El verso con métrica y rima

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   RAFAEL DE LEÓN  

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 su obra 1

DIRECTORIO DE ESTE AUTOR

su obra 2

su obra 3

su obra 4

               SU OBRA 4           
               LETRAS DE CANCIONES           

   Esta página contiene las siguientes letras de canciones:

 

A LA LIMA Y AL LIMÓN

                                    León y Quiroga
                       
I
La vecinita de enfrente no, no,
no tiene los ojos grandes,
ni tiene el talle de espiga, no, no,
ni son su labios de sangre.
Nadie se acerca a su reja...
nadie llama en sus cristales...
que sólo el viento de noche
es quien le ronda la calle.

Y los niños cantan
a la rueda, rueda,
esta triste copla
que el viento le lleva.

         (ESTRIBILLO)
A la lima y al limón,
tú no tienes quien te quiera.
A la lima y al limón
te vas a quedar soltera.
¡Qué penita y que dolor!
¡Qué penita y que dolor!
La vecinita de enfrente
soltera se quedó,
solterita se quedó.
¡A la lima y al limón!

                       
II
La vecinita de enfrente, no, no,
nunca pierde la esperanza.
Y espera de noche y día, sí, sí,
aquel amor que no pasa.
Se han casado sus amigas,
se han casado sus hermanas
y ella compuesta y sin novio
se ha quedado en la ventana.

Y otros niños cantan
a la rueda, rueda,
el mismo estribillo
que el viento se lleva.

        (AL ESTRIBILLO)

                        
III
La vecinita de enfrente sí, sí,
a los treinta se ha casado,
con un señor de cincuenta, sí, sí,
que dicen que es magistrado.
Lo luce por los paseos,
lo luce por los teatros
y va siempre por la calle
cogidita de su brazo.

Y con ironía
siempre tararea
el viejo estribillo
de la rueda, rueda.

       NUEVO ESTRIBILLO
A la lima y al limón,
que ya tengo quien me quiera.
A la lima y al limón,
que no me quedé soltera.
Ya mi pena se acabó.
Ya mi pena se acabó,
que un hombre llamó a mi puerta
y le di mi corazón,
y conmigo se casó.
¡A la lima y al limón!




      A TU VERA
                                (bolero flamenco)
                         Rafael de León y Juan Solano

A tu vera, a tu vera,
siempre a la verita tuya
hasta que por ti me muera.

Que no mirase tus ojos,
que no llamase a tu puerta,
que no pisase de noche
las piedras de tu calleja.
A tu vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya
hasta que por ti me muera.
Mira que dicen y dicen,
mira que la tarde aquella,
mira que si fue y si .vino
de su casa a la Alameda.
y así mirando y mirando
así empezó mi ceguera,
así empezó mi ceguera.
A tu vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya
hasta que de amor muera.
Que no bebiese en tu pozo,
que no jurase en la reja,
que no mirase contigo
las lunas de primavera.
A tu vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya
hasta que por ti me muera.

Ya pueden clavar puñales,
ya pueden cruzar tijeras,
ya pueden cubrir con sal
los ladrillos de tu puerta.
Ayer, hoy, mañana y siempre
eternamente a tu vera,
eternamente a tu vera.
A tu vera,
siempre a la verita tuya,
siempre a la verita tuya.




COMO UNA HERMANA
                                Quintero, León y Quiroga

Si no te dije te quiero
y no he rondao tus balcones,
a qué me vienes ahora
llorando por los rincones.
Más de cuatro veces
te he dicho, serrana,
que yo solamente podría quererte
igual que a una hermana.
Te debe de dar alegría
saber que te estoy queriendo
como una hermanita mía.

Carita de magdalena,
medallita de marfil
a mí me da mucha pena
de que tú llores por mí,
alégrate, dolorosa,
y alégrate, con razón,
que a mí me gustan tus rosas
pero no las de pasión.

¿Por qué si nunca te hablé
de amores ni casamiento
le vas diciendo a la gente
que falto a mi juramento?
Nunca se han juntado
tu boca y la mía,
lo mismo que nunca
te he dicho, serrana,
que yo te quería.
Yo no te he jurao en vano,
tú y yo nos quisimos siempre
lo mismo que dos hermanos.

Carita de magdalena, ...
(etc.)



