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LOS INMIGRANTES
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TEVERGA (1970-1985)
El Concejo de Teverga es un valle de Asturias, a 40 kilómetros de Oviedo. Los frailes de la Orden de S. Benito dejaron a su paso por dos monasterios: uno en la Plaza y otro en Villanueva, dos aldeas de las muchas que componen el Concejo. En la Plaza, se levantó en 1048 la Colegiata de S. Pedro de Teverga, que es perla de la Arquitectura prerrománica.Dura la empresa que los Oblatos acometen, teniendo en cuenta que se les confían 16 parroquias en otros tantos pueblos o aldeas, repartidos por los camos y comunicados por caminos sin asfalto. A ello hay que agragar las inclemencias del tiempo, propias de la región, con lluvias frecuentes durante buena parte del año y con fuertes nevadas en los meses de invierno. La población la forman personas mayores y ancianos, ya que los jóvenes emigran a las ciudades, en busca de una fuente de ingresos ya que el trabjo en el campo y el pastoreo no despierta inquietudes de cara al futuro.
La actividad pastoral se centra en la sacramentalización , la catequesis para adolescentes y niños. Mención especial merece tambien la ayuda prestada a muchas familias, facilitandol el arreglo de los papeles y documentos necesarios para poder beneficiarse de los beneficios de la Seguridad Social.
Una demostración del trabajo llevado a cabo y del reconocimiento del mismo por parte de los fieles, fue la colocación de una placa en la pared del templo dedicado a Ntra Sra del Cébrano, lugar de concentración de todos los teverganos con ocasión de la fiesta patronal, el 15 de Agosto y que decía “ A los Padres Oblatos, en reconocimiento a la labor pastoral desarrollada en el Concejo de Teverga durante quince años.”
OVIEDO ( 1972-2003)
En Febrero de 1972 fue nombrado párroco de Ntra Sra de la Merced el P . Amador de Lucas. Cayó en la capital del Principado como naúfrago en isla extraña. No conocía a nadie. De nadie era conocido. Sólo tenían noticia de su llegada los Oblatos residentes en Teverga. Allí se fue a refugiar y desde allí viajaba a la capital para recibir instrucciones del Arzobispo para poder tener alguna idea de lo que le esperaba. El nuevo párroco no disponía de nada, porque nada existía: ni templo, ni ornamentos, ni casa parroquial, ni salones. Por todo tener, la parroquia disponía de un solar que se había adquirido como fruto de una misión y del aporte voluntario de las familias. Alquilado un local, se comenzaron las tareas pastorales de catequesis, despertando pronto el interés por la formación de distintos grupos que, al mismo tiempo que se les ofrecía formación religisoa, ofrecían ellos cariño y cercanía. El Arzobispado no disponía de recursos económicos y jugó una baza con el solar. Llegó a un acuerdo con una empresa constructora a la que cedió el solar para levantar allí un bloquecon los pisos que permitía la ley. La parroquia quedaba con tres pisos y toda la planta baja del bloque, que habría de ser el templo inaugurado en Abril de 1978. Establecida la comunidad, se distribuyeron las tareas para satisfacer las necesidades, logrando además de la formación religiosa, un acentuado sentido de comunidad.
