STUDIA LITERARIA

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FAWKES[1], EL FÉNIX: ENTRE EL BESTIARIO Y HARRY POTTER

 

You must have shown me real loyalty down in the Chamber.

Nothing but that could have called Fawkes to you.

(J. K. Rowling, Harry Potter and the Chamber of Secrets)

 

En el amplio abanico de los seres fantásticos, no sólo se puede encontrar entes que simbolizan la ferocidad animal, sino también aquéllos que representan la benevolencia. Entre estos últimos, uno de los ejemplos más claros es el fénix, cuyo complejo contenido simbólico en las distintas tradiciones culturales ha dado pie a las más variopintas descripciones y ha motivado su inserción en varios textos; sobre todo, en los bestiarios medievales.

        Más recientemente, la figura del fénix ha vuelto a ser incluida en el ámbito de lo fantástico dentro de la literatura con un papel relevante a lo largo de la saga Harry Potter, la cual, dada la alta presencia de intertextos que maneja, integra en su trama a este ser. Por ello, el presente análisis se concentra en estudiar algunas fuentes de la tradición literaria de las cuales abreva la autora para retomar esta figura, en particular de los bestiarios; así como determinar la función como personaje específico dentro de la trama de la saga.

1. ¿Qué es un fénix?

A partir de la descripción que se ofrece en el bestiario de la saga, Animales fantásticos y donde encontrarlos, puede verificarse la relación que tiene el fénix con sus antecesores en la tradición literaria de los bestiarios, así como las modificaciones que ha sufrido en el proceso de introducción en la serie.

El fénix es un magnífico pájaro rojo, del tamaño de un cisne, con una gran cola dorada, pico y garras del mismo color. Anida en las cimas de las montañas y se encuentra en Egipto, la India y China. El fénix puede vivir mucho tiempo, ya que se regenera: estalla en llamas cuando su cuerpo comienza a decaer y resurge de las cenizas como un polluelo. El fénix es una criatura amable, de la que nunca se ha sabido que matara, y sólo come plantas. [...] puede desaparecer y aparecer a voluntad. El canto del fénix es mágico: tiene fama de aumentar el valor de los puros de corazón y de infundir terror en los impuros. Sus lágrimas tienen grandes propiedades curativas. (Rowling, 2001d: 24-25).

        En general, esta descripción se ajusta a la mayoría de las tradiciones que asocian al fénix y a Fenicia, ya que el ave recibe su nombre por la púrpura, uno de los productos de dicha región (en griego, foinix) y de ahí la asociación con dichos tonos. Las descripciones que se han hecho en los bestiarios sobre el plumaje del fénix, empero, varían considerablemente: “Algunos dicen que tiene un tono general rojo-dorado, mientras que otros dicen que es púrpura real y otros aseguran que tiene el cuerpo de color ciruela, el dorso y las alas escarlatas, la cabeza dorada y una larga cola rosa y azul.” (Page & Ingpen, 2002: 206). Incluso el aspecto físico resulta ser problemático; en los bestiarios, los autores asemejan al fénix a un pavo real o a un águila, aunque también el bestiario de Philippe de Thaün, el más antiguo entre los escritos en Francia, señala que tiene el aspecto de un cisne.[2] Cabe hacer notar que el origen más probable de esta ave mítica y cómo llega a la tradición literaria occidental es muy semejante a la del dragón, pues las primeras descripciones del ave (incluyendo la forma semejante a un faisán y el color rojizo y ciertos vínculos con la generación de la vida) es casi seguro que aparecieron en China, de donde puede suponerse que, vía India, llegaron hasta la región de Medio Oriente, particularmente a Egipto. Estas suposiciones se ven confirmadas en las tradiciones de las leyendas chinas sobre el fénix y que son retomadas en la saga Harry Potter al señalar como moradas de esta ave a China, India y Egipto. Como un añadido a la descripción hodierna del fénix se encuentra la catalogación de este pájaro que hace el Ministerio de Magia, la cual indica por medio de un número de X el grado de peligrosidad de un animal mágico. El fénix recibe 4X no porque ofrezca un riesgo intrínseco, sino porque son pocos los magos que han logrado domesticar a esta ave. En este punto se entrelaza la unicidad del fénix, rasgo descrito en los bestiarios, con la lealtad: “El fénix es un ave de Arabia, así llamada porque tiene el color fenicio [púrpura], o porque es singular y única en el mundo entero. Pues los árabes llaman fénix a una cosa única.” (Malexcheverría, 1999: 176). Esta descripción concierta con otro rasgo a lo largo de la serie y que prolonga la tradición del bestiario, ya que Fawkes[3], el fénix de Albus Dumbledore, director de Hogwarts, es un animal único en la saga, pues sólo él ha tenido un papel dentro de ella. De esta exclusividad nace el punto de unión con lo leal, un elemento que tendrá gran peso a lo largo de las novelas y que supone una de las adaptaciones contemporáneas a esta ave mítica.[4]

