El
Maestro: La
Paz del Señor es con todos vosotros.
PUBLICO: Y con Tu Espíritu.
El
Maestro: Ave María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado Concebida.
El
Maestro: Después de todo lo escuchado ya hay quien presente está, pero ya ha
abandonado; otros no llegaron a escuchar; escucharon al hombre y
también abandonaron. No tengáis miedo, ya ha despertado un rumor sobre vosotros. Escuchad mi palabra.
Si confiáis en Mí, no tendréis nada
que temer, vuestra fé os hará fuertes; si tenéis fé pura no
dudaréis.
Pero si vuestra fé es débil y por conveniencia vais a perder vuestra fé,
vais a dudar de Dios, e incluso podréis abandonarlo.
"¡Te verás
muy sólo hijo mío...!"
Siempre
se repite la misma palabra, ¿verdad? Hay que
escuchar lo dicho, porque lo dicho está para aquél que quiere cogerlo. Se han levantado contra tí, y aquéllos
que en un tiempo se llamaron tus amigos, hoy se han convertido en tus
enemigos.
No sufras, no estás sólo por parte de Dios, ni tampoco estás
sólo en el mundo, son muchos los que te quieren, porque esperan de tí lo
que otros no han esperado. Te miraron, hijo mío, en la parte celestial que te tocaba y no
comprendieron.
Mezclaron tu humanidad y quedaron confundidos. Hoy se han
levantado contra tí e intentan pisotear tu nombre. No te preocupes hijo
mío: "Lo que cae si es de Dios, vuelve a levantarse con fuerza y con
más fuerza aún."
Quiero que escuchéis con atención hijos míos; lo que vais a escuchar
os va a extrañar a todos, como ya extrañó a vuestros hermanos ayer. No
os preocupéis ni sintáis miedo; no vais a estar solos, no vais a quedar
abandonados ahora. Sois vosotros quien no debéis abandonar a Dios.
El día cuatro de Abril será el último día que haya mensaje
en este lugar. Ya no volveréis a escuchar nuestra palabra. No os
alarméis. Habéis vivido durante doce años pendientes de unos mensaje que
no habéis cumplido. Os habéis escondido detrás de ellos, poniendo así
los mensaje como escudo.
No sirve hijos míos; hay que cumplir todo lo que se dice en cada
mensaje. Están ahí para vosotros. Tampoco habrá agua después de ese
día. De hoy hasta ese día habrá, pero de ese día en adelante, no
habrá.
No os alarméis, pues Dios quiere de vosotros que demostréis al
mundo cuanto y cuanto habéis aprendido. ¡Sí!, muchos de vosotros no conocíais a Dios, hasta que
pisásteis este lugar. Demostrad ahora al mundo
qué es lo que habéis aprendido.
Delante de vosotros va un jóven, que ha
dejado atrás su sobrenombre: Ahora solo se llamará José-Luis. El sobrenombre puesto por Dios queda atrás. El tiene que demostrar por qué en un
tiempo se llamó "Gran Guerrero"; y por
qué así se llamará hasta el final.
Pero tiene que empezar desde muy
abajo, como ya está. Este lugar Dios lo va a hacer muy pequeñito y va a ser ignorado por
todos.
Dios verá quien tuvo fé, pues visto estaba, porque Dios todo lo
ve. Durante un tiempo Dios probó a sus hijos, quiso demostrar con esto
de que El, siempre hace su voluntad no la de los hombres.
Esta es su voluntad, vosotros
debéis de cumplir. La imagen de mi Madre, el mismo día cuatro de Abril, tomará el lugar
de la ermita, el lugar central, y esa ermita quedará para vosotros, para
que podáis visitarla.
Mis pies ya han
pisado esa ermita. Quedará para vosotros hijos míos. Es
lo que os doy. Y también os doy al jóven. En él encontraréis amistad, comprensión y
todo lo que otros no os pueden dar.
En este momento muchos corazones
se turban y piensan: "Prometísteis no abandonar nunca".
¡No abandonamos! Nuestra PROMESA fué de permanecer hasta el "Final de los Tiempos" en
este lugar.
Aquí estaremos; y estaremos con
vosotros. No os sintáis abandonados, porque Dios debería de sentirse más
abandonado por parte vuestra que vosotros. No
consiste en que creáis en un agua.
Durante un tiempo ese agua estuvo
para vosotros, para ver quién quería salvar su alma y para ver quién
quería sanar su cuerpo.
El
cuerpo no es importancia. El cuerpo es el arma del pecado, y el alma es
parte de la Gloria. «Cada
cual en la vida tenéis una misión. Demostradle ahora a vuestra sociedad
humana qué es lo que habéis aprendido de este lugar.»
¡Cuánto oiréis a partir de hoy...!
