El verso con métrica y rima

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      YOLI  ROTENBERG      

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comentarios a su obra

            DIRECTORIO DE ESTA AUTORA

su obra 1

su obra 2

                 SU OBRA 1          

    En esta página encontrarás las siguientes poesías:




               
OTOÑO-AMIGO

Si acaso tú te alejas cuando el otoño nace,
mientras bate sus alas en la calle dorada,
me sentiré cual hoja, crujiente, apasionada,
que de un árbol caída en el viento flotase.

Si acaso tú te alejas sin dejar que te abrace,
en un mágico otoño de paleta encantada,
con suave gama de ocres que flota en mi mirada
y una fina llovizna que en mi cuerpo subyace.

No cerraré los ojos, no he de volverme esclava;
caminaré esta senda, tal vez, envuelta en lava
y dejaré que el tiempo me bañe con estrellas.

Como nube viajera me entregaré al destino,
dibujaré en el cielo  un tímido camino
y, enredada al otoño, he de borrar tus huellas.






          FANTASÍA Y DESPUÉS

La pared de las luces devela su inocencia
encadenada al ritmo de un sueño peregrino,
mientras místicos halos rodean mi destino
de volar pensamientos teñidos con ausencia.

Hay efluvios que vibran con sutil inconciencia
acariciando el vientre con tintes coralinos,
y una voz susurrante que desliza su trino
enamorando el aire con tenaz persistencia.

La luz se desintegra en chispas destellantes
tapizando la senda  que a tu encuentro camina
y mis sueños se tornan volubles e inconstantes.

Después guiaré mis pasos, cansinos, vacilantes,
en una cruel parodia de la vieja rutina
perdida entre jirones de nubes sofocantes.

Rosario, diciembre 7 de 1998





A LA DERIVA

Como un dolor que asciende sin dique ni represa
detrás de aquella bruma, tu imagen se adivina;
en sucesivas olas me envuelvo de neblina,
hasta que el alma entiende que se ha quedado presa.

Igual que un árbol verde, privado de corteza
en lágrimas se nubla la luz de mis retinas,
desgajo mi tristeza en gotas purpurinas,
mientras, quizá en silencio, mi voz opaca reza.

Mi barca se deriva sin timón ni medida,
con un mar-terciopelo, que absorbe en mí la herida
en un espacio extraño de horizonte furtivo.

Y desde la certeza de otra luna perdida,
se escapa de mi boca la risa estremecida,
ahogando sin clemencias, al corazón cautivo.

Rosario, 1999





AROMA DE JAZMINES

Exorcismo de blancos jazmines perfumados
desde un cristal rojizo destellan armonía;
con un quedo dolor de tiempos añorados
sobre mi corazón, diluvian lejanía.

Se desmenuza el cielo en grises apagados;
despliega en este otoño, sutil melancolía,
y me van invadiendo fantasmas relegados
filtrándose en mis venas con ácida porfía.

En esta noche insomne, recuerdos incesantes
transcurren tan fugaces, que no logro apresarlos.
Semejan golondrinas, perennes transmigrantes

aleteando con ansias hacia la primavera.
Me sumerjo en mis sueños; ya no quiero entregarlos…
aroma de jazmines , y el final de una espera.

Rosario, agosto 15- 2001





DESENCUENTRO

No puedo comprenderte. Si como Lot te alejas
y es dolor ya tu ausencia, definitivamente,
me marcaste en el alma, ahora que me dejas,
un vacío, un espacio... una nostalgia ardiente.

Hay vuelos que perduran y aunque me impongas rejas
separando tu vida, huyendo del presente,
el adiós no me nace, sólo nacen mis quejas
y un anillo de acero, ahogándome inclemente.

De mis palmas brotaron, como gotas de lluvia,
cual las hojas de otoño, como nieve en invierno,
aquellos sentimientos, la angustia y la tristeza.

Y siento que me cubren; que todo en mí diluvia...
que quizá es cobardía o tal vez es mi infierno.
Que en sal me has convertido, sin volver la cabeza.

Rosario, marzo 12- 1999





VEREDA OTOÑAL

Otoño. Piso el blanco perfumado
entre la sucia acera que transito,
y el azahar me envuelve en exquisito
manto sutil, sobre mi andar cansado.

Desde las hojas secas, un ahogado
rumor que asciende en la ciudad que habito,
como tapiz dorado e infinito,
ante mi paso errático y aislado.

