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Sin dudas , el más prolífico
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y constructor de vehículos
uruguayos ha sido Horacio Torrendell Larravide. El
primer auto que Torrendell diseñó lo mandó
construir, pues no tenía en ese
momento donde hacerlo. Lo hizo con un doble
propósito. En primer lugar, hacía poco tiempo
que
se había
comenzado en Brasil y Argentina la fabricación de
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automóviles y
todos los
puestos importantes eran desempeñados allí por extranjeros al no
existir personal autóctono competente. Visto esto el deseo de Torrendell era "aprender
a
hacer
autos"
al igual que lo que hace un joven que va a una facultad a aprender una profesión
para después desempeñarse en ella.El segundo propósito
era
una aspiración ,que,
aun reconociendo que era prácticamente inalcanzable, lo seducía
inmensamente. ¿Porqué
en América
Latina, que
tenia en ese entonces unos 350 millones de habitantes, no teníamos ni
un auto de diseño propio cuando
países con
poblaciones mucho menores los fabricaban
por millones y, no solo eso, sino que sus fábricas se
instalaban en nuestros países para
hacerlos? Tengamos, entonces,
nuestros propios Estudios y diseñemos y construyamos, nuestros propios
autos,
era a lo que Torrendell aspiraba. Pagábamos,
y lo seguimos pagando , un alto
precio por usar conocimiento de otros pues es bien sabido
que una de las formas que tienen los
pueblos de alcanzar un alto nivel económico es a través de la mejor
calidad del
conocimiento que tienen sus
habitantes. Estábamos transfiriendo
a otros países lo que eventualmente podía llegar a ser para nosotros
una
importantísima arma que nos permitiera: primero mejorar nuestro bienestar,
segundo competir mano a mano con un mundo en el que pudiéramos dar y recibir
por
igual y tercero levantar nuestra autoestima -cosa importante para un pueblo-
recuerda Torrendell.
El
problema financiero no lo preocupaba
pues es bien sabido que el capital va y viene por todo el mundo y se instala
donde encuentra las condiciones adecuadas.
Fue
en Papworth (Inglaterra) durante 1962 , en una pequeña fábrica
de vehículos
especiales
(furgones para el correo, vehículos de apoyo para bomberos, etc.) donde
Torrendell hizo su experiencia como incipiente constructor. El resultado fue un
pequeño auto con mecánica de Mini y carrocería realizada
con chapa plegada, considerando
la idea
de transferir, en una primera instancia, ese sistema de fabricación al
Uruguay,
donde no era conveniente el uso de costosas matrices para estampados. Lo probó
e hizo probar allí con importantes
ingenieros de
la industria automotriz y volvió al Uruguay con la esperanza de iniciar
su
camino. A
su regreso al pais, a traves de su viejo amigo el Dr. Roberto Vivo que efectuo
un aporte pecuniario imprescindible en esa etapa y que, por suerte -comenta Torrendell-
le dio muy buen dividendo, se contactó con Guido Di Tella, de quien Vivo
era tambien amigo, (y que
fabricaba un auto en Argentina, el "Siam Di Tella")
el que
tenia su planta Siam de electrodomesticos en
Uruguay y había comprado recientemente una concesionaria de General Motors
en
Montevideo. A Di Tella le interesó la idea de utilizar su planta para
construir un auto en nuestro pais. En
ese
momento
existían
algunas
condiciones
favorables
para
la
construcción de automóviles en Uruguay; leyes proteccionistas que
eximían o
reducían impuestos a las producciones nacionales respecto a las importadas.
General
Motors Uruguaya (GMU) estaba considerando en ese momento, la idea de
integrar a uno de sus modelos de chasis, una carrocería de industria uruguaya
con lo que se conseguiría -de acuerdo con la reglamentación que
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rebaja
existía
entonces- una importante de los recargos sobre lo que se importaba.
Otra
condición era que las filiales de G.M. en los paises sudamericanos
servían
como "pista de pruebas" para los altos mandos de la compañia.
Ya
estaban estudiando otros proyectos, pero ninguno garantizaba haber sido tan probado
como el que Torrendell tenia, por lo que optaron porque hiciera una adaptación
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de la carrocería que había
hecho y probado
en Inglaterra, al chasis de camioneta Chevrolet con
motor de 4 cilindros de 2.5 litros de cilindrada que importaban en ese momento. Este prototipo se mandó a la pista de pruebas que tenia GM en San Pablo
y
habiendo pasado todas ellas satisfactoriamente, uno de estos gerentes,
Mc Intyre, promueve la fabricación de una
pequeña serie
de la
"Charrúa"
, bajo responsabilidad de Torrendell ,
en la planta de Siam Di
Tella de Uruguay. Vale
destacar
que
para
el
tablero
de
esta
camioneta,
se
usó
una
chapa
que era el respaldo de la cocina Westpoint. Además
, a fin
de no
importar las cerraduras de las puertas se aprovecharon las manijas de las heladeras
de la misma fábrica por contarse con la
matricería para su producción
local ...
Sin
embargo
a pesar
de
estos
"costos
controlados"
y de los beneficios fiscales (la libreta verde que permitía una menor erogación
fiscal al comprar una pick up) el modelo tuvo un suceso moderado (133
unidades).
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Un
inconveniente
importante fué que las carrocerías eran producidas por la planta
de heladeras SIAM
, con una baja productividad y pagando un royalty a Torrendell
por el uso del diseño. Luego
de esta
experiencia
, Torrendell
le
propuso a G.M. mejorar esta
camioneta con algunas piezas aprovechando
matrices de
la fábrica
Siam,
ya que los modelos de sus heladeras poseían algunas curvas adecuadas. El
proyecto
quedó
trunco
porque
al
gerente de ese
momento
(que
no
era
Mc Intyre)
le pareció
"demasiado"
para tan
bajo presupuesto.... La actividad de
Torrendell continaría con su best seller, el
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