CONSEJOS (canción)
                      
Rafael de León y Muñoz Molleda
                  I
Consejos en amores
nunca los sigas,
nunca los sigas.
Sobre todo si vienen
de tus amigas,
de tus amigas.
¡Ah, ah, ah, ah!
Si estás casada y celas
a tu marido,
no tomes el consejo
de otra mujer,
porque seguramente
esa que te ha advertido
con lo que a ti te pasa
tiene que ver.

               II

Ten un novio seguro
y un pretendiente,
y un pretendiente,
y pasarás la vida
tan ricamente,
tan ricamente.
¡Ah, ah, ah, ah!
Que la mujer discreta
que es entendida
a dos hombres en suerte
siempre tendrá.
Si una vela se apaga
otra queda encendida
y así nunca soltera se quedará.

                 III
Cuando un hombre te diga:
"yo soy soltero",
"yo soy soltero",
piensa que está casado
y es forastero,
y es forastero.
¡Ah, ah, ah, ah!
Si dice que es viudo
y habla de hijos
de ninguna manera lo creerás;
has de hacer con los hombres
como en los acertijos:
pensar mal casi siempre y acertarás.



COPLAS DE LUIS CANDELAS
                               
Letra: Rafael de León
                                Música: Manuel Quiroga (pasodoble)

                     I
Decidle al señor Alcaide,
decidle al Corregidor,
que yo por Luis Candelas
me estoy muriendo de amor...
Decidle que es un canalla,
decidle que es un ladrón,
y que he dejado que robe
con gusto mi corazón.
Que corra de boca en boca
esta copla que yo canto
como si estuviera loca:

(estribillo)
Debajo de la capa de Luis Candelas
mi corazón amante vuela que vuela.
Madrid te está buscando para perderte
y yo te busco sólo para quererte.
Que la calle en que vivo está desierta
y de noche y de día mi puerta abierta.
Que estoy en vela,
que estoy en vela
para ver si me roba,
¡ay!, Luis Candelas...


                   II
Anoche una diligencia,
ayer el palacio real,
mañana quizá las joyas
de alguna casa ducal...
Y siempre roba que roba,
y yo por él siempre igual,
queriéndolo un día mucho
y al día siguiente más.
Y no importa que la gente
mi canción, que va en el viento,
traiga y lleve maldiciente.

(al estribillo)
FIN




     DIME QUE ME QUIERES

Si tú me pidieras que fuera descalza,
pidiendo limosna descalza yo iría.
Si tú me pidieras que abriera mis venas
un río de sangre me salpicaría.
Si tú me pidieras que al fuego me echase,
igual que madera me consumiría.
Que yo soy tu esclava y tú el absoluto
señor de mi cuerpo, mi sangre y mi vida.
Y a cambio de eso, que bien poco es
oye lo que quiero decirte a ti:
Dime que me quieres, dímelo por Dios.
Aunque no lo sientas, aunque sea mentira,
pero dímelo.
Dímelo bajito,
te será más fácil decírmelo así.
Y el te quiero tuyo será pa' mis penas,
lo mismo que lluvia de mayo y abril.
Ten misericordia de mi corazón.
Dime que me quieres.
Dime que me quieres, dímelo por Dios.

Si no me mirasen tus ojos de almendra,
el pulso en las sienes se me pararía.
Si no me besasen tus labios de trigo,
la flor de mi boca se deshojaría.
Si no me abrazaran tus brazos morenos,
pa siempre los míos, en cruz quedarían.
Y si me dijeras que ya no me quieres
no sé la locura que cometería.
Y es que únicamente yo vivo por ti.
Que me das la muerte o me haces vivir.
Dime que me quieres, dímelo por Dios.
Aunque no lo sientas, aunque sea mentira,
pero dímelo.
Dímelo bajito,
te será más fácil decírmelo así.
Y el te quiero tuyo será pa' mis penas,
lo mismo que lluvia de mayo y abril.
Ten misericordia de mi corazón.
Dime que me quieres.
Dime que me quieres, dímelo por Dios.


 

         GARLOCHÍ*
                         Letra: Rafael de León
                               Música:  Juan Solano

Vas contándole a la gente
que te mueres tú por mí
no te mueras de repente
que me pones a morir.

