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Como todos sabemos, el ambiente está inundado de propaganda. No sólo se publicitan productos comerciales, sin embargo. Por televisión, por radio, de boca en boca o repartiendo folletos, las creencias de esta era se transmiten a potenciales conversos. Un hombre, Richard Dawkins, etólogo y zoólogo, escribió hace ya casi treinta años un libro titulado "El gen egoísta" donde explicaba su versión de la teoría de la evolución, habiendo entendido lo que muchos otros evolucionistas no habían podido ver: que la evolución no es una lucha por la supervivencia de una especie, ni siquiera del individuo, sino de una unidad más fundamental, el gen, al cual le importa muy poco su portador, que de hecho lo expone a terribles riesgos y sufrimientos para llevarlo a reproducirse. El título del libro hacía referencia a esta forma en que los genes sólo se ocupan de ellos mismos, metafóricamente hablando, y cómo de su egoísmo fundamental debía esperarse un egoísmo a nivel del individuo, siendo el altruismo el resultado de un cálculo inconsciente de beneficios y riesgos. Hacia el final del libro, Dawkins explicaba que el mismo modelo vale para cualquier entidad que tenga capacidad para manejar un cuerpo y la facultad de reproducirse. El zoólogo británico llama a estas entidades "replicadores". En el reino biológico, los únicos replicadores que han prosperado en la Tierra son los genes codificados en cadenas de ADN. Pero la aparición de la consciencia humana y de la cultura ha hecho aparecer nuevos replicadores. Se trata de las ideas y gestos culturales que nos resultan atractivos o inescapables, ideas que adoptamos y que defendemos como propias, ideas por las que algunos están dispuestos incluso a morir. Dawkins llamó a estos replicadores "memes", por analogía con "genes". Un meme, como un gen, es inconsciente e implacablemente egoísta. Intentará replicarse de la manera que sea. En muchos casos, las mentes humanas que los portan los repiten sin darse cuenta. Algunos memes, no obstante, son propagados con deliberadamente por sus portadores; incluso hay personas especializadas en hacerlo, con una facilidad que puede ser instintiva o estudiada. Se les denomina publicistas, propagandistas, apologetas (una apología es una defensa y/o promoción de una idea), o bien, en la jerga que nació después de Dawkins, ingenieros meméticos. O sea, profesionales en el diseño y propagación de ideas. Porque desde luego, las ideas no se propagan fácilmente. En el actual estado de la sociedad, hay infinidad de ideas rivales peleando por un espacio en la mente de cada ser humano. Un meme que no atraiga y mantenga seguidores y que no los convierta en reproductores prolíficos de sí mismo inevitablemente desaparece. Generalmente un meme no va solo. Aunque es difícil separar un meme de otro, siendo éstos entidades culturales abstractas y maleables, se puede decir que la mayoría de los grandes memes (religiones, sistemas ideológicos, etc.) son en realidad memecomplejos o complejos meméticos, consistentes en varios sub-memes que trabajan cooperativamente. Mi propósito en esta página es enseñar al lector algo sobre memética aplicada, con un ejemplo didáctico que ilustre lo que acabo de decir. Para este fin he elegido un memecomplejo floreciente en la cultura de hoy, el cristianismo evangélico, ése que en las últimas décadas ha penetrado con fuerza en Latinoamérica, sea por desencanto con la anquilosada Iglesia Católica local, o gracias al financiamiento de las ricas congregaciones evangélicas norteamericanas. Como en una clase de biología donde se disecan ranas, he traído un espécimen, un folleto que me dieron en la calle. La primera parte del folleto es ésta:
Ésta parte del folleto no es propiamente una parte del complejo memético en cuestión, aunque sirve como introducción. Llamativamente, recuerda al potencial infectado de la situación general del mundo y la sociedad (nada buena), con la cual muchos pueden identificarse. Si el individuo está especialmente sensible (si es por ejemplo un "joven en la droga", como dice el folleto, o parte de un "matrimonio que no se soporta", o si padece "depresión o angustias profundas", esta presentación actúa como un recordatorio. En la jerga memética, estas situaciones estresantes y de angustiosa desorientación son conocidas como "inmunodepresores". Como sabemos, un inmunodepresor (en medicina) es una sustancia que produce una baja de las defensas del cuerpo, aplacando la agresividad bien afinada de nuestro sistema inmunológico. Un inmunodepresor hace que no rechacemos los gérmenes y cuerpos extraños; por eso toman medicamentos de este tipo los pacientes de trasplantes, para que sus cuerpos no rechacen los injertos de órganos de otras personas. Un antihistamínico también produce este tipo de efectos, con el objeto de evitar reacciones alérgicas. La analogía memética es clara, por lo tanto: un inmunodepresor memético es una situación que reduce el rechazo natural de muchos de nosotros a las ideas nuevas o extrañas. En medicina se conoce que estas mismas situaciones también producen una baja de las defensas biológicas; probablemente estos hechos están relacionados. La siguiente parte del folleto presenta al memecomplejo como la solución de todos los problemas.