El fenómeno literario que se representa en la saga Harry Potter es la recuperación de los elementos y atributos medievales que poseía el dragón[5] extrayéndolos, a la vez, de su contexto para articularlos en torno a circunstancias fantásticas cuyo único límite es la realidad alterna en la que esta contenida la obra —es decir, el mundo que se considera real y existente— que es Hogwarts. [...] Los elementos medievales son [parcialmente] desprovistos de sus referentes [originales] y se asocian a otros de carácter moderno. (Velázquez, 2003. El texto entre corchetes no pertenece a la cita original).

        La fidelidad es una de las constantes en la descripción de Fawkes a la cual se pueden atribuir sus acciones hacia el final de Harry Potter y la cámara secreta, al responder a la petición de auxilio de Harry cuando éste se encuentra frente al basilisco. Es aquí donde esta ave se establece como un símbolo de la lealtad a lo largo de la saga. “Antes que nada, Harry, quiero darte las gracias —dijo Dumbledore, parpadeando de nuevo—. Debes haber mostrado verdadera lealtad hacia mí en la cámara. Sólo eso puede hacer que acuda Fawkes.” (Rowling, 2001b: 279). Esto se realza con el hecho de que Duumbledore es uno de los magos escogidos que ha logrado domesticar a un fénix, con lo que también la unicidad de este personaje queda fija, simbolizada en lo especial de su mascota.

        La influencia de la tradición china sobre el feng-huang o fénix chino proveniente de las leyendas de aquel país también es evidente, aunque en menor proporción que la visión occidental: “Es el pájaro chino, con garras desnudas y alas desplegadas, el que se representa tradicionalmente atacando serpientes como el basilisco.” (Kronzek, 2002: 140).[6] Esta imagen queda plasmada en la lucha entre Harry y el basilisco que obedece a una imagen preservada de Voldemort en la cámara de los secretos. El fénix con sus cualidades mágicas es capaz de enfrentarse a la letal mirada del basilisco y logra cegarlo.

Entonces Fawkes descendió. Su largo pico de oro se hundió en la carne del monstruo y un chorro de sangre negruzca salpicó el suelo. [...] Harry miró de frente a su cabeza y se dio cuenta de que el fénix lo había picado en los ojos, aquellos grandes y prominentes ojos amarillos. La sangre resbalaba hasta el suelo y la serpiente escupía agonizando. (Rowling, 2001b: 268).

        Siguiendo con el rasgo de la fidelidad y el fénix, ésta tiene otra manifestación en el quinto libro de la saga, en el que se resalta por un lado la lealtad y, por otro, una de sus habilidades mágicas: la capacidad de aparecer o desaparecer a voluntad. Ésta es de tal magnitud que logra evadir los encantamientos de Hogwarts, que impiden que alguien pueda aparecerse o desaparecerse mágicamente en la escuela, con lo que ayuda a Albus Dumbledore a escapar de ser arrestado por representantes del Ministerio de Magia. “En ese momento Fawkes trazó un último círculo por el despacho y descendió sobre el director. Dumbledore soltó a Harry, levantó una mano y asió la larga y dorada cola del fénix. Se produjo un fogonazo y ambos desaparecieron.” (Rowling, 2004: 640). Aunque es sin duda en el enfrentamiento final de esta novela donde este rasgo de lealtad mascota-dueño llega a una de sus expresiones más sublimes al salvarle la vida, comenzando ya con los ecos de la tradición cristiana sobre el fénix.[7]

Voldemort desapareció, y la serpiente echó hacia atrás la parte del cuerpo que tenía levantada del suelo, preparada para atacar.