Os dirán que fué un
fraude... Os dirán que fuísteis engañados. Repito lo que ya he dicho: «Nadie
engaña por amor.»
En este lugar se os ha enseñado a amar, se os ha dado comprensión y
amistad, habéis aprendido a orar, y habéis escuchado parte de la Gloria.
No se os pidió nada, solamente que luchárais por conseguir un lugar
junto a Dios. No fué tan difícil, es poco lo que se os pidió.
En este mundo hijos míos el que engaña es por el deseo del lucro,
nadie engaña por amor. Y el que engaña no tiene corazón. Y
aquí se demostró durante todo este tiempo que había corazón, que había
amistad, que había amor. Ya patir de hoy se verá que hay una familia.
No ésta, sino toda, porque ya..., ya habrá
quien se encargue de formar la Gran Familia del Señor. No sintáis miedo,
ni tampoco defraudados, pues no lo estáis. Debéis
de obrar; no consiste solo en la oración:
«La
oración es un medio para comunicarse con Dios, pero las obras son las
que valen delante de Dios. Si oráis y no obráis, no sirve de nada. .»
Obrad
hijos míos, y a partir de ese día señalado,
estéis donde estéis, orad en familiaOs lo pido a todos: La
plegaria de mi Madre, hacedla en familia. ¡Cumplid! Y hoy digo:
"Sobre este lugar que vuestros pies entren cubiertos." A partir de hoy, sobre este lugar, que vuestros pies entren
cubiertos.
Os preguntaréis que ¿por qué...? La respuesta es hijos míos
que durante mucho tiempo, muchos habéis demostrado vuestra fé. Los que
no pudísteis os descalzásteis para pisar un lugar sagrado, y los que
pudísteis no lo hicísteis; se os guardará para el final. Cumplidlo.
A
partir de hoy que vuestros pies entren cubiertos. Recordadlo: "Que vuestros piés entren cubiertos en este lugar." Vuestra
fé os ha hecho fuertes y sabréis comprender lo que ahora...
Padre Eterno: ...Os pido.
El
Maestro: Levantad
los objetos hijos míos. Todo lo que alzáis ante el Cielo queda bendito.
Padre Eterno: En mi
Nombre.
El
Maestro: En
el Mío.
La Madre: Y con la
Luz de mi amado esposo el Espíritu Santo...
El
Maestro: Ya
está bendecido hijos míos.
PUBLICO: Gracias Maestro.
El
Maestro:
No os sintáis
defraudados, porque no tenéis por qué sentiros defraudados. Si os aparto
así de nuestra palabra, es porque durante mucho tiempo se os dió todo
hecho y ahora debéis de hacerlo vosotros.
Guiaros por lo que habéis
aprendido, no por lo que oigáis, sino por lo que habéis aprendido: El alma es más importante que el cuerpo.
Las manchas de enfermedad que tiene el alma son las que hay que
curar, no las del cuerpo. ¿Qué os puede decir un dolor físico? Si el
hombre pecó comiendo del árbol prohibido, nadie se libra del
sufrimiento. Aunque momentos hay, tiempos de solaz y felicidad.
Estas han sido mis palabras.
Día a día, hasta el día señalado,
seguiremos en este lugar hablando, cuando la voluntad del Padre lo crea
necesario.
Si confiáis en Nosotros, esto que habéis oido, no os hará
daño, pero si no confiáis sentiréis mucho dolor. Lo que os digo, os lo digo con amor porque os quiero, y os lo he
demostrado muchas veces, y hubo una, que jamás podré olvidar y vosotros
no deberíais de olvidar: La de la Cruz.
Nadie os puede amar tanto. Cumplid con lo que se os diga, y solamente decid lo que os digo: No
digáis más ni menos, sino lo justo.
Siempre, siempre estaré con
vosotros. Adiós hijos míos.
PUBLICO: Adiós Maestro.
Padre Eterno: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Padre.
La Madre: Adiós
hijos.
PUBLICO: Adiós Madre.
El
Hermano:
¡Hermanos!, esto no es un final, esto es un principio:
"El
lugar se hará muy pequeño y será ignorado por todos, pero cuando vuelva
se hará grande y estallará la verdad".
Que la paz del Señor-Yahvé
quede así con todos vosotros.
PUBLICO: Y con tu Espíritu Hermano.
El
Hermano: Ave
María Purísima.
PUBLICO: Sin pecado concebida.
El
Hermano:
Muchos no comprendísteis y algunos abandonaron antes de tiempo. Se os
ha pedido que sobre este lugar, vuestros piés entren cubiertos. Hacedlo
así.
Durante todo este tiempo Dios os quiso demostrar la fé que tenéis a
cada uno. Los que cumplísteis, Dios lo guardará y los que no, también,
pero sufrirán. Adiós hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano.
El
Hermano: Adiós
hermanos.
PUBLICO: Adiós Hermano. __