CAZORLA EN LA HISTORIA
La Ciudad de Cazorla est� situada a unos 800 metros de altitud en la vertiente occidental de la sierra que lleva su nombre, cobijada en un abrupto arco monta�oso que la protege por el oeste/sureste. Enmarcan su emplazamiento, escondido y empinado a la vez, el murall�n de la
Pe�a de los Halcones y el Cerro de Salvatierra, sobre los que se alza, m�s al fondo, el Gilillo
(1.847 metros). A sus pies, regados por el r�o Cerezuelo, aparecen hacia poniente los suaves
cerros cubiertos de olivos que anuncian el Valle del Guadalquivir y la campi�a.
En el entorno de Cazorla va a tener lugar la presencia del hombre desde un momento temprano, a pesar de las condiciones geogr�ficas y f�sicas del lugar donde se encuentra. Tal vez de un momento avanzado del Neol�tico provengan los restos encontrados en un lugar conocido como El Chorro, caracterizados por hojas de silex y piezas denticuladas. Las ocupaciones en cuevas, con abundantes cer�micas e incluso con pinturas rupestres de tipo esquem�tico, en el cercano Puerto de T�scar, son tambi�n pertenecientes a este momento del 4.000-3.000 a. de C.
Pero ser� durante el Cobre final (2.000 a. de C.) cuando en las proximidades de nuestra localidad, se asienten los primeros poblados estables. Nos referimos a las terrazas m�s antiguas del r�o Cerezuelo, pr�ximas a la Cuesta de La Pioja y la confluencia con el r�o Ca�amares. En un cerro cercano a Cazorla conocido como la Loma del Bellot�n, se ubica un peque�o poblado de la cultura del Bronce (1.500 a. de C.).
Ya en el �ltimo milenio antes de nuestra era, la cultura ib�rica se desarrolla ampliamente por la provincia de Ja�n y en nuestra comarca estar� abundantemente representada, sobre todo por la presencia de una tumba de c�mara monumental en la vecina aldea de Toya (Peal de Becerro) que es un elemento �nico dentro del mundo ib�rico. M�s cercano a nosotros, tenemos el poblado de la Plaza de Armas del r�o Ca�amares o el Cerro de Cabeza del Rey, todo dentro de una cronolog�a del siglo V-III a. de C.
La campi�a y el pie de monte de nuestra comarca no ser�n ajenos a la romanizaci�n de la B�tica. Se van a desarrollar peque�as aldeas de car�cter agr�cola de las que la m�s conocida es Bru�el, a pocos kil�metros de Cazorla. No obstante, en la loma del actual Campo de F�tbol de Los Halcones, Nubla, la vega del Cerezuelo, etc., la presencia romana ser� constante e incluso se han encontrado algunos restos dentro del mismo casco urbano de Cazorla.
Del ocaso de la cultura romana, a partir de los primeros siglos de nuestra era, nuestra comarca no posee demasiada documentaci�n sobre la ocupaci�n humana, algunos restos cerca de Chillu�var, que con reparos se integran dentro del mundo visigodo.
Cazorla aparece como embri�n poblacional en un momento tard�o de la ocupaci�n isl�mica, tal vez tras la presencia almohade y el inicio de los reinos de taifas m�s importantes, como el reino Nazar� de Granada. Los restos arqueol�gicos encontrados en la zona vieja de la localidad o en los Castillos de La Yedra o de Las Cinco Esquinas, as� parecen documentarlo. Con la ubicaci�n de la l�nea de frontera entre el mundo cristiano y el musulm�n en la l�nea del Guadalquivir, Cazorla medieval y las localidades vecinas, se van a fortificar y ser�n durante bastantes a�os lugar de pugna para acceder al interior de Granada.
Fernando III "el Santo", en virtud de un privilegio que firm� en Salamanca en 1.231, don� a perpetuidad a Santa Mar�a de Toledo y en la persona de D. Rodr�go Xim�nez de Rada y de sus sucesores los territorios que, una vez conquistados, vendr�an a constituir el llamado Adelantamiento de Cazorla.
Su jurisdicci�n dur� hasta 1.811, cuando las Cortes de C�diz abolieron todos los se�or�os. Durante la Guerra de la Independencia los vecinos de Cazorla se distinguieron por su patriotismo luchando con heroismo contra el invasor. Como premio a esos servicios, las Cortes Generales de C�diz, concedieron, el d�a 1 de de abril de 1.813 a la Villa de Cazorla, el t�tulo de Ciudad, con la distinci�n de "Muy Noble y Leal". M�s tarde Alfonso XII recompens� la fidelidad de Cazorla a la Corona, durante las Guerras Carlistas, otorgando a su Ayuntamiento la categor�a de Excelent�simo.
Las construcciones de valor monumental y art�stico en Cazorla, sin olvidar restos de origen ib�rico, romano y �rabe, se pueden encuadrar entre los siglos XIV y XVII. Estas construcciones tuvieron en un principio una funci�n defensivo-militar (Castillo de La Yedra y de Salvatierra). Una vez estabilizada la frontera con el reino �rabe y acabada la reconquista, bajo la tutela del Arzobispo de Toledo, se generalizan las construcciones de tipo religioso (iglesias, conventos, etc.)