Hubo un fogonazo en el aire, por encima de Dumbledore, y en ese preciso momento reapareció Voldemort [...]

         —¡Cuidado! —gritó Harry.

Pero mientras él gritaba, otro haz de luz verde salió impelido de la varita de Voldemort y la serpiente atacó...

Entonces Fawkes descendió en picada ante Dumbledore, abrió mucho el pico y se tragó todo el haz de luz verde: estalló en llamas y cayó al suelo, pequeño, encogido e incapaz de volar. (Rowling, 2004: 838-839).

        Entre estas habilidades mágicas también destaca el canto, del cual ya nos hablan los bestiarios en la Edad Media:

El Qaqnus es muy conocido. Vive en la India, tiene el pico largo, con muchos orificios, y de cada uno procede una nota distinta. Cuando canta, ningún animal puede pasar por sus cercanías, debido a la dulzura de su voz. [...] Y dicen que el órgano se inventó como imitación del canto de este pájaro. (Malexcheverría, 1999: 178).

Sin embargo, la novedad en la saga es el poder que posee el canto con respecto al valor, en especial durante el enfrentamiento que se da en Harry Potter y el cáliz de fuego contra Voldemort. En dicha batalla, el canto del fénix concede esperanza de ánimo a Harry para poder enfrentarse a su enemigo, una vez que se unen las varitas de ambos por un fenómeno conocido como Priori incantatem, al tiempo que da constancia de la bondad y pureza de corazón preternaturales de Harry.

Y entonces, un sonido hermoso y sobrenatural llenó el aire... Procedía de cada uno de los hilos de la red finamente tejida en torno a Harry y Voldemort. Era un sonido que Harry pudo reconocer, aunque antes sólo lo había oído una vez: era el canto del fénix.

Para Harry era un sonido de esperanza... lo más hermoso y acogedor que había oído en su vida. Sentía como si el canto estuviera dentro de él en vez de rodearlo. Era un sonido que lo conectaba a Dumbledore, como si un amigo le hablara al oído...

No rompas la conexión. (Rowling, 2001c: 578. Las cursivas son de la autora).

        El fenómeno anterior requiere de una explicación más amplia, referida nuevamente al fénix; en efecto, las plumas de la cola de este animal tienen propiedades mágicas poderosas que las hacen ideales como núcleos de poder de una varita. Ahora bien, la unicidad de esta ave se reitera al ser Harry escogido para una varita en particular que posee una pluma de fénix y que se vuelve, por tanto, una de las señales que marcan su destino heroico.

Recuerdo cada una de las varitas que he vendido [...] Y resulta que la cola de fénix de donde salió la pluma que está en su varita dio otra pluma, sólo una más. Y realmente es muy curioso que estuvieras destinado a esa varita, cuando fue su hermana la que te hizo esa cicatriz [...] La varita escoge al mago, recuérdalo... Creo que debemos esperar grandes cosas de ti, Harry Potter (Rowling, 2001a: 77).

A partir de este hecho —el que las varitas de Harry y Voldemort comparten núcleo—, puede entenderse el efecto de Priori incantatem que se presenta durante la contienda entre ambos y la ayuda proveniente de los ecos que surgen de la varita de Voldemort, formas corpóreas de aquellos asesinados por él, quienes ayudan a Harry a escapar del peligro.

—¿Se conectaron las varitas? [...] —¿Por qué?

Priori incantatem

—¿El efecto de encantamiento invertido? —preguntó Siruis

—Exactamente —contestó Dumbledore—. La varita de Harry y la de Voldemort tienen el mismo núcleo. Cada una de ellas contiene una pluma de la cola del mismo fénix. De ese fénix, de hecho [...]

—¿La pluma de mi varita proviene de Fawkes? —exclamó Harry sorprendido.