Vas largando a lo vecinos
que si vine o si fui
...,
hay que ver lo torbellino
que tú formas con la muí
.

Garlochí
,
la vía que me pidiera
s,
garlochí
,
la vía que yo te diera
,
garlochí
me robas mi garlochí, mi garlochi
.

Garlochí
,
por ti pierdo yo el sentío
,
garlochí
,
te quiero cariño mío
,
garlochi
,
¡ay! garlo.. mi garlochí.

Ven y espérame,
ven junto a mí
y te daré, mi garlochí
:
¡pan tostaito migaito con café!
¡pan tostaito migaito con café!

Tu cariño me encandila
y ya dice
n por ahí
que queriendo se me alila
pues te quiero sólo a ti.

No me importa que lo cuentes
por
que dicen la verdad,
si algún día te arrepientes
ya remedio no tendrá
.

Garlochí.
.....
     * = corazón, en lenguaje caló.

 

      

               ROCÍO

Con sombrero negro y chaqueta corta
en las brujas horas del anochecer
por mi calle abajo pasaba un mocito
de quien sin saberlo yo me enamoré.
Un domingo claro que abril sonreía
se paró en mi reja gallardo y juncal
y me dijo alegre: “Con usted, mi vía,
unas palabritas tengo yo que hablar”.

Hablamos de muchas cosas
que el viento se las llevó
tan solamente una copla
en mi alma se quedó:

— estribillo —

Rocío, ay mi Rocío,
manojito de claveles,
capullito florecío,
de pensar en tus quereles
voy a perder el sentío
porque te quiero mi vía
como nadie te ha querío.
Rocío, ay mi Rocío.


Se alejó el mocito de la vera mía;
fue mentira todo lo que me juró
y mis ojos lloran tras la celosía
por aquel cariño que se marchitó.
Ayer por la tarde hablando al oído
con otra del brazo le he visto pasar
me ha vuelto la cara, no se ha conmovido,
pero estoy segura que me vio llorar.

A pesar de su desprecio
yo no le puedo olvidar;
me acuerdo de aquella copla
que un día le oí cantar:

— estribillo —

Rocío, ay mi Rocío,
manojito de claveles,
capullito florecío,
de pensar en tus quereles
voy a perder el sentío
porque te quiero mi vía
como nadie te ha querío.
Rocío, ay mi Rocío.





LA NIÑA DE LA ESTACIÓN
                               
Letra: Rafael de León
                                Música: Quiroga (canción cómica)

                          I

Los suspiros son aire y van al aire
las lágrimas son agua y van al mar.

Dime, mujer, cuando un amor se pira,
¿sabes tú dónde va?

Bajaba todos los días
de su casa a la estación
con un libro entre las manos
de Bécquer o Campoamor.
Era delgada y morena,
era de cintura fina,
era más cursi que un guante
la señorita Adelina.
Y como ver pasar trenes
era toda su pasión,
en el pueblo la llamaban,
la Niña de la Estación.

       
ESTRIBILLO

¡Adiós, señor, buen viaje!
¡Adiós, que lo pase bien!
¡Recuerdos a la familia!
¡Al llegar escríbame!
¡Mándeme usté la sombrilla!
¡No olvide "La Ilustración"!
¡Y no olvide que me llaman
la Niña de la Estación!

                  
II

Volverán las oscuras golondrinas
en mi balcón sus nidos a colgar,
pero aquel ambulante de correos,
aquel no volverá...
Descarriló el tren expreso
una mañana de abril
y aquel descarrilamiento
hizo a Adelina feliz.
Ella vendóle la frente
y lo cuidó como a un niño,
y él, que era guapo y valiente,
juróle eterno cariño.
Y luego cuando a la noche
volvió a partir en el tren,
con voz de carne membrillo
así le dijo al doncel...

        
ESTRIBILLO

Adiós, amor, buen viaje.
Adiós, que lo pases bien.
Recuerdos a tu familia.
Al llegar escríbeme.
No te olvides del retrato,
mándame "La Ilustración"
y no olvides que te espera
la Niña de la Estación.

                    III

Mi carta que es feliz, pues va a buscaros,
cuenta os dará de la memoria mía.
Aquella mujer soy, que de esperaros,
se quedó en la estación helada y fría.