Este corto texto merece un análisis detallado. El punto (A) es la presentación y caracterización de un hecho, la supuesta existencia de un Dios que nos ama. El punto (B) promete seguridad y soluciones, y es una de las partes más importantes de este memecomplejo; se lo denomina "cebo". El cebo es la parte de un complejo que promete beneficios. Variaciones de este cebo en particular se encuentran en todas las religiones, pero esta versión es particularmente transparente, a la vez que burda: no apela en absoluto a las fuerzas y facultades del lector, ni a su inteligencia, ni a su valor, ni siquiera a recordarle el valor y ayuda de otros, sino que delega todo a "Dios". El punto (C) tiene dos partes fácilmente reconocibles. La primera es un refuerzo a la inmunodepresión que el lector ya está padeciendo: "has confiado en tus fuerzas y no te ha ido bien". La segunda (que está un poco borrada pero conserva su sentido) es engañosamente simple: presenta a un nuevo ente ("Cristo Jesús") cuyo nombre es numinoso, es decir, evoca la imagen de un ser superior y sublime (de esto se ha encargado la historia que media entre nosotros y los que nombraron a su mentor religioso Yoshua Christos, es decir Yoshua/Jesús el Ungido). También es una invitación a acceder a este ente numinoso, y el contexto (lo desagradable que acabamos de recordar y lo sublime que se acaba de presentar por contraste) permite encuadrarlo dentro de otra parte del meme, el "anzuelo". Hay también un punto sutil al final de esta parte: la idea de la muerte expiatoria de Jesús. Técnicamente puede llamarse a esta idea una estrategia de infección, es decir, un medio para intentar llegar a la mente del potencial converso. En este caso, la estrategia consiste en provocar sentimientos de culpa y de emulación (o de vergüenza por la propia cobardía). La invitación se extiende a la siguiente parte del folleto, donde se expanden las instrucciones que producirán la infección, o sea, la toma de control del memecomplejo. A modo de aparte, deben notarse un par de detalles. Primero, la presencia en la oración de un anglicismo muy grosero ("toma cuidado" en vez de "ocúpate" o "encárgate", como calco del inglés "take care"), que muestra a las claras la procedencia e inspiración de este meme (vale decir, las poderosas iglesias evangélicas de Estados Unidos). Segundo, la atribución personal del mensaje a un líder religioso. La siguiente parte del folleto es sumamente interesante y rica en términos meméticos: Los puntos (1) y (2) de esta receta para la felicidad son bastante inofensivos. Lo que resulta llamativo es (3). Éste es un meme crucial dentro del complejo que estamos estudiando: al invitar al infectado a reunirse con otros, se reduce la posibilidad de que la infección memética sea rechazada. A la vez, se trata de una parte del anzuelo, que todavía no hemos explicado. La reunión en grandes grupos, y más aún, las reuniones con música fuerte, cantos rítmicos y calor (comunes en los grupos evangélicos), es parte de un esquema de inmunodepresión, pero además favorece que los nuevos infectados lleven a potenciales conversos. Parte del memecomplejo que estudiamos, además, es la concepción de que el hombre no puede llegar a Dios solo, sino que debe hacerlo dentro de una iglesia (literalmente, una asamblea, que es lo que significa ekklesia en griego). El anzuelo, que es la parte de un complejo memético que impulsa explícitamente a la replicación, comienza a perfilarse en este punto. En el siguiente (4), se presenta con toda transparencia: "cuenta a otros lo que se ha producido en ti", vale decir, "propaga este mensaje". El anzuelo no sería tan efectivo si no fuera por dos cosas: en primer lugar, todos los memes anteriores (de ahí que se habla de un complejo, con memes cooperantes); en segundo lugar, la lógica observación que lo completa: "los demás también necesitan", es decir, todo esto tan hermoso no puede ser patrimonio tuyo (puesto que la fuente original del complejo, la enseñanza del Jesús bíblico, incluye una fuerte tendencia a la generosidad, al compartir con la comunidad o iglesia). La última parte de este pequeño folleto da las instrucciones finales para el prospecto a infectado:
(Por supuesto, he borrado las partes que pudieran servir para identificar a la iglesia en cuestión, aunque muchos podrán sin duda aproximarse a la respuesta sabiendo en qué país vivo, identificando la ciudad por su código, e incluso la zona de la ciudad donde se encuentra el templo por su característica telefónica). Nótese lo detallado de los horarios, la nueva invitación/recordatorio ("Necesita ayuda...?"), el "nombre de poder" ("Torre de Oración") de la línea de escucha, y la llamativa y ambigua leyenda cerca del final, bajo los números de teléfono: "Dios escucha las 24 hs.". Cualquiera diría que estos ingenieros meméticos están realmente convencidos de tener línea directa con su creación...
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