—Sí —respondió Dumbledore

[...] —Entonces, ¿qué sucede cuando una varita se encuentra con su hermana? —quiso saber Siruis

—Que no funcionan correctamente la una contra la otra [...] Sin embargo, si los dueños de las varitas las obligan a combatir... tendrá lugar un efecto muy extraño: Una de las varitas obligará a la otra a vomitar los encantamientos que ha llevado a cabo... en sentido inverso, primero el más reciente, luego los que lo precedieron. (Rowling, 2001c: 604-605).

Las plumas de la cola de Fawkes también sirven como un medio de comunicación entre los miembros de la Orden del Fénix, en la cual aquél posee una función de mensajero, tal y como se muestra en el quinto libro de la saga, al entregar cartas o advertir si alguien puede interferir para evitar que Harry y los hermanos Weasley salgan de Hogwarts tras el ataque del que ha sido víctima el padre de éstos últimos.

En ese momento se produjo un fogonazo en medio del despacho; cuando se apagó, apareció una pluma dorada que descendió flotando suavemente.

—Es el aviso de Fawkes —anunció Dumbledore, y agarró la pluma antes de que llegara al suelo—. La profesora Umbridge sabe que no están en sus camas... Minerva, vaya y entreténgala, cuéntele cualquier historia. (Rowling, 2004: 491).

Con respecto a otra habilidad del fénix, el transporte de cargas pesadas, también ha tenido una repercusión importante en la saga; en especial cuando Harry, Ron, su hermana Ginny y el profesor Lockhart están atrapados en el fondo de la cámara de los secretos. En este momento Fawkes se encarga de librarlos del embrollo, sacándolos de ese lugar.

—¿Has pensado como vamos a subir? —preguntó a Ron.

Ron negó con la cabeza, pero Fawkes ya había pasado delante de Harry y se hallaba revoleteando delante de él. Los ojos redondos del ave brillaban en la oscuridad mientras agitaba sus alas doradas. Harry lo miró dubitativo.

Parece como si quisiera que te cogieras a él... —dijo Ron, perplejo—. Pero pesas demasiado para que un pájaro te suba.

Fawkes —aclaró Harry— no es un pájaro normal. —Se volvió inmediatamente a los otros—. Vamos a darnos la mano. Ginny, coge la de Ron. Profesor Lockhart...

[...] —Coja la otra mano de Ginny.

[...] Ron se agarró a los najos de la túnica de Harry, y Harry, a las plumas de la cola de Fawkes, que resultaban cursiosamente cálidas al tacto.

Una extraordinaria luminosidad pareció extenderse por todo el cuerpo del ave, y en un segundo se encontraron subiendo por la tubería a toda velocidad. (Rowling, 2001b: 273).

Otra peculiaridad acerca del fénix en la saga es, tal y como lo menciona la descripción inicial, el poder curativo que poseen sus lágrimas. Una de las escenas en donde esto se demuestra es en la lesión que sufre Harry tras ser atacado por una araña gigante en el laberinto del Torneo de los tres magos, y cuya inmediata curación se da por la acción de Fawkes. Sin embargo, la mayor intervención de éste se presenta cuando sus propiedades mágicas no sólo le ofrecen la habilidad de soportar la mirada del basilisco, al grado que es capaz de herirlo de manera grave, sino que también sus lágrimas tienen la capacidad para contrarrestar los efectos del mortífero veneno de este monstruo, curación que ejecuta sobre Harry, a quien se la había clavado un colmillo de la inmensa serpiente en el brazo. Él piensa que morirá; sin embargo, la asistencia de Fawkes es crucial en su casi instantánea recuperación. Es también de notar la inteligencia de Fawkes, pues él es quien le ayuda a descubrir el secreto de cómo derrotar al recuerdo de Voldemort, al entregarle el diario de donde había salido éste. También es quien trae el sombrero seleccionador del que saldrá la espada con la que mata al basilisco.

Pero ¿de verdad era aquello la muerte? En lugar de oscurecerse la cámara se volvía más clara. Harry movió la cabeza, y allí estaba Fawkes, apoyándole todavía la suya en el brazo. Un charquito de lágrimas brillaba en torno a la herida... Sólo que ya no había herida. (Rowling, 2001b: 270).