Pasaron meses y meses
y aquel galán no volvió
y Adelina se ha casado
con el jefe de estación.
Pero con tan mala suerte
que a los dos días del hecho
murió su pobre marido
de dos anginas de pecho.
Y la pobre medio loca
creyéndose en la estación
cuando ya se lo llevaban
así al fiambre cantó:

          
ESTRIBILLO

Adiós, amor, buen viaje.
Adiós, que lo pases bien.
Recuerdos a la familia.
Al llegar escríbeme.
No te olvides del retrato,
mándame "La Ilustración"
y no tardes amor mío
que hace frío en la estación.



M A D R I N A
                        
Q—L & Q (pasodoble)

Rondabas por mi dehesa
y un día dijiste llegando a mi altura:
—Su buen corazón, condesa,
hará que muy pronto yo sea figura.
Y ordené a mis mayorales
conmovida por tu voz:
—Apartarle dos erales
que a este lo apadrino yo.
Subiste
s a los carteles
en un momento;
el brillo de tus caireles
son mi tormento.

— estribillo —
Madrina,
por fuera jardín de rosas
por dentro zarzal de espinas.
Madrina,
mi pena es de Dolorosa
mas nadie me lo adivina.
No saben de mi amargura
pues tu locura sólo es el toro
y a solas me bebo el llanto
de tanto y tanto como te adoro.
Madrina,
madrina sin un lucero,
madrina sin un "te quiero",
la gente no se imagina
que el hombre de mi corazón
me llame sólo "madrina".


Por culpa de una sonrisa
que echaste a unos ojos
que había en barrera
un toro de mi divisa
sembró de amapolas tu estampa torera.
—Si se salva padre mío
en silencio seguiré,
yo en tus manos lo confío
eres tú el del Gran Poder.
De nuevo por las arenas viste de luces
y yo mi caudal de pena lloro entre cruces.

— estribillo —
Madrina,
por fuera jardín de rosas
por dentro zarzal de espinas.
Madrina,
mi pena es de Dolorosa
mas nadie me lo adivina.
No saben de mi amargura
pues tu locura sólo es el toro
y a solas me bebo el llanto
de tanto y tanto como te adoro.
Madrina,
madrina sin un lucero,
madrina sin un te quiero,
la gente no se imagina
que el hombre de mi corazón
me llame sólo "madrina".



NO ME QUIERAS TANTO

                         Letra: Rafael de León,
                        
Música: Manuel Quiroga (zambra—canción)
                I
Yo tenía veinte años
y él me doblaba la edá.
En mis sienes había noches
y en las suyas madrugás.
Antes que yo lo pensara
mi gusto estaba cumplió;
me fartaba con él.
Me quería con locura,
con tos sus cinco sentíos,
yo me dejaba queré.

Amor me pedía
como un pordiosero,
y yo le clavaba,
sin ver que sufría,
cuchillos de acero.

— estribillo —
¡No me quieras tanto
ni llores por mí!
No vale la pena
que por mi cariño
te pongas así.

Yo no sé quererte
lo mismo que tú,
ni pasar la vida
pendiente y esclava
de esa esclavitú.
¡No te pongas triste,
sécate ese llanto!
Hay que estar alegre,
mírame y aprende:
¡No me quieras tanto...!

                II
Con los años y la vía
ha cambiao mi queré
y ahora busco de sus labios
lo que entonces desprecié.
Cegaíta de cariño yo le ruego que me ampare,
que me tenga cariá.
Se lo pido de rodillas por la gloria de su mare
y no me sirve de .

Como una mendiga
estoy a su puerta
y con mis palabras
mi pena castiga
dejándome muerta.

— al estribillo —
¡No me quieras tanto
ni llores por mí!
No vale la pena
que por mi cariño
te pongas así.

Yo no sé quererte
lo mismo que tú,
ni pasar la vida
pendiente y esclava
de esa esclavitú.
¡No te pongas triste,
sécate ese llanto!
Hay que estar alegre,
mírame y aprende:
¡No me quieras tanto...!

— estribillo final
De lo der mundo sería capaz,
con tal que el cariño que tú me tuviste
volviera a empezar.
Por lo que más quieras
sécame este llanto
maldigo la hora
en que yo te dije:
"¡No me quieras tanto!"




