El
Maestro: La
Paz del Señor es con todos vosotros.
PUBLICO: Y con Tu Espíritu.
El
Maestro: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado Concebida.
El
Maestro:
Los hombres en la Tierra
suelen escuchar al viento del rumor, más que aquellas voces que
aconsejan sus pasos hacia la salvación. Si el hombre abriese su
corazón, entendería todo..., todo cuanto tiene Luz.
Pero tú, tú has de recordar todo cuanto ya se te dijo, no has de
sufrir más. Recuerda:
"Escucharán
antes al extraño que a tí." Todo se está cumpliendo y mejor que tú nadie, nadie sabe.
Sus almas, hijo mío, que tanta Luz han recibido, se han apartado;
pues bien no supieron escuchar; pues todo dí de Mí para ellos, y
ellos no dieron nada de ellos para Mí. No hay nada que se pueda
ocultar hijo mío.
Has de recordar, pues pocos son los que comprenden
todo cuanto acontece, pero bien te puedo asegurar, que aquéllos que
comprenden, fieles son a mis Palabras. Como bien te he dicho: Habrá muchos que al oir todo cuanto ya han oido, se aparten;
habrá otros que sigan sólo por ver.
Pero llegará un día en el cual se
os dirá: «“¿Recodáis
todo aquéllo que escuchásteis?“ “¿Qué fué
lo que aprendísteis?“ Muchos
tendréis respuestas, otros no podrán dar respuestas. Se acerca el día,
hijo mío.»
Y vuelvo a decir: Muchos no quisieran que ese día llegase, pero ha de llegar. Todo
se va a cumplir según lo dicho, pues la Palabra de Dios se cumple.
Para muchos será motivo de tristeza, otros sentirán enorme alegría,
pues todas aquellas cosas que les hacían sacrificarse, ya no
existen, ya no hay porqué preocuparse. Y algún día se os volverá a
decir: “¿Recuerdas cuánto hiciste, lo que no convino?” ¡Ay!, y ese día
se aproxima.
Será un día muy triste hijo mío, bien puedo asegurar.
Pero hoy vuelvo a repetir, lo que ya vengo diciendo:
“Tú deberás de ser como ellos, uno más
entre ellos, y deberás salir fuera de la ciudad que te vió crecer y de
la casa que te vió nacer, pero recuerda: deberás de ser igual que
ellos.” Muchos también tendrán motivo de alegría al escuchar esto; otros
saben que hay más.
Hijos míos, el tiempo se aproxima; confiad y sed
fuertes pues nunca os veréis solos. No
debéis confiar en un agua. Debéis confiar en Dios plenamente. A El
debéis de evocar vuestras tristezas, vuestras alegrías, vuestras penas...,
todo a El. Confiad en vuestro Dios.
Y os digo que seáis fuertes, que confiéis en vuestro
Padre Celestial, y que recordéis de que nada..., nada, se os va a dar
hecho. Debéis vosotros de buscar.
Hijos míos: Muchos confiásteis y no
os veréis defraudados, pero hay a muchos hijo mío, que les ocurre lo
que a tí: Escuchan al viento del rumor y sus almas se hunden. Sed fuertes, y tú recuerda, pues no tienes más que sufrir: "Escucharán
antes al extraño que a tí."
Cuántas veces te dije:
“¡Sólo te verás!” Aún te queda mucho más por
ver, pero recuerda: Ese día será el último para tí y para Nosotros.
Volveré. Adiós hijos míos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
Padre Eterno:
Adiós hijos.
PUBLICO: Adiós Pade.
La Madre: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Madre.
El
Hermano: Que
la Paz del Señor Yahvé quede con todos vosotros.
PUBLICO: Y con Tu Espíritu.
El
Hermano: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El
Hermano: Adiós
hermanos.
PUBLICO: Adiós hermanos.___
|