2. Fawkes renacido

Aun cuando existen discrepancias sobre la descripción del fénix, el punto de concordancia entre los distintos bestiarios que hablan de esta ave se sitúa en el rasgo más sobresaliente que ha llegado hasta nuestros días: el renacimiento del fénix de sus propias cenizas. El recuento más conocido de este fenómeno en los bestiarios ubica a esta ave en la India, donde vive durante quinientos años (cifra simbólica que representa el decaimiento de los cinco sentidos corporales), al cabo de los cuales parte hacia el templo de Heliópolis, en Egipto, cargada de aromas de exquisitas especias, se instala en el ara, enciende fuego y se incinera. En términos generales, ésta es la descripción del acontecimiento que se maneja desde Herodoto y Plinio y que llegaría a adquirir el sentido cristiano en los escritos del Papa San Clemente, así como en el Physiologus y en el Bestiario de Oxford.[8]

Al día siguiente, el sacerdote busca entre las cenizas del ara, y encuentra allí un pequeño gusano. Y al segundo día, fijaos, tiene plumas y se ha convertido en un pajarillo. Y al tercero lo encuentran idéntico a lo que era, es decir, al fénix, saluda al sacerdote, se marcha volando y regresa a su antigua morada. (Malexcheverría, 1999: 173).

Dentro del discurso ideológico de los bestiarios, los cuales buscan predicar el cristianismo con leyendas animalistas[9], el fénix tiene una simbología claramente asociada a la resurrección de Cristo, a los tres días que pasa en el sepulcro tras su muerte y al hecho de que él mismo se inmole por los pecados de la humanidad; los aromas que porta el fénix representan la palabra divina de la Revelación, de la Buena Nueva del reino de Dios, según la cosmovisión medieval; mientras que sus alas simbolizan el Antiguo y el Nuevo Testamento. “El fénix puede también representar la resurrección de los justos que van atesorando los aromas de las virtudes para cobrar nueva energía después de la muerte.” (Andreu, 1983: 75).

En Harry Potter y la cámara secreta, se presenta la imagen de la inmolación del fénix, en una clara traslación de la imagen presentada por el bestiario medieval. En ella, Fawkes arde en presencia de Harry, quien se asombra sobremanera al no saber qué sucedía, ni conocer hasta ese momento nada sobre la peculiar mascota del profesor Dumbledore.

El pájaro se había convertido en una bola de fuego, emitió un fuerte chillido y un instante después no quedaba de él más que un montoncito humeante de cenizas en el suelo. [Dumbledore lo tranquilizó diciéndole] —Fawkes es un fénix, Harry. Los fénix se prenden fuego cuando les llega el momento de morir, y luego renacen de sus cenizas. Mira...

Harry dirigió la mirada hacia la percha a tiempo de ver un pollito diminuto y arrugado que asomaba la cabeza por entre las cenizas. (Rowling, 2001b: 179-180).

Ahora bien, el simbolismo del fénix no se limita a la creencia en la resurrección, sino en la vida del mundo futuro, en la esperanza, así como imagen de la pureza de conciencia y de la castidad (Charbonneau-Lassay, 1997: 421). A diferencia de los bestiarios en que el fénix renace cada quinientos años, en la serie se da a entender que este suceso ocurre con mayor frecuencia.

        Si durante la Edad Media el ave era la imagen de Cristo[10] y la expresión de que morir no es sino el paso a la vida perdurable, ésta misma concepción queda adaptada parcialmente en Harry Potter, pues el fénix se convierte en un símbolo de la necesidad del ciclo muerte-vida, opuesto a la ambición de Voldemort por alcanzar la inmortalidad. No es casual pues que el grupo que se opone a los planes de Voldemort tenga por nombre la Orden del Fénix. Con ello se recalca uno de las concepciones sobre la muerte que permean la saga y en las que se incluye a esta poderosa ave —que está con Harry dado que una pluma de su cola se encuentra en la varita mágica de éste—, para fines cruciales que, empero, no han aparecido del todo hasta ahora en las novelas.