ROMANCE DE LA "OTRA"
                                 Letra: León, Quintero
                                 Música: Quiroga (Farruca)

                        I
¿Por qué se viste de negro, —¡ay, de negro!—,
si no se le ha muerto nadie?
¿Porqué está siempre encerrada, —¡ay, por qué!—.
como la que está en la cárcel?
¿Por qué no tiene familia,
ni perrito que le ladre,
ni flores que la diviertan,
ni risas que la acompañen?
Del porqué de este porqué
la gente quiere enterarse.
Cuatro suspiros responden
y no los entiende nadie.
(bis)

          
ESTRIBILLO

Yo soy la otra, la otra,
y a nada tengo derecho,
porque no tengo un anillo
con una fecha por dentro.
No tengo ley que me ampare
ni puerta donde llamar,
y me alimento a escondías
con tus besos y tu pan.
Con tal que vivas tranquilo,
¡qué importa que yo me muera!
Te quiero, siendo... ¡la otra!,
como la que más te quiera.

                       II
¿Por qué no fueron tus labios, —¡ay, tus labios! —,
que fueron las malas lenguas,
las que una noche vinieron, —¡ay, por qué!—,
a leerme la sentensia?
El nombre que te ofrecía
ya no es tuyo, compañera;
de azahares y velo blanco
se viste la que lo lleva.
Como fue tu voluntad
mi boca no te dio queja,
cumple con lo que has firmao,
que yo no valgo la pena.
(bis)

ESTRIBILLO




SILENCIO CARIÑO MÍO

Un torito de locura va corriendo por mis venas
el torito de Miura de un querer que me envenena,
yo no sé si darle muerte, Virgen morena del Maletillo
o quedarme con mi suerte y que me claven siete cuchillos.
Y sin juez ni tribunales a morir yo me sentencio
con mis duquitas mortales en una cruz de silencio.

Silencio cariño mío no te escapes de mi boca
,
escóndete en mi sentido aunque yo me vuelva loca.
Silencio para el "te quiero" de mi boca cuando cante,
silencio para el "me muero" por los ojos de mi amante.
Entierra tu ventolera en el monte del olvido
y por lo que tú más quieras, por too' lo que tú más quieras
¡silencio cariño mío!

Yo sé bien que tú me tienes en los ojos noche y día
yo te llevo entre las sienes pa' los restos de la vida
voy bordando en seda fina un pañuelito de mil colores
con tu nombre en cada esquina como si fueran ramos de flores.
Y por no causar un daño a morir yo me sentencio
y a verte como un extraño desde mi cruz de silencio.

Silencio cariño mío no te escapes de mi boca,
escóndete en mi sentido aunque yo me vuelva loca.
Silencio para el "te quiero" de mi boca cuando cante,
silencio para el "me muero" por los ojos de mi amante.
Entierra tu ventolera en el monte del olvido
y por lo que tú más quieras, por too' lo que tú más quieras
¡silencio cariño mío!

Entierra tu ventolera en el monte del olvido
y por lo que tú más quieras, por too' lo que tú más quieras
¡silencio cariño mío!




TE LO JURO YO  (canción)

                 (estribillo)
Mira que te llevo dentro de mi corazón
por la salusita de la mare mía te lo juro yo.
Mira que p'a mí en el mundo no hay na más que tú
y que mis sacais si digo mentira se queden sin luz.


Por ti yo sería
capaz de matar
;
por ti contaría
la arena del mar,
y que si te miento
me castigue Dios,
eso con la mano
sobre el evangelio
te lo juro yo.


Yo no me di cuenta
de que te tenía
hasta el mismo día
en que te perdí
y vi claramente
lo que te quería
cuando ya no había
remedio pa mí.

Llévame por calles
de hiel y amargura
,
quiebra mi cintura
y hasta pégame,
y échame en los ojos
un puñao de arena,
mátame de pena,
pero quiéreme.



    
(estribillo — bis)
Mira que te llevo dentro de mi corazón
por la salusita de la mare mía te lo juro yo.
Mira que p'a mí en el mundo no hay na más que tú
y que mis sacais si digo mentira se queden sin luz.


Por ti yo sería
capaz de matar;

por ti contaría
la arena del mar,
y que si te miento
me castigue Dios,
eso con la mano
sobre el evangelio
te lo juro yo.

