaco absolutista vigente y podrían recuperar el control de estas sus tierras, ya que nunca se lograría por vía pacifica que el gobierno mexinaco les otorgue autonomía como en la época virreinal. Para ello se necesita que renazca entre los naturales la bravura de los viejos chichimecas, feroces guerreros que despojaban a los españoles del cuero de las sus cabezas y los empalaban al modo de los turcos, según la relación de Querétaro publicada por Wright, que es una fuente de fines del siglo XVI. De hecho los habitantes de la Gran Chichimeca (que comprendía porciones del centro y norte del actual territorio de los Estados Jodidos Mexinacos) nunca fueron conquistados por los aztecas ni por los españoles, y estos últimos sólo dominaron a algunos de aquellos pueblos mediante la negociación e no a través de la guerra. De estos grupos étnicos los jonaces de la actual Sierra Gorda de Querétaro prefirieron ser exterminados por Joseph de Escandón antes que doblegarse ante el poder de los españoles. ¿Cuándo se volverán a ver entre los naturales personajes tan abizarrados como Victorio e Gerónimo, líderes de los apaches (el primero asesinado por el ejército mexinaco y el segundo fue apresado en Chihuahua por el ejército "gringo" con ayuda del mexinaco) que lucharon sin tregua por la libertad de su pueblo, o como los ya mencionados caudillos yoremes de Sonora Cajeme y Tetabiate, quienes fueron asesinados por el ejercito mexinaco, y el Tigre de Alica que fue caudillo de los "coras" en Nayarit ejecutado igualmente por el ejército mexinaco. Los mayas también vivieron en rebeldía contra los españoles durante toda la Colonia y después de la “independencia” refugiándose en parajes de la selva del actual estado de Quintana Roo por ejemplo, área que fue controlada por los mexinacos hasta bien entrado el siglo XX. Sólo después de ganarlas con las armas, cada pueblo de naturales tendría porciones autónomas de territorio en las cuales se fundarían legalmente nuevos países de indianos con nuevos nombres, con lo cual se lograría erradicar la discriminación que contra el “indio” promueven los malditos mexinacos e incluso volteándola contra el que no pertenezca a algún pueblo autóctono. Teniendo territorios autónomos se podrán conservar las culturas “indias” sin problemas de que se les considere “inferiores” y se les estigmatice (cabe decir que el EZLN no ha sido quien ha sintetizado la idea de dar autonomía a los pueblos de indios, sino que han sido propuestas planteadas por académicos de las “ciencias” sociales en base al conocimiento de que los españoles diéronles cierta autonomía a los “indios” en la época colonial al dejarles organizar sus repúblicas de indios que ya hemos mencionado en párrafos anteriores). En cuanto a los mexinacos, aunque bien se merecen que fuesen exterminados en campos de concentración por ser tan malditos con los naturales (a pesar de que la mayoría de esos ojetes tiene, unos más y otros menos, sangre de “indio” ya que recientemente se publicó que el 65% del "genoma" del mexinaco es amerindio, además de la sangre negra, aunque les da vergüenza reconocerlo y por eso se disfrazan de “gente decente” para que no se les note lo "indio" y lo mulato usando trapos de moda, lo cual no ha de lograr que prietos pellejos se puedan blanquear), a pesar de ello no sería valido arrasarles porque los naturales no van a rebajarse al nivel de los “mexinacos” y, entonces, lo más benevolente sería que a esos hijos de puta se les otorgase una pequeña porción de territorio para que formasen sus nuevos “Estados Jodidos Mexinacos”, aunque como ellos quieren “todo o nada” lo más viable sería entonces, para evitar futuras guerras con ellos, desterrarles para siempre verbi gratia a los Estados Unidos de América, al fin que a los "mexinacos" les gustaría ir a lamber los huevos güeros de los “americanos” pues quisieran que su país los "Estados Jodidos Mexinacos" pasara a formar parte de los USA, según unas estadísticas que sacaron en un programa de televisión, aunque los güeros no quieren en su república gentuza mestiza y prieta indeseable como los "mexinacos", según le dijeron los políticos "gringos" a Juárez cuando les regalaba estas tierras a los "americanos", y según deducimos de la guerra que éstos últimos libran actualmente contra los beaners, wetbacks o “frijoleros” “espaldas mojadas”.

EN CONTRA DE LOS OPRESORES ESTADOS JODIDOS MEXINACOS: NATURALES AMERICANOS ¡UNÍOS!.

¡GUERRA, GUERRA CONTRA EL MEXINACO CRUEL¡.

Bibliografía

AGUIRRE BELTRÁN, GONZALO
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