“En todas las culturas, la inmortalidad, aunque es deseable, atenta contra las leyes de la naturaleza. Las cosas deben morir para que nazcan otras.” (Colbert, 2002: 203). En efecto, el afán de conquistar la muerte de Voldemort va en contra del ciclo de la vida, cuyo intento de fractura da como resultado el desequilibrio cosmológico y la clásica lucha entre el bien y el mal que se presenta en la serie. De ahí que deba existir una fuerza más poderosa que la muerte para que controle este perenne ciclo y el orden se conserve. (Velázquez, 2004).

        De todo lo anterior se desprenden varias conclusiones simples; por un lado, el rasgo más conocido del fénix a lo largo de la tradición literaria, su renacer de las cenizas, queda completamente confirmado en Harry Potter con resabios de la tradición cristiana acerca de la justificación del morir para una vida nueva y que aun cuando no queda manifestado de manera explícita en la saga, puede encontrarse en el fondo de la oposición a la búsqueda de la inmortalidad. En cuanto a los demás rasgos caracterizadores del fénix, puede decirse que, por lo general, Rowling retoma las descripciones más comunes de esta ave que tienen su origen, como ya se ha visto, en los bestiarios medievales y los traslada casi intactos a su obra; aunque, desde luego, desprovistos de la compleja simbología que se les adjudicaba en el medioevo; con todo, el trabajo intertextual no ser limita a un mero calco, sino que además incluye nuevos rasgos que no se encontraban en tradiciones anteriores como el uso de sus plumas en varitas mágicas o el poder curativo de sus lágrimas. Por todo esto, puede afirmarse sin reticencia alguna que el fénix ha renacido en Harry Potter.

BIBLIOGRAFÍA

Andreu, Carmen (trad.). 1983. Bestiario de Oxford. Manuscrito Ashmole 1511 de la Biblioteca Bodelian (Madrid: Ediciones de Arte y Bibliofilia).

Biblia. 1998. “Evangelio de San Juan”, en Nueva Biblia de Jerusalén (Bilbao: Desclée de Brouwer).

Charbonneau-Lassay, Louis. 1997. El bestiario de Cristo. El simbolismo animal en la Antigüedad y la Edad Media. Sophia Perennis, 44 (Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, Editor).

Colbert, David. 2002. Los mundos mágicos de Harry Potter. Mitos, leyendas y datos fascinantes (México: Ediciones B).

Izzi, Massimo. 2000. Diccionario ilustrado de los monstruos. Ángeles, diablos, dragones, sirenas y otras criaturas del imaginario (Palma de Mallorca: José J. de Olañeta, Editor).

Kronzek, Allan Z. & Kronzek, Elizabeth. 2002. El diccionario del mago (México: Ediciones B).

Malexcheverría, Ignacio (trad.).1999. Bestiario Medieval. Biblioteca Medieval, II (Madrid: Siruela).

Page, Michael & Ingpen, Robert. 2002. Enciclopedia de las cosas que nunca existieron. Criaturas, lugares y personas (Madrid: Anaya).

Poirron, Daniel. 1983. “Los bestiarios en la literatura medieval”, en Bestiario de Oxford Manuscrito Ashmole 1511 de la Biblioteca Bodelian (Madrid: Ediciones de Arte y Bibliofilia).

Rowling, J. K. 2001a. Harry Potter y la piedra filosofal (Barcelona: Salamandra).

———. 2001b.  Harry Potter y la cámara secreta (Barcelona: Salamandra).

———. 2001c. Harry Potter y el cáliz de fuego (Barcelona: Salamandra).

———. 2001d. Animales fantásticos y dónde encontrarlos (Barcelona: Salamandra).

———. 2004. Harry Potter y la orden del fénix (Barcelona: Salamandra).

Velázquez, Alejandro. 2003. “Un dragón para Harry Potter. Estudio del dragón en bestiarios y en la saga Harry Potter”, en Studia Literaria.                                            http://www.studialiteraria.tsx.org/ (29 de junio de 2004).

———. 2004. “Algunas reflexiones sobre la muerte en Harry Potter”, en Studia Literaria. http://www.studialiteraria.tsx.org/ (2 de enero de 2005).


