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CAMILO
VALVERDE
En esta página encontrarás las siguientes poesías:
MUNDO DE MUERTE
Este mundo de muerte, imperio de violencia,
valle de hostilidad, linaje de venganza, ahíto de egoísmo, rendido a la matanza,
predica los derechos; practica la insolencia.
Unos pocos apilan y acopian su opulencia, mientras se refocilan y bufan en la holganza. Otros muchos padecen y andan sin esperanza, hasta que, machacados, sacudan su indolencia.
El hedonismo atrapa, incita el consumismo, viven fiados del triunfo, sorbiendo su provecho, gustan el euro fácil; gozan placer lascivo.
Pero, el pueblo se cansa de tan vasto cinismo y, hastiado de injusticia, reclama su derecho a la equidad honesta y al reparto efectivo.
A LA
MUERTE DE G. LORCA
Los caballos de nubes aterradas relincharon rabiosos estertores, al ver su sangre, abierta por traidores, tintando las escarchas asombradas.
Los gitanos en fraguas desoladas blandieron sus martillos vengadores, y, llorando aquel crimen de impostores, clamaron sus inquinas soterradas.
¡Ay qué terrible sangre de agria suerte! ¡Qué tremendo su verso allí partido
ya sin rima ni voz que lo revele.
¡Ay, sonrojo que cubre su hosca muerte, con pálidos azufres del olvido sin llanto, sin suspiro, que lo vele!
LOS BARRANCOS
Los barrancos de Viznar doloridos temblaron estertores de injusticia, cuando su cuerpo en sangre de malicia derramó sus espantos ateridos.
Su cabeza de versos ya perdidos en su amargura, se hizo torvo lecho, donde un clavel del lirio de su pecho clamó el crimen de ruines resentidos.
La luna reclinó, entre los tomillos sus sueños verdes hechos decepciones; cerró sus ojos llenos de emociones y besó de sus bucles los anillos.
En su boca, la muerte rodó hilillos de ilusiones quebradas en las rocas; dos lágrimas quedaron en las rosas que transidas aullaban por cerrillos.
Los barrancos de Viznar doloridos dieron su cuerpo, blancor de biznagas, a la tierra, con séquito de aulagas,
bajo olivos de senos compungidos.
AMADO
Señor, sin ti, vivir es un morir continuo en estos fríos valles de mi existir. Por montes y por ríos,
voy clamando por ti mis desvaríos.
Salgo tras tus rebaños, cruzo los vados, llego a los pastores y vecinos y extraños ignoran mis clamores sin tener compasión de mis temores.
Alondras y jilgueros que voláis por los prados y colinas,
examinad certeros, si malvadas inquinas lo retienen en nuevas Palestinas.
Presto saldré corriendo, traspasaré torrentes y montañas, me acercaré venciendo sus planes y artimañas y vida, le daré, de mis entrañas.
Ven, sin ti, nada soy, no existo, nada tengo, ni percibo; tan sólo, por ti, estoy, abismado, en ti vivo y tu Vida es la vida que concibo.
SAETA
La Virgen de la Alhambra engalanada baja verdes amores hacia Granada.
Del Sacromonte el Cristo de los gitanos trae justicia y paz a sus paisanos. La Macarena cruza regia por Triana y Sevilla de amor la engalana.
SÓLO MUERTE
Lloros maternos riegan los estambres de retoños en auras errabundas
que al reventar de muertes tremebundas rebufan en lagunas de odios y hambres.
Colgando en las puntas de los alambres sus cuerpos sangran voces furibundas; iras viejas, venganzas nauseabundas, que vienen y van, saltan como enjambres.
Los niños caen y son tan sólo muerte de altos planes, de viles intereses, entre abusos y rudas dejaciones.
A ellos, siempre, va la mala suerte, carne de olvido, sangre de cipreses, de actos sordos y sórdidas misiones.
GRITOS DE INJUSTICIA
Un mundo de injusticia tan ingente perecerá maldito en su impiedad. Imponen su dominio intransigente el interés, el odio y la crueldad.
Hinchando, con el rico prepotente, su soberbia, derroche y zafiedad, damas bufas, de aliño refulgente, revuelcan su insolencia en pravedad.
Fuera muchos revientan oprimidos por su ancha sed y largos sufrimientos y hasta los muertos braman en sus fosas.
Los huesos de los niños desvalidos clavarán, en los bancos avarientos, sus gritos de injusticias espantosas.
ENTRONCADO
Amado, vida mía, no tardes, no me prives de tu precisa y prístina presencia; todo es noche sin día, si tú no estás y vives dentro de mí, entroncado en mi existencia.
Eres el sol de fuego que, con su resplandor, inflama la avidez de mis ardores; cuando triste ando ciego, me inunda tu esplendor y calma la ansiedad de mis amores.
Tu calor candoroso vivifica mi pecho para amarte en abrazo más intenso; y alienta el amoroso impulso que derecho llega y lleva a gozar tu amor inmenso.
CÚBREME
Madre, tú eres mi savia y mi rocío, el hálito que me hace resistir; Si me dejas, no quiero ya existir,
pues, el mundo será mi desvarío.
Eres timón y quilla en mi navío, dársena cierta donde persistir; por ti, jamás habré de desistir del rumbo que me diste tú con brío.
Tus ojos son mi luz y mi firmeza, tus brazos, mi sostén y mi cimiento y tu rostro, mi faro de certeza.
Cúbreme con tu mano de entereza, insúflame las velas con tu aliento y apriétame en tu pecho de pureza.
Yo tengo la tristeza de haberla despedido muy temprano; siento un desgarro estoico ya lejano.
ANDO PERDIDO
Sin ella, ya no sé vivir realmente,
mi propio yo en el tú se ha sustanciado, la siento junto a mí tan inmanente, que, sin su aliento, vago desquiciado.
Sé que la agobio, a veces insistente, que egoísta le exijo demasiado, y que vive en la oferta deferente, mientras deja lo suyo descuidado.
Hoy desdeñado y solo en la distancia, tras su pérdida, muero en mi extravío, contrito en el dolor de mi inconstancia.
¡Cuánto quise salir de mi vacío y pedirle perdón por mi arrogancia y, en abrazos, diluir su olvido frío¡
JOTA
Yo tengo a mucha gala ser de Aragón; tierra noble que cala
el corazón.
El templo del Pilar, en Zaragoza, guarda la devoción más española.
La Virgen del Pilar mira con pena pues gran injusticia niños cercena.
La Virgen del Pilar de Aragón vela. y a España entera su amor vuela.
¿LIBERTAD!
¿Libertad! ¡Grito, siglo a siglo, ardiente!
Ansia rota de tiempos ya pasados, logro noble de avances acotados para el pobre que vive al sol saliente.
Unos la usan en lucro conveniente, otros sienten sus nudos amarrados; estos presto la acogen halagados, aquellos nunca ven su luz creciente.
¿Libertad! Flor que exige la verdad, para desarrollar con solidez, en el buen uso, toda su beldad.
La incultura la lleva a la endeblez que el tirano, robando potestad, utiliza en su injusta sordidez.
AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001
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