CAVEF
Cátedra Abierta Víktor E. Frankl

Cuentos y Relatos

"Aplíquese este libro en la parte enferma
del paciente, y la cura puede ser milagrosa".

Leopoldo Marechal (Escritor argentino, 1900/1970)

Alrededor del año 1977, el profesor doctor Víktor Emil Frankl inauguró la Feria del Libro de Austria con una conferencia sobre el libro como recurso terapéutico. En esa ocasión, como en tantas otras, hizo referencia a varias hiatorias en las que un libro pudo cambiar el curso de la vida de muchas personas, haciendo desistir al lector del suicidio, sintièndose reconfortado en sus lechos de enfermo o descubriendo respuestas a la pregunta personal del sentido de la propia vida. Es así que queda formalmente planteada la llamada "biblioterapia".

"La literatura moderna no precisa continuar siendo tan sólo un síntoma más de las neurosis de masas de hoy día. Puede contribuír también a la terapéutica. Los escritores que han atravesado el infierno de la desesperación, que han experimentado la aparente carencia de sentido de la vida, pueden ofrecer su sufrimiento, como un sacrificio, en el altar del género humano. Sus revelaciones ayudarán al lector que sufra idéntico estado, a superar este último"... "Si el escritor no es capaz de inmunizar al lector contra la desesperación, ha de evitar al menos inocularle la desesperación" (Víktor Frankl, Psicoterapia y Humanismo, Ed.Fdo. de Cultura, Bs.Aires, 1984, página 100)

Es idea de CAVEF acercar a los visitantes, cuentos y relatos que puedan generar a través de sus mensajes, espacios nobles de reflexión personal y alienten en todos nosotros, la vocación de búsqueda que caracteriza el modo humano de vivir. Todos aquellos interesados en ahondar el espíritu, fundamento y práctica de la "biblioterapia", pueden referirse a:

GARCÍA PINTOS, Claudio, "La logoterapia en cuentos.El libro como recurso terapéutico", Colección Noesis, Editorial San Pablo, Buenos Aires, Argentina, 1996

GARCÍA PINTOS, Claudio, "A Logoterapia em Contos. O livro como recurso terapeutico", Editora Paulus, San Pablo (Brasil), 1999


BAMBU JAPONES
BAMBÚ JAPONÉS

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.

También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, jalándola con el riesgo de echarla a perder o sacarla, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, maldita seas!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes:

Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.

En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tarda solo seis semanas crecer?

No, la verdad es que se tomo siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo.

Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya están a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y coherente y saben esperar el momento adecuado.

De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y ésto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos-, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia. TIEMPO...........

¡Cómo nos cuestan las esperas!. Qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos...

Sidartha ( de la Obra de H. Hesse ) en su búsqueda de vida, manifiesta que sabe hacer 3 cosas: Se pensar, se ayunar y se esperar.

Nosotros apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi..... Nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...

Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés... ¿Para qué?

Propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. Gobernar aquella "toxina" llamada impaciencia, misma que nos envenena el alma.

Si no consigues lo que anhelas, no desesperes.......

Quizás solo estés, echando raíces....


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