[1] El nombre y su relación con el fuego vienen de Guy Fawkes, miembro de una conspiración católica que tenía como plan volar en pedazos el Parlamento británico con 36 barriles de pólvora mientras se inauguraran en presencia del rey Jaime I las sesiones en el recinto en 1605. Fawkes fue descubierto y junto con los demás conspiradores fue condenado a la pena de muerte por descuartizamiento. Desde esa fecha, en Inglaterra, el 5 de noviembre se celebra la Noche de las hogueras (Bonfire Night) que celebra el desmantelamiento de esta conjura.

[2] Para mayor información sobre esta descripción y detalles bibliográficos remito al Bestiario Medieval, traducido por Ignacio Malexcheverría (véase la bibliografía).

[3] Para efectos de crítica textual, aclaro que en la convención tipográfica sigo la traducción española que manejo en el aparato de citas y que pone el nombre en cursivas; la edición inglesa, empero, consigna el nombre en tipo normal.

[4]Aunque  Kronzek hace notar que en la mitología china el fénix “[...] durante siglos ha sido un símbolo de poder integridad, lealtad, honestidad y justicia (2002: 139. Las cursivas son mías), seguramente vinculando estas virtudes con las cinco clases de fénix chino; en todo caso, parece que el rasgo no fue extraído de dicha tradición y que supone una adaptación libre de la autora.

[5] Para efectos de este análisis, sustitúyase dragón por fénix.

[6] A esto añade el autor que “no conocemos ningún precedente de la habilidad de Fawkes para curar heridas con sus lágrimas o de dar poder a las varitas con las plumas de su cola [...]” (Kronzek, 2002: 140). Por lo cual estos dos rasgos que son bastante comunes en la saga no pueden atribuirse a la influencia de los bestiarios y deben considerarse como adaptaciones hechas al fénix en su traslado cultural y temporal, tal y como apunto un poco más adelante.

[7] En efecto, la lealtad aquí tiene un parecido como uno de los elementos constitutivos de la amistad al ágape o amor de benevolencia cristiano, como una de las fuerzas que pueden lograr superar la muerte: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos.” (Jn 15, 13). Por ello el fénix es otro de los símbolos al ofrecer su vida por Dumbledore, aun cuando aquél tenga la capacidad de resucitar. Este amor de benevolencia también queda simbolizado en el fénix. Para más detalles, remito a mi estudio Algunas reflexiones sobre la muerte en “Harry Potter” (véase bibliografía).

[8] Las tradiciones más antiguas que vinculan al fénix con la resurrección tienen como base los ciclos que se dan en la naturaleza: “La ciclicidad, al repetición de fases temporales, sobreentiende evidentemente la alternancia de muerte y resurrección exactamente igual que el año pasa a través de ciclos ascendentes y descendentes que se manifiestan en transformaciones de la vegetación”. (Izzi, 2000: 184). No sería desatinado pensar que en su origen chino el ave fuera uno de los tantos constructos del imaginario para simbolizar de manera ideográfica estos fenómenos.

[9] Dado que este no es el espacio para una discusión a fondo sobre los bestiarios en si, no profundizo sobre este tema. Remito, pues, al excelente estudio de Daniel Poirron titulado Los bestiarios en la literatura medieval (la ficha completa está en la bibliografía).

[10] Me parece interesante anotar la referencia completa acerca de esta concepción según el Bestiario de Oxford: “Esta ave simboliza a Nuestro Señor Jesucristo, que dijo «tengo el poder de entregar mi vida, y tengo el poder de volver a cogerla». [Jn 10, 18] Puesto que el ave fénix tiene el poder de aniquilarse y volver a la vida, ¿por qué a los tontos le irrita la palabra del hijo de Dios «tengo el poder...»? Pues nuestro Salvador bajó del cielo llenando sus alas [...] con dulcísimos aromas, y se ofreció por nosotros en la Cruz; pero a los tres días resucitó.” (Andreu, 1983: 75. Las comillas francesas son del texto original, los corchetes que especifican la cita bíblica son míos).


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