Las terapias florales que hoy conocemos tienen su origen en la Homeopatía, pues fue Samuel Hahnemann quien descubrió la utilización curativa de las de las diluciones de distintas sustancias para las dolencias físicas y anímicas. Las Flores de Hahnemann son una parte de la Homeopatía Psicosomática que comprende aquellos remedios de exclusivo origen vegetal poseedores de las más potentes capacidades sanadoras de los estados psico-anímicos o psico-somáticos. Es decir aquellos que curan la fuente del desequilibrio interior que más tarde puede desembocar en una enfermedad física, visible, del cuerpo.

    Las Flores de Hahnemann poseen la virtud de equilibrar la Energía Vital Desarmonizada, de reestablecer en el individuo la Fuerza, la Luz y la Armonía necesarias para la salud emotiva, física y mental y para el desarrollo de las funciones superiores del ser.  Fieles a los centenarios principios homeopáticos, las Flores de Hahnemann se diferencian del resto de las terapias florales en la utilización de potentes y diversísimas diluciones para cada remedio, lo cual permite a las Flores de Hahnemann acceder a distintas profundidades de los estados psico-anímicos y por ende obtener una curación mucho más profunda y duradera.