Cantante
Fecha de nacimiento: 8 de mayo de 1926
Lugar: Caguas, Puerto Rico
Falleció: 26 de mayo de 1996
Artista que marcó toda una época en el pentagrama
boricua, Luis Felipe Rodríguez Quiñones nació
en 1926 en el barrio Savarona del municipio de Caguas. Hijo
de Luis Felipe Rodríguez, agricultor del Barrio Borinquen;
y Carmen Quiñones, de oficio comadrona; su progenitor
falleció cuando el futuro artista apenas lleva cinco
meses de gestación en el vientre de su madre.
Así, en la década
del 30, la viuda trasladó su residencia al barrio El
Chícharo, en la Parada 25 de Santurce, y luego se estableció
en el Barrio Obrero.
Felipe se inició en
la música participando en el programa "Tribuna
del Arte". Formó un dúo con Julito Rodríguez
y más tarde formó parte del trío Los
Tres Romanceros, junto a Julito y Sotero Collazo. En el 1950
se separó de éstos para organizar el trío
Los Carpios, que posteriormente se popularizaran bajo el nombre
de Los Antares. En este periodo, donde los artistas solían
desenvolverse en distintas proyectos, el cantante cagüeño
también formó un dúo con María
Esther Pérez Félix entre el 1950 y 1953.
Bautizado por el locutor
Mariano Artau como "La Voz", Felipe Rodríguez
comenzó a repercutir con fuerza en el mundo de las
grabaciones durante los años 50. Sus interpretaciones
de "La última copa" y "Golondrina viajera"
se convirtieron en 1952 en éxitos sin precendentes
en todo el país. Ese mismo año grabó
también las conocidas canciones "Los Reyes no
llegaron" y "Esta Navidad". A partir de este
momento, Felipe inició junto a sus Antares una importante
etapa artística, que lo llevó a visitar anualmente
el circuito de teatros hispanos de la costa este de los Estados
Unidos. Fue precisamente en este periodo donde Felipe batió
todos los récords de taquilla, superando las marcas
establecidas en épocas anteriores por Libertad Lamarque.
En el 1954 organizó
el conocido dúo Felipe y Davilita, junto a don Pedro
Ortiz Dávila, logrando gran éxito y marcando
toda una época de la canción popular puertorriqueña.
Mientras Felipe gozaba de su mejor momento en el arte, su
rescate del legendario Davilita, que había sufrido
contratiempos con su voz, le hizo más que meritorio
cada éxito musical.
Cuando en la década
del 60 el movimiento de la Nueva Ola comenzó a invadir
a Puerto Rico con las guitarras eléctricas y sus tonadas
de rock, Felipe y Davilita hicieron frente común al
movimiento, alternándose los primeros lugares de las
listas de la popularidad con Rafael Cortijo y su Combo.
En medio de las nuevas corrientes
musicales, su fama continuó firme entre los puertorriqueños
radicados en Nueva York. En esta época, Felipe se convirtió
en el primer cantante boricua en interpretar el himno nacional
de Puerto Rico en una pelea de pesos pesados que se transmitió
de costa a costa en los Estados Unidos.
De regreso en Puerto Rico
el cantante incursionó en una de sus grandes pasiones:
la radio. Desempeñándose como locutor, Rodríguez
presentó un programa musical titulado "Este es
su disco" que transmitía la emisora WITA Radio
desde San Juan.
Llegado el año 1967,
la multinacional RCA Víctor se estableció en
Puerto Rico y decidió firmar de inmediato a Felipe
Rodríguez como artista exclusivo. Sin embargo, luego
de todos los aciertos que el intérprete había
logrado en el pentagrama popular, su unión con la RCA
fue breve y poco productiva.
No obstante, en la década
del 70, "La Voz" volvió a primeros lugares
de las listas de éxitos al realizar, junto a Davilita
y Pellín Rodríguez, varias producciones navideñas.
Editados por la casa Borinquen, la canción "La
protesta de los Reyes" se convirtió en 1974 en
un clásico por su mensaje de reafirmación cultural.
Y junto a Parranda parrandera" y "Navidad"
marcó la triología de grabaciones navideñas
que realizó el trío junto al Sexteto Borinquen.
Mas la unión de Felipe
y Davilita no se limitó a estas producciones navideñas.
También el popular binomio realizó inolvidables
grabaciones como fueron "Canciones de Pedro Flores"
en 1973 y "Canciones de Rafael Hernández"
un año más tarde.
Entrada la década
del 80, la carrera discográfica de Felipe Rodríguez
se mantuvo al día ampliando su catálogo musical.
En 1983 el cantante se unió a Aidita Viles para lanzar
el álbum "Por primera vez". Y ante el éxito
logrado por ambos en este proyecto, la secuela "Juntos
otra vez" los llevó de nuevo al estudio en 1986.
Un año más
tarde, el popular intérprete logró su anhelado
debut en el Centro de Bellas Artes donde el más efusivo
de los públicos le acompañó canción
tras canción. Reafirmando su convocatoria popular,
la década del 80 vio cómo numerosas instituciones
homenajearon al cantante. Entre ellas, el Festival de Claridad
le rindió honores durante una de sus ediciones. Y ya
entrado los años 90, el pueblo de Caguas nombró
- en su honor - la sala principal del Pabellón de las
Artes de dicha municipalidad.
Felipe Rodríguez fue
un artista que contó con la fidelidad incondicional
de sus seguidores. Frente a los embates de moda que ha atravesó
el pentagrama popular durante la segunda mitad del siglo XX,
el cantante se mantuvo inmovible en un sitial de preferencia.
Y aún cuando su música no recibía amplia
difusión en la radio, Felipe Rodríguez permaneció
activo en los estudios de grabación realizando sus
producciones.
Justo en sus días
finales, el popular intérprete se había unido
al cantautor Felito Félix para grabar un disco de boleros
que se convirtió en un clásico musical. Pero
cuando se disponía a grabar una segunda edición
de dicho proyecto, una caída en su hogar lo llevó
a enfrentar complicaciones de salud que, el miércoles
26 de mayo de 1999, sellaron su vida con un último
suspiro.
Al partir de esta existencia,
el pueblo puertorriqueño se desbordó en honores
a esta impactante figura del Puerto Rico del siglo XX. Para
la posteridad quedaron como prueba cientos de grabaciones
y numerosas composiciones. Y en medio de toda la nostalgia
que evoca una época, el libro "La vellonera está
directa" que en vida de Felipe publicó el musicólogo
Pedro Malavet Vega, permanece como un homenaje póstumo
que invita a conocer su historia.