(estribillo final)
Mira que p'a mí en el mundo no hay na más que tú
y que mis sacáis si digo mentira se queden sin luz.




   TE QUIERO   (canción)

Es Carmelilla la cigarrera
una mosita como no hay dos,
es morenita y es trianera
y tié en su cuerpo la gracia e Dios.
Los señoritos van a Triana
a ve cual de ellos la pué lograr,
pero con oro nadie la gana
porque es gitana de caliá;
tan sólo un mosito
que bien la camela
cantando bajito
le dice a Carmela:

        
(estribillo)
Te quiero,
porque tienes los ojitos
lo mismito que luceros,
te quiero,
que me sabes a canela
y me hueles a romero.
Carmela mía, qué guapa eres,
la más bonita de las mujeres;
tú te ríes de los hombres
y desprecias el dinero
y por eso yo te quiero.


Igual que Carmen la cigarrera
ya Carmelilla famosa es
porque en las plazas de España entera
se aplaude el arte de su Manuel.
El chavalillo que la quería
sus ambiciones ya consiguió
y es el torero de más valía
que en la Maestranza se consagró.
Y anoche en Santa Ana
los dos se han casao
y así a su gitana
Manuel le ha cantao:

        
(estribillo)
Te quiero,
porque tienes los sacais
lo mismito que luceros,
te quiero,
que me sabes a canela
y me hueles a romero.
Carmela mía, qué guapa eres,
la más bonita de las mujeres;
tú te ríes de los hombres
y desprecias el dinero
y por eso yo te quiero.




   TRECE DE MAYO
         
(canción)
                                Letra: Rafael de León
                                Música: Juan Solano
¡Ay, trece, trece de mayo,
cuando me encontré contigo!
¡Ay, tus ojos de manzana
y tus labios de cuchillo!
Y las nueve, nueve letras
de tu nombre sobre el mío
que borraron diferencias
de linaje y apellido.

¡Bendita sea la mare,
la mare que te ha parío!
Que solita se quedó
para darme a mí un jacinto
que alegraba sus jardines
y era gloria para el mío.

           
(estribillo)

¿Quieres que vaya descalza?
Yo me iré por los caminos.
¿Quieres que me abra las venas
para ver si doy contigo?

Haré lo que se te antoje,
lo que mande tu capricho,
que es mi corazón, cometa,
y en tu mano está el ovillo;
que es mi sinrazón, campana,
y tu voluntad, sonido.
¡Ay, trece, trece de mayo,
cuando me encontré contigo!


Por tu queré, vida mía,
voy borracha de cariño.
Yo te quiero con el alba
y de noche junto al trigo.
Al atardecer te quiero
cuando se callan los niños,
madrugada, tarde y noche,
por los siglos de los siglos.
¡Ay, trece, trece de mayo,
lleno de amor y de olvido!
Por la sangre me corrió
un toro de escalofrío
que dejó mi alma clavada
en la plaza del suspiro.



         UN CLAVEL
                       
Letra: Rafael de León
                  
Música: Juan Solano

Nadie sabe, nadie sabe,
aunque todos lo quieren saber
ni la clave, ni la llave
de mi cuándo, mi cómo y porqué.
Me gusta ser libre lo mismo que el viento
que mueve el olivo y riza la mar
meterme en la sombra de mi pensamiento
y luego de noche ponerme a cantar.

Un clavel, un rojo, rojo clavel, un clavel
a la orilla de mi boca
cuidé yo como una loca
poniendo mi vida en él,
y el clavel, al verte cariño mío
se ha puesto tan encendido
que está quemando mi piel,
se ha puesto tan encendido
que está quemando mi piel;
que está quemando,
que está quemando mi piel.

Negro pelo,
negro pelo
que trasmina a menta y limón;
negro ojos, negro celos
primo-hermano de mi corazón.
Me importa tres pitos que diga la gente
que voy y que vengo por el arenal,
que tengo gastadas las losas del puente
de tanto cruzarlo por la madrugá.

Y el clavel, al verte cariño mío,
se ha puesto tan encendido
que está quemando mi piel
se ha puesto tan encendido
que está quemando mi piel
que está quemando
que está quemando mi piel.

Más letras de canciones, en la página  http://www.los-poetas.com/j//rafael.htm

 

 


AUTÉNTICA POESÍA - Herrera/Muñoz - 2001

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