La relevencia de estos monumentos, unidos a las caracter�sticas especiales de su arquitectura popular, perfectamente encuadrada en su hermoso entorno natural, hizo que el Ministerio de Cultura, por Decreto 2.105/1.972 de 13 de julio, declarara Conjunto Hist�rico-Art�stico a la Ciudad de Cazorla y sus alrededores.
En el entorno de Cazorla va a tener lugar la presencia del hombre desde un momento temprano, a pesar de las condiciones geogr�ficas y f�sicas del lugar donde se encuentra. Tal vez de un momento avanzado del Neol�tico provengan los restos encontrados en un lugar conocido como El Chorro, caracterizados por hojas de silex y piezas denticuladas. Las ocupaciones en cuevas, con abundantes cer�micas e incluso con pinturas rupestres de tipo esquem�tico, en el cercano Puerto de T�scar, son tambi�n pertenecientes a este momento del 4.000-3.000 a. de C.
Pero ser� durante el Cobre final (2.000 a. de C.) cuando en las proximidades de nuestra localidad, se asienten los primeros poblados estables. Nos referimos a las terrazas m�s antiguas del r�o Cerezuelo, pr�ximas a la Cuesta de La Pioja y la confluencia con el r�o Ca�amares. En un cerro cercano a Cazorla conocido como la Loma del Bellot�n, se ubica un peque�o poblado de la cultura del Bronce (1.500 a. de C.).
Ya en el �ltimo milenio antes de nuestra era, la cultura ib�rica se desarrolla ampliamente por la provincia de Ja�n y en nuestra comarca estar� abundantemente representada, sobre todo por la presencia de una tumba de c�mara monumental en la vecina aldea de Toya (Peal de Becerro) que es un elemento �nico dentro del mundo ib�rico. M�s cercano a nosotros, tenemos el poblado de la Plaza de Armas del r�o Ca�amares o el Cerro de Cabeza del Rey, todo dentro de una cronolog�a del siglo V-III a. de C.
La campi�a y el pie de monte de nuestra comarca no ser�n ajenos a la romanizaci�n de la B�tica. Se van a desarrollar peque�as aldeas de car�cter agr�cola de las que la m�s conocida es Bru�el, a pocos kil�metros de Cazorla. No obstante, en la loma del actual Campo de F�tbol de Los Halcones, Nubla, la vega del Cerezuelo, etc., la presencia romana ser� constante e incluso se han encontrado algunos restos dentro del mismo casco urbano de Cazorla.
Del ocaso de la cultura romana, a partir de los primeros siglos de nuestra era, nuestra comarca no posee demasiada documentaci�n sobre la ocupaci�n humana, algunos restos cerca de Chillu�var, que con reparos se integran dentro del mundo visigodo.
Cazorla aparece como embri�n poblacional en un momento tard�o de la ocupaci�n isl�mica, tal vez tras la presencia almohade y el inicio de los reinos de taifas m�s importantes, como el reino Nazar� de Granada. Los restos arqueol�gicos encontrados en la zona vieja de la localidad o en los Castillos de La Yedra o de Las Cinco Esquinas, as� parecen documentarlo. Con la ubicaci�n de la l�nea de frontera entre el mundo cristiano y el musulm�n en la l�nea del Guadalquivir, Cazorla medieval y las localidades vecinas, se van a fortificar y ser�n durante bastantes a�os lugar de pugna para acceder al interior de Granada.
Fernando III "el Santo", en virtud de un privilegio que firm� en Salamanca en 1.231, don� a perpetuidad a Santa Mar�a de Toledo y en la persona de D. Rodr�go Xim�nez de Rada y de sus sucesores los territorios que, una vez conquistados, vendr�an a constituir el llamado Adelantamiento de Cazorla.
Su jurisdicci�n dur� hasta 1.811, cuando las Cortes de C�diz abolieron todos los se�or�os. Durante la Guerra de la Independencia los vecinos de Cazorla se distinguieron por su patriotismo luchando con heroismo contra el invasor. Como premio a esos servicios, las Cortes Generales de C�diz, concedieron, el d�a 1 de de abril de 1.813 a la Villa de Cazorla, el t�tulo de Ciudad, con la distinci�n de "Muy Noble y Leal". M�s tarde Alfonso XII recompens� la fidelidad de Cazorla a la Corona, durante las Guerras Carlistas, otorgando a su Ayuntamiento la categor�a de Excelent�simo.
Las construcciones de valor monumental y art�stico en Cazorla, sin olvidar restos de origen ib�rico, romano y �rabe, se pueden encuadrar entre los siglos XIV y XVII. Estas construcciones tuvieron en un principio una funci�n defensivo-militar (Castillo de La Yedra y de Salvatierra). Una vez estabilizada la frontera con el reino �rabe y acabada la reconquista, bajo la tutela del Arzobispo de Toledo, se generalizan las construcciones de tipo religioso (iglesias, conventos, etc.)
La relevencia de estos monumentos, unidos a las caracter�sticas especiales de su arquitectura popular, perfectamente encuadrada en su hermoso entorno natural, hizo que el Ministerio de Cultura, por Decreto 2.105/1.972 de 13 de julio, declarara Conjunto Hist�rico-Art�stico a la Ciudad de Cazorla y sus alrededores.