Se filtran, por mis venas aura leve
y un macilento sol entre las ramas
desnudas por el paso de los días.

Quizás acuñe alguna historia breve...
ésas que hablan de un gran amor en llamas
y graban en otoño sus estrías.





PRIMAVERA Y AZUL

Será desde el azul la dulce espera
enredando los hilos del olvido,
cuando retorne al fin la primavera
y desperece el corazón dormido.

Desvanecido el tiempo, ya la cera
se derrite en mi cuerpo adormecido
bañando de ilusión el alma entera
que irá esfumando aquel amor perdido.

Primavera y azul. Vuelvo a estar viva...
De un nuevo amor seré pronto cautiva
flotando el corazón como una vela.

Primavera y azul. Siento el arrullo
de una intensa pasión, que cual capullo,
después de florecer, muere en estela...

Rosario, noviembre 11 de 1998





EXTRAVÍO

Porque el dolor, tan nuevo y tan añejo,
me devora, royendo mi envoltura,
internándome en calles de locura
donde sólo me encuentro en el espejo.

Porque la vida me hunde en un reflejo
del que sólo descubro desventura
y me priva de auténtica dulzura
navegando entre un fúnebre cortejo...

penetrada de música me entrego
indolente y perdida como un ciego,
ante lo irrevocable del destino.

Y mi altivez, mi dignidad, doblego,
del amor-derramado, al fin reniego,
sin descubrir ni huella ni camino.





INFIERNO

Sombra en la sombra. Ya no habrá caminos
que desde atrás de pronto me iluminen,
llamaradas sutiles que me abriguen
en la nocturnidad de los destinos.

Iré sin ver. Cegada por espinos,
huyendo de los lazos que me oprimen;
silenciosa, fugaz... para que olviden
ese vuelo de llantos peregrinos.

Desgarrada estaré en esa penumbra,
cual pabilo olvidado que no alumbra
ahogado por la vida que se esfuma.

Cuando esa espuma amarga me recubra,
no encontraré la mano que descubra
mi palpitar doliente tras la bruma.





RUEGO

Este alma que deambula estremecida,
por ruinosos caminos polvorientos;
que imagina cenizas y tormentos
que sangra gota a gota por su herida...,

este alma que transita adormecida,
equilibrada al filo de esos vientos,
invadida por negros pensamientos,
con un viscoso musgo revestida...,

me pertenece al fin. Y aunque reniegue
de mi triste vagar, y aunque me entregue
desnuda, en soledad, sin resistencia

ante lo inevitable de esta ronda,
habrá un arcano en mi interior que esconda
una oración, pidiendo a Dios, clemencia.

Rosario, enero 1 de 1999





¿SERÁ VERDAD?

¿Será verdad que en mi primer sollozo
una sombra veloz cruzó la estancia,
para marcar de oscuridad mi infancia,
desviar mi destino de algún gozo?

¿Será verdad que mi ángel en reposo
no pudo protegerme en esa instancia
y usufructuando al fin esa distancia,
fui presa eterna de feroz acoso

de angustia, de pesares y de olvidos,
de tremoladas noches sin estrellas?
¿Y de ojos escanciando los perdidos

instantes dulces, compartiendo sueños,
mientras ardían del hogar los leños,
con la fugacidad de rosas bellas?

¿Será verdad, que frágil mariposa,
se evade y huye mi alma nostalgiosa...?

Rosario, enero 20 de 2003





PRELUDIO DE ROMANCE

Languidece otro domingo.
Un árbol que en mi ventana
al  viento norte se entrega,
agita sus verdes ramas
como acunando la noche
que trae un poco de calma.
El sol de enero  ha dejado
sobre el cemento su llama,
detiene los pensamientos,
arde en la piel y en el alma…
La nostalgia precipita
en cadena de palabras,
un  Romance que traduce
la penumbra que me daña.
Tras el fuego calcinante
que comienza con el alba,
la vida renace ahora
en sugestiva rondalla.
¿Por qué me agobia el verano
si mi otoño ya descarna…?
¡cómo duele el comprender
que ya la vida me arrasa!
Espectadora, no actriz,
en mi balcón refugiada,
con un papel en la mano
y sentimientos que estallan…
¡dónde encontrar las respuestas
a tantas preguntas vanas!.

¡Déjame escribir Romances
pues mis dolores acallan…
¡déjame escribir Romances
que está en silencio mi casa!

Rosario, febrero 19 de 2006

 

 

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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